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CONFERENCIA

LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE


POR COMPETENCIAS

PONENTE:
Dr. Víctor Raúl Díaz Chávez

DÉCIMA EDICIÓN 2012 DEL MES


DE LAS LETRAS Y DE LA CULTURA
LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE POR COMPETENCIAS.

Ponente: Dr. Víctor Raúl Díaz Chávez

La Historia larga de la humanidad, registra eventos formidables que cambiaron,


sucesivamente, las formas de sentir, pensar y actuar en el hombre. Uno de estos formidables
eventos estructurales fue la Primera Revolución Industrial, hija de la ilustración y consecuencia
directa de la aplicación de las máquinas y motores en la industria y en la producción de
alimentos, que impactaron también y en gran medida en la educación, especialmente en las
universidades europeas, como las anglicanas de Inglaterra y las calvinistas de los países bajos,
imprimiéndose un inicial sello de calidad en las enseñanzas.

A mediados del siglo XVIII, período en el que surge la industria en el mundo, hasta los finales
del siglo XX, la inventiva y la inteligencia humana generó profundas e irreversibles
transformaciones que progresivamente modificaron el mundo. Era la época de la magia de los
inventos tecnológicos y el surgimiento de la era de la información y de las comunicaciones.
Alexander Graham Bell inventa el teléfono en 1876, Tomás Edinson el fonógrafo en 1877,
Marconi, inventa la radio en 1995, Brownie Box en 1900 la cámara fotográfica, los hermanos
Lumiere el cinematógrafo en 1904 y Lorgie Baird la Televisión en 1928.

De 1900 a 1950, la revolución se da en el ámbito de la automoción, del transporte, y de la


telemática, que hacía surgir el imperio de las Nuevas Tecnologías de la Información y la
Comunicación o simplemente las denominadas TICs, que convierten a la información en el
mayor bien intangible que condiciona la evolución de la humanidad. Es la época del comienzo
tímido de la construcción de las primeras máquinas automatizadas, creador por unos jóvenes
universitarios gracias a una placa de silicio, que hizo posible el surgimiento del Apple en 1977,
la PC de IBM en 1981, el GPS en 1979,y paralelamente el código de Barras por Norman
Woodland 1949, el Playstation en 1994, la pág WWW por Timothv Berners-Lee en 1999. Las
redes sociales. Facebook, Tuenti, Twitter y Myspace.

Desde la primera revolución industrial de los motores y la producción masiva, la educación se


vio impactada por el nivel de exigencias de una nueva economía que se fundamentaba en la
preparación del obrero calificado, del técnico especialista, del ingeniero, del gerente. También
se había producido así, la primera revolución teórica de la educación, inspirada en la filosofía
de Sir Francis Bacon que retomó el método inductivo, oponiéndose claramente al
deductivismo escolástico aristotélico y sentando las bases del empirismo que a su vez dio el
fundamento al conductismo operante que en consonancia con la administración científica de
Taylor y la lógica de la producción en cadena de Henry Ford, generó la educación por objetivos,
racionalizada por Skinner, Bloom y Gagne.

Ahora con cambios mucho más significativos, verdaderamente profundos, se origina una
sociedad planetaria en tiempos tumultuosos, surgiendo nuevos esquemas y valores que
influyen en el comportamiento masivo de los ciudadanos de todos los países, cuya forma
natural de expresión de esta nueva civilización es lo que Ortega y Gasset en su “Rebelión de
las Masas” llamó la aglomeración, dinámica que se corresponde con los modelos masivos de
comunicación, de redes, de información, de consumo, en una visión de mercado, con sus
fuerzas competitivas, donde prevalece el valor superior del conocimiento, de los saberes en
sus diferentes manifestaciones, que se suman en el concepto moderno de COMPETENCIAS.

Esta segunda revolución industrial, a diferencia de la primera, su impacto en la educción fue


simultáneo, gracias al surgimiento exponencial de aparatos digitales que dieron nombre a esta
década como la “década del comienzo de la sociedad digital”. Así se inicia tímidamente la
nueva era del Internet apoyada por un pequeño aparato pero gigantescamente útil: el Modem
inventado por Dennis Hayes, inaugurándose así la era de las herramientas para las
comunicaciones globales.

