UN BUEN SOLDADO

Por: Axel Fabián Salcedo Herrera

“Disciplina, crucial en la formación

militar”
Y fui aceptado en la escuela naval de
suboficiales para hacer curso de
suboficial naval, iniciar una nueva
etapa, llena de retos y metas por
cumplir.
Y llego el día, todas las familias de
los aspirantes estaban en las
afueras de la guardia de la escuela
para despedir a sus hijos, desde la
distancia se miraban los Brigadieres
(Estudiantes de primer año en la
escuela) y demás militares,
esperando para recibirnos.
A la entrada todo muy bien, todos
eran muy amables con nosotros y
nos saludaban con una gran sonrisa,
van pasando uno por uno los
aspirantes y ya dentro somos
separados, las familias se van a una
charla con el señor comandante de
la escuela y los aspirantes
formaditos se van en compañía de
sus brigadieres a recibir el material
de intendencia.
Apenas perdimos de vista a
nuestras familias, nos dan la
bienvenida, los brigadieres
comienzan a gritarnos dándonos
órdenes y poniéndonos a voltear;
las ordenes son claras, muy claras,
no mirarlos a la cara directamente,
mantener siempre la cabeza vista al
fren, las únicas palabras que deben
salir de nuestra boca son, “que
ordena, como ordene y orden
cumplida mi brigadier”, todo esto
nos lo hacen saber en medio de
gritos, empujones fuertes y algunos
golpes; ya no eran tan gentiles
como al principio.
Ya empezamos a sentir el rigor, ya
no estamos en casa, estamos en la
escuela naval de suboficiales ARC
Barranquilla, aquí se cumplen
ordenes, aquí no se vino de paseo,
sino a aprender a ser militar. Los
brigadieres empiezan a
“despencar” a los aspirantes con
volteo y regaños, mientras uno a
uno va pasando a la peluquería para
recibir su nuevo corte de peinado,
que lo identificara como recluta
durante toda la etapa.
Formados esperando para pasar
nos gritan al oído muchísimas veces,
dos o tres al mismo tiempo, a
algunos aspirantes se les salían las
lágrimas de los ojos, incluso a mí, y
lo peor era que no entendía porque,
pero sin embargo la idea no era
demostrar debilidad.
Formados ya peluqueados y con esa
tula pesada en la espalda empiezan
a darnos una catedra de iniciación
frente a los alojamientos donde
pasaremos nuestros primeros tres
meses. Hay se presentan todos los
que estarán al mando durante esta
primera etapa, ya las piernas me
duelen, siento como si nunca había
permanecido tanto tiempo de pie,
empiezo a sentir como si estuviera
arrepentido de haberme metido en
esta “vaca loca”.
Ya dentro del alojamiento nos
asignan catre y locket, formados
frente al catre empiezan otra vez a
dar órdenes, a gritar y a meter
presión, entramos como a las 9 de
la mañana y ya son las 10 de la
noche y aún no he podido tomar
asiento para descansar.
Bienvenidos a esta nueva etapa en
nuestras vidas, esta es la milicia,
estos son los suboficiales navales
Colombianos, aquí aprenderán a
amar a sus familias, a valorar hasta
lo más insignificantes de nuestras
vidas y a aprender el verdadero
significado de la palabra disciplina.
Pienso un momento en medio de
todos eso gritos y regaños, en lo que
estaría haciendo en casa si estuviera
allá en estos momentos, en lo que
estará haciendo mi novia que se
quedó esperándome, me da un
poquito de nostalgia a recordar a mi
madre y a mi familia, cuando de
repente un brigadier se enfoca en
mí y empieza a gritarme al oído muy
fuerte.
Todo ocurrió de la nada, no sé
porque lo hiso, se me olvida que no
puedo mirarlos a la cara y por
hacerlo más me gritan, me tiran al
piso para que haga flexiones, todos
nos dicen que no lo vamos a lograr,
que no podremos con esto, que
renunciemos y nos vayamos a casa,
que somos unos malnacidos
perdedores, que estamos mal de la
cabeza si pensamos que vamos a
