1. Junta al menos 5 sustancias olorosas. (Por ejemplo: café, canela, un algodón
empapado de perfume, mostaza, un trozo de cebolla, un diente de ajo, una colilla de cigarro y un poco de detergente líquido…) Coloca cada una de estas sustancias por separado en alguna superficie. Pide a 3 personas que sean tus voluntarios. Cada uno de ellos, con los ojos vendados pasará a oler cada una de las sustancias y les preguntarás si pueden identificarlas. Pon mucha atención en sus respuestas y anótalas en los espacios de abajo. Compara qué sustancias les fueron más difíciles y si hubo diferencias en la identificación en cada uno de ellos. 2. Toma un pedazo de manzana, una cebolla y una papa. Pide a tus 3 voluntarios, cada uno de ellos, con los ojos vendados que se aprieten la nariz y den una mordida a cada una. Pregunta a cada uno si pueden identificar como los sabores de las tres son bastante similares. Todos tienen textura crujiente, de modo que, si eres privado de las claves de olor, no las distinguen ciertas características importantes. 3. A tus 3 voluntarios, cada uno de ellos con los ojos vendados, les pondrás en sus manos un objeto con muchos bordes, algo que no sea fácilmente identificable. Retira el objeto y pídele que lo dibuje. ¿Qué sucede? 4. Presenta en el trabajo final una reflexión personal sobre los resultados de cada uno de los experimentos. Además, incluye tu inferencia de por qué estas tareas deben realizarse con los ojos vendados. 5. Debes incluir evidencias (fotos, documentos escaneados, videos…) de la realización de los experimentos.