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La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares
del copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.
Si no eres capaz de explicarlo de forma sencilla es que no lo has entendido bien.
Albert Einstein
3.- CONTENIDOS
Los contenidos de trabajo de la psicoterapia.
Un psicoterapeuta puede intervenir sobre cuatro aspectos diferentes: el
conductual, el cognitivo, el emocional y el fisiológico.
La esfera conductual, lo que hacemos, está constituida por acciones
generalmente intencionales y observables. Las personas salen, quedan
con sus amigos, van a trabajar o al instituto, hablan con otros, hacen
deporte o salen a buscar empleo.
Los pensamientos, la esfera cognitiva, incluye todo lo que tiene que ver
con nuestra actividad mental (pensar, reflexionar, planear, tomar
decisiones, tomar conciencia) y todos los productos de esta actividad
(ideas, conocimientos, aprendizajes, puntos de vista). Hace referencia
también a todos los constructos que los psicólogos hemos diseñado para
entender la actividad cognitiva de las personas: motivación,
expectativas, atribuciones, etc.
La esfera emocional hace referencia a todo lo que tiene que ver con los
sentimientos que experimentan las personas. Las emociones responden a
una base fisiológica por lo que son espontáneas y no directamente
controlables por nosotros.
Por último, está la esfera fisiológica que incluye todo lo que tiene que
ver con el funcionamiento de nuestro cuerpo y las informaciones que de
él recibimos.
Cada uno de estos cuatro componentes puede ser objeto de trabajo para un
clínico. Las técnicas de intervención pueden estar dirigidas a modificar
cualquiera de ellos. Hay técnicas más enfocadas a cambiar las conductas (los
castigos y refuerzos; cualquier intervención estratégica sobre una secuencia),
intervenciones más cognitivas (la reestructuración cognitiva o la
interpretación psicodinámica), técnicas más dirigidas a trabajar con las
emociones directa o indirectamente (el Mindfulness) y técnicas que buscan
intervenir sobre nuestra fisiología (la relajación, los psicofármacos).
Cualquiera puede ser una entrada válida, porque podemos entender que estos
cuatro contenidos constituyen los elementos de un sistema interaccional más
amplio con el que trabajamos en psicoterapia.
Un sistema interaccional
Nuestras conductas, cogniciones, emociones y reacciones fisiológicas no
constituyen entes aislados, más bien conforman un sistema de influencias
mutuas. Cada uno de los aspectos descritos influye sobre los demás para
mantener activo el problema. En un círculo vicioso en el que resulta
imposible saber qué es causa y qué consecuencia. La cuestión es que los
cuatro elementos interactúan para mantener el problema.
La gran ventaja de pensar en términos de contenidos intrapersonales con
facetas interpersonales es que amplía considerablemente nuestras
posibilidades de intervención. Podemos cambiar las conductas, o los
pensamientos, o las emociones, o la fisiología, o las interacciones entre
personas. Siempre con la perspectiva de que el cambio en uno de ellos se
generalice a todos los demás.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Este libro es una pequeña joya. Encabeza una colección de libros que la APA
tiene sobre los diferentes modelos de psicoterapia. Un resumen lúcido y
eficiente de historia e investigación.
Wampold, B. E. (2010). The basics of psychotherapy: An introduction to
theory and practice. Washington, DC, American Psychological
Association; US.
La primera edición de este libro en el 2001 marca un “antes y un después” en
la investigación de la psicoterapia. Con Wampold llegó la revolución de las
ideas, las dudas sobre la superioridad de los tratamientos, el cuestionamiento
de las metodologías de investigación. Esta segunda edición es solo la
culminación de aquella idea.
Wampold, B.E. & Imel, Z.E. (2015). The great psychotherapy debate
(2nd ed.). NY: Routledge.
Este es manual más clásico en el que se recopilan todos los avances en
investigación en psicoterapia. Va ya por la sexta edición.
Lambert, M. J. (2013). Bergin and Garfield's handbook of psychotherapy
and behavior change (6Th ed.). New York: John Wiley & Sons.
CAPÍTULO 2: EL PSICOANÁLISIS DE FREUD
1.- FREUD Y EL NACIMIENTO DEL PSICOANALISIS
Freud nació en Moravia en 1856. En sus primeros pasos se dedica a la
neurología y sobre todo a la investigación en este campo. Su interés por la
clínica le lleva a formarse en hipnosis con Charcot, lo que le hace pensar en
la existencia de algún espacio mental al que se accede en estado hipnótico.
Con su colega Josef Breuer aplica el método catártico: usa la hipnosis para
volver a la situación en la que se produjo el trauma inicial para poder
desbloquearlo. La idea no funciona, pero le ayuda a seguir perfilando su
teoría del inconsciente.
Freud tiene un enorme interés por difundir el psicoanálisis. Empieza
fundando la Asociación de Psicoanálisis de Viena por donde pasan sus
primeros discípulos. Más tarde después de un viaje a Estados unidos, en
1910, crea la Asociación Psicoanalítica internacional; pero no es hasta 1920
cuando el modelo empieza a difundirse por el resto del mundo.
La vida de Freud termina rodeada de tragedia, contrae un cáncer de
mandíbula, tiene que abandonar Viena por la llegada de los nazis y
trasladarse a Londres donde morirá.
2. TEORÍA DE LA PERSONA
La teoría de la personalidad de Freud es extensa y compleja. Hay que
entender que hasta que él empieza a tratar de explicar la psicología humana
hay muy pocos intentos sólidos de hacerlo. Aquí repasaré su teoría dinámica,
su visión del aparato psíquico y su propuesta sobre el desarrollo evolutivo.
2.1. DINÁMICA: LA ENERGÍA DE LA PERSONALIDAD
La persona es un ser en permanente conflicto, arrastrado por fuerzas -las
pulsiones- que debe controlar. Dos son los impulsos básicos a) el eros que
son las fuerzas de vida, que incluye -pero no es únicamente eso- el deseo
sexual (la libido) y b) el thanatos que es todo lo relacionado con los instintos
de muerte, agresión y competición. Dos fuerzas complementarias que
impulsan al organismo a actuar para descargar la tensión que generan.
El conflicto se produce porque la descarga incontrolada de los impulsos
básicos contraviene las normas sociales. La función de los mecanismos de
defensa es controlar la expresión consciente de los impulsos y proteger al
individuo atrapado en un dilema: aceptar el sufrimiento asociado a la no
satisfacción de los impulsos o el sufrimiento que se deriva de incumplir las
normas sociales.
El mecanismo de defensa más conocido es la represión, a través de ella todos
nuestros impulsos inaceptables son condenados al olvido en el inconsciente.
Las resistencias que los terapeutas dinámicos encuentran usando la técnica
de asociaciones libres, evidencian que en el área que se producen hay un
material reprimido, protegido por la censura.
2.2. EL APARATO PSÍQUICO
2.2.1. El inconsciente y la primera tópica freudiana.
La concepción del aparato psíquico de Freud es tópica, es decir, espacial.
Entiende los componentes de la mente como espacios psíquicos o almacenes
de información interconectados. Con frecuencia se refiere también a ellos
como instancias, lo que supone que no es un lugar de almacenamiento
pasivo; es más bien un protagonista dinámico, funciona regido por unas leyes
y tiene sus propios propósitos.
La aportación central del psicoanálisis a la psicología, e incluso a la cultura
popular, es la concepción del inconsciente; la parte de la personalidad
humana que alberga todos aquellos contenidos a los que nuestra mente no
puede acceder directamente.
El inconsciente almacena contenidos que no son accesibles en el estado de
vigilia normal, y que tienen siempre como motor a las pulsiones. Los
contenidos pueden ser de dos tipos:
Recuerdos de la infancia, de nuestros primeros años de vida.
Los contenidos reprimidos: todos aquellos materiales producto de las
pulsiones.
El inconsciente funciona a través del proceso primario: sus contenidos no
tienen lógica, ni orden cronológico, no son representaciones verbales, sino
imágenes con un alto grado de contenido mágico. Y siguiendo el principio
del placer: buscando la satisfacción inmediata e incontrolada de las
tensiones. El inconsciente se manifiesta en:
El contenido de los sueños: cuando estamos dormidos la censura se
relaja y por eso nuestras ensoñaciones están habitadas por material
inconsciente repleto de símbolos y metáforas. Material que, como antes
se señalaba, se rige por procesos primarios y por eso es ilógico y
atemporal.
Detrás de los olvidos, los actos fallidos y los “lapsus linguae” pueden
ocultarse represiones.
El significado de los síntomas que de alguna manera refleja el contenido
reprimido.
El consciente es la instancia del pensamiento racional. Funciona a través de
procesos secundarios caracterizados por el pensamiento lógico que nos
permite hacer juicios y controlar nuestra conducta para adaptarnos al entorno.
El consciente está gobernado por el principio de la realidad: convivimos con
otros y debemos respetar reglas sociales.
El preconsciente está en un terreno intermedio entre ambos, alberga
contenidos inconscientes que no han sido reprimidos:
2.2.2. La segunda tópica: Ello, Yo y Superyo.
El Ello es la instancia más primitiva de nuestra personalidad. Es donde
residen nuestras pulsiones y por tanto la energía psíquica que se
moviliza por todo el sistema. Contiene también la información olvidada
de nuestras experiencias infantiles y todos los contenidos reprimidos. Su
estilo de funcionamiento tiene las características del inconsciente:
principio del placer y proceso primario.
El Yo se desarrolla a partir del ello, para permitirnos una adaptación más
realista al entorno. En el Yo residen los mecanismos de defensa, los
sistemas que nuestra psique utiliza para frenar los impulsos del Ello y
adaptarlos a las exigencias morales. Se guía por el principio de realidad
que fue descrito anteriormente y por procesos secundarios.
El Superyó se desarrolla a partir del Yo como producto de la
socialización. Ejerce labores de control del Yo mediante dos funciones:
a) ofrece modelos ideales de actuar o pensar que hay que perseguir; y b)
al mismo tiempo ejerce de juez duro que critica los fallos del Yo a la
hora de refrenar al Ello o de alcanzar los ideales propuestos. El Superyó
se rige básicamente por el principio de realidad.
Nuestra personalidad se gobierna por el interjuego de estas tres instancias. El
Yo es el responsable las funciones que nos permiten vivir en el día a día, el
Ello busca el placer y la satisfacción inmediata y le exige al Yo que le facilite
esta liberación. El Superyó impone las normas y presiona al Yo para que
controle al ello.
2.2.3. Los mecanismos de defensa del Yo
Serían todas aquellas operaciones que el Yo realiza de manera inconsciente
para bloquear la emergencia y realización de los impulsos. Aunque este
concepto está presente en la obra del creador del psicoanálisis, es su hija
Anna (A. Freud, 1936) quién se dedica a recopilarlos y clasificarlos.
Represión: el Yo se encarga de que pensamientos o emociones que
resultan dolorosos no puedan entrar en la conciencia.
Aislamiento: separar el pensamiento de la emoción que le acompaña.
Sustitución: reemplazar un objeto libidinoso por otro.
Formación reactiva: un deseo o un pensamiento inaceptable se
transforma en lo contrario.
Negación: proceso por el que una persona rechaza aceptar hechos que
son claros para el resto de las personas.
Desplazamiento: consiste en separar el afecto de la representación
(persona u objeto) que lo genera y trasladarlo sobre un objeto diferente.
Proyección: atribuir a otra personas características o cualidades que el
propio individuo tiene y se niega a aceptar.
Identificación o introyección: es el fenómeno opuesto a la proyección.
Hacemos nuestras cualidades o características de personas que
valoramos mucho.
Sublimación: sustituimos un objeto de deseo, una actividad o un
pensamiento que es real, pero nos resulta inaceptable, por otra cosa que
sí es aceptable o incluso tiene un valor moral.
Racionalización: consiste en busca una explicación lógica para
justificar aquellas acciones (pensamientos o emociones) que nos
producen una enorme ansiedad. La racionalización disminuye la
ansiedad.
Regresión: la persona que se siente desbordada por su realidad retorna a
comportamientos, pensamientos o expresión de emociones
característicos de una fase anterior de su evolución.
2.3. LAS FASES DEL DESARROLLO INFANTIL
Freud presenta esta teoría en su obra de 1905 Tres ensayos sobre teoría
sexual.
Lo que caracteriza a esta evolución es que:
- La libido se organiza secuencialmente en torno a diferentes áreas
del cuerpo.
- Cada momento de primacía marca un tipo de relaciones con las
personas y el mundo que lo rodean.
Un paso inadecuado por cada uno de estos estadios, por un exceso de
frustraciones o demasiadas gratificaciones, puede producir un trastorno
psicológico en los adultos.
Etapa oral (0-18 meses).
La actividad del niño se centra en la boca a través de la que se
alimenta y con la que trata de conocer el mundo llevándose a ella
todos los objetos.
Primeros pasos hacia la independencia, desarrollo de la confianza
en los otros y en sí mismo.
En la fase anal (1-3 años),
La libido se concentra en torno al ano y el tracto digestivo.
El aprendizaje básico de la época es el control de esfínteres primer
paso en la carrera hacia la autonomía del bebé. Es también el
primer acto de autocontrol: control de impulsos (sexuales,
agresivos) y el primer paso de aprendizaje de la responsabilidad
sobre la propia conducta.
