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EL PAPEL DEL MESTIZAJE ESPAÑOL – GUARANÍ


EN LA FORMACIÓN DE LA NACIÓN PARAGUAYA

OSMAR SOSTOA

Monografía para la
Cátedra de Historia Económica y Social
Del Profesor Dr. Herib Caballero Campos
Maestría en Sociología y Ciencia Política
Escuela de Postgrado – Rectorado – Universidad Nacional de Asunción

ASUNCIÓN PARAGUAY
Agosto 2008
2

EL PAPEL DEL MESTIZAJE ESPAÑOL – GUARANÍ EN LA FORMACIÓN DE


LA NACIÓN PARAGUAYA

1. INTRODUCCIÓN
Este estudio preliminar se propone hurgar en los orígenes de la nación paraguaya con
el fin de rescatar el valor social, político y cultural, antes que el biológico, del
mestizaje español – guaraní en la formación de nuestra nacionalidad. La corriente
positivista en el Paraguay, a fines del siglo XIX y comienzos del XX, ha buscado las
causas del comportamiento del paraguayo en aspectos bioambientales, hasta el punto
de convertirse en un dicho popular la tesis de Cecilio Báez de que la falta de yodo ha
afectado supuestamente la inteligencia de nuestro pueblo (“cretinismo”).
Bartomeu Meliá, antropólogo y sacerdote jesuita español, afirma en su obra “Una
nación dos culturas” que “El Paraguay, que no siempre ha logrado ser un ‘buen’
Estado –excepto tal vez en tiempos del Dr. Francia– y que mucho menos ha gozado
de ‘buenos’ gobiernos, es desde por lo menos el siglo XVII, una ‘buena’ nación”1.
Este remoto origen dado por el estudioso coincide con otros, a partir de quienes
podemos hablar de una “concepción” primigenia en la alianza entre los primeros
conquistadores españoles y los pueblos guaraníes (karios) asentados en lo que hoy es
Asunción, capital del Paraguay. De ese modo, esta nación tuvo su período de
gestación en el vientre colonial español hasta madurar y nacer precisamente en un
momento histórico propicio de gestas libertarias de las colonias americanas para
desligarse del yugo europeo, principalmente en el siglo XIX.
La alianza hispano – guaraní tuvo un carácter fundamentalmente político, o
geopolítico, antes que romántico2 y genético. Las necesidades mutuas y la costumbre
nativa de ofrendar a sus doncellas como parte de los acuerdos intertribales dieron al
encuentro entre esas dos culturas también su dimensión biológica; aunque ésta fue
tan solo un vehículo de lo más relevante, lo político. Los españoles necesitaban en su
viaje exploratorio hacia El Dorado abastecerse de alimentos y contar con guías para

1
MELIÁ, BARTOMEU. Una nación, dos culturas. Pág. 69. RP Ediciones. Segunda edición. Año
1990.
2
DOMÍNGUEZ, MANUEL. El Paraguay sus grandezas y sus glorias. Editorial Ayacucho, Argentina,
año 1946: “Ley de simpatía orgánica perpetuó en el Paraguay la suavidad de la heroína del amor y la
magnífica voluntad del godo con su naturaleza férrea. ¡Armonía de los contrastes! Él era “fuerte como
la virilidad”, ella “graciosa como la languidez”, y de un beso amante nació un manso león, ¡el
paraguayo!”. Página 154.
3

encontrar el camino; además de ser una comitiva de soldados sin mujeres. Los
guaraní vieron en estos extraños personajes unos potenciales aliados para su
permanente guerra contra las tribus del Chaco, especialmente los guaikuru.
Cuando los españoles decidieron afincarse en Asunción, muy pronto terminó la luna
de miel entre los aliados. Aquellos empezaron a apropiarse de la producción nativa
utilizando el vínculo familiar con los guaraní. Éstos se revelaron y con su derrota
comenzó el sometimiento violento desde las primeras décadas de presencia hispana
en la tierra de los karios.
Pero los mestizos, hijos de varones íberos y mujeres indígenas, accedieron al status
de la nacionalidad española, hecho que junto con la vigencia temprana de la Real
Provisión del 12 de setiembre de 15373 y otros avatares de la colonización hispana
fueron perfilando un sentimiento y una conciencia de autodeterminación e identidad
propia. La personalidad y el pensamiento del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia,
formado en Córdoba4, fue el fruto más acabado de ese proceso histórico colectivo.
En consecuencia, su fuerte liderazgo y su dictadura “constituyente”, o “soberana”5,
permitieron consolidar el Paraguay como un estado-nación, fundado en la soberanía
nacional.
Retomando el punto del mestizaje, resulta sumamente interesante, y hasta
esclarecedor, el aporte científico del Dr. Oscar Benítez, médico paraguayo radicado
en Francia y dedicado a la investigación genética, quien afirma que “A pesar del
mestizaje hispano – guaraní, el perfil hemobiotipológico HLA del "paraguayo" es
más próximo del español que del guaraní. Las razones de este "etnocidio genético"
son aportadas por la historia, la sociología y la antropología”6.
Al respecto, podemos citar las consideraciones de la Dra. Branislava Susnik, acerca
de esta predominancia blanca sobre la nativa, quien afirmó en una de sus obras que

3
PAVETTI, RICARDO. La integración nacional del Paraguay (1780 – 1850). Página 319. Editorial
CEADUC Centro de Estudios Antropológicos Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
Colección Bicentenario. Mayo 2008.
4
KAHLE, GÜNTER. Orígenes y fundamentos de la conciencia nacional paraguaya. Edición del
Instituto Cultural Paraguayo – Alemán. Año 2005. Pág. 10: “Los criollos señalaban orgullosos la
importancia de aquellos centros intelectuales de América, como lo eran Bogotá y Córdoba”.
5
BOBBIO, NORBERTO. La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político.
Páginas 182 a 190. Editorial Fondo de Cultura Económica. Año 1987.
6
BENÍTEZ, OSCAR. Email enviado al autor de esta monografía, en el cual el investigador resume los
resultados de su trabajo publicado en dos revistas médicas: Hématologie, VOl 1, N°5, Septembre,
Octobre 1995, en francés, y en Pathologie Biologie, en inglés, en el 2002, vol. 50, no1, pp. 25-29 (19
ref.). Leer en el anexo de esta monografía el email recibido, con mayores explicaciones técnicas.
4

“al hablar del mestizo mixto ya no nos referimos al proceso más simple por el que, al
inicio de la conquista, unos 400 españoles comenzaron el mestizaje con las mujeres
guaraníes. El proceso se vuelve mucho más complejo produciéndose mestizaje con
ciertas tribus de características raciales especiales y observándose lo que puede
llamarse el blanqueamiento del mestizo, un proceso completamente diferente a lo
que ocurre en los Andes, donde el mestizaje cada vez más lleva hacia la
predominancia de los caracteres indios y no a los del blanco. Se trata de un proceso
complejo que debe ser motivo de estudio por genetistas y antropólogos físicos; pero
lo real es que en el Paraguay, este mestizamiento del que estamos hablando,
mestizamiento mixto, es ya un proceso de cruce de guaraní con mestizo, mestizo con
mestizo, mestizo con criollo, guaraní con criollo, etc. Y siempre con un
blanqueamiento del mestizo”7.
También Cardozo trae a colación las observaciones de Azara sobre el caso: “A fines
del siglo XVIII, Azara encontró que casi todos los españoles de la Provincia eran
descendientes directos de aquellos primeros mestizos. El famoso naturalista observó
que tenían superioridad sobre los españoles de Europa por su talla, la elegancia de su
forma y aún ‘por la blancura de la piel’. Al cabo de dos siglos había desaparecido,
casi por completo, la pigmentación morena, y no pocos de los paraguayos eran rubios
y de ojos azules. Y no solamente Azara destacó esas cualidades físicas sino que
también tenían más arte, sagacidad y luces y eran más activos que los criollos y
españoles; ‘sin que se les note indicio alguno que descienden de india tanto como de
español”8.
Relacionando la explicación histórica con la genética, podemos concluir
preliminarmente, y contradiciendo la epistemología positivista, que al corroborarse
que del mestizaje biológico inicial queda poco, cabe rescatar lo histórico, con sus
dimensiones económica, social, política y cultural, como el aspecto más valioso del
mestizaje hispano – guaraní y su contribución a la formación de la nación paraguaya.

