Está en la página 1de 8

El FALSUS PROCURATOR EN LA JURISPRUDENCIA DE

LA CORTE SUPREMA
ANÁLISIS DE LA CASACIÓN Nº 526-2007- LIMA

Abogado Ever De La Cruz Gonzáles


Maestría en Derecho Civil por la Escuela de Postgrado de la Universidad San Martín de Porres

1.- EXPOSICIÓN DE LOS HECHOS:

Con fecha 21 de noviembre del 1997, por medio de una escritura pública, Jorge
Wuilfredo Salinas Coaguila hipoteco a favor del Banco Wiesse un inmueble de
propiedad de doña María Cobos Angulo y su cónyuge.

El demandado Jorge Wuilfredo Salinas Coaguila para lograr dicha hipoteca


falsificó la firma de los propietarios antes indicados, quienes le otorgaban un
supuesto poder para disponer del bien, hecho que fue comprobado en el
proceso con la respectiva pericia grafotécnica, lo cual conllevo a una sentencia
penal en contra del demandado.

María Cobos Angulo y su cónyuge interpusieron una demanda de nulidad del


poder basándose en el artículo 219 inciso 1 de nuestro Código Civil, el cual
consiste en la nulidad del acto jurídico por falta de manifestación de la voluntad
del agente, obteniendo una sentencia a su favor.

Con la primera sentencia a su favor la pareja de esposos interpusieron una


segunda demanda contra Jorge Wuilfredo Salinas Coaguila y el Banco Wiesse
cuestionando la hipoteca. La demanda fue sobre nulidad del acto jurídico
(hipoteca) por falta de manifestación de la voluntad del agente (artículo 219
inciso 1 del C.C.), es decir por ausencia de la voluntad de los verdaderos
propietarios.
Esta segunda demanda, que es materia de análisis, fue declarada infundada en
primera instancia, pues el magistrado comprendió que no se encontraba frente
a un supuesto de nulidad de acto jurídico, sino ante un supuesto de ineficacia
del acto jurídico, es decir bajo el amparo del artículo 161 del Código Civil,
dejando de lado el supuesto de nulidad del artículo 219 inciso 1 del mismo
cuerpo normativo.

Por su parte la Corte Superior de Justicia de Lima confirmo la sentencia de


primera instancia el 29 de agosto del 2006, por lo que la pareja interpuso
recurso de casación.

El recurso de casación fue declarado procedente el 17 de julio del 2007 por las
causales previstas en los incisos 1 y 2 del artículo 386 del Código Civil,
consistente en la aplicación indebida del artículo 161 del Código Civil, pues con
esta concepción el magistrado de primera instancia comprende que la pareja
de esposos le otorgaron poder al falso procurador, por lo que este último se
habría excedido en las supuestas facultades otorgadas.

Por su parte los esposos se oponen a este análisis pues para ellos nunca
existió una representación, por lo que nunca manifestaron su voluntad, siendo
esto así los magistrados inaplicaron el artículo 219 inciso 1 del Código Civil, el
cual corresponde a la nulidad del acto jurídico por falta de manifestación de
voluntad.

Por lo tanto, podemos indicar que la gran interrogante a la cual se enfrenta la


corte suprema es determinar si en el presente caso la solución correcta es la
nulidad del acto jurídico o la ineficacia del acto jurídico de la hipoteca contenida
en la escritura pública de fecha 21 de noviembre del 2007, celebrada por Jorge
Wuilfredo Salinas Coaguila en representación de los propietarios, doña María
Cobos Angulo y su cónyuge, a favor del Banco Wiesse. Representación que
fue declarado nulo por haber sido falsificadas las firmas de los supuestos
representados.

2.- ANÁLISIS DOCTRINARIO:


2.1.- LA EFICACIA DEL NEGOCIO JURÍDICO:

Cuando una persona celebra un negocio jurídico, la finalidad es obtener un


resultado, el cual deberá ser útil, este resultado es un efecto jurídico, es decir,
cuando el negocio jurídico alcanza los fines perseguidos podemos hablar de
“eficacia del negocio jurídico”. Siendo esto así podemos señalar que cuando el
negocio no logra alcanzar la finalidad por la cual se celebro, es decir, no
produce un efecto jurídico estaremos ante un “negocio ineficaz”.

Ahora bien, teniendo una idea clara sobre la ineficacia del negocio jurídico, el
segundo paso es poder diferenciar cuando estamos ante una ineficacia
estructural y cuando estamos ante una ineficacia funcional.

