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INTRODUCCIÓN A LAS

PSICOTERAPIAS: modelos clásicos y


contemporáneos.
(EDICIÓN REVISADA)

ALBERTO RODRÍGUEZ MOREJÓN


Primera Edición Copyright © 2017 Alberto Rodríguez Morejón
Segunda Edición © 2019 Alberto Rodríguez Morejón
ISBN edición digital 978-84-617-8285-7
ISBN edición impresa 978-15-205-0008-9

La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares
del copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.
Si no eres capaz de explicarlo de forma sencilla es que no lo has entendido bien.
Albert Einstein

A Marta que, soñando, soñando, trajo a Luis.


A Luis que crece libre, feliz y esperanzado,
compartiendo con nosotros todo eso… y mucho más
INDICE
PRÓLOGO
CAPÍTULO 1: DEFINICIÓN DE PSICOTERAPIA
CAPÍTULO 2: EL PSICOANÁLISIS DE FREUD
CAPÍTULO 3: AUTORES PSICODINÁMICOS
CAPÍTULO 4: LA TERAPIA EXISTENCIAL
CAPÍTULO 5: LA TERAPIA CENTRADA EN LA PERSONA DE
CARL ROGERS
CAPÍTULO 6: LA TERAPIA GESTALT
CAPÍTULO 7: TERAPIAS CORPORALES
CAPÍTULO 8: LA TERAPIA DE CONDUCTA
CAPÍTULO 9: LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA DE
CONDUCTA DE ELLIS
CAPÍTULO 10: LA TERAPIA COGNITIVA DE BECK
CAPÍTULO 11: El MINDFULNESS EN PSICOTERAPIA
CAPÍTULO 12: LA TERAPIA DE ACEPTACION Y COMPROMISO
CAPÍTULO 13: TERAPIA METACOGNITIVA
CAPÍTULO 14: EL MODELO ESTRATÉGICO-COMUNICACIONAL
CAPÍTULO 15: LA TERAPIA ESTRUCTURAL
CAPÍTULO 16: LA TERAPIA CENTRADA EN SOLUCIONES
CAPÍTULO 17: LA TERAPIA NARRATIVA
CAPÍTULO 18: TERAPIA CENTRADA EN LA EMOCIONES
CAPÍTULO 19: INVESTIGACIÓN EN PSICOTERAPIA: FACTORES
ESPECÍFICOS Y FACTORES COMUNES.
PRÓLOGO
Escribir un libro científico en los tiempos que corren es una aventura con
poca recompensa. Las agencias de calidad desprecian los libros a la hora de
evaluar la producción científica de los profesores, ¡como si no fuera nuestra
tarea recopilar y condensar información para hacerla accesible a estudiantes y
público en general! Si a eso le sumamos las reticencias de la gente para
comprar libros (de cualquier tipo), el efecto parece poco motivante.
Por eso, este libro es sólo una parte de un proyecto más ambicioso que abarca
tres contenidos:
Un libro más extenso (Manual de psicoterapias: Teoría y técnicas)
dirigido a quienes quieran profundizar en el tema, en el que se exponen
los mismos enfoques de psicoterapia que en éste, y algunos más, pero
con mucho más detenimiento y ejemplos de cómo aplicar los
tratamientos.
Una página (www.psicoterapias.es), la hermana gemela en la red de este
libro, con contenidos algo más reducidos y sin bibliografía, pero con el
apoyo de gráficos y videos.
El libro que tienes entre las manos, que está dirigido a las personas que
quieren una aproximación resumida a algunos de los enfoques más
importantes de la psicoterapia.
Ya adelanto que este libro, el que ahora estás leyendo, presenta la
información muy condensada, ¡si te gusta subrayar no vas a tener mucho
trabajo!, la labor de resumen la he hecho yo por ti. He seleccionado la
información más relevante de cada autor o enfoque; corriendo así el riesgo de
hacer la lectura más ardua, pero ofreciendo un material resumido y preciso
para entender los diferentes modelos de trabajo.
¿Por qué estos enfoques y no otros? Pues he de confesarte, lector, que la
elección no ha sido fácil. Hay modelos indiscutibles porque son la
herramienta de trabajo de miles de terapeutas cada día (la Terapia Cognitiva
de Beck, el psicoanálisis o la Terapia Estructural); hay enfoques que debían
estar porque sin ellos no se entienden muchos de los tratamientos más
modernos (la terapia de Adler, el modelo estratégico y muchos de los autores
psicoanalíticos), y por fin hay modelos más modernos que probablemente
jugarán un papel importante en el futuro de la psicoterapia (Mindfulness,
Terapia de Aceptación y Compromiso o Terapia Centrada en Soluciones).

Para analizar cada modelo he aplicado siempre el mismo esquema:


Una breve introducción a la biografía del autor principal y/o la historia
del modelo.
La visión de la persona que tiene el enfoque.
Cómo se entiende la formación de problemas (patología).
En qué consiste la intervención que proponen: objetivos, visión del
terapeuta, técnicas principales y proceso terapéutico.
El resultado es este compendio de modelos que espero que disfrutes porque
es el producto de unir mis tres grandes vocaciones: a) aprender de tantos
grandes autores que se esforzaron en dejar un legado de cómo ayudar a
resolver problemas psicológicos, b) extraer los conocimientos que puedan ser
más útiles para llevarlos a la práctica clínica y c) hacer que esas ideas sean
asequibles para los estudiantes y curiosos de la materia.
Para hacer el contenido más accesible he tratado de reducir las citas
bibliográficas y a cambio ofrezco en cada capítulo algunas lecturas
complementarias. Estas lecturas fueron una parte importante del material de
trabajo que utilicé para elaborar este texto y me gustaría que fueran también
las tuyas si quieres ampliar tus conocimientos.
Los contenidos se distribuyen en una serie de secciones. Hay un capítulo
inicial en el que se presenta una definición de psicoterapia con algunos datos
estadísticos sobre su eficacia. Y un gran bloque central en el que se abordan
los diferentes modelos de tratamiento donde los capítulos se agrupan por
enfoques. Empiezo por orden de antigüedad, así que los primeros temas se
dedican al psicoanálisis: Freud (capítulo 2) y a los autores psicodinámicos
(capítulo 3). Después continúo con las terapias humanistas; aquí el criterio ya
no es tanto cronológico (la terapia de conducta y los modelos humanistas
evolucionan a la par), sino de coherencia de contenido, algunos de los
enfoques humanistas se derivan de una manera u otra del psicoanálisis.
Dentro de los muchos modelos humanistas dedico capítulos a la Terapia
Existencial (capítulo 4), la Terapia Centrada en la Persona (capítulo 5), la
Gestalt (capítulo 6) y a las Terapias corporales (capítulo 7). El siguiente
bloque revisa las terapias Cognitivo-Conductuales e incluye la Terapia de
conducta (capítulo 8), la Terapia Racional Emotiva de Conducta (capítulo 9)
y la Terapia Cognitiva de Beck (capítulo 10). A continuación, se aborda lo
que se ha dado en llamar Terapias Contextuales, también aquí el repertorio es
amplio, yo expongo la Terapia Cognitiva basada en el Mindfulness (capítulo
11), la Terapia de Aceptación y Compromiso (capítulo 12) y la Terapia
Metacognitiva (capitulo 13). El último bloque de terapias se encarga de las
sistémicas: dos modelos clásicos, el estratégico (capítulo 14) y la Terapia
Estructural (capítulo 15); y dos modelos de vanguardia, la Terapia Centrada
en Soluciones (capítulo 16) y la Terapia Narrativa (capítulo 17). Se ha
introducido un capítulo dedicado a la Terapia Centrada en Emociones
(capítulo 18), un modelo humanista que incorpora ideas muy integradoras de
otros enfoques. El último capítulo está dedicado a la investigación: ¿por qué
funciona la psicoterapia? En el revisaré brevemente las claves del éxito de la
intervención psicológica.
Una última petición para los que se disponen a abordar esta aproximación a
los diferentes enfoques de psicoterapia. Hazlo con una mentalidad abierta,
atrévete a ponerte temporalmente en el lugar de cada uno de los autores y a
ver las cosas desde su propuesta. No dejes que los prejuicios y tu sentido
crítico te impidan disfrutar de las ideas y aprender lo importante de cada
modelo. La flexibilidad es la cualidad esencial de un buen terapeuta, la
psicoterapia no es un trabajo para obtusos de mente y talibanes ideológicos.
Ya es lo último, lo prometo. Muchas personas han colaborado directa e
indirectamente en este libro. Directamente: Marta Bermejo, Gabriel Iglesias,
Henar Campos y Patricia Moreno, revisaron con paciencia la edición, sus
sugerencias me ayudaron a mejorar la obra que hoy tienes entre las manos. Y
de una forma más indirecta, pero no menos importante: los estudiantes con
los que he tenido la suerte de compartir horas de enseñanza y discusión; y las
personas que confiaron en mí para que les ayudara a resolver sus problemas
psicológicos. ¡Gracias a todos ellos!
CAPÍTULO 1: DEFINICIÓN DE PSICOTERAPIA
1.- ¿QUÉ ES LA PSICOTERAPIA?
Las características fundamentales de lo que se entiende por psicoterapia son
las siguientes (Wampold, 2010):
Es un tratamiento interpersonal que se realiza a través del lenguaje.
Está basada en una teoría que utiliza conceptos psicológicos para
entender cómo se forman o resuelven los problemas humanos. En la
actualidad no tenemos una teoría única para explicar y resolver los
problemas psicológicos, por lo que los terapeutas deben elegir cuál o
cuáles asumen.
El terapeuta tiene unas características específicas que son producto de
su formación, y que lo diferencian de otras personas de autoridad en la
comunidad (religiosos, sabios). Su peculiaridad fundamental es que está
entrenado en un modelo psicológico que le permite analizar los
problemas que los pacientes traen a consulta y ofrecer soluciones.
Puede utilizar la evaluación para el diagnóstico y la clasificación
psiquiátrica pero no es un requisito fundamental.
Sus resultados dependen de la colaboración en metas y tareas que se
consigan con el cliente. Conseguir colaboración se relaciona con la
capacidad del terapeuta para ajustar su enfoque a las características de
un cliente concreto en un momento determinado.
En general la psicoterapia es individualizada, el terapeuta se encarga de
ajustar el tratamiento a cada persona, aunque también se puede aplicar a
varios clientes al mismo tiempo, de hecho, admite los formatos:
individual, pareja, familia o grupo.

2.- DATOS DE LA PSICOTERAPIA


¿En qué porcentaje funciona?
Las investigaciones de los últimos años son concluyentes: la psicoterapia es
una práctica eficaz. Smith y Glass (1977) llevan a cabo un gran meta-análisis
reuniendo las investigaciones que hasta la fecha comparaban grupos de
personas que habían asistido a un tratamiento, con grupos de gente que lo
necesitaba y no lo recibieron. Sus resultados fueron que, el cliente medio de
una psicoterapia está mejor que el 80% de los que no la reciben. Además, la
psicoterapia es más efectiva que una buena parte de los tratamientos
farmacológicos, más barata y con menos efectos secundarios.
¿Cuánta dosis de psicoterapia es necesaria para producir cambios?
La duración de un tratamiento depende mucho de algunos aspectos del
cliente: el problema por el que consulta (sobre todo la gravedad inicial de
éste), su motivación para trabajar, o incluso sus recursos económicos. Pero
está todavía más condicionada por el modelo que asuma el terapeuta que
escoja para realizar el tratamiento. La tendencia de la psicoterapia es a ser
una intervención breve y acotada a un momento de crisis en la vida de las
personas. Un meta-análisis reciente sobre la duración de los tratamientos en
depresión encuentra que la media de sesiones que se hace por tratamiento son
12 (Cuijpers, Huibers, Daniel Ebert, Koole & Andersson, 2013); además, la
mayoría de los clientes experimentan cambio en las 7 primeras sesiones
(Baldwin Berkeljon, Atkins, Olsen & Nielsen, 2009). A ello se añade el dato
de que los resultados de los tratamientos no parecen depender demasiado de
su duración de los (Kramer & Stiles, 2015).
¿Cuánta gente abandona la terapia?
En torno al 30% de los usuarios no acuden a la segunda sesión y son dos las
variables de cliente que se asocian principalmente al abandono: un bajo
estatus socioeconómico (Berrigan y Garfield, 1981) y un pobre nivel cultural
(Rabin, Kaslow y Rehm, 1985).
¿Hay personas que empeoran con los tratamientos?
Lamentablemente sí. La conclusión de Lambert y Ogles (2004) es que entre
un 5 y un 10% de pacientes empeoran, y que la forma de disminuir este
efecto es un buen entrenamiento de los terapeutas y una cuidadosa selección
de los tratamientos para algunos tipos de casos.

¿Hay diferencias en resultados entre enfoques de psicoterapia?


Hasta aquí se ha hecho referencia a la psicoterapia como si fuera una
disciplina unitaria, como si sólo hubiera una. En realidad, hay diferentes
enfoques y, por lo tanto, diferentes maneras de abordar los problemas
psicológicos. Es complicado establecer la línea que separa un nuevo modelo
de otro porque en ocasiones las diferencias son mínimas, así que es difícil
establecer un número exacto de enfoques. Wampold (2010) se atreve con la
cifra de 500, que probablemente se podría reducir mucho si los agrupamos en
las cuatro grandes orientaciones clásicas: terapias psicodinámicas, cognitvo-
conductuales, humanistas y sistémicas.
Pero la cuestión que se aborda en este apartado es la de los resultados: ¿hay
diferencias en eficacia entre ellos? Este tema ha sido objeto de debate en los
últimos años (Wampold, 2001), y más adelante será discutido con mayor
amplitud. Pero la respuesta es que la diferencia en cuanto a eficacia entre los
distintos tratamientos es, si existe, de poca magnitud. En otras palabras, que
los diferentes enfoques de tratamiento consiguen resultados muy similares
(Smith & Glass, 1977; Wampold et al, 2017).
¿Quién puede hacer psicoterapia?
Si se revisa el objetivo de la psicoterapia que figura en la definición que antes
se adelantaba: la meta de la psicoterapia es corregir las dificultades
psicológicas. Esta meta es tan amplia y difusa que es difícil establecer
criterios claros sobre quién puede (o más bien quién no puede) dedicarse a
ella. Corregir dificultades, solucionar problemas es un afán inherente a la
condición humana. Todos estamos en ese empeño y lo practicamos cada día
solos o con la ayuda de otros. Se supone que cuando esos problemas
cumplen criterios de trastorno psicológico, sólo los psicólogos clínicos o los
psiquiatras pueden poner en marcha "tratamientos específicos" para
resolverlos.
En la práctica la diferenciación no es tan fácil. Un abogado experto en
mediación ayuda a una pareja en trámites de divorcio a negociar cómo van a
regular su futuro una vez que se hayan separado. Las técnicas de la
mediación tienen un carácter muy psicológico y el problema con el que el
profesional se encuentra no es muy diferente al que afronta un terapeuta de
pareja. Algo parecido ocurre cuando un economista que se ha especializado
en coaching trata de ayudar a un ejecutivo a mejorar su rendimiento. Las
técnicas que usará son de naturaleza completamente psicológica y el
problema de rendimiento del ejecutivo tampoco se diferencia de los
problemas habituales que tratan los psicólogos clínicos. De igual manera, un
trabajador social puede ayudar a unos padres que viven en un contexto
socioeconómico deprimido a lidiar con las dificultades de una hija
adolescente con problemas de absentismo escolar. Probablemente unos
padres de mayor nivel adquisitivo se procurarían un terapeuta familiar. Las
diferencias en el trabajo que pueden hacer ambos profesionales, si están bien
entrenados, es en la práctica muy pequeña.
Al final, el nombre que le ponemos al tipo de intervención tiene más que ver
con el contexto en el que se realiza y el profesional que la lleva a cabo, que
con la técnica que se utiliza. La mediación, el coaching, la intervención
psicosocial o la psicoterapia pueden usar técnicas muy similares, porque los
objetivos a los que se enfocan no son tan diferentes: solucionar problemas y
mejorar el rendimiento de los seres humanos. Sin embargo, cambia el nombre
porque cambia el contexto en el que se realiza y el tipo de profesional que la
lleva a cabo.
En definitiva, la psicoterapia es una disciplina cuyo uso está restringido a
psicólogos con formación en clínica y a psiquiatras. En la práctica, por la
delgada línea que separa lo que se puede considerar o no un problema
psicológico, diferentes profesionales usan técnicas psicológicas para resolver
problemas humanos. Y eso constituye un serio problema de delimitación.

3.- CONTENIDOS
Los contenidos de trabajo de la psicoterapia.
Un psicoterapeuta puede intervenir sobre cuatro aspectos diferentes: el
conductual, el cognitivo, el emocional y el fisiológico.
La esfera conductual, lo que hacemos, está constituida por acciones
generalmente intencionales y observables. Las personas salen, quedan
con sus amigos, van a trabajar o al instituto, hablan con otros, hacen
deporte o salen a buscar empleo.
Los pensamientos, la esfera cognitiva, incluye todo lo que tiene que ver
con nuestra actividad mental (pensar, reflexionar, planear, tomar
decisiones, tomar conciencia) y todos los productos de esta actividad
(ideas, conocimientos, aprendizajes, puntos de vista). Hace referencia
también a todos los constructos que los psicólogos hemos diseñado para
entender la actividad cognitiva de las personas: motivación,
expectativas, atribuciones, etc.
La esfera emocional hace referencia a todo lo que tiene que ver con los
sentimientos que experimentan las personas. Las emociones responden a
una base fisiológica por lo que son espontáneas y no directamente
controlables por nosotros.
Por último, está la esfera fisiológica que incluye todo lo que tiene que
ver con el funcionamiento de nuestro cuerpo y las informaciones que de
él recibimos.
Cada uno de estos cuatro componentes puede ser objeto de trabajo para un
clínico. Las técnicas de intervención pueden estar dirigidas a modificar
cualquiera de ellos. Hay técnicas más enfocadas a cambiar las conductas (los
castigos y refuerzos; cualquier intervención estratégica sobre una secuencia),
intervenciones más cognitivas (la reestructuración cognitiva o la
interpretación psicodinámica), técnicas más dirigidas a trabajar con las
emociones directa o indirectamente (el Mindfulness) y técnicas que buscan
intervenir sobre nuestra fisiología (la relajación, los psicofármacos).
Cualquiera puede ser una entrada válida, porque podemos entender que estos
cuatro contenidos constituyen los elementos de un sistema interaccional más
amplio con el que trabajamos en psicoterapia.
Un sistema interaccional
Nuestras conductas, cogniciones, emociones y reacciones fisiológicas no
constituyen entes aislados, más bien conforman un sistema de influencias
mutuas. Cada uno de los aspectos descritos influye sobre los demás para
mantener activo el problema. En un círculo vicioso en el que resulta
imposible saber qué es causa y qué consecuencia. La cuestión es que los
cuatro elementos interactúan para mantener el problema.
La gran ventaja de pensar en términos de contenidos intrapersonales con
facetas interpersonales es que amplía considerablemente nuestras
posibilidades de intervención. Podemos cambiar las conductas, o los
pensamientos, o las emociones, o la fisiología, o las interacciones entre
personas. Siempre con la perspectiva de que el cambio en uno de ellos se
generalice a todos los demás.

4.- UN MODELO PARA ENTENDER LA PSICOTERAPIA


Los elementos que intervienen en psicoterapia
Ayudar a la gente a cambiar sus vidas, o al menos la parte de ellas que está
afectada por el problema o trastorno, no es un objetivo ni pequeño ni fácil.
Tratar de explicar cómo funciona tampoco lo es, pero en este apartado se
aborda ese reto.
A continuación, se revisan los elementos que intervienen en un tratamiento
psicológico:
Un usuario (o varios) buscan la ayuda de un especialista para resolver un
problema. El profesional encargado de ayudar, el terapeuta, es un experto
que ha recibido una formación específica en un enfoque concreto de trabajo
(o varios). Todo el trabajo se realiza en un contexto determinado (salud
pública, gabinete privado, servicios sociales).
Los protagonistas principales del proceso son los usuarios. Una persona o
personas (pareja, familia) tienen un problema que son incapaces de resolver
por sí mismos; o alguien tiene una conducta que es entendida como
inadecuada o anormal; o en última instancia algo que sucede produce
malestar a alguien (quién lo experimenta u otra persona de su entorno).
Además, se entiende que el problema, la conducta inadecuada, o el malestar,
tienen algún tipo de base psicológica o al menos una solución en ese ámbito.
Una forma simple de entender a las personas es considerar que somos un
sistema compuesto por cuatro componentes: acción, cognición, emoción y
fisiología. Todos estos aspectos tienen, además, una faceta interaccional:
hacemos, pensamos, nos emocionamos y tenemos reacciones fisiológicas en
un contexto interpersonal, rodeados de gente con la que constantemente
intercambiamos información.
El segundo elemento del proceso es un terapeuta (o un equipo terapéutico).
Especialistas con un entrenamiento específico para ayudar a resolver
problemas o superar trastornos psicológicos. Los terapeutas trabajan
utilizando un enfoque de psicoterapia, el tercer elemento de la ecuación. Los
modelos, orientaciones o enfoques de psicoterapia, todos esos nombres
reciben, ofrecen a los terapeutas un método para: a) establecer cuál es la
información relevante que tienen que buscar, b) construir explicaciones para
los problemas (trastornos) usando los datos obtenidos y, c) decidir cual ha de
ser el tratamiento adecuado para trabajar en cada caso.
Todo esto ocurre en un contexto concreto. En nuestro país la psicoterapia se
lleva a cabo en consultas públicas o privadas. Seguramente con grandes
diferencias entre lugares, pero -en general- la salud mental pública al ser
gratuita está más saturada. En sus dispositivos es más difícil hacer
psicoterapia y con más frecuencia se usan los psicofármacos. En cambio, los
psicólogos de consultas privadas, con menos presión de tiempo y a cambio de
unos honorarios, suelen realizar psicoterapia más habitualmente. En Estados
Unidos, por ejemplo, la mayor parte de la salud mental está en manos de
aseguradoras privadas, pero la psicoterapia sigue siendo una alternativa
menos usual que la medicación. Según datos de Wampold (2010), sólo el
40% de las personas que reciben un diagnóstico psiquiátrico reciben
psicoterapia y lo que las compañías gastan en este concepto es apenas el 50%
de lo que se gasta en antidepresivos.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Este libro es una pequeña joya. Encabeza una colección de libros que la APA
tiene sobre los diferentes modelos de psicoterapia. Un resumen lúcido y
eficiente de historia e investigación.
Wampold, B. E. (2010). The basics of psychotherapy: An introduction to
theory and practice. Washington, DC, American Psychological
Association; US.
La primera edición de este libro en el 2001 marca un “antes y un después” en
la investigación de la psicoterapia. Con Wampold llegó la revolución de las
ideas, las dudas sobre la superioridad de los tratamientos, el cuestionamiento
de las metodologías de investigación. Esta segunda edición es solo la
culminación de aquella idea.
Wampold, B.E. & Imel, Z.E. (2015). The great psychotherapy debate
(2nd ed.). NY: Routledge.
Este es manual más clásico en el que se recopilan todos los avances en
investigación en psicoterapia. Va ya por la sexta edición.
Lambert, M. J. (2013). Bergin and Garfield's handbook of psychotherapy
and behavior change (6Th ed.). New York: John Wiley & Sons.
CAPÍTULO 2: EL PSICOANÁLISIS DE FREUD
1.- FREUD Y EL NACIMIENTO DEL PSICOANALISIS
Freud nació en Moravia en 1856. En sus primeros pasos se dedica a la
neurología y sobre todo a la investigación en este campo. Su interés por la
clínica le lleva a formarse en hipnosis con Charcot, lo que le hace pensar en
la existencia de algún espacio mental al que se accede en estado hipnótico.
Con su colega Josef Breuer aplica el método catártico: usa la hipnosis para
volver a la situación en la que se produjo el trauma inicial para poder
desbloquearlo. La idea no funciona, pero le ayuda a seguir perfilando su
teoría del inconsciente.
Freud tiene un enorme interés por difundir el psicoanálisis. Empieza
fundando la Asociación de Psicoanálisis de Viena por donde pasan sus
primeros discípulos. Más tarde después de un viaje a Estados unidos, en
1910, crea la Asociación Psicoanalítica internacional; pero no es hasta 1920
cuando el modelo empieza a difundirse por el resto del mundo.
La vida de Freud termina rodeada de tragedia, contrae un cáncer de
mandíbula, tiene que abandonar Viena por la llegada de los nazis y
trasladarse a Londres donde morirá.

