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Un activo es un bien, derecho u otro recurso que una empresa controla y del que espera obtener un beneficio en el futuro. Los activos pueden ser fijos, como maquinaria o equipos, o circulantes, como materias primas. Los activos fijos se deprecian con el uso y el paso del tiempo, lo que significa que van perdiendo valor a medida que generan ingresos para la empresa. La depreciación es el mecanismo contable para reconocer esta pérdida de valor a lo largo de la vida útil del activo de forma sistemática. Existen
Un activo es un bien, derecho u otro recurso que una empresa controla y del que espera obtener un beneficio en el futuro. Los activos pueden ser fijos, como maquinaria o equipos, o circulantes, como materias primas. Los activos fijos se deprecian con el uso y el paso del tiempo, lo que significa que van perdiendo valor a medida que generan ingresos para la empresa. La depreciación es el mecanismo contable para reconocer esta pérdida de valor a lo largo de la vida útil del activo de forma sistemática. Existen
Un activo es un bien, derecho u otro recurso que una empresa controla y del que espera obtener un beneficio en el futuro. Los activos pueden ser fijos, como maquinaria o equipos, o circulantes, como materias primas. Los activos fijos se deprecian con el uso y el paso del tiempo, lo que significa que van perdiendo valor a medida que generan ingresos para la empresa. La depreciación es el mecanismo contable para reconocer esta pérdida de valor a lo largo de la vida útil del activo de forma sistemática. Existen
Desde un punto de vista contable, un activo es un bien, derecho u
otro recurso que una empresa controla económicamente y del que espera obtener un beneficio o rendimiento económico en el futuro. Es decir, el ordenador con el que trabajas, el coche de empresa, una patente o una materia prima son activos de una empresa.
Los activos pueden ser de dos tipos:
Fijos: son recursos de tipo duradero, es decir, que están destinados
a servir, de forma perdurable, a la actividad de la empresa y no están pensados para su venta. De ahí que se les denomine también activos fijos, inmovilizado o activo no corriente.
Circulantes: son elementos que forman parte de las inversiones
cíclicas de una empresa, es decir, no tienen un carácter duradero y están sometidos al ciclo de actividad (por lo general, no más de un año). Es decir, se adquieren existencias(como materias primas, artículos en proceso de fabricación) y posteriormente se venden. Por eso se los conoce como activos circulantes o corrientes.
Por qué los activos pierden valor
Cuando hablamos de amortización o depreciación de un activo nos referimos a los activos fijos. En otras palabras: ciertos recursos de una empresa, como el inmobiliario, la maquinaria, etcétera, van perdiendo valor (se deprecian) y esto ha de considerarse como un gasto.
¿Por qué se deprecian? Bien, como en todos los aspectos de la
vida, el tiempo va socavando el valor de las cosas. En una empresa, un coche, un ordenador o los muebles de una oficina son una inversión inicial que con el uso y el paso del tiempo se deterioran. Además, hay que contar el desarrollo tecnológico. Puedes estar seguro que el dispositivo con el que estás leyendo estas líneas no tendrá el mismo valor dentro de cinco años.
La depreciación es el mecanismo mediante el cual se reconoce el desgaste que sufre un bien
por el uso que se haga de él. Cuando un activo es utilizado para generar ingresos, este sufre un desgaste normal durante su vida útil que al final lo lleva a ser inutilizable. El ingreso generado por el activo usado, se le debe incorporar el gasto, correspondiente desgaste que ese activo ha sufrido para poder generar el ingreso, puesto que como según señala un elemental principio económico, no puede haber ingreso sin haber incurrido en un gasto, y el desgaste de un activo por su uso, es uno de los gastos que al final permiten generar un determinado ingreso.
La depreciación, como ya se mencionó, reconoce el desgaste de los activos por su esfuerzo
en la generación del ingreso, de modo pues, que su reconocimiento es proporcional al tiempo en que el activo puede generar ingresos. Esto es lo que se llama vida útil de un bien o un activo, el tiempo durante el que un activo se mantiene en condiciones de ser utilizado y de generar ingresos. La vida útil es diferente en cada activo, depende de la naturaleza del mismo. Pero por simplicidad y estandarización, la legislación Colombiana,1 por ejemplo, y de manera similar casi todas las regulaciones, han establecido la vida útil a los diferentes activos clasificándolos de diferentes grupos: MÉTODOS DE DEPRECIACIÓN
Para el cálculo de la depreciación se pueden utilizar diferentes métodos
como el método lineal, método de depreciación decreciente y método de unidades de producción entre otros.
La depreciación lineal dará lugar a un cargo constante a lo largo de la vida
útil del activo, siempre que su valor residual no cambie.
El método de depreciación decreciente en función del saldo del elemento
dará lugar a un cargo que irá disminuyendo a lo largo de su vida útil.
El método de las unidades de producción dará lugar a un cargo basado
en la utilización o producción esperada. La entidad elegirá el método que más fielmente refleje el patrón esperado de consumo de los beneficios económicos futuros incorporados al activo.
Dicho método se aplicará uniformemente en todos los periodos, a menos
que se haya producido un cambio en el patrón esperado de consumo de dichos beneficios económicos futuros.