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Elementos a tener en cuenta para el trabajo con los sueños desde la

Gestalt.

El trabajo psicológico con los sueños es algo relativamente reciente en la


historia de la humanidad. Si bien ya existían muchas tradiciones en la
antigüedad que atribuían a los sueños mensajes mágicos o de los dioses.

El primero en hacer hincapié en su importancia para la psicoterapia es Freud.


Él, como descubridor del inconsciente, nos dice que los sueños son mensajes
del mismo. Lo que aparece en los sueños son un conjunto de símbolos que
nos hablan de los deseos reprimidos del soñante. Estos símbolos son los que el
psicoanalista puede interpretar a través de la teoría freudiana.

Jung, discípulo de Freud, habla de que los símbolos que aparecen en los sueños
son totalmente personales. Dicho autor es el primero en hablar de arquetipos,
que según él están en el inconsciente colectivo del que todos participamos.
Dichos arquetipos son como roles con los que nos identificamos y que aparecen
en nuestros sueños. En el análisis junguiano el trabajo con los sueños es una
pieza importante.

Trabajo con sueños gestaltico

Lo primero a tener en cuenta cuando queremos trabajar los sueños desde el


punto de vista gestaltico es tener en cuenta lo que decía F. Perls sobre los
mismos. Los definía como mensajes existenciales, en nuestra vida, por el
simple hecho de vivir, tenemos que resolver algunos temas relacionados con
nuestro propio crecimiento y evolución. Por el simple hecho de existir nos
tenemos que enfrentar a las paradojas que nos encontramos en la vida, cosas
que aparentemente parecen irresolubles. Cómo encontramos el sentido de la
vida, cómo enfrentamos la muerte, cómo aparecen polaridades aparentemente
irreconciliables como el día y la noche, el ser fuertes y a la vez débiles, cómo
tenemos una razón y a la vez una emoción que están en oposición en muchas
ocasiones. Los sueños son un camino a la integración de dichos temas, nos
muestran muchas veces maneras para poder resolver las paradojas.

Los sueños según Perls, son representaciones de la personalidad del que sueña,
en los sueños aparece la concepción del soñante sobre sí mismo y sobre la
realidad.

Uno de los propósitos básicos de la terapia gestalt es alcanzar la actitud


gestaltica, el estar en el presente, por tanto en el aquí y ahora, con conciencia,
dándose cuenta y con responsabilidad, ante la realidad dar la respuesta que
podemos con las circunstancias que tenemos.
Esta manera de entender la terapia se puede aplicar a los sueños. Preferimos
trabajar con sueños que sean actuales, mejor cuanto más recientes. Estos
expresan el conflicto actual del soñante. Cuando alguien nos trae un sueño lo
primero que le pedimos es que lo relate como si lo estuviera soñando ahora,
en primera persona y explicando todas sus sensaciones. Le pedimos que
experimente el sueño de nuevo, que lo sueñe de nuevo poniendo conciencia en
lo que está sintiendo y en lo que ha ocurrido en el sueño.

En la terapia gestalt consideramos que la persona es una unidad, desde aquí


todo lo que salga de ella forma parte de ese sí mismo. Los sueños y todo lo
que aparece en ellos son una expresión de la persona misma y de su
personalidad. F. Perls consideraba que todo lo que aparecía en los sueños eran
proyecciones del soñante. Todos los elementos de los sueños, que no son la
propia figura del protagonista, son partes de la persona. Los personajes, los
objetos, los paisajes son proyecciones de la persona. El trabajo con los sueños
consiste en ir identificándose con esas partes para poder reconocerlas como
partes de si mismo, se trata de responsabilizarse de lo que es la persona. El
trabajo consiste en ampliar el concepto de uno mismo a través de la
identificación con cada una de los diferentes elementos del sueño.

Para ello la propuesta de Perls es la dramatización de los sueños. Se le propone


a la persona que se identifique con los distintos elementos que aparecen en el
sueño y que pueda experimentar como sentiría el objeto o la persona con la
cual se ha identificado. Este procedimiento permite que el soñante pueda
apropiarse de partes que no sentía como propias y pueda reconocerlas para
ampliar su si mismo.

En gestalt hablamos de trabajar los sueños, no de interpretarlos. Autores


posteriores, como los Polsters, sostienen que los sueños además de expresar
proyecciones, nos hablan de las zonas de contacto que tienen las personas
consigo mismas y con el exterior.