7
SUSNIK, BRANISLAVA. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay.
Tomo II. Página 67. Edición del Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales I.P.E.N. Año 1983.
8
CARDOZO, EFRAÍM. Apuntes de Historia Cultural del Paraguay. Pág. 44. 8ª. edición. Editorial
Servilibro. Año 2007.
5

2. EL ENCUENTRO DE DOS CULTURAS, DOS PODERES.


La historia de la exploración, conquista y colonización españolas en tierras de los
guaraníes es la historia de la gestación de la nación paraguaya. La violenta
dominación del español feudal renacentista sobre el guaraní neolítico del “teko
pora”9, luego de la paritaria alianza inicial, generó un proceso económico, social y
político cuyo resultado fue no solo el “blanqueamiento del mestizo”, sino el
sometimiento y finalmente la desaparición de la nación guaraní, bajo el dominio de
la monarquía española.
Es interesante rescatar en esta línea de pensamiento lo que afirmaba Susnik: “los
españoles llegaron a América con una ideología que se podría definir como la de ‘los
hombres de la edad media y los niños del Renacimiento’, como resultado de un gran
cambio que se operaba también en Europa, en la mentalidad europea: por un lado, el
así llamado caballero de honra, de la edad media, rígido en su estructura; por otra
parte, amplio y dado al libertinaje, a una vida práctica y a la temeridad como parte ya
del espíritu renacentista. De esta estructura psico-mental venían los españoles,
traduciéndose todo esto en una expresión, en una pauta, que podríamos llamar de la
civilización cristiana”10.
Por su parte, Ricardo Pavetti nos describe el estado en que se encontraban los
guaraníes en el momento del gran encuentro histórico con los españoles: “La llegada
de los europeos se produce en momentos de efervescencia migratoria, por causa del
mito del Candiré andino, por la búsqueda de la tierra del metal y del bien, entre los
Guaraní, particularmente entre los Carios, asentados por entonces entre los ríos
Manduvirá y Tebicuary. A la presión ejercida por los Payaguá, desde el río Paraguay
y los Guaycurú, del otro lado de dicho río, se sumaban las tensiones internas entre los
mismos Guaraní, reflejadas en la rivalidad entre los Mburuvichá o Avaeté y los
Tey’ru, que lideraban los dos tipos de nucleamientos comunales con mentalidad
disímil (v. SUSNIK, 1982, I: 68-69)”11

9
SUSNIK, BRANISLAVA. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay.
Tomo I. Páginas 13, 14 y 15. Edición del Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales I.P.E.N. Año
1982.
10
Ídem. Página 67.
11
PAVETTI, RICARDO. La integración nacional del Paraguay (1780 – 1850). Página 187. Editorial
CEADUC Centro de Estudios Antropológicos Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
Colección Bicentenario. Mayo 2008.
6

Fulgencio R. Moreno explica que “el territorio que comprende la República del
Paraguay hallábase ocupado, antes de la conquista española, por varias naciones
indígenas, entre las cuales la más importante, por su número y estado de cultura, era
la de los Guaraníes”12.
La visión de Natalicio González fue la siguiente: “En sus choques contra los incas,
los guaraníes midieron con precisión el poder del enemigo que les cerraba el paso. Se
oponía a su expansión al occidente un imperio rico en recursos y dueño de ejércitos
organizados que paulatina y sistemáticamente malograban sus heroicas arremetidas.
En este instante decisivo de su historia, les sorprende, con la voluntad tensa
disparada hacia la posesión de los metales, la irrupción de los blancos misteriosos,
que emergían de las soledades oceánicas, dando cumplimiento a una vieja profecía
de los augures de la raza. Estos seres barbudos, que manejan el rayo como Tupang,
venían poseídos por la misma sed de metal que atormentaba a la estirpe indígena.
¿Por qué no convertirlos en aliados para vencer al rey todopoderoso de los
caracaraes?”13.
El mestizaje hispano – guaraní fue por lo tanto la consecuencia de un pacto político
entre dos fuerzas, dos naciones, con una repercusión histórica y cultural que todos
conocemos. A través de esa alianza, se encontraron la civilización cristiana española
y la mítica guaraní. El vínculo familiar entre esas dos civilizaciones fue utilizado
para instalar un modo de producción económica y de apropiación del excedente
también mixto; gracias al cual el producto de la agricultura a la que se dedicaban las
mujeres guaraníes pasaba a ser propiedad de los españoles; quedando los varones
guaraníes excluidos y obligados posteriormente a dejar la caza, pesca y recolección
para cultivar también la tierra dentro del nuevo sistema, el de la Encomienda.
Perdieron su condición de guerreros de la nación guaraní y pasaron a ser en última
instancia soldados del ejército español, con la obligación de cubrir sus propios
gastos, en defensa del territorio colonial, sobre todo del avance portugués desde el
éste14.

12
MORENO, FULGENCIO R. La Ciudad de la Asunción. Pág. 5. Segunda edición. Editorial
Paraguaya. Año 1968.
13
GONZÁLEZ, J. NATALICIO. Proceso y Formación de la Cultura Paraguaya. Pág. 89. editorial El
Lector. Año 1998.
14
“Durante treinta años de enconado batallar, los guaraníes se impusieron en múltiples encuentros a
las huestes portuguesas”. Pág. 95. GONZÁLEZ, J. NATALICIO. Obra citada.
7

Luego de relatar varias revueltas guaraníes en contra de los españoles, Natalicio


González señala que “estas rebeliones malogradas, y la ulterior aparición de los
mestizos como factor nuevo y preponderante en el cuadro de la Conquista, hicieron
cada vez más efectivo el sometimiento de la raza indígena. La primitiva alianza fue
trocándose paulatinamente en dominación pura y simple de los blancos”15.
Justo Pastor Benítez afirma que “los guaranizantes quieren presentar la cultura
paraguaya como simple desenvolvimiento indigenal, con la adquisición de la técnica
europea, cuando en realidad se trata de un proceso de transculturación, de
asimilación y de creación, en que participan las tribus autóctonas en sus diversos
elementos, y el español, que prima por su cultura, sus armas y el aporte de
instrumentos de trabajo, de vegetales y animales, que cambian el paisaje cultural y
provocan un nuevo estilo. El indio se incorpora en la sangre y en la historia, pues de
haber primado hubiéramos tenido una cultura autóctona, al margen de la civilización
occidental, con alguna superficie cultural europea o constituido una factoría, como
ocurre en el Oriente. Y con su eliminación hubiéramos formado una república sin
impregnación indígena, como ocurre en los Estados Unidos y en el Canadá. El
guaraní no fue exterminado sino incorporado. Este proceso no se reduce a la
hibridación; significa la transculturación, la asimilación a formas superiores”16.
Efraím Cardozo apunta que “cuando comenzó la conquista del Paraguay, se hallaba
en su apogeo una controversia sobre los procedimientos que España debía seguir
para la cristianización de la América a que la Corona se había obligado por las bulas
papales de Alejandro VI y Julio II”17. El régimen de la Encomienda se instauró en
parte para zanjar esta disputa entre quienes pretendían darles o negarles los mismos
derechos de los españoles a los indígenas. Dice al respecto el citado autor que “como
una transacción entre ambas tendencias extremas, surgió la institución de las
encomiendas que regularizó la relación entre conquistadores e indios y al mismo
tiempo reflejó el deseo de cumplir la obligación de la Corona de convertir a éstos
últimos. Se ‘encomendaba’ indios a los españoles con el derecho de exigir tributo o

