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INTRODUCCIÓN A

LA LITERATURA
FANTÁSTICA
LOS GÉNEROS LITERARIOS
La obra es esencialmente única, vale por lo
que tiene de inimitable, por lo que la
distingue de todas las demás y no por
aquello que la vuele semejante a ellas.
No reconocer la existencia de los géneros
literarios equivale a pretender que la obra
literaria no mantiene relaciones con las obras
ya existentes. Los géneros son precisamente
esos eslabones mediante los cuales la obra
se relaciona con el universo de la literatura.
Toda teoría de los
géneros se basa en
una concepción de la
obra, en una imagen
de esta que contiene,
por una parte, un
cierto número de
propiedades
abstractas, y en otra,
leyes que rigen el
sistema de relaciones
de esas propiedades.
La antigua poética entendía por géneros
literarios ciertas reglas de creación a las que
el poeta debía de ajustarse.
Sin embargo, en la actualidad se podrían
concebir como ciertos temas radicales para
poder contar algo, irreductibles entre sí,
verdaderas categorías estéticas.
Por lo que debemos entenderlos como temas
estéticos independientes entre sí, igualmente
necesarios y últimos, son amplias vistas que
se toman sobre las vertientes cardinales de
lo humano. Cada época trae consigo una
interpretación radical del hombre. Mejor
dicho: cada época es esa interpretación, de
ahí que cada época prefiera un género
determinado.
DEFINICIÓN DE LO
FANTÁSTICO
En un mundo, que es el nuestro, el que conocemos,
sin diablos, hombres lobo, ni vampiros, se produce
un acontecimiento imposible de explicar por las
leyes de ese mismo mundo familiar. El que percibe
el acontecimiento debe de optar por una de las
dos soluciones posibles: o bien se trata de una
ilusión de los sentidos, de un producto de la
imaginación; o bien, el acontecimiento se produjo
realmente, es parte integrante de la realidad y
entonces esta realidad está regida por leyes que
desconocemos. O bien el diablo es una ilusión, un
ser imaginario, o bien existe realmente como los
demás seres, con la diferencia de que rara vez se
le encuentra.
Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que
no conoce más que las leyes naturales, frente a un
acontecimiento aparentemente sobrenatural.
El primero que utilizo el término “FANTÁSTICO” fue el
filósofo y místico ruso Vladimir Soloviev, quien
aseguraba “hay un fenómeno extraño que sólo puede
ser explicado de dos maneras, por tipos de causas
naturales y sobrenaturales. La posibilidad de vacilar
entre ambas crea el efecto fantástico”.
LO EXTRAÑO Y LO
MARAVILLOSO
La definición clásica del aun no visto, por venir:
presente, por por consiguiente, a un
ejemplo, nos lo futuro. En lo extraño
describe como un en cambio, lo
puro límite entre el inexplicable es
pasado y el futuro. reducido a hechos
Lo maravilloso conocidos, a una
corresponde a un experiencia previa y
fenómeno de esta suerte, el
desconocido, pasado.
Si los acontecimientos que a lo largo del
relato parecen sobrenaturales, reciben
finalmente una explicación racional, se
tratará de algo fantástico-extraño. El
carácter insólito de esos
acontecimientos es lo que permitió que
durante largo tiempo el personaje y el
lector creyesen en la intervención de lo
sobrenatural. El sueño, la locura o las
drogas pueden ser un ejemplo de lo
fantástico-extraño.
Por lo contrario lo
fantástico-maravilloso
se termina con la
aceptación de lo
sobrenatural. El
cuento de hadas o la
fábula no es más que
una de las variedades
de lo maravilloso y los
acontecimientos
sobrenaturales no
provocan sorpresa
alguna, esto debido a
su estatus de
sobrenatural.
LA POESÍA Y LA ALEGORIA
Voltaire decía que “para ser buena una
metáfora debe ser siempre una imagen;
su índole debe ser tal que un pintor pueda
representarla por medio del pincel”. Una
imagen poética es una combinación de
palabras, no de cosas.
En este sentido debemos decir que la
alegoría expresa una cosa y significa otra.
La alegoría es una
proposición de doble
sentido, pero cuyo
sentido propio (literal)
se ha borrado por
completo. Tal es el
caso de los
proverbios. “Tanto va
el cántaro al agua
hasta que se rompe”,
nadie al oír esto
piensa en la acción
de romper, sino en su
sentido alegórico o
metafórico.
Y es en este punto en
donde debemos hacer
uso de la semántica,
para poder entender o
darle un significado a las
alegorías encontradas en
un texto fantástico, toda
vez que la semántica
apunta a la relación de
los significados con lo
designado por el
referente.
LOS TEMAS DE LO FANTÁSTICO