lograr hacer nuestra carrera aquí en
la naval, que mejor nos hubiéramos
presentado para la policía, o mejor
hubiéramos ido a la universidad,
pero que aquí no vamos a lograr
nada.
Con su pie encima de mi espalda me
dice que no pare de hacer flexiones
de pecho, ya estoy cansado, no sé
porque si yo aguanto bastante, pero
ya estoy cansado, me dice que siga,
que si estoy allí es porque pase unas
pruebas físicas y que soy un
hombresito, entonces que siga.
De repente uno de ellos grita,
“brigadier mayor presente en el
alojamiento” y todo el mundo se
calla y corren hacia donde esta
aquel joven y se le presentan,
demostrándole mucho respeto y
sumisión, pasaron de ser unos
diablos escandalosos a ser unos
bellos angelitos, todo el mundo
hace silencio, quien tiene el pie
encima mío me ordena pararme y
que vuelva a mi puesto, todo es un
mar de silencio mientras aquel
joven de por los menos unos 20
años se pasea por el alojamiento
viendo la cara de cada uno de los
nuevos reclutas.
Finalmente rompe el hielo con un
grito dirigiéndose a uno de nuestros
compañeros, le pregunta que a que
se dedicaba cuando estaba en la
civil y él le responde que era
luchador de taekwondo, suelta una
carcajada satírica y dice, “ósea que
estas bien entrenado, mas
entrenado que muchos que están
acá, así que por eso vas a voltear el
doble” y le ordena hacer 44 de
pecho”
Luego nota que alguien lo miro
directo a los ojos y empieza a
gritarlo, seguidamente le ordena a
dos de sus hombres que le “saquen
la mierda” y estos se abalanzan
contra aquel recluta a
bombardearlo de gritos y volteo, les
juro que como a los 10 minutos a
aquel joven lo tuvieron que sacar de
allí en una camilla para la
enfermería, realmente esta es la
hora y nunca supe que le habrían
hecho.
Mientras eso pasaba, empieza a
darnos una charla no muy
motivante, más bien algo dura y que
nos llenaba más de temor, enfocado
en la disciplina y la obediencia, pero
siempre diciéndonos que no lo
íbamos a lograr, que allí solo
entraban hombres, hombres de
verdad, disciplinados y físicamente
perfectos, para afrontar todas las
circunstancias que se pudieran
presentar.
Ya casi a las 11 de la noche, dan la
orden de pasar a las duchas, fue el
baño más rápido que había tomado
en mi vida, sentí el agua de la
regadera solo como por menos de
10 segundos en mi espalda antes de
que me ordenaran salir
arrastrándome, no alcance ni a
untarme de jabón, un brigadier da la
orden de que al contar el 10 ya
todos debemos estar arropados y
así paso.
Hubieron tres que no lo lograron no
sé porque, solo sé que los sacaron
fuera del alojamiento disque
porque como no se habían acostado
rápido era porque no querían
dormir y los pusieron a voltear, lo
único que escuchaba era sus voces
cansadas cuando gritaban cada
repetición de ejercicio que hacían
allá afuera, no me atrevía a
destaparme la cabeza con la cobija
porque ya habían sacado a dos que
lo habían hecho a voltear allá afuera
también.
Hasta que me quede dormido, fue
algo rápido, de lo cansado que
estaba, ya me dolían las piernas,
recuerdo que como a los tres días
de haber estado allá, me dolían
músculos que nunca me habían
dolido antes.
Siendo las tres de la mañana,
empiezan a sonar unos silbatos y
una trompeta, durísima,
acompañada de gritos y baldaos de
agua, era hora de despertar,
muchos no lo podían creer, “no
están en sus casas” gritaba un
brigadier, “tender el catre” gritaba
otro, pero ojo era una técnica de
tendido especial, en sobre se
llamaba aquella técnica, el catre
debía quedar tendido
impecablemente, sin ninguna
arruga, que tortura para muchos,
bienvenidos a la milicia
compañeros.
Se formó al frente de los
alojamientos para asignar las áreas
de aseo, pero antes un pequeño
volteo por parte de los brigadieres