Otro de los elementos que F. Perls destacaba era que el trabajo con un solo
sueño en profundidad, podría ser toda la terapia que una persona necesitaba
en su vida. En el sueño aparecen todos los aspectos de una persona y
trabajados puede significar la resolución de sus conflictos.

Como trabajar los sueños

Como escogemos lo que vamos a trabajar

Habitualmente escogemos partes los sueños para poder trabajarlos, en el fondo


no importa mucho la parte escogida dado que casi todas las partes nos llevarán
al mismo lugar. En los sueños cada una de las escenas acostumbra a expresar
con diferentes imágenes el mismo tema o polaridad.
Para poder determinar qué partes del sueño vamos trabajar, se pueden utilizar
distintas estrategias o maneras. Lo primero que tenemos que decidir, una vez
que el soñante ha explicado el sueño en primera persona, es preguntarle qué
quiere trabajar, qué parte del sueño le llama más la atención o le impresiona
más o no entiende. Podemos ampliar la pregunta, añadiendo qué es lo que él
ya sabe sobre su sueño y de qué se ha dado cuenta con el sueño. Nuestros
clientes son los que más se conocen a sí mismos, por tanto ellos, pueden
aportar mucha información sobre sus propios sueños. En algunos casos
podemos también preguntar por qué nos trae ese sueño, qué quiere que
hagamos con él, que necesita de nosotros.

Existe la posibilidad de que podamos ser nosotros quienes decidamos la parte


del sueño que vamos a trabajar, cual es la parte importante o que
consideremos que aportara a la persona mayor darse cuenta de sí mismo.

Cuando es el terapeuta el que escoge trabajar una parte del sueño puede
hacerlo con distintos criterios o teniendo en cuenta distintas cosas.

Puede escoger aquellas partes del sueño donde aparecen objetos opuestos
o polares. Como hemos dicho los sueños son un intento de resolver las
paradojas de la vida, en las oposiciones o en los objetos polares se expresa
dicha dualidad. Lo que hacemos es que la persona se pueda identificar con
cada uno de los objetos que aparecen y pueda encontrar dentro de si mismo
esa polaridad, con la idea de poder, con un trabajo y diálogo, integrarla dentro
de si mismo.

Podemos escoger también el lugar del sueño donde existe conflicto y no está
resuelto. Podemos hacer dramatizar a la persona el conflicto y ver cuáles son
las polaridades que están en juego dentro de la persona.

Otra manera de escoger es trabajar sobre la parte del sueño donde hay
escenas inconclusas. La forma de trabajar esto es que la persona acabe
esa escena, que le dé un final, ver como se podría acabar.

También podemos escoger aquella parte del sueño en el que hay emociones
fuertes y proponer al soñante que se deje sentir dicha emoción para ver donde
le lleva.

Existe la posibilidad de trabajar el sueño desde lo que nos despierta a


nosotros mismos, al terapeuta, como persona. Este método es especialmente
importante cuando tenemos alguna relación con la persona que nos trae el
sueño, ahí podemos relacionar el sueño con nosotros mismos. Esto se puede
hacer cuando el terapeuta tiene experiencia, sería como usar la intuición.
Distintos métodos de trabajo

Una vez hemos escogido que parte del sueño queremos trabajar, podemos
decidir cuál va a ser la manera por la que vamos a trabajar dicho trozo del
sueño.

Como hemos dicho anteriormente el método básico es el de la identificación


con los elementos del sueño. La persona se coloca físicamente representando
el elemento del sueño que vamos a trabajar. Para empezar es mejor escoger
objetos inanimados, ya que en ellos es más fácil identificarse y proyectarse
porque uno no tiene tantas implicaciones y emociones asociadas.

Si escogemos a un personaje que aparece es muy probable que todas las


resistencias se pongan en marcha y sea más difícil poder identificarse con él. Se
dice que Perls trabajaba especialmente haciendo que los clientes se
identificaran con los personajes de los sueños.

Una vez la persona se ha identificado con el objeto le pedimos que se describa,


como es físicamente, de qué esté hecho, qué partes tiene y que sitúe en su
propio cuerpo cada una de las partes que describe. Tenemos que poner
atención a que la identificación sea con todo el cuerpo y pueda situar cada una
de las partes del objeto sobre su cuerpo.

Una vez hecha la descripción del objeto le podemos preguntar cuál es su


utilidad y su función. Este método nos sirve para que la persona pueda
recuperar sus proyecciones y darse cuenta de partes suyas que estaba
negando.

