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El Mito Del Lider Fuerte Liderazgo Politico en La PDF
El Mito Del Lider Fuerte Liderazgo Politico en La PDF
época, el lugar y las circunstancias les dial del siglo xx fueron la de México,
brindaron una oportunidad que ellos la de China y la de Turquía, junto con
aprovecharon para marcar la diferencia las revoluciones comunistas en Eu-
cambiando el sistema. ropa: las revoluciones rusas de 1917,
El capítulo quinto —«Revolucio- las del sudeste de Europa y las revo-
nes y liderazgo revolucionario»— se luciones comunistas en Asia (Ho Chi
plantea que los líderes transformadores Minh en Vietnam, Pol Pot en Cambo-
no son los únicos que provocan cam- ya, Kim Il-Sung en Corea del Norte),
bios sistémicos, pues también lo hacen y finalmente la revolución cubana. Por
los líderes revolucionarios. Líderes que otra parte, Brown en este capítulo hace
consiguen llevar a cabo su revolución, referencia a las no-revoluciones de los
aunque muchos de ellos fracasan a la antiguos Estados comunistas de Euro-
hora de intentar apartar a los poderes pa del Este, a las revoluciones sin líder,
establecidos. Ahora bien, en un régi- como la revolución iraní contra el sah,
men autoritario, el fracaso se paga con y las revoluciones árabes del siglo xxi,
la ejecución o, en el mejor de los casos, como la de Túnez y Egipto. Revolucio-
con penas de prisión. Por el contrario, nes que muestran que un cambio de ré-
en las democracias establecidas, los gimen no precisa de una organización
revolucionarios solo han cosechado establecida, de un líder destacado o de
fracasos. Sin embargo, en general, la un puñado de ellos. Un movimiento
única consecuencia, indica Brown, de desestructurado, más amplio y laxo,
liderar o pertenecer a un movimiento puede dar lugar a una situación revo-
revolucionario que no emplea la vio- lucionaria.
lencia es la marginación. Por otro lado, El capítulo sexto —«Liderazgo au-
Brown nos indica que la mayoría de toritario y totalitario»— expone cómo
las veces una revolución reemplaza un las dictaduras, ya sean autoritarias o
tipo de Gobierno autoritario por otro, totalitarias, deben mucho a los con-
y que entre las características definito- textos políticos y sociales en los que el
rias de una revolución hay que incluir líder logra hacerse con el poder, a los
la violencia, su uso antes, durante o seguidores que esperan obtener algún
inmediatamente después del cambio beneficio de su apoyo, a las élites que
de régimen. Además, no todas las re- se acomodan por miedo a que pueda
voluciones cuentan con líderes fuertes, venir algo peor y a la creencia irra-
incluso algunas carecen prácticamente cional de que una sola persona puede
de líderes, aunque eso no tarda en cam- encarnar la sabiduría de una nación.
biar en cuanto una revolución logra Concretamente, son la apoteosis de la
derrocar al régimen. Para Brown, las ilusión de que lo que necesita la huma-
revoluciones con mayor impacto mun- nidad es un líder fuerte, de que un Go-
que las políticas que defienden los Go- referencia al color que se identifica con
biernos se elaboren de forma colectiva. sus reivindicaciones, supone de entrada
En el capítulo octavo y último analizar críticamente el poder», pues la
—«¿Qué tipo de liderazgo es el más cuestión «no es que haya presencia de
deseable?»— se hace una defensa del mujeres en la política, sino que el femi-
liderazgo colectivo, un buen liderazgo, nismo impregne la política» (Pandora
definido y caracterizado como un lide- Mirabilia y Mar Guixé, Feminismos y
razgo eficaz, sobre el individual, sobre LGTB+. ¡Imparables!, Barcelona, As-
los líderes fuertes y dominantes. Por tronave, 2018), y también los distintos
esto, Brown señala que, en un siste- tipos de liderazgo.
ma de partidos viable, que es un pilar
indispensable de toda democracia, los
Ignasi Brunet Icart
líderes no deberían considerar sus par-
Universitat Rovira i Virgili
tidos como meros instrumentos para
vehicular sus ambiciones, sino como
una empresa común encaminada a di-
fundir lo más posible los valores y ob-
jetivos del partido. Por otro lado, otra
conclusión de Brown es que la crítica
que se ha efectuado a los líderes fuer-
tes, excesivamente poderosos o presun-
tuosos, no implica que el liderazgo no
tenga un papel distintivo e importante
que desempeñar en la arena política.
Un papel en el que se debería dar en-
trada a la conexión estrecha que existe
entre masculinidad y poder, entre gé-
nero y poder. Aspecto que Brown omi-
te, pero que cualquier análisis sobre el
poder debe tener en cuenta, y concre-
tamente sobre la distinta experiencia
que mujeres y hombres tenemos de su
ejercicio. Como indica Octavio Salazar
(El hombre que no deberíamos ser, Bar-
celona, Planeta, 2018), «mirar la rea-
lidad con las “gafas violetas”, usando la
expresión que han popularizado nues-
tras compañeras feministas y que hace