que nos querían “sacar la mierda”
mientras se reían y nos ponían
sobrenombres, puesto que nos
veíamos muy chistosos
peluqueados como reclutas, hacían
dar mucha risa esos sobrenombres,
nadie se podía reír, solo ellos, el que
se riera la iba mal, pero eran
muchas las ganas de reírnos por los
apodos o sobrenombres que ponían
los brigadieres a nosotros los
reclutas.
Después del aseo pasamos
formados al comedor para el
desayuno, que buen desayuno lo
debo admitir, nunca me queje, en lo
que se refiere a alimentación, vaya
excelente, de lo que si me quejo es
del poco tiempo que disponíamos
para comer, todo era a las carreras,
tragar entero era mejor, debíamos
sentarnos con la espalda recta y
manos sobre las piernas, no se
permitía poner los codos sobre la
mesa, no se podía hablar, al que
sorprendieran comiendo con la
boca abierta le iba mal, primero una
oración y luego se servía de derecha
a izquierda cada uno la porción que
quisiera de un plato grande que
previamente servía un cocinero en
la mesa con la suficiente cantidad
de alimento que alcanzaba para
todos los 10 que estábamos en la
mesa, pero tenía que alcanzar para
todos, el que se sirviera bastante
también le iba mal, y si al final el
ultimo que se sirviera se viera falto
de alimentos, nos iba mal a todos
los de la mesa.
Eran desayunos muy ricos,
deliciosos, a veces el tiempo no
alcanzaba y tocaba guardarse
partes de la comida en los bolsillos,
pero una vez a un compañero lo
pillaron y lo pusieron a voltear,
desde aquel momento me tocaba
meterme los pedazos de pan en mis
genitales, porque no era una opción
dejar comida, puesto que hacía
mucha hambre.
Salíamos del desayuno a trotar
hasta las 11 de la mañana, créanme,
empezábamos a trotar a las 7 y
media hasta las 11 de la mañana, les
confieso habían partes del cuerpo
que nunca me habían dolido, solo
hasta aquellos días, después del
trote una serie de ejercicios de
orden cerrado en el campo de
paradas, en pleno sol, que deserte,
pero lo más chévere es esa rica brisa
que corre en barranquilla, así este
haciendo sol, siempre corre brisa
fresca proveniente del mar, eso era
un alivio para mi fatiga.
Lo que más me gusto eran las clases
de orden cerrado, ¡Dios! Sí que las
disfrutaba, porque todo era
coordinación y el que la “cagara”
tenía que ir a dar vueltas, a veces los
ejercicios eran confusos, se exigía
una gran concentración para no
equivocarse, el que se descordinaba
tenía que ir a dar una vuelta a la
pista atlética que rodeaba el campo
de paradas.
Aunque no me podía reír, lo hacía
mentalmente porque era muy
gracioso ver como algunos chicos se
equivocaban en los ejercicios y
nuestro brigadier llamándolo por su
sobrenombre lo mandaba a dar
vueltas.
Pasar al almuerzo era otra tortura,
se exigía una disciplina muy grande
al mínimo error te sacaban a voltear
al sol, tenías que tener muchas
cosas en tu cabeza que no debías
hacer para no hacer molestar a
algunos de los brigadieres y al más
mínimo descuido la embarrabas en
algo y por la mas mínima cosa te
sacaban a voltear al sol, era todo un
desafío, me daba mucha risa que a
muchos compañeros los sacaban a
voltear por unas bobadas que
hacían, pero que hacían enojar a los
brigadieres. Vaya que si me gozaba
eso porque yo era muy atento y no
caía en las trampas.
En la tarde otra vez aseo, aseo, aseo
y aseo, todo debía estar impecable,
cualquier imperfección era
severamente sancionada con volteo
al sol o volteo en la noche antes de
dormir, todo a orden y sin derecho
a reclamar, no teníamos derecho ni
al aire que respirábamos, nos
decían.
Todos los días era así, todo
totalmente controlado, desde que
te levantas hasta que te vas a
dormir, incluso para bañarnos era
todo un desafío, hasta para
