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Hipnosis - PDF ÑÑ 1
Hipnosis - PDF ÑÑ 1
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Éste es un libro sumamente claro, conciso y exhaustivo que familiarizará al
lector con un campo dinámico y en constante evolución como es el de la
hipnosis y que, además, le ofrecerá magníficas herramientas terapéuticas que se
pueden aplicar en muchos contextos. La obra está diseñada como un
instrumento informativo dirigido a todos aquellos que deseen explorar esta
estimulante disciplina, desde el principiante hasta el profesional de la salud
mental que necesite refrescar la memoria. De ahí que la amplitud de temas
abordados sea enorme, desde los fenómenos hipnóticos clásicos y su inducción
hasta la autohipnosis, pasando por las variables ambientales y físicas que
influyen en las distintas reacciones, la capacidad de sugestión y la controversia
respecto a los recuerdos reprimidos, la superación de las resistencias, las
trampas que se deben evitar, las directrices éticas, los mitos y las ideas
preconcebidas, las técnicas para realizar inducciones tradicionales, etc. Todo
ello clausurado, al final de cada capítulo, con una exhaustiva sección de
referencias bibliográficas que resultará extremadamente útil a quienes quieran
realizar exploraciones de mayor calado.
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Publicado en inglés, en 1995, por Brunner / Mazel. Inc., Nueva York
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Agradecimientos
En el ámbito personal, quiero dar las gracias a mi familia y amigos. Las
familias Yapko y Harris me han dado apoyo y afecto sin igual. Wendy y
Richard Horowitz, a quien pertenece la increíble Megan Leigh (la persona que
ha conquistado mi corazón), son los mejores amigos imaginables. Con un toque
de humor, pero con sinceridad, quiero dar las gracias a: 1) la Ghirardelli
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Chocolate Factory en San Francisco. Si dieran Premios Nobel al chocolate, esta
gente lo ganaría fácilmente; 2) Captain Jean-‐‑Luc Picard, de la Starship
Enterprise, por personificar metafóricamente la claridad y la integridad; 3) Café
Starbucks, por los incomparables cafés; 4) Jethro Tull y Eric Clapton, por los
exquisitos placeres auditivos; y, finalmente, 5) al inventor de los helados.
Por último y más importante, a mi esposa, Diana. Simplemente la mejor.
De verdad.
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Prefacio
Cuando Natalie Gilman, la veterana e inteligente editora de Brunner/Mazel me
llamó para hablar de una nueva colección de libros, llamada «Principios básicos
aplicados a la práctica», que querían publicar, la describió como la creación de
una colección de libros introductoria sobre diferentes temas en el campo de la
psicoterapia. Estos servirían no sólo de guía básica para los principiantes, sino
también como cursos para refrescar a los profesionales en activo. ¡Qué gran
idea! Existe tanta información disponible en cualquier área concreta sobre la
que uno quiere aprender, que un enfoque que dé una visión general parece ser
una manera estupenda de dar a las personas nuevas en dicho campo una idea
clara de lo que allí ocurre sin desbordarlas. Y, si alguien se interesa en ahondar
en ello, encontrará referencias actualizadas que le indicarán la dirección a
tomar.
¡Así es como surgió este libro! Es breve pero está lleno de información.
Ofrece una perspectiva sobre el campo de la hipnosis clínica. Plantea muchas
cuestiones clínicas y anima al lector a pensar en ellas de forma crítica. Sugiere
métodos y aplicaciones. Informa en todo momento de la gran cantidad de
investigaciones y material práctico escrito disponible en la extensa bibliografía
existente sobre el campo de la hipnosis. También explica dónde se puede
encontrar gran parte de dicho material. De hecho, las secciones de referencia
que aparecen al final de cada capítulo son una de las características más
importantes de este libro, puesto que todos los capítulos son expresamente
breves y generales para dar a conocer simplemente el tema en cuestión.
Buena parte de este libro procede de mi exhaustivo manual Trabajo con el
trance. En gran parte se trata de una adaptación, aunque se han añadido
secciones nuevas, y el adjetivo que las define a todas es "ʺsucintas"ʺ. Se trata de
un texto muy limitado, de acuerdo con el objetivo de la colección «Principios
básicos aplicados a la práctica» de Brunner/Mazel.
La hipnosis es un tema intrínsecamente fascinante. Cualquier cosa que el
lector ya haya visto o leído sobre el tema probablemente habrá picado
suficientemente su curiosidad como para conducirle hasta este libro. Cuando
uno supera las absurdas connotaciones mágicas que evoca la hipnosis en la
mayoría de la gente y se instruye en este campo, viéndola como una
herramienta de amplia aplicación en contextos clínicos, creo que este método se
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vuelve todavía más interesante. Es realmente increíble ver como uno puede
decir y hacer cosas con el propósito de generar respuestas sorprendentes en la
gente, como revivir claros recuerdos o percibir la distancia suficiente del propio
cuerpo como para sufrir una intervención quirúrgica sin anestesia química. El
campo de la hipnosis es dinámico, diverso y está en continuo crecimiento.
Espero que lleguen al lector todas sus perspectivas verdaderas —y también
todo el asombro.
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Este libro no pretende tratar la hipnosis de forma sensacionalista ni afirmar que
es la respuesta a todos los cuestionamientos de la vida. Más bien presentaré la
hipnosis clínica como un sistema de comunicación hábil e influyente que enseña
cómo pueden curar las palabras. La hipnosis clínica ofrece formas de
conceptualizar cómo construyen los seres humanos sus realidades individuales,
y las percepciones nuevas respecto a la manera de interactuar con los demás de
manera más efectiva. Adquirir habilidades hipnóticas es una manera de
aumentar las habilidades clínicas, y puede ayudar a obtener resultados más
duraderos en el trabajo terapéutico realizado. Quizá lo mejor de todo sea que la
hipnosis puede ser una forma poderosa de promover autosuficiencia e
independencia en los clientes a los que se trata, ayudándoles a tener más
seguridad en sí mismos y a valorarse más.
La hipnosis clínica es la habilidad para usar las palabras y los gestos de
manera particular y conseguir resultados específicos. El énfasis se centra, a lo
largo de todo el libro, en el uso de procesos hipnóticos como agentes de
comunicación y cambio efectivos. Esta orientación minimiza el uso de
encantamientos y rituales y, en su lugar, enfatiza la evaluación rápida y la
respuesta sensible a las necesidades individuales del cliente.
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la investigación sobre hipnosis o que la hipnosis del deporte o del
entretenimiento. Incluso entre los clínicos que la utilizan cada uno lo hace de
manera muy diferente a los otros. Éste es un pequeño inconveniente de su
práctica; el público general supone, con demasiada frecuencia, que la «hipnosis
es hipnosis», y que todo lo que tienen que hacer como consumidores es buscar
en todas las tiendas y comparar hasta encontrar la que resulte menos cara y que
resuelva mayor cantidad de promesas. ¡Y algunas de las promesas son bastante
indignantes!
Sin embargo, si se utiliza de manera habilidosa este problema se puede
convertir en un recurso. Al explorar con el consumidor que busca información
sobre la hipnosis en general o sobre mi trabajo en particular, puedo ayudarle a
que tenga la información suficiente como para tomar algunas decisiones
significativas. En mi opinión, en la práctica profesional es básico asegurarse de
que los clientes tienen la información necesaria para tomar una decisión
elaborada respecto al tratamiento. Que alguien no haga preguntas no quiere
decir que no tenga ninguna sino que generalmente no sabe qué preguntar.
Implicando a los clientes en una breve discusión sobre sus necesidades y
la naturaleza de la hipnosis clínica como herramienta de trabajo se les puede
proporcionar información que les ayude a evaluar de una forma más realista
sus necesidades y la manera de satisfacerlas. Con frecuencia, la hipnosis formal
que pretende simplemente eliminar el síntoma (como los anuncios de los
periódicos que aseguran «¡Deje de fumar en una sesión!») no es una alternativa
de tratamiento deseable ni realista. Sin embargo, es lo que desean las personas
que buscan «magia» y la manera de evitar el malestar de otros enfoques de
tratamiento más amenazadores o que exigen una mayor implicación personal.
A veces dichos enfoques superficiales funcionan exactamente de la forma que
dicen que lo harán. ¿Por qué? Continúe leyendo...
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Casi siempre es beneficioso explicar a la gente los propósitos y la
capacidad de la hipnosis como herramienta terapéutica. La clarificación de las
expectativas normalmente lleva al cliente a afrontar el hecho de que no se
pueden prometer curas milagrosas. Esto significa aceptar la responsabilidad
personal de los propios problemas y ser activo en su resolución.
A la hora de promover concepciones equivocadas es igual de peligroso el
hipnotizador de espectáculos que el que, a causa de la ignorancia o la avaricia,
usa la hipnosis de manera que ofrece ideas falsas al público. Dichas personas
normalmente tienen escasa o ninguna formación oficial en hipnosis y en las
ciencias de la educación, pero saben lo suficiente como para engañar a la gente
afirmando falsamente que poseen un poder sensacional.
Estas son algunas percepciones de los problemas a los que se enfrenta la
hipnosis clínica como campo. Otras se comentarán en secciones subsiguientes
de este libro. A lo largo de todo el volumen se insiste en que si se ha de
considerar la hipnosis como un tratamiento alternativo serio, se debe fomentar
de manera sensible teniendo en cuenta los aspectos que preocupan tanto a los
clientes como a otros profesionales de la salud. El interés del lector en aprender
cosas sobre la hipnosis es un buen comienzo. Mi meta es guiar dicho interés
para que se aprecien formas diversas e innovadoras en que se puede usar la
hipnosis en la práctica clínica para ayudar a aquellos que lo necesitan.
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Bibliografía
Las obras siguientes son textos generales que proporcionan buenas y di-‐‑
versas visiones de conjunto del campo de la hipnosis:
HAMMOND, D. (comp.) (1990), Handhook of hypnotic suggestions and metaphors,
Nueva York, Norton.
KROGER, W. (1977), Clinical and experimental hypnosis in medicine, dentristry and
psychology (2a ed.), Filadelfia, Lippincott.
13
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communication, Nueva York, Holt, Rinehart and Winston.
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Guilford.
YAPKO, M. (1990), Trancework: An introduction to the practice of clinical hypnosis
(2a ed.), Nueva York, Brunner/Mazel.
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Los defensores de la hipnosis se han dado cuenta de esta tendencia hace
tiempo, sintiéndose generalmente más incomprendidos como grupo que otros.
Aun así, el término sigue prácticamente sin alteraciones en el uso común.
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2. La hipnosis es un estado alterado de conciencia que es natural. La
persona entra en un estado hipnótico, un estado claramente diferente del estado
«normal», a través de un proceso natural que no implica la ingestión de
ninguna sustancia ni de otros tratamientos físicos (Ludwig, 1966; Ludwig y
Levine, 1965; Tart, 1969).
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se centra mucho menos en el ritual y en conseguir un nivel de hipnosis
particular y más en el uso de palabras y gestos de manera específica (Haley,
1973). Así, los elementos de cualquier secuencia de comunicación pueden tener
cualidades hipnóticas (por ejemplo, absorbentes e influyentes) sin ser
formalmente hipnosis (Watzlawick, 1985). Este punto en particular permite que
el estudio de la hipnosis tenga incluso un valor potencial mayor para cualquiera
que trabaje con personas. Incluso si uno elige no ser un experto en realizar
hipnosis formal, se puede beneficiar en gran medida del aprendizaje de
diversos aspectos de la comunicación efectiva. Después de todo, una palabra o
frase usada de manera insensible puede entorpecer e incluso impedir un
resultado positivo en el tratamiento. De la misma manera, una palabra o frase
usada de manera sensible puede fomentar una creencia positiva que mejore de
manera espectacular las oportunidades de un resultado exitoso.
Definir la hipnosis como un proceso de comunicación influyente es una
definición extremadamente general, incluso en exceso. Tal como ocurre con
frecuencia cuando uno intenta definir conceptos abstractos, sólo se puede
ofrecer una definición más precisa cuando se pueden considerar las variables de
un contexto específico. Estoy sugiriendo definiciones de hipnosis flexibles y
situacionales. En dichas definiciones se incluirá la experiencia subjetiva del
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cliente, claramente ausente de los comentarios que he hecho hasta ahora y que
se comentará ampliamente más adelante.
* El hecho, por supuesto, es que la mera presencia de otra persona altera
nuestra conducta. No es cuestión de si uno influye en la gente (uno
indudablemente lo hace) sino que la pregunta es cómo se influye. Aprender a
usar los patrones de influencia de manera responsable y al mismo tiempo
respetar la integridad de aquellos con los que trabajamos es un cuestionamiento
agotador. Por supuesto que los patrones de influencia no sólo existen en los
contextos de la terapia o la hipnosis. Si se es observador se pueden ver
literalmente en cualquier lugar en el que surja una interacción social.
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Bibliografía
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York, John Wiley & Sons.
WATZLAWICK, P. (1978), The language of change, Nueva York, Basic Books.
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En la práctica de la hipnosis clínica, las ocasiones en las que uno se enfrenta a la
desinformación son constantes. Muchos conceptos erróneos son predecibles, lo
que hace su identificación y corrección más fácil. La mayoría de la gente tiene
una visión estereotipada de la hipnosis, como una forma poderosa de control
mental, y la mayoría de concepciones equivocadas se basan en dicha noción
(Levitan y Jevne, 1986; Mann, 1986; Udolf, 1981; Wester, 1984).
Si el cliente ha tenido alguna experiencia personal con la hipnosis, sería
bueno poder hacer algunas preguntas como: ¿cuál fue la situación en la que la
experimentó?, ¿quién era el hipnotizador y cuáles eran sus títulos?, ¿cuál fue la
explicación que le dieron?, ¿qué técnicas utilizaron con usted?, ¿fue una
experiencia exitosa?, ¿por qué o por qué no?, ¿cómo se sintió respecto a la
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experiencia?, ¿por qué razón —o razones— busca más experiencias con la
hipnosis? La información recogida será vital para determinar el enfoque del
terapeuta. A veces hacer muchas preguntas puede ser amenazador y aburrido
para el cliente, y se debe realizar de forma amable; no se recomienda hacer
interrogatorios policiales (Erickson y Rossi, 1979; Moore, 1982).
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(Murray-‐‑Jobsis, 1986).
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Bibliografía
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Clinical hypnosis: A multi-‐‑disciplinary approach, Filadelfia, Lippincott, págs. 18-‐‑28.
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Hay una paradoja que está presente en la hipnosis y en la psicoterapia.
Jay Haley (1963) la describió en términos del mensaje aparentemente
contradictorio del hipnotizador: «Sólo le puedo hipnotizar si usted se hipnotiza
a sí mismo; sólo le puedo ayudar si usted se ayuda a sí mismo». Esencialmente
el mensaje enfatiza la responsabilidad y el control del cliente, que éste comparte
con el clínico. Si yo le digo a alguien: «Aquí te estoy dando mi control», ¿quién
controla realmente? Si yo tengo el control, todo lo que estoy haciendo es
suspender mi decisión de ejercitar mis elecciones y usar en su lugar las de la
otra persona. Sin embargo, sigo estando libre para empezar a ejercitar mis
elecciones de nuevo en cualquier momento si tengo que hacerlo o quiero.
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reduzcan la eficacia de la terapia. Dichos obstáculos son innecesarios: se pueden
evitar proporcionando una información correcta y asegurándose de que los
clientes están informados al aceptar el tratamiento (Kroger, 1977; Spiegel y
Spiegel, 1987).
Concepto erróneo: lo que causa la hipnosis es el poder del hipnotizador
Concepto erróneo: sólo se puede hipnotizar a ciertos tipos de personas
En la práctica existen personas en las que resulta claramente más difícil
inducir la hipnosis que en otras. Dichas personas no suelen ser menos capaces
que las demás, sino que son menos reactivas por una amplia gama de razones
como: tener miedo a perder el control, tener dificultad para distinguir entre
estados internos ambiguos (para ellos) como la tensión o la relajación, tener
miedo a los cambios inminentes, ser conscientes de factores situacionales
negativos, etc. Cuando se identifica y se resuelve la causa de la resistencia, la
persona «difícil» puede pasar de ser un sujeto poco hipnotizable a uno
razonablemente hipnotizable (Araoz, 1985; Barber, 1980).
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Concepto erróneo: cualquiera que sea hipnotizable debe tener una mente
débil
Esto se refiere a la idea de que el hipnotista controla la voluntad de los
sujetos y que una vez que uno «sucumbe a su poder» está para siempre a su
merced. Por supuesto, nada más lejos de la verdad puesto que el proceso
hipnótico es una interacción clínica basada en el poder mutuo compartido para
conseguir cierto resultado terapéutico deseado. Si un cliente, por cualquier
razón, elige no continuar con la hipnosis, no continuará. La naturaleza del
proceso hipnótico siempre está determinada por el contexto. Incluso los clientes
más sensibles pueden decidir no seguir adelante con la sugestión de un
hipnotista si es eso lo que quieren. La experiencia previa, sea buena o mala, no
es el único factor determinante para lograr la hipnosis o no. La comunicación y
los factores de relación del contexto particular en el que se lleva a cabo son las
variables clave que ayudarán a determinar el resultado (Barber, 1991; Diamond,
1987).
Concepto erróneo: se puede hipnotizar a alguien para que diga o haga algo en
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contra de su voluntad
Concepto erróneo: ser hipnotizado puede ser peligroso para la salud
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La otra cara de este tema y la razón para desarrollar habilidades en
técnicas hipnóticas es el considerable beneficio emocional que puede generar.
La hipnosis tiene la capacidad de aumentar los sentimientos de autocontrol en
las personas y, por lo tanto, su confianza en sí mismos y de esta manera puede
ser un medio poderoso para resolver problemas emocionales y para sentir
bienestar. Es esencial que el clínico tenga conocimientos y habilidades
suficientes para utilizarlos con ese fin, puesto que es evidente que cualquier cosa
que tiene la capacidad de curar también tiene la capacidad de hacer daño.
Hay un viejo dicho, «si das a un hombre un pez le has dado una comida.
Si le enseñas a pescar le has dado un medio de vida». Enseñar autohipnosis
puede permitir el surgimiento de un mecanismo autocorrector que asegure a
aquellos con los que se trabaja que tendrán mayor control sobre sus vidas, y da
al terapeuta la seguridad de que ha hecho bien su trabajo.