15
Ídem. Pág. 93.
16
BENÍTEZ, JUSTO PASTOR. Formación Social del Pueblo Paraguayo. Pág. 25. editorial El Lector.
Año 1996.
17
CARDOZO, EFRAÍM. Apuntes de Historia Cultural del Paraguay. Pág. 38. 8ª. edición. Editorial
Servilibro. Año 2007.
8

trabajo personal. En compensación, los encomenderos estaban obligados a


proporcionar instrucción religiosa a los indios que estaban a su servicio”18.
Pero no solo la encomienda cobró sus propias características, mestizas, en el
Paraguay, a raíz de las relaciones de parentesco del tovaya, sino también las
instituciones gubernamentales de la Provincia. Cardozo indica sobre el asunto que
“no solamente los españoles, también las instituciones sufrieron al implantarse en el
Paraguay la profunda influencia del nuevo ambiente. Las condiciones que
presidieron la formación de la sociedad hispano – guaraní impulsaron al pueblo
desde edad muy temprana a asumir la responsabilidad de su propio gobierno. La
Corona, al instituir el régimen de los Adelantados, otorgó a éstos amplísimo poder,
de corte feudal y de orden estrictamente militar”19.
En la misma línea sostiene que “La Real Provisión del 12 de septiembre de 1537
facultó a los conquistadores para designar gobernador en caso de vacancia, poder no
otorgado a ninguno de los otros centros españoles de América, y que fue
incansablemente ejercido por los habitantes del Paraguay, tanto para el caso previsto,
como para deponer gobernantes y aún prelados que habían perdido el favor popular.
El espíritu de autonomía de los conquistadores se puso de manifiesto en la fundación
del Cabildo de Asunción, el 16 de septiembre de 1541, a que no estaban autorizados.
Su fundación fue una atrevida innovación y un reto a la autoridad real. El único
orden admitido en el Río de la Plata por las capitulaciones de Mendoza era el militar.
El Cabildo convertía a la Casa Fuerte en Ciudad y a los soldados en ciudadanos.
Desde entonces esa institución fue el verdadero centro político de la Colonia.
Asumió en muchas oportunidades el gobierno de la Provincia y alegó siempre la
representación de la misma, sin ningún basamento en la legislación indiana”20.
El catequismo español convirtió al tupá guaraní en dios cristiano, en un proceso
equiparable a la cristianización de las religiones paganas a principios de nuestra era.
Esta “civilización” de la cosmogonía guaraní fue también un “blanqueamiento” que
la llevó a su desaparición bajo la hegemonía ideológica, política, militar y económica
de los conquistadores.

18
Ídem. Pág. 38.
19
Ibídem. Pág. 45.
20
Ibídem. Pág. 45.
9

Si podemos hablar de alguna compensación histórica, el idioma guaraní en todo caso


logró imponerse mayoritariamente en la población mestiza y criolla desde la época
colonial hasta nuestros días, a pesar de haber sido perseguido y de haberse impuesto
la “castellanización” de todos los ciudadanos a través de la educación formal, del uso
oficial monolingüe y de su marginalización social y académica. El idioma guaraní se
ha convertido así en un símbolo de identidad nacional. Nos dice al respecto Oscar
Creydt: “La causa fundamental de que el idioma de la nacionalidad oprimida se
impusiera como el principal idioma de todo el pueblo y de la futura nación, debe ser
buscada en el papel predominante que las mujeres guaraníes, como fuerza de trabajo,
desempeñaron en las chacras de los conquistadores. Estas mujeres estaban allí no
sólo para trabajarlas, sino también para proveer a sus dueños de numerosos hijos que
las trabajaran en el futuro. Entre la masa de las mujeres esclavizadas y los
conquistadores no existía una relación de convivencia entre iguales sino una relación
de servidumbre personal. La mayoría de las mujeres siervas residía en las chacras
fuera del recinto de la “ciudad” de Asunción. El señor dejaba a cargo de sus siervas
educar a sus hijos pequeños, de los cuales se ocupaba muy poco. En consecuencia,
los hijos mestizos aprendieron el idioma materno junto con el trabajo en la chacra. El
guaraní era el idioma de la chacra. Esta es la razón principal por qué se convirtió en
el idioma de la nueva nacionalidad. En la realidad histórica, esta comunidad de
idioma ha sido uno de los factores que en mayor grado han contribuido para que la
población del Paraguay adquiera conciencia de nacionalidad y, más tarde, conciencia
de nación”21.
Se podría afirmar que la fuerza de la lengua guaraní no estuvo solamente en que fue
el habla materna de los mestizos, por las circunstancias de la nueva forma familiar
entre conquistadores y nativas, sino también por su propio valor lingüístico. Efraím
Cardozo señala sobre el punto que “su principal patrimonio cultural era, sin disputa,
la lengua. En 1839 escribió D’Orbigny: ‘Si los hechos no probaran que la nación que
la habla jamás ha estado reunida en cuerpo aunque ocupe superficie inmensa, se
creería que esta lengua ha sido el producto de las maduras reflexiones de una
civilización adelantada y de un espíritu de análisis verdaderamente extraordinario’.
Pero antes los jesuitas habían hecho pública su admiración hacia el guaraní. Así,
21
CREYDT, OSCAR. Formación Histórica de la Nación Paraguaya. Pág. 53. Ediciones del
Pensamiento Nacional. Editorial COLIHUE MIMBIPA. Año 2002.
10

Ruiz de Montoya en 1639: ‘Lengua tan copiosa y elegante que con razón puede
competir con las de fama’. Lozano en 1754: ‘Esta lengua es sin controversia de las
más copiosas y elegantes que reconoce el orbe’. Chomé en 1736: ‘Nunca hubiera
pensado que entre bárbaros existiese una lengua que en manera alguna es inferior, a
mi juicio, en armonía y nobleza a las que aprendí en otro tiempo en Europa’.
Peramás en 1793: ‘El guaraní nada tiene que envidiar al griego o al latín en artificio
y elegancia’. Verdaderamente admirable es la estructura del idioma guaraní. Sirve
para expresar cosas, sentimientos e ideas, aún aquellos desconocidos en la cultura
guaraní, y lo hace con claridad, lógica y precisión. Sus vocablos son, por lo general,
polisintéticos, y muestran una maravillosa concatenación de conceptos, basada en
una justa e invariable combinación de sonidos primordiales, enteramente naturales y
lógicos en su significado. Lengua aglutinante, las palabras se hallan formadas de una
raíz, que expresa la idea esencial, y en cuyo derredor se aglutinan los prefijos y
sufijos, que expresan las ideas accesorias”22. Agrega Cardozo que “orgullosos de su
lengua, la elocuencia era la cualidad que más valoran los guaraníes, después de la
valentía”23.
“Sus asambleas políticas –prosigue Cardozo– eran torneos de oratoria, en que se
imponían quienes mejor hablaban. Lo hacían paseándose de un extremo al otro de la
plaza mientras los ancianos escuchaban desde sus hamacas. El Padre Roque
González de Santa Cruz transcribió el discurso con que le recibió uno de los caciques
cuya evangelización procuraba. El libro del Padre Techo está lleno de piezas
oratorias. Las dotes oratorias se aguzaban ante la proximidad de los peligros y de la
muerte. Pronunciaban discursos al entrar en batalla y si caían prisioneros lo hacían
antes de ser consumidos por los vencedores. Montaigne reproduce uno de ellos en
sus ‘Ensayos’ (cap. XXX)”24. Subraya Cardozo que “según el autor de ‘Los Ensayos’
el idioma guaraní es dulce y de sonido agradable y las palabras terminaban de un
modo semejante a las de la lengua griega”25.
Por lo tanto, la dominación española ha sido casi completa, desde la instauración de
las encomiendas, pasando por el aplastamiento de las revueltas guaraníes, la