Estas dos grandes categorías: la ineficacia inicial, también llamada ineficacia


estructural, y por otro lado la ineficacia sobreviniente, denominada también
ineficacia funcional; pueden ser comprendidas bajo las siguientes definiciones
conforme lo manifestaba el desaparecido profesor universitario Lizardo
Taboada Córdova “… la ineficacia estructural es aquella que se presenta al
momento mismo de la celebración del negocio jurídico, es decir, se trata de un
negocio jurídico afectado por una causal de ineficacia desde el momento
mismo de su celebración o formación (…) por el contrario, la ineficacia
funcional, a diferencia de la ineficacia estructural , supone en todos los casos
un negocio jurídico perfectamente estructurado, en el cual han concurrido todos
sus elementos, presupuestos y requisitos, solo que dicho negocio jurídico, por
un evento ajeno a su estructura, debe dejar de producir efectos jurídicos…” 1

Como ejemplos sobre la ineficacia estructural, podemos indicar a los supuestos


de nulidad y de anulabilidad del negocio jurídico, pues estos supuestos se
basan en la formación del negocio. Por otro lado, en la ineficacia funcional tiene
por ejemplos a la resolución, la rescisión (aunque en este supuesto, es el único
caso en el que la causal de ineficacia es coetánea a la formación del negocio
jurídico), el mutuo consenso, la reversión, etc.

1
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. “Acto Jurídico, Negocio Jurídico y Contrato”. Lima: Editora Jurídica
Grijley, 2002 pp. 307 - 309
Cabe indicar que en la ineficacia estructural no es suficiente la existencia de
una de las causales de ineficacia en el momento de la formación del negocio
jurídico sino que además es necesario y de suma importancia que esta causal
suponga un defecto en la estructura del negocio jurídico. Siendo esto así no es
de extrañar que como en todos los supuestos de ineficacia estructural se
produce un negocio jurídico al formado, mal estructurado, con un defecto
congéntito, es decir, nos encontramos ante un negocio jurídico mal
estructurado, es por tal motivo que en la doctrina se denomina a esta clase de
negocio jurídico como “inválido”

Teniendo en claro que la ineficacia estructural es aquel negocio jurídico que no


produce efectos jurídicos debido a que existe un error en su estructura, siendo
este negocio inválido. Por otro lado tenemos a la ineficacia funcional, la cual
tampoco produce los efectos jurídicos deseados, pero el negocio jurídico es
completamente válido, pues su estructura no tiene ningún defecto, por lo que
su ineficacia es consecuencia de la causal sobreviniente a la celebración del
negocio jurídico.

2.2.- LA FIGURA DEL FALSUS PROCURADOR EN EL CÓDIGO CIVIL


PERUANO:

La representación se encuentra regulada en el artículo 145 del Código Civil, del


cual podemos indicar que en dicha institución jurídica se encuentra presentes
dos momentos, siendo el primero el “apoderamiento”, el cual consiste en el
acto celebrado entre el representado y el representante con la finalidad de
otorgarle el poder para poder representar, el segundo esta conformado por el
“acto representativo”, el cual consiste en el acto celebrado por el representante
frente a los terceros y el cual deberá ser realizado dentro de los límites
establecidos en la representación por el representado.

Ahora bien, la figura del falsus procurador se encuentra regulada en el artículo


161 del Código Civil, en el cual se encuentra los siguientes supuestos:
 Si el representante ha celebrado el negocio jurídico excediéndose del
límite de las facultades conferidas, el negocio jurídico así celebrado será
ineficaz, sin perjuicio de las responsabilidades del representante frente
al representado y frente a terceros. Siendo esto así podemos decir que
es una “violación cuantitativa del poder”
 Si el representante ha celebrado el negocio jurídico violando las
facultades conferidas, el negocio jurídico así celebrado será ineficaz, sin
perjuicio de las responsabilidades del representante frente al
representado y frente a terceros. Podemos indicar que es una “violación
cualitativa del poder”
 Si una persona a la cual no se le ha otorgado un poder de
representación celebra un negocio jurídico a nombre de otro, dicho
negocio jurídico es ineficaz en la esfera jurídica de esta, es decir, en la
esfera jurídica del representado.

Como podemos apreciar la jurisprudencia materia del presente análisis se


centra en el tercer supuesto.

Es importante señalar a una institución jurídica de vital importancia denominada


“legitimación”, esta figura fue introducida por el modelo alemán y se puede
apreciar en el Código Civil alemán de 1900 en la cual se regulo la ineficacia
como una nueva consecuencia jurídica. Así podemos apreciarla en el primer
párrafo del parágrafo 1772 y en primer párrafo del parágrafo 1853

Este modelo alemán influyó en gran medida en el modelo italiano, del cual
nosotros hemos copias muchos de sus artículos, así podemos apreciar el
artículo 1478 del Código Civil italiano de 1942 en el cual se establece que si en
el momento del contrato la cosa debida no era de propiedad del vendedor, éste