En la fase fálica (3-5 años):
La zona erógena por excelencia son los genitales. Las sensaciones
en torno al pene en los varones o su ausencia en las niñas.
Es la época del complejo de Edipo, de su adecuada resolución
depende el aprendizaje de la seguridad y la identidad sexual.
En la fase de latencia (5 a pubertad):
Ninguna zona erógena tiene primacía.
Los impulsos sexuales se transforman en energía para vivir y, sobre
todo para aprender.
La última fase, la genital (de la pubertad en adelante), caracteriza la vida
adulta.
La libido se vuelve a organizar en torno a los genitales.
En los primeros momentos se caracteriza por la independencia de
los padres y de la búsqueda de relaciones amorosas. A partir de ahí
es la sexualidad madura.
3. LA CONCEPCIÓN DE LA PATOLOGÍA
Tres causas posibles de trastornos:
a. Las pulsiones inconscientes.
b. Las fijaciones en alguna etapa evolutiva.
c. Conflictos reprimidos producidos por traumas en cualquier
momento de la vida de la persona.
La teoría freudiana está construida para explicar la patología. Cuanto más
graves han sido los conflictos producidos (más poderosas son las pulsiones o
más potentes las fijaciones), y más energía dedica nuestra psique para
defendernos de ellos, menos recursos quedan para afrontar situaciones de
estrés de la vida cotidiana, lo que nos convierte en más vulnerables. Si el
impulso es muy potente y los mecanismos de defensa no pueden controlarlo
adecuadamente, o si una situación actual crea tanto estrés que desborda ese
frágil equilibrio, las defensas previas reaccionan exageradamente y aparecen
los síntomas.
Cuando algo traumático ocurre en alguna de las etapas evolutivas (oral, anal
genital) o el niño recibe un exceso de castigo o de gratificación, se produce
una fijación de la energía en los aspectos constituyentes de ese momento
evolutivo. Eso determina que las personas se quedan atascadas en estilos de
satisfacción y relación típicos de esa etapa.
La fijación puede manifestarse en:
La vida habitual de la persona: por ejemplo, fijaciones orales son
fumar o chuparse el dedo.
Un conflicto inconsciente, una vulnerabilidad que sólo se
desencadenaría por algún acontecimiento traumático en la vida de la
persona.
Cuando la persona no puede afrontar el estrés del momento en que vive, su
psique hace que vuelva atrás a una etapa en la que se sentía más seguro. Es lo
que se conoce como regresión. Y las personas regresan preferentemente a
aquellas etapas en las que su libido ha quedado fijada.
Algunos problemas por fases:
Oral: trastornos de alimentación y psicosis.
Anal: problemas de autocontrol y trastornos obsesivo-
compulsivos.
Fálica: problemas de identidad sexual, ansiedad, depresión.
4. EL METODO TERAPÉUTICO
4.1. Objetivo
Las metas del psicoanálisis se resumen en dos famosas frases de Freud:
“Hacer consciente lo inconsciente”.
“Donde era el Ello sea el Yo”.
Que la persona se dé cuenta de que los síntomas que experimenta son
causados por un conflicto no resuelto de su pasado, que está reprimido en el
inconsciente.
El resultado esperado es:
Que se produzca un insight y aumente el conocimiento que tienen
de si mismos.
Para que se resuelvan los conflictos, se desactiven las defensas y
desaparezcan los síntomas.
Además, no es esperable que los conflictos se resuelvan definitivamente, el
objetivo que Freud establece en sus Estudios sobre la Histeria es “convertir
la miseria histérica en infelicidad común”.
4.2. Técnicas
Posiciones del terapeuta: regla de la abstinencia y de la atención
flotante.
Métodos para obtener material para el análisis: asociación libre,
transferencia y resistencia.
Técnicas de cambio: interpretación, confrontación y clarificación.
Regla de la abstinencia
Neutralidad absoluta con respecto al paciente. El terapeuta se
sienta fuera de su vista, manteniendo largos silencios, sin dar nada.
Para que el paciente se sumerja en su mundo interior.
Esperando el momento oportuno de aclarar o interpretar la
información que recibe.
Es una posición difícil para un clínico, requiere que el propio terapeuta haga
un análisis didáctico y resuelva sus propios conflictos para evitar que le
interfieran durante la situación terapéutica.
Regla de la atención flotante
Prestar atención a todo el material, sin privilegiar ningún tipo.
Dejar funcionar libremente su propia actividad inconsciente,
suspendiendo sus censuras, para no privilegiar informaciones del
paciente.
Esperando que en algún momento le den la pista que le ayude a
encontrar las relaciones entre el pasado y el presente.
Asociaciones libres
El cliente puede decir cualquier cosa que se le venga a la mente.
Cualquier contenido: sensaciones, recuerdos, fantasías,
pensamientos o comentarios sobre el propio análisis.
Cuanto más espontáneo y libre sea el tema, menos sujeto a
censuras estará y más útil será para descubrir las defensas que
evidencian la presencia de represiones.
Otra posibilidad es asociar a partir de un elemento dado: una
palabra, un número, una imagen o un sueño.
Un contenido privilegiado son los sueños. En ellos los mecanismos
de defensa están menos activos y por eso contienen deseos
inconscientes, miedos o necesidades deformados por la acción de
las defensas, así que los deseos se expresan a través de símbolos. El
contenido manifiesto del sueño es lo que el paciente recuerda (“caía
por un precipicio que parecía no tener fin”). El contenido latente es
lo que significan los símbolos que aparecen en el sueño.
El análisis de la transferencia
Es la relación que el paciente establece con su terapeuta y con
otras figuras de su vida.
Las personas repiten con el analista las relaciones problemáticas
de su infancia, sobre todo las que vivieron con sus progenitores y
proyectan en el terapeuta sus deseos inconscientes.
Hay una transferencia positiva (los sentimientos desplazados son de
amor, ternura) y una negativa (hostilidad).
Se manifiesta en sentimientos, actitudes, fantasías o impulsos que
resultan inapropiadas en la situación clínica. Reacciones
emocionales intensas (o ausencia de reacción emocional), conductas
seductoras o caprichosas.
Contratransferencia: reacciones que el terapeuta tiene ante la
transferencia del cliente. Este tipo de reacciones del clínico
evidencian sus propios deseos inconscientes y son peligrosas para el
tratamiento.
El análisis de la resistencia
Resistencia: todo lo que el analizado hace o dice para tratar de impedir el
acceso a su inconsciente. Proviene de los mismos mecanismos defensa que
provocaron la represión, sería entonces un producto del Yo.
El psicoanalista interpreta la resistencia para hacer consciente al paciente
de cómo funciona y buscar el motivo de su presencia. El objetivo es ayudar
al paciente a reemplazar la defensas inmaduras y limitantes por otras que
permitan su crecimiento.
La interpretación
Interpretar es informar del significado latente de los contenidos
que aparecen durante las asociaciones libres (las defensas), la
interpretación de los sueños o el análisis de la transferencia.
El objetivo es que el paciente comprenda que lo que le ocurre en
la actualidad está determinado por sus experiencias infantiles.
Una interpretación puede ser un comentario puntual o una
construcción más elaborada en la que el psicoanalista vincula el
presente del paciente con los motivos inconscientes, para dar un
sentido nuevo al síntoma desde la propia historia de la persona en
análisis.
Técnicas de apoyo para la interpretación son:
Señalamiento el terapeuta subraya al paciente el material que en
ese momento es de interés para el análisis, con la idea de enfrentarle
a él.
La clarificación se usa para solicitar más información al cliente
sobre el material analizado y continuar con la búsqueda de la
conexión inconsciente.
Ambas son técnicas para ampliar información e ir construyendo las
hipótesis que más tarde le servirán para hacer interpretaciones. También
sirven para ir preparando al cliente para aceptar un nuevo punto de vista
porque el momento para formular una interpretación es clave.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Para entender a Freud y otros desarrollos del psicoanálisis te recomiendo
muchísimo el libro de Antoni Talarn. Este autor tiene la enorme facilidad de
hacer sencillo lo complejo, y entretenido lo que puede ser muy denso.
Talarn, A. (2009). Psicoanálisis al alcance de todos. Barcelona:
Herder.
Avila y colaboradores escriben un pormenorizado libro en el que nos cuentan
con una precisión digna de alabanza todo el psicoanálisis.
Ávila, A., Rojí, B. y Saúl, L.A. (2004). Introducción a los
tratamientos psicodinámicos. Madrid: UNED.
Villamarzo fue mi maestro, con él y sus increíbles clases me inicié en
psicoanálisis, su libro es un buen inicio para quién quiera una primera
aproximación a este modelo.
Fernández-Villamarzo, P. (1998). Psicoanálisis aplicado: manual
teórico y práctico. Salamanca: Amarú.
Porque algo de Freud tendrás que leer. No te defraudará, el padre del
psicoanálisis era un escritor fantástico.
Freud, S. (2004). Psicoanalisis aplicado y técnica psicoanalítica.
Madrid: Alianza Editorial.
La obra de García de la Hoz es densa y concienzuda, todo un ejercicio de
sabiduría para los lectores más avanzados.
García de la Hoz, A. (2010). Teoría psicoanalítica. Madrid:
Biblioteca Nueva.
Probablemente el más clásico de los manuales sobre la materia, muy
recomendable.
Greenson, R. (2004). Técnica y práctica del psicoanálisis. Madrid:
Siglo XXI.
CAPÍTULO 3: AUTORES PSICODINÁMICOS
El psicoanálisis empieza con Freud, pero después de él docenas de autores
continúan haciendo aportaciones al enfoque. Algunos para completarlo, otros
para contradecirlo, otros simplemente para ayudar a que el modelo
evolucione. En este capítulo voy a revisar algunos de los autores más
reconocidos. Serán presentados como un listado, pero el lector tiene que
saber que se agrupan en una serie de escuelas que resumiré a continuación.
Adler y Jung pasan a la historia del psicoanálisis bajo el triste epígrafe de
“los disidentes”. A ellos les daré un trato especial en este capítulo por lo
relevante de sus propuestas. Algunos de los primeros colaboradores del
maestro propusieron variaciones del psicoanálisis que serían rechazadas por
Freud: Otto Rank, Wilhelm Reich y Sandor Ferenczi. Luego están los
continuistas que se agrupan en dos escuelas: a) la psicología del yo, donde
dedicaré un apartado a Anna Freud, Karen Horney y Harry Sullivan; y b) la
escuela inglesa encabezada por Melanie Klein con Donald Winnicot como
principal seguidor. Por último, dedicaré unas palabras a algunas de las
evoluciones más exitosas del psicoanálisis: el renovador Lacan, el moderno
Psicoanálisis Relacional de Mitchell y la Psicoterapia Dinámica Breve.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Además de los ya citados para el psicoanálisis:
Ávila, A., Rojí, B. y Saúl, L.A. (2004). Introducción a los
tratamientos psicodinámicos. Madrid: UNED.
García de la Hoz, A. (2010). Teoría psicoanalítica. Madrid:
Biblioteca Nueva.
El libro de Mitchell el autor del Psicoanálisis Relacional es el más
recomendado para entender la aportación de cada uno de los teóricos que se
revisan en este capítulo.
Mitchell, S.A. y Black, M.A. (2004). Más allá de Freud. Una historia
del pensamiento psicoanalítico moderno. Barcelona: Herder.
Si quieres leer algo más específico por autores:
Adler, A. (1993). El carácter neurótico. Barcelona: Paidós.
Balint, M., Ornstein, P.H., Balint, E. (2006). Psicoterapia Focal.
Terapia Breve para psicoanalistas. Barcelona: Gedisa.
Horney, K. (1977). Psicología femenina. Madrid: Alianza.
Jung, C. (1994). Arquetipos e inconsciente colectivo. Barcelona:
Paidós.
Klein, M. (1964). El psicoanálisis de niños. Buenos Aires: Hormé.
CAPÍTULO 4: LA TERAPIA EXISTENCIAL
1.- HISTORIA
La terapia existencial se encuadra en una tradición filosófica cuyo referente
fundamental es el filósofo Martin Heidegger (1989-1976). Sus ideas son
aplicadas a la psiquiatría primero por Karl Jaspers y luego Ludwig
Binswanger.
Hay toda una serie de autores que desarrollaron estas ideas en diferentes
paises:
EEUU: Rollo May, Medard Boss e Irvin Yalom.
Inglaterra: los sartrianos Laing y Cooper.
El autor más clásico es Victor Frankl: un vienés que sobrevivió a los
campos de concentración nazis, el padre de la Logoterapia que expone
en su libro El hombre en busca de un sentido.
2.- PERSONALIDAD
No hay un conjunto de rasgos que constituya la personalidad, la
existencia es un proceso emergente. Para entender a una persona particular
hay que comprender el mundo tal y como ella lo construye.
Para Binswanger el mundo consta de tres dimensiones:
El mundo de lo biológico: somos organismos con necesidades y
vivimos en contacto con una naturaleza que a veces nos desborda y
siempre limita nuestras posibilidades.
