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PISTAS PARA RECONOCER A...

LILITH
Fecha martes, 01 de febrero a las 21:07:01
Tema Astrología

Carmen Ordoñez - Artículo publicado por la revista Eudemón (España),


nímero 6. Verano 1995.

Dos manos tengo:


con una acaricio tu serpiente
con otra hago estallar la fruta.
En mi jardín cultivo
la planta hermafrodita.
ANDREA LUCA

En el principio era Lilith. Se pongan como se pongan, en el origen era el


Andrógino. Y después de su exilio, que no destierro, del Edén nunca nada
volvió a ser como antes.

Ya fuera la manzana ofrecida por Lilith - Serpiente y aceptada por Eva, ya la caja de la
inquietante Pandora (las mitologías patriarcales siempre hicieron responsable a la mujer
del desastre universal), el caso es que ahí nacieron la dualidad y la condición humana,
con su insatisfacción permanente, su búsqueda de la perfección imposible, de los
orígenes, del Absoluto.

Lilith representa el arquetipo de lo irreductible, de todo aquello que, inherente al


ser humano como tal, ha sido o intenta ser mutilado por nuestro entorno. De ahí
que su identificación con la lucha feminista sea errónea desde un punto de vista
literal, pero no incongruente, ya que la situación social de la mujer a lo largo de la
historia ha sido antinatural por naturaleza, valga la redundancia.
De ahí que los hombres generalmente no compartan el mito de Lilith, o no
entiendan como algo suyo a la Luna Negra. Sin embargo, hay una frase
emblemática que explicaría muy bien lo que ésta significa para todos: Más vale
morir de pie que vivir de rodillas. Naturalmente, la dijo una mujer con una Luna
Negra preponderante en su horóscopo. Hay otra más, y ésta es anónima: Seamos
realistas, pidamos lo imposible.
Así pues Lilith, La Luna Negra, actúa sobre hombres y mujeres, si bien éstas viven
este punto en su horóscopo de forma más visceral y acusan notablemente sus
tránsitos, que las incitan a asumir su condición de mujer completa. Mientras, los
hombres suelen vivirlos a través de las mujeres de su entorno más cercano: La
madre, en primer término, y después la hija. También, cómo no, la compañera.
He podido observar en algunos temas de varones que un tránsito de la Luna Negra
en conjunción u oposición a la Luna natal (sobre el Sol, curiosamente, en el caso de
un amigo homosexual) corresponde a una toma de conciencia sobre la muerte de la
madre. No exactamente al hecho físico, sino al momento en que estas personas
asumieron la realidad de que iban a perder a su madre o - en algunos casos a
posteriori- cuando realmente notaron la falta de la madre y lo que ello significa: la
ruptura definitiva e inevitable del vínculo, del cordón umbilical.
De algún modo la Luna Negra (sobre todo en relación con los luminares, según
apunta Joelle de Gravelaine) tiene que ver simbólicamente con esta ruptura. No
olvidemos que Lilith - en tanto y en cuanto dispone de aquellas almas que sufrirían
enormes penalidades en esta vida, y por tanto deben ser apartadas de ella- es
protectora de los recién nacidos hasta el noveno día después del parto, que es
precisamente cuando el bebé suele perder el cordón umbilical. Pero digamos que
éste no se pierde nunca, al menos mientras la madre siga con vida.
Algunos artistas y creadores viven a través de su obra la fuerza de la Luna Negra.
Si la poesía se relaciona de forma inmediata con el mundo lunar del individuo, se
puede afirmar además que un buen número de poetas tienen a Lilith angular en su
horóscopo. Son los poetas Luna Negra, y saben sentir y expresar lo arcaico de
forma demoledora.
Entrando en materia técnica, lo primero a tener en cuenta es cuándo la Luna Negra
adquiere importancia en un tema determinado. Joelle nos ofrece respuestas
concretas:

1º Si se halla en los ángulos.


2º En contacto con los luminares o con el regente del Ascendente.
3º Cuando se encuentra en casa análoga al signo solar.
4º Aspectada con su propio regente.