Lo fantástico se define como una


percepción particular de acontecimientos
extraños.
Louis Vax (L’arte et la littérature fantastiques, 1960) da
una primera clasificación de los temas de lo
fantástico: “lobizón, el vampiro; las partes
separadas, del cuerpo humano, las perturbaciones
de la personalidad; los juegos de lo visible y lo
invisible; las alteraciones de causalidad, del espacio
y del tiempo; la regresión”.
Por su parte Roger Caillos, en su Au coeur du fantastique, de
1965, nos da una clasificación más detallada: el pacto con el
demonio (Fausto, Goetthe); el alma en pena que exige para
su reposo el cumplimiento de determinada acción; el
espectro condenado a una carrera desordenada y eterna
(Melmoth, Charles Robert Maturin ); la muerte personificada
que aparece en medio de los vivos (El espectro de la muerte
roja, Poe); la “cosa” indefinible e invisible pero poseedora de
un peso, de una presencia (El Horla, Maupassant); los
vampiros, es decir, los muertos que se aseguran una
perpetua juventud alimentándose de la sangre de los vivos;
la estatua, el maniquí, la armadura, el autómata que de
pronto se anima y adquiere una temible independencia (La
Venus de Ille, Próspero Mérimée); la maldición de un
hechicero que provoca una enfermedad espantosa y
sobrenatural; la mujer fantasma, proveniente del más allá,
seductora y mortal (El diablo enamorado, Théophile Gautier);
la interpretación de los terrenos del sueño y la realidad; el
cuarto, el departamento, el piso, la casa, la calle borrados del
espacio; la detención o repetición del tiempo (El manuscrito
encontrado en Zaragoza, Jan Potocki).
LOS TEMAS DEL YO Y DEL TÚ
Los temas del yo se fundamentan sobre
una ruptura del límite entre lo psíquico y
lo físico; pensar que alguien no está
muerto, desear que ello suceda y, al
mismo tiempo, percibir ese mismo
hecho en la reliadad, por ejemplo.
Mientras que los temas del tú tienen que
ver con los actos excesivos ligados al
deseo y al deseo sexual.
Los primeros que
tendríamos que citar
son los referentes a
las de la
metamorfosis, y en un
segundo momento la
“suerte” o el “azar”.
Este último lo explica
Erckmann-Chatrian al
cuestinarse “¿Qué es,
después, de todo el
azar, sino el efecto de
una causa que
escapa a nuestra
comprensión?”
Podemos hablar aquí de “La hora de nuestro
un determinismo nacimiento, el punto de la
generalizado, de un tierra donde aparecemos,
pandeterminismo: todo, el primer gesto, el
hasta el encuentro de número del cuarto, todas
las diversas series esas consagraciones,
causales (o “azar”), esos ritos que nos
debe tener su causa, imponen, todo eso
establece una serie feliz
en el sentido pleno del o fatal de la cual depende
término, aun cuando todo el porvenir… Con
ésta no sea sino de razón se dijo que nada en
orden sobrenatural. el universo es indiferente
Tal como Nerval lo ni impotente; un átomo
describiría: puede disolverlo todo, un
átomo puede salvarlo
todo”.
La experiencia de la droga y el mundo del
psicótico, también son temas del yo,
mundos en donde el espacio se
transforma.
Del mismo modo el juego entre el sueño y
la realidad.
Así como la idea del espejo, el cual está
presente en todo los momentos en que
los personajes del cuento perciben ala
imagen invertida del mundo y de sí
mismo podía provocar y la imagen
invertida también de sí mismo.
¿Por qué la sexualidad ha de ser designada
como tema del tú por excelencia? La
satisfacción de los sentidos exteriores o
los interiores, pretender la satisfacción de
ambos lleva a ese escándalo formal que
se llama locura.
Para Tzveztan Todorov, analista literario
búlgaro, señala en este sentido que “se
trata en efecto de una experiencia que,
por su intensidad, resulta imposible de
comparar con cualquier otra”.
Por ello no debe de
sorprendernos encontrar
la relación con lo
sobrenatural: ya
sabemos que éste
aparece siempre en una
experiencia de los
límites, en estados
“superlativos”. El deseo,
como tentación sensual,
se encarna en algunas
de las figuras frecuentes
del mundo sobrenatural
y en especial en la del
diablo. El diablo no es
más que otra palabra
para designar la libido.
El don del diablo es, en efecto, el desperar el
deseo, que ya nada puede detener; teniendo
regularmente como arma ideal a la mujer.
En este sentido, para no ser diabólica, la
relación con una mujer debe ser vigilada y
censurada maternalmente.
Por ello, entre los temas del tú se destacan: el
incesto, homosexualidad, el amor de más de
dos, el sadismo/masoquismo que da como
resultado el placer a través de la crueldad, y
la necrofilia (en donde se engloba el amor
por una estatua, por la imagen de un cuadro,
etc.).
Para poder llevar a cabo
un análisis contundente
de un texto fantástico
es necesario usar a la
par tanto la semántica,
como el psicoanálisis.
Como en el caso de los
cuentos infantiles, en
donde desvestirse,
compartir una cama
con un ser del sexo
opuesto, equivale a ser
comido en Caperucita
Roja.
En conclusión, los temas del yo abordan la
relación ente el hombre y su mundo.
Mientras que los temas del tú confrontan la
relación del hombre con su deseo, con su
inconsciente, es decir, el deseo y sus
diversas variaciones.

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