El mundo de lo social: compartimos el planeta con otros. A veces su
presencia nos ayuda a dar sentido y propósito a nuestra existencia,
otras nos producen tensión, compartir nuestro mundo con ellos implica
riesgos que debemos aceptar porque la alternativa es la soledad.
El mundo personal: nuestro intento de comprendernos a nosotros
mismos, nuestro autoconcepto que da coherencia a nuestra existencia y
determina nuestra comprensión de la realidad.
Frankl añade una cuarta dimensión: la espiritualidad. Nuestra relación con
lo divino, con lo trascendente.
Para los terapeutas existenciales, la forma en que decidimos ser en estos
cuatro órdenes del mundo constituye nuestra personalidad. El objeto de
análisis en terapia es el cómo las personas se enfrentan a los grandes
dilemas de la existencia:
1. El sentido de la vida: el mundo no tiene sentido en sí mismo, y
necesitamos buscarlo porque la alternativa es la desesperanza y el
vacío existencial. Hay tres formas de buscar significado desde los
valores:
a. Experienciales (recibir): algo o alguien que se convierte en la
razón de nuestra vida. Por ejemplo, para Frankl el amor es la
meta fundamental, también lo puede ser la amistad, o el
disfrute de las aficiones.
b. Creativos (dar): estar implicado en un proyecto que
permita construir algo nuevo.
c. Actitudinales: a veces son la única alternativa posible, si no
podemos cambiar lo de fuera, siempre podemos cambiar
forma de percibir la realidad.
Para dar sentido a nuestra existencia buscamos propósitos,
establecemos metas y tratamos de vivir conforme a nuestros valores.
2. La soledad: nacemos, morimos y pasamos la mayor parte de nuestra
vida en soledad. Nunca podemos ser completamente entendidos por
los otros, y tampoco comprender a los demás en plenitud. El error es
buscar nuestra felicidad en la validación de los otros.
3. La libertad: los seres humanos estamos constantemente tomando
decisiones que están determinadas por las limitaciones del ambiente.
Decidir implica ansiedad y asumir la responsabilidad de nuestras
elecciones. Nos posicionamos ante la existencia y establecemos un
proyecto existencial.
4. La muerte: somos conscientes de que la vida tiene fecha de
caducidad y esta idea determina nuestra existencia. Según Heidegger
hay dos maneras de estar en el mundo:
a. El descuido del ser: cuando se olvida que la vida tiene un
final, las personas viven perdidas en el mundo de las cosas y
las diversiones, preocupados por las cosas y no por lo valioso
del ser.
b. El cuidado del ser: implica ser consciente de la propia
existencia y de la del mundo y disfrutar de ello porque la
muerte acabará con la vida.
3.-PATOLOGÍA
La ansiedad es inherente a la vida. No es en sí mismo mala, al contrario,
nos hace más conscientes de que debemos dar una respuesta a los grandes
temas que estructuran la existencia. Sólo cuando no manejamos
adecuadamente los temas existenciales surgen los síntomas y la patología.
Cuando no encontramos sentido a la vida experimentamos lo que los
existencialistas llaman vacío existencial que produce la neurosis
existencial (noogénica). Cuando sentimos el vacío existencial los
síntomas se apresuran a llenarlo y aparece la depresión, los trastornos de
ansiedad y las adicciones.
Vivimos rodeados de gente, pero también somos conscientes de nuestra
soledad (aislamiento existencial) y a veces lo que las personas hacen
para lidiar con la soledad lleva a conductas desadaptativas. Para
enfrentar este aislamiento necesitamos desarrollar una personalidad
firme, una identidad segura desde la que buscar al otro; porque si no
corremos el riesgo de utilizar a los demás como medio para conseguir
nuestra propia seguridad. Por ejemplo: las relaciones de dependencia
extrema en la que la gente se niega a sí misma, o la sexualidad
compulsiva son maneras patológicas de enfrentarse al aislamiento
existencial porque implica estar con los otros, pero negando la
posibilidad de una relación verdadera.
La conciencia de nuestra extrema libertad nos produce ansiedad
existencial. Algunas formas de negación de la libertad y no asunción
de responsabilidad son:
- La compulsividad: crear un mundo psíquico gobernado por una
fuerza irresistible ajena al Yo que impide la libertad.
- El desplazamiento de la responsabilidad: trasladar a otras
personas la toma de responsabilidades sobre la propia vida.
- La negación de la responsabilidad asumiendo el rol de víctima
que no tiene control sobre su vida porque renuncia a tenerlo.
- La negación de la responsabilidad por pérdida de control:
enloquecer, perder la racionalidad es otra forma de renunciar al
control.
El enfrentamiento inadecuado a la evidencia de que somos mortales, y
la angustia que de ello se deriva, puede también ser fuente de conducta
inadecuada. La neurosis es una forma de renuncia a la vida por temor a
la muerte, un restringir la propia forma de vivir por el miedo que la
muerte nos causa. Dos defensas fundamentales: a) sentirse inmortal:
personas que viven como si nunca fueran a morir, b) no
responsabilizarse de la vida porque hay un salvador que en la otra que
lo compensará todo.
En general la forma patológica de escapar a la ansiedad existencial es la
mentira y la pérdida de auntenticidad.
4.- INTERVENCIÓN
Objetivos
Aumentar la conciencia de la propia existencia y recuperar la autenticidad.
Ello se traduce en:
Encontrar significados personales, establecer metas y reconocer los
valores que dirigen su vida.
Establecer relaciones sanas con los otros, basadas en emociones
positivas y no en la utilización de los otros para enfrentar la propia
inseguridad.
Ser conscientes de su libertad para elegir y la necesidad de hacerlo y
de asumir la responsabilidad sobre las propias decisiones.
El terapeuta
Es ante todo empático, trata de ver el mundo desde los ojos de sus pacientes
para entender cómo construyen sus significados.
Auténtico porque él mismo está también es un proceso de búsqueda de
sentido y por eso es un buen compañero de viaje.
Técnicas
La terapia existencial es un encuentro entre dos personas lo más libre
posible de técnicas. Desde esta base cualquier técnica de cualquier
modelo puede ser útil.
El terapeuta anima a la persona a implicarse en un proceso de
autoconocimiento para construir estilos diferentes de relación
consigo mismo y los demás.
No interesa el pasado sólo el presente, el cómo la persona se enfrenta
a sus miedos en el aquí y ahora.
En logoterapia a Frankl le gustaba usar:
- El dialogo socrático: hacer preguntas para que la persona
reflexione sobre los temas básicos de libertad, responsabilidad y
búsqueda de sentido.
- La de-reflexión: descentrar a las personas de sus propios
problemas, desplazando la atención hacia otros, hacia otras
causas y ocupaciones.
- La paradoja: le gustaba prescribir a las personas que se
deprimieran más o que no tomaran decisiones para aumentar su
conciencia de estancamiento en la situación.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Si quieres un libro para tener una visión más amplia de todos los modelos
humanistas te recomiendo:
Rojí, B. y Saúl, L.A. (2005). Introducción a las psicoterapias
experienciales y constructivistas. Madrid: UNED.
Si quieres algo más específico, sin duda el libro de Yalom:
Yalom, I. (1984). Psicoterapia Existencial. Barcelona: Herder.
O los de Viktor Frankl:
Frankl, V. (2009). Teoría y terapia de las neurosis. Barcelona Herder.
Frankl, V. (2013). El hombre en busca de un sentido. Barcelona:
Herder.
CAPÍTULO 5: LA TERAPIA CENTRADA EN LA
PERSONA DE CARL ROGERS
1.- BIOGRAFÍA
Carl Rogers nació en Illinois (Estados Unidos) en una familia religiosa y
muy conservadora. Estudió dos años de teología y luego psicología. Le
interesa el psicoanálisis en un principio y luego evolucionó hacia una
psicología más empírica y, sobre todo; muy enfocada al contacto más
próximo con los usuarios.
Trabaja en diferentes universidades americanas, y termina instalándose en
California. Su propuesta es una terapia no-directiva que utiliza los recursos de
las personas para el cambio: la terapia Centrada en el Cliente. Su idea es
que las personas tienen recursos para cambiar que sólo se manifiestan cuando
el contexto en el que viven es facilitador.
2.- PERSONA
Rogers entiende al ser humano como un organismo más, una unidad
indivisible que vive y reacciona ante el ambiente.
Según él, la vida es un flujo continuo, en el que el organismo progresa
porque está dotado con una tendencia actualizadora: un impulso constante
para progresar, para desarrollar sus posibilidades y convertirse en un
organismo más autorrealizado.
Además, las personas vivencian el mundo y lo representan, tratan de
entenderlo y de almacenar información. Una experiencia fundamental es la
que tenemos sobre nosotros mismos, el autoconcepto: lo que hemos
aprendido a pensar sobre nosotros mismos por nuestra experiencia en el
ambiente y los juicios que los demás hacen de nosotros.
3.- PATOLOGÍA
El auto-concepto es muy vulnerable, si una persona se siente criticada por
los demás y lo que recibe de éstos no encaja con la forma en que ella misma
se percibe, la persona entra en un estado de incongruencia. Tiene que elegir
entre ser ella misma y exponerse al rechazo de los otros, o adaptarse a lo que
los demás le demandan renunciando a ser auténtica. En el segundo caso se
embarca en un empeño permanente de buscar la aprobación externa
olvidándose de mantenerse en contacto con la propia experiencia (la del “Yo
organismo”) que es la que mantiene en marcha la tendencia actualizadora.
La patología es causada por una discrepancia entre el “yo organismo”
(nuestra parte más biológica), diseñado para progresar, y el auto-concepto
distorsionado (nuestro aspecto más social). El resultado es que las personas
dejan de confiar en sus capacidades naturales para el progreso y pierden
el contacto con la experiencia como fuente de información. La tendencia
actualizadora en vez de dirigirse al exterior, se dirige a reforzar al yo
como una forma de protegerlo ante posibles experiencias negativas.
4.- INTERVENCIÓN
Objetivos
Los terapeutas centrados en la persona no establecen objetivos, entienden
que las personas a lo largo de la terapia encontrarán la dirección hacia la
que quieren dirigir su vida. Si hay una serie de resultados deseables con los
tratamientos:
Apertura a la experiencia, viviendo el momento con plenitud y
confiando en la experiencia como guía para progresar.
Fomentar la libertad y responsabilidad.
Desarrollando la creatividad que permite adaptarse a las condiciones
cambiantes de la realidad.
Técnica
El terapeuta es colaborador y empático. La relación terapéutica es la
técnica para ayudar al progreso de las personas. Si la persona se siente
aceptada y segura conseguirá reactivar su tendencia actualizadora y
pondrá en marcha sus propios cambios.
Para que este proceso se lleve a cabo hace falta:
Que dos personas estén en contacto psicológico.
Un cliente en estado de “no congruencia” (falta de equilibrio y
autenticidad).
Un terapeuta en estado de “congruencia”:
- Auténtico, que se permita ser el mismo
- Con aceptación incondicional de su cliente, esto es, ausencia
total de juicios de valor.
- Con una comprensión empática de la persona.
Es condición fundamental que el cliente perciba de alguna manera la
consideración positiva y la comprensión empática del terapeuta.
Para facilitar el cuarto punto Rogers propone dos técnicas:
- El reflejo: el terapeuta devuelve con sus propias palabras lo
fundamental de las emociones que el cliente está expresando.
- El parafraseo: devolver a los clientes un resumen de lo que va
entendiendo.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Para leer algo de Rogers te recomiendo:
Rogers, C. (1972) Psicoterapia centrada en el cliente. Buenos Aires:
Paidós.
Rogers, C. (1979). El proceso de convertirse en persona. Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 6: LA TERAPIA GESTALT
1.- HISTORIA
Fritz Perls nace en Berlín en 1893 y muere en 1970 en California. En
Fráncfort entra en contacto con la psicología Gestalt. Se forma en
psicoanálisis con la influencia de Karen Horney y Wilhelm Reich con quién
realiza uno de sus análisis didácticos. Gran parte de su vida trabaja como
psicoanalista en Sudáfrica con su mujer Laura. Más tarde se distancian de
este modelo, se trasladan a Estados Unidos y crean la escuela la Gestalt.
Sus influencias son:
La psicología gestalt:
- El individuo es un todo que no se puede explicar por la suma
de las partes.
- La persona está en un constante proceso de auto-completarse
(similar a nuestra necesidad de cerrar figuras cuando las
percibimos). Una de las fuentes de problemas psicológicos son
los asuntos pendientes.
- La aspiración básica de la terapia gestalt es el “darse cuenta” de
algo que antes no era percibido, de algo que era fondo y ahora se
convierte en figura.
Del Budismo Zen incorpora la idea de los opuestos que se
complementan, que no pueden existir el uno sin el otro. Y la filosofía de
que para encontrar la iluminación no hay que buscarla sino esperar a que
ocurra, aceptar lo que sucede.
De otros enfoques humanistas:
- Del existencialismo de autores como Tillich o Sartre, la Gestalt
asume que cada persona experimenta la realidad a su manera y
lo importante es la vivencia que tiene en cada momento, en el
“aquí y ahora”. Y también la idea de que las personas son
responsables de sus vidas.
