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Esclerosis múltiple

Descripción general
La esclerosis múltiple es una enfermedad del cerebro y la médula espinal (sistema
nervioso central) que puede provocar discapacidad.
Con la esclerosis múltiple, el sistema inmunitario ataca la vaina protectora
(mielina) que recubre las fibras nerviosas y causa problemas de comunicación
entre el cerebro y el resto del cuerpo. Con el tiempo, la enfermedad puede causar
el deterioro o daño permanente de los nervios.
Los signos y síntomas de la esclerosis múltiple varían mucho según la magnitud
de la lesión a los nervios y cuáles de ellos están afectados. Algunas personas
con esclerosis múltiple grave pueden perder la capacidad de caminar sin ayuda o
de caminar por completo, mientras que otras pueden experimentar largos períodos
de remisión sin que aparezca ningún síntoma nuevo.
La esclerosis múltiple no tiene cura. No obstante, algunos tratamientos ayudan a
acelerar la recuperación de los ataques, cambiar el curso de la enfermedad y
controlar los síntomas.

Síntomas
Los signos y síntomas de la esclerosis múltiple pueden ser muy distintos de una
persona a otra y durante el transcurso de la enfermedad, según la ubicación de las
fibras nerviosas afectadas. Los síntomas a menudo afectan el movimiento, tales
como:

 Entumecimiento o debilidad en una o más extremidades que, normalmente,


aparecen en un costado del cuerpo a la vez, o en las piernas y el tronco
 Sensaciones de choques eléctricos que se producen con ciertos movimientos
del cuello, en especial, al inclinarlo hacia adelante (signo de Lhermitte)
 Temblores, falta de coordinación o marcha inestable
Los problemas de visión también son frecuentes e incluyen:

 Pérdida de visión parcial o completa, por lo general en un ojo a la vez, a


menudo con dolor al mover el ojo
 Visión doble prolongada
 Visión borrosa
Los síntomas de la esclerosis múltiple también pueden incluir:

 Balbuceo
 Fatiga
 Mareos
 Hormigueo o dolor en distintas partes del cuerpo
 Problemas con la función sexual, los intestinos y la vejiga
Cuándo consultar al médico
Consulta con un médico si tienes alguno de los síntomas mencionados sin saber
los motivos.

Evolución de la enfermedad
La mayoría de las personas con esclerosis múltiple tienen un curso de enfermedad
recurrente-remitente. Tienen períodos con síntomas nuevos o recaídas que
aparecen durante días o semanas y, por lo general, mejoran en forma parcial o
total. Estas recaídas están seguidas de períodos tranquilos de remisión de la
enfermedad que pueden durar meses e incluso años.
Los pequeños aumentos en la temperatura corporal pueden empeorar de manera
temporaria los signos y síntomas de la esclerosis múltiple, pero no se consideran
recaídas de la enfermedad.
Alrededor del 60 al 70 por ciento de las personas con esclerosis
múltiple recurrente-remitente desarrollan finalmente una progresión constante de
los síntomas, con o sin períodos de remisión, conocida como esclerosis
múltiple secundaria-progresiva.
Si los síntomas empeoran, en general, se convierten en problemas de movilidad y
de marcha. La tasa de progresión de la enfermedad varía enormemente entre las
personas con esclerosis múltiple secundaria-progresiva.
Algunas personas con esclerosis múltiple experimentan un inicio gradual y una
progresión constante de los signos y síntomas sin recaídas. Esto se conoce
como esclerosis múltiple primaria-progresiva.

Causas
No se sabe cuál es la causa de la esclerosis múltiple. Se considera una
enfermedad autoinmunitaria en la cual el sistema inmunitario del cuerpo ataca a
sus propios tejidos. En el caso de la esclerosis múltiple, este mal funcionamiento
del sistema inmunitario destruye la sustancia grasa que recubre y protege las
fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal (mielina).
La mielina se puede comparar con el aislamiento que recubre los cables
eléctricos. Cuando la mielina protectora se daña y la fibra nerviosa queda
expuesta, los mensajes enviados a través del nervio son más lentos o se
interrumpen. También se puede dañar el nervio.
No está claro por qué la esclerosis múltiple se manifiesta en algunas personas y
en otras no. Parece deberse a una combinación de factores genéticos y
ambientales.