A veces, en la interpretación de la Luna Negra, ésta se confunde con Satumo o con


Plutón. Es también Joelle de Gravelaine quien nos sitúa en este sentido: Plutón es
expiación, purificación; Satumo nos enfrenta con la culpabilidad; la Luna Negra es
quien ejecuta la sentencia. Plutón es lenta experiencia alquímica del ser, mientras
que la Luna Negra es mutación inmediata y radical.
Lilith no es poder, sino potencia. De ahí que lo masculino convencional la rechace
(en realidad la está acusando de competencia desleal); de ahí su relación con
Plutón. Ella ama el silencio del reino de Hades, y posee la llave del umbral que nos
da el acceso a los tesoros del mundo subterráneo, al corazón de la conciencia. Por
eso dicen los textos que a Ella se refieren que se exilió al Mar Rojo - lugar donde la
Biblia sitúa algún que otro episodio de entrada y salida, de tránsito- y que allí eligió
como compañero a Sammaël. Aquí está también su identificación con Proserpina /
Perséfone (1).
Participa del rigor de Satumo, y es inflexible con los límites, pero en un sentido
diametralmente opuesto: Ella se ocupa de la transgresión, y transgredir también
significa atravesar. Otra vez nos encontramos con el umbral.
Umbral y Sombra son conceptos análogos (2). La Luna Negra, en astronomía, sería
la anti - Tierra o la sombra de la Tierra. Lilith interviene, pues, en la búsqueda del
ánima o del ánimus, en términos junguianos. En traducción astrológica, y según
Nuria Moltó, Lilith representaría lo masculino lunar y lo femenino solar. Bien es
verdad que, en los tiempos que corren, parece ser que le es más fácil a la mujer
identificarse con lo primero que al hombre con lo último.
Joelle de Gravelanie hace referencia, al explicar la Luna Negra, a la dialéctica entre
deseo y rechazo, porque Ella "simboliza mejor que nada la sed de lo Absoluto. Y se
trata de una sed imposible de mitigar, de un deseo que nada ni nadie puede
colmar". Esto la conecta de nuevo con el llamado Pecado Original, y con esa
búsqueda imposible que aboca al ser humano a la renuncia. Por eso con Lilith es
necesario pagar con un sacrificio para obtener la consagración.
La Luna Negra tarda ocho años, diez meses y unos días en dar la vuelta al Zodíaco,
es decir, unos nueve años; y nueve meses dura su estancia en cada uno de los
signos. La relación de Lilith con el 9 es evidente. Su ciclo es casi coincidente con el
del eje nodal pero, a medida que pasan los años, se van distanciando de manera
que en la primera vuelta son prácticamente simultáneos, y para la cuarta sin
embargo, Lilith transita a los 36 años y el Dragón a los 38 aproximadamente. En
cualquier caso ambos forman parte de un nuevo proceso. Cada vez que Lilith toca
un punto de nuestro horóscopo es para ponerlo en cuestión. Con ello nos
proporciona el acceso a un nuevo nivel de experiencia.
Robert Amadou dice que la Luna Negra debe estudiarse junto con el eje de los
Nodos y la Luna. Y añade que Algol es también un punto inexcusable a tener en
cuenta.
Este artículo apenas habla del mito, que se supone de sobra conocido por el lector.
Hay sin embargo una referencia antropológica imprescindible. Se dice que Lilith se
quejó a Adán por su forma de hacer el amor. Subyace aquí un dato sobre la
evolución del ser humano en materia de sexo. En realidad Adán, que representa a
una tribu más primitiva, sólo conocía la cópula en la postura que adoptan los
animales y así la ejercía. Lilith, mujer de una sociedad más avanzada, pretendió
enseñarle a hacer el amor cara a cara, síntoma de un acercamiento a la fusión
perfecta. Es una hermosa historia y personalmente me gustaría que fuese cierta.
Y dice Joelle de Gravelaine: "Lilith hoy tiene la necesidad dramática de ser
escuchada. Es el grito de la noche de la gente que reclama, que quiere tocar lo
Absoluto".

1-Lilith aglutina en sí misma una serie de mitos de diferentes


culturas, de manera que puede ser reconocida en Tiamat, Anat,
Britomartis, Kali, Astarté, Ishtar, Cibeles, Artemisa, Hécate, las
Parcas, las Furias, la Gorgona... Y, más humana, en Fedra, Medea,
Helena, Salomé, Judith...
2- Las palabras UMBRAL y SOMBRA no tienen la misma raíz
etimológica. Sin embargo, ambas han experimentado variaciones
lingüísticas en castellano por contacto con LUZ y SOL,
respectivamente (ver J. COROMINAS. "Breve diccionario etimológico
de la lengua castellana")

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