- Perls es aficionado al teatro y eso unido a su interés por el
psicodrama de Moreno le hace pensar que las personas
adquieren una mayor conciencia de la situación si la
representan en vez de únicamente describirla.
- De la bioenergética de Lowen: la idea de que la toma de
conciencia debe ser muy corporal, hay que escuchar al cuerpo.
- Con Rogers comparte la idea de que los seres humanos tenemos
una tendencia a la actualización y al progreso.
2.- LA PERSONA
Las personas somos un organismo biológico, un todo indivisible que no se
puede explicar por la suma de las partes (sensaciones, emociones, cognición,
espiritualidad).
Ese todo indivisible está en interacción con el ambiente.
La persona necesita satisfacer sus necesidades básicas (comida,
refugio, sexo, cariño). Las necesidades aparecen y desaparecen en
una dinámica de figura/fondo (lo que hoy parece muy importante
mañana estará en un segundo plano).
La sociedad nos constriñe, nos obliga a desempeñar unos roles
(trabajo, familia) que no son más que medios para conseguir nuestro
objetivo final que es satisfacer nuestras necesidades biológicas. La
cultura hace que confundamos los roles sociales con las metas-finales,
un humano sano no se preocupa por adaptarse a una sociedad que
es insana.
Las personas interaccionan con el entorno en ciclos de contacto-
retirada. El contacto con el ambiente permite satisfacer necesidades, la
retirada la asimilación de lo obtenido (alimento, información).
La autorregulación se produce necesariamente en contacto con el contexto
del que formamos parte. Y la regulación consiste en esta tendencia a auto-
completarse, a cerrar las gestalt, satisfacer nuestras necesidades.
Todo el proceso ocurre en el presente, el pasado ya no existe y el futuro
todavía no es nada. Lo que importa es la experiencia vivida en cada
momento, en el “aquí y ahora”.
La información más relevante para un organismo biológico son las
sensaciones corporales. Las palabras deben servir para simbolizar
la experiencia, pero no debemos permitir que la falseen.
Lo que permite el crecimiento es:
El “darse cuenta”: tomar conciencia de lo que nos ocurre. Entrar en
contacto con el mundo, desde la experiencia, para aumentar el
autoconocimiento que permite la autorregulación y el desarrollo de
potencialidades.
Asumir responsabilidad sobre lo que hacemos, pensamos, sentimos,
a dónde vamos.
Integrar opuestos: la experiencia humana está repleta de polaridades.
Nuestro auto-concepto se conforma como una elección entre polos.
El problema es que las personas podemos ser un polo y el opuesto, el
proceso sano es conseguir integrar las polaridades, aceptándonos como
seres cambiantes.
3.- PATOLOGÍA
Los problemas aparecen cuando las personas interrumpen su proceso
natural de desarrollo, porque algún tipo de barrera personal impide la
satisfacción de necesidades.
Estas barreras son el producto de aprendizajes tempranos que alteran los
ciclos contacto-retirada y, por lo tanto, toda la forma de relación con el
medio. Hay cuatro formas anómalas de relacionarse con el medio que para la
Gestalt constituyen mecanismos neuróticos:
Introyección: la persona debe aceptar muchos mandatos externos que
impiden su propia auto-actualización.
Proyección: hacer responsables a los demás de todo.
Retroflexión: es un estilo de relación con el entorno en el que el
individuo dirige hacia sí mismo lo que debería sacar hacia afuera.
La confluencia: la persona no tiene límites claros entre ella y el entorno.
Busca la aceptación por encima de todo porque el rechazo le produce
mucha ansiedad.
Las personas neuróticas: no viven en el presente porque se enfrentan
constantemente con los asuntos pendientes del pasado, evitan el “darse
cuenta” que es la experiencia que nos permite cambiar y no asumen
responsabilidad sobre sus vidas.
4.- INTERVENCIÓN
Objetivos
Fomentar el “darse cuenta”: reconectar con nuestras emociones, con
las sensaciones corporales.
Traer al presente el pasado inconcluso para apropiarnos de él.
Ayudar a que la persona asuma responsabilidad sobre su vida, pero en
el sentido lúdico, desde una posición ingenua, desde la espontaneidad y
curiosidad de los niños.
El terapeuta
Auténtico: puede expresar sus emociones abiertamente al cliente, hasta
la rudeza.
La relación es de “tu a tu”. Simpatía más que empatía.
Activo sin ser directivo, acompaña al cliente hacia donde quiera ir,
sirviendo como facilitador del proceso
Muy creativo, buscando técnicas para que la persona amplíe su “darse
cuenta”.
Técnicas:
Para trabajar sobre la expresión: con el objeto de hacer que la gente
se responsabilice de su lenguaje y con ello de su vida.
- Hablar en primera persona: evitando el leguaje impersonal.
- Convertir las preguntas en afirmaciones.
- Los sí...pero son una formula para evitar responsabilidad.
- Escuchar y utilizar las metáforas que ofrecen los clientes.
- Énfasis en el qué y el cómo, y no en los por qué.
Para aumentar la conciencia: técnicas para ayudar a que las personas
tomen conciencia de su momento, de sus emociones, de sus
pensamientos.
- Repetición cuando se hace grupalmente se llama “hacer la
ronda”.
- Imitación.
- Identificar y mantener: se solicita al cliente que esté atento a lo
que experimenta en cada momento, sus sensaciones, sus flujos
de pensamiento. Para que aprenda a enfrentarse a ella y
averiguar qué significa.
• Dramatización: silla vacía, en la que se hace que la persona se enfrente a:
- Los diferentes opuestos que conforman la personalidad.
- Los asuntos pendientes: el terapeuta invita a la persona a
expresar todos los sentimientos, y a decir todo lo que le gustaría
haber dicho.
- El juego de las proyecciones: se le pide a la persona que ella
misma se comporte como la persona a la que critica.
- Juego de roles de la antítesis: el rol contrario de aquel que usa
para describirse.
- Trabajo con emociones: hacer que las personas escenifiquen la
situación que produce la emoción y revivan en el aquí y ahora
sin intelectualizaciones.
Trabajo con sueños. Se les pide a las personas que cuente el sueño en
presente. Luego debe identificarse con cada uno de los elementos del
sueño (el edificio, los arboles) y exprese como se siente.
Proceso terapéutico:
La terapia gestáltica se puede entender como un proceso para llegar a ser
más auténticos. La terapia ayuda a las personas a ir progresando por
cada uno de esos escalones, metafóricamente es como ir pelando las capas
de una cebolla. Cinco capas:
1. Clichés: capa de contacto con el exterior, basada en estereotipos que nos
permite un contacto superficial pero seguro con los demás.
2. Roles: un poco más profunda, constituida por los papeles que
desempeñamos de cara a los demás y a nosotros mismos. Normalmente
la asumimos como nuestra verdadera identidad.
3. Impasse: es una etapa de parada, se experimenta como un vacío,
caracterizado por la evitación de la experiencia. El terapeuta ayuda a la
persona a enfrentarse con su propio vacío, a “darse cuenta” de lo que
evita, de los asuntos inconclusos.
4. Implosión: una explosión hacia dentro, para hacerse consciente de sus
propios problemas, de sus evitaciones, buscando su verdadero yo y
abandonando sus viejos patrones.
5. Explosión: implica el contacto con nuestras emociones y el deshacerse
de los estereotipos y roles para ser auténticos. La explosión completa la
gestalt y soluciona las situaciones inconclusas.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Para un buen resumen del modelo Gestalt:
Martin, A. (2006). Manual práctico de terapia Gestalt. Bilbao:
Desclée de Brouwer.
CAPÍTULO 7: TERAPIAS CORPORALES
1.- LA BIOENERGÉTICA
Su creador es Alexander Lowen (1910-2008) un médico y psicoterapeuta
estadounidense que fue discípulo de Wilhelm Reich (uno de los discípulos de
Freud, pionero en las terapias corporales).
1.1.- LA PERSONA
Para la Lowen nuestro cuerpo está dotado de una energía vital que debe fluir
y que está al servicio de todas nuestras necesidades. El corazón es el centro
desde el que se distribuye la energía. En torno al corazón hay una serie de
capas concéntricas de defensa: la emocional, la muscular y el Yo.
La persona es el resultado de sus experiencias vitales que construyen su
personalidad y conforman su cuerpo a lo largo de su existencia. Cada
experiencia se refleja en el cuerpo de la persona como los anillos
concéntricos en el tronco de un árbol.
1.2.- LA PATOLOGÍA
Los conflictos inconscientes se expresan en el cuerpo porque el Yo
controla la musculatura voluntaria para inhibir un impulso. Cuando el
control sobre el impulso debe mantenerse indefinidamente, el yo aparta la
energía de él y el control se ejerce inconscientemente. El resultado es que ese
grupo muscular queda contraído permanentemente. El efecto secundario
es que esas tensiones musculares impiden la respiración plena y eso conlleva
una disminución del nivel de energía disponible para vivir.
Las tensiones musculares (coraza caracterial) condicionan el físico de una
persona y eso condiciona a su vez su pensamiento y la forma de percibirse
(el yo). El resultado final es que el Yo y su reflejo corporal en la coraza
caracterial consiguen que el individuo se mantenga en un equilibrio
controlado por los mecanismos de defensa y las tensiones musculares. Ese
equilibrio tenso se puede manifestar en síntomas.
Lowen describe cinco tipos de carácter: esquizoide, oral, psicopático,
masoquista y rígido. Para cada uno de ellos establece una tipología física y
tensional, un correlato psicológico y un momento causal en la historia de la
persona.
1.3.- INTERVENCIÓN
El terapeuta
Es empático, tratando de entender a la persona y sus problemas. Es un
experto leyendo el cuerpo de la persona: su físico, su respiración, sus
movimientos y su forma de expresar emociones.
Objetivos
Restablecer el equilibrio mente/cuerpo:
Desbloqueando las tensiones corporales.
Desactivando los mecanismos de defensa psíquicos.
Técnicas
Terapia psicodinámica.
Terapia bioenergética:
- Ejercicios de respiración.
- Ejercicios físicos:
Asentamiento en tierra: los dos pies apoyados en el
suelo, rodillas flexionadas y espalda haciendo un arco.
Ejercicios sensuales y sexuales: rotación de caderas,
movimientos de pelvis, arqueo de espalda.
- Masaje.
- Meditación.
2.- TERAPIAS EXPERIENCIALES. EL FOCUSING DE GENDLIN
2.1.- HISTORIA
Eugene Gendlin nacido en Viena en 1926. Contacta con Rogers y su
investigación versa sobre ¿por qué unas experiencias terminan siendo
significativas y otras no? A partir de ahí desarrolla su propia teoría que
tiene que ver con que el procesamiento de la experiencia es corpóreo.
2.2.- PERSONA
La gran afirmación de las terapias corporales es “no tenemos cuerpo, somos
cuerpo”. Debemos hacer caso a la información que nuestro cuerpo ofrece
para dar sentido a nuestra experiencia. Las sensaciones, los sentimientos,
los estados de ánimo, o las tensiones que nos provocan los hechos nos sirven
para dar significado a la experiencia y por tanto responder a ella.
2.3.- PATOLOGÍA
Nuestra sociedad nos ha enseñado a no atender a nuestras experiencias
corporales, a no concederles valor. El resultado es que vivimos disociados de
nuestros cuerpos y de la sabiduría que contienen.
2.4.- INTERVENCIÓN
Para acceder a la sabiduría del cuerpo, Gendlin propone la técnica del
focusing experiencial, una serie de pasos que resumo a continuación:
1. Despejar un espacio: desde una posición de relajación el usuario va
dejando que a su mente acudan sucesivamente diferentes preocupaciones.
La idea es que entren, las reconozca y las vuelva a sacar creando un
“espacio ficticio” para cada una de ellas. El objetivo es transmitir la idea
de que las preocupaciones están ahí, pero son algo diferente de la
persona, y está tiene el poder de dejarlas entrar o deshacerse de ellas.
2. Formar la sensación-sentida: trabajando con una preocupación
concreta, el terapeuta ayuda al usuario a identificar las sensaciones
corporales que produce.
3. Conseguir un asidero: buscar una palabra, frase, o imagen que
represente la sensación-sentida.
4. Resonar: dejar que la mente pase de la palabra a la sensación física hasta
que se produzca un vínculo.
5. Preguntar: ¿a qué te está invitando?, ¿qué estaría bien que sucediera?
6. Terminar: recibir lo que haya venido y agradecer la experiencia.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Algunas lecturas de cada uno de los enfoques:
Gendlin, E. (2012). El focusing en psicoterapia: Manual del método
experiencial. Barcelona: Paidós.
Lowen, A. (2011). La Bioenergética. Madrid: Sirio.
CAPÍTULO 8: LA TERAPIA DE CONDUCTA
1.- HISTORIA
Los principales autores que contribuyen al desarrollo de la terapia de
conducta son:
Pavlov: establece las leyes del condicionamiento clásico.
Thorndike estudia las leyes de asociación estímulo-respuesta en lo que
él llama condicionamiento instrumental. La ley más importante es la ley
del efecto: toda conducta está controlada por sus consecuencias.
Watson en su manifiesto conductista propone el uso de la investigación
objetiva para el estudio de la conducta. Junto a Rayner usa el
condicionamiento clásico para provocar una reacción de miedo en un
niño ante una rata.