cepillarnos los dientes y afeitarnos,
teníamos que tener mucho cuidado
en que no dejáramos ni un bellito
facial. El locket tenía que estar
debidamente organizado, cada cosa
tenía su lugar, desde el
desodorante, hasta la manera de
ubicar el cepillo de dientes, todo
tenía un orden específico, nada
debía estar de otro modo.
En lo que a mí respecta casi no me
quedaba tiempo ni de extrañar a mi
familia, uno se acostaba tan
cansado que lo único que quería era
dormir, aunque a veces si te entran
esos recuerdos y te da nostalgia,
pero no hay que dejarse dominar
por nuestras emociones debemos
concentrarnos en lo que estamos
para no afligirnos tanto, es normal
extrañar a nuestra familia pero no
hay que aprender a dominar
nuestros sentimientos, eso es
fundamental si quieres estar en la
milicia, dominar tus emociones y
estar concentrado en tu
entrenamiento para poder aplicarlo
cuando sea requerido.
Pasaron los días y siempre era lo
mismo, gritos, aseo y volteo, control
por parte de nuestros brigadieres,
habían unos muy malparidos, nos
ponían a voltear muchísimo y eran
bien gonorreas, bueno todos eran
así, pero habían unos que eran
peor, apenas veíamos que venían ya
sentíamos la presión de sus
miradas.
Esos fueron mis primeros días
haciendo curso, pero esta historia
tiene un triste final; hay errores que
solo cometes una vez en tu vida, yo
lamentablemente no termine mi
curso de suboficial por lepra, por
insubordinado e indisciplinado,
cuando eso, acepto que era un
joven que tenía otra visión del
mundo, hay veces que tienes
simplemente que bajar la cabeza y
aguantar los golpes, ser humilde y
sumiso y más para estar en la
milicia.
Cuando entras tu eres el más
recluta, tu obedeces las ordenes, no
eres nadie allá, debes ganarte tu
puesto primero, un buen soldado
siempre se ganara la confianza de
sus superiores, lo que se traduce en
como dicen allá “ir en coche de oro”
Yo hubiera agradecido tanto a
alguien que me hubiera dado unos
consejos antes de irme, en alguien
que me hubiera enseñado como era
la vida allá para mentalizarme, física
y psicológicamente, pero tal vez fue
el destino quien me puso para que
por medio de eso yo te diera estos
consejos que ahora tú, si quieres
iniciar una vida militar tengas éxito
en ella.
En primer lugar, debes aguantar y
adaptarte:
- Cuando llegas estas solo,
nadie te conoce, tu única
carta de presentación es la
obediencia, obedecer,
obedecer y obedecer, eso es
 todo lo que tienes que hacer,
allá vas a obedecer y a nada
más.
- Nunca te quejes de las cosas,
hay veces que por culpa de
otro, tú debes trasnochar o
voltear duro, aunque no fue
tu culpa, en el ejército por
uno pagan todos.
- Mentalízate que allá vas a
experimentar un cambio en
tu estilo de vida, antes
llevabas una vida relajada y
cómoda, ahora no hay tanto
relajo, ahora la disciplina
tendrá que penetrar en tu
estilo de vida y la disciplina
para ti tendrá que convertirse
en la manera de relajarte; si
eres disciplinado, vivirás
relajado.
- Todo es una etapa, recuerda
que los tres primeros meses
son de entrenamiento e
instrucción, hay es cuando
estas en el proceso de
adiestramiento como
soldado, donde forjan tu ser,
tu espíritu para dejar de ser
un civil más y convertirte en
un militar, por lo tanto son
muy duros contigo, aguanta
que pronto esa etapa
terminara.
- Solo con el tiempo, tus
superiores se darán cuenta
de tu disposición a la
disciplina que te inculcaran y
exigirán, allí es cuando ellos
dejan de presionarte tanto y
prefieren darle órdenes a
otras personas.
Por mi parte, cuando estaba allá
nunca tome al pie de la letra lo
antes mencionado, mis actos de
indisciplina comenzaron cuando
un día no me dejaron almorzar
porque simplemente no había
alcanzado el tiempo y yo tenía