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La hipnosis es un estado de atención centralizada, ya sea dirigida hacia
dentro o hacia fuera. La controla el cliente, quien puede iniciar o terminar la
experiencia en el momento en que él o ella elijan (Kirsch, Lynn y Rhue, 1993;
Watkins, 1986).
Concepto erróneo: la persona está dormida o inconsciente durante la hipnosis
Puesto que la hipnosis no es el sueño, e incluso el cliente profundamente
hipnotizado está orientado en cierta medida hacia la realidad externa, el uso de
frases arcaicas como «duerma profundamente» no son apropiadas para la
experiencia del cliente y por eso no se deberían usar.
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inducción
Concepto erróneo: se debe estar relajado para poder ser hipnotizado
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La hipnosis no es una terapia. Más bien es una herramienta terapéutica
que se puede utilizar en una variedad infinita de formas, no se alinea con
ninguna orientación teórica o práctica. En un sentido amplio, es una parte de
todas las psicoterapias y, por dicha razón, una parte de todas las interacciones
en las que una persona se acerca a otra y le influye (Kirsch, Lynn y Khue, 1993;
Lankton, 1982).
Concepto erróneo: la hipnosis se puede usar para recordar con precisión todo
lo que le ha pasado a una persona
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Bibliografía
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YAPKO, M. (1994), Suggestions of abuse: True and false memories of childhood sexual
trauma, Nueva York, Simon & Schuster.
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CAPÍTULO 5: La hipnosis teóricamente hablando
Todas las teorías de la hipnosis desarrolladas a lo largo de los años son
útiles a la hora de describir uno o más aspectos de la misma, pero ninguna se
puede considerar que tenga la última palabra para describir el proceso o la
experiencia de la hipnosis. Los siguientes son algunos de los modelos y
perspectivas más destacados.
3. La hipnosis como relajación. La relajación se considera como la fuente
de la que derivan todos los fenómenos como la regresión y la disociación
(Edmonston, 1977, 1981, 1991).
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5. La hipnosis como estado permisivo. El enfoque autoritario que tienen
los clínicos con una orientación más tradicional es la base para la descripción
que hace esta teoría de la conducta del cliente como pasiva y permisiva.
Específicamente, un cliente permisivo se caracteriza por permitir que el clínico
dirija su experiencia, expresando pocos o ningún deseo propio. Se espera que el
cliente responda tanto como pueda a la guía del clínico, y así opere en un rol
secundario y reactivo en la relación. En esencia, se ve al cliente como un
receptáculo pasivo de las sugerencias autoritarias del clínico. La incapacidad
del cliente para responder a las sugestiones directas del clínico y satisfacer así a
éste último, es la base de lo que en este modelo se ha catalogado como
«resistencia» (Weitzenhoffer, 1989).
6. La hipnosis como role playing. Existe una gran cantidad de confusión
y de especulación respecto a si la realidad es una condición de la experiencia
humana que se puede llamar «hipnosis». Los gráficos de ondas cerebrales, las
medidas de cambios bioquímicos en el cuerpo, y las lecturas objetivas de la
actividad en el sistema nervioso son, en el mejor de los casos, ambiguas para
ayudar a definir el fenómeno. La naturaleza de la hipnosis es extremadamente
subjetiva y, hasta la fecha, se ha resistido a las mediciones objetivas. De hecho,
hay algunos teóricos (Coe y Sarbin, 1991; Sarbin y Coe, 1972) que han adoptado
una perspectiva sociocognitiva particular sugiriendo que la hipnosis como
entidad de conciencia única y separada no existe realmente. Desde su punto de
vista sólo hay hipnosis cuando alguien desea representarla. En otras palabras, el
cliente no entra realmente en una dimensión de conciencia que difiera de forma
apreciable de ninguna otra. Más bien la persona desempeña el papel de cómo se
supone que es y actúa y del aspecto que tiene un sujeto hipnotizado, y cumple
las sugerencias del hipnotizador a este respecto.
7. La hipnosis como un estado de conciencia alterado. La experiencia de
la hipnosis se ha conceptualizado también como un estado de conciencia
alterado (Fromm, 1992; Tart, 1969). Desde esta perspectiva se considera el
estado hipnótico como un estado único y separado distinto del normal. A partir
de este punto de vista la hipnosis es un estado creado artificialmente mediante
el proceso de inducción, que altera la experiencia fenomenológica de la persona
limitando la atención a las sugestiones que se le ofrecen.
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Esta perspectiva ha sido popular a lo largo de la historia debido a que
reconoce que las personas hipnotizadas pueden experimentar cosas que
superan su capacidad normal. La idea de un estado de conciencia alterado
permite dicha posibilidad, y también permite que la proporción variable de
personas que pueden experimentar dicho estado se describan en las estadísticas
de susceptibilidad.
8. La visión de la hipnosis como contrastación con la realidad. Obtener
retroalimentación (feedback) de los sentidos respecto a nuestra relación con el
mundo que nos rodea es un proceso llamado «contrastación con la realidad».
Este proceso normalmente es tan inconsciente que lo damos por supuesto.
Esta visión de la hipnosis teoriza que, cuando se entra por primera vez
en un estado hipnótico, el proceso continuo de contrastación con la realidad es
marcadamente reducido. Cuando uno suspende el proceso de obtener
retroalimentación del mundo que le rodea centrándose en sus procesos
internos, que es lo que caracteriza a la mayoría de las experiencias hipnóticas
(aunque la hipnosis se puede centrar en aspectos externos), uno pierde
cualquier orientación que esté fuera de su experiencia interna. Al suspender la
contrastación objetiva con la realidad la persona es libre para aceptar cualquier
realidad que se le sugiera. La realidad sugerida, independientemente de que sea
verdadera o falsa, determinará la calidad y la cantidad de las respuestas
emocionales y conductuales de la persona (Lynn y Rhue, 1991; Shor, 1959).
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de saber lo que representan las palabras.
Lo más importante es que uno use su propia experiencia individual para dar
significado a una palabra. Por lo tanto, una misma palabra significará
inevitablemente cosas diferentes para diferentes personas. Cuanto más
abstracta sea una palabra, más cierto será esto.
10. La hipnosis es un resultado interaccional. En los métodos hipnóticos
más tradicionales la inducción hipnótica era algo que el terapeuta «hacía a» un
sujeto. En un enfoque estandarizado y no individualizado, era algo que un
sujeto se hacía a sí mismo en respuesta al enfoque impersonal de las sugestiones
del hipnotizador. En el enfoque de la utilización, la responsabilidad de la
experiencia de la hipnosis la comparten el clínico y el cliente, en el sentido de
que deben estar atentos y responder al otro. El clínico, para tener éxito, debe
responder a las necesidades del cliente y adaptar su enfoque a ellas para que el
cliente responda a las posibilidades de cambio sugeridas por él. La relación es
de mutua interdependencia y en ella cada uno sigue la iniciativa del otro y al
mismo tiempo, paradójicamente, toma la iniciativa (Erickson y Rossi, 1979;
Erickson, Rossi y Rossi, 1976; Zeig, 1991).
El punto de vista interaccional enfatiza la sensibilidad y el respeto por el
cliente, lo que resulta ideal en los contextos terapéuticos. Sin embargo, es
evidente que esos factores no han de estar necesariamente presentes para que se
produzca la hipnosis. Después de todo, el hipnotizador de espectáculos no tiene
ninguna relación especial con sus sujetos y, desde luego, no es sensible ni
responde a sus características personales únicas.
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se produce en ciclos que oscilan entre 90 y 150 minutos como componentes del
ciclo corporal de 24 horas (llamado ritmo circadiano). El «ritmo ultradiano» o
alternancia entre atención y relajación se considera como el marco biológico
para el estado hipnótico. Watzlawick (1978) describió la hipnosis como
producto de la asimetría hemisférica, sugiriendo que su inducción distrae al
hemisferio izquierdo (es decir, la parte «racional») mientras que los procesos
intuitivos e impresionistas del hemisferio derecho se vuelven dominantes en la
propia experiencia.
Bibliografía
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42
CAPÍTULO 6: Contextos de la hipnosis
Muchas veces la gente me pregunta «¿se puede usar la hipnosis para llenar
espacios en blanco?». Mi respuesta es promover la idea de que la hipnosis se
puede usar como herramienta para el tratamiento de cualquier estado humano
en el que la actitud de la persona es un factor importante.
Hipnosis médica
En general la hipnosis puede ser un accesorio útil para los tratamientos
médicos tradicionales por varias razones, la primera de las cuales tiene que ver
con la relación mente-‐‑cuerpo y el papel de la mente (actitudes y emociones
relacionadas) en los trastornos médicos (Barber, 1984; Cohen y Williamson,
1991; Levenson y Bemis, 1991).
Las implicaciones específicas de la hipnosis en los contextos médicos son
muy variadas, pero generalmente se pueden describir como una forma de tener
un grado de control significativo sobre los procesos físicos. Una posibilidad es
la reducción o la eliminación del dolor sin el uso de medicación (Chaves, 1993;
Spanos, 1989).
43
Los métodos de control del dolor mediante la hipnosis suelen ser
bastante sofisticados y se aconseja tener una formación sólida y una gran
experiencia en hipnosis antes de trabajar en esta área. Trabajar con pacientes
que sufren dolor presupone tener una licencia médica apropiada o, al menos
una supervisión médica en cada caso.
La hipnosis, tomada como ayuda y no como sustituto para el tratamiento
de trastornos graves en los enfoques más tradicionales, ha demostrado que es
necesario tratar las necesidades emocionales del paciente al mismo tiempo que
se usan sus recursos mentales como parte integral del tratamiento. Esto ocurre
incluso en enfermedades que parecen, y probablemente son, de naturaleza
totalmente orgánica. El mecanismo exacto por el que un clínico puede
pronunciar unas pocas frases hipnóticas y efectuar cambios en el paciente es
desconocido, pero se cree que la respuesta reside en el sistema inmunológico de
la persona. La investigación actual en esta área sugiere que es más probable que
las personas desarrollen una enfermedad grave durante o poco después de un
período muy estresante de sus vidas. Se cree que el estrés reduce la capacidad
de las defensas naturales del organismo, el sistema inmunológico, permitiendo
que los organismos que transmiten enfermedades se multipliquen en la persona
debilitada. Se cree que la hipnosis puede fortalecer las funciones inmunológicas
del organismo y ayudar a vencer la enfermedad (Rossi, 1993; Wickramasekera,
1993).
44
Hipnosis dental
Un segundo uso positivo de la hipnosis en este contexto son las técnicas
de control del dolor. Las técnicas hipnóticas que crean la experiencia de
analgesia o anestesia pueden permitir que el paciente reduzca el grado de
malestar a un nivel más fácil de controlar. Muchas son capaces de eliminar el
malestar totalmente.
Otra utilización de la hipnosis en el contexto dental está relacionada con
el desarrollo del proceso de curación tras el tratamiento. Usar técnicas que
implican imaginarse la curación (por ej. imágenes, sentimientos y sonidos
asociados a la reconstrucción, reparación y fortalecimiento) pueden reducir el
período de recuperación y permitir un mayor confort durante ese tiempo (Rossi
y Cheek, 1988).
El uso de los testimonios obtenidos mediante hipnosis en las salas de los
tribunales se ha restringido severamente (Scheflin y Shapiro, 1989). Los
expertos no están de acuerdo con dichos testimonios debido a la conocida
45
capacidad de la hipnosis y la sugestión para contaminar recuerdos. Algunos
expertos sostienen que la información obtenida de una persona hipnotizada se
puede usar y merece tanta confianza como cualquier otra, y que la hipnosis no
distorsiona necesariamente los recuerdos. En la otra cara de la cuestión están
aquellos que defienden que la hipnosis puede alterar los recuerdos, que los
testigos hipnotizados pueden mentir con facilidad, y que es probable que
rellenen detalles ausentes con material de la fantasía o con información
contenida en las sutiles preguntas del investigador (Sheehan y McConkey, 1993;
Yapko, 1994). Este asunto se trata de manera más amplia en otro capítulo
posterior.
46
47
facilidad en un fracaso real. Construir imágenes positivas mediante la hipnosis
y la autohipnosis puede cambiar completamente su ejecución. Es cierto que la
hipnosis no ofrece un talento extra al atleta; simplemente amplía el que ya tiene,
proporcionándole el mayor acceso posible al mismo. Como se puede imaginar
hay muchos atletas que valoran esto (Liggett y Hamada, 1993; Masters, 1992;
Morgan, 1993; Ward, 1992).
Hipnosis y psicoterapia
Todas las psicoterapias implican influir de alguna manera en una perso-‐‑
na que tiene dificultades para sentirse mejor. El cliente que busca ayuda no
puede dejar de responder a las comunicaciones del psicoterapeuta; la
sofisticación de un buen terapeuta es conseguir una respuesta terapéutica
deseada.
Otras utilizaciones más complejas y habilidosas de la misma implican la
utilización de técnicas que pretenden la resolución de conflictos más profundos
(que se lleven con ellos los síntomas, o si no no es un verdadero éxito). Este tipo
de hipnosis implica un enfoque más interaccional y funciona en múltiples
dimensiones de la persona, no sólo en las más superficiales.
48
y Lankton, 1988).
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51
¿Por qué compra la gente los productos que compra? ¿Por qué elige uno
una marca y no otra?
52
es sugestionable en un grado que desconocemos; quiere adquirir nueva
información o experiencias que le permitan aliviar el malestar. La persona no se
siente bien con algún aspecto de sí misma y busca la ayuda de otra persona que
pueda decir o hacer algo que establezca una diferencia positiva. La mayoría de
las personas no son totalmente acríticas a la hora de aceptar información, y por
ello existe una destacada diferencia entre sugestionabilidad y credulidad. La
hipnosis no hace a las personas crédulas.
El viejo dicho «allí donde fueres haz lo que vieres» refleja la confianza
que se deposita en otras personas como modelos de lo que hay que hacer
cuando uno se enfrenta con la incertidumbre de si una conducta es o no
apropiada. Dichos modelos pueden tener una poderosa influencia en nosotros.
Un terapeuta tendrá cierta influencia en el cliente, que proviene de la creencia
de este último de que está controlando mal cierta porción de su vida. Los
síntomas parecen estar fuera de su control. Los intentos de auto-‐‑corrección
anteriores han fracasado, así que la persona tal vez busque fuera a alguien,
aparentemente más entendido, del que aprender.
Si el lector ha intentado cambiar el patrón de algún hábito y ha fracasado
(¿quién no lo ha hecho alguna vez?) puede aceptar la sugestión de que alguien
que tiene un entrenamiento profesional en dichos temas podrá ayudarle. Al
profesional de la ayuda se le ve como una autoridad en el tratamiento de
problemas personales porque está formado para reconocer las causas y los
tratamientos. La persona que busca ayuda ya ha aceptado su propia ignorancia
y su impotencia respecto a la situación, y con una fuerte sensación de esperanza
busca al terapeuta como la persona que puede lograr que el dolor desaparezca
(Coe, 1993; Eisen, 1990).
53
Al menos hay cinco tipos diferentes de poder: a) coercitivo (proviene de
la capacidad de castigar), b) recompensa (proviene de la capacidad de ofrecer
beneficios que van de los monetarios a los psicológicos), c) legítimo (que
proviene de la posición, tanto elegida como asignada), d) experto (proviene de
un mayor conocimiento en un área) y e) poder atribuido (que proviene de
características personales como la simpatía o la amabilidad). Todos estos
poderes son operacionales en casi todos los contextos en un grado u otro, pero
son especialmente prevalentes en el contexto terapéutico. El papel del terapeuta
puede ser muy poderoso. La capacidad para influir mediante la utilización de
principios y técnicas de hipnosis clínica quizás lleve al profesional al plantearse
cuidadosamente la cuestión del poder en las relaciones si se quiere usar de
manera juiciosa y respetando totalmente la integridad del cliente (Aronson,
1992; Frauman, Lynn y Brentar, 1993).
54
lenguaje, valores e ideas teóricas del terapeuta son formas de descubrir esta
necesidad en la relación terapéutica. Respecto a la discusión sobre el poder,
aquí es donde el poder de recompensa se convierte en una fuerza importante en
el proceso.
Expectativas
El papel de las expectativas en la experiencia es muy profundo, tal como
se ha demostrado en muchos lugares, y se le han dado muchos nombres.
Probablemente el término que se ha usado más es el de «profecía
autocumplidora», que describe la probabilidad de que ocurra lo que se espera
que ocurra y, a la inversa, que no ocurra lo que se espera que no ocurra
(Inconscientemente ponemos nuestra conducta del lado de nuestras
expectativas).
Las ideas que tiene una persona sobre sus experiencias futuras guiarán
sus experiencias del presente en dicha dirección. Cuanta más implicación
emocional tiene la persona en dicha expectativa, menos probable será que
experimente nada que la contradiga (Coe, 1993; Torem, 1992; Zeig y Rennick,
1991).
55
Conclusión
56
Para ser realmente influyente, la tarea del clínico es descubrir dónde está
abierta una persona a la sugestión y no si lo está o no (la mayoría de las
personas lo están en alguna medida). La sugestionabilidad de cada persona es
lo que hace que el cambio sea posible y permite el crecimiento personal. El
proceso de descubrir lo que quiere un cliente y cómo alcanzarlo de la mejor
manera es el proceso de adquirir rapport* que surge cuando el cliente siente que
el terapeuta le entiende y es empático con su experiencia (Bertrand, 1989;
Gfeller, 1993; Kirsch y Council, 1992; Sheehan, 1991).
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59
Una de las variables más significativas a la hora de determinar la eficacia de la
comunicación hipnótica es la manera en que las mentes consciente e
inconsciente responden a un mensaje. Las comunicaciones a las que uno
responde se experimentan, hasta cierto punto, a un nivel consciente donde son
procesadas de una forma que es característica del patrón de la mente
consciente. Sin embargo, las mismas comunicaciones se procesan
simultáneamente a nivel inconsciente de una forma diferente. Al usar los
patrones hipnóticos, las sugestiones se forman deliberadamente para transmitir
significado en la mente inconsciente del cliente mientras su mente consciente
está preocupada con otras cosas. Reconocer las diferencias entre las
características conscientes e inconscientes tiene una relevancia inmediata en la
formulación de sugestiones efectivas (Hilgard, 1986; Kihlstrom, 1987;
McConkey, 1991).