22
CARDOZO, EFRAÍM. Apuntes de Historia Cultural del Paraguay. Pág. 28. 8ª. edición. Editorial
Servilibro. Año 2007.
23
Idem. Pág. 29.
24
Ibídem. Pág. 29.
25
Ibídem. Pág. 30.
11

desvirtuación de su cosmogonía y espiritualidad, la absorción y destrucción de su


modo de producción, el desmantelamiento de su sistema político y guerrero, entre
otros. Y aunque genéticamente la nación guaraní no le dio el rostro nativo a la nueva
nación paraguaya, sin embargo aquélla dejó indeleblemente en ésta su identidad
cultural gracias a la imposición de su idioma, por esa forma peculiar del concubinato
polígamo y servil que tuvo la relación entre el español y la mujer indígena; forma
familiar que de alguna manera el paraguayo siguió reproduciendo de hecho en sus
relaciones sociales sobre todo en el ámbito rural.
12

3. HISTORIA DE LOS MESTIZAJES.


El primer mestizaje se dio entre unos 400 varones españoles, que recalaron en la
bahía de Asunción, y las doncellas guaraníes ofrendadas gracias al pacto inicial entre
visitantes y nativos, basado en el régimen guaraní del lazo de parentesco político, el
tovaya26.
F. R. Moreno da su visión al respecto al relatar que “la cooperación indígena, en el
sentido indicado, que no sólo fue económica sino personal, y cuya importancia no se
ha hecho destacar aun suficientemente, respondía a la alianza pactada con los
españoles; y a ella obedeció asimismo el régimen de servidumbre a que quedaron
sometidas las indias, para las faenas agrícolas principalmente. Las mujeres indias
fueron entregadas por sus padres o parientes a los conquistadores, con el carácter de
compañeras en el hogar y agentes de producción, pues eran ellas quienes se
ocupaban de los sembrados”27.
El mismo historiador, al referirse al papel que cumplió Domingo Martínez de Irala y
al justificar sus intervenciones, omisiones y contemporizaciones con las costumbres
indígenas, entre ellas la antropofagia, la poligamia y ciertas festividades, afirma que
“la unión hispano-guaraní, origen y motivo de aquellos excesos, precedió a la
fundación de la ciudad, si hemos de creer al secretario de Alvar Núñez, que señalaba
el paraje de Tapuá, tierra del cacique Moquiracé, como el asilo predilecto de las
pequeñas fuerzas dejadas por Ayolas en Candelaria, y donde su jefe, Domingo
Martínez de Irala, tenía sus amores ‘con la hija de un principal’. Esas vinculaciones,
que ampararon la existencia de aquel débil destacamento, se afianzaron después de
fundada la Asunción y originaron un régimen social que, a pesar de los abusos,
estuvo profundamente arraigado en la voluntad indígena. Dentro de ese régimen se
formaron los hogares, de donde surgió el robusto producto étnico destinado a la
expansión civilizadora de la conquista, y los cuales bajo la acción de aquel
gobernante, inculpado hasta por sus esfuerzos de moralidad y de orden, constituían
entonces una de las condiciones básicas más importantes del naciente núcleo
colonial”28.

26
SUSNIK, BRANISLAVA. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia del Paraguay.
Tomo I. Páginas 27 y 28. Edición del Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales I.P.E.N. Año 1982.
27
MORENO, FULGENCIO R. La Ciudad de la Asunción. Pág. 21 y 22. Segunda edición. Editorial
Paraguaya. Año 1968.
28
Ídem. Pág. 53 y 54.
13

Moreno resalta claramente la importancia política y militar de esa unión de


parentesco entre españoles y guaraníes con el fin de afianzar la conquista española en
medio de tribus indígenas en permanentes guerras de saqueos y hegemonía
territorial, a lo largo de ambas márgenes del río Paraguay, principalmente entre
guaraníes y guaikurúes.
Pavetti se refiere al primer mestizaje del período de la conquista (1536 – 1600) al
relatar cuanto sigue: “El censo realizado por Irala, en vísperas de la llegada del
Adelantado Cabeza de Vaca, revela que los europeos instalados en la zona de los
Carios no eran más de cuatrocientos, hombres todos y ninguna mujer (Ídem, Ibídem
[v. SUSNIK, 1982, I: 68-69]). La súbita presencia de estos cuatrocientos efectivos,
con armas de fuego largas, con buen despliegue de utensilios y artefactos de hierro o
acero, sobre todo las temibles espadas y lanzas, asimismo contando las herramientas
varias que desplegaron en sus actividades, sin olvidar la presencia de los jinetes,
asombró a los indígenas. Todo esto resultaba para los Guaraní algo novedoso,
mágico, “[…] algo que ellos aceptaron no sólo por lo novedoso sino también porque
detrás de esto veían los poderes de la magia” (Ídem, Ibídem [v. SUSNIK, 1982, I:
68-69]). Esta concepción mágica de la aparición de los españoles es importante y
explica por qué los guaraníes de inmediato dieron a los primeros españoles el nombre
de Karaí, tomando en cuenta que con el nombre de karaíva llamaban los guaraníes
antiguos a sus shamanes andantes, […]”.(SUSNIK, 1982, I: 68-69)”29.
Dice también el citado investigador: “Cabe acotar que los soldados provenían de
campañas europeas imbuidos de una bien definida ideología de botín (SUSNIK,
1993: 7), por lo que la primera etapa del relacionamiento entre los europeos y los
Guaraní –caracterizada por un sesgo de amistad y cooperación– no era sino una
contemporización por parte de los primeros. El incipiente asentamiento resultó de
superlativa importancia, pues en su navegar desde el estuario del Río de la Plata no
se encontraron sino con pueblos cazadores nómadas, carentes de cultivos; por lo que
encontrarse con pueblos cultivadores, como eran los Guaraní, abría la posibilidad de
establecer un asiento para futuras incursiones (cfr. SUSNIK, 1982: 71)”30.

29
PAVETTI, RICARDO. La integración nacional del Paraguay (1780 – 1850). Páginas 187 y 188.
Editorial CEADUC Centro de Estudios Antropológicos Universidad Católica Nuestra Señora de la
Asunción. Colección Bicentenario. Mayo 2008.
30
Ídem. Página 189.
14