mucha hambre, cuando
llegamos al alojamiento me
mandaron a hacer aseo a los
baños, yo lo que hice fue
ponerme furiosos con mis
superiores y negarme a cumplir
la orden hasta que me dieran mi
almuerzo, ellos furiosos se
abalanzaron sobre mí a gritarme
por mi insubordinación, yo los
empuje y con uno de ellos
tuvimos un intercambio de
golpes, a continuación yo les dije
que me quejaría con mi
suboficial jefe comandante de
compañía, violando una regla
fundamental en la milicia, el
conducto regular, fui hasta allá y
él los puso a voltear y les ordeno
que me dieran el almuerzo,
cuando entre al comedor
estaban almorzando todos los
cursos de ellos, ósea los
estudiantes que llevan un año
más de antigüedad, empezaron
a gritar “que hace este recluta en
el comedor”, “aun no merece
comer con nosotros”,
“sáquenlo” y cosas así por el
estilo.
En ese momento fue cuando
empeoro mi estadía allá, todo el
mundo me vio la cara, todo el
mundo supo que había un
aspirante a suboficial naval
indisciplinado e insubordinado,
entre ellos se pasaron la voz de
ponerme a voltear y fue así, a los
días siguientes en todo lado que
me veían me ponían a voltear o
a arrastrarme, se me volvió un
infierno ese sueño de ser
suboficial naval.
“La vida se la da el soldado” y así
es, si te portas bien, no pasara
nada, pero si cometes un
mínimo error, lo puedes pagar
muy caro.
En segundo lugar, debes
respetar a tus superiores:
- Cuando te den una orden,
por más fea que te parezca,
nunca arrugues la cara en
señal de disgusto por aquello
que te han ordenado hacer.
- Las palabras que deben salir
de tu boca son “Como ordene
mi…” seguido del rango de
quien te da la orden.
- Cuando te den la orden,
ponerte al trote a hacerla, no
al paso, sino enérgicamente
al trote a cumplirla
impecablemente con
eficacia.
- Cuando te vayas a dirigir a un
superior en primer lugar
 debes pararte firme y
presentarte, luego si pedirle
permiso para hablar o en su
lugar solicitarle.
- Cuando un superior pase por
el lado tuyo, salúdalo,
“Buenas tardes mi… Seguido
del rango” si estando allá no
te sabes los rangos de la
fuerza, créeme estas en el
lugar equivocado.
- Nunca le lleves la contraria a
ninguno de ellos, nunca
pongas “peros” cuando te
den una orden.
- Las ordenes se cumplen al pie
de la letra, todo allá se hace a
orden, si no te han dado
ninguna orden no hagas
nada, no hagas nada a
convicción o por iniciativa
propia, recalco todo allá es a
orden.
- No hagas nada por iniciativa
propia, sin antes pedirle
permiso a un superior, Si ves
que algo se puede mejorar o
hay algo por hacer, solo
dirígete a tu superior
solicitándole hablar con él
para comentarle la situación,
él te escuchara y dará una
orden, sea positiva o
negativa, por lo cual no hagas
nada por iniciativa propia.
Esto debes tenerlo muy presente, el
respeto a tus superiores, a veces te
ponen a voltear solo porque ellos
quieren, te están probando,
quieren saber que tan disciplinado
eres, así que nunca te quejes de
nada y veras que con el tiempo ellos
detectaran cuales son los soldados
que obedecen y cuales arrugan la
cara ante cualquier orden, a esos
son los que luego les va a ir mal,
mientras que a ti te pondrán en los
mejores puestos.
En mi caso, yo la embarre desde el
principio, no respete a mis
superiores y me di a conocer como
un soldado indisciplinado con mi
forma de actuar, y pues a los que
son indisciplinados o “lepras” les va
mal. Recordemos que uno allá va es
a obedecer órdenes, a nada más,
recalco, vas es a obedecer órdenes,
así que si no te gusta que te manden
y estás leyendo esto, considera
cambiar o mejor búscate otra
ocupación.
Así seas Cabo, Sargento,
Subteniente, Teniente, Capitán o
Coronel, siempre va a existir alguien
con más rango que tú a quien vas a
