Keith Moxey
VIII. Después de la muerte de la «muerte del autor»
,La au1obiog¡alía revela hueros, y no sólo hueros en legitimaron en el pasado, este capítulo pretende
el úe¡npo y e11 el espacio o en1re lo individual y lo explorar las condiciones en las que podemos vis-
social. sino 1ambién una crecteme divergencia emre lumbrar la autonomía autorial en la actualidad.
la manm yla llliltetia de su discurso. Esto es. la au-
1obiognlía revela la imposibilidad de su propio sue- ¿Cuáles son las circunstancias epistemológicas en
ño: lo que romienz.a con la presunción de au1oco- las que opera actualmente la historia del arte?
ooámien10 acaba con la creación de una licción que ¿La proclamación de Roland Barthes de la •muer-
ocuha las premisa. de su construcción, , te del autor• eliminó la necesidad de un concep-
SbariBensrock Authoring fhe ~u1obi09raphíml to de autoría en la interpretación histórica, o en
cambio nos ha obligado a concebir de nuevo la
naturaleza misma de la autorfa? 1 Si el conoci-
, ¿Pero es la es1ructura de L, aurobiogralía dileren-
le a la de la licción? El rele,eme de la ficción siem-
miento ya no depende de las demandas univer-
pre·esta ausenle; no puede ser U~mado a presencia salizadoras de la incorpórea •voz de ningún si-
pata tes1ificar sobre la verdad de ·1a escritura de 6c- tio•, ¿cómo deberíamos redefinir la agencia
ci6n. El relereme ficcional es ,ideal•. producido y sos- autorial? Las varias formas de identidad que han
1enido por convenciones y códigos. ¿Pero cuándo demandado la atención académica, como las pro-
está preseo1e el releteme, el objeto de la escrit\ir,I au-
1obiográfica? ¿Cuándo sale él a tesúlicar?,
puestas por el feminismo, los estudios homose-
xuales y el poscolonialismo, ¿reproducen simple-
Michael ~y~, Sdf~vid,11a
mente las pretensiones universales antes asociadas
con la tr¡¡dición humanista, o las ideas de agencia
e identidad pueden ser entendidas en términos
que difieren radicalmente de los del pasado?
Las dos cuestiones cruciales que obsesionan a
El título de este capítulo sugiete una doble nega- la escritura de la historia como r~sultado del pos-
ción. Implica que la kffiUerte del autor>>postes- tesn:ucturalismo, son la cuestión .de la identidad
tructuralista, el reto a la autonomía autorial asó- y la definición de subjetividad2• Varios autores
ciada con la visión humanista del sujeto como
algo unificado y constante, cap42 de entender tan-
to el mundo como a sí mismo, está caducada y
1- Barthes, Roland:,TheDeath ol the Autho(». lmage, Musk,
posiblemente sea ya irrelevante. Por supuesto, Text Hill&wang, Nueva YO!k. 1977, p. 142-48.
esto no puede estar más lejos de lo que tengo en
mente. Lejos de afirmar que dos negaciones-dan 2 Para reflexiones:sobre las ifl1)ítcador.e.s de las teorías postes-
tructuralistl'i de la subjetjvidad en la producción artística, ver
lugar a una afirmación. me gustaría detenerme Pollock, Griselda: ,Art, Art School. Culture: lndiYidualism ~f-
en la paradoja implícita en esta disyuntiva. Más ter the Death ol the Artisb. The «Bfockl, Reilder in Visual
que sugerir que debemos resucitar el sujeto hu- Culture. Jon Bird etal. eds., Routledge, Londres, 1996, p. 50-
67; ySoussloff, Cathe¡ine: , Toe Aura oí Power and Miste!}'
manista, y que la producción de conocimiento that Surr01inds the Artist». Riickkehr de5 Authoo? fotis Jan-
debe volver a los principios universalistas que la nkf~ (ed,), Ma;( Niemeyer, Tübingen, 1999, p. 481-93.