60
experiencia que hace la mente consciente. Evitar la mente consciente del cliente
y su naturaleza crítica es fundamental para utilizar de manera exitosa los
fenómenos hipnóticos más complejos (Dixon y Laurence, 1992; Kihlstrom, 1984;
Zeig, 1980).
El procesamiento inconsciente
61
En los últimos años se ha abandonado la caracterización de la naturaleza
dual del funcionamiento mental como «consciente» e «inconsciente» en favor de
explicar las funciones mentales por hemisferios cerebrales. Los dos principales
hemisferios cerebrales tienen, naturalmente, muchas funciones en común, pero
a nivel popular se caracterizan por sus diferencias.
62
El hemisferio derecho corresponde, aproximadamente, al inconsciente.
Se le suele llamar el «hemisferio silencioso» y el «hemisferio intuitivo». Se dice
que contiene la intuición y la creatividad de una persona, y se cree que opera a
niveles más simbólicos y globales que el izquierdo. Por lo tanto, la apreciación
del arte, la música y la capacidad para crearlos se consideran funciones del
hemisferio derecho. Se dice también que contiene la visión del mundo y la
autoimagen de la persona, y ayuda a tener una visión general de las cosas, «a
ver el bosque y no los árboles» (Brown, 1991; Gabel, 1988).
Conclusión
63
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65
La cuestión de quién puede ser hipnotizado (y quién no) es una de las más
controvertidas en el campo de la hipnosis. Sobre ello han investigado y escrito
en numerosas publicaciones, tanto científicas como de otros tipos, algunas de
las personas más respetadas en este campo. En dichas investigaciones
normalmente se describen tipos de personalidad y otras características de los
sujetos (por ejemplo, inteligencia) que les predisponen a dar respuestas
favorables o desfavorables a los procedimientos hipnóticos. Muchos estudios
han publicado, además, informes estadísticos elaborados a partir de población
general mostrando el porcentaje de personas que pueden ser hipnotizadas en
diferentes grados así como aquellas pocas que aparentemente no pueden ser
hipnotizadas.
66
hipnotizabilidad es un estado que permanece relativamente estable a través del
tiempo. En otras palabras, si una persona no responde a los procedimientos de
inducción formal de la hipnosis, se la considera un pobre sujeto que es incapaz
de responder adecuadamente a la hipnosis. Los estudios posteriores que se han
realizado para verificar la fiabilidad de esta conclusión la apoyan: los sujetos
poco aptos tienden a seguir siendo poco aptos a lo largo del tiempo (en intentos
repetidos de inducir la hipnosis en la misma persona con los mismos
procedimientos o similares) y los sujetos aptos tienden a seguir siendo aptos a
lo largo del tiempo (Banyai, 1991; Morgan, Johnson y Hilgard, 1974; Piccione,
Hilgard y Zimbardo, 1989).
En la bibliografía tradicional sobre hipnosis aparecen textos en los que se
pueden encontrar comentarios sobre otras dimensiones de la susceptibilidad
hipnótica que son más descriptivos que las simples medias estadísticas que
miden la capacidad de respuesta ante procedimientos estandarizados. Dichas
dimensiones incluyen la edad, la inteligencia, el estado mental, la autoestima, el
grado de predisposición a la fantasía y la capacidad de imaginar, y los factores
de relación entre el clínico y el cliente. Se comentará cada dimensión tanto
desde la perspectiva tradicional como desde la de la utilización.
Edad e hipnotizabilidad
Una de las razones más normales por las que algunos profesionales
dudan que los niños sean sensibles a la hipnosis proviene de su naturaleza
activa. Como se comentará más adelante, los adultos generalmente inhiben la
actividad voluntaria cuando están hipnotizados pero los niños suelen moverse
nerviosamente y parecen intranquilos aunque puedan estar muy implicados
con el clínico y con lo que éste está haciendo. Si uno tiene expectativas rígidas
de cómo debe parecer y comportarse un cliente hipnotizado, a un niño que se
mueve mucho parecerá que no le han afectado los procedimientos hipnóticos.
67
La inactividad absorbente (llamada «catalepsia») como prueba de la
hipnosis es una imposición en el niño que tiene una naturaleza activa y no es
necesaria para que la comunicación tenga un efecto significativo. Los niños
pueden ser, y a menudo son, altamente sensibles a las intervenciones
apropiadas (Kohen y Olness, 1993; Olness y Gardner, 1988).
Inteligencia e hipnotizabilidad
68
incapacidad para establecer rapport. En gran medida esto es cierto. Sin embargo,
las técnicas individualizadas que permiten la construcción de la confianza
(rapport), que no hacen demasiadas demandas inmediatas, y que son
suficientemente indirectas para no provocar miedo y sospechas, pueden entrar
bien y funcionar.
Autoestima e hipnotizabilidad
La autoestima del cliente es una variable muy importante respecto a su
capacidad para responder de manera significativa a las comunicaciones del
clínico. En parte la autoestima determina lo que el sujeto ve como posible para
sí mismo.
69
¿Qué es la autoestima? Es cierto que no hay una definición comúnmente
aceptada, pero está claro que implica tener conciencia, aceptar y valorar cada
uno de los aspectos de uno mismo.
Las personas varían en su estilo y capacidad para procesar información;
algunas son bastante concretas y requieren descripciones muy detalladas de la
experiencia para experimentar la hipnosis, mientras que otras son capaces de
tener un alto nivel de abstracción en el que la imaginación y la fantasía pueden
correr libremente por sus mentes y generar experiencias significativas para
ellas. Lo concreto o abstracto que es uno en su pensamiento es un factor que
influye en la capacidad de responder a la hipnosis debido a la naturaleza
subjetiva de la experiencia.
El rapport entre el clínico y el cliente siempre se ha considerado un factor
destacado en el proceso terapéutico, y realmente lo es. Según mi definición, se
trata de una interrelación positiva entre individuos basada en el entendimiento
y la confianza. Se tiene rapport cuando el cliente se siente entendido, y cuando
siente que el terapeuta aprecia el valor y la complejidad de su experiencia
personal (Barber, 1991; Zeig y Rennick, 1991).
En los métodos de hipnosis antiguos, el rapport probaba la conformidad
con la autoridad del hipnotista. Todavía es posible que algunos consideren este
70
tipo de relación desigual una posibilidad viable para la interacción hipnótica.
Sin embargo, la relación cooperadora y más equilibrada, inherente al enfoque
de la utilización, suele ser más respetuosa.
Se puede ver la hipnosis como una respuesta que surge de forma natural
en un tipo de relación especial de mutua responsabilidad. Las iniciativas del
clínico están determinadas por las del cliente y viceversa. La hipnosis es un
proceso continuo de ajuste y reajuste entre ambos, aunque en ningún momento
parezca que uno u otro esté estableciendo el ritmo de la interacción. En este
enfoque es esencial un bucle de retroalimentación continuo, de manera que la
retroalimentación del cliente determine la iniciativa del clínico y viceversa. Este
tipo de relación difiere de forma destacada de las perspectivas que consideran
que en la relación hipnótica el cliente sigue de forma obediente la iniciativa del
clínico y que el fracaso en lograrlo es una señal de «resistencia». La capacidad
de respuesta del cliente permite al clínico ofrecer sugestiones de una forma y a
un ritmo que maximicen la capacidad del cliente para responder (Gfeller, 1993;
Gfeller, Lynn y Pribble, 1987; Gilligan, 1987; Zeig, 1980).
71
Escala de sugestionabilidad de Berber (Berber, 1976).
Escala de responsividad a las sugestiones de la Universidad de Carleton
(Spanos, Radtke, Hodgins, Stram y Bertrand, 1983).
Escala de susceptibilidad hipnótica del grupo de Harvard (Shor y Orne,
1962).
Perfil de inducción hipnótica (Spiegel, 1972; Stern, Spiegel y Nee, 1979).
72
Continúa el debate respecto a la utilidad de las escalas en el tratamiento.
Su valor en la investigación es incuestionable. Sin embargo, no está claro lo
relevante que es la respuesta a un test estandarizado y no individualizado
respecto a los resultados clínicos obtenidos.
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76
CAPÍTULO 10: La experiencia de la hipnosis
______________________________________________________________
Tabla 1
77
Lógica del trance: reducción de la contrastación con la realidad (Shor, 1959).
______________________________________________________________
Atención selectiva
78
Disociación
79
aumento de la capacidad de respuesta está evidenciado por un mayor deseo del
cliente de ser guiado por las sugestiones del clínico, probablemente por la
expectativa de poder conseguir algo aceptándolas.
Interpretación subjetiva
80
aplicada a la clínica se llama «lógica del trance». Esto hace referencia a que el
cliente no tiene necesidad de que su experiencia sea enteramente realista o
racional. En otras palabras, el cliente puede, al menos temporalmente, aceptar la
realidad sugerida, aunque ésta sea ilógica y objetivamente imposible, como si
fuera la única realidad.
Relajación
La relajación asociada a la hipnosis surge en forma de varios cambios fí-‐‑
sicos (descritos en la siguiente sección) y de una pasividad voluntaria en la que
el cliente experimenta que hacer cualquier cosa supone demasiado esfuerzo. Si
se le pide al cliente que hable, se mueva o piense, éste suele reaccionar con una
inactividad aparente, simplemente porque lo que se le ha sugerido requiere más
energía de la que él/ella está dispuesto a gastar. Ésta es otra razón para asumir
un enfoque laxo en vez de uno exigente, para que el cliente experimente la
hipnosis a su manera sin tener que «actuar».
81
Características físicas del estado hipnótico
3. Lacrimación: cuando la persona se relaja, algunas veces puede derramar
alguna lágrima. Algunos suponen automáticamente que la persona está triste y
llora, pero es algo injustificable que puede llevar a una conclusión posiblemente
errónea. Si se tienen dudas, es bueno preguntar.
5. Cambio en el ritmo respiratorio: es normal el cambio en la respiración, ya
sea porque se enlentece o porque se acelera. Es bueno observar los patrones
respiratorios del cliente antes y durante el proceso para comparar. La
respiración de algunas personas se vuelve más superficial y la de otras más
profunda; algunas tienen una respiración torácica y otras diafragmática.
82
6. Cambio en el ritmo del pulso: también es normal que el pulso se acelere o
se retarde. Cuando un cliente está sentado cómodamente, se puede observar el
pulso de la arteria carótida en el cuello. Si se prefiere (y se tiene el permiso del
cliente) se puede coger al cliente por la muñeca «para darle apoyo» y tomarle el
pulso.
83
hábil se vuelva uno en observar dichos cambios, más cómodo se sentirá para
adaptar las sugestiones espontáneamente a la experiencia del cliente (Grinder y
Bandler, 1981; O'ʹHanlon, 1987).
Bibliografía
HlLGARD, E. (1986), Divided consciousness: Múltiple controls in human thought and
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84
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85
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ZEIG, J. (comp.) (1980), A teaching seminar with Milton H. Erickson, M. D., Nueva
York, Brunner/Mazel.
86
CAPÍTULO 11: Condiciones para realizar hipnosis
En este capítulo me gustaría explicar algunas de las variables que están fuera de
los patrones de comunicación y de la relación terapéutica y pueden influir en el
trabajo del terapeuta. Estas variables se dividen en «ambientales» y «físicas».
Variables ambientales
Otro factor ambiental que puede ser útil es el uso de una iluminación
suave y tranquilizadora, que puede crear una atmósfera cómoda. Yo no
recomendaría una iluminación demasiado débil, ni tampoco estar a oscuras.
Para algunos puede ser útil trabajar a la luz de las velas, aunque para otros
(como yo) es demasiado esotérico.
87
mobiliario debería ser cómodo y servir para que el cliente apoye la cabeza y el
cuerpo. A medida que el cliente se relaja, su cuerpo tiende a volverse pesado; el
resultado es muchas veces dolor de cuello y espalda si no se tiene un apoyo
físico adecuado. Por eso las sillas reclinables son bastante buenas (Alman y
Lambrou, 1992; Weitzenhoffer, 1989).
Variables físicas
También merece la pena considerar ciertas condiciones físicas cuando se
está realizando hipnosis. No me refiero a la salud física, sino a las experiencias
físicas transitorias que pueden desempeñar un papel en el encuentro
terapéutico. Físicamente es útil que el cliente se sienta cómodo (es decir, que su
cuerpo tenga un soporte adecuado, que la ropa no le apriete ni sea ceñida, que
la temperatura sea agradable y que él no sienta prisa ni le distraigan otras cosas
que exijan una atención inmediata.
Otras consideraciones físicas son la influencia de las drogas y el alcohol,
que normalmente son contraproducentes para realizar un trabajo eficaz. Se
exceptúan los fármacos prescritos por el médico, aunque incluso éstos pueden
dificultar potencialmente la respuesta hipnótica eficaz. También existen
objeciones similares para el cliente excesivamente cansado o exhausto, que se
puede dormir con facilidad pero es difícil que se centre internamente de manera
útil (Beahrs, Carlin y Shehorn, 1974; Spiegel, 1986).
88
Bibliografía
ALMAN, B. y LAMBROU, P. (1992), Self-‐‑hypnosis: The complete manual for health and
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York, Brunner/Mazel.
ZEIG, J. (1985), Experiencing Erickson: An introduction to the man and his work,
Nueva York, Brunner/Mazel.
89
90
Uno de los requisitos previos para usar la hipnosis de manera efectiva es
apreciar las diferencias en los estilos de procesamiento de información y en la
habilidad de la mente consciente y la inconsciente. Una de las formas en las que
la hipnosis obtiene su fuerza es formulando sugestiones que puedan incidir en
la visión del mundo de la mente inconsciente.
__________________________________________________________
91
Tabla 2
Sugestiones positivas
Sugestiones negativas
Sugestiones directas
Sugestiones indirectas
Estilos permisivos
Estilos autoritarios
«Harás X»
Sugestiones poshipnóticas
«Más tarde, cuando estés en la situación A, puedes hacer X»
___________________________________________________________
92
Sugestiones directas
Las sugestiones directas son aquellas que tratan o bien con el problema
que se tiene entre manos o bien con la respuesta específica deseada de manera
abierta y clara. No se conocen por su sutileza.
Las ventajas de las sugestiones directas son: a) su relevancia directa con
los asuntos que se tienen entre manos (reduciendo las preocupaciones
conscientes del cliente respecto a la capacidad del terapeuta para tratar
directamente sus problemas); b) su capacidad para mantener los objetivos del
cliente bien definidos y a la vista; c) la implicación directa del cliente en el
proceso de manera activa; y d) su capacidad para servir de modelo para la
resolución de cualquier problema futuro que surja a través del desarrollo
directo de una estrategia consciente de solución de problemas.
El inconveniente de las sugestiones directas es que confían demasiado en
el deseo consciente de seguir las sugestiones, usando menos los recursos de la
mente inconsciente. Además, es más probable que este tipo de sugestiones
93
susciten resistencia en el cliente al tratar de manera tan directa sus problemas
que, potencialmente, son una experiencia amenazante. Esta sensación de
amenaza que tiene el cliente aumenta la probabilidad de tener reacciones
defensivas, una de las cuales es el rechazo de las sugestiones.
Sugestiones indirectas
Un buen sujeto hipnótico empieza cerrando los ojos. ¿Puedes permitir que tus
ojos se cierren?
94
A muchos de mis clientes les gusta sentarse en esa silla y tener los ojos cerrados.
¿No es agradable no tener que escuchar con los ojos abiertos?
Me pregunto qué cree que le permitiría CERRAR LOS OJOS cómodamente.
Los inconvenientes del estilo indirecto son la posibilidad de que el cliente
sienta ansiedad o miedo de que el terapeuta no sea capaz de afrontar
directamente el problema: «Si el terapeuta no puede, ¿cómo voy a poder yo?».
Se puede ver al terapeuta como evasivo o incompetente, y el cliente sentirse
manipulado e incluso engañado. Otro inconveniente es que las respuestas
inconscientes del cliente pueden permitir aliviar el problema pero dejar al
cliente, a nivel consciente, preguntándose cómo se produjo el cambio. Quizá se
resuelva el problema pero la solución no permite al cliente acceder a patrones
para resolver problemas futuros (Lehrer, 1986; Yapko, 1983).
95
Algunos clientes quieren entender a nivel consciente, preguntando
muchas veces «¿por qué?». Otros están más interesados en conseguir que se
produzca algún cambio en el problema, sin importar lo que eso suponga.
Cuanto mayor sea la necesidad de la persona de entender a nivel consciente e
intente implicar al terapeuta en este nivel, más disruptivo será un enfoque
indirecto en su patrón normal, aumentando la probabilidad de cambio.
Aunque, al mismo tiempo, una persona que quiere entender a nivel consciente
puede quedar desconcertada por los métodos indirectos, perder la paciencia y
la motivación y rechazar la experiencia como inútil.
La experiencia es lo único que puede ayudar al terapeuta a evaluar qué
estilo se debe utilizar con cada cliente en concreto.
Comportamiento clínico
Antes del reciente interés que han suscitado los métodos indirectos para
inducir y utilizar el estado hipnótico, su consideración se limitaba a la conducta
del clínico cuando ofrecía sugestiones directas. Los estilos se describían en un
continuo en el que «autoritario» estaba en un extremo y «permisivo» en el otro.
Estos términos todavía pueden ser útiles para describir las relaciones existentes
entre el clínico y el cliente, y por eso se han incluido aquí.
El estilo autoritario es dominante y en él el clínico literalmente ordena al
cliente que responda de una determinada manera. La autoridad y el poder son
las variables en las que confía el clínico y la respuesta del «buen» cliente es la
conformidad.
96
Cuando toque tu hombro, entrarás en un profundo estado de hipnosis.
En el otro lado del espectro está en enfoque «permisivo», que es mucho
más respetuoso con la capacidad del cliente para hacer elecciones en su propio
nombre respecto a las cosas a las que responderá y a las que no. El enfoque
permisivo se caracteriza por el énfasis que se pone en permitir al cliente ser
consciente de las posibilidades que tiene de dar respuestas significativas, en vez
de exigir dichas respuestas. Las siguientes sugestiones están estructuradas con
un estilo permisivo:
Quizás estés interesado en descubrir otra manera de sentirte más cómodo.
Me pregunto si has considerado la posibilidad de aprender dichos métodos más
fácilmente de lo que pensaste en un principio.
