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Trabajo sobre la Colombia diversa y multicultural

Albis Astrid Leal Ponce

(Lic. Ciencias Políticas y Económicas)

Jesús David Zambrano Saurith

Ciudadela Educativa Cooedumag

10°C

05/11/2019
El derecho a la diversidad

La permanente lucha por los derechos humanos se ha convertido en un factor de cambio de las
tradiciones sociales, pues ha llevado a que las costumbres arraigadas y autóctonas se vuelvan más
abiertas a los cambios y más tolerantes con las diferencias. En esta medida, existe una tendencia
mundial a interpretar, por ejemplo, el desarrollo cultural de las sociedades desde el punto de vista
multicultural, aceptando la innegable existencia de una gran diversidad de culturas únicas, con
hábitos sociales completamente diferentes. Sin embargo, todo esto es algo reciente y no se ha
afianzado en algunas partes del mundo en donde, al contrario, se ha dado un proceso de fuerte
rechazo a lo diferente.

En el caso colombiano, la desigualdad y la exclusión son rasgos que se acentuaron durante la


conquista y la Colonia y se rehúsan a desaparecer. La exclusión política, racial y social tenía como
objetivo mantener un orden desigual que favorecía los intereses de unos pocos y desconocía los
derechos de gran parte de la sociedad. Esto significó un desarrollo económico próspero para los
peninsulares y quienes tuvieran un alto nivel adquisitivo. Como en todos los procesos coloniales, el
imperio español en América estableció una división racial bastante marcada entre:

• Los blancos colonizadores.


• Los indígenas, que habitaban originalmente el territorio americano.
• Los mestizos, que provenían de una mezcla racial entre indígenas y españoles.
• Los esclavos, que provenían de África.

Los procesos de independencia y de descolonización tanto en el siglo XIX como en el XX, así como la
universalización del reconocimiento del derecho a las diferencias, han sido fundamentales en los
procesos de reconocimiento, la expresión de las diferentes culturas y la promoción de la
participación política democrática. Sin embargo, es importante tener presente que en el caso
colombiano aún hay mucho que mejorar para asegurar una sociedad diversa y multicultural.

El derecho a la diversidad se observa en la creciente actitud multicultural que asume una gran parte
de personas alrededor del mundo. Lo anterior se percibe con mayor frecuencia en las nuevas
generaciones, quienes aceptan el intercambio cultural y tienen muy claro que el bienestar del
mundo es responsabilidad de todos. Las nuevas tecnologías comunicativas y la facilidad para
movilizarse de un lugar a otro son los instrumentos de una juventud tolerante, abierta al cambio y
protectora de la diversidad, que puede hacer que el cumplimiento de los derechos sea una realidad.

La diversidad y la constitución política

A partir de la promulgación de la Constitución Política de 1991, Colombia se define como un país


multiétnico y multicultural, donde se busca la protección de la variedad de identidades culturales,
se promueve la interacción pacífica entre estas y se incita a la defensa de los valores de
comunidades, culturas y tradiciones diferentes a la nacional. Así, se estimula el respeto por la
diversidad y el desarrollo pleno de los derechos para todos. Esto implica que:
• El Estado colombiano se compromete, por mandato popular, a proteger la variedad cultural
y étnica y a dar un estatus especial a aquellas culturas o grupos étnicos minoritarios que
pueden encontrarse en situaciones desfavorables.
• Los ciudadanos colombianos están obligados a aceptar y a promover la diversidad cultural
y étnica en todo momento; deben asumir una actitud incluyente en todos los aspectos de
la vida social.

La Constitución Política de Colombia reconoce la diversidad natural, étnica y cultural de la nación y


asegura su protección a través de diferentes mecanismos formales. El fundamento de este
reconocimiento tiene que ver con la intensa mezcla racial que se ha producido en el país desde la
época colonial, la cual hace que de los 49 millones de habitantes con los que aproximadamente
cuenta Colombia hoy en día:

• Un 67 % sean personas identificadas como mestizas, es decir, como un grupo compuesto


originalmente de la combinación de varias razas.
• Un 18 % se consideren blancos.
• Un 12 % sean afrocolombianos.

Un 3 % de la población sea aborigen, es decir, aquella que no entró en el proceso de mestizaje y ha


habitado el territorio desde hace mucho tiempo.

La Constitución Política de Colombia también reconoce que Colombia posee una gran diversidad
natural y una amplia variedad de tradiciones musicales, gastronómicas, artísticas y lingüísticas. Lo
anterior surge y se relaciona con la irregularidad de su topografía, su variedad climática, la riqueza
de sus suelos y su gran cantidad de ecosistemas. Todo lo anterior le otorga rasgos particulares a
cada una de las culturas que se han desarrollado en las diferentes regiones del país. A pesar de la
diversidad cultural presente en Colombia desde sus orígenes, el reconocimiento del
multiculturalismo es una actitud bastante reciente, relacionada con la pluralidad que suscitan las
democracias.