Factores de riesgo
Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de tener esclerosis múltiple:

 La edad. La esclerosis múltiple puede presentarse a cualquier edad, pero


generalmente afecta a personas de 16 a 55 años.
 Sexo. Las mujeres tienen de dos a tres veces más probabilidades que los
hombres de padecer esclerosis múltiple recurrente-remitente.
 Antecedentes familiares. Si uno de tus padres o hermanos tuvo esclerosis
múltiple, el riesgo de que padezcas la enfermedad es mayor.
 Determinadas infecciones. Diversos virus se asocian a la esclerosis múltiple,
entre ellos, el de Epstein-Barr, el cual provoca la mononucleosis infecciosa.
 Raza. Las personas de raza blanca, en especial las de descendencia de
Europa del norte, corren un mayor riesgo de padecer esclerosis múltiple. Las
personas de descendencia asiática, africana o indígena estadounidense corren
el menor riesgo.
 Clima. La esclerosis múltiple es más frecuente en países con climas
templados, entre ellos, Canadá, los estados del norte de los Estados Unidos,
Nueva Zelanda, el sureste de Australia y Europa.
 Vitamina D. Tener menos niveles de vitamina D y menos exposición a la luz
solar se relaciona con un mayor riesgo de esclerosis múltiple.
 Determinadas enfermedades autoinmunitarias. Si padeces la enfermedad
tiroidea, diabetes tipo 1 o la enfermedad intestinal inflamatoria, corres un riesgo
levemente mayor de sufrir esclerosis múltiple.
 Tabaquismo. Los fumadores que sufren un evento inicial de síntomas que
podrían indicar esclerosis múltiple tienen más probabilidades que los no
fumadores de sufrir un segundo evento que confirme la esclerosis
múltiple recurrente-remitente.

Complicaciones
Las personas con esclerosis múltiple también pueden tener:

 Rigidez muscular o espasmos


 Parálisis, por lo general en las piernas
 Problemas de vejiga, intestino y funcionamiento sexual
 Cambios mentales, como olvido o cambios de humor
 Depresión
 Epilepsia
Esclerosis múltiple
Diagnóstico
No hay pruebas específicas para la esclerosis múltiple. En su lugar, el diagnóstico
de esclerosis múltiple se basa en descartar otras enfermedades que pueden
producir signos y síntomas similares, lo que se denomina "diagnóstico diferencial".
Es probable que el médico comience con una revisión exhaustiva de la historia
clínica y una exploración.
El médico puede recomendarte lo siguiente:

 Análisis de sangre, para ayudar a descartar otras enfermedades con síntomas


similares a los de la esclerosis múltiple. En la actualidad, se están desarrollando
pruebas para buscar biomarcadores específicos asociados con la esclerosis múltiple,
que pueden ayudar a diagnosticar la enfermedad.
 Punción medular (punción lumbar), en la que se extrae una pequeña muestra de
líquido del conducto vertebral para analizarla en el laboratorio. Esta muestra puede
indicar anomalías en los anticuerpos que están asociadas con la esclerosis múltiple.
La punción lumbar también ayuda a descartar infecciones y otras enfermedades con
síntomas parecidos a los de la esclerosis múltiple.
 Resonancia magnética, que puede revelar zonas de esclerosis múltiple (lesiones) en
el cerebro y la médula espinal. Es posible que recibas una inyección intravenosa con
un material de contraste para resaltar las lesiones que indican que tu enfermedad está
en una fase activa.
 Pruebas de potenciales provocados, que registran las señales eléctricas producidas
por el sistema nervioso en respuesta a determinados estímulos. En una prueba de
potenciales provocados, se pueden usar estímulos visuales o eléctricos, con patrones
visuales en movimiento que tienes que observar, o impulsos eléctricos breves que se
aplican a los nervios de las piernas o los brazos. Los electrodos miden la rapidez con
la que se transmite la información por las vías nerviosas.
En la mayoría de los casos de personas con esclerosis múltiple recurrente-
remitente, el diagnóstico es bastante simple y se basa en un patrón de síntomas
consistente con la enfermedad y confirmado mediante diagnóstico por imágenes
del cerebro, como las resonancias magnéticas.
En personas con síntomas inusuales o una enfermedad progresiva, puede ser
más difícil diagnosticar la esclerosis múltiple. En estos casos, tal vez sea
necesario realizar más pruebas con análisis de líquido cefalorraquídeo,
potenciales provocados e imágenes adicionales.

Tratamiento
La esclerosis múltiple no tiene cura. Por lo general, el tratamiento de la esclerosis
múltiple se centra en acelerar la recuperación después de los ataques, en
desacelerar el avance de la enfermedad y en tratar los síntomas. Algunas
personas tienen síntomas tan leves que el tratamiento no es necesario.

Tratamientos para los ataques de esclerosis múltiple


 Corticoesteroides, como la prednisona oral y la metilprednisolona intravenosa, según
lo recetado para reducir la inflamación de los nervios. Los efectos secundarios pueden
comprender insomnio, aumento de la presión arterial, cambios de humor y retención
de líquidos.
 Intercambio de plasma (plasmaféresis). La parte líquida de la sangre (plasma) se
retira y se separa de las células sanguíneas. Luego las células sanguíneas se
mezclan con una solución de proteína (albúmina) y se vuelven a introducir en el
cuerpo. El intercambio de plasma puede usarse si los síntomas son nuevos, graves y
no han respondido a los esteroides.
Tratamientos para modificar el avance
Para la esclerosis múltiple progresiva primaria, el ocrelizumab (Ocrevus) es la
única terapia modificadora de la enfermedad aprobada por la FDA. Las personas
que reciben este tratamiento tienen un poco menos probabilidades de progresar
que aquellas que no son tratadas.
Para la esclerosis múltiple recurrente-remitente, se dispone de varias terapias
modificadoras de la enfermedad.
Gran parte de la respuesta inmunitaria asociada con la esclerosis múltiple se
produce en las primeras etapas de la enfermedad. El tratamiento agresivo con
estos medicamentos lo antes posible puede reducir la tasa de recurrencia y
retardar la formación de nuevas lesiones.
Muchas de las terapias modificadoras de la enfermedad que se utilizan para tratar
la esclerosis múltiple conllevan riesgos de salud considerables. La elección del
tratamiento más adecuado depende de un análisis detallado de varios factores,
como la duración y la gravedad de la enfermedad, la eficacia de los tratamientos
previos para la esclerosis múltiple, otros problemas de salud, el costo y si eres
mujer en edad fértil.
Las opciones de tratamiento para la esclerosis múltiple recurrente-remitente
incluyen medicamentos inyectables, incluidos los siguientes:
 Interferones beta. Estos medicamentos son algunos de los que se recetan
con mayor frecuencia para tratar la esclerosis múltiple. Se inyectan debajo de
la piel o en un músculo y pueden reducir la frecuencia y la gravedad de las
recaídas.
Los efectos secundarios de los interferones beta pueden ser síntomas
similares a los de la influenza y reacciones en la zona de la inyección.
Necesitarás análisis de sangre para controlar tus enzimas hepáticas porque el
daño hepático es uno de los efectos secundarios posibles por el uso de
interferones. Las personas que toman interferones pueden desarrollar
anticuerpos neutralizantes que podrían reducir la eficacia del medicamento.