No sé cuál es para ti la posición más cómoda al sentarte en la silla.
Quizá te podrías centrar con más facilidad con los ojos cerrados.
Puedes decidir escuchar las cosas que yo describo, si quieres.
97
Además del estilo para ofrecer sugestiones, el terapeuta tiene que elegir
también una estructura particular para la sugestión, que puede asumir dife-‐‑
rentes formas, que describiremos a continuación.
Sugestiones positivas
Puedes recordar una vez que te sentías muy orgulloso de ti mismo.
Eres capaz de descubrir fuerzas internas que no te habías dado cuenta que
tenías.
Puedes darte cuenta de lo bien que te sientes relajado.
Puedes darte cuenta de una suave sensación de calidez en las manos.
98
Sugestiones negativas
Te recomendaría que no prestaras atención a esa sensación de tu pierna.
Por favor, intenta no pensar en cuál de todos tus amigos es el más materialista.
99
dimensión de la experiencia sugerida puede tener el efecto deseado de ayudar
al cliente a tener la experiencia de forma más completa y, por lo tanto, a un
mayor grado de satisfacción. Algunos ejemplos de sugestiones de contenido
son:
Piensa en una rosa roja con unos pétalos suaves y aterciopelados y una
fragancia suave y dulce.
Imagina que estás en la playa en un día claro y brillante, sintiendo como el sol
calienta tu piel, oliendo la sal en la brisa del océano y oyendo el ruido de las
olas al chocar contra la orilla.
En contraste con las sugestiones de contenido, que son tan meticulosas,
las de proceso se caracterizan por su escasez de detalles, dejando al cliente
libertad para prestar atención a aquellos que él mismo ha asociado a (es decir
proyectado en) la experiencia sugerida.
100
Las instrucciones sobre el proceso dan a los clientes la oportunidad de
usar su propia experiencia y sus propios detalles en el proceso y, por lo tanto,
de hacer que lo que parece a primera vista demasiado general para ser eficaz, se
convierta en un enfoque muy individualizado. A continuación se incluyen
algunos ejemplos de instrucciones sobre el proceso:
Te puedes volver consciente de un sonido específico en la habitación.
¿Puedes recordar aquel momento especial en que te sentías tan bien contigo
mismo?
Sugestiones poshipnóticas
Las sugestiones poshipnóticas son aquellas que se dan al cliente mientras
está hipnotizado y tienen que ver con conductas o emociones que tendrá en
algún contexto futuro. Estas sugestiones permiten posponer para el contexto
deseado las conductas nuevas o el entendimiento adquirido durante la
hipnosis. Las sugestiones poshipnóticas son una parte necesaria del proceso terapéutico
si el cliente aporta nuevas posibilidades a las experiencias futuras. Sin ellas, el
aprendizaje adquirido durante la sesión de hipnosis es probable que quede
101
limitado al estado hipnótico en sí. La razón por la que esto ocurre es que las
respuestas hipnóticas son específicas de un estado, están asociadas a un estado
interno concreto. La sugestión poshipnótica permite que el aprendizaje
recientemente adquirido cruce los límites internos y esté disponible en otros
estados de conciencia. Si el cliente puede tener la conducta o la emoción sólo
cuando está hipnotizado, sigue estando muy limitado.
Estas sugestiones son útiles para asegurarse de que la respuesta deseada
quedará integrada en la vida cotidiana de la persona, reemplazando respuestas
disfuncionales o ausentes. Además, también se pueden usar para facilitar el
trabajo hipnótico futuro ofreciendo la sugestión de que en futuras sesiones el
cliente podría entrar en la hipnosis con más rapidez y profundidad (Erickson y
Rossi, 1979; 1981; Lankton y Lankton, 1983).
Sugestiones especializadas
Mientras que la estructura y el estilo de las sugestiones que acabamos de
describir representan el núcleo de las sugestiones hipnóticas, existen otras
formas derivadas de los componentes nucleares. Algunas de ellas las
describiremos en esta sección.
Las preguntas que animan al cliente a responder en un nivel experiencial
y no sólo verbal se conocen con el nombre de preguntas de acceso. Más que
preguntas retóricas, éstas centran al cliente en aspectos particulares de su
experiencia, que se amplifican mediante la manera de formularlas: «¿Puedes
recordar vividamente lo suave y relajante que es estar tumbado bajo un cálido
sol y sentir como éste calienta tu piel?». A este tipo de preguntas se les ha
llamado también «postulados conversacionales» (Bandler y Grinder, 1979;
Hammond, 1990).
102
Sugestiones ambiguas
103
Al ofrecer al cliente la obligatoriedad de alternativas comparables se
crea, para él, una situación de «elección forzada» en la que ambas elecciones
llevan a un resultado igualmente deseable: «¿Preferiría disfrutar de una
experiencia de hipnosis profunda sentado en esta silla o en aquella?». Mientras el
cliente responda dentro de los parámetros de la sugestión, la obligatoriedad
existe (Hammond, 1990).
Sugestiones confusionales
104
sugestión, y asegura una respuesta positiva (Grinder y Bandler, 1981;
Hammond, 1990).
Directrices implícitas
Sugestiones entremezcladas
Metáforas
105
significar historias. Las metáforas son un método indirecto para conseguir
diferentes objetivos. Se consideran una de las formas más poderosas y suaves
para comunicar información relevante a un cliente, y por ello se comentan
detalladamente en algunos de los próximos capítulos (Barker, 1985; Gordon,
1978; Wallas, 1985).
Sugestiones paradójicas
Las sugestiones paradójicas contienen lo que parecen ser, a primera vista,
componentes incompatibles dentro de la misma sugestión. Por ejemplo:
«Puedes tomarte todo el tiempo del mundo en el próximo minuto para completar el
trabajo interno de integrar tu nuevo aprendizaje» (Lange, 1988; Seltzer, 1986).
Presuposiciones
Una presuposición supone la respuesta que se producirá; es simplemente
algo así: «¡Qué sorpresa tan agradable tendrás cuando descubras que entiendes
las presuposiciones!» (Gordon, 1985; Haley, 1973).
106
Zeig, 1980).
Perogrulladas
Una perogrullada es una observación de «sentido común» que parece ser
tan evidente como innegable. Se usan para construir una aceptación de la
sugestión que sigue basándose en la aceptación de la perogrullada: «Todas las
personas son únicas (perogrullada), todos sabemos que por eso usted puede
experimentar la hipnosis profunda de manera única» (Erickson y Rossi, 1979;
Hammond, 1990).
Conclusión
Bibliografía
BANDLER, R. y GRINDER, J. (1979), Frogs into princes, Moab, UT, Real People
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ZEIG, J. (comp.) (1980), A teaching seminar with Milton H. Erickson, M. D., Nueva
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110
111
Al usar el lenguaje del cliente, el terapeuta no ha de suponer ni por un
momento que para él significa lo mismo que para el cliente. El terapeuta debe
usar el mismo lenguaje que el cliente: está tratando el mundo del cliente, no el
suyo propio (O'ʹHanlon, 1987; Sherman, 1988).
Hacer que el cliente lo defina todo en términos experienciales
Puesto que las palabras son símbolos de la experiencia, usar las mismas
palabras no significa que se esté describiendo la misma experiencia. Por lo
tanto, es importante hacer que el cliente explique su experiencia lo mejor
posible y no simplemente usando una palabra o dos para representar la
experiencia. Cualesquiera que sean las palabras usadas, nunca darán al
terapeuta una idea de lo que el cliente está experimentando subjetivamente, por
ello cuanta mayor sea la definición y la descripción de la experiencia que se
tiene, más oportunidades habrá de realizar una intervención significativa
(Bandler y Grinder, 1979; Zeig, 1980).
112
113
es saber qué modalidad es dominante en un contexto dado. Si un clínico logra
identificar el sistema de experiencias sensoriales predilecto de una persona,
puede adaptar su comunicación a dicho sistema y aumentar la probabilidad de
influir de manera significativa a través del logro de un rapport mayor.
Imagínate a ti mismo/a en la playa... intenta tener una imagen clara de la
línea de la costa... mira el horizonte más allá del océano... mira la silueta de los
veleros en la distancia... disfruta de las relajantes imágenes del sol brillando en la
superficie del agua...
Para orientar al cliente hacia el componente auditivo de la experiencia, se
puede entremezclar terminología basada en el oído, como sigue:
114
Cuando recordabas hace un momento aquel feliz recuerdo... toda tu conducta
cambió... era obviamente un sentimiento maravilloso... sentirse querido... sentirse
profundamente apreciado... tan fuerte y tan obvio que casi lo puedes tocar... y
que es una poderosa experiencia emocional... que puedes guardar para el resto de
tu vida...
Como principio general, los clientes encontrarán más valioso el proceso
cuanto más capaz sea el terapeuta de conseguir que se centren en aspectos de su
experiencia de los que normalmente no se dan cuenta. La terapia muchas veces
significa desarrollar aspectos poco desarrollados de uno mismo y «sintonizar»
con cosas con las que antes no se sintonizaba.
Dar al cliente sólo la información necesaria para lograr los objetivos
115
Todos hacemos las cosas de acuerdo con nuestro propio reloj interno, a
nuestro ritmo. En la hipnosis esta tendencia se amplifica hasta el punto de ser
un componente básico de la interacción. Si el terapeuta presiona a alguien para
que responda a su ritmo (el del terapeuta) la hipnosis no funcionará. Por el
contrario, hay que permitir al cliente que forme la respuesta deseada a la
velocidad que él elija (Erickson y Rossi, 1979).
He visto fracasar en un instante muchas sesiones que iban bien porque el
terapeuta supuso que había una relación terapéutica suficientemente estrecha
para tocar a la persona (si es que lo pensó, puesto que muchos terapeutas
«propensos a tocar» no lo piensan). Es muy importante tener el permiso del
cliente para tocarlo antes de hacerlo, por muchas razones.
La primera de todas, tocar es algo que está relacionado con la intimidad:
un cruce en el espacio personal. Algunos lo agradecen mientras que otros odian
ser tocados por extraños y lo experimentan como una violación del espacio
personal. Con dichas personas, el tacto puede dificultar la relación terapéutica
en vez de favorecerla.
116
Las señales para prever toman la forma de afirmaciones simples sobre lo
que va a ocurrir inmediatamente después. Cuando el terapeuta dice: «Dentro de
un momento voy a...» y continúa de una manera coherente con lo que ha dicho
que haría, se puede alcanzar un nuevo nivel de confianza que ayudará en
trabajos futuros. Desde la perspectiva del cliente, es muy difícil estar relajado y
en guardia al mismo tiempo. Las señales para prever son una manera simple y
rápida de establecer confianza en la relación hipnótica.
Con la frase «sugestiones encadenadas» me refiero al encadenamiento de
la respuesta deseada a la experiencia actual del cliente. El principio de «marcar
117
el ritmo y liderar» de Bandler y Grinder (1979) y el de «aceptar y utilizar» de
Erickson y Rossi (1979) son sinónimos de «encadenamiento». La idea es
construir un vínculo (es decir, «cadena») entre lo que está haciendo el cliente y
lo que el terapeuta querría que hiciera. El mensaje implícito es: «A medida que
experimentas (esto), puedes empezar a experimentar (aquello)». Por ejemplo
«sentarte aquí y leer estas palabras te permitirá pensar en tu pie izquierdo».
Estos vínculos son la base para que el proceso hipnótico sea fluido y no
cambiante y desconectado. La formulación hipnótica es una estricta pesadilla
gramatical, pero para la persona hipnotizada el clínico es suave y fácil de
escuchar (Hammond, 1990; O'ʹHanlon, 1985).
Conclusión
118
Bibliografía
BANDLER, R. y GRINDER, J. (1979), Frogs into princes, Moab, UT, Real People
Press.
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ZEIG, J. (comp.) (1980), A teaching seminar with Milton H. Erickson, M. D., Nueva
York, Brunner/Mazel.
120
Para la mayoría de los clínicos que tienen una orientación tradicional, el uso de
la hipnosis se suele basar en la idea de que sólo algunas personas son
hipnotizables y las personas hipnotizables lo son en diferentes grados. Desde su
perspectiva, los test son una buena manera de evaluar si alguien es hipnotizable
y, si lo es, en qué grado. Yo, en mi práctica no uso test formales de
sugestionabilidad, sino que asumo la inevitable presencia de sugestionabilidad
en mis clientes. Sin embargo, para el hipnotista que no comparte este punto de
vista o para el que no tiene suficiente experiencia como para evaluar la
comunicación espontánea de dinámicas de sugestionabilidad, estos test pueden
ser una herramienta suficiente.
121
pueden servir para muchos otros propósitos. Primero, estos test son una
medida de la capacidad de respuesta hipnótica, lo cual puede dar una
información valiosa respecto a cuál será el mejor enfoque para un cliente
concreto.
Aquí presentamos algunos de los test de sugestionabilidad más usados:
122
El péndulo de Chevreul
Se da un péndulo al sujeto con la instrucción de que mantenga la cadena
entre los dedos pulgar e índice. Entonces el clínico empieza a sugerir y
amplificar el movimiento involuntario del péndulo. Cuanto mayor sea el grado
de movimiento del péndulo, mayor será la sugestionabilidad.
Se pide al cliente que se siente confortablemente con las manos unidas y
los dedos entrelazados. Se ofrecen sugestiones sobre que sus manos están
pegadas. También se sugiere que cuanto más fuerte intente el sujeto separarlas
más fuertemente pegadas estarán. Entonces se cuestiona al cliente para que
intente separar las manos. El fracaso para hacerlo indica sugestionabilidad
(Cohén, 1984).
En esta técnica se utiliza el método «intentar versus hacer» («cuanto más
123
lo intentes más difícil será... inténtalo ahora... Ahora puedes... Adelante,
hazlo...») se aplica al cierre de ojos. Las sugestiones dadas son que los ojos de la
persona son tan pesados que se cierran, y los músculos de los ojos están tan
relajados y sin fuerzas que no los puede abrir. Cuanto más intente abrirlos, más
fuertemente cerrados estarán (Weitzenhoffer, 1989).
En esta técnica, se le da al sujeto un objeto para que lo tenga en la mano y
se le dice que va a empezar a calentarse. El tiempo necesario para «calentarse» y
el grado de sensación de calor asociada son las medidas de sugestionabilidad en
este test (Hilgard, 1965).
Órdenes entremezcladas
¿No es agradable... cerrar los ojos... al final del día?». Así puedo conseguir
que el sujeto cierre los ojos, lo que sería un indicador obvio de
sugestionabilidad.
124
Parte del logro de rapport se debe a «ir al ritmo» o «reflejar» las conductas
del cliente sin que éste sea consciente. Sincronizando con el patrón de
respiración del cliente, por ejemplo, se refleja una parte de él que no está en su
conciencia. Si el terapeuta cambia luego su respiración y el cliente le sigue, este
último está respondiendo inconscientemente: se trata de un indicador de rapport
y sugestionabilidad (Zeig, 1985).
Bibliografía
BATES, B. (1993), «Individual differences in response to hypnosis», en J. Rhue,
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Rhue, S. Lynn e I. Kirsch (comps.), Handbook of clinical hypnosis, Washington,
125
DC, American Psychological Association, págs. 3-‐‑22.
126
CAPÍTULO 15: Inducción del estado hipnótico formal
1. Proporciona un estímulo concreto para que el cliente centre la atención,
sirviendo de puente entre el «estado despierto normal» y el hipnótico (Spiegel y
Spiegel, 1987).
2. Ocupa la mente consciente y al hacerlo la disocia a medida que amplifica
las capacidades asociativas de la mente inconsciente. Esta es la principal
función de la inducción: facilitar la disociación de lo consciente y lo
inconsciente. El grado de disociación obtenido es la medida general de la
profundidad de la experiencia (Watzlawick, 1978; Zeig, 1980).
127
Al usar el término «tradicional» para describir las inducciones
presentadas en este capítulo quiero expresar dos significados. La primera
aplicación es la de la traducción literal del término «tradicional». Estas técnicas
se han usado de manera efectiva durante mucho tiempo, transmitidas de
generación en generación por los hipnotistas. La segunda se debe a la
asociación con el modelo tradicional de hipnosis descrito antes, en el que el
proceso de inducción es muy directivo y ritualista. El modelo tradicional
presupone la necesidad de un ritual formal para que se produzca la hipnosis, lo
que supone una perspectiva innecesariamente limitadora.
Cuando el cliente ya está cómodo y responde cada vez más al clínico, la
inducción ya está en marcha. Llegados aquí, hay técnicas específicas para
facilitar la hipnosis.
128
El cuerpo se divide en tantos o tan pocos grupos musculares específicos
como uno desee, dependiendo de lo corto o largo que piense el terapeuta que
ha de ser el proceso (Kirsch, Lynn y Rhue, 1993).
129
felices. Como se describen los detalles del lugar, los clientes pueden
experimentar más y más la sensación de estar allí.
Fijación ocular
130
mismo tiempo que se ofrecen sugestiones de relajación y comodidad entre los
números (Miller, 1979).
Generalmente es un buen método para los clientes más «difíciles» y es un
patrón que no implica dar sugestiones directas a los clientes para que
respondan de una manera concreta, sino sugestiones para actuar «como si»
estuvieran respondiendo de la manera deseada. En términos de resultados, el
límite de dónde acaba el actuar y dónde empieza la realidad es ambiguo puesto
que ambas respuestas son idénticas.
131
En esta técnica se le dice al cliente que se imagine (vea, oiga, sienta) a sí
mismo en el tramo más alto de unas «escaleras especiales» o en un «ascensor
especial». A medida que baja las escaleras experimenta que se va relajando con
cada paso, y puede sentirse más profundamente hipnotizado. O, a medida que
pasa por cada piso al descender en el ascensor, nota que se siente más
profundamente hipnotizado (Smith y Wester, 1984).
132
hipnosis más profundo.
Esta técnica tal vez sea una manera efectiva de «apagar» buena parte del
diálogo interno que fluye continuamente en cada uno de nosotros, haciendo
que la hipnosis sea más fácil de experimentar.
Silencio
El silencio es una técnica útil para profundizar en la hipnosis si se utiliza
bien. Después de la inducción, se ofrecen sugestiones con el efecto de que el
cliente ahora puede «tener un tiempo de silencio para disfrutar de la relajación
de la hipnosis, a la vez que profundiza en la experiencia».
