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b.

Tipo Subjetivo
El tipo subjetivo es importante, debido a que está constituido por las referencias hacia el
“mundo interno” del autor que son utilizadas para describir el acto incriminatorio. Dicho
de otro modo, es aquí donde se determina la “intención” de la persona que ha incurrido
en cometer este delito (contraer nuevo matrimonio con una persona diferente a su
cónyuge). Para ello es necesario que lo haya realizado con plena voluntad, además tener
conocimiento de que el primer matrimonio era válido y eficaz. Es decir, lo hizo con dolo.
En este delito, no cabe hablar de culpabilidad, debido a que el Código Penal solo la
concibe dolosa. Se entiende culpable, según el código, cuando la ley lo señale de manera
expresa y, en caso de este delito, ello no se da1. Por tanto, la bigamia es un delito de
infracción netamente dolosa.
b.1 Dolo
Si bien nuestro Código Penal vigente no define el dolo, se sigue considerando a este como
la conciencia y la voluntad (elementos cognitivo y volitivo). Es decir, no solo es necesario
conocer, sino también querer que se dé la acción típica (tipo objetivo).
En la bigamia, “el dolo se configura cuando el bígamo con pleno conocimiento que se
encuentra unido en un primer matrimonio que cuenta con toda su eficacia jurídica, libre
y voluntariamente decide contraer un segundo matrimonio civil, esto es, el sujeto activo
actúa con conocimiento de la vigencia de su anterior matrimonio y con la voluntad de
celebrar, aun a pesar de ello, un nuevo matrimonio”2. Por ende, el sujeto activo actúa de
manera netamente dolosa, atentando contra la unidad matrimonial (la familia). De
acuerdo a la estructura del tipo penal de la bigamia solo se admite dolo directo. Aunque
la doctrina señala que podría caber la posibilidad de bigamia por dolo eventual cuando en
“un caso concreto se observa que una persona dejó de realizar las más elementales
diligencias para averiguar si su primer cónyuge vivía o su anterior matrimonio subsiste
(para salir de su error)”3. Este el caso de España, en el que “el Tribunal Supremo parece
contentarse con el dolo eventual, deducido de no haber practicado el autor las diligencias
más elementales para cerciorarse de la disolución o anulación del anterior vínculo”4.
Se exige que ambos contrayentes sepan que están llevando a cabo un matrimonio y, que,
para este, existe un impedimento como mínimo que cause su nulidad absoluta. Se sostiene
que no es necesario que el impedimento conocido por ambos sea el mismo, también se
afirmó que no es necesario que uno de los contrayentes sepa que el otro también conoce
de la existencia del impedimento quien agrega que sólo hay que saber dos cosas: “El
hecho que importa el impedimento, y el carácter que tiene ese hecho como causal de

1
Art. 12 del Código Penal peruano. “Las penas establecidas por la ley se aplican siempre al agente de
infracción dolosa. El agente de infracción culposa es punible en los casos previamente establecidos por la
ley”.
2
SALINAS SICCHA, Ramiro, Derecho penal Parte especial, Vol. 1. Tomo I, Editorial Iustitia, Lima,
2018, p.
3
Ibídem, p.
4
MIR PUIG, Santiago, Matrimonios ilegales en el código penal. Anuario de derecho penal y ciencias
penales, ISSN 0210-30001, Tomo27, Fasc/Mes 3, 1974, p.458
nulidad absoluta de matrimonio”5. En otras palabras, ambos contrayentes saben, en cierto
modo, que su matrimonio no debería llevarse a cabo porque posiblemente sea nulo.
Por ello, se concluye que, en la bigamia, el dolo implica el conocimiento de los elementos
de este tipo legal, que son externos a la acción típica: matrimonio anterior con todas las
formalidades exigidas para resultar válido y su no disolución legítima (matrimonio
vigente). Además, que el sujeto activo, a pesar de conocer dichas circunstancias, quiere
unirse de nuevo en matrimonio.
c. Antijuricidad
Luego de que haberse analizado el tipo objetivo y subjetivo, y que el hecho cumpla con
ellos. En cuanto a la antijuridicidad, se refiere al hecho con valoración negativa, “la
disconformidad de la acción con las normas del ordenamiento jurídico, el resultado de tal
confrontación solo puede ser la comprobación según la cual es el acto lícito o ilícito”6.
Tenemos aquí la antijuricidad formal que es la oposición del acto contra la norma
prohibitiva o preceptiva, en caso de la bigamia sería “el casado que contrae matrimonio”.
Mientras que, por antijuricidad material, se comprende, por el contrario, el carácter
dañino del acto con respecto al bien jurídico protegido por la norma legal. En la bigamia
sería contravenir a “la familia”, que incluso está protegida por la Constitución Política7
Una vez que se haya analizado el tanto la tipicidad como la antijuricidad (el injusto) pasa
a analizarse si cabe o no la conducta imputable al sujeto o si cabe alguna justificación
para dicha conducta.
BIBLIOGRAFÍA
SALINAS SICCHA, Ramiro, Derecho penal Parte especial, Vol. 1. Tomo I, Editorial Iustitia, Lima,
2018, p.
MIR PUIG, Santiago, Matrimonios ilegales en el código penal. Anuario de derecho penal y ciencias
penales, ISSN 0210-30001, Tomo27, Fasc/Mes 3, 1974, p.458
POZO, Hurtado, Manual de Derecho penal Parte general, T. I, Editorial Idemsa, Lima, 2011, p.498

5
DONNA, Edgardo, Derecho penal Parte especial, T. II, Editorial Runizal – Culzoni, Buenos Aires,
2001, p. 33
6
POZO, Hurtado, Manual de Derecho penal Parte general, T. I, Editorial Idemsa, Lima, 2011, p.498
7
Artículo 4 de la Constitución Política del Perú “…también protegen a la familia y promueven el
matrimonio…”

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