Ese inicio casi idílico del mestizaje, plasmado en la pluma de Manuel Domínguez
según cita anterior, es también recordado por otros historiadores, según mención de
Pavetti: “Viéndose los españoles abundosos en comida de la tierra, y con tantas
mancebas no aspiraron a mas, contentandose con un poco de lienco de algodón
teñido de negro para su vestido: e como estaban en el Parayso de mahoma se
governaban a su modo […]” (VELAZQUEZ RAFAEL E., 1981: 30-31). [Cita de su
obra Indígenas y españoles en la formación social del pueblo paraguayo. Separata de
Suplemento Antropológico. Revista de la Universidad Católica de Asunción].
Referencia a su vez de un informe de hacia 1620 sobre Asunción”31.
Indica también el historiador que “Finalmente la mujer guaraní resultó ser criada,
brazo agrícola, procreadora, que garantizaba el desempeño de la pobre economía de
Asunción de los comienzos. Resultó asimismo una vía efectiva para convertir a sus
parientes varones en “siervos naturales”, lo que en la documentación de los
conquistadores aparece como “Servicio por parentesco” (SUSNIK, 1995: 47). “La
antigua práctica guaraní de ‘saca de mujeres’ de pequeñas comunidades por los jefes
de grandes aldeas y de más prestigio significaba la subordinación de la respectiva
parentela; las visitas entre los parientes se consideraban como una reciprocidad de
‘servicios y trueques’” (ibídem: 47-48)”32.
Por lo tanto, concluye el mismo autor que “Al transponer los guaraní esta antigua
práctica a su propio “servicio por parentesco” con los conquistadores,
experimentaron consecuencias negativas de su tradición desvirtualizada. Los
europeos casados con las mujeres guaraní sólo demostraban preocupación por la
posición socio-civil de sus descendientes mestizos, más las mujeres seguían
recibiendo el tratamiento de “indias” (Ibídem: 48 [SUSNIK, 1995])”33.
De ese modo, “Hacia 1546, a menos de diez años de la fundación de la casa fuerte y
a casi cinco de haber conseguido Asunción el estatuto de ciudad, la mayor parte de
los niños nacidos eran mestizos, se producían pocos nacimientos propiamente
guaraní; de esta manera al iniciarse la plasmación socio-biológica del europeo con el
guaraní, traducida en la prole mestiza, comenzaba asimismo el debilitamiento

31
Ibídem. Página 190.
32
Ibídem. Página 190.
33
Ibídem. Página 191.
15

demográfico de los aborígenes, por la baja tasa de natalidad (cfr. SUSNIK, 1982, I:
83)”34.
Cuando los españoles se resignaron en la búsqueda de El Dorado, luego de
diecinueve años de haberse fundado la casa fuerte de Asunción, Domingo Martínez
de Irala instala el sistema de las Encomiendas. “Este oprobioso sistema de
dominación trajo consecuencias determinantes, como la desencadenante que
desembocó en la formación de un Pueblo nuevo: el paraguayo”35.
En cuanto al segundo mestizaje relatado por Susnik (II, 1983: 39-40), Pavetti apunta
que “hacia finales del siglo XVII era prácticamente imposible establecer distingos,
en términos socioétnicos en el Paraguay de entonces. Refiere (Susnik) el caso de la
juventud que se fugaba de los tava y de las misiones para pasar “a engrosar la
población criolla y mestiza de la provincia” y, específicamente, cita el ejemplo de la
guitarra como elemento atractivo e igualador. Este instrumento musical contribuía a
la superación de la monotonía de la vida cotidiana y de entre todos los demás
instrumentos era el que más atractivo ejercía en la masa guaraní. En el caso de las
mujeres jóvenes, que también se evadían de los tava, el factor atractor era la
búsqueda de la conchabanza, con preferencia en las labores de hilado. Recién en el
siglo XVIII las mujeres alcanzaron a trabajar con el telar, siendo una revolución la
irrupción de la mujer como tejedora. Con cierta periodicidad estos migrantes volvían
a sus pueblos – tava, pues lo consideraban “su verdadero tetä mirï, su valle”. Otras
veces retornaban por enfermedad y por cualquier otro motivo. La fluctuación de los
datos demográficos, según dicha autora, podría explicarse por esta razón”36.
Señala luego que “Al radicalizarse la Revolución (comunera), debido al cambio en la
composición social de sus dirigentes y la inclusión de los campesinos libres, que
apoyaron a los encomenderos (GARAVAGLIA, 1986 Y 1987), en el período 1731-
1735, en la Provincia comienza a formarse una categoría de “indios libres”,
conformado por los que se habían evadido de los tava y los indios fugitivos de las
misiones. Estos “indios libres” fueron protegidos por los criollos, quienes les
permitían afianzar ese status, al dejarlos asentarse en las cercanías de sus tierras, pues

34
Ibídem. Página 191.
35
Ibídem. Páginas 192 y 193.
36
Ibídem. Páginas 196 y 197.
16

de hecho ya no se encontraban con la obligación de servir en la mita ni en los


trabajos comunales”37.
Ese movimiento social que se convierte en un segundo mestizaje, se debe para
Susnik, “al bracerismo, a la conchabanza y, especialmente, a la aparición de este
nuevo status de indio libre o suelto, el cual con su chacra orillera, a su vez se
conchababa, pero que no dependía de ninguna comunidad o tava, de ningún
encomendero. Sustenta así la posición de que fue de esta manera como empezó
nuevamente el proceso de mestizamiento, que ella llama “mestizamiento mixto”,
entre el indio libre con el mestizo ya existente. “Así comienza el brote de lo que
Azara y Aguirre llaman ya el ‘indio criollo’, donde no se distingue ya estrictamente
si se trata de indio o mestizo” (Ibídem: 67 [SUSNIK, II, 1983]). [cita 125: “[…]
muchos indios han pasado a ser españoles y otros están confundidos con las castas
mestizas” (AZARA, 1990: 103)]”38.
Por su parte, Günter Kahle tiene la siguiente visión del mestizaje hispano-guaraní:
“Irala había sentado las bases de la organización estructural de la provincia,
dotándola de las condiciones esenciales para su desarrollo. Con la creación del
Cabildo en 1541, convirtió el fuerte de Asunción en Ciudad. Irala fue también el
iniciador más autorizado de las expediciones al Chaco y a él se debe además, la
introducción del sistema de las encomiendas en el Paraguay. Pero, ante todo, fue él
quien con clara visión sopesó la ingente tarea de la conquista y colonización –
visualizada en un marco más amplio– reconociendo que ella sólo sería posible con el
concurso de los guaraníes, tan amistosamente vinculados a los españoles. Así fue
como empezó a hacerles participar intensamente en todas las actividades. Consciente
de la imperiosa necesidad de crear un vínculo estrecho con los indígenas, Irala
propició ampliamente la unión del español con la india guaraní. Las medidas por él
introducidas a estos efectos incidieron decisivamente, tanto en el proceso de
permanente estructuración social como en el de la evolución política de la provincia
en los siglos que siguieron”39.

37
Ibídem. Página 198.
38
Ibídem. Página 199.
39
KAHLE, GÜNTER. Orígenes y fundamentos de la conciencia nacional paraguaya. Tesis doctoral.
Pág. 64. Edición del Instituto Cultural Paraguayo – Alemán. Año 2005.
17

Luego manifiesta que “el mestizo que surgió del cruzamiento de razas entre indios y
europeos configuró un nuevo tipo humano en el cuadro étnico amplio del continente
americano. Su aparición planteó al español el problema de su inserción en la
estructura social de la época. La prístina postura de intolerancia de algunos españoles
frente al indio y el eco del recalcitrante concepto de la “limpieza de sangre”
imperante en la madre patria, proporcionaron los argumentos que impidieran a los
mestizos nacidos en tierras americanas, reclamar su ingreso en la sociedad
conformada por los españoles como miembros igualitarios de la comunidad. Las
Ordenanzas reales no hicieron más que confirmar y afianzar por vía legal aquella
condición social intermedia en la que se ubicaba al mestizo, siendo por tanto muy
remotas las perspectivas de lograr una verdadera solución al problema. De esta
cuestión derivaron ineluctables en el transcurso del tiempo, recias tensiones internas
entre los miembros del agregado social de la colonia”40.
Aquí Kahle nos está indicando el problema de la marginación social de los mestizos
en la época colonial americana, que tuvo ribetes bien marcados principalmente en
México, Lima y Potosí, lugares en donde hubo importantes inmigraciones españolas,
con familias enteras, por lo que la segregación fue más notable. Sin embargo,
reconoce que “tan solo en el Paraguay el problema tuvo una evolución peculiar,
distinta. Paraguay era la única región de América en la que “dominaba el nacido en
esas tierras” (R. A. Molina, Hernandarias El hijo de la tierra, Buenos Aires 1948,
pág. 29). Algunos de los descendientes habidos de las uniones de Irala con las indias
–por mencionarlos a título de ejemplo– llegaron a ocupar altos cargos. Su más
distinguido nieto, Ruy Díaz de Guzmán, fue un par de veces lugarteniente del
Gobernador. Otro nieto de Irala, Hernando de Mendoza, fue durante cinco años
consecutivos lugarteniente del Gobernador de Buenos Aires”41.
Pero a su vez, el citado autor explica que “al contrario de lo que sucedió en el Perú y
en México, entre los conquistadores y colonizadores del Paraguay no figuraban
miembros de la alta nobleza”42. Agrega luego que “los españoles de pura casta que
habitaban en Asunción –centro de la región– en el siglo XVI, nunca habrían rebasado
el número de mil quinientas personas. ‘La afluencia migratoria de España al