2. TEORÍA DE LA PERSONA
La teoría de la personalidad de Freud es extensa y compleja. Hay que
entender que hasta que él empieza a tratar de explicar la psicología humana
hay muy pocos intentos sólidos de hacerlo. Aquí repasaré su teoría dinámica,
su visión del aparato psíquico y su propuesta sobre el desarrollo evolutivo.
2.1. DINÁMICA: LA ENERGÍA DE LA PERSONALIDAD
La persona es un ser en permanente conflicto, arrastrado por fuerzas -las
pulsiones- que debe controlar. Dos son los impulsos básicos a) el eros que
son las fuerzas de vida, que incluye -pero no es únicamente eso- el deseo
sexual (la libido) y b) el thanatos que es todo lo relacionado con los instintos
de muerte, agresión y competición. Dos fuerzas complementarias que
impulsan al organismo a actuar para descargar la tensión que generan.
El conflicto se produce porque la descarga incontrolada de los impulsos
básicos contraviene las normas sociales. La función de los mecanismos de
defensa es controlar la expresión consciente de los impulsos y proteger al
individuo atrapado en un dilema: aceptar el sufrimiento asociado a la no
satisfacción de los impulsos o el sufrimiento que se deriva de incumplir las
normas sociales.
El mecanismo de defensa más conocido es la represión, a través de ella todos
nuestros impulsos inaceptables son condenados al olvido en el inconsciente.
Las resistencias que los terapeutas dinámicos encuentran usando la técnica
de asociaciones libres, evidencian que en el área que se producen hay un
material reprimido, protegido por la censura.
2.2. EL APARATO PSÍQUICO
2.2.1. El inconsciente y la primera tópica freudiana.
La concepción del aparato psíquico de Freud es tópica, es decir, espacial.
Entiende los componentes de la mente como espacios psíquicos o almacenes
de información interconectados. Con frecuencia se refiere también a ellos
como instancias, lo que supone que no es un lugar de almacenamiento
pasivo; es más bien un protagonista dinámico, funciona regido por unas leyes
y tiene sus propios propósitos.
La aportación central del psicoanálisis a la psicología, e incluso a la cultura
popular, es la concepción del inconsciente; la parte de la personalidad
humana que alberga todos aquellos contenidos a los que nuestra mente no
puede acceder directamente.
El inconsciente almacena contenidos que no son accesibles en el estado de
vigilia normal, y que tienen siempre como motor a las pulsiones. Los
contenidos pueden ser de dos tipos:
Recuerdos de la infancia, de nuestros primeros años de vida.
Los contenidos reprimidos: todos aquellos materiales producto de las
pulsiones.
El inconsciente funciona a través del proceso primario: sus contenidos no
tienen lógica, ni orden cronológico, no son representaciones verbales, sino
imágenes con un alto grado de contenido mágico. Y siguiendo el principio
del placer: buscando la satisfacción inmediata e incontrolada de las
tensiones. El inconsciente se manifiesta en:
El contenido de los sueños: cuando estamos dormidos la censura se
relaja y por eso nuestras ensoñaciones están habitadas por material
inconsciente repleto de símbolos y metáforas. Material que, como antes
se señalaba, se rige por procesos primarios y por eso es ilógico y
atemporal.
Detrás de los olvidos, los actos fallidos y los “lapsus linguae” pueden
ocultarse represiones.
El significado de los síntomas que de alguna manera refleja el contenido
reprimido.
El consciente es la instancia del pensamiento racional. Funciona a través de
procesos secundarios caracterizados por el pensamiento lógico que nos
permite hacer juicios y controlar nuestra conducta para adaptarnos al entorno.
El consciente está gobernado por el principio de la realidad: convivimos con
otros y debemos respetar reglas sociales.
El preconsciente está en un terreno intermedio entre ambos, alberga
contenidos inconscientes que no han sido reprimidos:
2.2.2. La segunda tópica: Ello, Yo y Superyo.
El Ello es la instancia más primitiva de nuestra personalidad. Es donde
residen nuestras pulsiones y por tanto la energía psíquica que se
moviliza por todo el sistema. Contiene también la información olvidada
de nuestras experiencias infantiles y todos los contenidos reprimidos. Su
estilo de funcionamiento tiene las características del inconsciente:
principio del placer y proceso primario.
El Yo se desarrolla a partir del ello, para permitirnos una adaptación más
realista al entorno. En el Yo residen los mecanismos de defensa, los
sistemas que nuestra psique utiliza para frenar los impulsos del Ello y
adaptarlos a las exigencias morales. Se guía por el principio de realidad
que fue descrito anteriormente y por procesos secundarios.
El Superyó se desarrolla a partir del Yo como producto de la
socialización. Ejerce labores de control del Yo mediante dos funciones:
a) ofrece modelos ideales de actuar o pensar que hay que perseguir; y b)
al mismo tiempo ejerce de juez duro que critica los fallos del Yo a la
hora de refrenar al Ello o de alcanzar los ideales propuestos. El Superyó
se rige básicamente por el principio de realidad.
Nuestra personalidad se gobierna por el interjuego de estas tres instancias. El
Yo es el responsable las funciones que nos permiten vivir en el día a día, el
Ello busca el placer y la satisfacción inmediata y le exige al Yo que le facilite
esta liberación. El Superyó impone las normas y presiona al Yo para que
controle al ello.
2.2.3. Los mecanismos de defensa del Yo
Serían todas aquellas operaciones que el Yo realiza de manera inconsciente
para bloquear la emergencia y realización de los impulsos. Aunque este
concepto está presente en la obra del creador del psicoanálisis, es su hija
Anna (A. Freud, 1936) quién se dedica a recopilarlos y clasificarlos.
Represión: el Yo se encarga de que pensamientos o emociones que
resultan dolorosos no puedan entrar en la conciencia.
Aislamiento: separar el pensamiento de la emoción que le acompaña.
Sustitución: reemplazar un objeto libidinoso por otro.
Formación reactiva: un deseo o un pensamiento inaceptable se
transforma en lo contrario.
Negación: proceso por el que una persona rechaza aceptar hechos que
son claros para el resto de las personas.
Desplazamiento: consiste en separar el afecto de la representación
(persona u objeto) que lo genera y trasladarlo sobre un objeto diferente.
Proyección: atribuir a otra personas características o cualidades que el
propio individuo tiene y se niega a aceptar.
Identificación o introyección: es el fenómeno opuesto a la proyección.
Hacemos nuestras cualidades o características de personas que
valoramos mucho.
Sublimación: sustituimos un objeto de deseo, una actividad o un
pensamiento que es real, pero nos resulta inaceptable, por otra cosa que
sí es aceptable o incluso tiene un valor moral.
Racionalización: consiste en busca una explicación lógica para
justificar aquellas acciones (pensamientos o emociones) que nos
producen una enorme ansiedad. La racionalización disminuye la
ansiedad.
Regresión: la persona que se siente desbordada por su realidad retorna a
comportamientos, pensamientos o expresión de emociones
característicos de una fase anterior de su evolución.
2.3. LAS FASES DEL DESARROLLO INFANTIL
Freud presenta esta teoría en su obra de 1905 Tres ensayos sobre teoría
sexual.
Lo que caracteriza a esta evolución es que:
- La libido se organiza secuencialmente en torno a diferentes áreas
del cuerpo.
- Cada momento de primacía marca un tipo de relaciones con las
personas y el mundo que lo rodean.
Un paso inadecuado por cada uno de estos estadios, por un exceso de
frustraciones o demasiadas gratificaciones, puede producir un trastorno
psicológico en los adultos.
Etapa oral (0-18 meses).
La actividad del niño se centra en la boca a través de la que se
alimenta y con la que trata de conocer el mundo llevándose a ella
todos los objetos.
Primeros pasos hacia la independencia, desarrollo de la confianza
en los otros y en sí mismo.
En la fase anal (1-3 años),
La libido se concentra en torno al ano y el tracto digestivo.
El aprendizaje básico de la época es el control de esfínteres primer
paso en la carrera hacia la autonomía del bebé. Es también el
primer acto de autocontrol: control de impulsos (sexuales,
agresivos) y el primer paso de aprendizaje de la responsabilidad
sobre la propia conducta.
En la fase fálica (3-5 años):
La zona erógena por excelencia son los genitales. Las sensaciones
en torno al pene en los varones o su ausencia en las niñas.
Es la época del complejo de Edipo, de su adecuada resolución
depende el aprendizaje de la seguridad y la identidad sexual.
En la fase de latencia (5 a pubertad):
Ninguna zona erógena tiene primacía.
Los impulsos sexuales se transforman en energía para vivir y, sobre
todo para aprender.
La última fase, la genital (de la pubertad en adelante), caracteriza la vida
adulta.
La libido se vuelve a organizar en torno a los genitales.
En los primeros momentos se caracteriza por la independencia de
los padres y de la búsqueda de relaciones amorosas. A partir de ahí
es la sexualidad madura.

3. LA CONCEPCIÓN DE LA PATOLOGÍA
Tres causas posibles de trastornos:
a. Las pulsiones inconscientes.
b. Las fijaciones en alguna etapa evolutiva.
c. Conflictos reprimidos producidos por traumas en cualquier
momento de la vida de la persona.
La teoría freudiana está construida para explicar la patología. Cuanto más
graves han sido los conflictos producidos (más poderosas son las pulsiones o
más potentes las fijaciones), y más energía dedica nuestra psique para
defendernos de ellos, menos recursos quedan para afrontar situaciones de
estrés de la vida cotidiana, lo que nos convierte en más vulnerables. Si el
impulso es muy potente y los mecanismos de defensa no pueden controlarlo
adecuadamente, o si una situación actual crea tanto estrés que desborda ese
frágil equilibrio, las defensas previas reaccionan exageradamente y aparecen
los síntomas.
Cuando algo traumático ocurre en alguna de las etapas evolutivas (oral, anal
genital) o el niño recibe un exceso de castigo o de gratificación, se produce
una fijación de la energía en los aspectos constituyentes de ese momento
evolutivo. Eso determina que las personas se quedan atascadas en estilos de
satisfacción y relación típicos de esa etapa.
La fijación puede manifestarse en:
La vida habitual de la persona: por ejemplo, fijaciones orales son
fumar o chuparse el dedo.
Un conflicto inconsciente, una vulnerabilidad que sólo se
desencadenaría por algún acontecimiento traumático en la vida de la
persona.
Cuando la persona no puede afrontar el estrés del momento en que vive, su
psique hace que vuelva atrás a una etapa en la que se sentía más seguro. Es lo
que se conoce como regresión. Y las personas regresan preferentemente a
aquellas etapas en las que su libido ha quedado fijada.
Algunos problemas por fases:
Oral: trastornos de alimentación y psicosis.
Anal: problemas de autocontrol y trastornos obsesivo-
compulsivos.
Fálica: problemas de identidad sexual, ansiedad, depresión.

4. EL METODO TERAPÉUTICO
4.1. Objetivo
Las metas del psicoanálisis se resumen en dos famosas frases de Freud:
“Hacer consciente lo inconsciente”.
“Donde era el Ello sea el Yo”.
Que la persona se dé cuenta de que los síntomas que experimenta son
causados por un conflicto no resuelto de su pasado, que está reprimido en el
inconsciente.
El resultado esperado es:
Que se produzca un insight y aumente el conocimiento que tienen
de si mismos.
Para que se resuelvan los conflictos, se desactiven las defensas y
desaparezcan los síntomas.
Además, no es esperable que los conflictos se resuelvan definitivamente, el
objetivo que Freud establece en sus Estudios sobre la Histeria es “convertir
la miseria histérica en infelicidad común”.
4.2. Técnicas
Posiciones del terapeuta: regla de la abstinencia y de la atención
flotante.
Métodos para obtener material para el análisis: asociación libre,
transferencia y resistencia.
Técnicas de cambio: interpretación, confrontación y clarificación.
Regla de la abstinencia
Neutralidad absoluta con respecto al paciente. El terapeuta se
sienta fuera de su vista, manteniendo largos silencios, sin dar nada.
Para que el paciente se sumerja en su mundo interior.
Esperando el momento oportuno de aclarar o interpretar la
información que recibe.
Es una posición difícil para un clínico, requiere que el propio terapeuta haga
un análisis didáctico y resuelva sus propios conflictos para evitar que le
interfieran durante la situación terapéutica.
Regla de la atención flotante
Prestar atención a todo el material, sin privilegiar ningún tipo.
Dejar funcionar libremente su propia actividad inconsciente,
suspendiendo sus censuras, para no privilegiar informaciones del
paciente.
Esperando que en algún momento le den la pista que le ayude a
encontrar las relaciones entre el pasado y el presente.
Asociaciones libres
El cliente puede decir cualquier cosa que se le venga a la mente.
Cualquier contenido: sensaciones, recuerdos, fantasías,
pensamientos o comentarios sobre el propio análisis.
Cuanto más espontáneo y libre sea el tema, menos sujeto a
censuras estará y más útil será para descubrir las defensas que
evidencian la presencia de represiones.
Otra posibilidad es asociar a partir de un elemento dado: una
palabra, un número, una imagen o un sueño.
Un contenido privilegiado son los sueños. En ellos los mecanismos
de defensa están menos activos y por eso contienen deseos
inconscientes, miedos o necesidades deformados por la acción de
las defensas, así que los deseos se expresan a través de símbolos. El
contenido manifiesto del sueño es lo que el paciente recuerda (“caía
por un precipicio que parecía no tener fin”). El contenido latente es
lo que significan los símbolos que aparecen en el sueño.
El análisis de la transferencia
Es la relación que el paciente establece con su terapeuta y con
otras figuras de su vida.
Las personas repiten con el analista las relaciones problemáticas
de su infancia, sobre todo las que vivieron con sus progenitores y
proyectan en el terapeuta sus deseos inconscientes.
Hay una transferencia positiva (los sentimientos desplazados son de
amor, ternura) y una negativa (hostilidad).
Se manifiesta en sentimientos, actitudes, fantasías o impulsos que
resultan inapropiadas en la situación clínica. Reacciones
emocionales intensas (o ausencia de reacción emocional), conductas
seductoras o caprichosas.
Contratransferencia: reacciones que el terapeuta tiene ante la
transferencia del cliente. Este tipo de reacciones del clínico
evidencian sus propios deseos inconscientes y son peligrosas para el
tratamiento.
El análisis de la resistencia
Resistencia: todo lo que el analizado hace o dice para tratar de impedir el
acceso a su inconsciente. Proviene de los mismos mecanismos defensa que
provocaron la represión, sería entonces un producto del Yo.
El psicoanalista interpreta la resistencia para hacer consciente al paciente
de cómo funciona y buscar el motivo de su presencia. El objetivo es ayudar
al paciente a reemplazar la defensas inmaduras y limitantes por otras que
permitan su crecimiento.
La interpretación
Interpretar es informar del significado latente de los contenidos
que aparecen durante las asociaciones libres (las defensas), la
interpretación de los sueños o el análisis de la transferencia.
El objetivo es que el paciente comprenda que lo que le ocurre en
la actualidad está determinado por sus experiencias infantiles.
Una interpretación puede ser un comentario puntual o una
construcción más elaborada en la que el psicoanalista vincula el
presente del paciente con los motivos inconscientes, para dar un
sentido nuevo al síntoma desde la propia historia de la persona en
análisis.
Técnicas de apoyo para la interpretación son:
Señalamiento el terapeuta subraya al paciente el material que en
ese momento es de interés para el análisis, con la idea de enfrentarle
a él.
La clarificación se usa para solicitar más información al cliente
sobre el material analizado y continuar con la búsqueda de la
conexión inconsciente.
Ambas son técnicas para ampliar información e ir construyendo las
hipótesis que más tarde le servirán para hacer interpretaciones. También
sirven para ir preparando al cliente para aceptar un nuevo punto de vista
porque el momento para formular una interpretación es clave.

4.3. Proceso terapéutico


El psicoanalista empieza haciendo un contrato terapéutico claro: número de
sesiones, periodicidad, coste y como pagarlo, importancia de la puntualidad,
consecuencias de no acudir a una sesión.
Apertura: creación de la alianza de trabajo
Conseguir que el cliente se sienta seguro y aceptado, para que empiece a
comunicar sus pensamientos y emociones. Esta primera relación terapéutica
es entendida por el psicoanálisis como no-transferencial, porque el cliente
no ha podido aún, repetir con el terapeuta estilos de relación previos.
Es una fase de aprendizaje y adaptación:
El paciente se adapta a las reglas de trabajo.
El terapeuta se familiariza con el estilo del paciente y estudias sus
propias reacciones contratransferenciales.
La fase intermedia
Se ponen en marcha todas las técnicas expuestas anteriormente:
El cliente es invitado a hacer asociaciones libres y el terapeuta está
atento a las relaciones transferenciales y a analizar las resistencias.
El analista aumenta el autoconocimiento usando la confrontación,
las aclaraciones y finalmente las interpretaciones.
Pero no hay un criterio preestablecido de cuándo hacer cada cosa, el
terapeuta lo va decidiendo a cada momento.
La terminación
Dos criterios:
1. Desaparición de los síntomas.
2. El paciente se ha hecho consciente de:
- El significado de sus síntomas.
- Sus defensas e impulsos.
- Ha aprendido a manejarlos de una manera más adaptada.
La terminación se programa y puede convertirse en material de trabajo, el
terapeuta ayudará a elaborar esa ansiedad y las fantasías, emociones y
cogniciones que despierta.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Para entender a Freud y otros desarrollos del psicoanálisis te recomiendo
muchísimo el libro de Antoni Talarn. Este autor tiene la enorme facilidad de
hacer sencillo lo complejo, y entretenido lo que puede ser muy denso.
Talarn, A. (2009). Psicoanálisis al alcance de todos. Barcelona:
Herder.
Avila y colaboradores escriben un pormenorizado libro en el que nos cuentan
con una precisión digna de alabanza todo el psicoanálisis.
Ávila, A., Rojí, B. y Saúl, L.A. (2004). Introducción a los
tratamientos psicodinámicos. Madrid: UNED.
Villamarzo fue mi maestro, con él y sus increíbles clases me inicié en
psicoanálisis, su libro es un buen inicio para quién quiera una primera
aproximación a este modelo.
Fernández-Villamarzo, P. (1998). Psicoanálisis aplicado: manual
teórico y práctico. Salamanca: Amarú.
Porque algo de Freud tendrás que leer. No te defraudará, el padre del
psicoanálisis era un escritor fantástico.
Freud, S. (2004). Psicoanalisis aplicado y técnica psicoanalítica.
Madrid: Alianza Editorial.
La obra de García de la Hoz es densa y concienzuda, todo un ejercicio de
sabiduría para los lectores más avanzados.
García de la Hoz, A. (2010). Teoría psicoanalítica. Madrid:
Biblioteca Nueva.
Probablemente el más clásico de los manuales sobre la materia, muy
recomendable.
Greenson, R. (2004). Técnica y práctica del psicoanálisis. Madrid:
Siglo XXI.
CAPÍTULO 3: AUTORES PSICODINÁMICOS
El psicoanálisis empieza con Freud, pero después de él docenas de autores
continúan haciendo aportaciones al enfoque. Algunos para completarlo, otros
para contradecirlo, otros simplemente para ayudar a que el modelo
evolucione. En este capítulo voy a revisar algunos de los autores más
reconocidos. Serán presentados como un listado, pero el lector tiene que
saber que se agrupan en una serie de escuelas que resumiré a continuación.
Adler y Jung pasan a la historia del psicoanálisis bajo el triste epígrafe de
“los disidentes”. A ellos les daré un trato especial en este capítulo por lo
relevante de sus propuestas. Algunos de los primeros colaboradores del
maestro propusieron variaciones del psicoanálisis que serían rechazadas por
Freud: Otto Rank, Wilhelm Reich y Sandor Ferenczi. Luego están los
continuistas que se agrupan en dos escuelas: a) la psicología del yo, donde
dedicaré un apartado a Anna Freud, Karen Horney y Harry Sullivan; y b) la
escuela inglesa encabezada por Melanie Klein con Donald Winnicot como
principal seguidor. Por último, dedicaré unas palabras a algunas de las
evoluciones más exitosas del psicoanálisis: el renovador Lacan, el moderno
Psicoanálisis Relacional de Mitchell y la Psicoterapia Dinámica Breve.

3.1. ALFRED ADLER (1870-1937)


DATOS BIOGRAFICOS
Es segundo de seis hermanos de una familia judía vienesa, con una fuerte
relación de competencia con su hermano mayor, muy despegado de su
madre y con una buena relación con su padre que es su gran apoyo. Es un
niño débil y enfermizo, padece raquitismo y neumonía.
Su afán de superación y el apoyo de su padre le llevan a estudiar medicina:
primero oftalmología y más tarde psiquiatría.
Tiene un gran compromiso social: en sus primeros años de médico atiende a
personas con pocos recursos de Viena y es médico en el frente en la I Guerra
Mundial.
Su relación con Freud marca sus primeros años de carrera:
Son contemporáneos en la misma ciudad. Es invitado por este a su
famosa “reunión de los miércoles” y comparten algunas ideas sobre
cómo los primeros años de la infancia influyen en la época adulta.
Después de un tiempo de intercambio de ideas, surgen las
desavenencias, para Adler:
- La pulsión básica no puede ser únicamente la sexual y es el
primero en proponer la existencia de un instinto de agresión. Los
seres humanos somos ante todo seres sociales y no sexuales.
- La parte consciente de las personas es tan importante como la
inconsciente.
- Es difícilmente aceptable la universalidad del complejo de
Edipo.
En sus últimos años crea clínicas para atender a los niños y sus padres (las
Child Guidance Clinics) y se dedica a enseñar a los maestros. En 1934 se
traslada a vivir a Estados Unidos. Muere en Escocia en 1937 mientras daba
un ciclo de conferencias.
TEORÍA DE LA PERSONA
Llama a su enfoque Psicología Individual para destacar la unidad desde la
que quiere entender al ser humano. Sus principales postulados sobre la
persona son:
Concibe la persona como un todo en oposición al hombre freudiano
dividido.
Está en contacto con la comunidad en la que habita, de ella depende
nuestra supervivencia.
Está guiado por un afán de superación: impulso para progresar y
perfeccionarse en la comunidad. Este afán es producto de un intento de
compensar el sentimiento de inferioridad que surge:
- Al hacernos conscientes de nuestra debilidad en contacto con
la grandeza del entorno. Somos pequeños seres que viven en
un mundo que puede ser muy hostil.
- Y puede verse aumentado por problemas concretos de
nuestra historia: limitaciones físicas u otros problemas durante
la infancia (puesto en la constelación familiar, estilo educativo
de los padres).
Para superar el sentimiento de inferioridad las personas crean un estilo
de vida: todas las elecciones que la persona hace para organizar su
vida buscando el perfeccionamiento y el progreso en la comunidad.
El estilo de vida está orientado a conseguir unas metas que compensen
el sentimiento de inferioridad y Adler propone dos conceptos para
entender cómo nos mantenemos en marcha para conseguirlas:
- El yo ideal: un proyecto a conseguir en el que se incluyen los
valores y características de todas las personas a las que se
admira.
- El finalismo ficticio: para mantenernos en marcha en pos de
nuestras metas e ideales nos auto-engañamos creando metas
parciales (“como si…”) que nos permiten seguir avanzando.
Este yo que busca el progreso es un Yo creativo que establece objetivos
y es capaz de dar un sentido al pasado y utilizarlo para diseñar un futuro
mejor al que dirigirse. El estilo de vida no es una simple reacción a las
circunstancias pasadas, sino la decisión creativa de una persona que
quiere progresar, crear sus propias metas y poner en marcha sus medios
para conseguirlas.
PATOLOGÍA
La base de la neurosis está en las experiencias infantiles, entre las que
influyen sobre todo:
La posición que el niño ocupa dentro de la constelación familiar.
Los traumas causados por posibles limitaciones biológicas reales o
imaginarias.
La relación con los padres que determina el desarrollo de la sensación
de competencia y seguridad. Así algunas características de los padres
pueden llevar a resultados negativos. Por ejemplo:
- Padres sobreprotectores crían hijos dependientes que se
sienten incapaces.
- Padres críticos facilitan que los hijos sean inseguros duden de
todo y en último extremo desarrollen obsesiones y compulsiones
como intentos de controlar el entorno.
Lo característico de las personalidades patológicas es que:
Cometen errores básicos a la hora de entender el mundo:
generalizaciones, búsqueda de seguridad inmadura, concepciones
pesimistas sobre la vida o ellos mismos.
Construyen metas desadaptativas para compensar: necesidad
constante de atención, búsqueda de poder, ideas de venganza, etc.
Adler entiende las neurosis como una constante búsqueda de seguridad (“y
si…”; “si, pero…”). Los neuróticos ponen en marcha estilos de vida ficticios
“arreglo neurótico” y convierten la enfermedad en un modo de vida, los
síntomas les eximen de cumplir obligaciones, se concentran en ellos y se
aprovechan de la incapacidad que sienten.
TRATAMIENTO
Objetivos terapéuticos:
Superar los sentimientos de inferioridad y desánimo y convertirse en
miembros constructivos de la sociedad. Para ello necesitan:
Comprender cuáles eran hasta el momento los objetivos de su vida y
lo que hacía para intentar conseguirlos.
Poner en marcha nuevos objetivos y puntos de vista para cambiar su
estilo de vida.
El rol del terapeuta:
El terapeuta adleriano es:
Comprensivo, próximo y cálido para ayudar a las personas a
recuperar la confianza en sí mismos.
Un modelo activo que se siente libre de ser él mismo para ayudar al
usuario a aclarar sus metas y entender sus síntomas.
Un educador que ayuda a generar nuevas metas y estilos de vida.
Esta actitud se plasma incluso en la distribución de la sala de consulta,
terapeuta y cliente se sientan frente a frente, a veces prescindiendo hasta de la
mesa del despacho.
Intervención
Se lleva a cabo siguiendo una serie de pasos:
Creación de relación terapéutica y establecimiento de objetivos:
- Establece relación desde una posición de respeto, confianza y
acuerdo en metas para devolver el ánimo y la confianza.
Haciendo a la gente consciente de sus fortalezas y
reconociendo su contribución a la comunidad, para devolver el
coraje y ayudar a crear nuevas alternativas.
- Negocia objetivos: qué quieren, cómo piensan hacer para
conseguirlo, qué dificultades tendrán.
Exploración de la dinámica psicológica:
- Análisis de la constelación familiar: relaciones familiares,
lugar que ocupa entre los hermanos y actitudes educativas de los
padres hacia cada uno de ellos.
- Análisis de los recuerdos tempranos: invita a contar los
recuerdos que el usuario tiene de la infancia, entendiendo que
en ellos está la clave para entender el problema del adulto. En
ellos trata de localizar el origen de las ideas actuales del
paciente y sus errores básicos: sobregeneralizaciones,
desconfianza de la propia valía, valores defectuosos, objetivos
de búsqueda de seguridad falsos o imposibles.
- Análisis de los sueños: en ellos no busca significados del
pasado, sino entender los problemas del presente. Los sueños
ofrecen, además, cursos de acción posibles.
Suelen terminar haciendo lo que denominan “la pregunta”: ¿qué sería
diferente en tu vida si no tuvieses los síntomas? Usada para averiguar la
función de los síntomas, ¿qué ayudan a evitar?
Auto-comprensión e insight: entendido como “comprensión traducida
en acciones constructivas”, no se trata tanto de que el cliente entienda
por qué se encuentra atascado, más bien de que encuentre una
alternativa para salir adelante.
La herramienta básica para producir los insight es la interpretación. Se
interpretan los sueños, los patrones de conducta, los síntomas y también
lo que el paciente hace en consulta. A través de ellas el terapeuta
construye nuevos propósitos para la vida del cliente, busca nuevos cursos
de acción. El terapeuta las propone con respeto, como tentativas: “me
parece...”, “es como si”, “tengo la sensación de que”.
Usa también el sentido del humor, reta al paciente, usa metáforas e
imágenes para transmitir ideas. Algunos ejemplos de ello son las
técnicas:
- “Pulsar el botón": pide a los usuarios que imaginen una
situación placentera y se centren en la emoción que le acompaña
y les invita a hacer una “fotografía mental” de ella. El
experimento se repite con una emoción negativa para que
entiendan el poder para generar emociones que tiene nuestro
cerebro.
- “Escupir en la sopa del cliente”: Adler le pone este nombre a
las interpretaciones que hace descubriendo la función que
cumplen los síntomas en la vida de las personas, propone esta
intervención para que al adquirir esta conciencia se vean
liberados de la necesidad de repetirlos.
Tareas entre sesiones:
- Prescripción paradójica: pedir a la gente que provoque
conscientemente el síntoma.
- “Como si…”: invitar a las personas a actuar ficticiamente como
si el problema se hubiera resuelto.
- “Píllate a ti mismo…” haciendo la conducta negativa.
- “Haz una cosa que le guste a cada persona de tu familia”.