 Acetato de glatiramer (Copaxone, Glatopa). Este medicamento puede ayudar a


bloquear el ataque del sistema inmunitario a la mielina y debe inyectarse debajo de la
piel. Uno de los efectos secundarios puede ser la irritación de la piel en el lugar de la
inyección.
Los tratamientos orales incluyen los siguientes:
 Fingolimod (Gilenya). Este medicamento oral que se toma una vez al día
reduce el índice de recaídas.
Deberás controlarte la frecuencia cardíaca durante seis horas antes de la
primera dosis, ya que pueden reducirse los latidos del corazón. Otros efectos
secundarios incluyen infecciones graves poco frecuentes, dolores de cabeza,
hipertensión arterial y visión borrosa.

 Dimetilfumarato (Tecfidera). Este medicamento oral que se toma dos veces al día
puede reducir las recaídas. Los efectos secundarios pueden comprender
enrojecimiento, diarrea, náuseas y reducción del recuento de glóbulos blancos.
 Teriflunomida (Aubagio). Este medicamento oral que se toma una vez al día puede
reducir el índice de recaídas. La teriflunomida puede producir daño hepático, caída del
cabello y otros efectos secundarios. Es nociva para el feto en desarrollo y no debe ser
usada por mujeres que puedan quedar embarazadas y no estén usando un método
anticonceptivo adecuado, ni por sus parejas de sexo masculino.
 Siponimod (Mayzent). Las investigaciones demuestran que este medicamento oral,
que se toma una vez al día, puede reducir el índice de recaídas y ayudar a retrasar la
progresión de la esclerosis múltiple. También está aprobado para la esclerosis
múltiple secundaria progresiva. Los posibles efectos secundarios comprenden
infecciones virales, problemas hepáticos y un recuento bajo de glóbulos blancos.
Otros posibles efectos secundarios incluyen cambios en la frecuencia cardíaca,
dolores de cabeza y problemas de la vista. El siponimod es perjudicial para el feto en
desarrollo, por lo que las mujeres que pueden quedar embarazadas deben usar
anticonceptivos cuando tomen este medicamento y durante 10 días después de dejar
de tomarlo.
Los tratamientos de infusión incluyen los siguientes:
 Ocrelizumab (Ocrevus). Este medicamento de anticuerpos de
inmunoglobulina humanizados es la única terapia modificadora de la
enfermedad aprobada por la FDA para tratar las formas de esclerosis
múltiple progresiva primaria y remitente-recurrente. Los ensayos clínicos
demostraron un menor índice de recaídas en la enfermedad recurrente y un
empeoramiento más lento de la discapacidad en ambas formas de la
enfermedad.
Ocrevus es administrado por un profesional médico mediante una infusión
intravenosa. Los efectos secundarios relacionados con la infusión pueden
incluir irritación de la piel en el lugar de la inyección, presión arterial baja, fiebre
y náuseas, entre otros. Ocrevus también puede aumentar el riesgo de algunos
tipos de cáncer, especialmente cáncer de mama.
 Natalizumab (Tysabri). Este medicamento está diseñado para bloquear el
movimiento de células inmunitarias potencialmente nocivas desde el torrente
sanguíneo hacia el cerebro y la médula espinal. Puede considerarse como
tratamiento de primera línea para algunas personas con esclerosis
múltiple grave o como tratamiento de segunda línea para otras.
Este medicamento aumenta el riesgo de contraer una infección viral del
cerebro potencialmente grave, denominada leucoencefalopatía multifocal
progresiva (LMP) en personas que tienen los anticuerpos para el agente
causante del virus JC de la LMP. Las personas que no tienen los anticuerpos
casi no tienen riesgo de padecer LMP.
 Alemtuzumab (Campath, Lemtrada). Este medicamento ayuda a reducir las
recaídas de esclerosis múltiple al atacar a una proteína en la superficie de las
células inmunitarias y reducir los glóbulos blancos. Este efecto puede limitar la
potencial lesión a los nervios producida por los glóbulos blancos. Pero también
aumenta el riesgo de contraer infecciones y trastornos autoinmunitarios,
incluido un alto riesgo de contraer enfermedades tiroideas autoinmunitarias y
enfermedades renales de origen inmunitario poco frecuentes.
El tratamiento con alemtuzumab supone cinco días consecutivos de infusiones
del medicamento, seguidos de otros tres días de infusiones un año más tarde.
Las reacciones a la infusión son frecuentes con alemtuzumab.
Solo los proveedores registrados pueden comercializar el medicamento, y las
personas que se tratan con él deben registrarse en un programa de control de
inocuidad de medicamentos especiales.