40
Ídem. Páginas 64 y 65.
41
Ibídem. Páginas 65 y 66.
42
Ibídem. Página 67.
18

Paraguay empezó y terminó en el siglo XVI, en los años comprendidos entre el 1537
y el 1571’ (E. Cardozo, El Paraguay, pág. 56). A fines del siglo XVI esa corriente fue
sustituida por la emigración de españoles que se alejaban de Asunción”43.
Sobre este punto, Efraím Cardozo relata que “como resultado del cruce hispano –
guaraní, practicado en vasta escala, pronto hubo en el Paraguay una numerosa prole
mestiza. Fueron los famosos ‘mancebos de la tierra’. Según el clérigo Francisco de
Andrada en 1545 ya había 500 o más hijos de cristianos e indias. En 1556 su número
se elevó a 3.000. Hacia 1575 ya eran 10.000 y no restaban sino 280 conquistadores
españoles”44.
Enfatizando aspectos sociológicos, antes que biológicos, Kahle apunta en cuanto a la
singularidad del mestizaje en el Paraguay, que “fueron los españoles llegados al
Paraguay hasta 1571, pues, los que acuñaron las características del país, tanto en los
aspectos étnico y social, como en lo relativo a la moral y en el ámbito de lo
espiritual. La particularidad de que no se contara con miembros de la alta nobleza y
que hubiese tan sólo unos pocos hidalgos entre ellos, pronto evidenció su
importancia en la evolución que siguió, pues merced a ella se soslayaron las
tensiones sociales extremas”45.
En cuanto a las características de los guaraníes, Kahle apunta las descripciones
contradictorias entre los autores paraguayos, tales como Blas Garay y Cecilio Báez,
quienes los consideraban inferiores y primitivos, así como Ignacio A. Pane y Moisés
Bertoni, quienes les reconocían un alto grado de civilización. Manifiesta Kahle que
“es innegable la infraestructura material inestable y deficiente que caracterizaba la
vida de los guaraníes cuando se inició la conquista, como tampoco es posible
negarles el reconocimiento y desmeritar las aptitudes bien fundadas que poseían en el
conocimiento de la botánica, zoología, geología y geografía, así como la astronomía
y de la medicina. El fundamento de su economía era la agricultura que la
complementaban con productos de la caza y de la pesca. Eran sedentarios hasta

43
Ibídem. Pág. 67.
44
CARDOZO, EFRAÍM. Apuntes de Historia Cultural del Paraguay. Pág. 42 y 43. 8ª. edición.
Editorial Servilibro. Año 2007.
45
KAHLE, GÜNTER. Orígenes y fundamentos de la conciencia nacional paraguaya. Tesis doctoral.
Pág. 67. Edición del Instituto Cultural Paraguayo – Alemán. Año 2005.
19

cierto punto, cambiando de hábitat con relativa facilidad y por motivos de las más
diversas índoles”46.
Luego de explicar diversas dimensiones sociales de los guaraníes, así como su
estructura jerárquica, del tuvicha, consejo de ancianos y mburuvicha, Kahle señala
que “el indio, por lo demás, era libre; podía trasladarse de un pueblo a otro y
cambiarse de lugar a voluntad. Cada uno de estos pueblos (tava) era absolutamente
independiente de los otros. ‘Ellos no sentían estar vinculados a una gran etnia y no
estaban sometidos a ningún otro superior que no fuera el cacique de su comunidad’
(Otto Bürger, Paraguay, Leipzig 1926, pág. 27). En casos de guerra, a veces, algunos
grupos trababan alianzas pasajeras que no se prolongaban sino hasta finalizar la
lucha. Los guaraníes nunca lograron configurar un Estado. Las relaciones existentes
entre las tribus y grupos se fundaban exclusivamente en la comunidad del idioma”47.
Después de explicar el “mestizaje” religioso, Kahle afirma que “una verdadera
interpretación de los conceptos ‘aña’, ‘añareta’, ‘yvága’, es actualmente muy difícil
si no lo es del todo imposible, dado que los misioneros, especialmente los jesuitas,
introdujeron gran parte del pensamiento cristiano en el mundo de la imaginación de
los guaraníes, a fin de que sea para ellos más fácilmente comprensible la mitología
cristiana, partiendo de su propia religión”48.
Con respecto a la preparación para la guerra, el autor citado apunta que un “Tema
muy controvertido ha sido para la ciencia, el de las cualidades guerreras de los
guaraníes. Una de las opiniones más conocidas a este respecto ha llegado a ser la de
Azara, quien les negara toda aptitud bélica. Si bien los guaraníes con certeza no eran
de los más agresivos y muy raras veces eran ellos los que provocaban las guerras, sin
embargo, sabían defenderse con valentía y bravura cuando eran atacados ‘y preferían
morir antes que someterse a la dura ley del vencedor’ (J. W. Gez [Editor]
Disquisiciones filológicas sobre la Lengua Guaraní, Corrientes 1915, pág. 8). En el
transcurso de la época colonial dieron luego múltiples pruebas de sus aptitudes
guerreras, no sólo como aliados de los españoles, sino también llegado el momento
de luchar al lado de los jesuitas, contra los paulistas”49.

46
Ídem. Pág. 69.
47
Ibídem. Pág. 71.
48
Ibídem. Pág. 73.
49
Ibídem. Pág. 72 y 73.
20

En este punto, cabe recordar lo señalado más arriba en cuanto a la alianza hispano –
guaraní, en la cual uno de sus principales componentes era la necesidad de unir
fuerzas; para los españoles con el fin de abrirse camino hacia el Dorado cruzando
territorios de tribus belicosas y para los guaraníes con el objeto de defenderse mejor
de los constantes ataques de payaguaes y guaikurues. Posteriormente, cuando los
españoles rompen el idilio al imponer su dominación y explotación, los guaraníes se
rebelan con las armas y son derrotados. Si bien el Paraguay no es un país agresivo,
demostró sin embargo en dos guerras internacionales su bravura en defensa de su
soberanía.
Pero tampoco se trata de un coraje heredado genéticamente sino culturalmente,
proceso al cual se sumaron políticas posteriores, como la del Dr. Francia, quien creó
el ejército nacional sobre bases modernas. Al respecto, Pavetti señala que “El
pequeño Ejército nacional, organizado según la impronta que le asignara el fundador
de la República, cumplió una formidable tarea de comunicación del ideal republicano
y de reforzamiento de la identidad nacional. La renovación total de la oficialidad y el
enrolamiento de individuos provenientes de distinto origen cultural y social, precipitó
la integración de los mismos como ciudadanos de firmes convicciones patrióticas. La
alta significación que tiene este ejército paraguayo descansa en su carácter moderno,
y esta modernidad le venía por estar integrado exclusivamente por ciudadanos y
porque la composición de su oficialidad y tropa tenían un origen democrático; a
diferencia de las antiguas milicias coloniales realistas, cuyos oficiales provenían de
las “mejores” y “principales” familias y la composición de la tropa provenía de una
pesada imposición o carga al campesinado libre”50.
Concluye finalmente Kahle que “En la historia de los países latinoamericanos, el
Paraguay ocupa indudablemente una singular posición. Su situación geográfica de
país mediterráneo y la reducida corriente migratoria de europeos después de la
conquista, motivaron la estrecha vinculación entre españoles y la población
autóctona. Los mestizos surgidos de la fusión racial desplazaban por su número,
paulatinamente, a europeos e indígenas. Al contrario de lo que sucedía en el resto de
Hispanoamérica, los mestizos en el Paraguay pronto se convirtieron en el estrato

PAVETTI, RICARDO. La integración nacional del Paraguay (1780 – 1850). Página 302. Editorial
50

CEADUC Centro de Estudios Antropológicos Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.


