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El cortometraje experimental Meshes of the Afternoon de Maya Deren explora temas como la temporalidad circular y el caos. La protagonista se ve envuelta en recuerdos simbolizados por objetos como una flor, una llave y un cuchillo. Aparecen figuras como un hombre desconocido y un fantasma que rompen la línea entre lo real y lo imaginario. Al final, la protagonista yace inerte, dando paso a una nueva existencia como fantasma que busca aferrarse a este mundo.
El cortometraje experimental Meshes of the Afternoon de Maya Deren explora temas como la temporalidad circular y el caos. La protagonista se ve envuelta en recuerdos simbolizados por objetos como una flor, una llave y un cuchillo. Aparecen figuras como un hombre desconocido y un fantasma que rompen la línea entre lo real y lo imaginario. Al final, la protagonista yace inerte, dando paso a una nueva existencia como fantasma que busca aferrarse a este mundo.
El cortometraje experimental Meshes of the Afternoon de Maya Deren explora temas como la temporalidad circular y el caos. La protagonista se ve envuelta en recuerdos simbolizados por objetos como una flor, una llave y un cuchillo. Aparecen figuras como un hombre desconocido y un fantasma que rompen la línea entre lo real y lo imaginario. Al final, la protagonista yace inerte, dando paso a una nueva existencia como fantasma que busca aferrarse a este mundo.
CIN 306 Cine experimental (1), 12 de noviembre de 2018.
Maya Deren, en búsqueda de recuerdos
Pongámonos esencialistas, una existencia como lo proponen varios filósofos no necesariamente puede tomarse desde una perspectiva lineal. Los hay también que piensan en el tiempo de forma circular. Maya Deren incide en transgredir la forma del tiempo a terrenos donde el caos se hace presente, construyendo una zona de temporalidades en el que terminas por perder la cabeza. Son estos los temas que Maya Deren acoge en el corto experimental Meshes of the afternoon. Comenzamos con una flor dejada en el camino. Una presencia pero que a la vez se ausenta, asomándose a los albores de la vida, es precisamente el significado de esa flor, la energía de un ser que se aferra a asomarse por este espacio/tiempo en su afán de no dejar atrás este mundo, y de no pertenecer al vacío, a la nada. Esta presencia la podemos conocer en la alegoría popular como un fantasma. Maya Deren crea un monologo que implícita los sentidos ante un suceso en el tiempo y que vuelve a por nosotros es una especie de círculo de temporal. Aunque en el montaje se trate de un tiempo fragmentario se intuye que es el mismo hecho o suceso que esta en la cabeza de la protagonista, creando conexiones con objetos simbólicos como la llave, la flor y un cuchillo, claves para poder entrar en los recuerdos subjetivos de la protagonista y luego poder reconfigurar ese mismo recuerdo que dejamos atrás. El caos y los límites entre lo real e imaginario se rompen cuando entran en escena dos figuras humanas, la de un hombre desconocido y la de un fantasma. Deren se deja llevar por la vorágine de sueños oníricos que la consumen. No sabe que en qué lugar se encuentra, se cuestiona quien es, que somos, que son los fantasmas, acaso seremos nosotros mismos acechandonos, aferrandonos a una voluntad de pertenecer a algo y no ir hacia el vacío, hacia la nada. El cuadro de la cámara va cambiando a una narración subjetiva, el clima es tenso y se comienza a sentir la desesperación. Una de las imágenes finales, la protagonista yace inerte sentada en un sofá. Es la síntesis del recorrido de una existencia en la tierra, para dar paso a otra forma de existencia, la de un fantasma en pos, tal vez de advertir tu final. El extraño hombre recoge la flor y observa atónito el cuadro desgarrador.