La década de los 90 fue sin duda la década de la Era digital, por que ningún otro invento
influenció tanto en todo el siglo XX como la página web inventada por Tim Berners-Lee en
1989, convirtiéndose en el sistema de distribución de información basado en el hipertexto. Se
había transformado para siempre los hábitos y formas de vida, de socialización y de
aprendizaje de las personas.

Sin embargo, la fragilidad de los aprendizajes y la lógica de las enseñanzas tradicional, eran
ampliamente superadas por la velocidad y simultaneidad de las nuevas tecnologías, que se
enfrentaban a una especie de apocalipsis informático, derivada de la conmoción de los tres
dígitos, que alteraron la estabilidad emocional de las personas y la cultura organizacional de
las instituciones.

La década del 2010 fue considerada como la SEGUNDA REVOLUCIÓN DE LAS


COMUNICACIONES EN INTERNET, por la vigencia masiva o el imperio de las redes sociales y los
blogs que cambiaron drásticamente la tecnosfera pedagógica de las escuelas, y se convierten
en poderosas herramientas accesibles sin limitaciones a toda persona para interactuar con sus
pares y con el apoyo de las plataformas de hardware móvil, develaron un espacio cósmico para
la comunicación, la información y de nuevas oportunidades a todo el mundo sin limitaciones
ni distinciones.

Estos cambios descritos y operados en las últimas décadas fueron el escenario para el
surgimiento de las COMPETENCIAS, o el nuevo paradigma educativo, sustentada en las teorías
cognoscitivas que definen un nuevo enfoque pedagógico denominado CONSTRUCTIVISMO, del
cual surgen los nuevos modelos educativos holísticos que postulan que el conocimiento es una
construcción humana que se realiza a partir de los conocimientos previos.

Sin embargo, como corriente filosófica, sus orígenes datan a la vieja cultura griega, donde
Sócrates con su mayéutica y Platón con su dialéctica, ubican el conocimiento en la
construcción personal del estudiante, aunque desde el punto de vista psicológico, es Jean
Piaget con su epistemología genética su principal creador, al sustentar que el aprendizaje es el
resultado “no de la convivencia con las cosas, sino por la acción sobre las cosas”, y de los
aportes de Vygotsky, con su enfoque del aprendizaje social vinculado a la interacción de las
personas y de David Ausubel con su planteamiento de que sólo se da el aprendizaje cuando
tiene significación propia para el estudiante.

En el informe sobre la educación en el mundo de la UNESCO, comisión presidida por Delors, se


plantea los pilares de la educación del futuro y se definen los diferentes saberes que se han
convertido en clásicos de toda pedagogía constructivista : Saber, saber hacer, saber ser y saber
convivir, y el concepto de competencia empieza a tomar prestigio y auge, generándose
importantísimas investigaciones como las realizadas por Robert White, MacClelland, Jerome
Bruner, John Atkinson y Gagné, que dieron como resultado la figura central de la PERSONA Y
SUS CAPACIDADES Y HABILIDADES PARA ANALIZAR Y RESOVER SITUACIONES DE LA VIDA
COTIDIANA, A PARTIR DE SUS COMOCIMIENTOS Y EXPERIENCIAS QUE SE ENRIQUECEN
PERMANENTEMENTE, que se traduce en la tesis de que: “Todo aprendizaje constructivo
supone una construcción que se efectúa por medio de un proceso mental que implica la
adquisición de conocimientos nuevos”.

A partir de estas precisiones y con el soporte teórico del aprendizaje por descubrimiento
autónomo que enfatiza en la interacción simbólica, el trabajo en equipo, el sentido critico y la
habilidad para el análisis y solución de problemas se define a la Competencia como
“MACROHABILIDAD O MACROCAPACIDAD PARA SOLUCIONAR PROBLEMAS”.