Resumen
En este capítulo se han presentado algunos de los métodos más comunes
133
y útiles para inducir y profundizar en el estado hipnótico de acuerdo con los
enfoques tradicionales y estructurados. Cualquier cosa que haga que la persona
centre la atención y facilite sentimientos de confort y bienestar se puede usar
como inducción. Los métodos que hemos presentado aquí pretenden ofrecer
una base sobre la que poder construir.
Bibliografía
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ZEIG, J. (comp.) (1980), A teaching seminar with Milton H. Erickson, M. D., Nueva
York, Brunner/Mazel.
135
Las inducciones hipnóticas estructuradas presentadas en el capítulo anterior se
basan en el supuesto general de que la hipnosis es un estado especial, o incluso
artificial.
Conseguir y mantener la atención del cliente es un punto de inicio para
la interacción hipnótica. Hablar de manera significativa de qué es lo que llevó a
la persona a buscar tratamiento, contar historias absorbentes que sean paralelas
a la experiencia del cliente, y comportarse de maneras inesperadas son tres
técnicas muy comunes para atraer la atención. Se empieza a construir a medida
que la atención del cliente se va dirigiendo al clínico, y se hace utilizando dicha
atención y a partir de las experiencias del cliente, reconociéndolas y
sugiriéndole (directa o indirectamente) que puede expandirse más. Cuando el
clínico se da cuenta de las respuestas hipnóticas (absorción, cambios en la
respiración, postura fija, disipación de la tensión muscular, etc.) puede empezar
a implicar a la persona en el proceso de inducción hipnótica y entrar en estados
más profundos mediante las técnicas naturalistas descritas en este capítulo
(Lynn, Neufeld y Matyi, 1987; O'ʹHanlon, 1987; Otani, 1989a; Zeig y Rennick,
1991).
136
Inducciones naturalistas
137
hipnosis, la fase de preinducción normal puede centrar la atención del cliente
en un rango de posibilidades que la hipnosis permite y en cómo la experiencia
previa con la hipnosis logra que las experiencias futuras sean más satisfactorias
y exitosas. Merece la pena reiterar un punto mencionado en un capítulo anterior
sobre la exploración de la naturaleza y la calidad de las experiencias hipnóticas
previas del cliente. Si éste ha tenido experiencias positivas y significativas con la
hipnosis, el clínico tendrá una base sólida sobre la que construir. Si ha tenido
experiencias negativas (es decir, una que fue como mínimo poco exitosa y como
máximo dolorosa), el clínico tendrá que ser prudente y hacer las menores
referencias posibles a dicha experiencia durante el curso de la hipnosis. Plantear
preguntas sobre las técnicas usadas e identificar las variables situacionales e
interpersonales que operan al mismo tiempo evitará al terapeuta duplicar
inconscientemente experiencias previas negativas.
Si el cliente ya ha tenido antes una experiencia positiva con la hipnosis,
un enfoque lleno de contenido usando la experiencia hipnótica formal puede
consistir en implicarlo en un relato detallado y cada vez más enlentecido de
dicha experiencia. Este enfoque normalmente implica un alto grado de
interacción a medida que la inducción progresa, en la que el clínico
simultáneamente hace preguntas al cliente, le sugiere posibles respuestas y
construye a partir de éstas a medida que se producen. El mecanismo de
inducción es estructuralmente el mismo que al usar experiencias hipnóticas
informales previas: a medida que la persona va quedando absorta por el
recuerdo, las respuestas asociadas al mismo se vuelven más pronunciadas en el
aquí y ahora. El clínico reconoce, acepta, y utiliza dichas respuestas,
estableciendo la meta de la interacción.
Usar las experiencias previas del cliente con la hipnosis, ya sea formal o
informal, es uno de los procesos de inducción más eficaces y de más
profundización. Es un enfoque espontáneo y estructurado de manera laxa que
genera poca resistencia porque «no estamos hablando de ahora, estamos
hablando de entonces». La distancia psicológica extra marca una diferencia. En
suma, las técnicas que implican el uso de experiencias hipnóticas pasadas son
de confianza y flexibles y, bien practicadas, pueden contener una porción
significativa del repertorio de inducción del terapeuta (Grinder y Bandler, 1981;
Zeig, 1988).
138
El proceso de inducción para que el cliente se centre en aspectos internos
consiste en ofrecer afirmaciones a cierto ritmo sobre los estímulos externos de los
que el cliente puede ser consciente en el momento, y al mismo tiempo ofrecer
afirmaciones que definan las respuestas internas que el cliente llega a
experimentar. Esto se obtiene en cualquier proporción al ofrecer afirmaciones
que se consideren útiles. En otras palabras, el número de sugestiones
externamente orientadas que se ofrece por cada sugestión orientada a la
experiencia interna depende únicamente de la capacidad de respuesta del
cliente.
139
de reducir la amenaza personal.
El uso de sugestiones negativas en la fase de inducción de la interacción
140
hipnótica pretende usar la resistencia del cliente para ayudarle a entrar en la
hipnosis. Llegados a un cierto punto el cliente se da cuenta de que todas las
sugestiones respecto a que no se relaje, no se deje llevar, no se centre
internamente, etc., han tenido el efecto de facilitar el logro de la hipnosis. Esto
puede ser, y normalmente es, un momento decisivo en la relación. El cliente se
dejó guiar por el clínico y no sólo sobrevivió sino que encontró la experiencia
agradable y relajante. El alivio que produce no tener que luchar para mantener
el control tiene un profundo impacto en el cliente, que ha aprendido de la
experiencia que todavía puede tener el control sin tener que enfrentarse a los
demás. Esto sirve como base para futuras experiencias hipnóticas realizadas en
un marco más positivo (Grinder y Bandler, 1981; Erickson y Rossi, 1979;
Johnson, 1988).
141
está haciendo en cada momento. También requieren cierta disociación por parte
del clínico para no quedar atrapado por la confusión que él mismo está creando
(Erickson, 1964; Gilligan, 1987; Otani, 1989b).
Conclusión
Bibliografía
ERICKSON, M. (1964), «The confusión technique in hypnosis», American Journal of
142
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Developing Ericksonian therapy: State of the art, Nueva York, Brunner/Mazel, págs.
353-‐‑375.
144
Los diferentes fenómenos hipnóticos clásicos que se describirán y definirán en
este capítulo son los ingredientes básicos para las aplicaciones terapéuticas de la
hipnosis. Además, son también los elementos básicos para construir cualquier
experiencia; las estructuras de la hipnosis se pueden reunir para ayudar o para
dañar, según sea su contenido.
Descripción
Una alucinación positiva se define como la experiencia (visual, auditiva,
cinestésica, olfativa, gustativa) de algo que no está objetivamente presente. Una
alucinación negativa es no experimentar sensorialmente algo que está
objetivamente presente (es la otra cara de la alucinación positiva).
Al facilitar las alucinaciones, el clínico está alterando la conciencia de la
145
entrada sensorial. Guiar a los clientes a situaciones en las que se pueden
experimentar a sí mismos o al mundo de manera diferente obviamente aumenta
la gama de experiencias y puede infundir nuevos recursos valiosos (Bandler y
Grinder, 1979; Hilgard, 1986; Weitzenhoffer, 1989).
Enfoques
También se pueden usar sugestiones indirectas. Sugerir al cliente que sea
consciente de su brazo es una manera indirecta de que no se dé cuenta de su
pierna (Bandler y Grinder, 1979; Erickson, Rossi, y Rossi, 1976; Spanos y Coe,
1992; Young, Bentall, Slade y Dewey, 1987).
Amnesia
Descripción
La amnesia es una pérdida de la memoria; descrita de manera simple, es
la experiencia de olvidar algo. El clásico mecanismo de defensa llamado
«represión» es el mecanismo primario de la amnesia hipnótica o estructurada.
146
Al inducir al cliente a olvidar conscientemente las diferentes sugestiones
y experiencias proporcionadas, se permite que su inconsciente forme su propia
respuesta única, libre de usar la experiencia hipnótica tan creativa e
idiosincrásicamente como se desee. Además de ofrecer sugestiones terapéuticas
a la mente inconsciente para que actúe de una manera considerada correcta, se
puede usar la amnesia de manera más directa con el propósito de reprimir
recuerdos dolorosos. Las sugestiones de amnesia en dichos casos es probable
que sólo sean aceptadas cuando se ha producido primero algún tipo de
curación (es decir, resolución, catarsis).
Enfoques
Hay más probabilidades de que sea aceptado un enfoque directo para la
amnesia si se ofrece de una manera más permisiva. Los enfoques permisivos
pueden tener diversas formas: sugestiones indirectas, cambios atencionales y
confusión (Cooper, 1979; Evans, 1986; Hilgard, 1968; Zeig, 1985).
Analgesia y anestesia
Descripción
147
148
algo natural que existe en la persona, se puede reducir o incluso eliminar la
medicación para el dolor. La hipnosis no tiene efectos secundarios ni crea
adicción. El dolor se reduce en diferente grado en distintas personas, pero sea
cual sea el resultado, éste se obtiene de manera segura y natural.
Tercero, la hipnosis permite un nivel más alto de actuación e intensifica
el proceso de curación. Es importante, a todos los niveles, mantenerla tan activa
como la condición de la persona permita, para, así, establecer una diferencia
significativa en el curso del problema. La expectativa de bienestar, la
experiencia de comodidad y la disminución del miedo y la ansiedad son todos
ellos factores importantes a la hora de facilitar la recuperación o, como mínimo,
de retardar el empeoramiento (Brown y Fromm, 1986, 1987; Chaves, 1989, 1993;
Crasilneck y Hall, 1985).
Enfoques
La disociación física como enfoque para facilitar la analgesia consiste en
guiar a los clientes hacia una experiencia subjetiva en la que su mente y su
cuerpo existen en dos niveles de experiencia diferentes y separados. Puede
haber una distancia suficiente entre ellos como para que el cliente no se dé
149
cuenta de lo que está experimentando su cuerpo.
Catalepsia
Descripción
150
resultado de centrarse en una realidad nueva y diferente, sea la que sea, y
establece el camino para permitir distanciarse de la «vieja» realidad el tiempo
suficiente como para crear una experiencia terapéutica de regresión temporal,
analgesia, distorsiones sensoriales, o cualquier otra.
Las razones terapéuticas para obtener la catalepsia son numerosas, pero
se pueden dividir en dos grupos generales. Tal vez sea una respuesta objetivo
en sí misma o servir para facilitar una implicación hipnótica posterior al
reconocer el cliente la capacidad de su mente inconsciente para responder de
manera automática. La catalepsia como respuesta objetivo se usa, por ejemplo,
para ayudar a cualquier paciente cuyos movimientos deban ser mínimos para
recuperarse con mayor rapidez y comodidad. Como facilitadora de una
experiencia hipnótica posterior, la catalepsia es la base para atraer la atención y
mantenerla, facilitando así una mayor actividad independiente de la mente
inconsciente y aumentando el grado de implicación o concentración del cliente
(profundización) (Erickson y Rossi, 1976,1979; Weitzenhoffer, 1989).
Enfoques
Cualquier cosa que capte con intensidad el interés del cliente puede
facilitar las respuestas catalépticas, incluyendo historias interesantes, sorpresas
o sobresaltos y confusión (Bloom, 1990; Rossi, 1973). La catalepsia del cliente se
logra de manera directa o indirecta, verbalmente o no verbalmente, según se
desee. La forma más común de estimular la catalepsia es ofrecer simplemente
sugestiones generales para la relajación y la inmovilidad.
Probablemente el ejemplo mejor y más práctico para facilitar la hipnosis
o la catalepsia con procedimientos no verbales de sugestión es la técnica de
modelamiento indirecto. Usando su cuerpo como modelo el terapeuta puede
cambiar deliberadamente los patrones animados de conversación rutinaria y
mostrar al cliente la inmovilidad potencial del estado hipnótico (Erickson, 1983,
1985; Gilligan, 1987).
151
Disociación
Descripción
La disociación se define como la capacidad para romper una experiencia
global en las partes que la componen, ampliando la conciencia por una parte y
disminuyéndola por otras. Desafortunadamente, la mayoría de los terapeutas
parecen conocer solamente la disociación en sus formas patológicas y no han
aprendido a facilitar sus aplicaciones terapéuticas.
A través de la disociación, las personas no tienen que estar unidas a su
experiencia inmediata, implicadas y «presentes». Pueden «experimentar a
través de los movimientos» sin estar realmente «allí». La mente consciente se
deja llevar hacia algún lugar, preocupada por cualquier otra cosa que llame su
atención y, entonces, la mente inconsciente es libre de responder de cualquier
manera que elija. Cuanto más profundo sea el estado hipnótico, mayor será el
grado de disociación y también la oportunidad de obtener respuestas
inconscientes.
Enfoques
Las sugestiones que facilitan la división de la experiencia son sugestiones
de disociación. Por ejemplo, cada una de las inducciones hipnóticas descritas
anteriormente generará una disociación consciente-‐‑inconsciente debido al
énfasis que aplican en la capacidad del cliente para experimentar y aprender
cosas sin esfuerzo y de manera automática. A la mente consciente se le dan
152
ideas y experiencias en las que poder centrarse, mientras que a la inconsciente
se le anima a responder de otras maneras y a aprender a niveles que están fuera
de la conciencia.
Distorsión temporal
Descripción
Enfoques
153
espontáneamente ante las sugestiones directas o indirectas para que se
desarrolle. La distorsión temporal tiende a aparecer sin sugestiones, puesto que
una vez que alguien cierra los ojos y queda absorto en la experiencia interna
(por ejemplo, pensamientos, recuerdos, sensaciones, etc.) el mundo externo
queda en un segundo plano y las posibilidades de hacer una evaluación realista
de cuánto tiempo de reloj ha pasado son menores.
Las sugestiones directas inducidas para que se produzca una distorsión
temporal, especialmente si se ofrecen de forma permisiva, pueden facilitar bien
la experiencia.
Cuándo y cómo desconectar es una cuestión de juicio individual, basado
en el plan de tratamiento general y en los logros de la sesión específica.
154
la hipnosis simplemente porque éste quiere que así ocurra no da al cliente el
tiempo que necesita para acabar la experiencia cómodamente.
Progresión temporal
Descripción
La progresión temporal consiste en hacer proyecciones hacia el futuro, en
guiar al cliente hacia el futuro, donde tiene la oportunidad de imaginar las
consecuencias de los cambios o experiencias del presente, de integrar los
significados a niveles más profundos y de obtener una visión general más clara
de su vida de la que le ofrece normalmente el día a día. Así, él puede imaginar
cómo estimular una visión retrospectiva cuando todavía es una visión previa.
La progresión temporal se puede usar, al menos, de dos maneras que son
complementarias. Una es como verificación del trabajo del clínico y la otra es
como intervención terapéutica. Ambas aplicaciones consisten en guiar al cliente
a una orientación futura pero con diferentes propósitos.
Utilizar la progresión temporal para verificar el trabajo del clínico es una
manera de evaluar dos dimensiones muy importantes de la intervención
155
terapéutica. Específicamente se puede evaluar si los resultados de la
intervención serán duraderos y qué impacto tendrán en última instancia en el
sistema de vida del cliente (Erickson, 1954; Havens, 1986; Phillips y Frederick,
1992).
Enfoques
Los enfoques directos que ayudan a facilitar la progresión temporal están
estrechamente relacionados con los descritos para la regresión: un «vehículo
especial» para ir al futuro, una pantalla de cine en la que se pueda ver una
película del futuro, un libro en el que leer sobre el futuro, y una colección de
fotografías sobre acontecimientos futuros son todos ellos enfoques
estructurados para facilitar la orientación o la proyección hacia el futuro.
Regresión temporal
Descripción
156
Si se usa la regresión temporal clínicamente, se pueden emplear al menos
dos estrategias, cada una de las cuales suscita diversas técnicas. La primera
estrategia general tiene que ver con el uso de la regresión para retroceder a
experiencias negativas y traumáticas. Su intención es permitir al cliente liberar
sentimientos reprimidos ofreciéndole, al mismo tiempo, formas nuevas de ver
la situación que le ayuden a liberar cualquier influencia destructiva de dicha
experiencia que pueda persistir en su vida. En esta estrategia se emplea tanto la
revivificación como la hipermnesia, dependiendo del juicio del clínico respecto
a lo inmerso o distante que ha de estar el cliente de la experiencia para recibir el
máximo beneficio.
157
las dificultades del presente de una manera más adaptativa (Edelstein, 1986;
Lankton y Lankton, 1983).
Enfoques
Cualquier patrón de comunicación que permita al cliente retroceder en el
tiempo es un enfoque de regresión temporal. Un grupo de patrones de
regresión utilizan las sugestiones que implican usar la propia imaginación como
desencadenantes para recuperar experiencias pasadas. Otros utilizan enfoques
más naturalistas y cotidianos para sumergirse en el recuerdo. Ambos grupos de
enfoques pueden ser buenos: depende del cliente.
Los patrones que utilizan la imaginación del cliente incluyen «vehículos
especiales» (por ejemplo un tren, un avión, una máquina del tiempo, una nave
espacial, un ascensor y cosas por el estilo) que pueden transportar al cliente
hacia atrás en el tiempo hasta el acontecimiento que se está tratando. El
vehículo especial es un medio artificial, concreto y orientado hacia un contenido
que sirve para estructurar la experiencia y, por lo tanto, requiere que se dé al
cliente una considerable cantidad de detalles para facilitarle el proceso
regresivo.
158
experiencia de otros cuando eran niños hará que el cliente se identifique
basándose en sus propias experiencias de niño. Por lo tanto, la regresión se
produce de manera indirecta mediante la identificación y la proyección, y el
cliente retrocede en el tiempo para recordar o revivir recuerdos importantes
(Erickson y Rossi, 1979).
Respuestas ideodinámicas
Descripción
Las funciones automáticas de los humanos pueden existir al menos a tres
niveles diferentes: motor, sensorial y afectivo. Colectivamente se llaman
«respuestas ideodinámicas» que significa «conversión de una idea a una
dinámica». Individualmente las respuestas se llaman «respuesta ideomotriz»,
«respuesta ideosensorial» y «respuesta ideoafectiva». Cada una de ellas es una
respuesta automática generada a un nivel inconsciente como reacción a un
estímulo externo o interno.