Jones, siguiendo la propuesta de Watson, se dedica a proponer métodos
para eliminar fobias infantiles.
Hull, Tolman y Guthrie inician el neoconductismo.
Skinner plantea que la conducta se puede cambiar manipulando sus
consecuencias y que no es necesaria ninguna hipótesis mentalista para
explicarla. Su propuesta es el condicionamiento operante.
Tres focos de aparición desde el punto de vista geográfico:
- EEUU: Skinner, Solomon y Lindsey utilizan el término terapia
de conducta para referirse al uso del condicionamiento operante
en pacientes esquizofrénicos.
- Sudáfrica: Wolpe utiliza la desensibilización sistemática,
basada en la idea de que una conducta que provoca una
respuesta antagónica a la ansiedad, puede inhibir ésta si se
expone al sujeto a ella de una manera gradual.
- Inglaterra: Eysenck empieza criticando los resultados del
psicoanálisis en uno de los estudios más famosos de la
psicología. Impulsa la aplicación de las técnicas experimentales.
El psicólogo clínico es un investigador que aplica en sus
tratamientos los avances de la psicología básica.
2.- LA PERSONA
Los conductistas más radicales entienden que la personalidad no es más que
la forma característica de responder a estímulos que tiene una persona
concreta. Este estilo de respuesta puede estar determinado por nuestra
biología y por nuestra historia de aprendizaje.
Eysenck trata de explicar por qué la conducta es razonablemente estable a lo
largo de diferentes situaciones. Para ello propone una teoría de rasgos basada
en dos diferenciaciones básicas: introversión-extraversión y neuroticismo-
estabilidad emocional.
A partir de ahí se establece un debate sobre si los rasgos describen
disposiciones demasiado estables como para explicar la capacidad de
adaptación de las personas a situaciones diferentes. En este contexto Mischel
propone la existencia de una serie de variables sociocognitivas mucho más
modificables (aptitudes, expectativas) que explicaban la conducta humana en
el marco de un sistema autorregulado (metas, planes).
Somos lo que aprendemos y nuestros aprendizajes se producen a través de
tres modelos básicos:
Condicionamiento clásico: un Estímulo neutro acaba produciendo la
misma respuesta que otro, por el simple hecho de producirse
simultáneamente.
Condicionamiento operante: las consecuencias (premios) que siguen a
una conducta (por ejemplo: estudiar) producida en presencia de un
estímulo (padres), modifican la posibilidad de que la conducta se vuelva
a producir (aumenta la posibilidad de que vuelva a estudiar).
Modelado o aprendizaje observacional: un observador puede aprender
una conducta compleja cuando se la ve hacer a un modelo.
3.- LOS PROBLEMAS / PSICOPATOLOGÍA
El síntoma es el problema, no es producto de ninguna variable
intrapsíquica, ni tiene ningún significado oculto, por lo que no se hace
necesario que el cliente tenga ningún tipo de insight.
Hay una continuidad entre conducta adaptativa y desadaptativa, ambas
se aprenden por los mismos mecanismos. No hace falta clasificar a las
personas en diagnósticos psicopatológicos, sólo describir el contexto en el
que se produce la conducta que se pretende cambiar.
Tres modelos de aprendizaje de conductas desadaptativas:
Contracondicionamiento: la ansiedad es una respuesta del sistema
nervioso simpático que se produce ante determinados estímulos
ansiógenos. Otra serie de estímulos por contigüidad temporal o por
similitud física pueden acabar produciendo la respuesta ansiógena.
Manejo de consecuencias: una conducta desadaptativa se mantiene
porque está siendo reforzada.
Cognitivo-conductuales: puede haber problemas por un déficit de
cogniciones, por un exceso o porque las cogniciones son inadaptativas.
4.- LA INTERVENCIÓN
4.1.- Características:
Objetivos: cambiar conductas desadaptativas.
El terapeuta: es activo y directivo. Evalúa y decide cuál es el
problema y sus componentes. Establece qué técnica usar y cómo
implementarla. Se convierte en un modelo que enseña a hacer cosas.
La relación terapéutica: no es un aspecto esencial. El terapeuta es un
maestro y dirige la intervención.
La intervención:
- El terapeuta es un investigador que aplica los avances de la
psicología para el cambio de los comportamientos.
- Hay que evaluar para explicar el porqué de la conducta
desadaptativa y evaluar los cambios que se producen con el
tratamiento.
4.2.- Técnicas
4.2.1.- Técnicas de contracondicionamiento y control de la ansiedad:
Basadas en el uso de los principios de condicionamiento clásico. La idea de
cambio es que hay que romper la asociación entre estímulos y respuestas
de ansiedad sustituyendo estas por respuestas más adecuadas.
Desensibilización sistemática: la idea de partida es que hay respuestas
que son incompatibles con otras, que no se pueden dar al mismo tiempo
(ansiedad y relajación). De manera que lo que se busca es asociar al
estímulo que produce la respuesta ansiógena una respuesta
incompatible con la ansiedad. Lo más habitual es usar la relajación
muscular progresiva como respuesta antagónica a la ansiedad.
Entrenamiento asertivo: se utiliza la asertividad como respuesta
incompatible con la ansiedad. Se establece una jerarquía de
situaciones y se crean respuestas asertivas para cada una de ellas.
Exposición: consiste en someter imaginariamente a la persona a la
situación que causa la respuesta ansiógena durante largos periodos de
tiempo para que se produzca la respuesta emocional, hasta que se
produzca la extinción.
Prevención de respuesta: exponer a la persona a los estímulos que
provocan la compulsión o rituales, pero sin permitirle que los haga,
para que se habitúe a la ansiedad.
Relajación y respiración:
- Relajación muscular progresiva de Jacobson: tensión/relajación
de los músculos para enseñar a las personas a percibir la
diferencia.
- Entrenamiento autógeno de Schultz: su punto de partida está
en que las personas consigan representar mentalmente el cambio
que se quiere producir a nivel corporal.
- Respiración: enseñar respiración costo-diafragmática, por
ejemplo.
Mindfulness: centrarse en el momento presente, con apertura total a
la experiencia, sin hacer juicios sobre ella, aceptando radicalmente lo
que ocurra y renunciando al control.
Intención paradójica: prescribir síntoma.
4.2.2.- Técnicas para establecer conductas:
Moldeado o aproximaciones sucesivas: reforzar las conductas que más
se aproximan a la conducta deseada.
Encadenamiento: construir una secuencia que lleva a la meta deseada.
Reforzar las conductas que están en el repertorio del cliente que
conduzcan a la meta.
Modelado: el cliente observa a un modelo realizando una conducta y
después la repite con el feedback del terapeuta. Las características del
modelo, del observador o del formato de trabajo determinan la eficacia
del aprendizaje.
Activación conductual: las personas con depresión evitan situaciones
de contacto social perdiéndose la posibilidad de experimentar
situaciones agradables. El trabajo es mejorar las actividades de la vida
diaria, aumentar situaciones placenteras y situaciones en las que
puedan poner en marcha sus capacidades.
4.2.3.- Técnicas para incrementar conductas:
Refuerzo positivo: para las conductas que queramos aumentar,
utilizando programas de refuerzo específicos.
Control estimular: elegir aquellos estímulos que ayuden a implantar
una conducta o eliminar los que la puedan desencadenar.
Economía de fichas: un sistema de refuerzos sin valor que la persona
podrá canjear por un premio real.
Contrato de contingencias: un acuerdo entre personas en el que se
especifican las conductas deseadas e indeseadas y las consecuencias que
las acompañarán.
4.2.4.- Técnicas para disminuir conductas:
Extinción: dejar de reforzar la conducta que se desea disminuir.
Castigo: estimulación aversiva después de la conducta a disminuir
Coste de respuesta: perdida de los refuerzos previamente adquiridos,
contingente con la conducta a cambiar.
Tiempo fuera: eliminar las oportunidades de obtener refuerzos,
aislando a la persona del contexto en el que los obtiene.
Reforzamiento de conductas alternativas a la conducta a disminuir.
Sensibilización encubierta: hacer que la persona imagine que
determinadas conductas producen unas consecuencias determinadas.
Práctica masiva (saciación): repetición voluntaria de un hábito
involuntario hasta que se extinga. Usada en tics.
4.2.5.- Técnicas para trabajar con pensamientos (desde un punto de vista
conductual):
Escasez de pensamientos: entrenamiento en autoinstrucciones. Se le
enseña al niño a realizar una tarea siguiendo las pautas que marca un
adulto. Luego la realiza repitiéndose a sí mismo los pasos y, por último,
la lleva a cabo repitiendo subvocalmente las instrucciones.
Exceso de pensamientos: técnicas de detención de pensamiento.
Pensamientos inadecuados: terapia cognitiva Beck o Ellis.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Si quieres leer algo más sobre el tema:
Gavino, A. (2006). Guía de Técnicas de Terapia de Conducta.
Madrid: Pirámide.
CAPÍTULO 9: LA TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA
DE CONDUCTA DE ELLIS
1.- BIOGRAFIA
Albert Ellis nace en Pensilvania en una familia judía en 1913 y muere en
2013. Tiene una relación difícil con sus padres poco afectuosos y además
pasa hospitalizado largas temporadas.
Se gradúa en psicología clínica. En principio se interesa por el psicoanálisis,
completa un análisis didáctico en el Instituto Karen Horney y llega a
ejercer como psicoanalista. Insatisfecho con la lentitud de la técnica
analítica se vuelve más activo y directivo. Interesado por la filosofía empieza
a utilizar la idea de que lo que trastorna al hombre no es la situación, es la
interpretación que hace de ésta.
Recibe influencias de autores como Alfred Adler, Karen Horney, Erich
Fromm, H.S. Sullivan o Skinner.
2.- LA PERSONA
Los seres humanos persiguen metas y para ello necesitan enfrentarse a
situaciones de la vida. Nuestras experiencias de afrontamiento y resolución
de problemas hacen que desarrollemos una serie creencias.
Estas creencias se activan ante determinadas situaciones para ayudarnos a
entenderlas y a tomar decisiones. Si las creencias están adaptadas a la
realidad, son lógicas y están basadas en un buen análisis de los hechos,
permitirán actuar adecuadamente ayudando a conseguir metas. La idea básica
de la personalidad que tiene Ellis se resume en el esquema A-B-C:
(A) Acontecimientos activadores: situaciones ante las que el individuo
debe dar respuesta, son hechos externos, o experiencias internas
(emociones, pensamientos).
(B) Creencias: que se activan para interpretar el acontecimiento
activador. Pueden ser racionales o irracionales.
(C) Consecuencias: son los resultados de las creencias que se activan.
Pueden ser de tres tipos: emociones, conductas o creencias.
CREENCIAS RACIONALES CREENCIAS
IRRACIONALES
Empíricas: basadas en datos. Falsas: no están basadas en
evidencias.
Lógicas: basadas en un correcto Ilógicas provienen de algún
análisis de la realidad. razonamiento erróneo.
Pragmáticas: ayudan a Disfuncionales: no ayudan a la
conseguir metas. consecución de objetivos.
Probabilísticas y relativas: se Absolutistas: se expresan en
expresan en términos de deseos términos de obligación,
“me gustaría”, “preferiría” y necesidad o exigencia; y
cuando no se consiguen generan cuando no se consiguen activan
sentimientos que no impiden emociones negativas
seguir en marcha en pos de los inadecuadas (depresión, culpa,
objetivos. ira…) y conductas inapropiadas
como aislamiento, evitación, o
abuso de sustancia.
4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos:
Ayudar a las personas a desarrollar un conocimiento más válido de la
realidad para ello hay que modificar tanto los esquemas cognitivos como
las distorsiones cognitivas.
La terapia cognitiva trata de conseguir que:
Las personas se hagan conscientes del impacto que los pensamientos
tienen sobre sus emociones y su conducta.
Localizar los pensamientos automáticos y buscar alternativas más
racionales.
Identificar las distorsiones cognitivas que están en la base de los
pensamientos automáticos.
Modificar las creencias nucleares.
4.2.- El terapeuta:
Trabaja para crear una buena relación terapéutica basada en la empatía, la
autenticidad y la aceptación incondicional.
Es un instigador muy activo de cambios: guía el auto-descubrimiento de
los clientes en comparación con el racional-emotivo que es más didáctico.
Psicoeducativo explicando a las personas el origen de sus problemas o
corrigiendo cuando lo cree necesario su visión de los hechos. Además, es
directivo proponiendo temas de conversación y tareas.
4.3.- Técnicas:
4.3.1.- Para ayudar a crear creencias alternativas a los pensamientos
automáticos se usa el debate socrático, que consiste en hacer preguntas para
cuestionar la visión y ayudar a generar una alternativa:
¿En qué medida el pensamiento representa la realidad?: grado de
seguridad de 0-100% en la creencia, ¿de dónde ha sacado esa idea?
Evidencias empíricas de la validez del pensamiento: ¿qué pruebas tiene
de la veracidad de ese pensamiento?, y ¿en contra?
Consecuencias del pensamiento automático: ¿qué ventajas y
desventajas tiene pensar así?, ¿qué ventajas y desventajas tendría no
pensar de esa manera?