3.2. CARL JUNG (1875-1961)


BIOGRAFÍA
Jung nace en Suiza en 1875 en el seno de una familia muy religiosa: su padre
y tíos son pastores protestantes. En la suiza de la época el espiritismo es una
práctica habitual y su abuelo y una de sus primas son médium.
Estudia medicina y luego psiquiatría, ciencia en la que dice que se funden
sus dos intereses: el mundo de la medicina y lo físico, y la espiritualidad.
En su primer trabajo en una clínica psiquiátrica en Zurich colabora con
Joseph Bleuler con pacientes de “demencia precoz”. Más tarde entra en
contacto con Freud y se convierte en su discípulo favorito y sucesor
indiscutible. Pero su relación se complicó con el tiempo y fueron surgiendo
desavenencias: discrepan sobre el carácter exclusivamente sexual de la libido
y la universalidad del complejo de Edipo. Jung ve algunas limitaciones a la
aplicación del psicoanálisis que su maestro no comparte. Acaban rompiendo
traumáticamente y, después de eso Jung, desapareció de la vida pública y se
dedicó a su consulta y a la reflexión sobre sus ideas y el análisis de su propia
personalidad. A partir de esa fecha los viajes marcan su vida, visita África y
la India, y las nuevas filosofías y experiencias que extrae de sus viajes se
verán plasmadas en sus teorías.
TEORÍA DE LA PERSONALIDAD
El consciente
La gran aportación de Jung a este respecto es su teoría de los Tipos
Psicológicos:
Nuestra personalidad es un sistema auto-regulado con una estructura
(consciente/inconsciente) y una energía (la líbido). La dinámica de la
personalidad se estructura como una lucha entre opuestos (consciente /
inconsciente, persona / sombra, introversión / extroversión).
El Yo se encarga de gobernar las relaciones de la persona tanto con el
mundo exterior como con el interior (el inconsciente).
Habrá personas que tiendan a dirigir los propios intereses y la atención
más hacia la vida interior (introvertidos), mientras que otras lo harán
más hacia el mundo exterior (extrovertidos).
El inconsciente colectivo y los arquetipos
Jung postula dos tipos de inconsciente:
1. Colectivo: el más profundo, se manifestaría a través de material que pasa
al inconsciente personal. Sus contenidos son los arquetipos.
Modelos de conducta social con los que nacemos. Teóricamente hay
tantos como situaciones de interacción posibles. Son potencialidades
que se pueden desarrollar o no.
Algunos ejemplos de arquetipos son la sombra (el mal que es parte de
todos los seres humanos), la persona (la máscara que mostramos al
exterior), el ánima o ánimus (el arquetipo de lo femenino en los
hombres o de lo masculino en las mujeres).
2. Personal: equivalente al inconsciente freudiano, más superficial y
próximo al yo.
Es entendido como una parte positiva de la personalidad. No es sólo el
contenedor de los eventos reprimidos, es también el responsable de la
creatividad.
Sus contenidos son los “complejos”: la imagen de una situación
psíquica (una escena relacional del pasado), compuesta por un
conjunto de recuerdos (ideas, imágenes) muy cargados
emocionalmente, que funcionan de una forma autónoma, apenas
controlados por la consciencia. Si tus experiencias con la maternidad
son positivas tendrás complejo de madre. Tienen un núcleo arquetípico
y se manifiestan en el consciente a través de síntomas o sueños, pero se
pueden activar ante un desencadenante externo.
PATOLOGÍA /COMO SE FORMAN LOS PROBLEMAS
Dos posibles orígenes a los problemas psicológicos.
- El freudiano: un conflicto de la infancia que se manifiesta en el
presente a través de un síntoma.
- El de autorrealización: característico de personas de mediana
edad que se muestran insatisfechas con el estilo de vida que
llevan.
La patología es un estancamiento en el desarrollo vital.
La enfermedad no es algo negativo, es el intento de la psique de
curarse, por lo que no hay que librarse de ella, sino experimentarla y
averiguar qué significa.
TRATAMIENTO
Objetivos
Buscar un equilibrio entre la vida consciente y la inconsciente.
Disolver los complejos inconscientes.
Fomentar el crecimiento personal.
El terapeuta Jungiano
Es más cercano que el freudiano, se sienta frente a frente con sus clientes y
trata de entenderlos al completo. Es un compañero de viaje en el proceso de
autoconocimiento que siguen los usuarios.
El terapeuta suizo es el primero en proponer la necesidad de un análisis
didáctico para asegurar la solidez de la formación del terapeuta.
Técnicas
Análisis de la transferencia: los jungianos reconocen cuatro estadios
de evolución de la transferencia a lo largo de los tratamientos: I) los
pacientes proyectan en el terapeuta los recuerdos problemáticos
(complejos), II) las proyecciones son las de los arquetipos, III)
intercambio normal y maduro entre dos personas, y IV) para los
pacientes que quieren hacer un crecimiento personal el terapeuta es un
compañero que ayuda a su paciente a recorrer el camino del
conocimiento.
Análisis de los sueños: en la psicología de Jung los sueños son
productos naturales con los que el inconsciente se expresa. En su
concepción del psiquismo como una búsqueda de equilibrio entre
opuestos, los sueños cumplen una función compensatoria, mandan al
consciente una información que éste debe tener. Puede servir para
comprender el presente, o proponer ideas sobre qué hacer en el futuro.
Imaginación activa: consiste en pedir a la persona que deje la mente en
blanco y permita que acudan a ella cualquier tipo de fantasías. Luego se
le pide que las dibuje o las narre o incluso las exprese con movimientos,
dependiendo siempre de cuál sea su canal de comunicación favorito y
sus cualidades artísticas. A partir de ahí, terapeuta y cliente tratan de
buscar el significado al material.
Proceso terapéutico
El tratamiento jungiano clásico se compone de una serie de pasos:
Fase de confesión: es la etapa de enfrentamiento con nuestro lado
negativo (con la sombra).
Fase de explicación: es la fase central del tratamiento, en ella se
emplean las técnicas que anteriormente he definido: análisis de la
transferencia, interpretación de los sueños e imaginación creativa.
Fase de educación se llama así porque en ella el terapeuta enseña al
paciente a entender su vida psíquica y entenderse con ella por su cuenta,
es una etapa de desenganche de promover la autonomía de la persona en
tratamiento.
Fase de transformación: si el resultado esperado de las tres fases
anteriores es la desaparición de los síntomas en este cuarto estadio se
buscaría que las personas hicieran un cambio total en sus vidas,
buscaran el verdadero sentido de éstas y establecieran nuevos objetivos
vitales. No es una etapa recomendada para todo el mundo y es la que
constituye el verdadero proceso de individuación y búsqueda del “si
mismo”.
3.3. SANDOR FERENCZI (1873-1933)
Húngaro de nacimiento, es el discípulo más fiel y duradero de Freud. Desde
el primer momento el maestro le integra en su familia y su relación es tan
intensa que llegan a escribirse 1250 cartas.
Testigo de las expulsiones de Adler, Jung y Rank, no se atreve a disentir de
Freud hasta la última época de su vida en la que su idea de que el analista
debía ser más activo atrae las críticas del resto de los fundadores y del propio
Freud.
Contribuciones
Su idea es que el psicoanálisis debe acortar la duración de los tratamientos y
para ello propone un terapeuta más activo:
Para ello anima a suspender la regla de la abstinencia.
Es un terapeuta mucho más empático hasta el punto de que les cuenta a
los pacientes sus reacciones contra-transferenciales.
Da más participación al cliente haciendo más señalamientos para que
sean ellos mismos los que ayuden a encontrar nuevas interpretaciones.
Recupera la idea de que es necesario regresar al momento del trauma
para que se produzca una catarsis al re-elaborarlo con ayuda del
terapeuta.
3.4.- OTTO RANK (1884-1939)
Rank es otro psicoanalista vienés que pertenece al núcleo inicial de
colaboradores de Freud.
Contribuciones
• La obra cumbre de Rank es El trauma del nacimiento (1924) en la que
defiende que lo que el denomina “ansiedad primaria” aparece desde el
momento del nacimiento por el trauma que supone abandonar el útero
materno.
• A partir de ese momento la vida de la persona está marcada por
el dilema que supone por una parte crecer y e independizarse y por
otra la necesidad de mantenerse apegada a la familia (que representa
el útero).
• En su terapia Rank ayuda a sus pacientes a volver a renacer. Para
llevar acabo este proceso de desapego del terapeuta Rank proponía
que la terapia debía ser necesariamente limitada en el tiempo y con
un terapeuta más activo.
3.5.- WILHEIM REICH (1897-1957)
Reich nace en una ciudad del imperio austro-húngaro que en la actualidad
pertenece a Ucrania. Médico y psiquiatra judío que después de vivir en
distintos países acaba muriendo en Estados Unidos. En sus obras combina las
visiones del ser humano del psicoanálisis con la teoría marxista.
Contribuciones
Piensa que la energía orgásmica es la energía de la vida y que la
represión sexual es la base de la neurosis.
Los conflictos inconscientes se plasman en tensiones musculares que
impiden el libre flujo de la energía y formando lo que
denomina “coraza caracterial”.
A través de la orgonterapia trata de romper la coraza caracterial a
través de ejercicios y masajes.

3.6.- ANNA FREUD (1895-1982)


Es la hija pequeña de Freud, su acompañante en la última etapa de su vida y
su enfermera. Juntos emigran a Londres huyendo de los nazis y después de
morir Freud continúa trabajando allí.
Contribuciones
Aplica el psicoanálisis al trabajo con niños, hace que los más pequeños le
cuenten sus experiencias y analiza sus juegos buscando material reprimido.
Su trabajo más famoso es El yo y los mecanismos de defensa (1936) en el que
hace un análisis de los mecanismos de defensa inconscientes del Yo.

3.7.- LOS PSICÓLOGOS DEL YO


Dentro de este grupo se considera a Heinz Hartmann, Ernst Kris y Rudolph
Löewenstein.
Contribuciones
Estos autores amplían la descripción del Yo y sus funciones abriendo el
psicoanálisis al estudio del consciente y las funciones psíquicas.
El Yo es el centro del psiquismo humano y tiene dos partes
funcionales:
- Un Yo depositario de los conflictos, que sería inconsciente y se
encargaría de controlar las pulsiones usando mecanismos de defensa.
- Un Yo libre, consciente, que se ocupa de nuestra adaptación a la
realidad. En él residen las principales funciones psíquicas
(pensamiento, lenguaje y memoria).
Proponen un sistema de clasificación de mecanismos de defensa que
dividen en: a) Los del Yo inconsciente (narcisistas, inmaduros y
neuróticos), y b) los maduros del Yo libre.
3.8.- KAREN HORNEY (1885-1952).
Nace cerca de Hamburgo y emigra a EEUU donde funda el Instituto
Americano de Psicoanálisis.
Tiene una vida complicada y en sus peores momentos es una mujer insegura
y con dificultades de adaptación.
Contribuciones
Es la primera “culturalista”:
- Los valores culturales transmitidos por los padres son la
verdadera base de la neurosis, más que los conflictos o
impulsos inconscientes.
- Desde el nacimiento el niño experimenta una ansiedad básica
ante la complejidad del mundo, los padres pueden ayudar a
afrontarla y a madurar, o promover la dependencia y fomentar la
neurosis.
- Los sentimientos de inferioridad de las mujeres no se deben al
complejo de castración sino a las restricciones culturales. Llega
a proponer que los hombres tienen envidia del útero, porque les
gustaría ser madres y criar hijos como hacen las mujeres.
En su terapia fomenta la individuación trabajando las necesidades
neuróticas impuestas por la sociedad: búsqueda incansable de
aprobación, necesidad de poder, anhelo de perfección, etc.
3.9.- HARRY STACK SULLIVAN (1892-1949). EL PSICOANÁLISIS
INTERPERSONAL.
Es el primer gran psicoanalista americano y para muchos el padre de la
psiquiatría americana. Aplica el psicoanálisis a la esquizofrenia.
Aportaciones
La personalidad se conforma a través de las relaciones
interpersonales reales o imaginarias que experimenta el niño.
- Los recién nacidos tienen dos tipos de necesidades básicas:
cuidados físicos (comida, ternura) y seguridad.
La ausencia de satisfacción de necesidades produce temor,
que es una tendencia integradora porque hace que el niño
busque el apoyo de otras personas.
La falta de seguridad transmitida por un cuidador produce
ansiedad, que es una tendencia desintegradora porque el niño
no sabe cómo resolverla.
- Llama dinamismos a los patrones de conducta que las personas
ponen en marcha para satisfacer las necesidades.
- El Yo contiene personificaciones: hay un Yo-bueno, lo que nos
gusta de nosotros mismos (se empieza a formar con las
gratificaciones de la madre), un Yo-malo lo que nos disgusta y
el no-Yo lo que nos produce tanta ansiedad que ni siquiera
podemos considerar como una parte de nosotros.
Psicopatología: los trastornos mentales los producen patrones de
conducta interpersonal (dinamismos) desajustados caracterizados por
vivencias repletas de ansiedad.
Técnica de psicoterapia:
- Analiza las dificultades relacionales en el presente y las
reacciones de los pacientes ante experiencias de
aprobación/desaprobación. El objetivo principal es mejorar las
relaciones en el presente.
- Su idea es que el terapeuta debe asumir una posición más
activa.
3.10.- MELANIE KLEIN (1882-1960). LA TEORÍA DE LAS
RELACIONES OBJETALES.
Klein nace en Viena y estudia magisterio. Tras un episodio de depresión se
analiza con Ferenczi y se empieza a interesar por el psicoanálisis. Más tarde
se instala en Inglaterra y sus ideas le llevan a una famosa discusión teórica
con A. Freud.
Aportaciones
Teoría de “las relaciones objetales”: mediante las experiencias vividas
desde la infancia las personas construyen ideas sobre cómo son los
demás y cómo relacionarse con ellos. Estos “objetos internos” dictan
nuestras relaciones: cómo ser padre, hija, o pareja sentimental.
En el proceso de construir objetos internos hay dos etapas evolutivas
que Klein denomina posiciones:
- Esquizo-paranoide (4-6 meses): la inmadurez hace que el niño
perciba como objetos relacionales algunas partes del cuerpo de
su madre (pecho, manos, cara). El niño divide el mundo en
bueno y malo, y dirige los impulsos básicos -amor y odio- hacia
cada una de estas partes.
- Depresiva (a partir de los 6 meses): reconoce a la madre como
un objeto total, es la misma persona la que premia o castiga. A
veces digna de amor y otras de odio. Dirigir la agresión hacia el
objeto amado conlleva culpa, necesidad de reparación y tristeza.
Su principal aportación es la técnica psicoanalítica para trabajar con
niños que se conoce como la terapia del juego: como los niños no son
capaces de expresarse a través del lenguaje o los sueños, Klein sustituye
las asociaciones libres por el análisis del juego. Para ello ofrece
materiales a los niños para que los usen y observa la trama que tienen
sus juegos. En ellos se plasman sus fantasías inconscientes y la angustia
que el analista va interpretando.

3.11.- DONALD W. WINNICOTT (1896-1971)


Empieza su carrera como pediatra y luego se forma en psicoanálisis muy
influenciado también por la teoría de las relaciones objetales de Klein.
Aportaciones
El niño necesita tener un buen apoyo físico y emocional de la madre
(holding) para desarrollar una idea de sí mismo integrada que le permita
adaptarse al mundo exterior.
- Cuando la madre es capaz de responder a las necesidades del
niño y da sentido a su búsqueda de apoyo, este desarrollará un
yo verdadero.
- Si las madres usan a los niños para satisfacer sus propias
necesidades hacen que se forme un falso yo. Cuando este
predomina la persona construye una identidad artificial y su vida
de adulto puede ser una continua búsqueda para tratar de
reafirmar su identidad fallida.
Al producirse la ruptura del niño con la madre se producen tres espacios
mentales: a) interno en el que el niño permanece ligado a la madre, b)
transicional o intermedio entre los otros dos y c) externo en el que el
niño se percibe como un ser independiente.
Lo objetos transicionales (mantas, peluches) están entre la realidad
exterior (de las relaciones) y la realidad interior. Su función es ayudar al
niño a transitar entre los tres espacios y soportar la angustia de
separación.
En su terapia:
- La relación terapéutica repite la relación madre-bebé en la que
el analista debe ayudar a reconstruir una identidad verdadera.
- El terapeuta ajusta el tratamiento a las necesidades de los
pacientes: número de sesiones, terapeuta más o menos activo.
3.12.- JACQUES LACAN (1901-1981)
Lacan es, probablemente, el psicoanalista más famoso después de Freud. Es
un psiquiatra francés que fusiona el psicoanálisis con la lingüística estructural
(Saussure) y la filosofía. Define su obra como una vuelta a Freud criticando a
otros autores post-freudianos por haber distorsionado los postulados del padre
del psicoanálisis.
Aportaciones
Para Lacan “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”: el
lenguaje construye la mente y, por lo tanto, también el inconsciente. Por
eso todas las producciones verbales son interpretables como una
manifestación de la actividad inconsciente.
Según él, la mente se organiza en tres registros psíquicos:
- Lo real: es el mundo exterior, lo que existe antes del lenguaje, lo
todavía no simbolizado.
- Lo simbólico: lo que queda bajo el dominio del lenguaje,
comienza cuando ponemos nombre a las cosas.
- Lo imaginario: son las fantasías y los sueños.
Tres estadios en la evolución del niño:
- Cuerpo fragmentado: confunde su cuerpo con el de las otras
personas.
- Estadio del espejo: es capaz de diferenciar entre su cuerpo y la
imagen que éste proyecta en el espejo.
- Estadio Edípico: es capaz de hacer suya simbólicamente la
imagen del padre para identificarse con él.
El método psicoanalítico lacaniano se caracteriza por:
- Utiliza el método de asociaciones libres y la interpretación de los
sueños como Freud hacía.
- Da especial importancia a las palabras, la estructura de las frases
o los patrones lingüísticos que se repiten.
- Usa la contratransferencia en beneficio de los clientes.
- La duración de las sesiones es variable. Las finaliza cuando la
persona dice algo importante sobre lo que debe reflexionar.
3.13.- STEPHEN MITCHELL (1946-2000). EL PSICOANÁLISIS
RELACIONAL.
Stephen Mitchell es un neoyorkino que revoluciona el psicoanálisis moderno
recogiendo e integrando las visiones interpersonales, evolutivas y culturales
del psicoanálisis.
Aportaciones
El ser humano es esencialmente social, tiene en su mente un conjunto de
esquemas relacionales aprendidos a lo largo de su vida. Los problemas
aparecen cuando esos esquemas relacionales no le permiten enfrentar
adecuadamente algún aspecto de su realidad actual.
La intervención propuesta por Mitchell se caracteriza por:
El objeto de trabajo son las relaciones y no las pulsiones. El objetivo
no es conciliar el pasado, sino transformar las representaciones
internas de las relaciones pasadas que se traducirá en un cambio en
las relaciones presentes.
El terapeuta actúa como un objeto parental protector que en el
marco de una buena relación terapéutica ayuda al paciente a cambiar sus
patrones relacionales. Para ello el terapeuta debe ser empático, activo e
implicado en el proceso terapéutico.
La relación paciente terapeuta es asimétrica pero igualitaria. No
todo lo que el analizado dice es visto como material para interpretar. La
posición del terapeuta no es la de analizar la transferencia, sino la de
reconocer en el otro a un interlocutor válido. Hay un reconocimiento
recíproco de que cada uno puede ejercer influencia sobre el otro, o en
palabras de Mitchell: cada uno reconoce la subjetividad del otro.
3.14.- LA PSICOTERAPIA DINÁMICA BREVE
HISTORIA
El psicoanálisis acabó siendo una terapia que se alargaba en el tiempo. Un
tratamiento puede extenderse durante años haciendo la intervención poco
práctica para muchos casos. Desde el principio algunos de los discípulos de
Freud -Ferenczi y Rank- propusieron la necesidad de acortar las terapias.
Más tarde autores como Alexander y French expresan preocupaciones
similares y proponen provocar en sesión experiencias emocionales
correctivas, esto es, facilitar que el paciente reviva el trauma para que se
puede reparar con ayuda del terapeuta.
VISIÓN DE LA PERSONA Y LA PATOLOGÍA
La psicoterapia dinámica breve asume la mayoría de los conceptos
psicoanalíticos claves: importancia de las experiencias infantiles e historia de
desarrollo, los determinantes inconscientes de la conducta, los conceptos de
transferencia y contratransferencia y la importancia de la relación terapéutica.
INTERVENCIÓN
Características de la Psicoterapia Dinámica Breve:
Limitación de metas estableciendo un foco de trabajo: el terapeuta
elige un tema central que guía el trabajo y se mantiene en él durante
todo el tratamiento.
Establecer un límite temporal, entre 20 y 25 sesiones, como medida
para acelerar el proceso terapéutico.
También, en los primeros momentos de la terapia dinámica breve, se
insistía en la selección de casos. Solo las personas más motivadas eran
consideradas buenos candidatos para este tratamiento.
Posición del terapeuta
El terapeuta es más activo que en el psicoanálisis ortodoxo. Actividad
que se hace necesaria para mantenerse en el foco elegido y crear alianza
terapéutica. El terapeuta es consciente de que hay unas metas y que
debe mantenerse trabajando para conseguirlas. La actividad del
terapeuta se distribuye entre:
- Intervenciones de apoyo para fortalecer las defensas más
adaptativas.
- Intervenciones más exploratorias tipo interpretación o
señalamiento.
El terapeuta es más optimista con respecto al cambio, entienden éste
como un continuo que se mantiene en marcha una vez terminado el
tratamiento.
Técnica:
Encuadre de trabajo: establecen un contrato claro desde el principio,
en el que se constatan el número de sesiones y/o la duración en tiempo y
los objetivos de trabajo.
Hacen una evaluación rápida para determinar el foco, empezar a
buscar defensas y pasar de inmediato a la intervención.
El terapeuta se mantiene en el foco: usa menos las asociaciones libres y
se trabaja más el “aquí y ahora”, la interpretación de la transferencia
se usa menos y pueden utilizar técnicas de otros modelos.
Trabajan más con las fortalezas del cliente o, usando el lenguaje
psicoanalítico, el terapeuta apoya el Yo señalando los mecanismos de
defensa más sanos del usuario.
La terminación es desde el principio un tema de trabajo.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Además de los ya citados para el psicoanálisis:
Ávila, A., Rojí, B. y Saúl, L.A. (2004). Introducción a los
tratamientos psicodinámicos. Madrid: UNED.
García de la Hoz, A. (2010). Teoría psicoanalítica. Madrid:
Biblioteca Nueva.
El libro de Mitchell el autor del Psicoanálisis Relacional es el más
recomendado para entender la aportación de cada uno de los teóricos que se
revisan en este capítulo.
Mitchell, S.A. y Black, M.A. (2004). Más allá de Freud. Una historia
del pensamiento psicoanalítico moderno. Barcelona: Herder.
Si quieres leer algo más específico por autores:
Adler, A. (1993). El carácter neurótico. Barcelona: Paidós.
Balint, M., Ornstein, P.H., Balint, E. (2006). Psicoterapia Focal.
Terapia Breve para psicoanalistas. Barcelona: Gedisa.
Horney, K. (1977). Psicología femenina. Madrid: Alianza.
Jung, C. (1994). Arquetipos e inconsciente colectivo. Barcelona:
Paidós.
Klein, M. (1964). El psicoanálisis de niños. Buenos Aires: Hormé.
CAPÍTULO 4: LA TERAPIA EXISTENCIAL
1.- HISTORIA
La terapia existencial se encuadra en una tradición filosófica cuyo referente
fundamental es el filósofo Martin Heidegger (1989-1976). Sus ideas son
aplicadas a la psiquiatría primero por Karl Jaspers y luego Ludwig
Binswanger.
Hay toda una serie de autores que desarrollaron estas ideas en diferentes
paises:
EEUU: Rollo May, Medard Boss e Irvin Yalom.
Inglaterra: los sartrianos Laing y Cooper.
El autor más clásico es Victor Frankl: un vienés que sobrevivió a los
campos de concentración nazis, el padre de la Logoterapia que expone
en su libro El hombre en busca de un sentido.

2.- PERSONALIDAD
No hay un conjunto de rasgos que constituya la personalidad, la
existencia es un proceso emergente. Para entender a una persona particular
hay que comprender el mundo tal y como ella lo construye.
Para Binswanger el mundo consta de tres dimensiones:
El mundo de lo biológico: somos organismos con necesidades y
vivimos en contacto con una naturaleza que a veces nos desborda y
siempre limita nuestras posibilidades.
El mundo de lo social: compartimos el planeta con otros. A veces su
presencia nos ayuda a dar sentido y propósito a nuestra existencia,
otras nos producen tensión, compartir nuestro mundo con ellos implica
riesgos que debemos aceptar porque la alternativa es la soledad.
El mundo personal: nuestro intento de comprendernos a nosotros
mismos, nuestro autoconcepto que da coherencia a nuestra existencia y
determina nuestra comprensión de la realidad.
Frankl añade una cuarta dimensión: la espiritualidad. Nuestra relación con
lo divino, con lo trascendente.
Para los terapeutas existenciales, la forma en que decidimos ser en estos
cuatro órdenes del mundo constituye nuestra personalidad. El objeto de
análisis en terapia es el cómo las personas se enfrentan a los grandes
dilemas de la existencia:
1. El sentido de la vida: el mundo no tiene sentido en sí mismo, y
necesitamos buscarlo porque la alternativa es la desesperanza y el
vacío existencial. Hay tres formas de buscar significado desde los
valores:
a. Experienciales (recibir): algo o alguien que se convierte en la
razón de nuestra vida. Por ejemplo, para Frankl el amor es la
meta fundamental, también lo puede ser la amistad, o el
disfrute de las aficiones.
b. Creativos (dar): estar implicado en un proyecto que
permita construir algo nuevo.
c. Actitudinales: a veces son la única alternativa posible, si no
podemos cambiar lo de fuera, siempre podemos cambiar
forma de percibir la realidad.
Para dar sentido a nuestra existencia buscamos propósitos,
establecemos metas y tratamos de vivir conforme a nuestros valores.
2. La soledad: nacemos, morimos y pasamos la mayor parte de nuestra
vida en soledad. Nunca podemos ser completamente entendidos por
los otros, y tampoco comprender a los demás en plenitud. El error es
buscar nuestra felicidad en la validación de los otros.
3. La libertad: los seres humanos estamos constantemente tomando
decisiones que están determinadas por las limitaciones del ambiente.
Decidir implica ansiedad y asumir la responsabilidad de nuestras
elecciones. Nos posicionamos ante la existencia y establecemos un
proyecto existencial.
4. La muerte: somos conscientes de que la vida tiene fecha de
caducidad y esta idea determina nuestra existencia. Según Heidegger
hay dos maneras de estar en el mundo:
a. El descuido del ser: cuando se olvida que la vida tiene un
final, las personas viven perdidas en el mundo de las cosas y
las diversiones, preocupados por las cosas y no por lo valioso
del ser.
b. El cuidado del ser: implica ser consciente de la propia
existencia y de la del mundo y disfrutar de ello porque la
muerte acabará con la vida.

3.-PATOLOGÍA
La ansiedad es inherente a la vida. No es en sí mismo mala, al contrario,
nos hace más conscientes de que debemos dar una respuesta a los grandes
temas que estructuran la existencia. Sólo cuando no manejamos
adecuadamente los temas existenciales surgen los síntomas y la patología.
Cuando no encontramos sentido a la vida experimentamos lo que los
existencialistas llaman vacío existencial que produce la neurosis
existencial (noogénica). Cuando sentimos el vacío existencial los
síntomas se apresuran a llenarlo y aparece la depresión, los trastornos de
ansiedad y las adicciones.
Vivimos rodeados de gente, pero también somos conscientes de nuestra
soledad (aislamiento existencial) y a veces lo que las personas hacen
para lidiar con la soledad lleva a conductas desadaptativas. Para
enfrentar este aislamiento necesitamos desarrollar una personalidad
firme, una identidad segura desde la que buscar al otro; porque si no
corremos el riesgo de utilizar a los demás como medio para conseguir
nuestra propia seguridad. Por ejemplo: las relaciones de dependencia
extrema en la que la gente se niega a sí misma, o la sexualidad
compulsiva son maneras patológicas de enfrentarse al aislamiento
existencial porque implica estar con los otros, pero negando la
posibilidad de una relación verdadera.
La conciencia de nuestra extrema libertad nos produce ansiedad
existencial. Algunas formas de negación de la libertad y no asunción
de responsabilidad son:
- La compulsividad: crear un mundo psíquico gobernado por una
fuerza irresistible ajena al Yo que impide la libertad.
- El desplazamiento de la responsabilidad: trasladar a otras
personas la toma de responsabilidades sobre la propia vida.
- La negación de la responsabilidad asumiendo el rol de víctima
que no tiene control sobre su vida porque renuncia a tenerlo.
- La negación de la responsabilidad por pérdida de control:
enloquecer, perder la racionalidad es otra forma de renunciar al
control.
El enfrentamiento inadecuado a la evidencia de que somos mortales, y
la angustia que de ello se deriva, puede también ser fuente de conducta
inadecuada. La neurosis es una forma de renuncia a la vida por temor a
la muerte, un restringir la propia forma de vivir por el miedo que la
muerte nos causa. Dos defensas fundamentales: a) sentirse inmortal:
personas que viven como si nunca fueran a morir, b) no
responsabilizarse de la vida porque hay un salvador que en la otra que
lo compensará todo.
En general la forma patológica de escapar a la ansiedad existencial es la
mentira y la pérdida de auntenticidad.