159
La respuesta ideomotriz es la manifestación física de la experiencia
mental o, en otras palabras, las reacciones inconscientes del cuerpo ante los
pensamientos de la persona.
Enfoques
160
Conclusión
Bibliografía
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ZEIG, J. (comp.) (1980), A teaching seminar with Milton H. Erickson, M. D., Nueva
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165
¿Cómo es su medio interno? ¿Es cómodo? ¿Estresante? ¿Generalmente se acepta
a usted mismo o es autocrítico? A lo largo de este libro he enfatizado el papel de
la comunicación (incluyendo la comunicación con uno mismo) ya sea para
intensificar o para disminuir la propia experiencia.
En ciertos aspectos, gran parte de lo que trata la psicopatología es de que
las personas piensan en cosas que les hacen daño (sobre sí mismos, sobre los
otros, sobre la vida o sobre lo que sea) y cometen el error de creer realmente en sí
mismos. Por eso cuando alguien se dice a sí mismo «nunca tendré una buena
relación», si acepta que esto es cierto se convertirá fácilmente en una dolorosa
profecía autocumplidora. Ernest Hilgard, una figura muy importante dentro del
mundo de la hipnosis, una vez llamó a la hipnosis la «imaginación creída». Si
las personas llegan a creer en cosas útiles se dicen a sí mismos («puedo hacer
esto, incluso aunque me intimide un poco»), éstos no se identifican o presentan
como síntomas. Los terapeutas sólo oyen hablar de las cosas dolorosas que la
gente se dice a sí misma, y de las consecuencias asociadas.
Yo creo que es una vergüenza que los terapeutas tiendan a centrarse sólo
en la patología y la debilidad en vez de en los puntos fuertes y las habilidades.
Creo que cuanto más se sabe sobre las experiencias internas de la gente que
hace algo bien, más se aprende sobre cómo corregir o volver a centrar a aquellas
personas que están actuando mal en esa misma área. Por ejemplo, las personas
que tienen miedo a hablar en público crean vividas imágenes visuales
(normalmente a través de la imaginación) de sí mismas hablando delante de un
auditorio lleno de personas (o incluso delante de unas pocas) que parecen
aburridas, irritadas y antagónicas. Se visualizan a sí mismos con detalle
echando a perder su presentación, y pareciendo tontos a los ojos de los
presentes. Entonces tienen todos los sentimientos ansiosos y aterradores
(respuestas ideoafectivas) como si esa imagen fuera real. Las personas que no
tienen miedo a hablar en público no visualizan el fracaso. Los análisis más
amplios sobre «por qué» alguien tiene miedo a hablar en público son totalmente
irrelevantes si continúan generando esas imágenes tan dolorosas. Ningún
proceso de relajación puede competir con el poder de las imágenes que
provocan dicha ansiedad si se les permite continuar. La terapia tiene que
166
interrumpirlas.
Los puntos focales y la calidad de la vida del terapeuta
En otro ejemplo, si alguien está preocupado y absorto en algún problema
(centrado en lo interno) pero se siente obligado a ir a una fiesta, si no puede
cambiar los puntos focales y orientarse externamente para unirse a los otros,
será visto como inaccesible (los demás lo interpretarán como arrogante,
malhumorado o tímido) y conseguirá retroalimentación negativa como
resultado. No será una buena experiencia.
En otro ejemplo, si yo me centro en satisfacer las necesidades del otro, y
raramente en satisfacer las mías, me vuelvo dependiente del otro para tener
autoestima, tengo miedo a ser abandonado, y tristemente, falto de conciencia de
mí mismo como persona.
La hipnosis tiene que ver con el cambio de los puntos focales. Consiste
en dirigir a las personas en una dirección o en otra, para que se centren en ideas
que pueden facilitar sus circunstancias. Implica ayudar a la gente a construir el
«encuadre mental» para que hagan cualquier cosa que intenten hacer, para que
conecten con los recursos que necesitan para alcanzar sus objetivos. Por lo
tanto, para ser un profesional hábil uno tiene que saber qué puntos focales hay
que tocar para que el cliente tenga éxito.
Ahora ampliemos esta idea al lector. La autohipnosis consiste en aplicarse
los mismos principios a uno mismo. Usando las inducciones que aparecen en
167
este libro, el lector puede aprender a introducirse en la hipnosis, a dirigir su
atención hacia aspectos de la experiencia a los que normalmente no presta
demasiada atención. Uno se puede hablar a sí mismo a través de los
pensamientos, de las cosas que quiere realizar y de cómo las va a realizar. Se
puede usar la imaginación para visualizar el manejo exitoso de circunstancias
difíciles, estableciendo la expectativa de que el éxito puede pasar de ser posible
a ser probable. Se puede construir sobre la base de los sentimientos de deseo y
recordar intensamente los sentimientos que van asociados al hecho de asumir
un riesgo inteligente y superarlo; luego se amplían dichos sentimientos respecto
a las preocupaciones que se tienen a mano.
¿Cómo se puede iniciar el aprendizaje de la autohipnosis? La sección de
referencias que aparece al final de este capítulo contiene algunas fuentes de
información excelentes para ampliar la lectura. Yo recomiendo empezar
grabando cintas de uno mismo como si fuera el cliente. Se elige una cuestión
sobre la que trabajar, y se graba una cinta de casete en la que aparece el proceso
(el capítulo 21 contiene un ejemplo de un proceso orientado a los objetivos
desde el principio hasta el final, que se puede usar como modelo) que trate de
los propios intereses. Sugiero que se empiece por una cinta por varias razones.
La primera es que ¿quién sabe cómo hablar con usted mejor que usted mismo?
Segunda, cuando empiece a practicar la autohipnosis, al principio su atención
se puede distraer. El hecho de tener la cinta como guía externa le permitirá que
su atención vague pero vuelva a centrarse en la cinta. Con la práctica, la
atención se distrae cada vez menos y uno aprende a estar «en camino» durante
períodos cada vez mayores de tiempo. Y por supuesto, se puede acabar la
sesión cuando se quiera reorientándose hacia el «estado despierto» normal y
continuando con la agenda diaria. Finalmente el casete se vuelve irrelevante a
medida que uno aumenta la capacidad para entrar y permanecer hipnotizado
sin necesidad de usarlo. Hay que practicar muchas sesiones sin casete hasta
poder realizar una sesión mentalmente sin necesitarlo.
La autohipnosis permite a la persona utilizar cualquier parte de sí misma
que le ayude a beneficiarse más de una situación dada. Define la relación con
uno mismo como cooperativa y respetuosa y no como con un conflicto interno y
devaluado.
168
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169
La esencia de la hipnosis clínica es utilizar la capacidad que tiene cada persona
para experimentarse a sí misma de manera diferente, deliberadamente, para
alcanzar objetivos personales. ¿Qué recursos tiene la gente que les pueden
resultar útiles? ¿Qué encuadre mental necesitan para alcanzar dichos objetivos?
170
Utilizar los fenómenos hipnóticos como punto de referencia puede ser
una buena manera de entender la estructura de los síntomas. Cuando dichos
fenómenos son evidentes en la estructura del problema, la solución será
establecer nuevas asociaciones usando fenómenos hipnóticos complementarios.
El terapeuta deberá identificar qué fenómenos hipnóticos son evidentes en los
trastornos que trata con más frecuencia (Araoz, 1985; Gilligan, 1987, 1988; Zeig,
1988).
Las aplicaciones de la hipnosis son tan diversas y tan creativas como el
número de clínicos que trabajan con ella. No existe ningún problema humano
que se pueda resolver en todas las personas mediante una fórmula única. Las
sugestiones simples y directas se consideran un tratamiento posible puesto que
funcionan con un porcentaje relativamente pequeño de población, y los
patrones descritos aquí son una respuesta al reconocimiento de que la mayoría
de la gente necesita algo más multidimensional. Es necesario individualizar el
tratamiento y normalmente eso significa adaptar patrones generales de
intervención a las necesidades específicas del cliente. Este proceso es similar al
aprendizaje de la gramática y el vocabulario en el lenguaje, que no impiden que
la persona se exprese a su manera. Por lo tanto, los patrones oscilan entre
relativamente simples y muy complejos y sutiles. Los siguientes son algunos de
los más simples y comunes que se suelen usar para intervenir en los problemas
de los clientes.
171
decisión crea muchas experiencias que la mantienen, aunque sea doloroso
hacerlo. Por ejemplo, si un cliente sufrió abusos en la infancia y entonces tomó
la decisión (es decir, estableció la generalización) de que el mundo es un lugar
abusivo y que no se puede confiar en la gente, el clínico puede hacer que el
cliente retroceda a sus primeros recuerdos y facilitar la experiencia (imaginaria)
de sentirse querido, cuidado y protegido por los demás. Cuando se han
proporcionado estos recursos de afecto y cuidado y se guía a la persona otra vez
hacia adelante en el tiempo teniendo presentes esos recuerdos olvidados de
forma subjetiva, pueden cambiar los sentimientos que tiene hacia sí mismo y
hacia los demás en una dirección más sana.
172
consciente del contenido del incidente decisivo, se puede trabajar de una
manera relativamente directa. Si dicho incidente se ha olvidado o se ha
reprimido parcialmente, el proceso es un poco difícil puesto que el inconsciente
del cliente puede haber elegido (protectoramente) mantener la información
fuera de la conciencia. En tal caso se puede usar la misma técnica pero teniendo
cuidado de que el cliente trabaje a su propio ritmo y sin obligarlo a trabajar
directamente algo que él/ella no quiere, excepto cuando se trate de un último
recurso. Aquí serán muy útiles las preguntas ideomotrices para evaluar si el
inconsciente del cliente está preparado, quiere y puede afrontar la experiencia
traumática y las consecuencias que tendrá en su vida (Cheek, 1994; Erickson y
Kubie, 1941; Feldman, 1985; Spiegel, 1993; Spiegel y Spiegel, 1987; Yapko, 1992).
Muchos enfoques terapéuticos utilizan las tareas para casa que el cliente
ha de realizar entre sesiones y que pretenden ampliar los pensamientos
emociones y conductas que el clínico considere que son importantes para la
terapia. Estas tareas operan en el nivel de la experiencia directa, que muchas
veces es más poderosa que el verbal (el que normalmente se aborda en terapia).
Es hipnótico en el sentido de que se puede ver como una metáfora experiencial
en el proceso de tratamiento. En otras palabras, si se presenta de manera
adecuada, tratará las dinámicas inconscientes del problema. Cuando el cliente
se implica en una actividad que hace que se vea a sí mismo de manera diferente
a la vez que confronta sus pensamientos, sentimientos y conductas limitadores,
se puede llevar a cabo el cambio deseado (Haley, 1973; Lankton, 1988; Madanes,
1981, 1984; Yapko, 1988).
Un tipo de tareas consiste en pedir al cliente que realice un experimento
para comprobar que la creencia dolorosa que mantiene no es cierta. Por
ejemplo, yo tuve un cliente que era terapeuta y no había tenido vacaciones en
más de ocho años de práctica clínica. Tenía miedo de que les pasara «algo
terrible» a sus pacientes si él estaba fuera. Le señalé la importancia del tiempo
libre y la necesidad que tenían sus pacientes de ser suficientemente
independientes para soportar que él se ausentara durante breves períodos de
tiempo. Estuvo de acuerdo y se decidió a experimentar con unas breves
vacaciones. Informó a sus pacientes de sus planes con bastante antelación y les
173
dio el nombre y el número de teléfono de dos terapeutas a los que podrían
llamar en su ausencia. Se le animó a evaluar y predecir todos los problemas con
los que realmente se podrían encontrar sus pacientes hasta que creyó que lo
había preparado todo lo mejor que había podido. No hubo incidentes ni
problemas. Se dio cuenta de que podía volver a repetirlo en el futuro
reconociendo que «yo lo preparo todo, pero luego el resultado depende de mis
clientes».
Reformulación
Considérese alguien que cree que la vida es un fenómeno bien definido
entre blanco o negro. Pensando en extremos tan rígidos, la persona piensa en
términos de «debo», «debería» y cuál es la «manera correcta» de hacer algo.
Como reformulación puedo ofrecer sugestiones como las que siguen:
Casi todo el mundo ha visto los test de manchas de tinta que usan
algunos psicólogos... el cliente ve una mancha de tinta... un estímulo ambiguo...
y le da significado... desde dentro de él mismo... es una proyección... después de
174
todo... la mancha de tinta no significa realmente nada... solamente lo que uno
cree que significa... ¿y cuál es el estímulo más ambiguo al que se enfrenta
cualquier ser humano?... ¡la vida!... la vida es una mancha de tinta... en la que se
vive cada día... y algunos ven la vida como una aventura... una oportunidad... y
otros como un problema que hay que soportar hasta la muerte...
Metáforas terapéuticas
175
...Y alguna vez en su vida ha tenido la experiencia de ir al zoo... un lugar
estupendo para aprender sobre los seres vivos... si piensa en ello... porque el
zoo contiene tal diversidad de vida... y de riqueza... criaturas únicas con
diferentes características que les sirven de alguna manera... y descubre que
algunos animales sobreviven desarrollando un gran tamaño, otros prosperan
desarrollando un tamaño pequeño... algunos se alimentan por la noche... y otros
por el día... algunos son sumisos y se asustan con facilidad... otros son agresivos
y atacan a otros mucho mayores que ellos... algunos cambian de color... algunos
hacen madrigueras bajo tierra... mientras que otros vuelan... qué maravilloso es
elevarse por encima de todo... y la lección de la naturaleza es profunda... uno se
puede adaptar a un clima... a una región... a un lugar concreto... y desarrollar la
capacidad de prosperar a lo largo del tiempo... y la lección puede parecer
también cruel... adaptarse o extinguirse... pero no hay nada escondido...
respecto al valor de adaptarse exitosamente... y disfrutar de todo para hacerlo
176
posible...
Conclusión
Al trabajar con la hipnosis el clínico asume un papel activo a la hora de
facilitar experiencias que le resulten terapéuticas al cliente. En la bibliografía de
la hipnosis y de la psicoterapia existen miles de estrategias terapéuticas
disponibles. Las que aparecen en este capítulo se encuentran entre las más
comúnmente usadas.
Bibliografía
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179
CAPÍTULO 20: La hipnosis en el tratamiento de trastornos comunes
Depresión
180
Se utiliza la hipnosis con los TMP para explorar la amplitud y la cualidad
de las disociaciones del cliente, para reformular el trauma, trabajar con los
recuerdos traumáticos, facilitar la integración y tratar síntomas relacionados
(Bliss, 1986; Braun, 1986; Horevitz, 1993; Kluft, 1985; Kluft y Fine, 1993; Putnam,
181
1989; Ross, 1989)
La hipnosis se ha aplicado exitosamente en el tratamiento de una amplia
variedad de problemas médicos como quemaduras, cáncer, asma, alergias,
zumbidos, hipertensión, verrugas, y casi cualquier otro en el que se pueda
pensar. Aumenta la calidad y la velocidad de la recuperación, y puede ayudar a
mantener la sensación de control sobre el propio estado (acortando la depresión
y la ansiedad), o tener simplemente un efecto placebo que sea útil.
¿La hipnosis cura el cáncer, el SIDA o cualquier otra enfermedad? ¿Qué
pasa con la hipnosis y la curación? Esta es una área muy controvertida dentro
del mundo de la hipnosis clínica. Existen muchos informes anecdóticos sobre
remisión de cáncer y aparentes curas tras un tratamiento hipnótico. Cada vez
existe mayor evidencia objetiva respecto a su efecto en el desarrollo de un
sistema de defensas naturales del propio organismo, el sistema inmunitario
(Spiegel, 1993b). El mensaje «usted se puede curar a sí mismo si tiene la actitud
182
apropiada» es popular por razones obvias, y tiene un poderoso atractivo para
los enfermos y los moribundos. Los profesionales éticos tienen claro que no
pueden decir «yo curaré su cáncer» (o lo que sea), pero también está claro que
potencialmente se puede ganar mucho intentándolo. Encontrar el equilibrio
entre fomentar una falsa creencia en la cura y mantener una actitud positiva
respecto a las posibilidades de curarse es un cuestionamiento diferente para el
profesional que usa métodos de curación cuerpo-‐‑mente (Benjamin y Trubo,
1987; Chopra, 1991; Jevne y Levitan, 1989; Pearsall, 1987; Rossi, 1993; Rossi y
Cheek, 1988; Siegel, 1986; Simonton, Henson y Hampton, 1992).
Las estrategias hipnóticas se pueden usar para clarificar las expectativas,
aumentar el nivel de motivación para resolver las diferencias en las relaciones,
desarrollar habilidades de comunicación y resolver conflictos inconscientes
respecto a la intimidad y el compromiso. Los enfoques metafóricos, la
prescripción de síntomas y la reformulación son patrones que resultan eficaces
en el asesoramiento en estas áreas. Cambiar la experiencia personal es una
buena estrategia cuando se trabaja individualmente con alguien que tiene
problemas de relación, creando los recursos necesarios para relacionarse con la
otra persona. Ayudar a la persona a clarificar qué es lo que realmente quiere y
valora es un buen punto de inicio para tratar cualquier problema clínico, pero
esto es especialmente necesario en el contexto de las relaciones (Haley, 1973;
Kershaw, 1992; Lankton y Lankton, 1986; Protinsky, 1988; Ritterman, 1983,
1985).
183
Disfunciones sexuales
184
tratamiento de las disfunciones sexuales.
La hipnosis se puede usar para volver a cultivar la conciencia corporal y
aumentar la autoestima y una sensación de independencia que permita afrontar
cualquier situación sin necesidad de recurrir al abuso. El clínico puede hacer
que la experiencia de abuso de sustancias sea muy desagradable, resolver
cualquier depresión subyacente, un fenómeno tan común entre los que abusan
de sustancias pero tan pocas veces diagnosticada (muchas veces la sustancia de
la que se abusa se usa como automedicación para tratar la ansiedad asociada a
la depresión), e incluso se pueden recrear hipnóticamente las sensaciones
positivas de la sustancia sin tomarla realmente.
Resolver los problemas de abuso de sustancias puede ser un proceso de
reintegrar los elementos disociados y reformular tanto el significado de la
conducta autodestructiva como las implicaciones del sistema de creencias del
cliente (Alman y Lambrou, 1992; Hammond, 1990; Levitt, 1993; Lynn, Neufeld,
Rhue y Matorin, 1993; Orman, 1991; Page y Handley, 1993; Spiegel y Spiegel,
1987; Zeig, 1985).
