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ISSN: 0123-0999
pensamiento.cultura@unisabana.edu.co
Universidad de La Sabana
Colombia
Bogdan Piotrowski
Summary: The thesis of this paper affirms that literature, one of the main elements of culture, must be anthropotelic.
The author explains the bonds between culture and literature, and demonstrates the importance of axiology in their
evolution. He explains the function of the being in literature and its anthropological conceptions.
Literature helps man to question the existing hierarchy of values in contemporary culture, and also contributes
in man’s search for the truth, for the self knowledge, and for the knowledge of the world he lives in.
Key words: literary axiology, culture, person, values, anthropotelism, literary functions, trascendence.
Résumé: La thèse de l’article soutient que la littérature, un des éléments constitutifs de notre culture, doit être
anthropotélique. Dans son exposition, l’auteur présente les liens entre la culture et la littérature et démontre l’importance
de l’axiologie dans son évolution. Il explique la fonction de l’être dans la littérature et les conceptions anthropologiques
implicites de son fonctionnement. La littérature aide l’homme à remettre en cause la hiérarchie existante des valeurs
dans la culture contemporaine. Elle contribue également à la recherche de la vérité et de la connaissance de soi ainsi
qu’à la connaissance du monde dans lequel l’homme vit.
Mots clés: axiologie littéraire, culture, personne, valeurs, anthropotélisme, fonctions littéraires, transcendance.
nidad. Como sostiene uno de los filósofos con- disipar las tinieblas que a veces cubren la tierra
temporáneos españoles más conocidos: “Ser y enfocar la luz hacia el futuro. La literatura
creativo consiste en recibir activamente posibili- permite que el hombre, a través de la reflexión,
dades de actuar con sentido, es decir, con valores”2. pueda objetivizar los conceptos que percibe en
Sería inútil negar el rasgo persuasivo de la lite- la realidad, sistematizarlos y jerarquizarlos, para
ratura en la conformación de las concepciones insertarlos dentro de un modelo o plano de su
ideológicas, dentro del marco axiológico prefe- actividad de más adelante. La razón prima en
rencial de una sociedad. las actividades intelectules, pero, para realizar-
las plenamente, en el sentido culturógeno, para
Así como, viviendo el término “cultura” en cumplir con su misión, tiene que acudir obliga-
su sentido primigenio, los antiguos romanos toriamente al marco axiológico, a los valores que
tenían que cortar el rastrojo, abonar el suelo para le facilitan la comprensión de la realidad en que
sembrar las plantas deseadas y, luego, arrancar vive el hombre.
las malezas, así también, en sus actos culturales
y en el afinamiento de sus facultades intelec-
tuales, el hombre debe verse obligado a valorar LA LITERATURA EN FUNCIÓN DEL SER
y seleccionar. No todo lo que hace el hombre es
cultura. La cultura debe afirmar al hombre y su La literatura –se puede decir sin mayores
vida. Los actos destructivos o negativos no per- vacilaciones– es una simulación de la realidad.