tener que obedecerle.
Ese no fue mi fuerte, realmente casi
nunca hacia lo anteriormente
mencionado, todo fue de mal en
peor, ya me estaban haciendo
“acuáticas” más seguidas, las
acuáticas son los baldes con agua
que te echan encima cuando estas
durmiendo, seguidamente te ponen
a voltear, a trotar con las tablas del
catre encima, en fin, te inventan un
montón de ejercicios y cosas que
tienes que hacer para hacerte la
vida imposible.
Tienes que tener en cuenta que
perteneces a una fuerza, allá te
respetaran tus derechos pero
también tienes deberes que cumplir
y otras son tus obligaciones, que si
no las cumples se convierten en
delitos sancionables con cárcel,
como por ejemplo la
insubordinación, el incumplimiento
de una orden y si agredes a un
superior, también es un delito, así
que o cumples las ordenes o te
sancionan, dependiendo de la
orden, puedes ganarte un
correctivo físico o “Volteo” también
puedes ganarte una informe malo a
tu folio de vida y en el peor de los
casos puedes ir a prisión.
“Aquí la principal hazaña es
obedecer” recita la oración a la
milicia, la cual debes aprenderte y
eso es cierto tu allá vas es a
obedecer órdenes.
Siguiendo con el hilo de la historia,
resulta que en una de esas
volteadas, me dio mucha rabia me
deje dominar por mis emociones y
agredí a un superior, hubieron
intercambios de golpes entre
nosotros, al otro día todo se volvió
un caos cuando fui llamado por
aquel acontecimiento a rendir mi
versión de aquella noche de volteo
y pelea, cuando vi a mi superior
tenía la mejilla derecha morada de
un golpe
Para mi mala suerte, aquel joven
era sobrino de un almirante, un
señor oficial de muy alto rango en la
armada nacional, hubo un proceso
disciplinario en mi contra muy
grave, iba derechito a prisión, lo que
paso fue que aquel hombre, cuando
llego a hablar conmigo respecto al
tema me dijo: “- yo también cuando
era joven cometí muchas
estupideces las cuales me
perdonaron, tuve la fortuna de
encontrarme en mi camino con
personas buenas con un corazón
lleno del amor de Dios”… Aquellas
palabras fueron el inicio en esa gran
charla de mi fortuna, ellos me
perdonaron, eso sí, aquel almirante
mi dijo, también “-hijo, la verdad
usted no sirve para esto, lo que le
pido yo es que voluntariamente
pida la baja y aquí no pasara nada…”
Y así fue, la saque barata, me
pidieron que voluntariamente me
fuera, si me quedaba las cosas no
iban a cambiar, ya estaba pintado, y
como estaba haciendo curso uno
puede irse voluntariamente, pero si
estas prestando tu servicio militar
obligatorio hay si no puedes pedir la
baja voluntaria, porque eso es una
obligación a la patria, en ese caso si
me hubiera ido mal porque hubiera
parado en prisión y también hubiera
salido sin conducta militar, pero
afortunadamente para mí no fue
así.
A las 20 años inicio curso de
suboficial en la armada nacional el
cual echo a la basura por mi
indisciplina, pero luego a mis 23
años me meto al ejército a prestar
mi servicio militar obligatorio, allá
en el ejercito la pase súper, nunca
me había sentido mejor puesto que
yo sabía cómo debía comportarme,
como debía actuar y sobretodo ya
me sabia las oraciones, los himnos y
demás cosas que uno debe
aprenderse para que allá no le
toque trasnochar tanto.
Así que en tercer lugar yo
recomiendo estar con la moral en
alto:
- Ante todo con la moral en
alto, ante cualquier
circunstancia por difícil que
sea, estar motivado, no bajar
la guardia, eso es normal,
pasar por duras o difíciles
circunstancias y eso a su vez
será una etapa, así que
siempre tienes que estar
motivado, con la frente en
 alto, que no se te note aconsejara, en lo posible te
ninguna cara de aburrimiento darán permiso para que
ni de tristeza. vayas a tu casa.