 Mitoxantrona. Este medicamento inmunodepresor puede ser nocivo para el corazón y


se asocia con la aparición de algunos tipos de cáncer de sangre. En consecuencia, su
uso para tratar la esclerosis múltiple es extremadamente limitado. La mitoxantrona
casi no se usa para tratar la esclerosis múltiple grave y avanzada.
Tratamientos para los signos y síntomas de la esclerosis
múltiple
 Fisioterapia. Un terapeuta físico u ocupacional puede enseñarte ejercicios de
estiramiento y fortalecimiento, y mostrarte cómo usar dispositivos para facilitar
tus tareas cotidianas.
La fisioterapia, junto con el uso de un andador cuando sea necesario, también
puede ayudar a controlar la debilidad de las piernas y otros problemas de la
marcha que a menudo se asocian con la esclerosis múltiple.

 Relajantes musculares. Puedes experimentar rigidez o espasmos musculares


dolorosos o incontrolables, en especial en las piernas. Los relajantes musculares
como el baclofeno (Lioresal) y la tizanidina (Zanaflex) pueden ser de ayuda.
 Medicamentos para reducir la fatiga. Los medicamentos como amantadina
(Gocovri, Oxmolex), modafinil (Provigil) y metilfenidato (Ritalin) pueden ser útiles para
reducir la fatiga relacionada con la esclerosis múltiple. Es posible que se recomienden
algunos de los medicamentos que se utilizan para tratar la depresión, incluidos los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
 Medicamentos para aumentar la velocidad al caminar. La dalfampridina (Ampyra)
puede ayudar a aumentar ligeramente la velocidad al caminar en algunas personas.
Las personas con antecedentes de convulsiones o disfunción renal no deben tomar
este medicamento.
 Otros medicamentos. También se pueden recetar medicamentos para la depresión,
el dolor, la disfunción sexual, el insomnio y los problemas de control de la vejiga o los
intestinos asociados con la esclerosis múltiple.

Estilo de vida y remedios caseros


Para ayudar a aliviar los signos y síntomas de la esclerosis múltiple, intenta lo
siguiente:

 Descansa mucho. Analiza tus hábitos de sueño para asegurarte de que estés
durmiendo lo mejor posible. Para asegurarte de que estás durmiendo lo suficiente, es
posible que tengas que ser evaluado, y posiblemente tratado, para los trastornos del
sueño, como la apnea obstructiva del sueño.
 Haz ejercicio. Si tienes esclerosis múltiple de leve a moderada, hacer ejercicio con
regularidad te ayudará a mejorar la fuerza, el tono muscular, el equilibrio y la
coordinación. Si hace calor, la natación u otros ejercicios en el agua son buenas
opciones. También se recomiendan otros tipos de ejercicios leves a moderados a las
personas que padecen esclerosis múltiple; algunos de ellos son caminatas,
elongación, ejercicios aeróbicos de bajo impacto, bicicleta fija, yoga y taichí.
 Enfríate. Los síntomas de la esclerosis múltiple suelen empeorar cuando sube la
temperatura del cuerpo en personas con esclerosis múltiple. Puede ser útil no
exponerte al calor y usar dispositivos tales como pañuelos y chalecos de refrigeración.
 Consume una dieta equilibrada. Dado que hay poca evidencia para apoyar una
dieta particular, los expertos recomiendan una dieta generalmente saludable. Algunas
investigaciones indican que la vitamina D podría beneficiar a las personas que
padecen esclerosis múltiple.
 Reduce el estrés. El estrés puede desencadenar o empeorar tus signos y síntomas.
Para combatirlo, puede ser útil practicar yoga, taichí, masajes, ejercicios de
meditación o ejercicios de respiración profunda.