postestructuralistas como Roland Banhes, Jac- Esta concepción de la posición y la función
ques L,ican, Michel Foucault y Jacques Derrida del conocimiento ha tenido un impacto dramáti-
argumentaron, no hace tanto tiempo, que el su- co en la historia del arte. Si la historia no es con-
jeto autónomo de la tradición humanista fue un templada como la interpretación del pasado pro-
sueño utópico de la Ilustración europea. Esta vi- ducida desde una perspectiva neutra~ sino como
sión de la identidad humana debía ser abando- una interpretación del pasado producida desde
nada en un periodo que asumía la existencia de una perspeaiva panicular. entonces no puede ser
una mente incoruciente, la opacidad del lengua- perseguida por su propio interés. La función cul-
je y el papel de las prácticas discursivas en la di- tural de la interpretación histórica puede ser re-
seminación del poder social. conocida abiertamente y no disimulada bajo un
Esta revisión de la idea \le subjetividad ha te- ideal de objetividad. Como consecuencia de esto,
nido importantes reverberaciones en nuestro con- la forma de la disciplina ha sido alterada decisi-
cepto del conocimiento en general y de la historia vamente. Más que operar según una ideología de
en particular, Si la identidad es imaginada como la neutralidad y el desinterés que insiste en que el
inestable y cambiante, no trascendental y cons- autor o autora.reprima su suqjetividad en su bús-
lante, el conoámiemo humano ya no puede ser vis- queda de los hechos -y más que convertir los da-
to como un edificio permanente. Vivimos en una tos empíricos en fetiches en los que confiar para
época que desafía los mismos fundamentos sobre ofrecer las interpretaciones que de hecho ya les
los que se construyó esa estructura, Las dudas acer- han sido impuestas por los historiadores partlcu-
ca de las prémisas tradicional~ en las que se ba- lares-los estudiosos han emµeiado a traer a pri-
saban las acti,~dades productoras de conocimien- mer plano su compromiso con una foona especí-
to de las disciplinas de humanidades, fueron la fica de entendimiento. Al su$tituir un programa
ju~ificadónpara la introducción de varias formas interpretativo por·la supuesta¡nente imparcial de-
de interpretación inspiradas políticamente, como dicación a la descripción, mµchos historiadores
los estudios de género, los estudios émicos y los es- del arte nos ofrecen ahora acceso a los procedi-
tudios culturál5, Estos nuevos enfoques de la in- mientos metodológicos y los objetivos políticos
terpretación histórica ya no demandan la catego- que informan sus visiones. Lo que ames se ocul-
ría epistemológica tradicionalmente asociada con taba en aras de formar un frer¡te común en la idea
el aéademicismo positivista. Sus hallazgos y cori- de que la subjetMdad humana era de naturaleza
dusiones·son definidos espeó.ficamente como for- universal, ahora aparece abiertamente, alegando
mas de conocimiento local que rechazan preten- los intereses en conflicto de ~liferentes comuni-
siones a la universalidad. Estas perspectivas dades interpretativas,
subvierten las pretensiones de conociill.iento es- Las consecuencias de estos cambios han sido
tablecidas previamente, calificándolas de man- profundas, aunque no siempre beneficiosas, la
chadas o teñidas por los valor~ inherent5 a las cir- historia del arte se caracteri~ ahora por una ca-
cunstancias de sú produ<;ción. La voz de ningún cofonía de voces, cada una pretendiendo repre-
sitio, la objetividad postulada por la epistemología sentar a diferentes sectores d.e la población de la
fundacional, ha sido puesta bajo sospecha por su disciplina, Las co1úerencias de -Ja disciplina ofre-
identificación con la cultura occidental, el dominio cen varios puntos de vista alternativos que com-
de las razas blancas, el sesgo masculinista y el pre- pi,er¡ por la atención de los profesionales del cam:
juicio de clase media. El conocimiento producido po. En esta situación, las cuestiones de identidad
durante los siglos XIX y xx, sobre el que se funda- cobran un nuevo significado. No es suficiente de-
ton las disciplinas de humanidades, ahora es con- sestabilizar las nociones humanistas del sujeto
siderado como una forma de entender el mundo, como esencial y autónomo sin reflexionar sobre '
no la forma en que el mundo debe ser entendido. un concepto de identidad que las sustituya. El
«La lógica del individualismo ha estructurado Luego si as-urnímos que la identidad es un «pro-
el enfoque del multiculturalismo de muchas ceso continuo de diferenciación», ¿qué condu•
formas. La llamada a la tolerancia está en- siones podemos extraer de los análisis 1eóricos de
marcada en términos de respeto a las carac- Butler y Scott para el trabajo del historiador?
