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Nada es bueno ni malo: 10

principios del estoicismo que


pueden ayudarte en la vida
TODO ESTÁ LIGADO
Nada es bueno ni malo: lo importante no es lo que nos sucede, porque es
inevitable y es neutral, sino la forma que tenemos de interpretar y afrontar
cada situación

Marco Aurelio, una de las principales figuras de la filosofía estoica


Getty Images/iStockphoto
BEATRIZ BENÉITEZ BURGADA
21/03/2022 10:00 Actualizado a 21/03/2022 10:22

Los estoicos pensaban que la vida era compleja y agotadora, por eso crearon
reglas para mantenerse en el ‘camino correcto’. Esta escuela de vida fue
fundada por Zenon de Citio en la antigua Grecia, identifica el bien con la
vida virtuosa, lejos de las pasiones. En sus inicios, mantiene cierto contacto
con algunas concepciones religiosas orientales y, en su tiempo, tuvo gran
influencia política y moral. Hoy, representa una de las corrientes filosóficas
más importantes y su influencia se deja ver en la corriente cognitivo
conductual de la psicología.

Sus principios y las prácticas que propone para lograr la felicidad, son
aceptados por muchos. El estoicismo está de moda. Cada situación, por
adversa que parezca, tiene una explicación y todo se funde en el orden
cósmico; la inteligencia de cada ser humano es una partícula de la razón
universal y la forma de alcanzar la felicidad es vivir en sintonía con la razón
que gobierna el universo. No podemos cambiar lo que sucede, pero sí el
modo en el que lo afrontamos y en eso consiste la libertad.

Principios
Defiende que todo está ligado, propone vivir de
acuerdo a la razón, aceptando lo que el destino
depare

El estoicismo defiende que todo está ligado, propone vivir de acuerdo a la


razón, aceptando lo que el destino depare y tratando de eliminar las
emociones negativas, como el miedo y el odio, para desarrollar las positivas
(amor y alegría), y mantenerse imperturbable con ausencia de deseos y
temores, lo que se denomina ataraxia. Porque la verdadera felicidad, depende
de cada uno de nosotros.

Crisipo de Solos, Epicteto y el emperador Marco Aurelio, que dejó para la


historia su obra Meditaciones, son algunos de los estoicos más relevantes de
la época. Dos mil años después, esta forma de entender la vida regresa con
fuerza. Quizá, precisamente, porque estamos rodeados de cosas que no
podemos controlar y necesitamos abrazar lo que sí podemos mantener bajo
control: nuestras acciones y nuestro pensamiento.
Principios que siguen de actualidad

Muchos principios del estoicismo siguen siendo útiles en nuestro mundo. Por
una parte, responden a la eterna búsqueda de sentido y, por otra, contribuyen
a aportar coherencia a cualquier ámbito de la vida. Por eso esta filosofía
cuenta, cada vez, con más seguidores. Muchos de los principios diseñados
por los padres del estoicismo continúan vigentes hoy. Estos son algunos de
ellos:

PRINCIPIOS

Recuerda que morirás. La vida es finita, vive el momento presente,


no dejes nada para después. Valora lo que tienes, cuida tu
compañía, habla despacio.

Reconoce tus errores. Trabaja en tus áreas de mejora. Equivocarse


no es importante, sí lo es rectificar, buscar soluciones y trabajar en la
mejora continua, obtener un aprendizaje de cada error cometido.

Somos iguales. Los humanos no somos tan diferentes, compartimos


sentimientos y emociones. Y todos somos parte de la misma esencia.
Practicar la empatía es saludable. Sé estricto contigo mismo y
tolerante con los demás.

Nada es bueno ni malo. Lo importante no es lo que nos sucede, que


es inevitable y neutral, sino la forma de interpretar y afrontar cada
situación. Es cuestión de perspectiva. Lo que sucede, conviene. Lo
importante es comprender, utilizando la razón, averiguar qué
podemos hacer y aceptar sin resistencia lo que no depende de
nosotros.
No sufrir por lo que no ha ocurrido. Puede pasar cualquier cosa, pero
si no ha sucedido, no te adelantes y no anticipes un dolor que, quizá,
no llegue. Y que, si llega, será inevitable.
Escribir un diario. En opinión de los estoicos, dedicar un tiempo cada
día a reflexionar por escrito, es un buen hábito, que ayuda a
reflexionar sobre las acciones de cada día y a estar más vigilantes
con nosotros mismos.

Contacto con la naturaleza. Respirar aire puro, pasear por el entorno,


disfrutar del aire libre y contactar con nosotros mismos, una forma
eficaz de aquietar la mente.

Trabaja con efectividad. El trabajo constante y humilde es el camino


hacia la mejora. Trabaja cada día, construye lentamente. No
procrastines.

Necesitamos muy poco. Tenemos mucho más de lo que


necesitamos, hacemos y decimos más de lo necesario. Sería bueno
cuestionarnos esto, dispondríamos de más tiempo para lo que sí es
esencial y de más tranquilidad. Elimina lo que no sea necesario.

Abraza tu destino. Que las cosas no salgan como quieres no significa


que salgan mal. Encuentra un aprendizaje en cada experiencia que
creas negativa. En realidad, no lo es. Lo negativo es tu actitud y la
puedes cambiar. No desaproveches las experiencias

Lo cierto es que todo apunta a que esta filosofía de vida puede ser
especialmente útil en tiempos de crisis como los que atravesamos, ya que nos
puede enseñar a desarrollar más resiliencia que, según la RAE es la
capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un
estado o situación adversos.

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