tenecen a la cultura. Pero también puede ser concebida como su co-
pia, su imitación, su interpretación o su recrea-
No es cierto que la cultura, como lo sugie- ción. Sus objetivos se basan en la necesidad del
ren los relativistas, sea el conjunto de todas las hombre de autodefinirse, de hallar su propia
acciones humanas, de sus procesos y sus resul- identidad, de diferenciarse de los demás y de lo
tados. La cultura tiene que ser mirada con la que lo rodea. El diferenciarnos no se restringe a
perspectiva axiológica y –no es ninguna redun- afirmar nuestra variedad en el seno de la mis-
dancia– antropotélica. No podemos reconocer ma especie, a promover la disensión u oposi-
como cultura los asesinatos, los secuestros, la ción, sino que tiende a confirmar dialécti-
mentira o los hornos crematorios en los campos camente la complementariedad. Y este postula-
de concentración. Para otorgar el epíteto de “cul- do se les puede aplicar tanto a los lectores como
tural”, debe haber búsqueda de la participación a los autores. No es fácil crear distancia entre lo
en la verdad y el bien (que, ciertamente, consti- que se vive y lo que se sigue a través de las pá-
tuyen lo mismo, sino que con diferentes nom- ginas, aunque las dos posiciones, la del escritor
bres están apreciados desde distintos ángulos). y la del lector, sean bien distintas. Sin embargo,
la clave en ambas consiste en responder al lla-
La literatura, muchas veces, testimonia las mado de comprender quiénes somos y adónde
confusiones del hombre, sus caídas y sus erro- vamos, a pesar de que a veces encogemos de
res; narra sus angustias y sus tragedias y recuer- hombros en señal de inquietud o de duda. La
da las atrocidades que pudo cometer, pero su literatura nos atrae porque parece ayudarnos a
intencionalidad no se limita a la divulgación de responder a nuestros cuestionamientos, lo cual
estos momentos. Su aspiración es mucho más es garante de su continua vitalidad, a pesar del
profunda. Preserva la memoria para ayudar a auge de los modernos medios de comunicación
que manejan la información de modo ciertamen-
2 LÓPEZ QUINTÁS, Alfonso La cultura y el sentido de la vida,
te más ágil pero, probablemente, menos profun-
PPC, Madrid, 1993, pág. 7. do, menos penetrante.
gún reparo en afirmar que el lenguaje siempre das las dimensiones de la persona. En caso de
es antropocéntrico. que se le aplique a un hombre, se sobreentien-
de que insinúa un aspecto reduccionista. A pe-
El tema del antropocentrismo del lenguaje sar de que, en ambos casos estos pronombres
es múltiple y complejo. Limitémonos, en nues- inquieren por la naturaleza del objeto, existe una
tras consideraciones sobre este aspecto, a unas actitud predeterminada, fuertemente ideológi-
reflexiones sobre los pronombres. El yo es esen- ca, que diferencia y destaca la identidad del
cial en el proceso de nacimiento de la concien- hombre de los demás seres vivos. En relación
cia humana. La consolidación de este pronom- con los pronombres relativos quien y que las cir-
bre personal como concepto fue fundamental. cunstancias del uso son bastante similares. La
La mente humana, al identificarse y crear el con- existencia de los pronombres específicos que se
cepto de autoconciencia, pudo empezar a dife- aplican en cualquier referencia a la gente, tan
renciar su percepción de la realidad. En conse- extendida entre las lenguas de distintas fami-
cuencia, surgió la necesidad de referirse a tú, a lias, sugiere que estos pequeños matices
él, a nosotros, etc. (las analogías son peligrosas, lingüísticos insisten en resaltar la posición ex-
pero a veces ayudan por la facilidad de visión cepcional del hombre en la naturaleza y en la
que ofrecen). cultura.
lingüística generalizada, y no ocurre solamente Según el Diccionario de la Lengua Griega Moderna de G. Babiniotis
en el español. El qué se refiere a cosas o a seres (actual Rector de la Universidad de Atenas) (Atenas: Kentro
LexikologiatÚ, 1998), la etimología es la siguiente:
animados que no alcanzan a concretar en sí to-
zoo [medieval] < griego antiguo zoion < zo. Como indica el autor,
la palabra en un principio determinaba cada ser viviente, inclui-
sofía del lenguaje en Piotrowski Bogdan (ed.) El valor de la pala- do el ser humano, pero ya desde la antigüedad se redujo al senti-
bra en la expresión y la comunicación, Universidad de La Saba- do de bestia. En escritores antiguos también aparece el sentido
na, Bogotá, 2001, refiriéndonos, entre otros, a los estudios reco- más especializado de imagen, pintura, el cual fue usado en el
nocidos como clásicos de G. Mounin, W. von Wartburg, J. Katz, lenguaje del arte. También es ya antiguo y medieval el uso de la
A. Martinet, E. Benveniste o A. Schaff. palabra para personas tontas, groseras.
Filosófica de Lublin: “La experiencia de la ta, de todas formas, a una persona que reclama
transcendencia, dada al hombre en su “interior”, la igualdad de derechos. Y aunque ellos perma-
borra todas las teorías nacidas de las conviccio- nezcan en el anonimato, merecen un pleno re-
nes abstractas, materialistas, sobre que el hom- conocimiento. Su integridad y su dignidad son
bre es sólo un eslabón, quizás el último, quizás similares, como lo son en las relaciones
el más importante, pero únicamente un eslabón vivenciales, y no deben ser alteradas.