Muy a pesar del origen del paradigma central de la nueva educación en el mundo, los enfoques
delimitantes sobre COMPETENCIA, presenta variaciones llegando a identificarse tres
tradiciones principales procedentes de las investigaciones sobre el rendimiento laboral y los
perfiles profesionales de la educación superior en las últimas décadas: la conductista, el
genérico y la cognitiva. La primera que pone de manifiesto el rendimiento y que dio lugar a los
estudios realizados por MacClelland, los años de 1973, que utilizó este enfoque de
competencias en muchas empresas para mejorar el rendimiento. El segundo enfoque: llamado
Genérico, que privilegia las habilidades comunes que explican y justifican las variaciones de los
desempeños de las personas en diferentes situaciones o circunstancias. Este enfoque, más
vinculado a la solución de problemas, sirve de base para definir las competencias generales y
principales aplicables a los grupos profesionales a través de sus respectivos perfiles. Su
importancia radica en que hace énfasis en la eficacia profesional, en un enfoque
particularmente amplio y sensible a los cambios en los contextos laborales. Y el enfoque
cognitivo, de mayor aceptación y vigencia, incluye todos los recursos mentales del individuo y
su aplicación en la realización de tareas importantes para adquirir el conocimiento y como
consecuencia para lograr un buen desempeño. Asume a las habilidades intelectuales, de donde
derivan de modo más estrecho el enfoque de competencias cognitivas. En este último se ubica
Naom Chomsky, considerado un precursor de este enfoque cuando planteó las competencias
lingüísticas como la habilidad para la adquisición de la lengua materna.

Sin embargo, la característica polisémica y multifuncional del término COMPETENCIA, deviene


en controversial, debido fundamentalmente por las variadas significaciones que las teorías
constructivistas del aprendizaje le asignan. Esto hace de este término multidimensional, pero
sin afectar que las consecuencias sean desempeños, resultados y logros, y por consiguiente
producto de aprendizajes profundos caracterizados por ser satisfactorios, estimulantes, que
posibilitan cambios en los modos de ver el mundo, la naturaleza y la sociedad, que además, en
su dinámica constructivista estimulan la meta cognición, favorecen la comprensión por que los
conocimientos se integran en un solo conjunto.

Las competencias en tanto construcciones cognitivas definen en el individuo su saber actuar


global de manera pertinente en un determinado contexto, movilizando sus recursos
personales tales como: conocimientos, actuaciones, cultura, emociones, los que
académicamente se traducen en:

a) Saber: considerado como el dominio de conocimientos teórico-prácticos, incluyendo


su propia gestión.

b) Saber hacer: que son las habilidades y destrezas que garantizan su alta calidad
ejecutiva.

c) Saber estar: que es el dominio de la cultura del trabajo, de la participación solidaria,


de la integración social positiva.

d) Saber Ser: son las actitudes, los altos valores y comportamientos con los que se
tendrá que actuar en sociedad.

LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE DE COMPETENCIAS.

La condición pedagógica básica a tener en cuenta en todo sistema de evaluación de los


aprendizajes, es su naturaleza compleja, primero porque el aprendizaje por competencias
requiere de un sistema variado, por sus distintos componentes y que determinan que toda
evaluación de competencias requiere de distintos procedimientos y técnicas que responde a:

La complejidad de los propósitos que se persiguen y lo que se desea evaluar: pues una cosa
es la evaluación de conocimientos y otra distinta la de procedimientos o la de actitudes.

La evaluación coherencia entre el propósito de la evaluación y los instrumentos, y

La evaluación de competencias como el aspecto absolutamente clave para determinar la


validez del proceso del aprendizaje.

A partir de estas alertas pedagógicas, la evaluación del aprendizaje de competencias, se deben


plantear a partir de respuestas a preguntas claves:

1. ¿De qué competencia se trata?

2. ¿Cómo se demuestra esta competencia?, ¿Qué conocimientos incluye? ¿Qué


comportamientos? ¿Qué actitudes? ¿En qué contextos?

3. ¿Cuánto es operativamente medible, observable?, ¿Cuánto de evidenciable y


deducible? ¿En qué grado de realización se encuentra?

4. ¿Dónde se refleja dicha competencia? ¿dónde se evidencia?

Toda evaluación de los aprendizajes, supone la estructura básica de un PROCESO dinámico,


abierto y contextualizado que se desarrolla lo largo de un período de tiempo. Por consiguiente
no es una acción, simple, ni aislada, ni puntual, sino que se realiza sistemáticamente a través
de varios pasos sucesivos, fases, o etapas durante este período (inicial, procesal o formativa y
sumativa, final o de producto).
Toda evaluación de aprendizajes para ser válida tiene que estar dirigida a

1. La obtención de Informaciones, mediante procedimientos válidos y fiables, y que


permitan captar informaciones rigurosas, relevantes y apropiadas que fundamenten la
consistencia y seguridad de los resultados de la evaluación.