terísticas y actitudes indivitluales; las diferen- ¿Cómo concebimos las prácticas discursivas de las
cias de grupo son concebid¡¡., categóricamente que el historiador es un 1,efecto» y cuál es la na-
y no relacionalmente, más como entidades turaleza de la «agencia» que el historiador o la
distintivas que como estructuras interconec- historiadora tienen en la producción de interpre-
tadas-o sistemas-creados a µ-avés de procesos tación histórica?
repetidos de enunciadón ~e la diferenóa» 7 • En primer lugar, para intervenir en el géne-
ro literario conocido como história' del arte, el es-
La tentación de ver las subjetivídades en con- tudioso debe haber adquirido un alto grado de
tienda que han aparecido a cons.ecuencia del aban- educación general y pro.lesiona!. El historiador no
dono del sujeto humanista como radicalmente sólo está constituido por las prácticas discursivas
inconmensurables, se basa en l¡¡. supervivencia de asociadas con las instituciones educativas, él o ella
la noción de individualismo asociada con el anden también deben absorber los paradigmas impe-
régime. Esta tendencia, aparent~en aquellos cuyos rantes de producción de conocimiento que ca-
programas políticos se han basado en la aserción racterizan el momento historiográfico9• Las prác-
de diferencias y en aquellos que han pretendido ticas discursivas de la formación educacional y
desacreditar las políticas de diferencia, es un tra- profesional tienen necesariamente una flexión de
vestin1iento de la concepción ~ subjetividad pro- clase. El historiador del arte, por ejemplo, está ne-
puesta por Butler. Scott escrib~: cesariamente implicado en la transmisión de ~ca-
pital cultural» de una generación a otra19. El co-
«... tiene más sentido enseñarles a nuestros es- nocimiento de las artes vísuales pa sido asociado
tudiantes y decimos a nosotros mismos que las t!'adicionalmente con la elite social y, desde _fina-
identidades son atribuidas Iµstóricamente, que les del siglo xvm, las obras de arte visual han sido
esta atribución es ambigua (aW1que funciona identificadas romo una forma de valor espiritual,
-precisamente·y necesariamente imponiendo conocido como valor estético, que hasido parte in-
una falsa claridad), que afirmar que los suje-
tos se producen a través d~ múltiples identi-
ficaciones, algunas de las cuales se convier-
ten enrelevantes durante un tiempo en ciertos B lbi.dem, p. 11.
9 Para una discusión del concepto de paradigma en la Soéio·
logia del conocimiento, ver Kuho, Thomas: La estructura rJe
las revof[J(iofles dentificas. FCE de 'España, 2000.
7 Scott, loan: ,Multiculturalism and tne Politics of ldeotityt.
Tñe ldentity in Questíon. John Rajchrnan (ed.), Rouledge, 1O Para una discusión de este concepto ver Bourdieu, Pierre: l.a
Nueva York, \995, p. 9. dislineión. Taurus, Madñd, 1998.
22 MiAer, Nancy: •Gettirig Peoonal: Autobiography as CuJtu.. 23 Fineman, Joel: •The History of the Aoecdote: fíctioo anp
·ral Critici,m•. Getting Persona/. Routledge, Nueva York, Fiction,. TIJe/'lewHistOridsm. Aram veeser (ed.), I\Outled-
1991, p. 24. ge, Nueva York, 1989, p. 49-76.
turales diferentes, dos sistemas que tenían dife- que retrospectivamente he entresacado de mi ex-
rentes actitudes hacia casi todos los aspectos de la periencia están claramente escogidos para su apli-
vida diaria, A la mitad de mis estudios secunda- cación al propósito de este ensáyo, que es poner
rios tuve que decidir si estudiaba para entrar en en cuestión la voz de ningún sitio de la historia.