4.- INTERVENCIÓN
Objetivos
Aumentar la conciencia de la propia existencia y recuperar la autenticidad.
Ello se traduce en:
Encontrar significados personales, establecer metas y reconocer los
valores que dirigen su vida.
Establecer relaciones sanas con los otros, basadas en emociones
positivas y no en la utilización de los otros para enfrentar la propia
inseguridad.
Ser conscientes de su libertad para elegir y la necesidad de hacerlo y
de asumir la responsabilidad sobre las propias decisiones.
El terapeuta
Es ante todo empático, trata de ver el mundo desde los ojos de sus pacientes
para entender cómo construyen sus significados.
Auténtico porque él mismo está también es un proceso de búsqueda de
sentido y por eso es un buen compañero de viaje.
Técnicas
La terapia existencial es un encuentro entre dos personas lo más libre
posible de técnicas. Desde esta base cualquier técnica de cualquier
modelo puede ser útil.
El terapeuta anima a la persona a implicarse en un proceso de
autoconocimiento para construir estilos diferentes de relación
consigo mismo y los demás.
No interesa el pasado sólo el presente, el cómo la persona se enfrenta
a sus miedos en el aquí y ahora.
En logoterapia a Frankl le gustaba usar:
- El dialogo socrático: hacer preguntas para que la persona
reflexione sobre los temas básicos de libertad, responsabilidad y
búsqueda de sentido.
- La de-reflexión: descentrar a las personas de sus propios
problemas, desplazando la atención hacia otros, hacia otras
causas y ocupaciones.
- La paradoja: le gustaba prescribir a las personas que se
deprimieran más o que no tomaran decisiones para aumentar su
conciencia de estancamiento en la situación.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Si quieres un libro para tener una visión más amplia de todos los modelos
humanistas te recomiendo:
Rojí, B. y Saúl, L.A. (2005). Introducción a las psicoterapias
experienciales y constructivistas. Madrid: UNED.
Si quieres algo más específico, sin duda el libro de Yalom:
Yalom, I. (1984). Psicoterapia Existencial. Barcelona: Herder.
O los de Viktor Frankl:
Frankl, V. (2009). Teoría y terapia de las neurosis. Barcelona Herder.
Frankl, V. (2013). El hombre en busca de un sentido. Barcelona:
Herder.
CAPÍTULO 5: LA TERAPIA CENTRADA EN LA
PERSONA DE CARL ROGERS
1.- BIOGRAFÍA
Carl Rogers nació en Illinois (Estados Unidos) en una familia religiosa y
muy conservadora. Estudió dos años de teología y luego psicología. Le
interesa el psicoanálisis en un principio y luego evolucionó hacia una
psicología más empírica y, sobre todo; muy enfocada al contacto más
próximo con los usuarios.
Trabaja en diferentes universidades americanas, y termina instalándose en
California. Su propuesta es una terapia no-directiva que utiliza los recursos de
las personas para el cambio: la terapia Centrada en el Cliente. Su idea es
que las personas tienen recursos para cambiar que sólo se manifiestan cuando
el contexto en el que viven es facilitador.
2.- PERSONA
Rogers entiende al ser humano como un organismo más, una unidad
indivisible que vive y reacciona ante el ambiente.
Según él, la vida es un flujo continuo, en el que el organismo progresa
porque está dotado con una tendencia actualizadora: un impulso constante
para progresar, para desarrollar sus posibilidades y convertirse en un
organismo más autorrealizado.
Además, las personas vivencian el mundo y lo representan, tratan de
entenderlo y de almacenar información. Una experiencia fundamental es la
que tenemos sobre nosotros mismos, el autoconcepto: lo que hemos
aprendido a pensar sobre nosotros mismos por nuestra experiencia en el
ambiente y los juicios que los demás hacen de nosotros.
3.- PATOLOGÍA
El auto-concepto es muy vulnerable, si una persona se siente criticada por
los demás y lo que recibe de éstos no encaja con la forma en que ella misma
se percibe, la persona entra en un estado de incongruencia. Tiene que elegir
entre ser ella misma y exponerse al rechazo de los otros, o adaptarse a lo que
los demás le demandan renunciando a ser auténtica. En el segundo caso se
embarca en un empeño permanente de buscar la aprobación externa
olvidándose de mantenerse en contacto con la propia experiencia (la del “Yo
organismo”) que es la que mantiene en marcha la tendencia actualizadora.
La patología es causada por una discrepancia entre el “yo organismo”
(nuestra parte más biológica), diseñado para progresar, y el auto-concepto
distorsionado (nuestro aspecto más social). El resultado es que las personas
dejan de confiar en sus capacidades naturales para el progreso y pierden
el contacto con la experiencia como fuente de información. La tendencia
actualizadora en vez de dirigirse al exterior, se dirige a reforzar al yo
como una forma de protegerlo ante posibles experiencias negativas.
4.- INTERVENCIÓN
Objetivos
Los terapeutas centrados en la persona no establecen objetivos, entienden
que las personas a lo largo de la terapia encontrarán la dirección hacia la
que quieren dirigir su vida. Si hay una serie de resultados deseables con los
tratamientos:
Apertura a la experiencia, viviendo el momento con plenitud y
confiando en la experiencia como guía para progresar.
Fomentar la libertad y responsabilidad.
Desarrollando la creatividad que permite adaptarse a las condiciones
cambiantes de la realidad.
Técnica
El terapeuta es colaborador y empático. La relación terapéutica es la
técnica para ayudar al progreso de las personas. Si la persona se siente
aceptada y segura conseguirá reactivar su tendencia actualizadora y
pondrá en marcha sus propios cambios.
Para que este proceso se lleve a cabo hace falta:
Que dos personas estén en contacto psicológico.
Un cliente en estado de “no congruencia” (falta de equilibrio y
autenticidad).
Un terapeuta en estado de “congruencia”:
- Auténtico, que se permita ser el mismo
- Con aceptación incondicional de su cliente, esto es, ausencia
total de juicios de valor.
- Con una comprensión empática de la persona.
Es condición fundamental que el cliente perciba de alguna manera la
consideración positiva y la comprensión empática del terapeuta.
Para facilitar el cuarto punto Rogers propone dos técnicas:
- El reflejo: el terapeuta devuelve con sus propias palabras lo
fundamental de las emociones que el cliente está expresando.
- El parafraseo: devolver a los clientes un resumen de lo que va
entendiendo.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Para leer algo de Rogers te recomiendo:
Rogers, C. (1972) Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires:
Paidós.
Rogers, C. (1979). El proceso de convertirse en persona. Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 6: LA TERAPIA GESTALT
1.- HISTORIA
Fritz Perls nace en Berlín en 1893 y muere en 1970 en California. En
Fráncfort entra en contacto con la psicología Gestalt. Se forma en
psicoanálisis con la influencia de Karen Horney y Wilhelm Reich con quién
realiza uno de sus análisis didácticos. Gran parte de su vida trabaja como
psicoanalista en Sudáfrica con su mujer Laura. Más tarde se distancian de
este modelo, se trasladan a Estados Unidos y crean la escuela la Gestalt.
Sus influencias son:
La psicología gestalt:
- El individuo es un todo que no se puede explicar por la suma
de las partes.
- La persona está en un constante proceso de auto-completarse
(similar a nuestra necesidad de cerrar figuras cuando las
percibimos). Una de las fuentes de problemas psicológicos son
los asuntos pendientes.
- La aspiración básica de la terapia gestalt es el “darse cuenta” de
algo que antes no era percibido, de algo que era fondo y ahora se
convierte en figura.
Del Budismo Zen incorpora la idea de los opuestos que se
complementan, que no pueden existir el uno sin el otro. Y la filosofía de
que para encontrar la iluminación no hay que buscarla sino esperar a que
ocurra, aceptar lo que sucede.
De otros enfoques humanistas:
- Del existencialismo de autores como Tillich o Sartre, la Gestalt
asume que cada persona experimenta la realidad a su manera y
lo importante es la vivencia que tiene en cada momento, en el
“aquí y ahora”. Y también la idea de que las personas son
responsables de sus vidas.
- Perls es aficionado al teatro y eso unido a su interés por el
psicodrama de Moreno le hace pensar que las personas
adquieren una mayor conciencia de la situación si la
representan en vez de únicamente describirla.
- De la bioenergética de Lowen: la idea de que la toma de
conciencia debe ser muy corporal, hay que escuchar al cuerpo.
- Con Rogers comparte la idea de que los seres humanos tenemos
una tendencia a la actualización y al progreso.
2.- LA PERSONA
Las personas somos un organismo biológico, un todo indivisible que no se
puede explicar por la suma de las partes (sensaciones, emociones, cognición,
espiritualidad).
Ese todo indivisible está en interacción con el ambiente.
La persona necesita satisfacer sus necesidades básicas (comida,
refugio, sexo, cariño). Las necesidades aparecen y desaparecen en
una dinámica de figura/fondo (lo que hoy parece muy importante
mañana estará en un segundo plano).
La sociedad nos constriñe, nos obliga a desempeñar unos roles
(trabajo, familia) que no son más que medios para conseguir nuestro
objetivo final que es satisfacer nuestras necesidades biológicas. La
cultura hace que confundamos los roles sociales con las metas-finales,
un humano sano no se preocupa por adaptarse a una sociedad que
es insana.
Las personas interaccionan con el entorno en ciclos de contacto-
retirada. El contacto con el ambiente permite satisfacer necesidades, la
retirada la asimilación de lo obtenido (alimento, información).
La autorregulación se produce necesariamente en contacto con el contexto
del que formamos parte. Y la regulación consiste en esta tendencia a auto-
completarse, a cerrar las gestalt, satisfacer nuestras necesidades.
Todo el proceso ocurre en el presente, el pasado ya no existe y el futuro
todavía no es nada. Lo que importa es la experiencia vivida en cada
momento, en el “aquí y ahora”.
La información más relevante para un organismo biológico son las
sensaciones corporales. Las palabras deben servir para simbolizar
la experiencia, pero no debemos permitir que la falseen.
Lo que permite el crecimiento es:
El “darse cuenta”: tomar conciencia de lo que nos ocurre. Entrar en
contacto con el mundo, desde la experiencia, para aumentar el
autoconocimiento que permite la autorregulación y el desarrollo de
potencialidades.
Asumir responsabilidad sobre lo que hacemos, pensamos, sentimos,
a dónde vamos.
Integrar opuestos: la experiencia humana está repleta de polaridades.
Nuestro auto-concepto se conforma como una elección entre polos.
El problema es que las personas podemos ser un polo y el opuesto, el
proceso sano es conseguir integrar las polaridades, aceptándonos como
seres cambiantes.
3.- PATOLOGÍA
Los problemas aparecen cuando las personas interrumpen su proceso
natural de desarrollo, porque algún tipo de barrera personal impide la
satisfacción de necesidades.
Estas barreras son el producto de aprendizajes tempranos que alteran los
ciclos contacto-retirada y, por lo tanto, toda la forma de relación con el
medio. Hay cuatro formas anómalas de relacionarse con el medio que para la
Gestalt constituyen mecanismos neuróticos:
Introyección: la persona debe aceptar muchos mandatos externos que
impiden su propia auto-actualización.
Proyección: hacer responsables a los demás de todo.
Retroflexión: es un estilo de relación con el entorno en el que el
individuo dirige hacia sí mismo lo que debería sacar hacia afuera.
La confluencia: la persona no tiene límites claros entre ella y el entorno.
Busca la aceptación por encima de todo porque el rechazo le produce
mucha ansiedad.
Las personas neuróticas: no viven en el presente porque se enfrentan
constantemente con los asuntos pendientes del pasado, evitan el “darse
cuenta” que es la experiencia que nos permite cambiar y no asumen
responsabilidad sobre sus vidas.
4.- INTERVENCIÓN
Objetivos
Fomentar el “darse cuenta”: reconectar con nuestras emociones, con
las sensaciones corporales.
Traer al presente el pasado inconcluso para apropiarnos de él.
Ayudar a que la persona asuma responsabilidad sobre su vida, pero en
el sentido lúdico, desde una posición ingenua, desde la espontaneidad y
curiosidad de los niños.
El terapeuta
Auténtico: puede expresar sus emociones abiertamente al cliente, hasta
la rudeza.
La relación es de “tu a tu”. Simpatía más que empatía.
Activo sin ser directivo, acompaña al cliente hacia donde quiera ir,
sirviendo como facilitador del proceso
Muy creativo, buscando técnicas para que la persona amplíe su “darse
cuenta”.
Técnicas:
Para trabajar sobre la expresión: con el objeto de hacer que la gente
se responsabilice de su lenguaje y con ello de su vida.
- Hablar en primera persona: evitando el leguaje impersonal.
- Convertir las preguntas en afirmaciones.
- Los sí...pero son una formula para evitar responsabilidad.
- Escuchar y utilizar las metáforas que ofrecen los clientes.
- Énfasis en el qué y el cómo, y no en los por qué.
Para aumentar la conciencia: técnicas para ayudar a que las personas
tomen conciencia de su momento, de sus emociones, de sus
pensamientos.
- Repetición cuando se hace grupalmente se llama “hacer la
ronda”.
- Imitación.
- Identificar y mantener: se solicita al cliente que esté atento a lo
que experimenta en cada momento, sus sensaciones, sus flujos
de pensamiento. Para que aprenda a enfrentarse a ella y
averiguar qué significa.
• Dramatización: silla vacía, en la que se hace que la persona se enfrente a:
- Los diferentes opuestos que conforman la personalidad.
- Los asuntos pendientes: el terapeuta invita a la persona a
expresar todos los sentimientos, y a decir todo lo que le gustaría
haber dicho.
- El juego de las proyecciones: se le pide a la persona que ella
misma se comporte como la persona a la que critica.
- Juego de roles de la antítesis: el rol contrario de aquel que usa
para describirse.
- Trabajo con emociones: hacer que las personas escenifiquen la
situación que produce la emoción y revivan en el aquí y ahora
sin intelectualizaciones.
Trabajo con sueños. Se les pide a las personas que cuente el sueño en
presente. Luego debe identificarse con cada uno de los elementos del
sueño (el edificio, los arboles) y exprese como se siente.
Proceso terapéutico:
La terapia gestáltica se puede entender como un proceso para llegar a ser
más auténticos. La terapia ayuda a las personas a ir progresando por
cada uno de esos escalones, metafóricamente es como ir pelando las capas
de una cebolla. Cinco capas:
1. Clichés: capa de contacto con el exterior, basada en estereotipos que nos
permite un contacto superficial pero seguro con los demás.
2. Roles: un poco más profunda, constituida por los papeles que
desempeñamos de cara a los demás y a nosotros mismos. Normalmente
la asumimos como nuestra verdadera identidad.
3. Impasse: es una etapa de parada, se experimenta como un vacío,
caracterizado por la evitación de la experiencia. El terapeuta ayuda a la
persona a enfrentarse con su propio vacío, a “darse cuenta” de lo que
evita, de los asuntos inconclusos.
4. Implosión: una explosión hacia dentro, para hacerse consciente de sus
propios problemas, de sus evitaciones, buscando su verdadero yo y
abandonando sus viejos patrones.
5. Explosión: implica el contacto con nuestras emociones y el deshacerse
de los estereotipos y roles para ser auténticos. La explosión completa la
gestalt y soluciona las situaciones inconclusas.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Para un buen resumen del modelo Gestalt:
Martin, A. (2006). Manual práctico de terapia Gestalt. Bilbao:
Desclée de Brouwer.
CAPÍTULO 7: TERAPIAS CORPORALES
1.- LA BIOENERGÉTICA
Su creador es Alexander Lowen (1910-2008) un médico y psicoterapeuta
estadounidense que fue discípulo de Wilhelm Reich (uno de los discípulos de
Freud, pionero en las terapias corporales).
1.1.- LA PERSONA
Para la Lowen nuestro cuerpo está dotado de una energía vital que debe fluir
y que está al servicio de todas nuestras necesidades. El corazón es el centro
desde el que se distribuye la energía. En torno al corazón hay una serie de
capas concéntricas de defensa: la emocional, la muscular y el Yo.
La persona es el resultado de sus experiencias vitales que construyen su
personalidad y conforman su cuerpo a lo largo de su existencia. Cada
experiencia se refleja en el cuerpo de la persona como los anillos
concéntricos en el tronco de un árbol.
1.2.- LA PATOLOGÍA
Los conflictos inconscientes se expresan en el cuerpo porque el Yo
controla la musculatura voluntaria para inhibir un impulso. Cuando el
control sobre el impulso debe mantenerse indefinidamente, el yo aparta la
energía de él y el control se ejerce inconscientemente. El resultado es que ese
grupo muscular queda contraído permanentemente. El efecto secundario
es que esas tensiones musculares impiden la respiración plena y eso conlleva
una disminución del nivel de energía disponible para vivir.
Las tensiones musculares (coraza caracterial) condicionan el físico de una
persona y eso condiciona a su vez su pensamiento y la forma de percibirse
(el yo). El resultado final es que el Yo y su reflejo corporal en la coraza
caracterial consiguen que el individuo se mantenga en un equilibrio
controlado por los mecanismos de defensa y las tensiones musculares. Ese
equilibrio tenso se puede manifestar en síntomas.
Lowen describe cinco tipos de carácter: esquizoide, oral, psicopático,
masoquista y rígido. Para cada uno de ellos establece una tipología física y
tensional, un correlato psicológico y un momento causal en la historia de la
persona.
1.3.- INTERVENCIÓN
El terapeuta
Es empático, tratando de entender a la persona y sus problemas. Es un
experto leyendo el cuerpo de la persona: su físico, su respiración, sus
movimientos y su forma de expresar emociones.
Objetivos
Restablecer el equilibrio mente/cuerpo:
Desbloqueando las tensiones corporales.
Desactivando los mecanismos de defensa psíquicos.
Técnicas
Terapia psicodinámica.
Terapia bioenergética:
- Ejercicios de respiración.
- Ejercicios físicos:
Asentamiento en tierra: los dos pies apoyados en el
suelo, rodillas flexionadas y espalda haciendo un arco.
Ejercicios sensuales y sexuales: rotación de caderas,
movimientos de pelvis, arqueo de espalda.
- Masaje.
- Meditación.
2.- TERAPIAS EXPERIENCIALES. EL FOCUSING DE GENDLIN
2.1.- HISTORIA
Eugene Gendlin nacido en Viena en 1926. Contacta con Rogers y su
investigación versa sobre ¿por qué unas experiencias terminan siendo
significativas y otras no? A partir de ahí desarrolla su propia teoría que
tiene que ver con que el procesamiento de la experiencia es corpóreo.
2.2.- PERSONA
La gran afirmación de las terapias corporales es “no tenemos cuerpo, somos
cuerpo”. Debemos hacer caso a la información que nuestro cuerpo ofrece
para dar sentido a nuestra experiencia. Las sensaciones, los sentimientos,
los estados de ánimo, o las tensiones que nos provocan los hechos nos sirven
para dar significado a la experiencia y por tanto responder a ella.
2.3.- PATOLOGÍA
Nuestra sociedad nos ha enseñado a no atender a nuestras experiencias
corporales, a no concederles valor. El resultado es que vivimos disociados de
nuestros cuerpos y de la sabiduría que contienen.
2.4.- INTERVENCIÓN
Para acceder a la sabiduría del cuerpo, Gendlin propone la técnica del
focusing experiencial, una serie de pasos que resumo a continuación:
1. Despejar un espacio: desde una posición de relajación el usuario va
dejando que a su mente acudan sucesivamente diferentes preocupaciones.
La idea es que entren, las reconozca y las vuelva a sacar creando un
“espacio ficticio” para cada una de ellas. El objetivo es transmitir la idea
de que las preocupaciones están ahí, pero son algo diferente de la
persona, y está tiene el poder de dejarlas entrar o deshacerse de ellas.
2. Formar la sensación-sentida: trabajando con una preocupación
concreta, el terapeuta ayuda al usuario a identificar las sensaciones
corporales que produce.
3. Conseguir un asidero: buscar una palabra, frase, o imagen que
represente la sensación-sentida.
4. Resonar: dejar que la mente pase de la palabra a la sensación física hasta
que se produzca un vínculo.
5. Preguntar: ¿a qué te está invitando?, ¿qué estaría bien que sucediera?
6. Terminar: recibir lo que haya venido y agradecer la experiencia.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Algunas lecturas de cada uno de los enfoques:
Gendlin, E. (2012). El focusing en psicoterapia: Manual del método
experiencial. Barcelona: Paidós.
Lowen, A. (2011). La Bioenergética. Madrid: Sirio.
CAPÍTULO 8: LA TERAPIA DE CONDUCTA
1.- HISTORIA
Los principales autores que contribuyen al desarrollo de la terapia de
conducta son:
Pavlov: establece las leyes del condicionamiento clásico.
Thorndike estudia las leyes de asociación estímulo-respuesta en lo que
él llama condicionamiento instrumental. La ley más importante es la ley
del efecto: toda conducta está controlada por sus consecuencias.
Watson en su manifiesto conductista propone el uso de la investigación
objetiva para el estudio de la conducta. Junto a Rayner usa el
condicionamiento clásico para provocar una reacción de miedo en un
niño ante una rata.
Jones, siguiendo la propuesta de Watson, se dedica a proponer métodos
para eliminar fobias infantiles.
Hull, Tolman y Guthrie inician el neoconductismo.
Skinner plantea que la conducta se puede cambiar manipulando sus
consecuencias y que no es necesaria ninguna hipótesis mentalista para
explicarla. Su propuesta es el condicionamiento operante.
Tres focos de aparición desde el punto de vista geográfico:
- EEUU: Skinner, Solomon y Lindsey utilizan el término terapia
de conducta para referirse al uso del condicionamiento operante
en pacientes esquizofrénicos.
- Sudáfrica: Wolpe utiliza la desensibilización sistemática,
basada en la idea de que una conducta que provoca una
respuesta antagónica a la ansiedad, puede inhibir ésta si se
expone al sujeto a ella de una manera gradual.
- Inglaterra: Eysenck empieza criticando los resultados del
psicoanálisis en uno de los estudios más famosos de la
psicología. Impulsa la aplicación de las técnicas experimentales.
El psicólogo clínico es un investigador que aplica en sus
tratamientos los avances de la psicología básica.
2.- LA PERSONA
Los conductistas más radicales entienden que la personalidad no es más que
la forma característica de responder a estímulos que tiene una persona
concreta. Este estilo de respuesta puede estar determinado por nuestra
biología y por nuestra historia de aprendizaje.
Eysenck trata de explicar por qué la conducta es razonablemente estable a lo
largo de diferentes situaciones. Para ello propone una teoría de rasgos basada
en dos diferenciaciones básicas: introversión-extraversión y neuroticismo-
estabilidad emocional.
A partir de ahí se establece un debate sobre si los rasgos describen
disposiciones demasiado estables como para explicar la capacidad de
adaptación de las personas a situaciones diferentes. En este contexto Mischel
propone la existencia de una serie de variables sociocognitivas mucho más
modificables (aptitudes, expectativas) que explicaban la conducta humana en
el marco de un sistema autorregulado (metas, planes).
Somos lo que aprendemos y nuestros aprendizajes se producen a través de
tres modelos básicos:
Condicionamiento clásico: un Estímulo neutro acaba produciendo la
misma respuesta que otro, por el simple hecho de producirse
simultáneamente.
Condicionamiento operante: las consecuencias (premios) que siguen a
una conducta (por ejemplo: estudiar) producida en presencia de un
estímulo (padres), modifican la posibilidad de que la conducta se vuelva
a producir (aumenta la posibilidad de que vuelva a estudiar).
Modelado o aprendizaje observacional: un observador puede aprender
una conducta compleja cuando se la ve hacer a un modelo.
3.- LOS PROBLEMAS / PSICOPATOLOGÍA
El síntoma es el problema, no es producto de ninguna variable
intrapsíquica, ni tiene ningún significado oculto, por lo que no se hace
necesario que el cliente tenga ningún tipo de insight.
Hay una continuidad entre conducta adaptativa y desadaptativa, ambas
se aprenden por los mismos mecanismos. No hace falta clasificar a las
personas en diagnósticos psicopatológicos, sólo describir el contexto en el
que se produce la conducta que se pretende cambiar.
Tres modelos de aprendizaje de conductas desadaptativas:
Contracondicionamiento: la ansiedad es una respuesta del sistema
nervioso simpático que se produce ante determinados estímulos
ansiógenos. Otra serie de estímulos por contigüidad temporal o por
similitud física pueden acabar produciendo la respuesta ansiógena.
Manejo de consecuencias: una conducta desadaptativa se mantiene
porque está siendo reforzada.
Cognitivo-conductuales: puede haber problemas por un déficit de
cogniciones, por un exceso o porque las cogniciones son inadaptativas.
4.- LA INTERVENCIÓN
4.1.- Características:
Objetivos: cambiar conductas desadaptativas.
El terapeuta: es activo y directivo. Evalúa y decide cuál es el
problema y sus componentes. Establece qué técnica usar y cómo
implementarla. Se convierte en un modelo que enseña a hacer cosas.
La relación terapéutica: no es un aspecto esencial. El terapeuta es un
maestro y dirige la intervención.
La intervención:
- El terapeuta es un investigador que aplica los avances de la
psicología para el cambio de los comportamientos.
- Hay que evaluar para explicar el porqué de la conducta
desadaptativa y evaluar los cambios que se producen con el
tratamiento.
4.2.- Técnicas
4.2.1.- Técnicas de contracondicionamiento y control de la ansiedad:
Basadas en el uso de los principios de condicionamiento clásico. La idea de
cambio es que hay que romper la asociación entre estímulos y respuestas
de ansiedad sustituyendo estas por respuestas más adecuadas.
Desensibilización sistemática: la idea de partida es que hay respuestas
que son incompatibles con otras, que no se pueden dar al mismo tiempo
(ansiedad y relajación). De manera que lo que se busca es asociar al
estímulo que produce la respuesta ansiógena una respuesta
incompatible con la ansiedad. Lo más habitual es usar la relajación
muscular progresiva como respuesta antagónica a la ansiedad.
Entrenamiento asertivo: se utiliza la asertividad como respuesta
incompatible con la ansiedad. Se establece una jerarquía de
situaciones y se crean respuestas asertivas para cada una de ellas.
Exposición: consiste en someter imaginariamente a la persona a la
situación que causa la respuesta ansiógena durante largos periodos de
tiempo para que se produzca la respuesta emocional, hasta que se
produzca la extinción.
Prevención de respuesta: exponer a la persona a los estímulos que
provocan la compulsión o rituales, pero sin permitirle que los haga,
para que se habitúe a la ansiedad.
Relajación y respiración:
- Relajación muscular progresiva de Jacobson: tensión/relajación
de los músculos para enseñar a las personas a percibir la
diferencia.
- Entrenamiento autógeno de Schultz: su punto de partida está
en que las personas consigan representar mentalmente el cambio
que se quiere producir a nivel corporal.
- Respiración: enseñar respiración costo-diafragmática, por
ejemplo.
Mindfulness: centrarse en el momento presente, con apertura total a
la experiencia, sin hacer juicios sobre ella, aceptando radicalmente lo
que ocurra y renunciando al control.
Intención paradójica: prescribir síntoma.
4.2.2.- Técnicas para establecer conductas:
Moldeado o aproximaciones sucesivas: reforzar las conductas que más
se aproximan a la conducta deseada.
Encadenamiento: construir una secuencia que lleva a la meta deseada.
Reforzar las conductas que están en el repertorio del cliente que
conduzcan a la meta.
Modelado: el cliente observa a un modelo realizando una conducta y
después la repite con el feedback del terapeuta. Las características del
modelo, del observador o del formato de trabajo determinan la eficacia
del aprendizaje.
Activación conductual: las personas con depresión evitan situaciones
de contacto social perdiéndose la posibilidad de experimentar
situaciones agradables. El trabajo es mejorar las actividades de la vida
diaria, aumentar situaciones placenteras y situaciones en las que
puedan poner en marcha sus capacidades.
4.2.3.- Técnicas para incrementar conductas:
Refuerzo positivo: para las conductas que queramos aumentar,
utilizando programas de refuerzo específicos.
Control estimular: elegir aquellos estímulos que ayuden a implantar
una conducta o eliminar los que la puedan desencadenar.
Economía de fichas: un sistema de refuerzos sin valor que la persona
podrá canjear por un premio real.
Contrato de contingencias: un acuerdo entre personas en el que se
especifican las conductas deseadas e indeseadas y las consecuencias que
las acompañarán.
4.2.4.- Técnicas para disminuir conductas:
Extinción: dejar de reforzar la conducta que se desea disminuir.
Castigo: estimulación aversiva después de la conducta a disminuir
Coste de respuesta: perdida de los refuerzos previamente adquiridos,
contingente con la conducta a cambiar.
Tiempo fuera: eliminar las oportunidades de obtener refuerzos,
aislando a la persona del contexto en el que los obtiene.
Reforzamiento de conductas alternativas a la conducta a disminuir.
Sensibilización encubierta: hacer que la persona imagine que
determinadas conductas producen unas consecuencias determinadas.
Práctica masiva (saciación): repetición voluntaria de un hábito
involuntario hasta que se extinga. Usada en tics.
4.2.5.- Técnicas para trabajar con pensamientos (desde un punto de vista
conductual):
Escasez de pensamientos: entrenamiento en autoinstrucciones. Se le
enseña al niño a realizar una tarea siguiendo las pautas que marca un
adulto. Luego la realiza repitiéndose a sí mismo los pasos y, por último,
la lleva a cabo repitiendo subvocalmente las instrucciones.
Exceso de pensamientos: técnicas de detención de pensamiento.
Pensamientos inadecuados: terapia cognitiva Beck o Ellis.