Construcción de explicaciones alternativas: ¿Hay otra explicación
posible? Se puede usar una gráfica de áreas en la que represente otras
posibles causas del acontecimiento. ¿Y si le preguntáramos a otras
personas, que opinarían? Uso de redefiniciones: el terapeuta da visiones
diferentes sobre el acontecimiento.
Además de todas estas preguntas hay técnicas de apoyo para cuestionar
ideas y promover puntos de vista alternativos:
- La técnica de las columnas: sobre ejemplos concretos se
busca que las personas realicen listados de situaciones,
pensamiento negativo que apareció, y respuesta racional
alternativa que el usuario podría dar. También se puede incluir
entre pensamiento y respuesta racional, la emoción que
provocó en el cliente y opcionalmente el resultado de asumir la
respuesta racional alternativa. Se puede añadir además una
posibilidad adicional, trabajándola en sesión, tratar de
identificar la distorsión cognitiva que subyace a cada
pensamiento automático. Este tipo de análisis se inicia en
sesión y luego puede continuarse como un autorregistro para
realizar en casa.
- Experimentos de comprobación de hipótesis: una vez
localizada la creencia irracional se invita a la persona a
considerarla como una hipótesis que se puede comprobar. Para
ello se diseñan pequeños experimentos: fijarse en las ocasiones
en que le ocurre algo, hacer una pequeña búsqueda de
información sobre un tema que le preocupa. Después, en
sesión, se analizan evidencias a favor y en contra.
- Descenso vertical: el terapeuta escribe un diagrama de flechas
haciendo que la persona lleve sus pensamientos hasta las
últimas consecuencias.
- Gráfica de áreas en la que se representan otras posibles causas
del acontecimiento y se asigna un porcentaje explicativo.
- Definir términos: ¿qué significa ser feliz para usted?
- Psicoeducación: el terapeuta ofrece un punto de vista
alternativo.
4.3.2.- Para trabajar las distorsiones cognitivas: se analizan los
pensamientos automáticos pidiendo a la persona que identifique el error
cognitivo que hay en la base. Se puede ayudar al cliente a reflexionar
haciéndole preguntas:
Inferencia arbitraria: ¿qué pruebas tienes para pensar eso?
Abstracción selectiva: ¿qué otros datos deberías tener en cuenta para
sacar una buena conclusión?
Sobregeneralización: ¿cuántas veces ha sucedido eso realmente?
Magnificación-minimización: ¿de verdad es tan grave la cosa?, ¿en
qué ocasiones ha conseguido darle menos importancia a ese asunto?
Personalización: ¿de qué le vale compararse con otros cuando las cosas
van mal?
Pensamiento dicotómico: ¿puede haber un punto intermedio entre esos
dos extremos?, ¿A qué porcentaje de veces se refiere?
Predicciones negativas: ¿qué posibilidades reales hay de que eso
ocurra?
Etiquetado: ¿esa etiqueta describe realmente lo que usted es?
4.3.3.- Algunas personas además de pensamientos, activan imágenes en las
situaciones problemáticas. Algunas técnicas específicas para trabajar en estos
casos son:
Desensibilización: hacer que la persona se exponga a la imagen.
Continuar la historia: hacer que la persona se imagine la continuación
de la historia en imágenes.
Entrenamiento para sustituir la imagen por otra tranquilizadora.
Cuestionar la imagen igual que se cuestiona el pensamiento.
Usar visualizaciones positivas en las que la persona se imagine
haciendo algo exitosamente.
4.3.4.- Trabajo con creencias nucleares: cualquiera de las técnicas de
trabajo con pensamientos automáticos puede ser útil, pero se pueden usar una
serie de técnicas adicionales:
Ayudar a la persona a identificar y explicar cómo funcionan.
Buscar el origen de las creencias en acontecimientos a lo largo de su
vida.
Cuestionarlas para buscar alternativas, con preguntas similares a las
usadas para trabajar con pensamientos automáticos.
Comparar con los pensamientos que se tienen en los buenos
momentos.
Compararse con la peor persona posible.
Reescribir recuerdos tempranos: activando los recuerdos y buscando
interpretaciones alternativas.
Pedir a la persona que escriba un listado de derechos que quiere tener.
Usar la técnica de columnas con las creencias centrales.
Además:
Todas estas técnicas pueden combinarse con intervenciones más
conductuales como la activación conductual que consiste en animar a
la persona a involucrarse en situaciones sociales que le resulten
agradables, y en las que pueda volver a demostrar sus capacidades.
El trabajo en sesión puede continuarse con tareas para casa como
los autorregistros por columnas o los experimentos conductuales que se
mencionaron antes.
4.4.- Proceso terapéutico
La terapia de Beck está muy estructurada y es relativamente fácil de seguir
incluso para terapeutas con poca experiencia. Se proponen tareas concretas a
realizar en cada sesión de un tratamiento pensado para unas veinte consultas.
Sesiones iniciales de evaluación en las que se aplican pruebas
específicas para cada trastorno y autorregistros.
Los primeros encuentros se dirigen a crear relación terapéutica y
establecer objetivos concretos de trabajo.
Un bloque de sesiones centrales se trabajan todos los aspectos
cognitivos.
Las sesiones finales se dedican a preparar el cierre del tratamiento, a
devolver la responsabilidad al paciente para que no deje de actuar como
un científico ante sus pensamientos negativos y a identificar posibles
causas de recaída para estar en condiciones de enfrentarlas.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
La versión más actualizada del modelo:
Beck, A. T. y Haigh, E. A. (2014). Advances in cognitive theory and
therapy: the generic cognitive model. Annual review of clinical
psychology, 10, 1-24.
Para una buena explicación de las técnicas de intervención:
Beck, J.S. (2011). Terapia cognitiva: conceptos básicos y
profundización. Barcelona: Gedisa
Para ver aplicaciones a diferentes patologías:
Beck, A. T., Freeman, A. y Davis, D. D. (1995). Terapia cognitiva de
los trastornos de personalidad. Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 11: El MINDFULNESS EN
PSICOTERAPIA
1.- HISTORIA
El Mindfulness o como se ha traducido al castellano “atención plena” o
“conciencia plena” consiste según John Kabat-Zinn en prestar atención de
una manera especial a lo que ocurre en el momento presente y sin juzgar. El
Mindfulness es una de las corrientes de lo que se conoce como terapias
contextuales o la tercera ola de los modelos cognitivo-conductuales.
En un primer momento el elemento que diferenciaba a estos enfoques es que
asumen algunos de los postulados de la filosofía budista y las técnicas de
meditación como instrumentos para gestionar de una manera diferente
nuestros eventos mentales. Bajo este epígrafe se encuadrarían modelos como
la Terapia cognitiva basada en el Mindfulness, la terapia de Aceptación y
Compromiso, la terapia Dialéctico-Conductual o la Terapia Metacognitiva.
Desde una perspectiva amplia, terapias contextuales pueden ser todas
aquellas que entienden que para comprender la conducta de la persona hay
que tener en cuenta el contexto externo en el que se produce. Desde esta
visión otros nuevos modelos conductuales como la Psicología Analítico-
Funcional o la Activación Conductual pueden ser incorporadas bajo el mismo
paraguas teórico. En mi opinión, si el atender al contexto es la condición que
las diferencia, también la terapia de conducta o todos los modelos sistémicos
deberían entrar ahí. Así que como el criterio de contexto me parece poco
claro, me quedo con los elementos budistas como criterio unificador.
Algunos personajes claves para entender la historia del éxito de estas
prácticas aplicadas a la psicoterapia son:
1. John Kabat-Zinn, un médico estadounidense que es el primero en
transformar la práctica de la meditación en un programa terapéutico para
usar con personas estresadas.
2. Zindel Segal, John Teasdale y Mark Williams quiénes aplican el
programa de Kabat-Zinn a la depresión y demuestran su potencial para
disminuir recaídas.
2.- PERSONA
Los seres humanos tenemos una capacidad limitada para manejar
informaciones en nuestro espacio de conciencia. Este espacio puede estar
ocupado por informaciones externas o por contenidos de nuestra memoria.
Así que podemos mirar hacia afuera y estar disfrutando de lo que allí ocurre,
o podemos quedarnos atrapados en procesos internos de repaso constante de
pensamientos o emociones.
Estar fuera o dentro es una decisión nuestra, aunque el proceso se complica
por dos razones: a) tenemos un “Yo” que nos impulsa a perseguir metas y nos
haces sentir insatisfechos si no las alcanzamos y b) nuestro cerebro tiende a
entrar en rutinas de pensamiento que nos llevan a vivir en una especie de
“piloto automático”.
3.- PATOLOGÍA
Los teóricos del Mindfulness diferencian entre dos tipos de funcionamiento:
El modo hacer es el tipo de funcionamiento impulsado por nuestro Yo.
Para ser felices establecemos metas y nos obligamos a perseguirlas.
Cuando las alcanzamos la satisfacción nos dura poco porque siempre
hay un nuevo objetivo que podemos conseguir. Además, en ocasiones la
solución no existe, o no depende de nosotros. Entonces corremos el
riesgo de quedarnos atrapados en un proceso interminable de búsqueda
de soluciones. En cualquier caso, este estilo de vida nos lleva a vivir en
“piloto automático”, instalados en la rutina y en nuestra constante
búsqueda interior, que hace que nos perdamos todo lo valioso y original
que ocurre fuera. Ahí estriban los problemas según el Mindfulness, en la
ausencia de felicidad que provocan nuestras rumiaciones.
La alternativa a este estilo de actuación es lo que se conoce como el
modo ser. En este caso el Yo no está tan preocupado de conseguir cosas
o de tener éxitos. Entonces disminuyen las discrepancias entre lo que el
mundo es y lo que debería ser, y disminuyen las emociones negativas.
La persona vive en el presente, experimentando la sensación de frescura
y libertad que se deriva de poder disfrutar cada momento.
4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
La meta del Mindfulness es, en última instancia, cambiar el estilo de vida de
las personas. Ayudarles a encontrar un equilibrio entre el modo hacer y el
modo ser que se concreta en las siguientes habilidades:
Aprender a controlar la atención para dirigirla al presente.
Mantener una relación distinta con pensamientos, emociones y
sensaciones.
Abandono de intentos de solución reactivos producto de vivir con el
piloto automático.
4.2.- El terapeuta
Es un guía que acompaña en la experiencia. Por eso, debe estar entrenado en
todas las prácticas que va a enseñar a sus clientes.
Es también de alguna manera un maestro que ha asumido un estilo de
funcionamiento que le convierte en modelo para los aprendices.
4.3.- Técnicas
Más que técnica, el Mindfulness es ante todo una filosofía que el usuario
debe asumir y que se resume en los siguientes postulados:
a. Vive en el aquí y ahora, el único espacio donde es posible la felicidad.
b. Con una mente de principiante, abierta a la experiencia, desde la
curiosidad de aprender siempre algo nuevo. Para ello:
- Acepta las cosas como son en cada momento.
- Suspende el juicio crítico.
- Deja que la vida fluya.
c. Confiando en tus propias potencialidades. Se amable contigo mismo,
practica la compasión hacia ti mismo igual que lo haces hacia a los
demás.
Para conseguir estos cambios hace falta un “entrenamiento mental”. La
meditación formal es una alternativa para hacerlo, pero también hay un
Mindfulness informal que usa actividades de la vida cotidiana para entrenar.
Además, el trabajo de Mindfulness se puede completar con algunos ejercicios
de psicología positiva que ayudan a potenciar emociones positivas. Explico
brevemente estas tres líneas de trabajo.
4.3.1.- Meditación informal
Consiste en establecer momentos del día concretos para vivirlos con
“consciencia plena “. Veamos algunos ejercicios para trabajar:
a) Actividades de “saborear”: consisten en convertir una actividad
cotidiana en algo que hacemos prestando toda nuestra atención a los
detalles. Puede ser algo tan sencillo como una ducha, o escuchar una
canción, sentarse en el parque a contemplar la naturaleza o comer
saboreando al máximo los alimentos. También sirve tomarse de vez en
cuando “tres minutos para respirar": hacer tres respiraciones con
atención plena y volver a la realidad, sea cual sea, para vivirla con
consciencia plena.
b) Actividades de contar, describir, o fijarse en algo concreto. “Cuenta
todos los coches verdes que ves de camino al trabajo”, “fíjate en la ropa
que llevan hoy todos tus compañeros”, “describe 3 objetos y 3 sonidos
que hay en tu entorno”.
4.3.2.- Meditación formal
Esta opción implica ya una práctica sistemática y continuada. Veamos un
esquema general para un ejercicio básico.
Lo habitual es hacerlo sentado o en la posición del loto.
Se puede iniciar con algún ejercicio de relajación del tipo “body scan” o
visualización positiva relajante.
A partir de ahí la práctica consiste en elegir un foco hacia el que dirigir
la atención y mantenerla allí. Lo más habitual para empezar es usar
como ancla la respiración y concentrar la atención en como el aire entra
y sale del cuerpo. Pero hay muchas otras variantes: desde concentrar la
atención en un “mantra”, o en una imagen externa o interna.
Este ejercicio básico se puede hacer más específico para trabajar con
pensamientos o emociones.