nna utiiversidad argentina o en una británica. Mi Si la escritura de la historia quiere ser genuina-
elección del plan de estudios británico me permi- mente histórica tiene que ser capaz de asumir el
tió apreciar hasta qué punto las identidades na- programa culmral particular que informa su en-
cionales son construcros fabrlcados dependientes foque del pasado.
de procesos de aculturación y educación. Luego de Parece claro, sin embargo; que las construc-
completar mi educación secundaria en Argentina, ciones de la identidad del tipo que se ensaya aquí
viajé a Gran Bretaña para cursar estudios en la' sólo pueden estar dotadas de significado cultural
Universidad deEdimburgo. Aunque siempre ha- si coinciden con los intereses políticos de un sec-
bía pensado que una parte de mí era «británica~. tor slgnüicativo de la población en general La per-
fue una desagradable sorpresa descubrir que la Jornumce de la identidad sólo puede adquirir po-
Gran Bretaña que yo había absorbido de mis pa- der político si puede ser compartida, Aunque esto
dres y sus amigos era la Gran Bretaña de los años pueda parecer que descalifica mi propio mito au-
40, un Jugar muy diferente al que encontré en t0biográfico-por su excentricidad, creo que su va-
los 60. En vez de cricket y bollitos, ¡descubrí sexo, lor metafórico puede tener un gran atractivo. Las
drogas y rock & roll! Mi graduación y vida profe- circunstancias de la cultura contemporánea son ta-
sional en los Estados Unidos confirmó lo que ya les, que cada vez es más difícil suscribirse a las
sospechaba, que cada cultura nacional fobrica su consrrucciones de identid~d nacional basadas en
propia versión de la realidad: y que los extranje- la homogeneidad cultural. Los movimientos de
ros deben acomodarse a las identificaciones re- población masivos ocasionados por el capitalismo
queridas por cada mito nacio11al14• global en los siglos x1x y xx -movimientos res-
Yo argumentaría que esta auto-ficción en con- ponsables, por ejemplo, del traslado de mi famf-
serva, que tanto está determinada como faculta- lia de Londres a Buenos Aires-significan que la
da por identidades nacionales en conflicto, pue- comunicación, y también la fricción, intercultural
de ser usada como metáfora ele mi afirmación de son una característica de muchas vidas contem-
que todas las identidades son construidas y que el poráneas. Mi experiencia en \a vida americana,
alcance de la producción de conocimiento debe ser con su plétora de culturas inmigrantes, puede ha-
necesarlamente limitado y loéal. Esta auto-ficción ber exacerbado mi consciencia de las limitacio-
es claramente un mecanismo heurístico, un me- nes de mi formación. La sustitución de la noción
dio de extraer de la complejidad de mis expe- de "crisol de culturas,i por aquella de «guerra de
rieilcias algunos de los factores que soportan mi culturas» como tropo dominante de la interac-
tesis;.es una afirmación de que los mitos de iden- ción intercultural, no sólo ha af~ctado a mi pro-
tidad importan, incluso aunque su validerno pue- pia autoconsciencia, sino también la de muchos
da ser justificada en lo «real~. Los pocos hed10s otros segmentos de la población, En los Estados
Unidos, estos desarrollos han puesto un nuevo
énfasis en la diferencia cultural, una diferencia
que desafía a la ideología universallsta asodada con
24 Para teorizaéiones sobre hibridaciones transnacionales. ver
Appadurai. Arjun: Modemity at L~rge: Cultural Dimensioos la retórica dieciochesca de- la naturaleza humana
of Globalization. Unive~ity of Minnesota Press, Minneapo- que inspiró a los redactores de la constitución. Un
lis, 1996; Joseph, May: Nomadic ldentities: The Performan- entorno bicultural como el que be descrito está le-
ce of Cirizen;/lip. University of Minnesota Press, Minnea-
polis, 1999; Joseph, May yFink, Jennifer (erls.): Performing jos de ser excepciona.!. Si el potencial metafóriéo
H;bridity. Universiiy of Minnesota Press, Mtnneapolis, 1999. inherente a este tipo de experiencia puede ser ex-
plotado en interés de políticos dedicados a la _pre- tión, Al darle a la voz autoría! una ubicación y
misa de que la verdad es una función de la per- una cara, las auto-ficciones pueden jugar un po-
suasión, es algo que está por ver. deroso papel en la persuasión de una audiencia de
Las teorías de la subjetividad contemporáneas un particular programa político.