4.2.6.- Paquetes de tratamientos:


Autocontrol: después de reflexionar sobre los beneficios de cambiar se
hace un autorregistro de la conducta problema. A continuación, se
establecen los objetivos y las contingencias que se aplicarán a los
resultados. Se incorporan también técnicas de control de estímulos.
Entrenamiento en habilidades sociales: usa combinadamente técnicas
como: auto-instrucciones, ensayo conductual, modelado,
retroalimentación, reforzamiento y técnicas para favorecer transferencia.
Afrontamiento del estrés: dar herramientas para enfrentar situaciones
difíciles que generan ansiedad. La persona tiene que enfrentarse tanto a
sus propias cogniciones/emociones, como a las demandas externas.
Solución de problemas:
- Definición del problema:
- Buscar alternativas de solución: proponer posibilidades sin
valorarlas.
- Evaluar alternativas y tomar decisiones.
- Poner en marcha la decisión y pasos para hacerlo.
4.3.- Proceso terapéutico
Una buena evaluación es fundamental para entender el problema, planear
tratamiento y medir cambio. Los pasos del proceso terapéutico son:
Definir conducta problema y contexto. El análisis funcional incluye
cuatro aspectos:
- Conducta: ¿qué ocurre? ¿qué piensa, dice, hace o siente la
persona?
- Estímulos: ¿en qué circunstancias sucede?
- Organismo: variables disposicionales que favorecen la conducta
como factores fisiológicos, de temperamento, historia de
aprendizaje.
- Consecuencias: que beneficios o perjuicios tiene.
Establecer una línea base de la conducta actual.
Establecer objetivos a alcanzar.
Diseño de un plan de intervención.
Evaluar resultados.
En la actualidad muchos terapeutas conductuales han cambiado esta
evaluación más individualizada por test específicos para cada tipo de
trastorno; o bien, realizan una evaluación mixta.
La evaluación permite establecer el problema y decidir que técnicas de
modificación de conducta utilizar para planificar el caso.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Si quieres leer algo más sobre el tema:
Gavino, A. (2006). Guía de Técnicas de Terapia de Conducta.
Madrid: Pirámide.
CAPÍTULO 9: LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA
DE CONDUCTA DE ELLIS
1.- BIOGRAFIA
Albert Ellis nace en Pensilvania en una familia judía en 1913 y muere en
2013. Tiene una relación difícil con sus padres poco afectuosos y además
pasa hospitalizado largas temporadas.
Se gradúa en psicología clínica. En principio se interesa por el psicoanálisis,
completa un análisis didáctico en el Instituto Karen Horney y llega a
ejercer como psicoanalista. Insatisfecho con la lentitud de la técnica
analítica se vuelve más activo y directivo. Interesado por la filosofía empieza
a utilizar la idea de que lo que trastorna al hombre no es la situación, es la
interpretación que hace de ésta.
Recibe influencias de autores como Alfred Adler, Karen Horney, Erich
Fromm, H.S. Sullivan o Skinner.
2.- LA PERSONA
Los seres humanos persiguen metas y para ello necesitan enfrentarse a
situaciones de la vida. Nuestras experiencias de afrontamiento y resolución
de problemas hacen que desarrollemos una serie creencias.
Estas creencias se activan ante determinadas situaciones para ayudarnos a
entenderlas y a tomar decisiones. Si las creencias están adaptadas a la
realidad, son lógicas y están basadas en un buen análisis de los hechos,
permitirán actuar adecuadamente ayudando a conseguir metas. La idea básica
de la personalidad que tiene Ellis se resume en el esquema A-B-C:
(A) Acontecimientos activadores: situaciones ante las que el individuo
debe dar respuesta, son hechos externos, o experiencias internas
(emociones, pensamientos).
(B) Creencias: que se activan para interpretar el acontecimiento
activador. Pueden ser racionales o irracionales.
(C) Consecuencias: son los resultados de las creencias que se activan.
Pueden ser de tres tipos: emociones, conductas o creencias.
CREENCIAS RACIONALES CREENCIAS
IRRACIONALES
Empíricas: basadas en datos. Falsas: no están basadas en
evidencias.
Lógicas: basadas en un correcto Ilógicas provienen de algún
análisis de la realidad. razonamiento erróneo.
Pragmáticas: ayudan a Disfuncionales: no ayudan a la
conseguir metas. consecución de objetivos.
Probabilísticas y relativas: se Absolutistas: se expresan en
expresan en términos de deseos términos de obligación,
“me gustaría”, “preferiría” y necesidad o exigencia; y
cuando no se consiguen generan cuando no se consiguen activan
sentimientos que no impiden emociones negativas
seguir en marcha en pos de los inadecuadas (depresión, culpa,
objetivos. ira…) y conductas inapropiadas
como aislamiento, evitación, o
abuso de sustancia.

Cuando las creencias son racionales se activarán conductas apropiadas y


emociones adecuadas (ya sean positivas: felicidad, o negativas: frustración)
que permitirán afrontar correctamente la situación.
Si las creencias son irracionales las conductas que se pondrán en marcha
serán inapropiadas y las emociones inadecuadas. Y además pueden aparecer
unas creencias secundarias: ideas que las personas tienen ante sus propias
creencias o emociones.
Todos estos elementos son interaccionales: las conductas activan
cogniciones y estas desencadenan emociones y nuevas conductas.
3.- LA PATOLOGÍA
Los problemas psicológicos aparecen cuando las personas tienen patrones de
pensamientos irracionales para interpretar el mundo, a sí mismo y los
otros.
Las ideas irracionales son peticiones dirigidas a la propia persona, a los
otros, o el mundo, que tienen un carácter absoluto, son inflexibles y tienen
carácter obligatorio: los “debos”:
“Tengo que actuar bien y tengo que ganar la aprobación de todos”.
Si no lo consigo soy un inútil. La emoción asociada es tristeza,
ansiedad, culpa, vergüenza y autodepreciación.
“Todas las personas deben ser amables y justas conmigo”; si no lo
hacen, son despreciables y malos y merecen ser castigados. La
emoción asociada es furia y rabia.
“Las condiciones de mi vida deben ser absolutamente confortables y
fáciles para que pueda conseguir lo que quiero sin mucho esfuerzo e
incomodidad. Si no el mundo es terrible y no podré resistirlo”. Y ello
provoca pena, sensación de deficiencia, cólera o autodepreciación.
Estas exigencias absolutas y dogmáticas generan unas distorsiones
cognitivas que están en la base de las creencias irracionales:
Dramatización: enfatizar lo negativo de un acontecimiento
descalificando lo positivo.
Exagerar lo insoportable de la situación.
Inutilidad: tendencia a condenarse, condenar a las personas o al mundo
en general si no proporcionan al individuo lo que éste cree merecer.
Sobregeneralización: tendencia a concluir desde unos pocos datos.
Pensamiento absolutista: todo o nada, siempre o nunca.
Perfeccionismo.
Adivinación del porvenir.
4.- LA INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
Desarrollar un pensamiento racional, que sea flexible y probabilístico, que
no invalide a la persona ante los fracasos y le permita alcanzar sus metas.
4.2.- El terapeuta
Un terapeuta racional emotivo es un terapeuta empático y activo dirigiendo
las sesiones para que las personas se enfrenten a las ideas irracionales.
También un modelo de racionalidad y didáctico a la hora de explicar a las
personas.
4.3.- El proceso terapéutico
1. Entrevista de evaluación para averiguar si los problemas son:
Externos: situaciones ambientales A (Acontecimientos activadores)
Internos: síntomas que el cliente tiene como ansiedad, depresión, culpa;
se corresponderían con la C (consecuencias).
Diferencia también entre los problemas en sí mismos (síntomas primarios)
y las reacciones que la persona tiene ante los síntomas (problemas
secundarios).
2. Inicio del tratamiento: explicaciones
Se explica que A conduce a C sólo si la persona tiene creencias
irracionales (B).
Se trabaja para cambiar B (las interpretaciones incorrectas de la
realidad) y los sesgos cognitivos subyacentes.
4.4.- Técnicas
A continuación, se resumen las principales técnicas que Ellis propone para
trabajar con cogniciones, emociones y conductas.
4.4.1.- Trabajo con cogniciones
La técnica fundamental es el debate socrático:
1) Identificar ideas irracionales y diferenciar de las racionales.
2) Debatirlas: atacar los cuatro elementos que conforman la
irracionalidad: las ideas irracionales, las distorsiones cognitivas que
están en la base, los imperativos absolutos que ocultan y la valoración
catastrofista de las consecuencias que traerán.
a) Estrategias de disputa:
- Empírica: ¿qué evidencia tienes de que esa idea es cierta?
- Lógica: ¿es una conclusión lógica o estás acostumbrado a ver
las cosas así?
- Pragmática: ¿dónde te lleva esta forma de ver las cosas?
b) Posiciones del terapeuta:
- Socrático: el terapeuta ayuda a que el cliente saque sus propias
conclusiones haciendo únicamente preguntas.
- Didáctico: el terapeuta explica la irracionalidad de la idea y
cómo le está afectando. Usa el lenguaje para señalar las ideas
irracionales y “debos” y ofrece explicaciones alternativas.
c) Algunas técnicas adicionales para debatir:
- Juegos de roles: para debatir creencias, ¿cómo vería esta idea
un juez?, o un ¿maestro? u ¿otro padre?, hacer de abogado del
diablo.
- Inversión de roles: se pide al cliente que haga de terapeuta
mientras que éste expone ideas negativas para las que él debe
buscar alternativas.
- Llevar al absurdo los argumentos.
- Usar el sentido del humor.
3) Después de tomar conciencia de la irracionalidad se invita a proponer
alternativas más racionales (E).
4) La última fase del tratamiento está dirigida a hacer más sólidas las
nuevas creencias racionales aprendidas. Para fortalecer las nuevas
filosofías, una vez que aparecen, se pueden usar las siguientes técnicas:
- Hacer que las personas reflexionen sobre las consecuencias
positivas de las nuevas ideas.
- Promover que los clientes se enfrenten a las situaciones que
activan las creencias irracionales para darse la oportunidad de
pensar, actuar y sentir de manera diferente.
- Usar auto-afirmaciones con las alternativas racionales y hacer
que las personas las escriban y repitan.
Otras técnicas además del debate son:
Análisis coste-beneficio: analizar las actividades de trabajo y ocio,
valorando las ventajas e inconvenientes de cada una para tomar
decisiones sobre qué cambiar y qué mantener.
Modelado: consiste en animar a los usuarios a pensar en personas a las
que admiran por tener las actitudes ante la vida que a ellos les gustaría
imitar.
Biblioterapia: la Terapia Racional Emotiva de Conducta (TREC)
recomienda la lectura de libros de auto-ayuda para fomentar nuevos
puntos de vista en los clientes.
Además, se recomiendan métodos complementarios como el yoga, la
meditación o el uso de técnicas de relajación.
4.4.2.- Trabajo con aspectos emocionales:
Imaginación racional-emotiva:
- Hacer que la persona imagine con mucho dramatismo un
acontecimiento activador.
- Preguntarle qué emociones tiene en ese momento y ayudarle a
experimentarlas al máximo.
- Se le pide que mantenga la imagen de la situación
(acontecimiento activador) pero que cambie la emoción por
otra más adecuada, no importa que sea negativa.
- Se le pregunta “cómo lo hizo” (nunca “qué se dijo”) y se le
ayuda a ver que para cambiar una emoción necesitamos
cambiar la valoración del acontecimiento activador.
Ejercicios para vencer la vergüenza: el terapeuta elige con el cliente
un ejercicio para realizar en la calle que él considere vergonzante, pero
que no pueda resultar dañino para nadie.
Utilización del humor y canciones racionales humorísticas.
4.4.3.- Trabajar con aspectos conductuales: se puede usar cualquiera de las
muchas técnicas de modificación de conducta. Enuncio algunas de las más
utilizadas por la TREC:
Solución de problemas.
Entrenamiento en habilidades sociales.
Exposición.
Uso de recompensas y castigos.
4.4.4.- Tareas para casa:
Auto-registros de creencias irracionales.
Tareas de comprobación de evidencias.
Tareas de exposición a situaciones vergonzosas o cualquiera de las que
puede ir asociada a las intervenciones más conductuales como práctica
de habilidades sociales.
Recomendaciones de libros.
Convertir al usuario en maestro de TREC pidiéndole que explique a
amigos y familiares en qué consiste el trabajo que él esta haciendo.
Grabar audios o videos debatiendo sus pensamientos irracionales.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
El primero de estos dos libros es el manual clásico, el segundo es la versión
más actualizada del modelo que firma Albert Ellis.
Ellis, A. y Grieger, R. (1988). Manual de Terapia Racional Emotiva.
Bilbao: DDB.
Ellis, A & Ellis, D.J. (2011). Rational Emotive Behavior Therapy.
Washington, DC, American Psychological Association; US.
CAPÍTULO 10: LA TERAPIA COGNITIVA DE
BECK
1.- BIOGRAFÍA
Aaron Beck nace en Estados Unidos en 1921, en una familia de emigrantes
ruso-judíos. Su Infancia está marcada por la depresión de su madre y por sus
propias rachas de tristeza y problemas de fobias.
Estudia psiquiatría e investiga los sueños de las personas con depresión
desde una perspectiva psicoanalítica. Sus estudios no validan la teoría de
Freud, pero le sirven para empezar a perfilar su teoría sobre los sesgos
cognitivos. A partir de ahí desarrolla todo su modelo incorporando conceptos
de la psicología experimental y del procesamiento de información.
Las diferencias fundamentales con Ellis son:
Se centra más en las distorsiones cognitivas.
Piensa que cada trastorno tiene sus propios contenidos específicos,
mientras que Ellis piensa que en todos los casos hay que trabajar los
“debos”.
Como técnica trabaja más para que las personas contrasten sus
creencias con la realidad y sean ellos mismos los que busquen ideas
alternativas.
El tratamiento es más estructurado.
2.- VISIÓN DE LA PERSONA
Las personas son procesadores activos de información: seleccionan datos,
interpretan, almacenan y recuperan informaciones. El ser humano es un
científico que investiga la realidad.
Nuestro sistema de procesamiento de la información es dual:
Tenemos un sistema primario que se activa automáticamente ante
informaciones ambientales y nos permite reaccionar rápidamente.
Y un sistema secundario o reflexivo que nos permite volver sobre la
información más detenidamente. Es más lento, pero permite hacer
evaluaciones más afinadas.
La información útil que obtenemos desde la infancia, en interacción con la
realidad, se almacena en esquemas cognitivos. Éstos están fuertemente
conectados con emociones, con conductas y con respuestas fisiológicas. Los
esquemas cognitivos son el soporte de las creencias un concepto muy amplio
que incluye cogniciones como expectativas, reglas, supuestos, etc. Hay dos
tipos de creencias: las fundamentales (primal beliefs) que hacen referencia a
cuestiones centrales de nuestra existencia (supervivencia, identidad o
relaciones), y otra serie de creencias sobre temas más intrascendentes de la
vida cotidiana. Las primeras son más estables y difíciles de cambiar. Las
creencias se diferencian según su: a) accesibilidad o rapidez con que se
activan, algunas aparecen en forma de pensamientos automáticos asociados
a situaciones; b) convicción con la que nos las creemos; c) absolutismo o
radicalidad de la creencia; d) dirección de la atribución: la persona se puede
sentir la responsable del problema o puede achacárselo a otros, o al mundo;
e) la parcialidad o grado de sesgo cognitivo que conllevan.
Los esquemas pueden agruparse en modos: constelaciones de esquemas de
diferentes clases. Hay dos tipos de modos básicos:
Autoexpansivo: su objetivo es aumentar nuestra valía y nos lleva a
explorar. Incluye esquemas de objetivos, expectativas y creencias
condicionales que permiten valorar éxitos o fracasos.
Autoprotección: dirigido a detectar rápidamente peligros y
responder a ellos. Agrupa esquemas de detección de peligro,
evaluación de la amenaza, de los recursos para enfrentarse a ella y de
las posibilidades de acción.
3.- LA PATOLOGÍA
Los trastornos psicológicos son el resultado del funcionamiento exagerado de
los mecanismos que en condiciones normales sirven para la adaptación. Ante
un evento (que puede ser algo interno o una situación ambiental), se activan
unas creencias y unos sesgos cognitivos y atencionales que determinan la
conducta de afrontamiento que se pondrá en marcha. Los trastornos son la
consecuencia de un procesamiento sesgado de la información, que nos lleva a
hacer interpretaciones erróneas de los hechos, y a fijar nuestra atención de
manera rígida en algunos aspectos de la situación prescindiendo de otros. El
resultado es la activación de emociones exageradas y la puesta en marcha de
estrategias de afrontamiento desproporcionadas.
Creencias
Los esquemas cognitivos negativos que se activan son producto del
aprendizaje y los más centrales empiezan a formarse durante la infancia. Las
creencias fundamentales que los esquemas contienen son ideas negativas,
estables, rígidas y absolutas sobre uno mismo, los otros y el mundo (“soy
una inútil, no hago nada bien”). Estas creencias fundamentales se concretan
en una serie de creencias intermedias: en forma de reglas (“debo agradar a
todos”), supuestos condicionales (“si me ven nerviosa estoy acabada”) y/o
actitudes (“hay que triunfar a cualquier precio”).
Sesgos cognitivos y atencionales
Además de las creencias, se activan una serie de sesgos - también aprendidos
- que determinan: a qué información prestamos atención, el tipo de
interpretaciones que hacemos y los datos que almacenamos. Algunas de las
distorsiones cognitivas son:
Inferencia arbitraria: sacar conclusiones sin evidencias sólidas que las
sostengan.
Abstracción selectiva: centrarse en un detalle, ignorando otras
características relevantes de la situación.
Sobregeneralización: elaborar una conclusión general a partir de muy
pocos datos y aplicarla a otras situaciones no relacionadas.
Magnificación y minimización: exagerar o infravalorar informaciones.
Magnificar lo negativo y minimizar lo positivo.
Personalización: tendencia a pensar que los acontecimientos externos
negativos están siempre relacionados con la propia conducta.
Pensamiento dicotómico o absolutista: tendencia a clasificar las
experiencias en categorías opuestas y extremas (todo-nada, siempre-
nunca) obviando la posibilidad de que existan puntos intermedios.
Lectura de pensamiento: tendencia a creer que sabemos lo que otros
están pensando.
Predicciones negativas: pensar que algo negativo va a ocurrir aunque
no haya ninguna evidencia de ello.
Etiquetado: una persona se auto-describe en base a errores del pasado y
deja que esa etiqueta defina su identidad.
Catastrofismo: exagerar el impacto negativo de un evento.
Estrategias de afrontamiento
Los sesgos y creencias que se activan provocan emociones poderosas y
condicionan las estrategias de afrontamiento que se ponen en marcha.
Veamos algunos ejemplos sobre como funcionan todos estos elementos en
los diferentes trastornos:
Depresión: visiones negativas del mundo, de sí mismos y expectativas
pesimistas sobre el futuro. El sesgo es magnificar las pérdidas y
minimizar los éxitos. Las personas establecen metas muy exigentes y se
critican si no las consiguen.
Ansiedad generalizada tienen creencias exageradas sobre los peligros y
sus consecuencias. Los sesgos cognitivos hacen que los perciban en
situaciones inocuas y que además se vean como incapaces de
manejarlas. Su estrategia de afrontamiento es estar hipervigilantes para
estar siempre preparados para afrontar los peligros.
En los trastornos de pánico hay creencias exageradas sobre los
peligros que conllevan las enfermedades. Las personas tienden a
magnificar los significados de las sensaciones fisiológicas y a
entenderlos como la señal de que algo malo va a pasar. Eso los lleva a
fijar su atención en diferentes partes del cuerpo para tratar de prevenir la
enfermedad o la pérdida de control.
Las personas con obsesiones y compulsiones perciben peligros en
situaciones que los demás entienden como seguras, y se sienten
impulsadas a hacer algo para disminuir los riesgos, o si no se sentirán
terriblemente culpables. Las obsesiones consisten en pensamientos
automáticos y compulsiones: los actos que la persona repite
sistemáticamente para evitar la culpa y calmar la ansiedad.

4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos:
Ayudar a las personas a desarrollar un conocimiento más válido de la
realidad para ello hay que modificar tanto los esquemas cognitivos como
las distorsiones cognitivas.
La terapia cognitiva trata de conseguir que:
Las personas se hagan conscientes del impacto que los pensamientos
tienen sobre sus emociones y su conducta.
Localizar los pensamientos automáticos y buscar alternativas más
racionales.
Identificar las distorsiones cognitivas que están en la base de los
pensamientos automáticos.
Modificar las creencias nucleares.
4.2.- El terapeuta:
Trabaja para crear una buena relación terapéutica basada en la empatía, la
autenticidad y la aceptación incondicional.
Es un instigador muy activo de cambios: guía el auto-descubrimiento de
los clientes en comparación con el racional-emotivo que es más didáctico.
Psicoeducativo explicando a las personas el origen de sus problemas o
corrigiendo cuando lo cree necesario su visión de los hechos. Además, es
directivo proponiendo temas de conversación y tareas.
4.3.- Técnicas:
4.3.1.- Para ayudar a crear creencias alternativas a los pensamientos
automáticos se usa el debate socrático, que consiste en hacer preguntas para
cuestionar la visión y ayudar a generar una alternativa:
¿En qué medida el pensamiento representa la realidad?: grado de
seguridad de 0-100% en la creencia, ¿de dónde ha sacado esa idea?
Evidencias empíricas de la validez del pensamiento: ¿qué pruebas tiene
de la veracidad de ese pensamiento?, y ¿en contra?
Consecuencias del pensamiento automático: ¿qué ventajas y
desventajas tiene pensar así?, ¿qué ventajas y desventajas tendría no
pensar de esa manera?
Construcción de explicaciones alternativas: ¿Hay otra explicación
posible? Se puede usar una gráfica de áreas en la que represente otras
posibles causas del acontecimiento. ¿Y si le preguntáramos a otras
personas, que opinarían? Uso de redefiniciones: el terapeuta da visiones
diferentes sobre el acontecimiento.
Además de todas estas preguntas hay técnicas de apoyo para cuestionar
ideas y promover puntos de vista alternativos:
- La técnica de las columnas: sobre ejemplos concretos se
busca que las personas realicen listados de situaciones,
pensamiento negativo que apareció, y respuesta racional
alternativa que el usuario podría dar. También se puede incluir
entre pensamiento y respuesta racional, la emoción que
provocó en el cliente y opcionalmente el resultado de asumir la
respuesta racional alternativa. Se puede añadir además una
posibilidad adicional, trabajándola en sesión, tratar de
identificar la distorsión cognitiva que subyace a cada
pensamiento automático. Este tipo de análisis se inicia en
sesión y luego puede continuarse como un autorregistro para
realizar en casa.
- Experimentos de comprobación de hipótesis: una vez
localizada la creencia irracional se invita a la persona a
considerarla como una hipótesis que se puede comprobar. Para
ello se diseñan pequeños experimentos: fijarse en las ocasiones
en que le ocurre algo, hacer una pequeña búsqueda de
información sobre un tema que le preocupa. Después, en
sesión, se analizan evidencias a favor y en contra.
- Descenso vertical: el terapeuta escribe un diagrama de flechas
haciendo que la persona lleve sus pensamientos hasta las
últimas consecuencias.
- Gráfica de áreas en la que se representan otras posibles causas
del acontecimiento y se asigna un porcentaje explicativo.
- Definir términos: ¿qué significa ser feliz para usted?
- Psicoeducación: el terapeuta ofrece un punto de vista
alternativo.
4.3.2.- Para trabajar las distorsiones cognitivas: se analizan los
pensamientos automáticos pidiendo a la persona que identifique el error
cognitivo que hay en la base. Se puede ayudar al cliente a reflexionar
haciéndole preguntas:
Inferencia arbitraria: ¿qué pruebas tienes para pensar eso?
Abstracción selectiva: ¿qué otros datos deberías tener en cuenta para
sacar una buena conclusión?
Sobregeneralización: ¿cuántas veces ha sucedido eso realmente?
Magnificación-minimización: ¿de verdad es tan grave la cosa?, ¿en
qué ocasiones ha conseguido darle menos importancia a ese asunto?
Personalización: ¿de qué le vale compararse con otros cuando las cosas
van mal?
Pensamiento dicotómico: ¿puede haber un punto intermedio entre esos
dos extremos?, ¿A qué porcentaje de veces se refiere?
Predicciones negativas: ¿qué posibilidades reales hay de que eso
ocurra?
Etiquetado: ¿esa etiqueta describe realmente lo que usted es?
4.3.3.- Algunas personas además de pensamientos, activan imágenes en las
situaciones problemáticas. Algunas técnicas específicas para trabajar en estos
casos son:
Desensibilización: hacer que la persona se exponga a la imagen.
Continuar la historia: hacer que la persona se imagine la continuación
de la historia en imágenes.
Entrenamiento para sustituir la imagen por otra tranquilizadora.
Cuestionar la imagen igual que se cuestiona el pensamiento.
Usar visualizaciones positivas en las que la persona se imagine
haciendo algo exitosamente.
4.3.4.- Trabajo con creencias nucleares: cualquiera de las técnicas de
trabajo con pensamientos automáticos puede ser útil, pero se pueden usar una
serie de técnicas adicionales:
Ayudar a la persona a identificar y explicar cómo funcionan.
Buscar el origen de las creencias en acontecimientos a lo largo de su
vida.
Cuestionarlas para buscar alternativas, con preguntas similares a las
usadas para trabajar con pensamientos automáticos.
Comparar con los pensamientos que se tienen en los buenos
momentos.
Compararse con la peor persona posible.
Reescribir recuerdos tempranos: activando los recuerdos y buscando
interpretaciones alternativas.
Pedir a la persona que escriba un listado de derechos que quiere tener.
Usar la técnica de columnas con las creencias centrales.
Además:
Todas estas técnicas pueden combinarse con intervenciones más
conductuales como la activación conductual que consiste en animar a
la persona a involucrarse en situaciones sociales que le resulten
agradables, y en las que pueda volver a demostrar sus capacidades.
El trabajo en sesión puede continuarse con tareas para casa como
los autorregistros por columnas o los experimentos conductuales que se
mencionaron antes.
4.4.- Proceso terapéutico
La terapia de Beck está muy estructurada y es relativamente fácil de seguir
incluso para terapeutas con poca experiencia. Se proponen tareas concretas a
realizar en cada sesión de un tratamiento pensado para unas veinte consultas.
Sesiones iniciales de evaluación en las que se aplican pruebas
específicas para cada trastorno y autorregistros.
Los primeros encuentros se dirigen a crear relación terapéutica y
establecer objetivos concretos de trabajo.
Un bloque de sesiones centrales se trabajan todos los aspectos
cognitivos.
Las sesiones finales se dedican a preparar el cierre del tratamiento, a
devolver la responsabilidad al paciente para que no deje de actuar como
un científico ante sus pensamientos negativos y a identificar posibles
causas de recaída para estar en condiciones de enfrentarlas.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
La versión más actualizada del modelo:
Beck, A. T. y Haigh, E. A. (2014). Advances in cognitive theory and
therapy: the generic cognitive model. Annual review of clinical
psychology, 10, 1-24.
Para una buena explicación de las técnicas de intervención:
Beck, J.S. (2011). Terapia cognitiva: conceptos básicos y
profundización. Barcelona: Gedisa
Para ver aplicaciones a diferentes patologías:
Beck, A. T., Freeman, A. y Davis, D. D. (1995). Terapia cognitiva de
los trastornos de personalidad. Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 11: El MINDFULNESS EN
PSICOTERAPIA
1.- HISTORIA
El Mindfulness o como se ha traducido al castellano “atención plena” o
“conciencia plena” consiste según John Kabat-Zinn en prestar atención de
una manera especial a lo que ocurre en el momento presente y sin juzgar. El
Mindfulness es una de las corrientes de lo que se conoce como terapias
contextuales o la tercera ola de los modelos cognitivo-conductuales.
En un primer momento el elemento que diferenciaba a estos enfoques es que
asumen algunos de los postulados de la filosofía budista y las técnicas de
meditación como instrumentos para gestionar de una manera diferente
nuestros eventos mentales. Bajo este epígrafe se encuadrarían modelos como
la Terapia cognitiva basada en el Mindfulness, la terapia de Aceptación y
Compromiso, la terapia Dialéctico-Conductual o la Terapia Metacognitiva.
Desde una perspectiva amplia, terapias contextuales pueden ser todas
aquellas que entienden que para comprender la conducta de la persona hay
que tener en cuenta el contexto externo en el que se produce. Desde esta
visión otros nuevos modelos conductuales como la Psicología Analítico-
Funcional o la Activación Conductual pueden ser incorporadas bajo el mismo
paraguas teórico. En mi opinión, si el atender al contexto es la condición que
las diferencia, también la terapia de conducta o todos los modelos sistémicos
deberían entrar ahí. Así que como el criterio de contexto me parece poco
claro, me quedo con los elementos budistas como criterio unificador.
Algunos personajes claves para entender la historia del éxito de estas
prácticas aplicadas a la psicoterapia son:
1. John Kabat-Zinn, un médico estadounidense que es el primero en
transformar la práctica de la meditación en un programa terapéutico para
usar con personas estresadas.
2. Zindel Segal, John Teasdale y Mark Williams quiénes aplican el
programa de Kabat-Zinn a la depresión y demuestran su potencial para
disminuir recaídas.
2.- PERSONA
Los seres humanos tenemos una capacidad limitada para manejar
informaciones en nuestro espacio de conciencia. Este espacio puede estar
ocupado por informaciones externas o por contenidos de nuestra memoria.
Así que podemos mirar hacia afuera y estar disfrutando de lo que allí ocurre,
o podemos quedarnos atrapados en procesos internos de repaso constante de
pensamientos o emociones.
Estar fuera o dentro es una decisión nuestra, aunque el proceso se complica
por dos razones: a) tenemos un “Yo” que nos impulsa a perseguir metas y nos
haces sentir insatisfechos si no las alcanzamos y b) nuestro cerebro tiende a
entrar en rutinas de pensamiento que nos llevan a vivir en una especie de
“piloto automático”.
3.- PATOLOGÍA
Los teóricos del Mindfulness diferencian entre dos tipos de funcionamiento:
El modo hacer es el tipo de funcionamiento impulsado por nuestro Yo.
Para ser felices establecemos metas y nos obligamos a perseguirlas.
Cuando las alcanzamos la satisfacción nos dura poco porque siempre
hay un nuevo objetivo que podemos conseguir. Además, en ocasiones la
solución no existe, o no depende de nosotros. Entonces corremos el
riesgo de quedarnos atrapados en un proceso interminable de búsqueda
de soluciones. En cualquier caso, este estilo de vida nos lleva a vivir en
“piloto automático”, instalados en la rutina y en nuestra constante
búsqueda interior, que hace que nos perdamos todo lo valioso y original
que ocurre fuera. Ahí estriban los problemas según el Mindfulness, en la
ausencia de felicidad que provocan nuestras rumiaciones.
La alternativa a este estilo de actuación es lo que se conoce como el
modo ser. En este caso el Yo no está tan preocupado de conseguir cosas
o de tener éxitos. Entonces disminuyen las discrepancias entre lo que el
mundo es y lo que debería ser, y disminuyen las emociones negativas.
La persona vive en el presente, experimentando la sensación de frescura
y libertad que se deriva de poder disfrutar cada momento.