Para trabajar con pensamientos se le puede pedir a la persona que está
meditando que asuma una posición de observador de su actividad
mental, el objetivo es hacerse consciente de que la mente vaga pero que
nosotros somos algo distinto del contenido de nuestros pensamientos.
Para trabajar con las emociones se empieza con un ejercicio de relación
y concentración en la respiración, la persona “invita” a una
preocupación y la deja estar, localiza las sensaciones corporales que la
acompañan y le asigna un nombre (miedo, ira, desesperación). A partir
de ahí el trabajo es permitir que la emoción esté mientras la atención se
concentra en la respiración.
Las emociones se pueden convertir también en el objeto de la
meditación: por ejemplo, la persona activa sentimientos de compasión o
bondad y los mantiene en su mente.
En esta misma línea están las prácticas de auto-compasión. Una forma de
ejercitarlas es la “meditación afectuosa” (Germer, 2011) que consiste en
usar como ancla que se repite un conjunto de frases de auto-consuelo:
“que esté a salvo, que sea feliz, que esté sano, que viva a gusto”.
4.3.3.- Tareas de psicología positiva
Son interesantes como complemento a la práctica anterior por que cumplen
dos funciones: a) introducen rupturas en la rutina que establece la vida en
“piloto automático”, y b) ayudan a generar emociones positivas.
Algunas tareas:
Introduce de vez en cuando un cambio en la rutina.
Escribe un listado de “pequeñas locuras” que te quedan por hacer.
Establece el “día sin móvil”.
Piensa en dos cualidades tuyas que aprecias. A continuación, escribe
ideas sobre lo que podrías hacer para fomentarlas.
Haz lo mismo con una persona que quieres: escribe dos cualidades y
cómo hacer para potenciarlas.
Haz un listado de tus aficiones y luego busca en tu agenda momentos
para practicarlas.
Al terminar el día, cuéntales a las personas que amas cuáles han sido los
dos mejores momentos del día.
4.4.- Proceso terapéutico
John Kabat-Zinn y más tarde Segal y colaboradores diseñan un programa de
intervención de ocho semanas. En él se reflexiona sobre los diferentes
cambios de actitud vital que son útiles para afrontar los estados de depresión
y ansiedad y además se enseñan de una forma práctica las diferentes técnicas
de respiración y meditación que constituyen el Mindfulness.
Pero la filosofía es tan simple y las técnicas tan útiles que no son difíciles de
aplicar como complemento a cualquier intervención terapéutica de otro
modelo.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Son muchos los libros que han salido sobre el tema, yo te recomiendo dos de
los clásicos. El de Kabat-Zinn para entender lo que es el Mindfulness y el de
Segal y colaboradores para ver cómo se aplica a la clínica.
Kabat-Zinn, J. (2009). Mindfulness en la vida cotidiana: cómo
descubrir las claves de la atención plena. Barcelona: Paidós.
Segal, Z., Williams, J.M. y Teasdale, J.D. (2006). Terapia cognitiva de
la depresión basada en la consciencia plena. Bilbao: Desclée.
CAPÍTULO 12: LA TERAPIA DE ACEPTACION Y
COMPROMISO
1.- HISTORIA
La Terapia de Aceptación y Compromiso, a la que se suele hacer referencia
como ACT por sus siglas en inglés, fue desarrollada por Steven Hayes, Kelly
Wilson y Kirk Strosahl en los años 80.
Hayes es un investigador que propone que las personas aprendemos
cogniciones por un proceso similar a cómo aprendemos el lenguaje,
básicamente estableciendo relaciones entre fenómenos, lo que se denomina la
Teoría de los Marcos Relacionales.
A partir de ahí, Hayes llega a la convicción de que, en muchas ocasiones, los
intentos de controlar nuestra actividad mental constituyen el problema y
no la solución, y que hay que recurrir a otro punto de vista para ayudar a las
personas a liberarse de ellos. Esa alternativa es la filosofía budista de
aceptación y algunas técnicas en la órbita del Mindfulness.
2.- CONCEPTO DE PERSONA
Hay un yo-contenido, lo que pensamos y decimos de nosotros mismos, y un
yo-contexto, la auto-consciencia que nos acompaña a lo largo de nuestra vida
y va cambiando de contenidos en función de nuestras experiencias.
La persona es un todo que piensa, se emociona y actúa dando respuestas
globales ante los eventos. Todas las reacciones (emocionales, cognitivas,
fisiológicas) son normales porque son producto de la historia de la persona.
El problema no está en su contenido sino en cómo se gestionan. Con
frecuencia al tratar de evitarlos o controlarlos se potencian y se adueñan de la
actividad mental del individuo, determinando sus decisiones e impidiendo
que progrese en la dirección marcada por sus valores.
La motivación fundamental de los seres humanos son los valores: las
direcciones globales elegidas y deseadas que le damos a nuestra existencia.
3.- LA PATOLOGÍA
En occidente hemos construido socialmente la idea de que los pensamientos
negativos, las emociones o las sensaciones fisiológicas son peligrosas y que
es mejor controlarlas o evitarlas.
La cuestión es que según la ACT cuanto más tratamos de controlar o
evitar nuestros eventos internos (pensamientos, emociones, recuerdos) más
los provocamos, y la solución se convierte en el problema. La ACT entiende
que los problemas humanos se producen por una falta básica de flexibilidad
debida a dos procesos:
Fusión cognitiva: las personas son incapaces de diferenciar entre el
contenido de sus mentes y ellos mismos como pensadores. El problema
es que van a guiar su conducta basándose más en el contenido de sus
mentes que en la información más fresca que les proporciona su
experiencia vital presente. Al trabajo que se hace en consulta para que
las personas diferencien su Yo de sus procesos de pensamiento se llama
defusión.
Evitación experiencial: la persona evita estar en contacto con los
pensamientos, sentimientos y sensaciones físicas que le resultan
dolorosos. La evitación produce un refuerzo a corto plazo, pero a la
larga mantiene y empeora el problema porque no se buscan soluciones.
Además, como nuestras emociones y sensaciones son automáticas y no
están directamente bajo nuestro control, al tratar de evitarlas hacemos
que estén más presentes. La evitación experiencial es particularmente
dañina cuando impide que las personas actúen conforme a sus valores,
el elemento motivacional que nos guía. La alternativa que se buscará en
el tratamiento es la aceptación de la experiencia dolorosa para poder
seguir siendo coherentes con los propios valores.
La evitación llevada al extremo produce lo que en ACT se denomina
Trastorno de evitación experiencial un patrón inflexible que lleva a tratar de
controlar/evitar los contenidos mentales que causan malestar, así como las
circunstancias que los producen. Este tipo de trastorno es una alternativa a las
clasificaciones diagnósticas y es un proceso que suponen en la base de
algunos problemas de ansiedad, de las adicciones o de la bulimia y la
anorexia.
4.- INTERVENCIÓN
4.1.- Objetivos
Seis son los objetivos básicos y por lo tanto las áreas de trabajo de la ACT,
los seis se resumen en uno: conseguir flexibilidad psicológica y se
representan en un hexágono.
1. Aceptación: acabar con la evitación experiencial haciendo que la persona
tome conciencia plena de sus eventos internos y los acepte como un
elemento más en su camino por mantenerse firme en la dirección que
marcan sus valores.
2. Defusión: conciencia de que somos algo distinto al contenido de nuestras
mentes.
3. Hacer que las personas se mantengan en contacto con el presente.
4. Ayudar a las personas a hacerse consciente de que hay un lugar (el yo
como contexto) desde el que pueden observar sus procesos mentales sin
dejarse atrapar por ellos.
5. Clarificar valores, las áreas que son importantes para la vida de las
personas, las motivaciones con las que se compromete.
6. Conseguir que las personas piensen y pongan en marcha acciones
comprometidas con sus valores.
4.2.- El terapeuta
Es directivo en el sentido de que tiene claro cual es el camino que las
personas tienen que recorrer y les ayuda a progresar por él.
Es didáctico enseñando a las personas a través de metáforas; pero le importa
sobre todo las conclusiones que saquen sus clientes, ellos tienen que aprender
a través de experiencias, sacar sus propias conclusiones. Para ello es esencial
que el terapeuta sea flexible y capaz de adaptarse a cada usuario.
4.3.- Proceso
1º Explicación del trabajo y clarificación del plan del cliente. Buscar qué
es lo que quiere conseguir e ir introduciendo ideas sobre en qué consiste el
tratamiento: “la meta no es sentirse bien, sino vivir bien y sentirse como sea
que uno se siente mientras vive bien” (Wilson y Luciano, 2012, p.124). Aquí
utilizan la metáfora del jardín:
“La metáfora del jardín”: “imagínese que usted es un jardinero y que en su
casa tiene un jardín, usted decide qué quiere plantar y dónde para que su
jardín esté bonito y disfruta haciéndolo. El asunto es que en todo jardín hay
malas hierbas y el problema se produce si el jardinero se obsesiona con
arrancarlas. A veces cuanto más las quitas más aparecen y el jardinero corre
el riesgo de descuidar el resto del jardín para dedicarse sólo a las malas
hierbas. Otra posibilidad es asumir que están ahí y que tal vez sirvan para
algo y dedicarse a cuidar el resto del jardín. No se trata de olvidar que están,
sino de asumir que forman parte del conjunto”.
2ª Evaluación: un análisis funcional del patrón de evitación experiencial que
puede ser complementado con la aplicación de algunos cuestionarios
específicos.
Análisis del patrón experiencial: ¿cuáles son los eventos privados que le
preocupan?, ¿en qué situaciones aparecen? ¿desde cuándo está
conviviendo con ellos?, ¿qué ha intentado hacer hasta ahora para
resolverlo, ¿con qué resultados?
Cuestionarios: Cuestionario de Aceptación y Acción (Hayes, Strosahl &
Wilson, 1999), Formulario de Valores (Wilson y Luciano, 2002),
Formulario de Metas, Acciones y Barreras (Hayes, Strosahl & Wilson,
1999).
3º La desesperanza creadora: consiste en exponer a la persona a sus
eventos temidos para ayudarle a ver cómo se siente, y llevarle al estado de
desesperación asociado al darse cuenta de que vuelve a repetir algo que hasta
ahora no le ha dado resultado. A partir de ahí el terapeuta pone al cliente en el
dilema de elegir entre mantenerse en la lucha fracasada anterior o decidirse a
aceptar lo que hasta ahora estaba evitando para poder seguir avanzando en la
dirección de sus valores.
4ª Técnicas: la ACT combina el uso de metáforas, con ejercicios
experienciales y paradojas. Veámoslo aplicado a las diferentes fases de la
terapia.
Establecer valores:
Una metáfora para entender lo que son los valores y cómo la evitación nos
puede hacer renunciar a ellos es la del “autobús de pasajeros”: “imagina
que eres el conductor de un autobús y que tus pasajeros son tus recuerdos,
tus emociones, algunos pensamientos y sensaciones físicas. Algunos
pasajeros empiezan a protestar y a reclamar tu atención. Puedes tratar de
hacer como si no estuvieran e impedir que se acerquen, pero seguirán ahí
generando tensión, si les haces caso y vas girando en la dirección que te
marcan puede que no llegues al sitio que tenías planeado. La solución es
tomarte un tiempo para escucharlos, dejar que se acerquen y te digan, pero
sin discutir con ellos y después vuelve a ponerte la volante y sigue tu
camino, el que es coherente con tu plan de viaje.”
Ejercicios experienciales: “si tuvieras que escribir el epitafio que quieres
para tu lápida en el que se resuma todo lo que quieres conseguir en tu
vida, ¿cuál sería?”. Otra variante es: “¿qué te gustaría que dijeran de ti en
tu funeral?”
Se pueden utilizar también formularios específicos como el de Metas,
acciones y barreras (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999).
Desarrollar consciencia del presente: cualquiera de las técnicas del
Mindfulness como “saborear” o “fijar la atención en el presente” pueden
ser útiles para este propósito.
Aprender a observar desde el “Yo como contexto”:
La metáfora del “ejercicio del observador”: invitar a la persona que se
imagine así misma en distintos momentos del tiempo, en cada uno de ellos
sentía o pensaba algo distinto (diferentes “yo contenido”), pero en todos
ellos hay un nexo común: el yo-contexto.
Los juegos de silla gestálticos en los que el terapeuta puede poner al
cliente a hablar con diferentes yoes del pasado o del futuro también
pueden utilizarse con el mismo propósito.
Facilitar la defusión:
- La metáfora de la “radio”: nuestra cabeza produce un parloteo
incesante, como si de una radio se tratara, pero hay un “oyente”
-el Yo- que puede decir si presta o no atención a la radio, o si se
cree o no los contenidos del programa que se emite.
- En sesión el terapeuta usa el lenguaje para separar a la persona
de sus pensamientos: “¿eso es la realidad o lo que tu mente te
está diciendo en este momento?”.
- Algunas técnicas Mindfulness para manejar pensamientos
pueden ser útiles para este propósito. Por ejemplo, convertirse en
mero observador del flujo de la mente: dedicar un tiempo a
observar como vaga la mente saltando de un pensamiento a otro,
siempre desde una posición de observador curioso.