Je o(recen, pues, al historiador una paradoja, Su- En conclusión, el abandono de la noción de su-
gieren que la e>.'])eriencia personal, en forma de au- jeto completamente racional y autónomo provo-
tobiograña, importa y al mismo tiempo no im- có la proliferación de nuevas voces basadas en la
porta para el entendimiento de un texto bistórico, afirmación de identidad"es espeáfkas que habían
Por un lado, la autobiografía nunca nos podrá dar sido reprimidas anteriormente u ocluidas por et pa·
acceso a la relación entre el historiador y el tex- radigma dominante. En estas circunstancias_se
to, porque depende de la fabricación de una auto- hace necesario teoi-izar un nuevo concepto de
ficción basada en la acción diferida de la memo- subjetividad cuya categoría como proceso asegu-
ria. También imervienen fuerzas psicológicas e re que no se le pueda d~r una definición estable.
ideológicas para garanti7.ar que el texto sea siem- La idea de subjetividad ha sido tepensada en tér-
pre opaco a su autor. Por otro lado, la autobio- mi11os que la habrían he.cho desconocida a sus úl-
grafía, o auto-ficción, nos ofrece tilla compren- ti111os y lamentados ancestros. De esta nueva gui-
sión del tipo de auto-consdenda que i1úorma la sa, J'a referencia a la identidad como agencia
agencia de una subjetividad particular. Le pro- también invoca su categoría como producto de
porciona .il historiógrafo. y¡al filósofo de la histo- esas fuer1.as inconscienies e ideológicas que ace-
ria un medio para comprender alguna de la mul- chan a la producción de significado. Según esta vi-
titud de prácticas cultur les que informan la sión, la escritura de la historia nunca podrá ser
escritura. Si la autobiograf.í no las hace asequibles, un proceso enteramemc racional, ya que sus re-
al menos sugiere la complej dad de los procesos in- latos siempre estarán matizados por la perspecti-
volucrados en la escritura e la historia. Más im- va del autor en cuestión. Como hemos visto, la au-
portante, las auto-ficciones utobiográficas pueden sencia de una deJinició¡1 esencialista de identidad
servir como ·una fonna de ersuasión. Al articu- no excluye necesariamente la posibilidad de trans-
lar la particular perspectiv desde la que se cuen- mitirle a un texto el carácter de un enfoque par-
ta un cuento, pueden inv tar a la identificación ticular. La paradoja de las auto-ficciones auto-
de aquellos cuyas auto-fic ones coincidan con la biográficas es que pueden servir como un medio
del autor, así como la de quellos que puedan de crear relatos efectivos de persuasión,
empalizar con la naturalez¡ del enfoque en cues-
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Adq: 174115, Vot 1, EJ: 1, General
' filosóficos en los que se ha
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,f!~O\!JiJ~,¡;:l['.'\1¡\ · del ar~e en I~s ~ismos téími~os. ~a idea de q~e la histori~ del ar~e ·
!/iifui .Bpi¡pf'} ,. debena cons1sllr en: a) u11a h1stona de los estilos; b) co1mo1sse11rs/11p
{]t j;(:J:'; , (la habilidad de distinguir la mano de un artista de la de otro);
~.i:! 3/1~ : ·. e) iconografía (la capacidad de identificar el tema de una obra de arte;.
•; .') '' d) historuia social (la relación de la obra de arte con el contexto
cultural que la rodea), parecía forzada y banal. ¿Podía reducirse
.. el estudio del arte a estas alternatívas? · · ·· ·
Cultura artística