4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
La meta del Mindfulness es, en última instancia, cambiar el estilo de vida de
las personas. Ayudarles a encontrar un equilibrio entre el modo hacer y el
modo ser que se concreta en las siguientes habilidades:
Aprender a controlar la atención para dirigirla al presente.
Mantener una relación distinta con pensamientos, emociones y
sensaciones.
Abandono de intentos de solución reactivos producto de vivir con el
piloto automático.
4.2.- El terapeuta
Es un guía que acompaña en la experiencia. Por eso, debe estar entrenado en
todas las prácticas que va a enseñar a sus clientes.
Es también de alguna manera un maestro que ha asumido un estilo de
funcionamiento que le convierte en modelo para los aprendices.
4.3.- Técnicas
Más que técnica, el Mindfulness es ante todo una filosofía que el usuario
debe asumir y que se resume en los siguientes postulados:
a. Vive en el aquí y ahora, el único espacio donde es posible la felicidad.
b. Con una mente de principiante, abierta a la experiencia, desde la
curiosidad de aprender siempre algo nuevo. Para ello:
- Acepta las cosas como son en cada momento.
- Suspende el juicio crítico.
- Deja que la vida fluya.
c. Confiando en tus propias potencialidades. Se amable contigo mismo,
practica la compasión hacia ti mismo igual que lo haces hacia a los
demás.
Para conseguir estos cambios hace falta un “entrenamiento mental”. La
meditación formal es una alternativa para hacerlo, pero también hay un
Mindfulness informal que usa actividades de la vida cotidiana para entrenar.
Además, el trabajo de Mindfulness se puede completar con algunos ejercicios
de psicología positiva que ayudan a potenciar emociones positivas. Explico
brevemente estas tres líneas de trabajo.
4.3.1.- Meditación informal
Consiste en establecer momentos del día concretos para vivirlos con
“consciencia plena “. Veamos algunos ejercicios para trabajar:
a) Actividades de “saborear”: consisten en convertir una actividad
cotidiana en algo que hacemos prestando toda nuestra atención a los
detalles. Puede ser algo tan sencillo como una ducha, o escuchar una
canción, sentarse en el parque a contemplar la naturaleza o comer
saboreando al máximo los alimentos. También sirve tomarse de vez en
cuando “tres minutos para respirar": hacer tres respiraciones con
atención plena y volver a la realidad, sea cual sea, para vivirla con
consciencia plena.
b) Actividades de contar, describir, o fijarse en algo concreto. “Cuenta
todos los coches verdes que ves de camino al trabajo”, “fíjate en la ropa
que llevan hoy todos tus compañeros”, “describe 3 objetos y 3 sonidos
que hay en tu entorno”.
4.3.2.- Meditación formal
Esta opción implica ya una práctica sistemática y continuada. Veamos un
esquema general para un ejercicio básico.
Lo habitual es hacerlo sentado o en la posición del loto.
Se puede iniciar con algún ejercicio de relajación del tipo “body scan” o
visualización positiva relajante.
A partir de ahí la práctica consiste en elegir un foco hacia el que dirigir
la atención y mantenerla allí. Lo más habitual para empezar es usar
como ancla la respiración y concentrar la atención en como el aire entra
y sale del cuerpo. Pero hay muchas otras variantes: desde concentrar la
atención en un “mantra”, o en una imagen externa o interna.
Este ejercicio básico se puede hacer más específico para trabajar con
pensamientos o emociones.
Para trabajar con pensamientos se le puede pedir a la persona que está
meditando que asuma una posición de observador de su actividad
mental, el objetivo es hacerse consciente de que la mente vaga pero que
nosotros somos algo distinto del contenido de nuestros pensamientos.
Para trabajar con las emociones se empieza con un ejercicio de relación
y concentración en la respiración, la persona “invita” a una
preocupación y la deja estar, localiza las sensaciones corporales que la
acompañan y le asigna un nombre (miedo, ira, desesperación). A partir
de ahí el trabajo es permitir que la emoción esté mientras la atención se
concentra en la respiración.
Las emociones se pueden convertir también en el objeto de la
meditación: por ejemplo, la persona activa sentimientos de compasión o
bondad y los mantiene en su mente.
En esta misma línea están las prácticas de auto-compasión. Una forma de
ejercitarlas es la “meditación afectuosa” (Germer, 2011) que consiste en
usar como ancla que se repite un conjunto de frases de auto-consuelo:
“que esté a salvo, que sea feliz, que esté sano, que viva a gusto”.
4.3.3.- Tareas de psicología positiva
Son interesantes como complemento a la práctica anterior por que cumplen
dos funciones: a) introducen rupturas en la rutina que establece la vida en
“piloto automático”, y b) ayudan a generar emociones positivas.
Algunas tareas:
Introduce de vez en cuando un cambio en la rutina.
Escribe un listado de “pequeñas locuras” que te quedan por hacer.
Establece el “día sin móvil”.
Piensa en dos cualidades tuyas que aprecias. A continuación, escribe
ideas sobre lo que podrías hacer para fomentarlas.
Haz lo mismo con una persona que quieres: escribe dos cualidades y
cómo hacer para potenciarlas.
Haz un listado de tus aficiones y luego busca en tu agenda momentos
para practicarlas.
Al terminar el día, cuéntales a las personas que amas cuáles han sido los
dos mejores momentos del día.
4.4.- Proceso terapéutico
John Kabat-Zinn y más tarde Segal y colaboradores diseñan un programa de
intervención de ocho semanas. En él se reflexiona sobre los diferentes
cambios de actitud vital que son útiles para afrontar los estados de depresión
y ansiedad y además se enseñan de una forma práctica las diferentes técnicas
de respiración y meditación que constituyen el Mindfulness.
Pero la filosofía es tan simple y las técnicas tan útiles que no son difíciles de
aplicar como complemento a cualquier intervención terapéutica de otro
modelo.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Son muchos los libros que han salido sobre el tema, yo te recomiendo dos de
los clásicos. El de Kabat-Zinn para entender lo que es el Mindfulness y el de
Segal y colaboradores para ver cómo se aplica a la clínica.
Kabat-Zinn, J. (2009). Mindfulness en la vida cotidiana: cómo
descubrir las claves de la atención plena. Barcelona: Paidós.
Segal, Z., Williams, J.M. y Teasdale, J.D. (2006). Terapia cognitiva de
la depresión basada en la consciencia plena. Bilbao: Desclée.
CAPÍTULO 12: LA TERAPIA DE ACEPTACION Y
COMPROMISO
1.- HISTORIA
La Terapia de Aceptación y Compromiso, a la que se suele hacer referencia
como ACT por sus siglas en inglés, fue desarrollada por Steven Hayes, Kelly
Wilson y Kirk Strosahl en los años 80.
Hayes es un investigador que propone que las personas aprendemos
cogniciones por un proceso similar a cómo aprendemos el lenguaje,
básicamente estableciendo relaciones entre fenómenos, lo que se denomina la
Teoría de los Marcos Relacionales.
A partir de ahí, Hayes llega a la convicción de que, en muchas ocasiones, los
intentos de controlar nuestra actividad mental constituyen el problema y
no la solución, y que hay que recurrir a otro punto de vista para ayudar a las
personas a liberarse de ellos. Esa alternativa es la filosofía budista de
aceptación y algunas técnicas en la órbita del Mindfulness.
2.- CONCEPTO DE PERSONA
Hay un yo-contenido, lo que pensamos y decimos de nosotros mismos, y un
yo-contexto, la auto-consciencia que nos acompaña a lo largo de nuestra vida
y va cambiando de contenidos en función de nuestras experiencias.
La persona es un todo que piensa, se emociona y actúa dando respuestas
globales ante los eventos. Todas las reacciones (emocionales, cognitivas,
fisiológicas) son normales porque son producto de la historia de la persona.
El problema no está en su contenido sino en cómo se gestionan. Con
frecuencia al tratar de evitarlos o controlarlos se potencian y se adueñan de la
actividad mental del individuo, determinando sus decisiones e impidiendo
que progrese en la dirección marcada por sus valores.
La motivación fundamental de los seres humanos son los valores: las
direcciones globales elegidas y deseadas que le damos a nuestra existencia.
3.- LA PATOLOGÍA
En occidente hemos construido socialmente la idea de que los pensamientos
negativos, las emociones o las sensaciones fisiológicas son peligrosas y que
es mejor controlarlas o evitarlas.
La cuestión es que según la ACT cuanto más tratamos de controlar o
evitar nuestros eventos internos (pensamientos, emociones, recuerdos) más
los provocamos, y la solución se convierte en el problema. La ACT entiende
que los problemas humanos se producen por una falta básica de flexibilidad
debida a dos procesos:
Fusión cognitiva: las personas son incapaces de diferenciar entre el
contenido de sus mentes y ellos mismos como pensadores. El problema
es que van a guiar su conducta basándose más en el contenido de sus
mentes que en la información más fresca que les proporciona su
experiencia vital presente. Al trabajo que se hace en consulta para que
las personas diferencien su Yo de sus procesos de pensamiento se llama
defusión.
Evitación experiencial: la persona evita estar en contacto con los
pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas que le resultan
dolorosos. La evitación produce un refuerzo a corto plazo, pero a la
larga mantiene y empeora el problema porque no se buscan soluciones.
Además, como nuestras emociones y sensaciones son automáticas y no
están directamente bajo nuestro control, al tratar de evitarlas hacemos
que estén más presentes. La evitación experiencial es particularmente
dañina cuando impide que las personas actúen conforme a sus valores,
el elemento motivacional que nos guía. La alternativa que se buscará en
el tratamiento es la aceptación de la experiencia dolorosa para poder
seguir siendo coherentes con los propios valores.
La evitación llevada al extremo produce lo que en ACT se denomina
Trastorno de evitación experiencial un patrón inflexible que lleva a tratar de
controlar/evitar los contenidos mentales que causan malestar, así como las
circunstancias que los producen. Este tipo de trastorno es una alternativa a las
clasificaciones diagnósticas y es un proceso que suponen en la base de
algunos problemas de ansiedad, de las adicciones o de la bulimia y la
anorexia.
4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
Seis son los objetivos básicos y por lo tanto las áreas de trabajo de la ACT,
los seis se resumen en uno: conseguir flexibilidad psicológica y se
representan en un hexágono.
1. Aceptación: acabar con la evitación experiencial haciendo que la persona
tome conciencia plena de sus eventos internos y los acepte como un
elemento más en su camino por mantenerse firme en la dirección que
marcan sus valores.
2. Defusión: conciencia de que somos algo distinto al contenido de nuestras
mentes.
3. Hacer que las personas se mantengan en contacto con el presente.
4. Ayudar a las personas a hacerse consciente de que hay un lugar (el yo
como contexto) desde el que pueden observar sus procesos mentales sin
dejarse atrapar por ellos.
5. Clarificar valores, las áreas que son importantes para la vida de las
personas, las motivaciones con las que se compromete.
6. Conseguir que las personas piensen y pongan en marcha acciones
comprometidas con sus valores.
4.2.- El terapeuta
Es directivo en el sentido de que tiene claro cual es el camino que las
personas tienen que recorrer y les ayuda a progresar por él.
Es didáctico enseñando a las personas a través de metáforas; pero le importa
sobre todo las conclusiones que saquen sus clientes, ellos tienen que aprender
a través de experiencias, sacar sus propias conclusiones. Para ello es esencial
que el terapeuta sea flexible y capaz de adaptarse a cada usuario.
4.3.- Proceso
1º Explicación del trabajo y clarificación del plan del cliente. Buscar qué
es lo que quiere conseguir e ir introduciendo ideas sobre en qué consiste el
tratamiento: “la meta no es sentirse bien, sino vivir bien y sentirse como sea
que uno se siente mientras vive bien” (Wilson y Luciano, 2012, p.124). Aquí
utilizan la metáfora del jardín:
“La metáfora del jardín”: “imagínese que usted es un jardinero y que en su
casa tiene un jardín, usted decide qué quiere plantar y dónde para que su
jardín esté bonito y disfruta haciéndolo. El asunto es que en todo jardín hay
malas hierbas y el problema se produce si el jardinero se obsesiona con
arrancarlas. A veces cuanto más las quitas más aparecen y el jardinero corre
el riesgo de descuidar el resto del jardín para dedicarse sólo a las malas
hierbas. Otra posibilidad es asumir que están ahí y que tal vez sirvan para
algo y dedicarse a cuidar el resto del jardín. No se trata de olvidar que están,
sino de asumir que forman parte del conjunto”.
2ª Evaluación: un análisis funcional del patrón de evitación experiencial que
puede ser complementado con la aplicación de algunos cuestionarios
específicos.
Análisis del patrón experiencial: ¿cuáles son los eventos privados que le
preocupan?, ¿en qué situaciones aparecen? ¿desde cuándo está
conviviendo con ellos?, ¿qué ha intentado hacer hasta ahora para
resolverlo, ¿con qué resultados?
Cuestionarios: Cuestionario de Aceptación y Acción (Hayes, Strosahl &
Wilson, 1999), Formulario de Valores (Wilson y Luciano, 2002),
Formulario de Metas, Acciones y Barreras (Hayes, Strosahl & Wilson,
1999).
3º La desesperanza creadora: consiste en exponer a la persona a sus
eventos temidos para ayudarle a ver cómo se siente, y llevarle al estado de
desesperación asociado al darse cuenta de que vuelve a repetir algo que hasta
ahora no le ha dado resultado. A partir de ahí el terapeuta pone al cliente en el
dilema de elegir entre mantenerse en la lucha fracasada anterior o decidirse a
aceptar lo que hasta ahora estaba evitando para poder seguir avanzando en la
dirección de sus valores.
4ª Técnicas: la ACT combina el uso de metáforas, con ejercicios
experienciales y paradojas. Veámoslo aplicado a las diferentes fases de la
terapia.
Establecer valores:
Una metáfora para entender lo que son los valores y cómo la evitación nos
puede hacer renunciar a ellos es la del “autobús de pasajeros”: “imagina
que eres el conductor de un autobús y que tus pasajeros son tus recuerdos,
tus emociones, algunos pensamientos y sensaciones físicas. Algunos
pasajeros empiezan a protestar y a reclamar tu atención. Puedes tratar de
hacer como si no estuvieran e impedir que se acerquen, pero seguirán ahí
generando tensión, si les haces caso y vas girando en la dirección que te
marcan puede que no llegues al sitio que tenías planeado. La solución es
tomarte un tiempo para escucharlos, dejar que se acerquen y te digan, pero
sin discutir con ellos y después vuelve a ponerte la volante y sigue tu
camino, el que es coherente con tu plan de viaje.”
Ejercicios experienciales: “si tuvieras que escribir el epitafio que quieres
para tu lápida en el que se resuma todo lo que quieres conseguir en tu
vida, ¿cuál sería?”. Otra variante es: “¿qué te gustaría que dijeran de ti en
tu funeral?”
Se pueden utilizar también formularios específicos como el de Metas,
acciones y barreras (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999).
Desarrollar consciencia del presente: cualquiera de las técnicas del
Mindfulness como “saborear” o “fijar la atención en el presente” pueden
ser útiles para este propósito.
Aprender a observar desde el “Yo como contexto”:
La metáfora del “ejercicio del observador”: invitar a la persona que se
imagine así misma en distintos momentos del tiempo, en cada uno de ellos
sentía o pensaba algo distinto (diferentes “yo contenido”), pero en todos
ellos hay un nexo común: el yo-contexto.
Los juegos de silla gestálticos en los que el terapeuta puede poner al
cliente a hablar con diferentes yoes del pasado o del futuro también
pueden utilizarse con el mismo propósito.
Facilitar la defusión:
- La metáfora de la “radio”: nuestra cabeza produce un parloteo
incesante, como si de una radio se tratara, pero hay un “oyente”
-el Yo- que puede decir si presta o no atención a la radio, o si se
cree o no los contenidos del programa que se emite.
- En sesión el terapeuta usa el lenguaje para separar a la persona
de sus pensamientos: “¿eso es la realidad o lo que tu mente te
está diciendo en este momento?”.
- Algunas técnicas Mindfulness para manejar pensamientos
pueden ser útiles para este propósito. Por ejemplo, convertirse en
mero observador del flujo de la mente: dedicar un tiempo a
observar como vaga la mente saltando de un pensamiento a otro,
siempre desde una posición de observador curioso.
Trabajar la aceptación:
Metáfora del “hoyo”: imagina que caes en un hoyo y se te ocurre que
cavar es tu única posibilidad de salir. Cuanto más lo haces, mas agravas el
problema. Lo mismo hacemos cuando decidimos que evitar la experiencia
dolorosa es la única opción.
Ejercicios experienciales para apoyar este insight: “no te imagines un
limón y sobre todo no deje que se produzca salivación en su boca”.
La aceptación como alternativa: una buena metáfora para explicar como
funciona la aceptación es la de “las olas en la playa”: “imagine una playa
donde van a parar todas las olas. Hay olas grandes y pequeñas, algunas
temibles otras inofensivas, pero al final todas acaban deshaciéndose en la
playa; a veces hay una ola que en la distancia parece enorme y peligrosa,
pero si la dejas llegar acabará igual que las demás”
Aceptar no es resignarse o rendirse, es asumir que hay que buscar una
forma diferente de manejar eventos mentales. La alternativa es estar
dispuesto voluntariamente, y con una actitud receptiva y flexible, a
exponerse a las vivencias internas que se estaban evitando.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Un par de recomendaciones si quieres leer algún libro sobre el tema,
cualquiera de los dos es una buena inmersión.
Hayes, S.C., Stroshal, K. y Wilson, K.G. (2014). Terapia de
Aceptación y Compromiso. Proceso y práctica del cambio consciente
(2ªEd.). Bilbao: Desclée de Brouwer.
Wilson, K.G. y Luciano, M.C. (2012). Terapia de Aceptación y
Compromiso (ACT). Un tratamiento conductual orientado a los
valores. Madrid: Pirámide.
CAPÍTULO 13: TERAPIA METACOGNITIVA
1.- HISTORIA
La terapia metacognitiva (TMC) es una propuesta del británico Adrian Wells
de la Universidad de Manchester. Su aportación más importante es que los
modelos cognitivo-conductuales clásicos no tienen en cuenta una
información fundamental: las ideas que las personas tenemos sobre cómo
funciona nuestra mente, lo que él denomina metacogniciones. Su modelo de
terapia mezcla técnicas cognitivas clásicas como la reestructuración cognitiva
o los experimentos conductuales, con algunas técnicas basadas en el
mindfulness y el entrenamiento atencional.

2.- VISIÓN DE LA PERSONA


La visión de la persona de la TMC es básicamente cognitiva, pero con un
elemento añadido a los tres componentes clásicos de la terapia racional
emotiva A (activador) B (creencias) y C (consecuencias): las
metacogniciones (M).
La TMC considera que los pensamientos, emociones o sensaciones que las
personas tienen son, en general, normales y pasajeros. Los problemas
psicológicos tienen más que ver con cómo éstos se gestionan que con las
emociones o pensamientos en sí mismos. Y en esta gestión juegan un papel
básico las metacogniciones: ideas que cada persona tiene sobre cómo
funciona su mente y en qué medida hay que creerse los productos de ésta.
Hay dos tipos:
Positivas: sobre los beneficios de realizar algún tipo de actividad
cognitiva (“preocuparse ayuda a encontrar una solución”).
Negativas: avisan del peligro de nuestros pensamientos (“si sigo
dándole vueltas me volveré loco”, “si pienso algo malo es que yo soy
malo”).
Además, la TMC defiende que hay dos modos de vivir las experiencias: el
modo objeto (modo cognitivo) y el sujeto (modo metacognitivo). En el
modo objeto un pensamiento es tan real e incuestionable como un
acontecimiento externo. En el modo sujeto la persona experimenta sus
pensamientos como eventos diferentes a él mismo y como algo natural y
cambiante

3.- LA PATOLOGÍA
Los trastornos psicológicos se producen cuando la persona se queda
estancada en un estilo de pensamiento improductivo llamado CAS (cognitive
attentional síndrome) que se caracteriza por:
• Un estilo de pensamiento perseverante centrado en lo negativo y
constituido por preocupaciones y/o rumiaciones.
• Una focalización de la atención en señales externas (amenaza) o
internas (pensamientos, emociones, sensaciones) que la persona
entiende como valiosas para estar preparada.
• Unas estrategias de regulación de los propios procesos mentales
ineficaces que intensifican el problema.
Las consecuencias de este patrón de pensamiento son muy negativas: la
atención focalizada y la visión negativa hacen que se interprete cualquier
señal como una amenaza; y, además, impiden que la persona esté en contacto
con la información útil del entorno.
Lo relevante es el proceso (la fijación de la atención y la rumiación), el
contenido concreto de las preocupaciones solo determina el síntoma: la
autocrítica produce tristeza y la preocupación por el futuro genera ansiedad.

4.- TRATAMIENTO
OBJETIVOS
Hacer a las personas conscientes de sus metacreencias y sustituirlas
por otras que les permitan poner en marcha estrategias más eficaces de
manejo de sus procesos mentales.
Flexibilizar los procesos de atención.
TERAPEUTA
El terapeuta metacognitivo no se diferencia en términos de habilidades del
terapeuta cognitivo clásico. Sobre una base de buena relación terapéutica, se
realiza un trabajo colaborativo: puede ser más psicoeducativo explicando
cómo funciona la mente, o más directivo haciendo preguntas para cuestionar
las metacreencias.
TECNICAS
Para transformar las metacogniciones la TMC usa algunas de las técnicas
clásicas de la terapia cognitiva y, además, técnicas específicas para trabajar la
atención y desarrollar metaconciencia.

Diálogo socrático para trabajar las metacogniciones


El terapeuta explora las reacciones que la persona tiene ante sus eventos
mentales para ir identificando sus metacogniciones. El segundo paso es
utilizar las técnicas cognitivas para cuestionarlas:
1. Evidencias a favor y en contra: ¿qué pruebas tienes de que
preocuparte te ayuda?
2. Excepciones: ¿alguna vez has resuelto algo sin tener que preocuparte
tanto?
3. Identificación posibles distorsiones cognitivas: al estilo de las
propuestas por Beck o Ellis.
4. Cuestionar el mecanismo: “¿por qué preocuparse ayuda a estar
preparado?”.
5. Cuestionar las ventajas y desventajas de la creencia.
6. Evaluar la calidad de la evidencia que apoya la creencia: ¿que
opinarían otras personas sobre tu idea sobre la preocupación?
7. Evaluar la fuerza de la creencia: "¿en qué medida estás convencida
de que preocuparse es la mejor opción?”.

Experimentos conductuales
Se llevan a cabo siguiendo una serie de pasos que se condensan en el
acrónimo PETS: preparación, exposición, test y conclusiones (summarize).
En la fase de preparación, terapeuta y cliente localizan la
metacognición concreta que va a ser objeto de trabajo. Se evalúa
la potencia de la creencia (“de 0 a 100: ¿cómo de convencido
estas de esa idea?”) y se exploran todas las estrategias de
afrontamiento que conlleva.
En la fase de exposición el terapeuta anima a la persona a
enfrentarse a la situación concreta que activa la creencia
metacognitiva para después trabajar con ella en sesión. Se
establece el patrón habitual de afrontamiento y se buscan
maneras diferentes de actuar que permitan desconfirmar las
predicciones de la metacreencia antigua.
En la fase de test, se anima a probar en la práctica una nueva
estrategia de afrontamiento que sirva para desconfirmar la
metacreencia vieja. Las peticiones se plantean siempre en
términos de predicciones, como si de una investigación se
tratara.
En la última fase, terapeuta y cliente sacan conclusiones de los
experimentos realizados.