en la cadena de las transformaciones de la ma-
teria”7. El “yo” puede analizar lo que vivió y lo Ahora bien, es importante aclarar también
que conoce, logra sacar conclusiones de su pro- la relación del hombre con la trascendencia y
pia naturaleza. Si el “yo” puede definirse a sí su repercusión en la literatura. La posición del
mismo como un ser caracterizado por sus ras- hombre en la naturaleza es absolutamente ex-
gos particulares, es capaz también definir a los cepcional. Únicamente el hombre es capaz de
demás como conjuntos compuestos por diferen- decir de sí mismo “yo” y experimentar que es
tes características. El gran filósofo judío contem- sujeto de su conocimiento y los impulsos que
poráneo Martín Buber advierte, con mucha ra- percibe de su contorno. El hombre no tiene que
zón, ante el conocimiento y el trato al otro como reaccionar, como los animales, de forma deter-
un simple objeto o como un algo. Al hombre no minada. La apertura a la realidad, al objeto de
se puede reificarlo. El “tú” no es lo mismo que su conocimiento, se articula en función de su
“eso”, sino hay que interpretarlo como el “otro conciencia, de su voluntad. La experimentación
yo”. No somos simplemente un conjunto de ras- del propio “yo” como sujeto, es decir, de la con-
gos, como las cosas. Por esta razón, el adverbio ciencia o, mejor, de la autoconciencia, es la ma-
interrogativo quién tiene tanta importancia en nifestación de la trascendencia del sujeto que se
proyecta en la reflexión sobre sí mismo y sus
el lenguaje y en la literatura.
actos. De este modo, podemos hablar de la tras-
cendencia del hombre a través del conocimien-
Unos planteamientos, algo cercanos a es-
to intelectual, en cuanto acto no material. El fun-
tos en su intencionalidad de resaltar la digni-
dador de la escuela filosófica de Lublin aseve-
dad humana, su individualidad y su elemento
ra: “El ser de la estructura material no es la cau-
irrepetible, los expresó el Premio Nobel de Lite- sa del acto-ser en su estructura no-material”9. Y
ratura 2000, Gao Xingjian. En una entrevista, es cierto, porque nuestros conceptos, nuestros
después del comentario de que los personajes pensamientos y nuestros juicios no contienen ele-
de sus novelas no tienen ni nombres ni caracte- mentos ni criterios de la materia; no se someten
rísticas físicas sino que son meros “yo”, “tú”, a ningunas medidas, ni de tiempo ni de espacio.
“él”, “vosotros” o “ellos”, al preguntárselo por ¿No es necesario, por ende, reflexionar sobre la
qué esto, el escritor chino contesta: “No son per- trascendencia del hombre? ¿Acaso el hombre no
sonajes, son personas. Los vamos conociendo trasciende su materia a través de sus actos?
por lo que hacen o sienten, no por cómo son o
cómo se llaman”8. De esta manera subraya que, Es cierto que, en consecuencia, tenemos que
en todo proceso de la comunicación, tiene que reconocer la necesidad de la concepción unita-
estar presente la necesidad de ver en el otro a ria del hombre en su múltiple actividad, sea fi-
una persona, que merece todo el respeto. Llá- siológica, sea psíquica o espiritual. Sin embar-
mese lector, personaje o interlocutor, represen- go, sería falso despreciar la parte corporal del
hombre, sin la cual, además, el hombre no po-
7 KRAPIEC, MIECZYSLAW A. op.cit., pág. 13 (traducción nuestra: B.P.).
8 La entrevista con Gao Xingjian realizada por Octavi Martí http:/ 9 KRAPIEC, MIECZYSLAW A., op. cit., pág. 21, (traducción nues-
/www.elpais.es/suplementos/babelia/20010324/babelis.html tra: B.P.).