Colección Bicentenario. Mayo 2008.
21

social conductor, asimilándose ampliamente a sus progenitores blancos, tanto en el


aspecto social como en el político. Con estos “mancebos de la tierra” –como se los
llamaba– había surgido una generación “cuyo vínculo con España era muy sutil y,
cuyo hábitat natural era, sin restricciones, la región que comprendía el Paraguay”. Su
prosapia, mitad indígena, hacía que el “mancebo” y posterior paraguayo, “apareciese
ante sus propios ojos como el americano auténtico, en contraposición a las naciones
que se formaron sólo a partir de la inmigración y que por ello nunca pierden el
carácter de ‘gringos’ en el sentido estricto” (G. Möller, o.c., pág. 89). Merced al
estrecho contacto establecido entre españoles y la población aborigen, pronto empezó
a forjarse una idiosincrasia propia que se manifestó, no tan sólo en su cultura
material, sino también en su vida intelectual, la que mediante la adopción del idioma
guaraní como vehículo de expresión, revelaba múltiples rasgos indígenas”51.
Dice al respecto Efraím Cardozo que “pocos españoles vinieron al Paraguay después
de la última armada del adelantado Ortiz de Zárate. Los ‘mancebos de la tierra’
nacidos durante el siglo XVI constituyeron el plantel principal de la población
paraguaya a todo lo largo de nuestra historia”52.
Por su parte, el historiador y político paraguayo Oscar Creydt sostiene sobre esta
temática que “hace algún tiempo ha surgido en los Estados Unidos una teoría de
aspecto científico, elaborada por los antropólogos Julián H. Steward y Elman R. y
Helen S. Service, según la cual las bases de la nación paraguaya fueron establecidas
ya en los primeros decenios de la colonización española por la acción de los
encomenderos sobre los indios. Estas bases habrían sido “débiles, comparadas con
las de la mayoría de las demás naciones latinoamericanas”, por la razón de que la
economía siguió siendo una “economía de subsistencia” en vez de desarrollarse
como una economía latifundista monocultora para la exportación. En consecuencia,
la cultura paraguaya se formó como una cultura hispana de clase rural baja, en vez de
formarse como “cultura hispana de clase alta”. La cultura paraguaya no habría
recogido nada de la cultura de los guaraníes, con la sola excepción del uso del idioma
guaraní. Todo lo demás resultó puramente español, en virtud de la perfecta obra

51
KAHLE, GÜNTER. Orígenes y fundamentos de la conciencia nacional paraguaya. Tesis doctoral.
Pág. 315. Edición del Instituto Cultural Paraguayo – Alemán. Año 2005.
52
CARDOZO, EFRAÍM. Apuntes de Historia Cultural del Paraguay. Pág. 43 y 44. 8ª. edición.
Editorial Servilibro. Año 2007.
22

“aculturadora” de los encomenderos. El Paraguay, como nación, es una “paradoja”


para esos autores. Más que una “nación integrada”, sería un “área de cultura” – de
cultura hispana– de baja calidad. El atraso actual de Paraguay se debería a la
debilidad de las bases sobre las cuales surgió ya a fines del siglo XVI y al hecho de
que, desde entonces, la historia del Paraguay habría seguido una trayectoria
invariable. Tal es la teoría norteamericana acerca de la formación de la nación
paraguaya. Es una teoría que niega la capacidad de nuestra nación para el progreso.
Más aún, niega su razón de ser. Se trata de una parte integrante de la labor de
colonización ideológica que el imperialismo norteamericano viene realizando en los
países de América Latina”53.
Agrega luego que “algunos historiadores paraguayos se han encargado de dar
difusión a esta teoría, sin la menor observación crítica. El curso de la historia real
está en contradicción con la tesis de Steward y Service. La formación de la nación no
ha sido la obra fácil y expeditiva de unos cuantos “feudatarios” españoles a través de
su concubinato con una masa de mujeres indias, como se imaginan dichos autores y
numerosos historiadores paraguayos, sino que ha sido el resultado de un proceso
largo y contradictorio que ha durado siglos, y cuya esencia ha sido una lucha
encarnizada del Paraguay por sacudir el yugo del sistema colonial español”54.
Este autor tampoco acepta el mestizaje biológico como una cuestión central de la
formación de la nación paraguaya, enfocándose más bien en los aspectos políticos de
la historia para explicar el origen de la nacionalidad. Por lo tanto, desacredita la tesis
de que las causas del atraso del país tengan raíces tan profundas en el pasado como
echarles la culpa a los españoles de clase baja o a los indígenas primitivos. Bien
sabemos que luego de la acumulación económica autónoma y la afirmación de la
identidad nacional soberana durante la dictadura del Dr. Francia, el Paraguay conoció
el período de prosperidad y despegue de los López, proceso que más bien fue
tronchado por la Guerra de la Triple Alianza.
Sostiene al respecto que “Mucha confusión ha sido creada en torno al papel que los
pueblos guaraníes han desempeñado en la formación de la sociedad paraguaya.
Algunos lo ignoran. Para otros, la sociedad guaraní es apenas un antecedente de la

53
CREYDT, OSCAR. “Formación Histórica de la Nación Paraguaya”. Pág. 34 y 35. Ediciones del
Pensamiento Nacional. Editorial COLIHUE MIMBIPA. Año 2002.
54
Ídem. Pág. 35.
23

formación del Paraguay. Algunos demagogos, como el escritor fascista Natalicio


González, presentan la conquista como la destrucción de una alta civilización
indígena. La mayoría reduce el papel de los guaraníes a su contribución biológica en
la mezcla de las dos razas, confundiendo la formación de una nación, que es un
proceso social, con el proceso de mestización, que es un fenómeno biológico. Estas
teorías no explican el papel que la sociedad guaraní, en particular su modo de
producción, ha desempeñado en la formación de la nueva sociedad, superior, que
surgió de la conquista”55.
Explica luego que “Desde la fundación del fortín de Asunción en 1537 y
particularmente desde la fundación de la ciudad por Irala, el problema básico que se
planteó a los invasores era el problema de cómo incorporar a los guaraníes a un
sistema estable de producción. En las condiciones del Paraguay, era económicamente
imposible organizar un sistema de grandes plantaciones para la exportación, como el
de las Antillas y del Brasil. Tampoco era posible aplicar las “Nuevas Leyes”, que
obligaban a los indios a pagar a los encomenderos un tributo en productos agrícolas.
En efecto, a diferencia de los pueblos altamente organizados del Perú y de México,
los guaraníes no habían alcanzado un nivel de productividad ni de disciplina política
que los capacitara para producir en sus propias chacras un sobreproducto suficiente
para sustentar a la casta militar extranjera”56.
“En estas condiciones específicas, -prosigue Credyt– no existía ninguna otra
posibilidad de explotar a los guaraníes que la de obligarlos a trabajar en pequeñas
explotaciones agrícolas bajo el mando personal de los conquistadores. Sólo varios
decenios después de la fundación de Asunción, empezaron a formarse estancias de
ganado y más tarde aún explotaciones de yerbamate. Sin embargo, la pequeña
explotación agrícola, combinada con la cría de ganado en pequeña escala, continuó
siendo el sector principal de la economía del Paraguay colonial. Por otra parte, la
explotación de los indios en la estancia fue organizada sobre el modelo de su
explotación en la chacra”57.
Argumenta seguidamente que “durante el período inicial de la colonización, la
correlación de fuerzas entre la minoría militar conquistadora y la tribu guaraní era tal

55
Ibídem. Pág. 41.
56
Ibídem. Pág. 41.
57
Ibídem. Pág. 41 y 42.
24

que la primera no tenía todavía un dominio y control completos sobre la segunda.


