ESQUEMA CORPORAL VOCAL

SINTESIS GENERAL

El esquema corporal vocal es el conjunto de sensaciones que debe ir

percibiendo el estudiante. Su trabajo debe comenzar con la toma y desarrollo
de conciencia de su propio cuerpo, su propio instrumento, concentrándose
especialmente en las zonas del mismo responsables de la producción del
sonido.
Hagamos una síntesis de la función para concretar a grandes rasgos la imagen
del esquema del cantante.
El aire, silenciosamente, sin roce, sin fuerza, entra por las fosas nasales,
recinto sensibilizado. Pasa por la glotis abierta, el cuello relajado no se siente, y
es recibido en la ancha base del gran depósito pulmonar, preparado
simultáneamente por el diafragma que ha bajado y el relajamiento de la pared
abdominal. Esta, inmediatamente se contrae reforzando así el sostenido
descenso del diafragma, mientras las costillas, dilatándose en su base, acogen
el aire que queda bloqueado para su utilización. Con la boca abierta y la
campana creadora de acústica, potenciada, el cantante está apunto de emitir.
Su soplo está controlado. La sensación de su vientre es firme, poderosa. Un
instante antes de emitir, la contracción se refuerza como en al acto de toser.
Aclaremos esto: al iniciar la acción de toser, deteniendo y prolongando ésta en
el ámbito abdominal, se pone en juego el justo mecanismo muscular del apoyo
vocal, pero hace falta contar con la suficiente fuerza y energía para poder
prolongar, sostener esta acción, como si la cámara filmadora se hubiera
detenido en ese preciso instante. No se debe aprovechar esta concentración de
energía para dar golpes violentos, impulsos nocivos, sino para controlar con
firmeza desde la más delicada hasta la más potente emisión. Es extraordinario
comprobar cómo un juego muscular violento y tan perjudicial para la voz
cuando realmente obedece a la necesidad de toser, pueda convertirse, bajo
consciente control, en la acción más potente, saludable y protectora de la
misma.
Partiendo de esa acción: bloqueo, control del generador de energía aérea, esta
vuelve por el mismo camino de entrada hasta la glotis que ahora, bajo el influjo
de la imagen mental del sonido, se ha cerrado y en actitud perfecta, espera el
regulado impulso aéreo que llevara el sonido hasta la cuenca del paladar óseo.
Dicho recorrido se verá facilitado por el cierre voluntario de la válvula que
separa la cavidad bucal de la nasal (velo del paladar), alcanzando así el centro
que permitirá obtener su timbre, amplificación y proyección.
Al acabarse el aire y con él el sonido, la tensión abdominal (apoyo) cesará para
recuperar su carga energética y la base pulmonar, como una esponja que ha
sido estrujada exhaustivamente, se dilatará de manera natural, sin tensiones,
dando cabida al aire para iniciar un nuevo ciclo.

Myriam Alió