dría establecer el contacto con la realidad y en- ¿qué es el hombre?, sino que prefiere indagar:
tablar su conocimiento de ésta. El cuerpo no es ¿quién es el hombre?
casual sino que constituye un esencial elemen-
to de la unidad de la existencia humana. El he-
cho de expresar lo que es “mío” comienza con LA LITERATURA TAMBIÉN PERMITE
el cuerpo de la persona. Este último, en cuanto CONOCER, PERO…
“mío”, primario, es mucho más que mis actos:
es su razón de ser y es imprescindible. Y, preci-
samente gracias al “yo” inmanente se logra la Los conceptos y la valoración ocupan, en
trascendencia de los actos, que cada uno puede el conocimiento humano, un papel más que
llamar mis actos. La naturaleza del hombre está destacado. Son esenciales. Conociendo algún
estrechamente constituida por el cuerpo y el objeto, lo conocemos a través del concepto que
espíritu. Y aunque en la tradición triplemente creamos de él, una especie de sentido general.
milenaria de la filosofía se reconoce al hombre Y ¿qué es el conocimiento? ¿Cómo lo concebi-
como ser corporal-espiritual, la idea de este es- mos? Por lo general, lo hacemos por interme-
pecial estatus existencial sigue despertando has- dio de algunos rasgos característicos, especial-
ta hoy la inquietud y el asombro. mente los que nos llaman más la atención, nos
interesan por su particularidad o nos parecen
La trascendencia de la persona no se redu- más útiles; pero este procedimiento resulta ser
ce al permanentemente cambiante mundo de la incompleto. Ello se debe a que el conocimiento
materia. La actividad del hombre la admiramos es selectivo Se adquiere desde un ángulo, se-
desde la formación de la cuna de la cultura y gún algunos aspectos. De esta manera, conce-
nos sigue causando asombro su despliegue en bidos algunos de los elementos de un objeto,
el desarrollo posterior. Se revela con especial construimos una imagen que lo sustituye, es
importancia en los actos del amor y en los del decir, nuestro concepto de él.
conocimiento. También la creación artística ocu-
pa un lugar privilegiado en esta interpretación Al crear un concepto, al mismo tiempo se
de la trascendencia del hombre, y, naturalmen- está formando una imagen sustitutiva del obje-
te, la literatura, en este sentido, se perfila como to conocido. Vale la pena subrayar que es un
una de las actividades humanas de mayor acto-proceso no pasivo sino activo y que, ade-
significado. más, se deja dirigir y modificar en el transcurso
de su consolidación. El concepto creado no re-
El hombre no es la suma de unas caracte- tiene simplemente la atención sino que enfoca
rísticas espirituales o de unos rasgos materia- la interpretación dentro de un abanico de posi-
les, corporales, sino mucho, muchísimo más. bilidades; puede contribuir a la reflexión y al
Conviene destacar la diferenciación entre las registro del mismo proceso de conocimiento.
estructuras sensitivas y las intelectuales emplea- Esta reflexión sobre los actos espontáneos del
das durante los procesos de conocimiento, pero, conocimiento, al repetirse, se intensifica y ad-
al mismo tiempo, hay que apreciar el distancia- quiere el estatus de acto de reflexión, por trans-
miento frente al objeto estudiado que le permi- formarse en el objeto del conocimiento mismo.