- Tener la moral en alto es muy - Tienes que ser el mejor

bueno porque empiezas a hombre de tu pelotón, de tu
amar lo que haces, vendrán compañía, que tus superiores
grandes beneficios, no te vas te quieran por lo activo,
a quedar dormido de responsable, confiable y leal
centinela ni en la instrucción, que eres. Eso a largo plazo
por más sueño que tengas tiene muchos beneficios, te
siempre estarás atento a lo dejaran en los mejores
que tus superiores te puestos.
enseñen y así aprenderás la
doctrina militar como debe
ser, la vida tuya y de tus - Hazlo por ti, por tu familia, no
compañeros dependen de los vayas a defraudar, que
que aprendas muy bien todo cuando te vean formando y
lo que te enseñen en la marchando en tu juramento
instrucción. de bandera tus padres, tus
hermanos, tus familiares se
sientan orgullosos de ti.
- Los problemas que tengas en
casa, déjalos allá, la mayoría
son bobadas (la novia, la
Todo lo que aquí has leído, lo
mamita, el tv, el celular, etc.)
escribo con mucho cariño para ti,
son problemas durante tu
quiero que tú seas el mejor hombre
adiestramiento, debes
de tu compañía, la excelencia en tu
desapegarte de eso y
disciplina se debe destacar ante
enfocarte en tu
todo, yo aprendí en el ejercito que
entrenamiento, si llegases a
el significado de la palabra disciplina
tener realmente un gran
es hacer lo que menos te gusta pero
problema, háblalo con un
hacerlo con amor, esfuerzo y
superior, él te escuchara y te
excelentemente… Hasta tal punto
que ya se te haga normal y no
sientas desagrado al hacer las cosas
además, ¡pilas! mantener siempre
tu camuflado limpio y bien
atalajado…

Estar muy pendiente en la

instrucción puesto que esa
información es crucial para cuando
sea requerido actuar en cualquier
situación de peligro, recuerda que al
ser militar te conviertes en enemigo
de muchos, evita cuando salgas de
permiso llevar prendas militares
para que nadie te identifique,
mientras más pases desapercibido
mejor para ti.

Son muchas los detalles que se me

pasaran por alto en este escrito
pero todo esto te lo cuento porque
quiero que sobresalgas, quiero que
prestes un muy buen servicio
militar, quiero que tu conducta sea
excelente, quiero que seas el mejor,
un buen soldado…

Siempre encomendándonos Al
Todo Poderoso.
RECUERDOS DE MI SERVICIO
MILITAR

(Cruce pista de infantería)

(Registro perimétrico)
(Instrucción de piscina)

(Pista de infantería)
(Instrucción polígono)

(Revista armamento)
UN BUEN SOLDADO