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• Trabajo de campo

Esto se refiere a que es mucho mejor si usted vive una experiencia, que
si la lee o se la cuentan. Si se trata de algo que realmente cree que va a
necesitar, dedíquele el tiempo necesario para hacer varios ejercicios
prácticos en los que ponga a prueba lo que ha aprendido. Entre más
intentos y errores cometa, el conocimiento quedará “mejor incrustado”.

Pero si se trata de algo netamente abstracto, también busque el espacio


adecuado, tranquilo y sin ruido que le permita tener un mayor nivel de
concentración. Incluso, procure que para cada conocimiento haya un
espacio nuevo.

 Analogías
El uso de esta estrategia es muy común utilizarla en la vida cotidiana,
pues nos sirve para comprender de manera sencilla y ejemplificada
ciertas situaciones; de la misma forma es de gran ayuda en el ámbito
educativo para para el docente al explicar un su tema. La analogía
consiste en realizar una comparación de algo desconocido con algo
que si se conoce, donde tienen algo en común, algún parentesco que
ayuda a relacionar y facilitar el proceso de enseñanza aprendizaje.
Una analogía se manifiesta cuando: dos o más objetos, ideas
conceptos o explicaciones son similares en algún aspecto (que es de
interés pedagógico), aunque entre ella puede haber diferencias en otro
sentido. Cuando una persona extrae una conclusión acerca de un
factor desconocido sobre la base de su parecido de su parecido con
algo que le es familiar.(Díaz, Hernández, 2010. p.129)
Un ejemplo del uso de analogías es cuando el docente de educación
primaria imparte la materia de geografía donde vera el tema de las
capas que conforman el planeta tierra, pero son conceptos difíciles de
entender para el alumno. El profesor utiliza como comparativo un
huevo donde se explica el centro es la yema y hace referencia al
núcleo de la tierra y así con las demás capas; de esa manera se va
utilizando el aprendizaje por analogía, pues resulta muy útil para
promover un aprendizaje significativo.

Cinco consejos para planificar


tu estudio
22 de junio de 2017 0 Autor: María Moreno Sierra
¿No has aprobado todas? ¿Te toca estudiar en verano? Con estos cinco
consejos aprendrás a planificar tu estudio. Organiza tu tiempo, mejora tu
capacidad de concentración y obtén mejores resultados de forma fácil y
rápida

Cinco consejos para planificar tu estudio | Fuente: Shutterstock


La planificación es la clave del estudio. La única manera de sacar buenas notas,
a no ser que seas extremadamente listo, es aprender a organizar tu tiempo. ¡No te
agobies! Es mucho más sencillo de lo que parece. Sigue los siguientes cinco
consejos y aprende a planificar el estudio para que los exámenes sorpresa no
sean, nunca más, un problema.
1. Crea un calendario. Es importante que siempre lleves contigo una
agenda. Aquí deberás ir apuntando las vacaciones, los exámenes, los días
límite para la entrega de trabajos, prácticas profesionales, eventos
sociales, empleos de fin de semana, etc. Señala absolutamente todo lo
que te lleve algo de tiempo, así será más fácil visualizar los huecos libres
y organizar el estudio.

2. Establece metas diarias: Planifica de forma semanal o mensual los


temas y trabajos que quieres realizar cada día. Si tienes un examen en
tres semanas, puedes organizar los temas para llegar al día del test sin
agobios de última hora. Intenta cumplir los objetivos marcados,
priorizando las tareas más importantes aunque sin olvidar el resto de
materias. Si por cualquier motivo, un día no cumples los objetivos, no te
preocupes; reestructúralos y continua.
3. Fija un horario de estudio: lo ideal es que establezcas un horario y
habitúes a tu cuerpo a estudiar siempre a la misma hora. Por ejemplo,
imagina que terminas las clases a las 4. Puedes ir a casa, merendar y
descansar hasta las 6. A esa hora, comienza a realizar los trabajos de
entrega más cercana. Una vez terminados, toma unos 10 minutos de
break y estudia otra asignatura unos 30 o 45 minutos.

4. Prioriza las asignaturas: da mayor importancia a las materias más


complejas. Comienza estudiando estos temas y deja para el final las
asignaturas que te resulten más amenas. Así no perderás la motivación.

5. Persevera: aunque al principio te parezca que tu estudio no da el fruto


que esperabas, sé constante; merece la pena. A medio plazo verás
mejoradas tus notas y estudiarás más fácilmente, concentrado, sin
cansarte ni agobiarte.

. Crea una planilla con tus horarios y


actividades actuales
De esta manera, podrás tener una imagen visual de en qué inviertes
tu tiempo a diario. Ten en cuenta, de forma realista, el tiempo que
usualmente utilizas para estar con tus amigos, familia, comer o
dormir. Una vez que hayas generado la planilla, determina en qué
momentos puedes introducir una hora de estudio. Recuerda que
deben ser días y horarios que puedas respetar semana a semana,
de forma consistente.

Si no quieres realizar este calendario a mano, hazlo en tu


smartphone, computador o tablet.
2. Define bloques temporales para
estudiar
Una vez que hayas identificados en qué momentos y días de la
semana puedes estudiar, márcalos de forma detallada en tu
calendario, preferentemente especificando qué materias estudiarás
ese día. De esta manera siempre tendrás un recordatorio visual de
cuándo debes hacerlo y no lo olvidarás.

3. Determina tus metas de estudio


Al comenzar cada semana, establece qué es lo que debes lograr en
materia de estudio según cada asignatura. Si algún tema en
particular te presenta dificultades o tienes un examen pronto,
convierte esos aspectos en tu prioridad semanal. Si no se avecina
ninguna evaluación importante, adelántate a los temas que se darán
en clase para ir mejor preparado a las lecciones teóricas, pero de
ningún modo te saltees tus de estudio.

sesiones

4. Respétalo
Un plan de estudios solo sirve si es seguido de forma consistente. Si
a lo largo del semestre encuentras que se te hace imposible seguirlo
tal como lo planteaste en un principio, siéntete libre de actualizarlo
de acuerdo a tus necesidades para no abandonarlo.

Es por esta razón que generar el plan de forma realista es esencial.


Asegúrate de guardar tiempo para descansar, dedicarte a tus hobbies
favoritos y realizar actividades sociales. La idea del plan no es
esclavizarte ni aislarte de los demás. Del mismo modo, recuerda
tomar pequeños descansos dentro de tus sesiones de estudio.

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