te su conciencia. Además, un papel importante Este despliegue reflexivo puede seguir crecien-
ejerce su unicidad, su individualidad y su do hasta tal punto que puede frenar la actua-
irrepetibilidad como ser. Por ende, la literatura, ción misma. Hay personas que no perciben la
como proyección de las estructuras intelectua- diferencia entre la reflexión acompañante y la
les, por lo general, no promueve la pregunta: reflexión de acto y optan por quedarse dentro
del mundo de las ideas. Se olvida que el conoci- pectos, es un contacto novedoso y más rico, si
miento debe inquirir por el objeto mismo y no reconocemos que incluye, a más de los concep-
por su representación a través del signo formal. tos, otras estructuras de valoración y de nuevos
El peligro es notorio. El caso de Don Quijote es juicios. La literatura permite frecuentemente
elocuente y universalmente conocido. Estas cir- percibir los mismos objetos desde otros enfo-
cunstancias repercuten de modo muy significa- ques, compuestos de otros rasgos, otros atribu-
tivo en la literatura, hasta tal punto que pue- tos, ampliando el espectro de los conceptos
den, de cierto modo, cautivar el pensamiento usualmente manejados y, de este modo, permi-
humano dentro del mundo de los signos. te ver el mundo en que vivimos con más pro-
piedad. Lo general y lo particular, lo necesario
En los textos literarios, la representación del y lo fortuito, lo perenne y lo efímero, tan tangi-
mundo constituye un signo del objeto conocido bles en la esfera material y percibidos desde la
o, por lo menos, intuido. Ésta es su naturaleza. realidad vivida, se transforman, en un texto ar-
Como signo, nos revela sus relaciones tanto con tístico, en dimensiones diferentes. Lo inmate-
el objeto representado como con los demás sig- rial de los actos intelectuales del hombre apare-
nos. Además, permite establecer las relaciones ce como no menos importante en el conocimien-
con el sujeto creador que los introduce (en cuan- to del hombre y constituye sus propias estruc-
to emisor), pero también los vínculos con el re- turas cognitivas. La imaginación, la sensibilidad,
ceptor, al igual que las relaciones con los siste- la musicalidad, el sueño, lo fantástico y lo ma-
mas de otros signos. El concepto construido por ravilloso se revelan en la literatura, como otros
una persona como resultado del conocimiento procesos mentales del hombre, a través de for-
adquirido queda transmitido a la otra (hasta si mas diferentes, donde se entremezclan la re-
se dirige a sí misma, porque, en este caso, ella flexión crítica y el conocimiento espontáneo. Los
se vuelve su propio receptor). Desde luego, el conceptos y las visiones literarias quedan some-
concepto particular dispone de múltiples rela- tidos a múltiples procesos de elaboración e in-
ciones con otros conceptos-signos y con otros terpretación, bajo una intensa labor intelectual
sistemas. Esta infinita red de interdependencias que aspira actualizar el conocimiento.
representacionistas en la literatura refleja el mun-
do originariamente real. También hasta en los La literatura es una mediación que también
casos en que se pretende negar la mimesis, en facilita el conocimiento y la comprensión de la
los textos altamente imaginarios, siguen reper- realidad en que vive el hombre.
cutiendo los ecos de la realidad. El simulacro o
la virtualidad que se reflejan en la obra tienen
que partir, sin más, de la realidad conocida. Así, ANOTACIÓN FINAL
de todas maneras, el texto contribuye a pulir aún
más el aparato cognoscitivo del hombre.
El hombre plasma en la literatura la reali-
Por otra parte, la persona es capaz de reco- zación de su vida, de sus experiencias, y de las
nocer la intermediación de la creación literaria de los demás. También traslada la realidad en
y aprecia en ella la situación mimética. Su con- que vive. Esta necesidad de autodefinirse la
ciencia logra diferenciar y comparar su existen- hallamos de forma continua desde sus comien-
cia propia y los objetos que percibe directamen- zos, desde el primer testimonio literario cono-
te con los contenidos de la realidad representa- cido en la historia de la humanidad, como es la
da. En este sentido, el texto puede constituir epopeya babilónica de Gilgamés. Sin embargo,
un contacto cognitivo diferente. En algunos as- a pesar de esta larga tradición, el hombre no está
Hoy, el hombre cuestiona la jerarquía exis- Sawicki, Stefan y Andrzej Tyszczyk (ed.)
tente de los valores en nuestra cultura. Sigue Problematyka aksjologiczna w nauce o
respondiendo al llamado de buscar la verdad. literaturze (La problemática axiológica en la
La necesidad de centrarse más en el conocimien- ciencia de la literatura), KUL, Lublin, 1992.
to de sí mismo y de su mundo se vuelve un cla-
mor por una nueva interpretación axiológica. Xingjian, Gao La entrevista realizada por Octavi
La literatura sigue demarcando el perfil civili- Martí http://www.elpais.es/suplementos/
zador del hombre. babelia/20010324/babelis.html. ■