Medicina alternativa
Muchas personas con esclerosis múltiple utilizan una variedad de tratamientos
alternativos o complementarios, o ambos, para ayudar a controlar sus síntomas,
como la fatiga y el dolor muscular.
Actividades como el ejercicio, la meditación, el yoga, los masajes, una dieta más
saludable, la acupuntura y las técnicas de relajación pueden ayudar a mejorar el
bienestar mental y físico general, pero hay pocos estudios que respalden su uso
para controlar los síntomas de la esclerosis múltiple.
Las pautas de la American Academy of Neurology (Academia Americana de
Neurología) recomiendan el uso del extracto de cannabis oral para la espasticidad
muscular y el dolor, pero no recomiendan el cannabis en ninguna otra forma para
otros síntomas de la esclerosis múltiple debido a la falta de pruebas.
Las pautas tampoco recomiendan el uso de suplementos herbales como el Ginkgo
biloba y el veneno de abeja o la terapia magnética para los síntomas de
la esclerosis múltiple.

Estrategias de afrontamiento y apoyo


Vivir con una enfermedad crónica puede ser difícil. Para controlar el estrés de vivir
con esclerosis múltiple, considera las siguientes sugerencias:

 Mantén las actividades diarias normales lo mejor que puedas.


 Mantente en contacto con tu familia y tus amigos.
 Continúa haciendo los pasatiempos que disfrutas y que puedes hacer.
 Contáctate con un grupo de apoyo, ya sea para ti o para tus familiares
 Habla con tu médico o con un consejero sobre tus sentimientos e inquietudes con
respecto a vivir con esclerosis múltiple.

Preparación para la consulta


Es probable que te deriven a un médico especializado en trastornos del cerebro y
del sistema nervioso (neurólogo).

Qué puedes hacer


 Anota los síntomas que experimentes, incluidos aquellos que quizás no parezcan
relacionados con el motivo de la consulta.
 Proporciona una lista de todos tus medicamentos, vitaminas o suplementos.
 Lleva todas las notas clínicas, exploraciones, resultados de análisis de laboratorio y
demás información de tu profesional de atención médica primaria para el neurólogo.
 Anota tu información médica clave, incluidas otras enfermedades diagnosticadas.
 Anota información personal importante, incluidos cualquier cambio o situación
estresante reciente en tu vida.
 Escribe preguntas para hacerle al médico.
 Pídele a un amigo o a un familiar que te acompañen, para ayudarte a recordar lo
que diga el médico.
Qué esperar del médico
Es probable que el médico te haga una serie de preguntas. Estar preparado para
responderlas puede dejar tiempo para repasar los puntos a los que quieres
dedicar más tiempo. Te puede preguntar lo siguiente:

 ¿Cuándo comenzaste a experimentar los síntomas?


 ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
 ¿Cuán intensos son los síntomas?
 ¿Existe algo que, al parecer, esté mejorando los síntomas?
 ¿Existe algo que, al parecer, esté empeorando los síntomas?
 ¿Hay alguien en tu familia que tenga esclerosis múltiple?
Preguntas para hacerle al médico
 ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
 ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme? ¿Requieren alguna preparación especial?
 ¿Esta enfermedad suele ser temporal o crónica?
 ¿Mi enfermedad avanzará?
 ¿Qué tratamientos hay disponibles?
 Tengo otros problemas de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlos de manera
conjunta?

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