1. Formular juicios. Los datos obtenidos deben permitir fundamentar el análisis y


valoración de los hechos que se pretende evaluar, para que se pueda formular un
JUICIO DE VALOR, lo más ajustado posible.

2. Tomar decisiones. De acuerdo con las valoraciones emitidas sobre la relevante


información disponible, se deberán tomar decisiones que convengan.

Estas características hacen de la evaluación un proceso inherente al aprendizaje, un


subsistema que se planifica y que se traduce en una investigación pedagógica
cualitativamente superior a las simples tareas de examinar, medir y calificar, que de hecho se
hallan ya implícitas en el ACTO DE EVALUAR . En suma, diremos que este proceso educativo y
didáctico implica medir, calificar, para captar datos, analizarlos, interpretarlos, validarlos,
contextualizarlos y asignarle un valor en base a criterios técnicos determinados.

Otro aspecto central y que es parte de la naturaleza compleja de los aprendizajes de las
competencias, es el hecho de que la evaluación tiene modalidades, que son formas de
ejecución: la autoevaluación, la coevaluación y la heteroevaluación.

La AUTOEVALUACIÓN por su valor formativo y didáctico lo realiza el propio alumno para


constatar sus progresos y tiene la virtud de involucrarlo y comprometerlo en su propio
proceso de aprender, asumiendo la responsabilidad de valorar objetivamente sus progresos,
analizando la consecución de sus objetivos propuestos, autorregulando el aprendizaje.

Al autoevaluarse el estudiante asume la responsabilidad de mejorar su intervención en el


proceso del aprendizaje, pues supone tomar conciencia de lo que está haciendo en relación a
sus objetivos, alimentando su motivación y asumiendo con autonomía su propio proceso.

La COEVALUACION o evaluación entre pares que se realiza en una actividad educativa, y que
permite tomar conciencia de los avances individuales y grupales, desarrollar una serie de
desempeños sociales como la convivencia, la solidaridad, la sociabilidad, el trabajo en equipo,
el aprendizaje colaborativo, el respeto mutuo.

Permite además asumir actitudes críticas frente a los demás y por añadidura, valorar la
actuación del grupo y facilitar la reorientación de los aprendizajes.

La HETEROEVALUACIÓN es la que realiza una tercera persona que no cumple la misma función
que los evaluados. Es un proceso importante, técnico, serio, planificado y comprometido con
los fines del sistema educativo que involucra la evaluación de docente al estudiante y del
alumno al profesor,
En su fase dinámica o ejecutiva la evaluación de aprendizaje por competencias utiliza
procedimientos, técnicas e instrumentos y se aplican en base a criterios e indicadores, que
responde a parámetros debidamente concebidos y sistematizados, que permitan la apreciar de
manera concreta los desempeños. En este sentido lo que persigue la evaluación es una
CONSTATACIÓN del progreso en el tiempo referido y el momento correspondiente al proceso
de su aprendizaje, sea este inicial, de formación o final.

Estas exigencias científicas de la evaluación de los aprendizajes en base a competencias no


puede quedar reducida a tan solo la aplicación de un tipo de prueba objetiva, examen, o
interrogatorio o a un informe parcial de una tarea y desconectado del conjunto de la
asignatura.

Contrario sensu, las técnicas deberán apuntar:

• Al análisis de la situación del estudiante y su evolución de su proceso


educativo.

• Al grado de idoneidad de la operatividad del alumno, es decir propiamente su


desempeño esperado.

• Al análisis de sus progresos,

• Al análisis de sus datos acumulados

• Análisis de sus listas de control

• Análisis de sus daos de escalas de observaciones

• Análisis del grado de adaptación y de las aplicaciones curriculares.

• Evolución de sus esfuerzos.

• Análisis del dominio técnico de sus estudios.

• Análisis del comportamiento global como expresión de sus aprendizajes


integrales.

• Informes de progresos

• Técnicas de estudios aplicados.

