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La publicación de las Novelas Ejemplares de Cervantes en 1613 abre oficialmente la historia de la novella española. Al declarar Cervantes
en su prólogo “yo he sido el primero que he novelado en lengua castellana”, se está haciendo eco de la importancia de la obra de los novellieri
italianos (Boccaccio y su Decamerón) a la cabeza y concibiendo, por tanto, el género de la novella como un conjunto de narraciones ficticias
cohesionadas por un marco narrativo.
Pero, además de la influencia de los novellieri, la novela corta española, a lo largo del siglo XVII, se va haciendo por la incorporación de
otros discursos, algunos no específicamente narrativos, que le dan su perfil y cuya mayor o menor presencia individualiza a los autores. Dichos
discursos tienen su fundamento en géneros medievales, como el exemplum, y en ciertas prácticas orales como el diálogo, la tertulia o la reunión
académica.
La historia de la novela del siglo XVII está aún por hacer. Para ello, es necesario un estudio individual de cada uno de los autores que
cultivaron el género (y fueron decenas), alejándolos de la medida cervantina (sublimación estética de Cervantes que oscurece a los demás) y
analizando las distintas aportaciones.
En su trayectoria, la novella del Siglo de Oro deja apreciar los siguientes períodos:
1) Período de gestación, 1567-1613. La indefinición genérica cuento/novella se manifiesta por primera vez en El Patrañuelo de Timoneda, y se
resuelve en las Ejemplares de Cervantes que, no obstante, no prescinde en su narrativa general de las posibilidades de interferencias entre
cuento, novela y novella.
2) Período de consolidación:
a) Diversificación de estructuras, 1614-1631. Depuración del marco narrativo decameroniano.
b) Orientación miscelánea y academicismo, 1632-1640.