Una ampliación de este método es el llamado ir y venir. Una vez que hemos
conseguido que la persona se identifique con el objeto podemos hacer que
algunas de las frases más significativas que ha pronunciado las diga fuera de la
identificación, como si fuera una frase propia. Una vez la ha dicho podemos
hacer que vuelva la identificación y pueda pronunciar más frases sobre el
objeto y cuando consideremos que ha dicho otra frase interesante, podemos
hacerlo salir otra vez y decir la frase en voz alta.

Cuando hemos conseguido que la persona se identifique con un objeto que


aparece en el sueño, le podemos pedir que observe a su alrededor y nos
describa qué otros objetos está viendo. Cuando nos dice lo que ve podemos
escoger, como hemos comentado antes, el objeto más polar de los que nos
describe. A veces simplemente podemos seguir haciendo que la persona se
identifique con el objeto que ve.

Si escogemos los elementos opuestos o polares, le pedimos que haga una


nueva identificación saliendo del rol en que está y se identifique con el opuesto.
A partir de ahí le pedimos que establezca un diálogo entre los dos objetos. Este
diálogo intentaremos que se realice basándose en los sentimientos que tienen
los objetos entre ellos, cuando hay conflicto aparecen rápidamente
sentimientos de rechazo. Este método es la silla vacía, ponemos en cada lado
un objeto, que habitualmente tiene las características de una polaridad interna
del sujeto que está en conflicto. Es habitual que exista una parte en la que el
sujeto se siente más identificado que en la otra. En la medida que negamos
algún aspecto nuestro nos quedamos con menos recursos para podernos
adaptar a la realidad y acortamos así nuestro sí mismo, reduciendo nuestro
autoconcepto. El trabajo de la silla vacía sirve para poder llegar a una
integración de nuestras polaridades.

En algunos casos podemos pedir al cliente que haga de algún personaje de los
que salen en el sueño. Por tanto le estamos pidiendo que haga un rol
determinado, con el fin de que le pueda ver las ventajas y las cualidades que
puede tener. Para hacer esto es especialmente indicado que el personaje no
sea uno de los protagonistas o de los que hay conflicto en la sueño. Como
hemos dicho antes, cuando le pedimos a la persona que se identifique con
personajes pueden aparecer muchas resistencias.

Manera de trabajar los sueños cuando disponemos de un grupo

Podemos hacer que el soñante se convierta en un director de cine y que dirija


su propio sueño. Escogerá entre los miembros del grupo personas que
representen los personajes que aparecen en su sueño y se realizará la película
del sueño tal y como la persona lo haya soñado. Esta está fuera observando
cómo transcurre la escena. En una segunda parte se le puede pedir a la
persona que ocupe cada uno de los personajes que aparecen en el sueño,
haciendo todos los roles. El objetivo es el mismo que con el resto de trabajos,
conseguir que la persona recoja sus proyecciones y se pueda identificar con
cada rol que aparece en el sueño.

Los sueños a veces son largos y no pueden ser trabajados en su totalidad, en


estos casos se puede utilizar un método de recuperar las proyecciones sin la
dramatización del mismo. El método consiste en que la persona primero relate
el sueño como si lo estuviera soñando en este momento como hemos explicado
anteriormente. Después se le pide que lo relate otra vez, pero está vez que
después de cada frase diga: “… y esta es mi vida”. Al final del relato se le
pregunta a la persona con qué frase se queda del relato, o porque le cuesta
identificarla como propia, o porque se ha dado cuenta de algo que desconocía
de sí mismo.

Bibliografía gestaltica

Martín, A., Los sueños en psicoterapia gestalt, Ed. Declée De Brouwer,


colección Serendipity, Bilbao. 2009
PERLS, F., Sueños y existencia, Cuatro Vientos, Chile, 1994.
PERLS, F., El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia, Cuatro Vientos,
Santiago de Chile, 1986.
PEÑARRUBIA, F.: Terapia gestalt. la vía del vacío fértil, Alianza, Madrid, 1998.
POLSTER, E. y M., Terapia gestáltica, Amorrortu, Buenos aires, 1985.
SCHNAKE, A., Sonia, te envío los cuadernos café. Apuntes de terapia gestáltica,
Cuatro Vientos, Buenos Aires, 1987.

Bibliografía general sobre sueños

Barea, C., El sueño lúcido, Ed. Oceanoambar.


Bosanak, R., La práctica del soñar, Ediciones Obelisco.1996.Barcelona
Kaplan, S., Manual para la interpretación de los sueños. EDAF. Madrid.1990

Mireia Darder

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