185
Conclusión
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190
ZEIG, J. (comp.) (1980), A teaching seminar with Milton H. Erickson, M.D., Nueva
York, Brunner/Mazel.
191
El proceso hipnótico de este capítulo tiene que ver con aspectos asociados al
establecimiento y mantenimiento de una sensación clara de los límites
personales. Lo bien que uno define dichos límites constituye uno de los
componentes clave de la experiencia personal. Cuando hablo de límites hago
referencia a la capacidad para separar la propia experiencia de la de los otros y
para dividir las experiencias globales en las partes que las componen. La
claridad respecto a lo que separa a una persona de otra o una experiencia de
otra nos permite centrarnos de forma selectiva en una dimensión particular de
la experiencia y amplificarla y, por lo tanto, minimizar la conciencia que se tiene
de otra dimensión de la experiencia diferente.
192
el tipo de problemas que experimenta o ve experimentar a otra gente muchas
veces ocurren porque la persona queda absorta en un elemento de la
experiencia que no funciona. Considérese, por ejemplo, la persona que va a
coger un avión para viajar a algún lugar y empieza a generar en su cabeza
imágenes terribles y detalladas de accidentes aéreos, que no son las más útiles
en esos momentos. El hecho de que la persona tenga dichas imágenes no es el
problema: muchas personas se plantearían algunas posibilidades negativas
(aunque sólo sea porque el asistente de vuelo reclama nuestra atención mientras
revisa los procedimientos de emergencia antes de despegar), pero difieren en
cómo se centran en ellos y los amplifican.
Considérese otro ejemplo: ¿qué ocurre cuando uno se siente atraído por
otra persona que sabe que no es buena para él/ella, o cuando desea algo muy
caro que no se puede permitir comprar?; ¿qué ocurre cuando el corazón dice
claramente «sí» pero intelectualmente y a un nivel más lógico no es consciente
de que la situación es demasiado arriesgada y que debería dejar pasar la
oportunidad? En otras palabras, ¿qué pasa cuando el corazón dice «sí» y la
cabeza dice «no»? La compartimentalización y los límites claros nos permiten
separar los sentimientos de los pensamientos y los actos y hacer lo que parece
mejor a largo plazo: algo de lo que uno se sentirá contento. Está claro que la
compartimentalización está relacionada con una orientación hacia el futuro, y
subyace a la habilidad conocida como «control de impulsos».
193
Ahora vamos a analizar la diferencia entre esas dos interpretaciones. En
la primera la persona se define a sí misma como demasiado agresiva, aceptando
mi observación sin hacer ninguna crítica. En la segunda se da cuenta de que mi
comentario es una información sobre mí mismo y mis sentimientos hacia ella,
aunque lo que yo dije era respecto a ella. La tarea consiste en buscar evidencias
para validar una interpretación sobre el otro en vez de aceptar lo que otra
persona dice de uno mismo sin ninguna crítica.
Los límites separan y definen las relaciones. Esto quiere decir que los
roles que tenemos en un momento dado definen más claramente lo que es
posible y lo que no entre nosotros. Yo puedo ser el psicólogo clínico de alguien
pero si lo soy, ¿puedo ser también su amigo personal? ¡no! Existe una línea que
separa claramente dos relaciones tan diferentes. Si soy el psicólogo de alguien
no puedo ser su amigo personal porque la primera es una relación personal que
requiere que yo tenga claridad para poder dar un feedback objetivo sin las
consideraciones emocionales y el tipo de familiaridad que acompañan a las
amistades personales. Imagínese que la persona es padre o madre: ¿le gustaría
ser el padre de su hijo?, ¿le gustaría ser amigo de su hijo? Hay una línea que
separa ambos roles y uno no puede desempeñar los dos de manera eficaz.
194
El proceso hipnótico que se presenta aquí pretende ayudar al lector a
tener una sensación de quién es él/ella y cuáles son sus diferentes partes y cómo
usarlas de manera eficaz en cada situación que se tenga que afrontar. Cada
parte de uno mismo es valiosa, y a veces uno puede hacer caso a su corazón y
otras a su cabeza. En ocasiones uno sigue los propios impulsos y otras los
puede dejar pasar y pensar. No existen fórmulas para vivir y sentirse bien; lo
que uno puede hacer es valorar qué es lo que mejor le funciona en cada
situación, basándose en los resultados.
195
partes pesimistas... partes que quieren trabajar... y otras que quieren jugar...
algunas que les gusta pensar en el futuro... y otras en lo que pasó... algunas a las
que les gusta estar con los demás... y otras a las que les gusta estar solas... partes
que piensan... partes que sienten... y tantas otras que podría nombrar cientos de
ellas... y lo que va a descubrir ahora... es que cada parte de su experiencia...
tiene un maravilloso potencial... de ser valiosa... alguna vez... en algún lugar...
Saber que puede entrar... y quedar abierto/a a una parte de la experiencia... es
un conocimiento valioso... es como si la luz de su conciencia... encendiera una
parte concreta de sí mismo/a... en una situación... en la que pudiera controlar
habilidad... También está descubriendo... la facilidad con la que el mal
acoplamiento entre una parte suya y una situación... puede generar problemas...
Sabe, por ejemplo, que si va a ir a una fiesta... es importante que pueda ir a su
interior y sacar su parte social... la parte a la que le gusta la gente y disfruta
estando con otras personas... que le gusta reír y bromear... y oír las perspectivas
de otras personas... y compartir las experiencias de otros... éstas son las cosas
que pueden hacer que una fiesta sea divertida... pero ¿qué ocurriría si alguien
fuera a ir a una fiesta... y estuviera muy absorto en su experiencia interna...
como el mal humor... separándose de manera efectiva... a sí mismo/a de los
demás?... Y ahora se da cuenta... de que a veces está absorto en cosas internas...
introspectivamente... y que a veces está absorto en cosas externas... estar absorto
internamente en una fiesta... no encaja mucho... y los sentimientos serán
dolorosos... y negativos... al evaluarse a uno mismo... de camino a casa... al
volver de la fiesta... preguntándose de forma autocrítica... por qué no pudo
entrar... en el encuadre mental de la fiesta... Hay muros en todas las personas...
que uno puede construir... y que uno puede derribar... cuando se da cuenta...
Muros que separan... diferentes partes de su experiencia entre sí... como si cada
una estuviera en un compartimento... Y se puede imaginar con facilidad que
camina por un vestíbulo... que tiene muchas puertas a ambos lados... de manera
que si abre una puerta en particular puede entrar en sus pensamientos... o si
abre una puerta diferente puede entrar en sus sentimientos... e incluso si abre
otra puede entrar en sus vulnerabilidades... o si abre otra puede entrar en sus
puntos fuertes... Qué extraordinaria sensación de control... de poder personal...
cuando conoce y valora todas las partes de usted mismo... y sabe cómo... entrar
y salir de cada una... ¿Y no es valioso poder aprender de la experiencia de los
demás?... Recuerdo que no hace mucho tiempo trabajé con una persona... que
describía que vivía con una mujer a la que quería mucho... pero se daba cuenta
de que muchas veces por la mañana... antes de irse a trabajar... y dirigirse hacia
caminos diferentes durante el día... tenían pequeñas discusiones... conflictos
simples como quién recogería la leche al volver a casa... o quién se pararía y
compraría el periódico antes de volver... Y se decían entre sí cosas que no eran
particularmente agradables ni educadas ni cariñosas... Estaba hundido... y
estaba tan triste que decía que ni siquiera podía ir a trabajar... y estaba tan
confuso respecto a cómo podían tener esas discusiones... y su novia podía
196
seguir yendo a trabajar... Qué importante fue que aprendiera... a separar su vida
personal... de su vida laboral... sus sentimientos personales... de su capacidad
para funcionar... en el trabajo... E incluso dentro de sí mismo... necesitaba
aprender a separar su frustración y su enfado... de las cosas que decía a su
novia... para afrontar las diferencias entre ellos... sean grandes o pequeñas... de
manera respetuosa... Los sentimientos internos de rabia se pueden separar de...
decir cosas que son mezquinas o destructivas... Hay un muro que separa las
emociones de las acciones... la rabia de la violencia... los sentimientos de deseo o
atracción de las conductas irresponsables... y usted está descubriendo ahora...
que puede separar diferentes partes de su experiencia... que incluso puede
separar la experiencia que tiene normalmente de usted mismo de la que tiene
cuando está hipnotizado... y puede separar todas las cosas que tiene que hacer
más tarde hoy... de esta experiencia que está teniendo ahora... de relax... y
escucha... y aprendizaje... Ahora sabe... que todos los países... todos los
Estados... tienen sus fronteras... Existe una línea... que separa... Estados Unidos
de Canadá... y Estados Unidos de México... Hay una línea que separa... el
Estado en el que usted vive... del Estado vecino... y la ciudad en la que vive... de
la ciudad de al lado... Estados Unidos... incluso tiene... patrullas de aduanas...
que tienen la tarea de mantener la integridad de nuestras fronteras... para dejar
dentro lo que debe quedar dentro... y dejar fuera lo que se debe quedar fuera...
Y una de las misiones de nuestra nación... es ser capaz de proteger nuestras
fronteras... para que nos puedan definir a nosotros... como nosotros... A
cualquier lugar que vaya... cada país tiene sus fronteras... y su propia manera de
definirse... su cultura... su lenguaje... sus costumbres... Ahora, usted sabe tan
bien como yo... con cuánta frecuencia... un grupo de personas invade a otro
grupo... y cruza los límites... e intenta imponer sus deseos y su forma de vivir...
No es diferente a nivel individual... usted puede empezar a ver claramente... las
personas que le buscan... las cosas que quieren... Y ahora está usted... y sus
límites... y su capacidad para proteger dichos límites... que impiden que le
absorban los planes de otra persona... siendo capaz de resistir con facilidad...
sus tácticas de culpabilizar... o de intimidación... o de lo que sea... para poderse
proteger... de manera hábil... cuidadosa... poderosa... Y está aprendiendo... más
deprisa de lo que es consciente... que cada parte es valiosa... en algún lugar... en
algún momento... Ya sea una parte enfadada... o una parte alegre... una parte
afectuosa... o una crítica... tiene un propósito valioso... cuando la usa bien... Y lo
que está aprendiendo ahora... es que puede tener la capacidad... de entrar
deliberadamente en una parte de usted mismo... esto es siempre una elección
suya... Así que cuando hace algo que no va muy bien... puede encontrar su
parte compasiva... y quedar absorto en ella... Y cuando experimenta tensión...
puede encontrar la parte de usted que sabe cómo relajarse... Y cuando descubra
que está siendo autocrítico... puede encontrar la parte que es paciente... y
aceptar... y deleitarse en ella... Su experiencia es suya y de nadie más... Y
cuando se da cuenta de que... no importa cuánto le quiera alguien... si se rompe
197
una pierna... usted tendrá que llevar la escayola... nadie más la llevará por
usted... siempre hay... un límite que le separa a usted de los otros... Y qué
afortunado es de que la vida sea así... de manera que usted puede ser usted... y
puede desarrollar todas las partes de usted mismo plenamente... Saber cómo y
cuándo usar cada una de ellas... de maneras que le hagan sentir bien... Y así,
disfrutar... de los sentimientos de bienestar... y tomarse algún tiempo para
procesar la experiencia... integrando nuevos conocimientos... y usando dicha
experiencia de manera hábil... y cuando se sienta preparado, puede cerrar esta
experiencia cómodamente... reorientándose gradualmente cuando se sienta
preparado... y reorientándose plenamente y abriendo los ojos cuando le parezca
un buen momento para hacerlo...
198
CAPÍTULO 22: Recuerdos, sugestionabilidad y controversia sobre los
recuerdos reprimidos
Considérese a una mujer que acude a psicoterapia y nos indica que sufre
pesadillas terribles, desórdenes alimentarios, así como dificultades en las
relaciones interpersonales, especialmente con hombres. Dice no tener ninguna
idea acerca del origen de estos síntomas, pero su psicoterapeuta le sugiere
directamente que puede que «haya sido objeto de un abuso sexual y haya
reprimido los recuerdos alrededor de este hecho». Ella no recuerda nada, ni
siquiera leves indicios de ningún acontecimiento de ese tipo.
A través de la hipnosis y otras técnicas de regresión temporal basadas en
la hipnosis (como la visualización, o la imaginación guiada), recupera con
rapidez algún recuerdo que le sugiere un abuso sexual ocurrido a una edad
muy temprana. ¿Sucedieron realmente estos episodios de abuso? ¿Es posible
que se hayan fabricado estos recuerdos con el fin de acomodarse a las
expectativas y sugerencias del psicoterapeuta? ¿Es posible llevar a alguien a
creer que ha sido objeto de un abuso sexual cuando este episodio tal vez no
tenido lugar nunca?
Hoy, todas estas difíciles preguntas se encuentran todavía en el corazón
de las más importantes controversias en el mundo de la psicoterapia actual. Por
un lado, nos encontramos con clínicos e investigadores que creen que los
traumas reprimidos relativos al abuso sexual pueden y deben identificarse a
partir de una revisión exhaustiva de la lista de síntomas conocidos del paciente
(Blume, 1990; Fredrickson, 1992). Creen además que el tratamiento debe incluir
en primer término una eliminación de la represión, a través de técnicas de
recuperación de la memoria, seguido de un profundo trabajo con el material
traumático recientemente recuperado, con el fin de ayudar al cliente a encontrar
soluciones que no conlleven la aparición del síntoma. Les preocupa asimismo
que los perpetradores de abusos sexuales puedan encontrar nuevas formas para
evadir su responsabilidad alegando que el abuso es producto de unos recuerdos
falsos. Y, para acabar, creen que los recuerdos que se recuperan en el proceso de
terapia son esencialmente verdaderos, y deben ser considerados como tales
antes de que el tratamiento se lleve a cabo.
199
conjuntos de síntomas que pueden explicarse bajo otras hipótesis (Ganaway,
1991; Loftus, 1993). Después de todo, no es posible estudiar la represión de una
forma directa, tan sólo puede llegar a inferirse (No se le puede preguntar a
alguien: «¿Está usted reprimiendo recuerdos acerca de un abuso sexual?», ya
que si él o ella tienen conciencia del hecho, querrá decir que no lo están
reprimiendo). Estos clínicos e investigadores creen además que al llegar a la
conclusión de que el cliente ha sufrido un abuso y que está reprimiendo los
recuerdos que tienen que ver con este acontecimiento, los psicoterapeutas
pueden, ya sea de una forma consciente o inconsciente, estar influyendo en el
cliente para que llegue a la misma conclusión, cuando ésta quizás no sea cierta.
Les preocupa mucho el hecho de que gente inocente pueda verse acusada
falsamente, y que, como consecuencia de ello, se puedan llegar a destrozar sus
vidas. Reconocen que la gente, especialmente en situaciones de alta
vulnerabilidad como puede ser una situación de psicoterapia, se ve influida a
pensar que se han producido actos desagradables cuando éstos tal vez no
tuvieron lugar.
200
emprende de «búsqueda y captura» de estos recuerdos. Por ejemplo, la creencia
de que alguien puede almacenar y recordar posteriormente recuerdos de
conversaciones y experiencias ocurridas en los primeros instantes de vida
puede llevar al psicoterapeuta a usar técnicas psicoterapéuticas totalmente
diferentes de las que usaría si no tuviera esta creencia (Yapko, 1990).
La ciencia de la salud mental no conoce todavía demasiadas cosas acerca
de la represión de recuerdos traumáticos. De hecho, hay quien cuestiona la
existencia misma de la represión (Holmes, 1990). ¿Existe realmente la represión?
La evidencia sugiere con fuerza que, efectivamente, sí existe. Pero en todo caso,
lo que los clínicos todavía no han descubierto es cómo funciona realmente la
represión que existe en torno al abuso sexual en la infancia. Todavía no se
conoce la autenticidad de recuerdos que han permanecido enterrados durante
veinte o treinta años y que de repente emergen en la superficie de forma
dramática, como consecuencia de una lectura, de un libro de autoayuda o de
una sesión psicoterapéutica. No sabemos si cada vez que encontramos un
síntoma puede haber recuerdos reprimidos detrás, o si están esperando a ser
descubiertos para considerarlos la fuente de los problemas del cliente, ni
siquiera si sería posible que estos mismos síntomas existieran
independientemente de las experiencias negativas que hayan podido verse
reprimidas. No sabemos desde qué edad pueden haberse estado reprimiendo
recuerdos. No sabemos si el trauma hace que los recuerdos reprimidos sean
más o menos precisos en un individuo en concreto. No sabemos qué técnicas
destinadas a recuperar recuerdos reprimidos los van a alterar de forma
significativa simplemente por hacer uso de ellos. No sabemos por qué algunas
201
personas reprimen un tipo especial de traumas y otras personas no lo hacen. No
sabemos por qué hay gente que nunca presenta recuerdos traumáticos, aunque
se sepa desde un punto de vista objetivo que haya ocurrido algo en sus vidas,
mientras que otros presentan recuerdos que van y vienen de sus vidas. Todos
estos interrogantes representan áreas de investigación que todavía no han sido
enfocadas con profundidad.
Implicaciones clínicas
Tratar estos asuntos a nivel clínico es difícil. El resto de este capítulo está
dedicado a ofrecer algunas indicaciones de cómo tratar estos aspectos tan
delicados. Esta sección se reimprime con permiso de un artículo que escribí
para un número de The Family Therapy Networker (Yapko, 1993a).
Primero y principal, un terapeuta no debe llegar demasiado rápido a la
conclusión de que hubo abuso simplemente porque es verosímil. Los síntomas
no son evidencia de un abuso. Si el cliente nunca antes ha mencionado que le
hayan molestado y nunca se ha identificado antes como la víctima de un abuso,
el terapeuta no debería ser quien lo sugiriera. Por supuesto, hay ocasiones en
las que el terapeuta tiene buenas razones para sospechar y cree necesario
mencionar la posibilidad al cliente. Sin embargo, si hay resistencia el terapeuta
no lo debería patologizar como «negación» sino que debería esforzarse por
crear una atmósfera en la que el cliente finalmente tome la decisión de seguir
adelante o no con el tema.