Para esta exigente finalidad, los recursos útiles que se dispone son variados y múltiples. Van
desde las más operativas como la observación hasta las más elaboradas matrices. En las
técnicas de la observación: ya sea sistemática, o no sistemática, se cuentan con muchos y
variados instrumentos entre los que destacan: Las carpetas de trabajo, las conversaciones con
los estudiantes, lo cuadernos de registros, escalas, listas, simulaciones, debates,
conversatorios, entrevistas, fichas, informes, escenificaciones, escalas de progreso, etc. A las
matrices.
La interrogación, que siendo el más económico y simple sirve como medio de captación de
datos e informes, para despertar el interés mantener atención voluntaria, buscar alternativas,
provocar debates, argumentos, análisis crítico.

Las pruebas de larga tradición en la educación, los exámenes y las sustentaciones son otras
técnicas e instrumentos, comunes y generalizados. A los que se suman otras más novedosas,
probadas por la experiencias y comprobadas por su eficacia: las RUBRICAS y los PORTAFOLIOS.

LAS RÚBRICAS: MATRICES o PLANTILLAS DE EVALUACIÓN que ayudan a una evaluación más
integral, participativa y formativa. En ella se plantean con claridad y de manera consensuada
los aspectos o elementos que se han seleccionado para evaluar, seguido de una escala de
calificación que por lo general se trata de una escala de calidad para evaluar los diversos
aspectos, aplicando grados que van de lo óptimo hasta lo inadecuado o pésimo. Finalmente los
criterios que reflejan los objetivos de aprendizaje para cada actividad.

PORTAFOLIOS, que en la práctica es “una hoja de ruta” del proceso de aprendizaje, o una
historia documental estructurada de un conjunto de desempeños que evidencian el trabajo de
un estudiante para alcanzar sus objetivos de aprendizaje, siendo por o tanto un excelente
método de evaluación consistente en la aportación de producciones de diferente índole del
estudiante h a través de cuales se pueden juzgar sus capacidades en el marco de la asignatura
o materia de estudio.

La evaluación de los aprendizajes en el nuevo enfoque pedagógico imperante, sin duda


constituye un aspecto especializado y complejo que no está librado de deficiencias y sesgos.
Son los “puntos negros” como lo sostienen algunos teóricos y que se manifiestan en forma de
disfunciones en la práctica:

1. Evaluar solo contenidos conceptuales

2. Designar como único culpable al estudiante.

3. Considerar como el único agente capaz de ser evaluable el alumno.

4. Evaluación solo como resultado o producto

5. Reducir la evaluación solo a la calificación

6. Utilización como único instrumento el examen

7. Privilegiar la evaluación normativa.

8. Asumir la evaluación como parte del cronograma.

9. Asumir la evaluación significados selectivos.

10. Asumir a la evaluación como el acto final del proceso.

11. Asumir a la evaluación solo como heteroevaluación.

12. Considerar que el único agente de evaluación es el profesor.


13. Utilizar la evaluación con sentido sancionador, coercitivo o de represión.

14. No valuar de manera continúa.

La evaluación del aprendizaje de competencias comporta dificultades y complejidades, pero


todas accesibles y superables si es asumida como un desafío y una tarea hermosa de educar.

Gracias.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

1. Alarcon, J y. Montenegro, I. (2005) Competencias Pedagógicas. Autoevaluación Docente.


Bogotá: Edit. Magisterio
2. Castillo, S. y Cabrerizo, J. (2010). Evaluación Educativa de aprendizajes y competencias.
España: Edit. Pearson
3. Gallego, R. (2003). Competencias Cognoscitivas. Bogotá: Edit. Magisterio
4. Jaulin, C. (2007). La competencia Profesional. España: Editorial Síntesis.
5. Lopez, V. (2009). Evaluación formativa y compartida en Educación Superior. España: Narcea
S.A. Editores.
6. Villa, A. y Poblete, M. (2007). Aprendizaje basado en competencias. Una propuesta para la
evaluación de las competencias genéricas. España: Ediciones Mensajero.
7. Stake, R. (2006). Evaluación Comprensiva y Evaluación basada en estándares. España:
Editorial Grao.
8. Tobón, S y otros: (2006). Competencias, calidad y educación superior. Bogotá: Editorial
Magisterio.

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