Entrenamiento atencional
El objetivo es ayudar a las personas a desarrollar flexibilidad atencional. Para
ello se realizan una serie de ejercicios:
1. Atención selectiva: consiste en hacer que el usuario se concentre en
diferentes sonidos dentro de la consulta. Primero sonidos cercanos
(voz de la terapeuta), después sonidos de fuera de la habitación.
2. Cambios atencionales rápidos: se entrena a las personas a cambiar
rápidamente su atención de un sonido a otro.
3. Atención dividida: prestar atención a diferentes sonidos al mismo
tiempo.
Cada componente se practica durante unos cinco minutos dentro de la sesión
y luego se pide como tarea para casa.

Tareas de “detached mindfulness” (DM)


Pensadas para desarrollar metaconciencia: ayudar a las personas a separarse
de sus eventos mentales y a reaccionar ante ellos de una forma distinta. Para
conseguirlo las personas tienen que darse cuenta de que la mente crea muchas
cosas y que un pensamiento o una emoción puntual no tienen porque
definirnos. Algunos ejercicios:
• Orientación metacognitiva: usando preguntas como: “¿qué
información es más útil para decidir la que está dentro de tu cabeza o la
de fuera?”.
• “El Yo observador”: en cualquier momento de la sesión el terapeuta
hace pregunta del tipo: “¿tu eres el pensamiento o la persona que
observar el pensamiento?
• Tarea del tigre: se pide a la persona que se imagine un tigre y después
se le pregunta si éste se movió o no en su mente. En general la
imaginación suele poner la imagen en movimiento y eso nos sirve para
demostrar lo activa que puede ser nuestra mente.
• El experimento de supresión-contrasupresión. Se pide al usuario que
trate de no pensar en una jirafa azul. Después de un rato se le da
instrucciones de que deje que su mente vague libremente. Lo habitual
es que mientras se intenta suprimir la imagen no se consigue y en
cuanto se para la mente vaga en otra dirección.
• El ejercicio de los pensamientos como nubes: se le pide a la persona
que imagine que sus pensamientos son como nubes que pasan con
rapidez.
• Metáfora de los niños recalcitrantes: los pensamientos son como los
niños maleducados, cuanta más atención les prestas peor se comportan,
por eso es mejor observarlos atentamente sin hacer nada.
• El “verbal loop” consiste en repetir en voz alta los pensamientos hasta
convertirlos en sonidos sin significado.
PROCESO TERAPÉUTICO
Un tratamiento metacognitivo dura entre 5 y 10 sesiones. Puede incluir una
fase de evaluación en la que se aplican test clásicos de ansiedad o depresión y
escalas específicas de metacogniciones. Una estructura tipo de un tratamiento
es la siguiente:
1. Conceptualización del caso.
2. Fase de socialización.
3. Ejercicios DM para crear metaconciencia.
4. Cuestionamiento de creencias metacognitivas usando el diálogo
socrático y los experimentos conductuales.
5. Diseño de nuevos planes para manejar rumiaciones.
6. Prevención de recaída.
LECTURAS RECOMENDADAS
Estévez, A., Ramos, J. y Salguero, J. M. (2015). Tratamiento
transdiagnóstico de los trastornos emocionales. Madrid: Síntesis.
Wells, A. (2009). Metacognitive Therapy for Anxiety and Depression. New
York, NY: Guilford Press.
CAPÍTULO 14: EL MODELO ESTRATÉGICO-
COMUNICACIONAL
1.- HISTORIA
El primer gran teórico sistémico es Gregory Bateson, un antropólogo inglés
emigrado a Estados Unidos. Su objeto de estudio son las relaciones humanas
y para este propósito aplica algunos paradigmas teóricos que toma prestados
de otras ciencias: la Teoría General de los Sistemas (TGS) propuesta por
Ludwig von Bertalanffy y la Cibernética.
Bajo los auspicios de Bateson se crea en California el Mental Research
Institute (MRI) de Palo Alto por el que pasan algunos de los teóricos que dan
origen al enfoque sistémico: John Weakland, Don D. Jackson, Virginia Satir,
Jay Haley o Paul Watzlawick.
Los primeros sistémicos están muy influenciados por Milton Erickson un
exitoso psiquiatra norteamericano de mediados del siglo XX. El trabajo
inicial de John Weakland y de Jay Haley, creador del modelo estratégico, está
muy centrado en explicar el éxito de los tratamientos de Erickson.
En un principio, en la historia de la terapia familiar, se conoce como Terapia
Estratégica al modelo desarrollado por Haley, pero como los postulados de
partida de este autor y los de la MRI son muy parecidos, se presentarán
ambos enfoques conjuntamente.
2.- LA VISIÓN DE LA PERSONA
Según los sistémicos, para entender la conducta de las personas, el contexto
interaccional en el que están inmersos es más relevante que cualquier otra
variable de personalidad. Cada ser humano es único e irrepetible y puede
comportarse de formas muy diferentes, pero tiende a repetir la misma forma
de actuar en determinados contextos.
La Teoría General de los Sistemas sirve como modelo de partida para
entender el funcionamiento de los grupos humanos. Y cómo la interacción es
ante todo comunicacional, se usan los postulados de la Teoría de la
Comunicación Humana para analizarla.
2.1.- Postulados de la Teoría General de los Sistemas
Un sistema está constituido por una serie de elementos y unas reglas que
determinan sus relaciones. El funcionamiento global de un sistema es
difícilmente explicable desde las propiedades individuales de cada uno de los
elementos que lo constituyen.
Podemos entender como sistema muchas entidades diferentes: una familia,
una persona individual, una escuela, una empresa, una ciudad, o los servicios
sociales de una ciudad, o la economía mundial.
Una diferenciación central en TGS es la que existe entre causalidad lineal y
circular. La causalidad lineal supone que hay una causa (separación de
pareja) que produce un efecto (depresión). La causalidad circular hace
lecturas del tipo A produce B y B mantiene A. Por ejemplo, la persona que se
siente mal después de la separación se aísla y pasa mucho tiempo pensando
en su fracaso, lo que hace que se sienta peor y evite más el contacto social.
Un concepto derivado de la visión circular de los fenómenos es el de patrón
interaccional: un tipo de interacción circular que tiende a repetirse. Los
terapeutas sistémicos buscan establecer en sesión los patrones interaccionales
que mantienen el problema (cuanto más aislamiento, mayor tristeza que a su
vez lleva a las personas a aislarse). A un patrón interacción que se repite se le
denomina proceso.
2.2.- La Teoría de la Comunicación Humana
Se trata de cinco axiomas para entender la comunicación entre personas
propuestos por Watzlawick, Beavin y Jackson (1982).
Es imposible no comunicar: la ausencia de comunicación es un
mensaje muy potente.
Todo mensaje puede tener dos niveles: contenido y relación. Por
ejemplo, un padre dice a su hija “tienes que estudiar más”. En el nivel
de contenido hay una información clara: “dedica más horas al estudio”.
El segundo nivel añade una información subyacente al contenido que
tiene que ver con la relación que existe entre el emisor y el receptor: “yo
soy tu padre y te pago la carrera, así que tengo derecho a pedirte más”.
Cada persona que participa en la comunicación tiene su propia
puntuación de los hechos. Cuando una persona viene a consulta cuenta
su punto de vista sobre los hechos, lo que para él es la verdad; pero el
terapeuta no debe olvidar que cada participante tendrá su punto de vista.
En la comunicación hay dos niveles: digital y analógico. La
comunicación digital es básicamente verbal, utiliza una serie de signos
consensuados por una comunidad de hablantes (lenguaje oral o escrito,
números) para transmitir significados. La comunicación analógica es
fundamentalmente no verbal, los gestos corporales, el tono de voz, el
contexto en el que se dicen las cosas, son informaciones analógicas.
Las interacciones comunicacionales pueden ser simétricas o
complementarias. En una relación simétrica los dos interlocutores
definen una posición de igualdad donde cada uno defiende su punto de
vista (una discusión). Las interacciones complementarias están basadas
en la diferencia, una parte asume el poder y la otra lo acepta.
3.- LOS PROBLEMAS
Lo diferencial de los modelos sistémicos es que entienden las conductas
desadaptadas como el producto de la interacción entre personas y no como el
resultado de variables de personalidad. Hay varias posibles lecturas
estratégicas de por qué se produce un problema, todas son complementarias y
constituyen visiones que pueden ser útiles para analizar un caso.
MRI:
- Los problemas aparecen porque las personas han automatizado
secuencias interaccionales desadaptadas que repiten
sistemáticamente.
- Las soluciones intentadas ineficaces mantienen el problema. Las
personas seguimos haciendo cosas, aunque sepamos que no
funcionan, porque pensamos que si dejamos de hacerlas el problema
empeorará todavía más.
- Los problemas son el resultado de formas anómalas de
comunicación.
Terapia estratégica de Jay Haley:
- Los síntomas cumplen una función y pueden entenderse como
una manera disfuncional de comunicar algo. A la persona que
tiene el síntoma se le llama paciente identificado, pero lo que
está detrás es un problema que tiene todo el sistema
interaccional.
- Los problemas aparecen cuando hay una distribución
inadecuada del poder dentro del sistema familiar.
4.- LA INTERVENCIÓN
4.1.- El terapeuta
El estratégico es un terapeuta poderoso. Lee interacciones y propone
cambios, de forma que su habilidad para convencer a los usuarios es
fundamental. Es un terapeuta activo, que asume la responsabilidad sobre las
mejorías y busca crear pequeñas diferencias que lleven a un cambio más
grande.
4.2.- Objetivos del tratamiento
Romper el patrón de interacciones que mantiene el problema.
Corregir estilos de comunicación inadecuados.
Redistribuir el poder dentro de la familia.
4.3.- Técnicas
La filosofía estratégica es simple: hay que diseñar un cambio para resolver un
problema. El cambio estratégico tiene las siguientes características:
Puede bastar con un pequeño cambio bien diseñado para solucionar un
gran problema que lleva activo mucho tiempo.
Cada intervención es única y adaptada a cada caso, diseñada para
cambiar un patrón concreto de unas personas determinadas.
El objetivo es resolver problemas y no necesariamente cambiar a las
personas.
4.3.1.- El trabajo MRI con las soluciones intentadas ineficaces.
Fisch, Weakland y Seagal en el libro la Táctica del cambio (1984) proponen
el siguiente proceso para diseñar tareas estratégicas de cambio.
Establecer claramente cuál es el problema a trabajar.
Hacer un listado de las soluciones intentadas ineficaces: todo lo que
están haciendo para intentar resolverlo y no funciona.
Determinar cuál es el impulso básico (denominador común) de los
intentos de solución ineficaces.
Pensar en un giro de 180º: algo que sea radicalmente diferente a todo
lo que han estado haciendo hasta el momento.
Diseñar una tarea para concretar el giro, eligiendo una intervención
que esté adaptada a las personas y su situación.
Pensar cómo vender la tarea al cliente.
Para evaluar: el terapeuta piensa en un pequeño cambio concreto que
debería observarse si la tarea empieza a funcionar y el cambio se inicia.
Para ayudar a los terapeutas a tomar decisiones, los teóricos del MRI
proponen 5 denominadores comunes (impulsos básicos) que pueden estar en
la base de muchos problemas. Su idea es facilitar a los terapeutas el diseño de
la estrategia de cambio. Una vez localizado el denominador común sólo hay
que pensar en la tarea. Estos denominados comunes son:
El intento de forzar algo que sólo puede ocurrir de forma espontánea.
El intento de dominar un acontecimiento temido aplazándolo.
El intento de llegar a un acuerdo mediante la oposición.
El intento de conseguir sumisión a través de la libre aceptación.
La confirmación de las sospechas del acusador mediante la
autodefensa.
4.3.2.- Cambios en la secuencia problema
El trabajo con la secuencia problema, conductas que se repiten
sistemáticamente cada vez que aparece una dificultad, es una variante del
trabajo estratégico propuesta por Bill O’Hanlon y Weiner-Davis (1990).
Alternativas para bloquear secuencias, el terapeuta debe decidir con sus
usuarios una alternativa que les encaje y pueda funcionar:
Cambiar la frecuencia de la conducta problema.
Cambiar su duración, grado o intensidad.
Cambiar el momento del día en que se produce.
Cambiar el lugar en que se produce.
Cambiar las personas que intervienen.
Añadir elementos nuevos a la secuencia.
Cambiar el orden de algunos elementos de la secuencia.
Introducir un inicio o un final arbitrarios.
Asociar a la aparición del problema una tarea gravosa.
Redefinir uno o varios elementos del sistema.
4.3.3.- Intervención de Haley
Haley propone los siguientes tipos de intervenciones:
Directas: usualmente una solicitud para hacer algo diferente siguiendo
la filosofía de introducir algún tipo de cambio que bloquee el patrón
interaccional.
Indirectas:
- Tareas metafóricas: se usan en aquellos casos en los que a la
familia le cuesta abordar directamente el problema.
- Tareas paradójicas: se le pide a la gente que se esfuerce en
hacer voluntariamente el síntoma. La idea que subyace a la
intervención es que, si los intentos de solución ineficaces son los
que mantienen el problema, al intentar hacerlo voluntariamente
se suspenden los intentos y hacen posible la mejoría.
- La ordalía es un tipo de tarea característica de Haley. Se trata de
permitir a la persona que haga el síntoma, pero le asocie una
tarea gravosa.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Un buen manual de Terapia Sistémica:
Moreno, A. (2014). Manual de terapia sistémica. Bilbao: DDB.
Para profundizar en el modelo M.R.I:
Fisch, R., Weakland J.H. y Segal, L. (1984). La táctica del cambio.
Barcelona: Herder.
Si quieres leer en la fuente original del modelo estratégico:
Haley, J. (2008). Terapia para resolver problemas. Buenos Aires:
Amorrortu.
CAPÍTULO 15: LA TERAPIA ESTRUCTURAL
1.- HISTORIA
La terapia estructural es una creación de Salvador Minuchin, un psiquiatra
argentino que en los años 50 se traslada a vivir a Estados Unidos. En su
primera etapa trabaja en Nueva York en una institución que se encarga de
atender a jóvenes latinos con problemas de delincuencia. Posteriormente
dirige la Philadelphia Child Guidance Clinic donde colabora con Jay Haley,
uno de los padres de la terapia estratégica, de ahí que ambos enfoques
compartan conceptos.
2.- LA VISION DE LA PERSONA
Minuchin asume las ideas básicas de la teoría general de los sistemas, y
entiende que las relaciones entre humanos están basadas en patrones de
interacción que se repiten. Pero va más allá a la hora de describir a las
familias añadiendo el concepto de estructura familiar.
Estructura familiar
El conjunto de patrones de interacción habituales con los que se relacionan
los miembros de una familia acaba creando su estructura familiar. Tres son
los conceptos estructurales básicos:
Dentro de un sistema pueden existir divisiones o subsistemas: dos o
más miembros que mantienen una relación de especial proximidad
psicológica entre ellos porque comparten una característica o un interés
común.
Una alianza es una unión entre dos o más personas (para formar un
subsistema) con una finalidad positiva. Cuando dos o más personas se
unen contra un tercero, se habla de coalición.
En terapia estructural se conoce como límites al conjunto de reglas que
regulan quién puede participar en un subsistema y con qué rol. Los
límites se encargan de proteger cada subsistema para permitirle que
cumpla sus funciones. Hay tres tipos: difusos, rígidos y claros.
- Los límites difusos permiten un gran intercambio de información
entre los miembros de un sistema. La ventaja de este tipo de
relaciones es que permite que los miembros sientan con facilidad
el apoyo emocional de los demás, pero dificultan enormemente
su independencia.
- En las familias con límites rígidos la información no circula, las
personas se comunican poco entre sí. El resultado es que estas
familias ofrecen poco apoyo emocional, la ventaja es que ello
facilita la autonomía de sus integrantes.
- Los límites claros serían el punto intermedio, existe un
intercambio que permite la autonomía de sus miembros al
tiempo que garantiza que todos reciban apoyo emocional cuando
lo necesiten.
La distribución del poder en la familia
Para que un sistema funcione tiene que estar claramente establecido quién
toma decisiones y quién asume responsabilidad sobre las distintas tareas.
El ciclo vital
Las familias están en constante desarrollo. Y el sistema familiar debe ofrecer
la estabilidad suficiente como para proporcionar apoyo y, al mismo tiempo,
ser flexible para adaptarse a las transiciones que se van produciendo.
Para los estructurales cada etapa del ciclo vital tiene sus demandas
específicas, de forma que para entender los problemas que tiene una familia
hay que tener en cuenta la etapa que están atravesando.
Lados fuertes
Los estructurales tienen una visión positiva de la familia. Entienden que las
personas actúan de una forma inadecuada porque están encorsetados por una
estructura que facilita una serie de interacciones y excluye otras posibles.
Aún así todas las familias tienen posibilidades de actuación alternativas que
ayudarían a resolver el problema, y están ahí, de manera que el terapeuta
tiene que descubrirlas y potenciarlas.
3.- LA PATOLOGÍA
Una familia es disfuncional cuando su estructura le impide adaptarse a los
cambios internos o externos, lo que se traduce en una disminución de su
capacidad para ofrecer a sus miembros la combinación de apoyo e
independencia que necesitan.
Un signo de posible disfuncionalidad en una familia es la existencia de
coaliciones de unos miembros contra otros. Especialmente cuando se trata de
coaliciones intergeneracionales porque el resultado es una distorsión en la
estructura de poder de la familia.
Otra patología de las relaciones es la triangulación, sucede cuando dos
personas de una familia, cada una por su parte, exigen a un tercero que se alíe
con ellos contra el otro.
La presencia de jerarquías poco consistentes o una distribución poco
clara de responsabilidades pueden ser causas estructurales de los problemas
por los que consulta la familia.
4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
La meta es propiciar un cambio en la estructura familiar para favorecer la
desaparición del problema. El propósito final es conseguir unos límites claros
entre los diferentes subsistemas, una alianza fuerte entre los padres que les
permita tomar decisiones y repartir adecuadamente las responsabilidades
entre los miembros de la familia.
4.2.- El terapeuta
El estructural es un enfoque muy dirigido a provocar cambios dentro de las
sesiones por lo que el terapeuta es muy directivo decidiendo lo que hay que
hacer en cada momento y muy activo creando situaciones de cambio.
4.3.- Proceso terapéutico
Un tratamiento estructural tiene tres fases:
1. Joining y acomodación: el objetivo de esta fase es crear una buena
relación con la familia. Para ello, el terapeuta habla con cada persona
tratando de entender su punto de vista y ganarse su confianza.
2. Evaluación de la estructura familiar a partir de dos tipos de
informaciones: preguntas directas y observación de la dinámica familiar.
Exploración directa a través de preguntas:
Momento del ciclo vital en el que están.
Información sobre las familias de origen.
Alianzas: ¿quién se lleva bien con quién?
Límites: ¿quién cuenta qué cosas a quién?
Jerarquía: ¿quién tomas las decisiones en las distintas áreas?
Observación de interacciones espontáneas en la sesión para
analizar:
- Cómo se distribuye la familia en la sala.
- Cómo se comunican.
- Qué tipo de interacciones se repiten sistemáticamente.
La terapia estructural utiliza un sistema para representar gráficamente
límites y alianzas, el genograma familiar, y su creación, conjuntamente
con la familia, puede convertirse en una herramienta diagnóstica muy
interesante para el terapeuta.
3. Fase de intervención donde se ponen en marcha todas las técnicas de
cambio que se describen a continuación.
4.4.- Técnicas
Un buen inicio del trabajo estructural es reformular el problema en
términos relacionales. Este tipo de devoluciones ofrece una visión
alternativa del problema que implica a todos en su resolución.
El trabajo estructural se realiza en el “aquí y ahora”, el terapeuta introduce
cambios en la estructura familiar dentro de la propia sesión. Para ello,
favorece (incluso provoca) la aparición de interacciones problemáticas con
las que trabajar (lo que se denomina escenificación). Una vez que la
secuencia problema se produce, el terapeuta la aprovecha para reestructurar
límites y cambiar alianzas, modificar secuencias, y/o redistribuir poder.
4.4.1.- Trazado de límites: diferentes intervenciones pueden ser útiles para
transformar las relaciones entre personas y subsistemas.
En consulta el terapeuta puede cambiar el espacio físico (cambiando de
posición a las personas para alejarlas o acercarlas en función de los
límites a trazar). Puede actuar sobre los turnos comunicativos
bloqueando a unas personas mientras favorece que otras hablen para
delimitar un subsistema. Otra opción es recibir por separado a
diferentes partes de la familia.
El trabajo en sesión se puede completar con tareas para casa diseñadas
para fortalecer alianzas, o bloquear una intromisión en un subsistema.
4.4.2.- Trabajo con la jerarquía:
En sesión: una técnica para redistribuir poder es el desequilibramiento:
el terapeuta decide estratégicamente abandonar la neutralidad para hacer
un apoyo fuerte a una persona o subsistema. El desequilibramiento suele
ser temporal, para dar poder a alguien, y el terapeuta se encargará más
tarde de reequilibrarse con el resto de los familiares.
De nuevo se puede completar con tareas para casa.
4.4.3.- Trabajo con secuencias problema utilizando maniobras como:
Poner de manifiesto la circularidad (el circulo vicioso que mantiene el
problema) para bloquear la secuencia.
Introducir algún cambio en la secuencia.
Señalar secuencias alternativas que sí funcionan.
Pedir tareas de ruptura de la secuencia para casa.
4.4.4.- Trabajo con las creencias: al mismo tiempo que facilita cambios
estructurales e interaccionales, el terapeuta trata de modificar las visiones de
mundo que tienen los clientes. En ocasiones pone de manifiesto las reglas
disfuncionales que subyacen a la conducta. Otras veces ofrece visiones
diferentes sobre alguna persona o algún hecho.
4.4.5.- El uso del lenguaje para facilitar y consolidar cambios. Los terapeutas
estructurales son expertos en sacar partido a las situaciones claves de cambio,
aumentando la intensidad del momento para hacerlo más relevante. Para ello
cambian el tono de voz para potenciar emociones, repiten la misma idea
varias veces, o usan metáforas para clarificar el mensaje.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
Estos son los dos libros más clásicos de la Terapia Estructural, el primero
más teórico, el segundo más centrado en la técnica.
Minuchin, S. (1982). Familias y terapia familiar. Buenos Aires:
Gedisa.
Minuchin, S. y Fishman, H.C. (1984). Técnicas de terapia familiar.
Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 16: LA TERAPIA CENTRADA EN
SOLUCIONES
1.- HISTORIA
Un filósofo, Steve de Shazer, y su pareja, Insoo Kim Berg (una asistente
social de origen coreano) proponen en Estados Unidos en los años 70 la
Terapia Centrada en Soluciones (TCS). Ellos diseñan un modelo de
intervención con técnicas específicas para trabajar con “lo que ya funciona”,
en las soluciones eficaces que los usuarios han empezado a poner en marcha
antes de venir a consulta.
2.- LA VISION DE LA PERSONA
La TCS asume los postulados básicos de la Teoría General de los Sistemas y
de la Teoría de la Comunicación humana. Además, se inscribe en una visión
construccionista de la psicoterapia (la realidad no existe, se construye a
través de las conversaciones) y muchos terapeutas centrados en soluciones
asumen también una visión narrativa de las personas y la terapia (las
interpretaciones de la realidad se plasman en relatos).
Además, de Shazer recupera para la psicoterapia la visión positiva de los
seres humanos que en su momento propugnara Carl Rogers. Resumo
algunas características del ser humano que defiende la TCS:
Todas las personas tienen algún tipo de competencia en forma de
cualidades personales o recursos de apoyo de su red social.
Las personas son responsables de su propia vida y por tanto son los
protagonistas del su propio cambio.
Los humanos estamos diseñados para ir hacia algún sitio, para
establecer metas y ponernos en marcha para conseguirlas.
Cada persona es única e irrepetible, los intentos de etiquetarla en
función de clasificaciones diagnósticas traicionan su verdadero valor.
3.- LOS PROBLEMAS
La TCS es anti-normativa: hay muchas formas posibles de ser y de vivir, y la
psicología no puede ejercen un papel normativista decidiendo lo que se
considera o no sano. La presencia de sufrimiento es el gran indicador de que
existe un problema.
Asume la filosofía estratégica sobre el origen de los problemas: suelen
aparecer asociados a transiciones vitales o crisis inesperadas, empiezan a
existir cuando alguien los etiqueta como tales y pone en marcha intentos de
solución que no funcionan, las soluciones ineficaces se mantienen en el
tiempo a pesar de su inutilidad porque la gente piensa que son la alternativa
menos mala.
4.- LA INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
Al igual que en el MRI, el objetivo de la terapia para la TCS es resolver los
problemas, y no necesariamente cambiar a las personas.
El compromiso de la TCS es ayudar a las personas a alcanzar sus metas,
usando para ello sus propias iniciativas de afrontamiento exitosas y sus
recursos personales.
4.2.- El terapeuta
El terapeuta asume una posición de facilitador en un proceso en el que los
usuarios son los verdaderos protagonistas.
Trabaja desde una posición de ignorancia, de no saber lo que es bueno o
malo para la gente, y de curiosidad empática por la vida de las personas. Su
cualidad fundamental es la capacidad de ajustarse a diferentes personas con
diferentes problemas.
4.3.- El proceso terapéutico
La TCS también comparte la visión estratégica del proceso terapéutico: no
son necesarios tratamientos pautados con un número de sesiones fijas y un
tiempo preestablecido de antemano entre consulta y consulta. Cada sesión es
una oportunidad para el cambio, y los clientes usarán sólo las que
necesiten.