202
Un terapeuta no debería suponer que un cliente que no puede recordar
muchas cosas de su infancia está reprimiendo recuerdos traumáticos o está
negando. Se crea o no, hay personas orientadas al futuro o a experiencias del
aquí y ahora cuya experiencia subjetiva es que los recuerdos de la infancia son
bastante pobres porque no los cuidan mucho o no se molestan en recordarlos.
Además, aceptar la teoría de una amnesia de base traumática como explicación
de la falta de recuerdos de infancia o la primera juventud se opone
abiertamente a la investigación sobre la maduración cognitiva. La investigación
muestra que los recuerdos son, cuanto más, inciertos hasta los dos años; antes
de dicha edad los niños, aparentemente, no tienen estructuras mentales para
formar recuerdos coherentes a largo plazo. La idea del «recuerdo corporal» es
un constructo cómodo para mantener la creencia en los recuerdos objetivos,
pero es poco objetiva.
En cualquier caso, ningún terapeuta debería sugerir nunca, ni directa ni
indirectamente, la existencia de un abuso fuera de un contexto terapéutico
específico: desde luego nunca a un cliente que llama por teléfono para pedir
una primera cita. Tampoco debería hacer preguntas inductivas que implicaran
una respuesta deseada o correcta. Por ejemplo, no hacer preguntas como:
«¿Cuándo sufrió un abuso? ¿Cómo se abusó de usted?». En el contexto
hipnótico, dichas preguntas sugestivas se basan en lo que llamamos
presuposiciones: presuponen que el abuso realmente ocurrió y todo lo que se ha
de determinar es cuándo y cómo. Las presuposiciones son útiles en terapia;
preguntar a un cliente: «¿Cómo se sentirá cuando descubra que puede tener el
tipo de relación que quiere?», genera expectativas de cambio positivo en
terapia. Pero, por otro lado, las presuposiciones respecto a la realidad de un
abuso pueden crear la verdadera patología que el terapeuta supuestamente está
tratando.
El cliente es más vulnerable a las sugestiones y a la influencia adversa de
las preguntas inductivas cuando la terapia empieza a ahondar en situaciones
dolorosas del pasado, sobre todo de la infancia. En estos momentos el terapeuta
es probable que pregunte: «¿Cuántos años tenía?, ¿dónde estaba?, ¿qué estaba
pasando?, ¿había alguien por allí?, ¿qué se dijo en la interacción entre tú y esa
persona?». Tales preguntas son necesarias cuando sirven para determinar lo
que estaba experimentando el cliente, pero los terapeutas deberían tener
cuidado de no deslizar más preguntas inductivas como: «¿Se sintió incómoda
con la interacción?, ¿recuerda lo avergonzado/a y asustado/a que le hizo
sentir?».
203
leído mucha bibliografía sobre incesto, o ha estado presionado por un hermano,
o ha colaborado activamente con un grupo de víctimas?
204
capaces de manejar. Los enfoques que enfatizan la búsqueda de recursos en vez
del trabajo de recuerdos pueden ir mejor y se deberían tener en cuenta al
formular un plan de tratamiento para un individuo en particular.
Como terapeutas nos gusta pensar en nosotros mismos como si fuéramos
buena gente. Podemos suponer que algunos terapeutas son dañinos, pero es
duro pensar que podemos hacer daño a nuestros clientes inadvertidamente. No
obstante, si con el objetivo de combatir el abuso infantil negamos nuestro poder
de influir negativamente en nuestros clientes y creamos inintencionalmente el
problema que intentamos tratar, estamos traicionando nuestra misión. Nadie, ni
las víctimas de verdaderos abusos ni las personas que equivocadamente creen
que sufrieron abusos, ni las familias de ambos pueden recibir la ayuda de un
terapeuta que abdica de su responsabilidad de pensar críticamente y que niegan
la necesidad de hacer distinciones entre verdad y falsedad.
Bibliografía
BOWER, G. (1981), «Mood and memory», American Psychologist, 36, págs. 129-‐‑
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205
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207
CAPÍTULO 23: Resistir a la resistencia
En todo caso, la resistencia es una fuerza que actúa en contra del objetivo
terapéutico. Se la reconoce ampliamente como un componente integral e
inevitable de dicho objetivo terapéutico, y prácticamente la totalidad de
enfoques que conozco reconocen la existencia de algún equivalente
aproximado. Lo único que difiere de un enfoque a otro es el aspecto racional
que justifica su existencia y las técnicas y tratamiento utilizados para su toma de
conciencia.
Definir la resistencia como fuerza que actúa en contra de los intereses de
la terapia no sitúa la culpa ni en el cliente ni el terapeuta. En lugar de ver a la
gente que dice venir voluntariamente (si se hallan en terapia de forma no
voluntaria el caso cambia sustancialmente) en busca de ayuda sin desearla
realmente, parece mucho más práctico percibir la resistencia como la forma que
el cliente tiene de comunicarnos sus dificultades para relacionarse con el
mundo (del cual el clínico es también una parte). En otras palabras, visto así, la
resistencia no constituye una propiedad fija por parte del cliente, sino más bien
un intento de comunicación que nos indica los límites de lo que el cliente puede
y no puede hacer. Y más que culpar al cliente, se haría mejor en aceptar esta
comunicación como un indicador válido de la experiencia que la persona tiene
de sí misma.
208
resistencia no se ve necesariamente como indicador de un sabotaje inconsciente
por parte del cliente. Frecuentemente lo que está pasando es que el cliente opta
por no responder de la manera deseada a la sugestión, por muy diversas
razones, las cuales tienen todas un denominador común: la sugestión no encaja
bien en la experiencia del cliente, llegando, de hecho, a contradecirla. La
resistencia podría verse entonces como la afirmación interpersonal de que las
estrategias y maniobras terapéuticas que se están llevando a cabo en el contexto
de terapia no son aceptadas en alguno de sus niveles por parte del cliente.
209
También puede atribuirse al tipo de intervención empleada, en el caso de
que ésta contenga estrategias y maniobras inaceptables para el cliente. Más aún,
cuando el clínico trabaja a un ritmo mayor o menor de cómo trabaja el cliente, la
resistencia no tardará en salir a la superficie. También se da como consecuencia
de los sentimientos negativos hacia el clínico, o justo todo lo contrario,
sentimientos románticos o de idealización del terapeuta, que lo colocarán en un
pedestal del cual tarde o temprano acabará cayendo. Finalmente, debemos decir
que las variables ambientales también juegan un papel importante, incluyendo
en ellas las condiciones ambientales, la disposición y el estado de salud del
cliente, y cosas por el estilo. Es evidente que toda la sensibilidad que esté
jugando un papel relevante en la hipnosis también lo está haciendo en el
proceso terapéutico en general, ya que se aplican los mismos principios (Booth,
1988; deShazer, 1984; Watzlawick, 1978; Zeig, 1980).
210
que se trata únicamente de la existencia de malos terapeutas), o bien como
resultado de una interacción entre ambos.
Aceptar la resistencia como una forma válida de comunicación por parte
del cliente evita tener que culpar a alguna de las dos partes de la relación
terapéutica (Erickson, 1959, 1964, 1965).
Aquí se podría aplicar la fórmula básica de «acepta y usa». En la práctica,
se lleva a cabo siendo capaz de aceptar plenamente la respuesta del cliente
como respuesta válida, mientras se halla la manera de utilizar esta respuesta en
servicio de futuras sugestiones.
Una vez se acepta la reacción del cliente como válida, puede empezar a
construirse la respuesta. Y esto lleva a redefinir la resistencia como una
conducta cooperativa. Si el clínico pasa a redefinir todo lo que haga el cliente
como una actitud colaborativa, ¿dónde está la resistencia? Encontrar la manera
en que la conducta no conformista del cliente se convierte en una ventaja puede
cambiar el sentimiento asociado a ella de forma sustancial.
Conclusión
211
mental y física. Y una vez hallado ese patrón, nos quejamos de «estar anclados
en la rutina».
La resistencia no siempre se muestra de una forma evidente (algunas de
estas resistencias son inconscientes y sutiles), y no siempre se usa al servicio de
un cambio. Algunos clientes acabarán no cambiando, otros lo harán de una
forma muy superficial. Mi intención al proponer el tema de la resistencia en este
capítulo reside en presentar la idea de que la mayor parte de la resistencia es
interpersonal, y que aparece como consecuencia de un enfoque exigente y poco
sensible. Es más, otras resistencias hacen referencia a la falta de apreciación y de
valor del papel que el síntoma está jugando en la vida de la persona. Cuando el
clínico sea capaz de llegar a un mismo punto utilizando diversas maneras de
aproximarse, observará como gran parte de sus intervenciones tendrán éxito,
utilizando la información que la persona le dé como guía de lo que conviene o
no conviene hacer.
Bibliografía
BANDLER, R. y GRINDER, J. (1979), Frogs into princes, Moab, UT, Real People
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WATZLAWICK, P. (1978), The language of change, Nueva York, Basic Books.
213
ZEIG, J. (comp.) (1980), A teaching seminar with Milton H. Erickson, M. D., Nueva
York, Brunner/Mazel.
214
En este capítulo me gustaría comentar algunas de las posibles reacciones
inesperadas provocadas por la hipnosis que exigen que se le tenga un respeto
sano por dicha técnica.
215
experiencia hipnótica tienen que ver con las asociaciones que provocan los
elementos de comunicación que están presentes en la interacción. Estos
incluyen la relación entre el clínico y el cliente, el estilo de comunicación
empleado, el contenido de la sugestión específica utilizada, las variables
contextuales y, lo más importante de todo, la comunicación intrapersonal del
cliente (Frauman, Lynn y Brentar, 1993; Judd, Burrows y Dennerstein, 1985;
MacHovec, 1986).
216
sintomáticamente, uno de sus puntos fuertes deriva de su capacidad para ser
usada de una manera más compleja, por ejemplo tratando las dinámicas y
consecuencias subyacentes al síntoma. Este es el tipo de ideas que yo quería
promover a lo largo del libro al abordar los diferentes aspectos y conceptos
asociados a la práctica responsable de la hipnosis clínica (Rosen, 1960; Spiegel y
Spiegel, 1987; Weitzenhoffer, 1989).
Uno de los miedos más frecuentes a los que hacen referencia mis
alumnos tiene que ver con el fracaso al eliminar las sugestiones. Con la cantidad
de cosas que ocupan la mente del clínico cuando está realizando hipnosis
(formular sugestiones significativas al mismo tiempo que se observan de cerca y
se utilizan las respuestas del cliente), ¿qué ocurre si el clínico olvida eliminar
una sugestión?
217
Regresión espontánea y abreacción
Incluso el clínico más hábil no sabe qué minas hay en el inconsciente del
cliente esperando a que uno tropiece con ellas durante la terapia o la hipnosis.
Cada ser humano tiene una historia personal única y hace asociaciones
idiosincrásicas con las palabras y las experiencias. Lo que parece un término
neutral para una persona puede desencadenar alguna experiencia personal
intensa en otra. Por lo tanto, la idea de hacer hipnosis sin producir nunca una
abreacción es bastante improbable. Por otra parte, hay algunos clínicos que las
promueven mediante una especie de «voyeurismo psicológico», suponiendo que
las emociones intensas son terapéuticamente necesarias así como fascinantes de
observar.
218
que desperdiciar la ocasión de permitir que se produzca una abreacción y ser
útil al cliente ayudándole a tener una nueva perspectiva de dicha experiencia.
Después de todo para esto sirve la terapia, ¿no es cierto? No se puede cambiar
el pasado pero sí las actitudes que se tienen respecto al mismo.
Algo que ayuda es usar sugestiones que calmen e incluso, si la reacción
es totalmente inesperada, el terapeuta sabe, a partir de ahí, que se puede
encontrar con lo inesperado. Hay que asegurarse de que la voz sea suave y dé
confianza. En general, lo mejor que se puede hacer es usar la hipnosis para
resolver la situación y cerrarla. Incluso si ha acabado la hora de visita, la
responsabilidad del terapeuta todavía no ha acabado. Hay que asegurarse de
que el cliente se marcha de manera tranquila.
Si un cliente empieza con alguna información delicada que el terapeuta
no se siente preparado para controlar por alguna razón, sugiero que se asegure
de que lo va a derivar inmediatamente a un profesional apropiado que le pueda
ayudar (es importante tener una buen listado de profesionales para hacer
derivaciones) (Crasilneck y Hall, 1985; Feldman, 1985; Hammond, 1990; Kroger,
1977; Spiegel y Spiegel, 1987; Spiegel, 1993; Yapko, 1992).
Directrices éticas
Se supone que el terapeuta, como profesional de la ayuda, tiene sólo las
mejores intenciones para sus clientes y que usará sus conocimientos sobre la
naturaleza humana y la capacidad para influir a nivel interpersonal de manera
constructiva. Por lo tanto, a continuación aparecen sólo unas cuantas directrices
éticas tratadas de manera superficial:
219
que ésta plantea, ha de evaluar honestamente si sería mejor derivarla (y hacerlo
cuando sea apropiado).
4. No es bueno ir más allá de las propias posibilidades ni falsificarse a uno
mismo. Los problemas humanos son muy complejos y no se pueden reducir a
un párrafo de dinámicas. Si uno siente que no se puede con un problema es
mejor derivar a la persona a alguien que pueda afrontar mejor sus necesidades.
5. La información errónea y/o el uso de técnicas indirectas se pueden juzgar
a veces como el mejor enfoque. Hay que tener cuidado porque pueden ayudar
al cliente pero también puede salir el tiro por la culata. Hay que tener
estrategias preparadas para cada paso del camino pensando en la intervención.
6. Hay que incluir, siempre que se considere apropiado, a los profesionales
adecuados que tengan la cualificación necesaria. Por ejemplo, cuando se trabaje
con síntomas de base orgánica, a menos que uno sea médico, habrá que derivar
a un médico y contar con su acreditación para trabajar el problema. Practicar la
medicina (psicología, nutrición, etc.) sin la licencia o los conocimientos
adecuados es una falta de responsabilidad.
220
Conclusión
La hipnosis como herramienta tiene un gran valor y éste puede aumentar
a gran velocidad en la comunidad profesional cuando todos los que la usen lo
hagan de una manera juiciosa.
Bibliografía
BRENTAR, J., LYNN, S., CARLSON, B. y KURZHALS, R. (1992), «Controlled research
on hypnotic aftereffects: The post-‐‑hypnotic experience questionnaire», en W.
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Konstanz Press, págs. 179-‐‑201.
221
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review», Australian Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 13, págs. 1-‐‑15.
ROSEN, H. (1960), «Hypnosis: Applications and misapplications», Journal of the
American Medical Association, 17, 5, págs. 976-‐‑979.
STEERE, J. (1984), Ethics in clinical psychology. Londres, Oxford University Press.
222
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standards», en J. Zeig (comp.), Ericksonian psychotherapy: vol. 1, Structures,
Nueva York, Brunner/Mazel, págs. 459-‐‑473.
223
No se quién fue el que dijo «cuanto más sabes más cuenta te das de lo poco que
sabes». Fuera quien fuera, me pregunto si hablaba de la hipnosis cuando hizo
este comentario. Bien, probablemente no. Pero en cualquier caso esto es cierto
en el estudio de la hipnosis. Espero que cuando el lector llegue a este último
capítulo haya descubierto la riqueza y complejidad que ofrece la hipnosis como
herramienta de comunicación.
Una de las cosas más frustrantes para los profesionales que trabajan en el
campo de la hipnosis clínica es que hay personas que tienen menos formación
en el tema de la que aparece en este libro introductorio que ofrecen servicios al
público para los que no están cualificados. Una segunda fuente de frustración
radica en la observación de que muchas de las personas que hacen cursos de
hipnosis, al acabar el curso no utilizan las habilidades adquiridas y éstas se
desvanecen pronto. Yo creo que cuando la práctica de la hipnosis se reducía a
las técnicas ritualizadas que consumían mucho tiempo, ésta era una
herramienta con una eficacia y aplicabilidad limitadas. También creo que la
hipnosis ha ampliado sus «objetivos limitados» a un modelo de comunicación
deliberada y efectiva, y cada vez es mayor el número de profesionales que
pueden integrar los patrones hipnóticos en su trabajo. Mi meta no era ni es
convertir a los lectores de este libro en «hipnotistas oficiales» sino más bien
proporcionar una introducción a este campo dinámico y en constante evolución
y que ofrece una valiosa fuente de insight sobre la gente y la terapia. Incluso
aunque el lector no realice una inducción hipnótica formal en el resto de su vida
mi propósito es que piense dos veces antes de decir algo como «no piense en las
cosas que le preocupan». A partir de esta introducción a este campo espero que
al lector le intrigue suficientemente la gama de posibilidades que le ofrece la
hipnosis como para continuar desarrollando sus habilidades al respecto. Hay
muchas maneras de hacerlo.
224
información respecto a dónde escribir para pertenecer a estas organizaciones y
suscribirse en sus revistas aparece listada aquí:
Suite 291
EE UU
publicado por
EE UU
225
No se puede exagerar la importancia de la lectura de bibliografía reciente
ni tampoco el valor de la formación experiencial. Además de la formación que
ofrecen muchas universidades y algunos profesionales en el ámbito privado, las
organizaciones de hipnosis mencionadas arriba ofrecen una formación
excelente para profesionales cualificados, tanto a nivel nacional como local. La
American Society of Clinical Hypnosis (ASCH) tiene sedes en las ciudades
importantes en las que suele haber programas de formación. También otorga un
certificado que confirma a los clientes la extensa formación del terapeuta.
La fundación Milton H. Erickson en Fenix, Arizona, se dedica al avance
en la hipnosis ericksoniana y presenta congresos tanto a nivel nacional como
internacional (encuentros importantes en los que se presentan artículos,
demostraciones, talleres y ponencias durante varios días únicamente sobre el
tema de la hipnosis clínica). Además de patrocinar estos congresos, la
fundación publica un informe tres veces al año que incluye una guía sobre
dónde y cuándo se ofrecen programas de formación. Para estar en la base de
datos y recibir información por correo, escriban a:
EE UU
226
de este texto como introducción concisa al tema. Todavía se puede decir mucho
más sobre la mente humana, la personalidad, la comunicación y la hipnosis. Los
conocimientos que tenemos se van ampliando cada vez más, y parece que no
existe un límite en el conocimiento que podemos llegar a tener. Espero que el
lector encuentre muchas maneras de hacer buen uso de todo lo que la hipnosis
le ofrece.
227