Desde el Siglo, el proyecto de construcción nacional se convirtió en un intento por fomentar la


unidad cultural lograr la consolidación de la nación. Lo anterior significa que la formulación de una
identidad única debía facilitar la reunión de todos los ciudadanos reconocidos como tales alrededor
de unos objetivos comunes, lo que dio lugar a un predominio de los valores comunitarios o
nacionales y generó una tradición. No obstante, la influencia que tuvieron las luchas culturales
impulsadas por la expansión de los derechos humanos dio origen a la idea del multiculturalismo, un
principio según el cual es imposible negar la variedad cultural, es decir, la diversidad de culturas
únicas, identificables e incomparables. Desde ese momento, la construcción nacional debía
plantearse como un proyecto de inclusión cultural y social, puesto que la convivencia ciudadana se
funda en la aceptación y tolerancia, no en el rechazo y la exclusión. Entonces, la multiculturalidad
debe entenderse como la actitud asumida por las instituciones y las personas que,
independientemente de su condición socioeconómica y filiación étnica, asumen el respeto por
aquellos que se muestran diferentes y que se esfuerzan por enseñarles a los demás sus
particularidades.
Derecho de las comunidades indígenas

Actualmente, en Colombia viven aproximadamente pueblos indígenas, que conforman una


población total de 1,2 millones de habitantes. Ellos han sido uno de los grupos poblacionales que
más ha enfrentado acciones de discriminación desde la época colonial. Un ejemplo de esto es lo que
ha sucedido con los resguardos indígenas, los cuales surgieron en el siglo XIX como una manera de
delimitar el espacio habitacional de estos grupos. Estos espacios han ido decreciendo con el tiempo,
al igual que la población indígena. Ante las condiciones de los indígenas, la Constitución Política de
1991:

 Obliga al Estado a garantizar la supervivencia y libre desarrollo de sus comunidades, dando


lugar a la creación y mantenimiento de resguardos indígenas, con la posibilidad de que sean
administrados como entidades territoriales autónomas y descentralizadas, es decir,
independientes de algunos de los controles territoriales y administrativos del Estado
central. Esto significa que los pueblos indígenas tienen derecho a aplicar sus propias leyes.
Sin embargo, estas nunca pueden ir en contra de la vida, la integridad personal y la libertad
de los demás ciudadanos colombianos.

 Otorga a las comunidades indígenas un determinado número de escaños para garantizar su


participación en las decisiones políticas del país y su representación en el Senado. A esto se
le llama circunscripción especial.

 Determina la asignación de cupos educativos exclusivos para miembros de comunidades


indígenas, de modo que puedan contar con posibilidades de desarrollo y construcción
comunitaria.

Estas medidas tienen el objetivo de aminorar el desarraigo al que se han visto sometidos los
indígenas durante mucho tiempo y garantizar sus derechos ancestrales.

Derechos de los afrocolombianos

Según los censos oficiales, en Colombia viven alrededor de cinco millones de afrodescendientes,
aunque esta cifra podría ascender a diez millones, según los cálculos realizados por los
representantes de estas comunidades y por organismos internacionales.

Al igual que con los grupos indígenas, los grupos afrocolombianos tuvieron que ser reconocidos de
manera especial, pues solo así se les compensaría por la explotación desenfrenada que algunas
empresas colombianas y extranjeras han realizado en las tierras que han ocupado de forma
ancestral durante más de cuatrocientos años. Este reconocimiento también busca contrarrestar los
efectos de más de cincuenta años de conflicto armado en las comunidades afrodescendientes, las
cuales no han podido beneficiarse de los avances sociales, económicos y políticos del país.

Este reconocimiento a los afrocolombianos no es únicamente en cuanto a su condición de


ciudadanos colombianos, ya que les otorga los mismos derechos políticos, económicos y sociales
que cualquier colombiano debe tener; se trata, también, como en el caso de los indígenas, de una
discriminación positiva cuyo objetivo es el de reconocerles una situación especial por tantos años
de exclusión social y económica. Algunas medidas especiales a favor de las comunidades
afrodescendientes, establecidas a partir de la Constitución Política de 1991, son:

• La determinación de una circunscripción especial para asegurar la participación del grupo


étnico afrodescendiente en la Cámara de Representantes (Artículo 176 de la Constitución
Política).

• El reconocimiento territorial a las comunidades negras que habitan las zonas rurales
ribereñas de los ríos de la cuenca del Pacífico, y la protección de las tradiciones culturales y
los derechos económicos de las comunidades negras de Colombia como uno de los grupos
étnicos que enriquece el folclor colombiano (artículo transitorio 55 de la Constitución
Política, reglamentado por el Congreso de la República en la Ley 70 de agosto de 1993).

• Las disposiciones a través del Decreto 2249 de 1995 «por el cual se conforma la Comisión
Pedagógica de Comunidades Negras de que trata el artículo 42 de la Ley 70 de 1993», y del
1320 de 1998 «por el cual se reglamenta la consulta previa con las comunidades indígenas
y negras para la explotación de los recursos naturales dentro de su territorio».

Del mismo modo que con los indígenas, las instituciones educativas públicas ofrecen cupos
exclusivos para que las comunidades afrocolombianas cuenten con integrantes altamente educados
que utilicen sus aprendizajes para el beneficio de sus poblaciones. Por ejemplo, la Universidad
Nacional cuenta con programas para la admisión y manutención de miembros de comunidades
afrocolombianas.

Así, desde un punto de vista formal, puede afirmarse que Colombia fomenta la protección de las
minorías étnicas a través de una legislación acorde con las tendencias mundiales y los derechos
humanos. A nivel latinoamericano, las leyes colombianas son avanzadas en cuanto al fomento del
multiculturalismo, aunque la concreción de los beneficios especiales para indígenas y
afrocolombianos ha sido lenta y ha tenido algunos reveses por causa de intereses económicos.

Un ejemplo de lo anterior es que aunque al grupo étnico afrocolombiano se le otorgó, formalmente,


control sobre los territorios del litoral Pacífico, los intereses de algunas empresas multinacionales
que explotan los recursos naturales de esas zonas no han permitido una completa restitución de
tierras y, menos aún, que esas tierras sean cuidadas según los principios de la explotación racional
y la recuperación ambiental, como es el objetivo de las comunidades ancestrales afrocolombianas.

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