2
Parágrafo 177 del Código Civil alemán de 1900.- Si alguien concluye un contrato en nombre de otro sin
poder de representación, la eficacia del contrato para y contra el representado depende de su ratificación.
Si la otra parte requiere al representado para la declaración sobre la ratificación, dicha declaración sólo
puede realizarse frente a ella; una ratificación o denegación de ratificación declarada frente al
representante antes del requerimiento es ineficaz. La ratificación sólo puede ser declarada hasta el
transcurso de dos semanas desde la recepción del requerimiento; si – en ese plazo – no se declara, vale
como denegado.
3
Parágrafo 185 del Código Civil alemán de 1900.- Una disposición que lleve a cabo sobre un objeto un
no titular es eficaz si se realiza con el asentimiento del titular.
esta obligado a procurar su adquisición al comprador. El comprador se
convierte en propietario en el momento en que el vendedor adquiere la
propiedad del titular de ella. En el siguiente artículo, el 1479 se proporciona una
tutela resolutoria al comprador si ignora que el bien materia del contrato no era
de propiedad del vendedor.

La legitimidad es una figura la cual no se encuentra de manera expresa en


estos cuerpos normativos, pero pueden ser deducidas de estas normas antes
indicadas.

El profesor Bianca define a la legitimidad como “el poder de disposición que


tiene el sujeto en relación a una determinada situación jurídica” 4, es decir es la
facultad de actuar en representación y con interés propio del representante es
por tal motivo que el acto celebrado por el representante es válido en razón a él
y el tercero con quien celebro en negocio jurídico, pero ineficaz con relación al
representado.

Ahora bien en el caso materia de análisis, el estar ante un falsus pocurador, el


negocio jurídico (garantía hipotecaria) celebrado entre el señor Jorge Wuilfredo
Salinas Coaguila en representación de los propietarios, doña María Cobos
Angulo y su cónyuge, a favor del Banco Wiesse, será completamente eficaz
entre ellos (señor Salinas y el banco), mientras que el mismo negocio jurídico
(la garantía hipotecaria) sería completamente ineficaz, es decir, no tendría
ningún efecto jurídico con respecto a doña María Cobos Angulo y su cónyuge.

3.- ¿POR QUÉ EL NEGOCIO JURÍDICO CELEBRADO POR EL FALSUS


PROCURATOR ES INEFICAZ Y NO ES NULO, POR FALTA DE
ANIFESTACIÓN?

La respuesta inmediata a esta pregunta se encuentra en el artículo 162 del


Código Civil, artículo en el cual se regula la “ratificación ulterior” por parte del

4
MASSIMO, Bianca. “Derecho Civil”. 3 El Contrato. Traducido por Edgar Cortes y Fernando
Hinostrosa. Bogota: Universidad Externado de Colombia, 2007, p. 127
representado del negocio jurídico celebrado por un falsus procurator, y así, de
esta manera el negocio jurídico surtirá sus efectos de manera retroactiva.

Cabe indicar que en diferentes casaciones como en la Casación Nº 926-2000-


Lima y en la Casación Nº 738-99-Cañete se resuelve el mismo supuesto pero
señalando que el resultado no es la nulidad sino la anulabilidad del negocio
jurídico, situación completamente alejado de lo correcto, pues se estaría
haciendo una similitud entre la ratificación y la confirmación, esta última
utilizada en los casos de anulabilidad y el primero utilizado en los supuestos de
ineficacia, así como lo señala el artículo 162 del Código Civil.

Ahora bien, para los verdaderos propietarios del inmueble hipotecado, este
negocio jurídico no les afecta es como si no existiera, pero para el flases
procurator, esta hipoteca es válida y eficaz, por lo que este falso representante
tendrá que responder frente al banco por la garantía hipotecaría, tratando que
los propietarios ratifiquen este negocio jurídico, de lo contrario deberá cancelar
el contrato de mutuo que generó la hipoteca y la respectiva indemnizar a la
entidad bancaria en el caso de incumplimiento.

4.- CONCLUSION:

Muchos consideran que este tipo de sentencia es un grave error, pues dejaría
completamente desprotegidos a quienes en nuestra pobre realidad tienen un
bien inmueble, pues en cualquier momento algún inescrupuloso podría falsificar
nuestras firmas e hipotecar nuestras propiedades y las entidades bancarias
puedan ejecutar los bienes hipotecados.

Pero esto no es tan cierto pues la corte suprema manifiesta la posibilidad de


recurrir a la vía correcta, siendo esta la demanda de ineficacia del negocio
jurídico.

Por otro lado existen opiniones en las cuales se señala que la nulidad es la
solución correcta debido que se infringe lo establecido en el artículo 1099 del
C.C. relacionado a los requisitos para la constitución de la hipoteca en la cual
se señala que sólo puede ser constituido por el propietario o su representante,
hecho que si se da, pues e representante existe, pero esta representación es
ineficaz.

Asimismo, la supuesta nulidad por falta de manifestación de la voluntad de los


representados se ve dejada de lado, pues si existe una manifestación de
voluntad el cual es la del representante, por lo que no es posible aplicar el
artículo 219 inciso 1 del C.C.

También podría gustarte