4.4.- Las técnicas


Las aportaciones más originales de la TCS son sus técnicas para negociar
objetivos y para ampliar avances. Pero además de las técnicas concretas, el
modelo da mucha importancia a cómo el terapeuta usa el lenguaje para crear
nuevos significados y al diseño de intervenciones.
La técnica de proyección al futuro para negociar objetivos: el
profesional suele pedir a los usuarios que imaginen un futuro próximo,
en el que ya han desaparecido todos los problemas que los han llevado a
la consulta. La formulación más clásica de las preguntas de proyección
al futuro es la pregunta milagro: “imagina que ha sucedido un milagro
que consiste en que todos los problemas que te han traído hoy aquí ya
han desaparecido”.
Hablar de objetivos tiene dos efectos interesantes: 1) permite establecer
indicadores concretos de cambio y, 2) actúa como facilitador de la
acción.
La búsqueda de avances o excepciones: momentos en los que las cosas
funcionan bien y el problema no se produce. En esos momentos de
mejoría excepcional puede estar la clave para hallar soluciones si el
terapeuta sabe sacarles partido haciendo preguntas como: ¿qué es
diferente que ayuda a que las cosas funcionen?, ¿qué hace cada uno
distinto y qué impacto tiene eso sobre el resto de las personas?
El uso de escalas como la de avance: “en una escala de 1 a 10, en la que
1 significaría que las cosas durante la última semana han estado peor
que nunca, y 10 que el problema está completamente resuelto, entre 1 y
10 ¿cómo evaluarías el estado del problema en la última semana?”
El lenguaje del cambio: el terapeuta centrado en soluciones puede usar
el lenguaje para crear expectativas de cambio, lo que se conoce como
lenguaje presuposicional (“¿en qué vas a notar que tu esposa se vuelve a
interesar por ti?”). Puede utilizar preguntas para deconstruir
significados, o usar el debate socrático para cuestionar puntos de vista
de los clientes (“¿qué te hace pensar que tus padres no te quieren?”). En
ocasiones también el terapeuta ofrece sus propios significados para
redefinir la visión del cliente (“A mí me da la impresión de que, si te
quieren, pero son muy torpes a la hora de demostrarlo”). También es
habitual el uso de metáforas y otros elementos que ayuden a transmitir
con claridad los mensajes de cambio.
El diseño de intervenciones: la TCS busca producir cambios dentro de
la sesión, pero también solicita tareas para casa con el fin de fomentar
avances fuera. Hay tareas para trabajar con objetivos: “quiero que
anotes todos los cambios de los que hemos estado hablando y sigas
completando la lista”. Tareas para facilitar excepciones: “fíjate en qué
momentos estás a punto de dejarte llevar por la ira y consigues
controlarlo”. Y todo tipo de tareas ajustadas a cada persona y momento
que sirvan para mantener los avances en marcha.
Técnicas complementarias: la TCS es una derivación del modelo MRI,
por eso muchos terapeutas hacen compatibles ambos enfoques. Trabajan
preferentemente con lo que ya está funcionando, pero pueden utilizar
técnicas o tareas estratégicas para ayudar a acelerar el proceso
terapéutico.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
El libro que mejor te cuenta la Terapia Centrada en Soluciones:
O’Hanlon W.H. y Weiner-Davis M. (1990). En busca de soluciones.
Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 17: LA TERAPIA NARRATIVA
1.- HISTORIA
La terapia narrativa nace en el contexto del trabajo social de la mano del
australiano Michael White y del canadiense emigrado a Nueva Zelanda David
Epston. Ambos trabajan como terapeutas familiares, pero añaden a la visión
sistémica otras dos influencias: a) la teoría del aprendizaje de Jerome Bruner
que defiende que las personas nos representamos la realidad construyendo
relatos; y b) la filosofía post-estructuralista de autores como Derrida y
Foucault que se caracteriza por la crítica a los modelos sociales y políticos
dominantes.
2.- LA PERSONA
En la terapia narrativa el objeto de trabajo ya no son los sistemas humanos,
sino los relatos que las personas han construido. Se orientan más al cambio
de los sistemas lingüísticos con los que representamos la realidad, que al
trabajo con los sistemas humanos que caracteriza a los otros modelos
sistémicos.
Los narrativos asumen la filosofía del construccionismo social. Las personas
interpretamos la realidad, esto es, seleccionamos informaciones a las que
dotamos de significados. Para tratar de darle una lógica a la inmensa cantidad
de datos que manejamos, los organizamos en relatos, en narraciones con una
secuencia temporal y una estructura lógica. Los relatos se crean en la
interacción con otras personas y a través de conversaciones.
3.- LOS PROBLEMAS
Las personas tienen problemas porque han construido un relato de la realidad
que no les ofrece salidas. Los “relatos saturados de problema” suelen ser
versiones empobrecidas de la realidad, que omiten detalles importantes de la
vida de las personas.
4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
Construir relatos alternativos más abiertos, ricos y positivos que permitan
a las personas seguir adelante con sus vidas. La terapia narrativa trata de
devolver competencias a la gente, de posicionar a las personas como agentes
activos que afrontan sus problemas.
4.2.- El Terapeuta
El narrativo es un terapeuta que busca entender a las personas desde la
curiosidad y el interés por conocer los aspectos particulares de cada una de
sus historias. Es un experto en mantener en marcha conversaciones para el
cambio. Además, es un profesional concienciado políticamente y
comprometido con el cambio social.
4.3.- El proceso terapéutico
La terapia es una conversación para el cambio en la que el terapeuta con sus
técnicas ayuda a los usuarios a cuestionar sus “relatos saturados de problema”
y a construir historias alternativas que favorezcan el cambio.
4.4.- Las técnicas
4.4.1.- La externalización
La técnica consiste en que el terapeuta, usando el lenguaje de una manera
metafórica, convierte al problema en una entidad externa a la que se pueden
achacar todos los aspectos negativos de la situación; a la par que todo lo
positivo (lo que ayuda al afrontamiento) es descrito como recursos internos
del cliente.
Los pasos para externalizar son los siguientes:
Decidir qué externalizar: habitualmente se trata de algo negativo que la
gente percibe como un defecto (por ejemplo, inseguridad), un aspecto
que se siente incapaz de manejar (miedo, duda, droga), o incluso un
trastorno psicológico diagnosticado (ansiedad, depresión).
Nombrar y uso del lenguaje personificador: el terapeuta empieza a
referirse al problema llamándolo por un nombre (“es, entonces, el miedo
lo que te impide hablar con otras personas”) y, además, comienza a
atribuir a lo externalizado intenciones negativas (“entonces el miedo se
las arregla para dejarte sin amigos”).
Revisar los efectos que el problema tiene sobre la persona: mientras
se sigue usando el lenguaje externalizador, el terapeuta hace un listado
de todos los efectos negativos que el problema está teniendo sobre la
persona (“qué te está impidiendo hacer el miedo”), o sobre sus
relaciones (“¿cómo perjudica el miedo la relación con tus hermanos?”).
Analizar los éxitos que la persona ha tenido afrontando la dificultad: se
trata de revisar en qué momentos el cliente ya ha sido capaz de “vencer”
al problema. Para ello se analizan lo que los narrativos llaman
“acontecimientos extraordinarios” todos aquellos momentos en que las
personas han conseguido enfrentarse con algo de éxito a su dificultad.
4.4.2.- Otras técnicas para cambiar historias
Conversaciones de re-autoría: sirven para que la persona modifique el
relato de su identidad revisando los significados que tiene un
“acontecimiento extraordinario”. El esquema básico de trabajo sería el
siguiente:
- Revisar el acontecimiento presente y lo que puede significar en
términos de identidad.
- Repasar acontecimientos pasados similares y sus significados
para la identidad.
- Pensar en posibles acontecimientos futuros en la misma línea.
Uso de testigos externos: se pregunta a los clientes sobre los efectos
que sus cambios están teniendo sobre sus familiares y otras personas
cercanas.
Club de vida (conversaciones de re-membresía): lo que somos es
producto de todas nuestras relaciones. Cuando una persona se siente
atrapada por su problema, y le parece que hay acontecimientos pasados
que conviene revisar, el club de vida nos permite reescribir la historia de
nuestros clientes usando el punto de vista de testigos externos de
cualquier época. Pasos:
- Se les pide a los usuarios que realicen un listado de todas
aquellas personas que han sido importantes en su vida.
- A partir de ahí se revisa la influencia que cada uno de ellos ha
tenido sobre nuestro usuario. Sobre las personas que se
recuerdan como positivas se pregunta que aprendió de ellas, de
las personas negativas se habla de cómo se sobrepuso a su
influencia y qué aprendió a pesar del sufrimiento.
- En el último movimiento el terapeuta le explica al usuario que
nuestra memoria funciona como una especie de club. Que cada
uno de nosotros somos los presidentes de nuestro club de vida y
que tenemos derecho a modificar el estatus de sus socios. A
continuación, se discute qué socios se merecen estar en el cuadro
de honor y a quiénes despediría.
Documentos terapéuticos: ya he dicho que los hechos se convierten en
historia cuando los escribimos, así que no es extraño que los narrativos
utilicen todo tipo de cartas para apoyar la terapia.
a) El terapeuta puede escribir cartas a los clientes para:
- Invitar al tratamiento a personas que no han acudido a la sesión.
- Afianzar los cambios que se han tratado durante las sesiones.
- Hacer una “carta de recomendación” para las personas que han
terminado un tratamiento.
- Diplomas de éxito para premiar a niños que han terminado
exitosamente la terapia.
b) Cartas que escriben los clientes, a petición del terapeuta, para:
- Despedir un problema.
- Difundir un éxito entre amigos y familiares.
- Decir cosas que quedaron sin resolver.
- Que los clientes describan su proceso de terapia y recuerden
siempre que es lo que les ayudó a salir adelante.
4.3.- Tareas para casa:
Como el resto de los modelos sistémicos los terapeutas piden también tareas:
En un trabajo de externalización pueden pedir tareas como: “fíjate en
qué otros momentos eres capaz de vencer al miedo”.
Si el trabajo ha sido de re-autoría: “trata de recordar todos los momentos
de valentía que ha habido en tu vida”.
Para apoyar un trabajo de club de vida: “piensa todas las personas que
han sido relevantes en tu vida y trae una foto la próxima sesión”,
“contacta con todas las personas que forman parte de tu cuadro de
honor”
Cartas de cualquiera de los tipos que se explican en el apartado anterior.
Rituales para, por ejemplo, agradecer a todas las personas que han
ayudado a la persona a vencer el problema.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
El libro clásico de la Terapia Narrativa es:
White, M. y Epston, D. (1993). Medios narrativos para fines
terapéuticos. Barcelona: Gedisa.
CAPÍTULO 18: TERAPIA CENTRADA EN LA
EMOCIONES
1.- HISTORIA
Su autor principal es Leslie Greenberg un ingeniero que después de realizar
un doctorado en psicología acaba dedicándose a la clínica y la docencia en la
universidad de York en Toronto (Canadá). Su formación psicológica es muy
heterogénea, pero en lo esencial asume las ideas de los modelos humanistas:
la visión de la persona de Rogers, la idea de cambio de la terapia
experiencial, la importancia de vivir en el presente de la Gestalt, o la lucha
por la búsqueda del sentido de las terapias existenciales.
Pero, además, Greenberg es un fantástico integrador de modelos, así que a
las ideas humanistas les incorpora una moderna teoría de las emociones, el
concepto de esquemas de los modelos cognitivos, el concepto de relatos de
los enfoques narrativos y la visión sistémica para trabajar con parejas.

2.- VISIÓN DE LA PERSONA


El valor adaptativo de las emociones
Los seres humanos tienen recursos y la capacidad para desarrollarlos. Las
emociones juegan un papel esencial en ese proceso de desarrollo, porque nos
conectan con nuestras necesidades básicas y nos dan información de
cómo está nuestra relación con el mundo que nos rodea. Cada emoción nos
invita a algo, y además tiene un importante valor comunicacional, los demás
reaccionan cuando las expresamos.
Tipos de emociones
La TCE diferencia entre tres tipos de emociones:
1. Las primarias son reacciones espontáneas ante situaciones externas
que nos impulsan a actuar de maneras predeterminadas. El miedo nos
lleva a escapar o al enfrentamiento. El enfado a atacar o poner límites.
La felicidad y el amor fomentan la cooperación. La tristeza invita a la
retirada o a buscar ayuda.
2. Las emociones secundarias son las reacciones que tenemos ante
nuestras propias emociones primarias (“me avergüenzo de mi misma
por enfadarme con mi hijo”). El problema es que, a diferencia de las
primarias, las salidas conductuales que proponen tienen más que ver
con nuestras creencias previas (“las madres deben ser siempre
pacientes”) que con la situación concreta (“se ha portado mal y hay que
corregirlo”).
3. Las emociones instrumentales son aquellas que se utilizan para
manipular a otras personas. La más habitual son las “lágrimas de
cocodrilo”: fingir tristeza para conseguir algo de los otros.
El doble sistema de procesamiento
Para la TCE el protagonista de la vida psíquica es un Yo proceso que es un
narrador activo de la experiencia: “se cuenta” lo que le está sucediendo, y
desde ahí va construyendo nuevas narrativas para entenderse a sí mismo y al
mundo.
Contamos con dos sistemas de procesamiento de los hechos que actúan en
paralelo:
• Un sistema afectivo experiencial que funciona de forma automática, su
cometido es ofrecer una respuesta rápida y pre-verbal a las situaciones
a partir de una primera evaluación muy básica: bueno/malo, amenaza,
pérdida o relevancia en relación a mis objetivos.
• Un sistema conceptual más lento, cuyo procesamiento es lingüístico y
se encarga de interpretar los datos para tomar decisiones más
reflexionadas.
La idea de la TCE es que el primer sistema emocional nos alerta de lo que
ocurre, y de la importancia que para nosotros pueda tener, mientras que el
sistema conceptual nos dice cómo debemos entender ese suceso y qué otras
alternativas de actuación tenemos.
Los esquemas emocionales
Tanto el sistema experiencial como el conceptual funcionan activando una
serie de esquemas emocionales: estructuras de memoria basadas en
recuerdos que al activarse permiten dar respuesta a situaciones concretas.
Están formadas por diferentes componentes: emociones, patrones de
respuesta fisiológica, pensamientos, estrategias de afrontamiento y elementos
motivacionales.
Los esquemas emocionales se activan ante determinados estímulos (internos
o externos) y constituyen patrones de organización mental que permiten
procesar la experiencia y trazar un plan de acción. La TCE se refiere a estos
patrones como organizaciones del Yo: estados mentales que incorporan todos
los elementos antes descritos y determinan el funcionamiento de la persona
ante la situación.

3.- LA PATOLOGÍA
Para la TCE la disfunción es el resultado de un estancamiento en el proceso
de desarrollo de las potencialidades, producido por alguna alteración en
nuestro sistema de manejo de las emociones. Cuatro son las posibles causas
de la disfunción emocional:
• Falta de conciencia sobre las emociones: la persona no consigue
extraer la información útil para la vida que contienen las emociones.
Bien por un déficit para identificar los sentimientos, o bien por su
evitación activa de éstos.
• Reacciones inadecuadas consecuencia de esquemas emocionales
desadaptativos. Por ejemplo, alguien que ha sufrido un abuso sexual
tiende a percibirse como indigno. Y su inseguridad le hace reaccionar
con vergüenza y evitación cuando conoce personas nuevas.
• Incapacidad para regular emociones. La carencia de habilidades de
autorregulación hace que las personas se sientan unas veces
desbordadas por emociones muy intensas y otras traten de volverse
insensibles par evitarlas.
• Dificultades en la construcción de narrativas. En este caso el
problema estriba en que las personas son incapaces de usar la
información proveniente de las emociones para construir una visión
coherente y diferenciada de sí mismas.

4.- TRATAMIENTO
OBJETIVOS
• Ayudar a la gente a permitirse y aceptar sus emociones.
• Aprender a regularlas y a transformarlas en otras más adaptativas.
• Crear significados positivos desde las emociones que permitan construir
narrativas coherentes sobre la propia identidad.
EL TERAPEUTA
Para Greenberg el terapeuta es un coach emocional que combina en su
intervención dos aspectos: validación y cambio.
• Para validar debe estar en contacto con la experiencia de las personas,
comunicar activamente su comprensión desde la autenticidad y
aceptación, y promover la colaboración en tareas y metas de la terapia.
• Mientras que los principios para promover el cambio son: a) facilitar el
procesamiento de experiencias emocionales; b) promover el
crecimiento y la toma de decisiones del usuario; c) facilitar la
finalización de tareas pendientes.
PROCESO TERAPÉUTICO
Cuatro pasos de reprocesamiento emocional: 1) identificar contenidos
emocionales problemáticos (marcadores); 2) escoger una técnica (tarea) para
acceder a las emociones; 3) favorecer el procesamiento emocional; 4)
construir nuevas narrativas desde la experiencia.
Marcadores y técnicas
Los marcadores son contenidos puntuales que sugieren un posible trabajo
sobre una emoción problemática. Ante cada tipo de marcador el terapeuta
selecciona una técnica para trabajar la emoción. Ejemplos de marcadores y
técnicas son:
• Reacciones inesperadas ante eventos invitan a recrear la situación
problemática en sesión para investigar emociones y pensamientos,
darles un sentido e investigar nuevas formas de afrontamiento.
• Sensaciones confusas que el cliente no sabe interpretar pueden ser
trabajadas con Focusing.
• Conflicto entre partes. Cuando las personas están atrapadas en dilemas
de difícil solución se trabaja el juego de sillas gestáltico.
• Bloqueo de emociones porque la persona no puede permitírselas.
También se trabaja con la silla vacía gestáltica. Para hacer consciente a
la persona de cómo bloquea la emoción y ayudarle a aceptarla y a dejar
que se exprese.
• Asuntos inconclusos. Con este tipo de marcadores también se usa la
técnica de la silla vacía gestáltica para permitir conversaciones con el
asunto sin terminar.
• Vulnerabilidad por inseguridad o sentimientos de inferioridad. La tarea
es comprender y validar, para normalizar la situación.
Hay también marcadores discursivos que invitan a profundizar en historias
que han quedado sin contar o están siendo mal narradas. Por ejemplo:
personas que repiten una y otra vez la misma historia, o los que mencionan
algo que les hace daño, pero no pueden contar.
Reprocesamiento emocional
La secuencia para favorecer el cambio emocional es la siguiente
I. Acceder a la emoción incrementando la conciencia de ésta y
conectando con sus elementos más fisiológicos.
II. Expresar. Para ello, el terapeuta anima a la persona a mantener la
emoción y todo lo que la acompaña: sensaciones físicas, sentimientos
concretos y cogniciones asociadas. El objetivo es que la persona se
haga consciente de toda la secuencia de funcionamiento y del estado de
organización del Yo que se activa. Pero, además, se busca identificar
emociones secundarias y acceder a las primarias para ver qué
necesidades no resueltas están en la base de la emoción.
III. Regulación. Para regular puede ser útil cualquier actividad que
implique dirigir la atención a otro sitio: respiración o elementos del
presente (personas o espacio físico). A esto se le puede añadir un
trabajo de auto-consuelo y de aceptación.
IV. Comprensión. Al permitir que la emoción fluya, la persona puede
acceder a informaciones que hasta ese momento estaban bloqueadas, lo
que posibilita la creación de nuevos significados.
V. Transformación de la emoción. El malestar secundario debe
transformarse en una emoción primaria adaptativa. Para ello, el
terapeuta debe guiar a la persona en el proceso de vivenciar el
malestar, identificando los sentimientos que aparecen, y buscando la
necesidad o meta insatisfecha que está en su origen. Se trata, además,
de amplificar cualquier sentimiento alternativo que lleve a una salida
más adaptativa.
VI. Exposición a nuevas experiencias relacionales que favorezcan que la
reciba apoyo y consuelo.
Construcción de nuevas narrativas
El cambio definitivo ocurre cuando las personas transforman sus emociones
y, además, las informaciones aportadas por los nuevos sentimientos les
permiten entender la situación - y a sí mismos - de una manera diferente.
Nuevas emociones y narrativas permiten actuar en un modo más adaptativo.

LECTURAS RECOMENDADAS
Greenberg, L. (1999). Trabajar con las emociones en psicoterapia.
Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 19: INVESTIGACIÓN EN
PSICOTERAPIA: FACTORES ESPECÍFICOS Y
FACTORES COMUNES.

FACTORES COMUNES Y FACTORES ESPECÍFICOS


En el capítulo 1 de este libro se concluyó que tenemos pruebas razonables de
que la psicoterapia funciona (Smith y Glass, 1977; Wampold, 2001;
Wampold et al., 2017). La pregunta siguiente es y ¿por qué lo hace?, ¿cuáles
son sus ingredientes activos?
Hablamos de psicoterapia y no de psicoterapias, cuando hemos dicho que hay
infinidad de modelos diferentes. Y mantenemos el singular porque, en
general, los estudios comparativos no encuentran grandes diferencias en
cuanto a la eficacia de los distintos enfoques (Wampod & Imel, 2015),
incluso la supuesta supremacía en eficacia de los modelos cognitivo-
conductuales ha sido puesta en duda con datos de investigación (Wampold, et
al., 2017).
¿Por qué funciona entonces la psicoterapia? Hay dos alternativas de
respuesta: la primera posibilidad es que existan ingredientes específicos de
cada enfoque que son los responsables de los cambios, la segunda es que se
trate más bien de elementos comunes a todos los modelos los que produzcan
el efecto terapéutico.
El estilo de razonamiento que tantos éxitos ha propiciado en medicina (buscar
una causa y proponer una intervención específica para subsanarla), no ha
demostrado ser tan útil en psicoterapia. Hasta la fecha no se ha conseguido
establecer con claridad que una técnica específica de las que se usan en
psicología clínica, sea responsable de un cambio concreto. Así, Jacobson y
Dobson (1996), no consiguen establecer un mecanismo de cambio específico
en la terapia cognitiva de la depresión; Anholt y colaboradores (2008)
fracasan en el mismo intento a la hora de establecer una intervención
específica en TOC; y Acarturk, Cuijpers, van Straten y de Graaf (2009) no
consiguen establecer un ingrediente concreto para explicar el cambio en
ansiedad social.
Si hasta la fecha no se ha conseguido establecer con claridad que una técnica
(exposición, entrenamiento de habilidades o reestructuración cognitiva) sea
responsable de un cambio concreto, ¿a qué se deben entonces los resultados
positivos? La segunda posibilidad es que los cambios se deban a factores
comunes que comparten todos los modelos de psicoterapia, aspectos como la
relación terapéutica o la creación de expectativas de cambio. A continuación,
se revisan algunos de estos aspectos y su contribución al resultado de los
tratamientos.

LAS VARIABLES QUE EXPLICAN EL CAMBIO EN


PSICOTERAPIA
La psicoterapia funciona por una interacción entre variables. Por un lado,
están las personas: clientes y terapeutas. A ellas hay que añadirles el enfoque
terapéutico que usa el clínico (con sus presupuestos teóricos, técnicas,
criterios para tomar decisiones de proceso terapéutico y habilidades
comunicativas). Y, por último, las interacciones que se producen entre el
terapeuta (con su enfoque) y el cliente. La variable interaccional más
estudiada es la relación terapéutica.
Wampold (2001) revisando investigaciones, concreta el peso aproximado de
cada una de las variables en los resultados de los tratamientos: casi el 87% de
la varianza del cambio la explican factores relacionados con el usuario de la
psicoterapia y sólo el 13% tiene que ver con el tratamiento y el terapeuta.
Para Duncan (2010) ese 13% atribuible al método se repartiría entre tres
variables: el terapeuta (5-7%), la alianza terapéutica (6-9%) y la técnica (1%).
Obviamente los porcentajes no suman 13 porque existe una enorme
superposición entre variables (por ejemplo, el terapeuta es el responsable de
la relación terapéutica). Veamos brevemente la contribución de cada una de
las variables.
La variable cliente
Hay evidencias claras de que el cliente es la variable fundamental en el
proceso de cambio (Bohart y Tallman, 2010). Las personas somos
competentes enfrentándonos a los problemas que se nos plantean y así lo
evidencian los estudios de:
Resiliencia: las personas son capaces de sobreponerse solas a infancias
difíciles o grandes tragedias (Masten y Narayan, 2012; Zolkoski y
Bullock, 2012).
Recuperación espontánea: un 53% de las personas se recuperan solas
de una depresión mayor, en el plazo de un año y sin ayuda de nadie
(Whiteford et al., 2013).
Autoayuda: las personas son capaces de beneficiarse de un tratamiento
siguiendo un libro y los resultados de la autoayuda no difieren
demasiado de los del tratamiento con un terapeuta (Cuijpers, Donker,
van Straten, Li y Andersson, 2010).
Placebo: somos capaces de experimentar grandes cambios simplemente
poniendo fe en placebos (Grimsom, 1996), y eso ocurre porque al
generar expectativas de cambio transformamos el funcionamiento de
nuestro cerebro (Benedetti, 2013).
Sabemos además que las personas son activas durante los tratamientos:
tienen preferencias sobre el tipo de terapia o el género del terapeuta, se
preparan las sesiones, evalúan al terapeuta, tienen ideas establecidas de las
causas del problema y de lo que tiene que ocurrir para que se resuelva
(Rodriguez-Morejón, 2016).
La contribución del terapeuta
Los estudios demuestran que algunos terapeutas obtienen tasas de cambio
mayores que otros, y estas diferencias no tienen que ver ni con el modelo en
el que trabajan, ni con variables de cliente, ni con su experiencia (Okiishi,
Lambert, Nielsen, & Ogles, 2003).
Las diferencias parecen relacionarse con (Wampold, 2010):
Su capacidad para percibir el estado emocional del cliente.
Su habilidad para transmitir esperanza en los progresos del cliente y
dirigir las intervenciones para favorecerlos.
Su capacidad para ajustar la técnica a las necesidades específicas de
cada cliente: sus preferencias, su cultura, sus valores.
La contribución de los modelos y técnicas
He señalado que, según los meta-análisis, los modelos explican apenas un 1%
de la varianza del cambio. Esto no quiere decir que no sean necesarios,
únicamente que el impacto diferencial de las diferentes modalidades de
intervención es muy pequeño. Que no haya diferencia entre los detergentes
que usamos para lavar la ropa no quiere decir que podamos lavar sin jabón.
La conclusión es que todos los modelos tienen ingredientes activos de cambio
que los convierten en eficaces. Y que la eficacia de la terapia depende más de
aspectos como la confianza que un terapeuta tenga en su enfoque que del
modelo que éste elija.
La contribución de la relación terapéutica
Que la solidez de la alianza terapéutica determina los resultados de la
psicoterapia es un dato bien establecido por la investigación (Horvarth, Del
Re, Flückinger, & Symonds, 2011). La relación terapéutica incluye tres
aspectos centrales (Norcross & Lambert, 2011):
La empatía o habilidad del terapeuta ejerce de ponerse en el lugar del
cliente y entender sus ideas y emociones.
Establecer metas claras en las que terapeuta y cliente están de acuerdo.
Acuerdos entre terapeuta y cliente en el método (técnicas y tareas) a
utilizar para alcanzar las metas.
Además, hay otra serie de aspectos que tradicionalmente se han relacionado
con una buena relación terapéutica (Norcross & Lambert, 2011):
La consideración positiva, una idea original de Carl Rogers que consiste
en que el terapeuta acepta incondicionalmente la posición básica de los
usuarios.
El terapeuta congruente, otra idea de Rogers que consiste en que el
terapeuta se sienta bien consigo mismo y sea exitoso transmitiendo esta
sensación a sus usuarios.
Dar información al cliente sobre sus avances parece otra estrategia que
se relaciona con éxito.
Que el terapeuta desvele aspectos personales muy cuidadosamente y
únicamente para ofrecer alternativas de conducta o pensamiento, o
normalizar, y nunca para revelar problemas o necesidades personales.
Trabajar para reparar rupturas de la alianza terapéutica. Consiste en
abordar abiertamente con el usuario los posibles problemas de relación
que puedan surgir durante el tratamiento.

BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
Sin duda el gran libro de la investigación si te interesas la corriente de “factores
comunes”.
Duncan, B. L., Miller, S. D., Wampold, B. E. & Hubble, M. A. (2010).
The heart and soul of change: Delivering what works in therapy (2nd
ed.). Washington, DC, American Psychological Association; US.
Este es manual más clásico en el que se recopilan todos los avances en
investigación en psicoterapia. Va ya por la sexta edición.
Lambert, M. J. (2013). Bergin and Garfield's handbook of psychotherapy
and behavior change (6Th ed.). New York: John Wiley & Sons.
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Psychological treatment of social anxiety disorder: a meta-analysis.
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10.1017/s0033291710000772
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RESEÑA SOBRE EL AUTOR
Alberto Rodríguez Morejón nació en León (España) en 1962. Estudió
Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca, universidad en la que
se doctoró en 1994. Posee el título de Especialista en Psicología Clínica, tiene
un Master en Terapia Familiar y otro en Psicología del Lenguaje. Es además
terapeuta reconocido por la Federación Española de Asociaciones de
Psicoterapia (FEAP), Supervisor Docente reconocido por la Federación
Española de Asociaciones de Terapia Familiar (FEATF) y la Asociación
Española para la Investigación y el Desarrollo de la Terapia Familiar
(AEID-TF). Ha sido profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca,
profesor Titular de la Universidad de Salamanca y en la actualidad es
profesor Titular en la Universidad de Málaga donde imparte la materia de
Tratamientos Psicológicos. Ha escrito más de treinta publicaciones
científicas e impartido más de un centenar de cursos sobre psicoterapia en
diferentes universidades e instituciones españolas y latinoamericanas.

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