Trabajar la aceptación:
Metáfora del “hoyo”: imagina que caes en un hoyo y se te ocurre que
cavar es tu única posibilidad de salir. Cuanto más lo haces, mas agravas el
problema. Lo mismo hacemos cuando decidimos que evitar la experiencia
dolorosa es la única opción.
Ejercicios experienciales para apoyar este insight: “no te imagines un
limón y sobre todo no deje que se produzca salivación en su boca”.
La aceptación como alternativa: una buena metáfora para explicar como
funciona la aceptación es la de “las olas en la playa”: “imagine una playa
donde van a parar todas las olas. Hay olas grandes y pequeñas, algunas
temibles otras inofensivas, pero al final todas acaban deshaciéndose en la
playa; a veces hay una ola que en la distancia parece enorme y peligrosa,
pero si la dejas llegar acabará igual que las demás”
Aceptar no es resignarse o rendirse, es asumir que hay que buscar una
forma diferente de manejar eventos mentales. La alternativa es estar
dispuesto voluntariamente, y con una actitud receptiva y flexible, a
exponerse a las vivencias internas que se estaban evitando.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Un par de recomendaciones si quieres leer algún libro sobre el tema,
cualquiera de los dos es una buena inmersión.
Hayes, S.C., Stroshal, K. y Wilson, K.G. (2014). Terapia de
Aceptación y Compromiso. Proceso y práctica del cambio consciente
(2ªEd.). Bilbao: Desclée de Brouwer.
Wilson, K.G. y Luciano, M.C. (2012). Terapia de Aceptación y
Compromiso (ACT). Un tratamiento conductual orientado a los
valores. Madrid: Pirámide.
CAPÍTULO 13: TERAPIA METACOGNITIVA
1.- HISTORIA
La terapia metacognitiva (TMC) es una propuesta del británico Adrian Wells
de la Universidad de Manchester. Su aportación más importante es que los
modelos cognitivo-conductuales clásicos no tienen en cuenta una
información fundamental: las ideas que las personas tenemos sobre cómo
funciona nuestra mente, lo que él denomina metacogniciones. Su modelo de
terapia mezcla técnicas cognitivas clásicas como la reestructuración cognitiva
o los experimentos conductuales, con algunas técnicas basadas en el
mindfulness y el entrenamiento atencional.
3.- LA PATOLOGÍA
Los trastornos psicológicos se producen cuando la persona se queda
estancada en un estilo de pensamiento improductivo llamado CAS (cognitive
attentional síndrome) que se caracteriza por:
• Un estilo de pensamiento perseverante centrado en lo negativo y
constituido por preocupaciones y/o rumiaciones.
• Una focalización de la atención en señales externas (amenaza) o
internas (pensamientos, emociones, sensaciones) que la persona
entiende como valiosas para estar preparada.
• Unas estrategias de regulación de los propios procesos mentales
ineficaces que intensifican el problema.
Las consecuencias de este patrón de pensamiento son muy negativas: la
atención focalizada y la visión negativa hacen que se interprete cualquier
señal como una amenaza; y, además, impiden que la persona esté en contacto
con la información útil del entorno.
Lo relevante es el proceso (la fijación de la atención y la rumiación), el
contenido concreto de las preocupaciones solo determina el síntoma: la
autocrítica produce tristeza y la preocupación por el futuro genera ansiedad.
4.- TRATAMIENTO
OBJETIVOS
Hacer a las personas conscientes de sus metacreencias y sustituirlas
por otras que les permitan poner en marcha estrategias más eficaces de
manejo de sus procesos mentales.
Flexibilizar los procesos de atención.
TERAPEUTA
El terapeuta metacognitivo no se diferencia en términos de habilidades del
terapeuta cognitivo clásico. Sobre una base de buena relación terapéutica, se
realiza un trabajo colaborativo: puede ser más psicoeducativo explicando
cómo funciona la mente, o más directivo haciendo preguntas para cuestionar
las metacreencias.
TECNICAS
Para transformar las metacogniciones la TMC usa algunas de las técnicas
clásicas de la terapia cognitiva y, además, técnicas específicas para trabajar la
atención y desarrollar metaconciencia.
Experimentos conductuales
Se llevan a cabo siguiendo una serie de pasos que se condensan en el
acrónimo PETS: preparación, exposición, test y conclusiones (summarize).
En la fase de preparación, terapeuta y cliente localizan la
metacognición concreta que va a ser objeto de trabajo. Se evalúa
la potencia de la creencia (“de 0 a 100: ¿cómo de convencido
estas de esa idea?”) y se exploran todas las estrategias de
afrontamiento que conlleva.
En la fase de exposición el terapeuta anima a la persona a
enfrentarse a la situación concreta que activa la creencia
metacognitiva para después trabajar con ella en sesión. Se
establece el patrón habitual de afrontamiento y se buscan
maneras diferentes de actuar que permitan desconfirmar las
predicciones de la metacreencia antigua.
En la fase de test, se anima a probar en la práctica una nueva
estrategia de afrontamiento que sirva para desconfirmar la
metacreencia vieja. Las peticiones se plantean siempre en
términos de predicciones, como si de una investigación se
tratara.
En la última fase, terapeuta y cliente sacan conclusiones de los
experimentos realizados.
Entrenamiento atencional
El objetivo es ayudar a las personas a desarrollar flexibilidad atencional. Para
ello se realizan una serie de ejercicios:
1. Atención selectiva: consiste en hacer que el usuario se concentre en
diferentes sonidos dentro de la consulta. Primero sonidos cercanos
(voz de la terapeuta), después sonidos de fuera de la habitación.
2. Cambios atencionales rápidos: se entrena a las personas a cambiar
rápidamente su atención de un sonido a otro.
3. Atención dividida: prestar atención a diferentes sonidos al mismo
tiempo.
Cada componente se practica durante unos cinco minutos dentro de la sesión
y luego se pide como tarea para casa.
3.- LA PATOLOGÍA
Para la TCE la disfunción es el resultado de un estancamiento en el proceso
de desarrollo de las potencialidades, producido por alguna alteración en
nuestro sistema de manejo de las emociones. Cuatro son las posibles causas
de la disfunción emocional:
• Falta de conciencia sobre las emociones: la persona no consigue
extraer la información útil para la vida que contienen las emociones.
Bien por un déficit para identificar los sentimientos, o bien por su
evitación activa de éstos.
• Reacciones inadecuadas consecuencia de esquemas emocionales
desadaptativos. Por ejemplo, alguien que ha sufrido un abuso sexual
tiende a percibirse como indigno. Y su inseguridad le hace reaccionar
con vergüenza y evitación cuando conoce personas nuevas.
• Incapacidad para regular emociones. La carencia de habilidades de
autorregulación hace que las personas se sientan unas veces
desbordadas por emociones muy intensas y otras traten de volverse
insensibles par evitarlas.
• Dificultades en la construcción de narrativas. En este caso el
problema estriba en que las personas son incapaces de usar la
información proveniente de las emociones para construir una visión
coherente y diferenciada de sí mismas.
4.- TRATAMIENTO
OBJETIVOS
• Ayudar a la gente a permitirse y aceptar sus emociones.
• Aprender a regularlas y a transformarlas en otras más adaptativas.
• Crear significados positivos desde las emociones que permitan construir
narrativas coherentes sobre la propia identidad.
EL TERAPEUTA
Para Greenberg el terapeuta es un coach emocional que combina en su
intervención dos aspectos: validación y cambio.
• Para validar debe estar en contacto con la experiencia de las personas,
comunicar activamente su comprensión desde la autenticidad y
aceptación, y promover la colaboración en tareas y metas de la terapia.
• Mientras que los principios para promover el cambio son: a) facilitar el
procesamiento de experiencias emocionales; b) promover el
crecimiento y la toma de decisiones del usuario; c) facilitar la
finalización de tareas pendientes.
PROCESO TERAPÉUTICO
Cuatro pasos de reprocesamiento emocional: 1) identificar contenidos
emocionales problemáticos (marcadores); 2) escoger una técnica (tarea) para
acceder a las emociones; 3) favorecer el procesamiento emocional; 4)
construir nuevas narrativas desde la experiencia.
Marcadores y técnicas
Los marcadores son contenidos puntuales que sugieren un posible trabajo
sobre una emoción problemática. Ante cada tipo de marcador el terapeuta
selecciona una técnica para trabajar la emoción. Ejemplos de marcadores y
técnicas son:
• Reacciones inesperadas ante eventos invitan a recrear la situación
problemática en sesión para investigar emociones y pensamientos,
darles un sentido e investigar nuevas formas de afrontamiento.
• Sensaciones confusas que el cliente no sabe interpretar pueden ser
trabajadas con Focusing.
• Conflicto entre partes. Cuando las personas están atrapadas en dilemas
de difícil solución se trabaja el juego de sillas gestáltico.
• Bloqueo de emociones porque la persona no puede permitírselas.
También se trabaja con la silla vacía gestáltica. Para hacer consciente a
la persona de cómo bloquea la emoción y ayudarle a aceptarla y a dejar
que se exprese.
• Asuntos inconclusos. Con este tipo de marcadores también se usa la
técnica de la silla vacía gestáltica para permitir conversaciones con el
asunto sin terminar.
• Vulnerabilidad por inseguridad o sentimientos de inferioridad. La tarea
es comprender y validar, para normalizar la situación.
Hay también marcadores discursivos que invitan a profundizar en historias
que han quedado sin contar o están siendo mal narradas. Por ejemplo:
personas que repiten una y otra vez la misma historia, o los que mencionan
algo que les hace daño, pero no pueden contar.
Reprocesamiento emocional
La secuencia para favorecer el cambio emocional es la siguiente
I. Acceder a la emoción incrementando la conciencia de ésta y
conectando con sus elementos más fisiológicos.
II. Expresar. Para ello, el terapeuta anima a la persona a mantener la
emoción y todo lo que la acompaña: sensaciones físicas, sentimientos
concretos y cogniciones asociadas. El objetivo es que la persona se
haga consciente de toda la secuencia de funcionamiento y del estado de
organización del Yo que se activa. Pero, además, se busca identificar
emociones secundarias y acceder a las primarias para ver qué
necesidades no resueltas están en la base de la emoción.
III. Regulación. Para regular puede ser útil cualquier actividad que
implique dirigir la atención a otro sitio: respiración o elementos del
presente (personas o espacio físico). A esto se le puede añadir un
trabajo de auto-consuelo y de aceptación.
IV. Comprensión. Al permitir que la emoción fluya, la persona puede
acceder a informaciones que hasta ese momento estaban bloqueadas, lo
que posibilita la creación de nuevos significados.
V. Transformación de la emoción. El malestar secundario debe
transformarse en una emoción primaria adaptativa. Para ello, el
terapeuta debe guiar a la persona en el proceso de vivenciar el
malestar, identificando los sentimientos que aparecen, y buscando la
necesidad o meta insatisfecha que está en su origen. Se trata, además,
de amplificar cualquier sentimiento alternativo que lleve a una salida
más adaptativa.
VI. Exposición a nuevas experiencias relacionales que favorezcan que la
reciba apoyo y consuelo.
Construcción de nuevas narrativas
El cambio definitivo ocurre cuando las personas transforman sus emociones
y, además, las informaciones aportadas por los nuevos sentimientos les
permiten entender la situación - y a sí mismos - de una manera diferente.
Nuevas emociones y narrativas permiten actuar en un modo más adaptativo.
LECTURAS RECOMENDADAS
Greenberg, L. (1999). Trabajar con las emociones en psicoterapia.
Barcelona: Paidós.
CAPÍTULO 19: INVESTIGACIÓN EN
PSICOTERAPIA: FACTORES ESPECÍFICOS Y
FACTORES COMUNES.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
Sin duda el gran libro de la investigación si te interesas la corriente de “factores
comunes”.
Duncan, B. L., Miller, S. D., Wampold, B. E. & Hubble, M. A. (2010).
The heart and soul of change: Delivering what works in therapy (2nd
ed.). Washington, DC, American Psychological Association; US.
Este es manual más clásico en el que se recopilan todos los avances en
investigación en psicoterapia. Va ya por la sexta edición.
Lambert, M. J. (2013). Bergin and Garfield's handbook of psychotherapy
and behavior change (6Th ed.). New York: John Wiley & Sons.
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RESEÑA SOBRE EL AUTOR
Alberto Rodríguez Morejón nació en León (España) en 1962. Estudió
Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca, universidad en la que
se doctoró en 1994. Posee el título de Especialista en Psicología Clínica, tiene
un Master en Terapia Familiar y otro en Psicología del Lenguaje. Es además
terapeuta reconocido por la Federación Española de Asociaciones de
Psicoterapia (FEAP), Supervisor Docente reconocido por la Federación
Española de Asociaciones de Terapia Familiar (FEATF) y la Asociación
Española para la Investigación y el Desarrollo de la Terapia Familiar
(AEID-TF). Ha sido profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca,
profesor Titular de la Universidad de Salamanca y en la actualidad es
profesor Titular en la Universidad de Málaga donde imparte la materia de
Tratamientos Psicológicos. Ha escrito más de treinta publicaciones
científicas e impartido más de un centenar de cursos sobre psicoterapia en
diferentes universidades e instituciones españolas y latinoamericanas.