Los guaraníes conservaban su organización tribal y guerrera. Sólo eran vasallos de
los conquistadores. Por esta razón, no existía en la práctica la posibilidad de forzar a
los guerreros guaraníes al trabajo agrícola para los señores europeos. Los pueblos
guaraníes se hallaban todavía en la etapa del cultivo de “rozado”. Los varones
seguían siendo cazadores y pescadores canoeros. Su participación en el trabajo
agrícola se limitaba a la tarea más pesada, el desmonte con hacha de piedra pulida y
fuego. Despreciaban el trabajo de la chacra como tarea femenina, por debajo de su
dignidad de guerreros. Esta situación obligaba a los españoles a adueñarse de la
fuerza de trabajo de la mujer guaraní. La especialista en el cultivo”58.
Creydt concluye en consecuencia que “según la teoría elaborada “científicamente”
por Service y Steward, el Paraguay surgió de una “alianza” entre españoles y
guaraníes. En virtud de esta alianza político-militar, el pueblo autóctono habría
entregado voluntariamente miles de sus mujeres a los conquistadores. Y los indios se
habrían acostumbrado a trabajar para ellos en calidad de “cuñados”, de acuerdo a los
usos. El objeto de esta doctrina es ocultar el hecho de que el Paraguay nació de la
implantación violenta de la explotación de clases en un país donde había regido,
hasta entonces, la sociedad comunista primitiva”59.
En cuanto al “mestizaje” en el nivel socioeconómico, el mismo autor indica que “este
proceso histórico no consistió en una simple “aculturación” unilateral de los indios
por los señores feudales. Tampoco consistió en una asimilación mutua de dos
culturas, una superior, otra inferior. Fue un movimiento contradictorio, hacia atrás y
hacia delante a la vez. Hubo, en cierto grado, una ruptura con el modo de cultivo
europeo y, al mismo tiempo, una ruptura con el modo de cultivo guaraní. Del
desarrollo de este último bajo la influencia de la cultura europea, superior, nació algo
nuevo, la chacra paraguaya tradicional. Sobre esta base se construyó el Paraguay
colonial. Sobre la misma base empezó la formación de la nueva nacionalidad”60.
Explica también al respecto el historiador que “Sin embargo, la chacra guaraní
europeizada continuó siendo el cimiento principal del Paraguay colonial. Ella se
desenvolvió por tres cauces: la chacra trabajada por indios encomendados para el

58
Ibídem. Pág. 42.
59
Ibídem. Pág. 42 y 43.
60
Ibídem. Pág. 47.
25

señor feudal, la chacra del campesino mestizo libre y la chacra de los indios
guaraníes en sus comunidades sedentarias, llamadas “pueblos de indios”. En el curso
de tres siglos, estos tres cauces confluyeron. Esa unidad económica se convirtió en el
basamento de una nueva nación. El cauce principal no fue la encomienda, sino la
pequeña economía del campesino mestizo libre, que combinaba el cultivo con la cría
de ganado en pequeña escala”61.
“La extraordinaria rapidez y amplitud –agrega– con que se efectuó en el Paraguay el
proceso de la fusión de razas no fue el fruto del “amor” de las mujeres guaraníes a
sus patrones extranjeros, como lo pintan Efraín Cardozo y tantos otros falsificadores
de nuestra historia, sino que fue el resultado de la necesidad económica en que se
vieron los conquistadores de resolver el problema fundamental de la mano de obra,
esclavizando a masas de mujeres guaraníes en el trabajo de chacra y engendrando el
mayor número posible de hijos mestizos con miras a hacerlos trabajar en la
agricultura y en la cría de ganado. Si al Paraguay inmigraron muy pocos españoles y
sólo excepcionalmente alguna mujer europea, se debe a que era una economía
agrícola de nivel inferior a la de España, sin pan ni vino. No podía atraerlos. En una
colonia de pequeños agricultores pobres no había perspectivas de ganancias fáciles.
Esta es la causa de que en el Paraguay, después de la muerte de los conquistadores, la
casta superior europea quedó muy debilitada numéricamente. En gran medida, los
criollos mestizos tuvieron que reemplazar a los españoles inevitablemente, como
encomenderos, estancieros, miembros del Cabildo de Asunción y funcionarios
locales”62.
Señala finalmente Creydt que “el hecho de que la diferenciación de clases se
desarrolló en el seno de los mismos criollos mestizos en lugar de cristalizar una
oposición de castas raciales, es un hecho que ha favorecido y acelerado la formación
de una nueva nación. Aquellos factores que Steward considera como taras de
nacimiento de la nación paraguaya, la ausencia de una aristocracia latifundista
exportadora, con barniz de “cultura hispana de clase alta”, y el predominio de “una
mezcla racial de campesinos europeizados, son justamente los factores que han

61
Ibídem. Pág. 50.
62
Ibídem. Pág. 50 y 51.
26

facilitado la formación particularmente rápida de una nación internamente unida


como tal”63.
Precisamente, al no surgir esa diferenciación social con rasgos de “castas raciales”,
así como existen hasta nuestros días en Bolivia, Perú y otras naciones del continente,
la unidad nacional paraguaya cobró fuerza e identidad propia no solo frente a España
sino también ante Buenos Aires, el imperio lusitano trasladado al Brasil y otras
naciones emergentes del continente. Aquí se observa que el “mestizaje” en el
régimen económico instaurado le dio al Paraguay también su singularidad, y al
mismo tiempo la base social y económica de la dictadura “fundante” del estado-
nación durante el gobierno del Dr. Francia.
Sin embargo, la conquista española en el resto de América tuvo poco de mestizaje.
Efraím Cardozo indica al respecto, luego de relatar la destrucción de los imperios
inca y azteca, que “… quedaron los estratos humanos. No fueron exterminados
sistemáticamente como ocurrió con la penetración inglesa en la América del Norte,
sino que por acción deliberada de los españoles, fueron incorporados a la nueva
civilización, principalmente por el canal de la conversión religiosa y en menor grado
por el mestizaje. Étnicamente vastos sectores se conservaron puros, sin mezcla.
Mantuvieron muchos de sus rasgos culturales y aun los impusieron a los españoles y
sus descendientes”64.
En cuanto al “mestizaje” cultural, Cardozo apunta, en el marco de la realidad
americana pletórica de una variedad inmensa de culturas, etnias y costumbres, con
predominio precolombino de los imperios incas y aztecas, que “entre esas culturas
estaba la guaranítica, de gran influencia en la formación histórica de nuestra
nacionalidad, no porque fuera la única existente en el actual territorio del Paraguay,
sino porque, en vez de hacer guerra viva a los conquistadores, aceptaron su alianza, y
por el camino de un vasto y sistemático cruzamiento de sangres, o por su voluntaria
conversión a la fe católica y reunión en pueblos y reducciones, organizados por
autoridades y vecinos de Asunción y a cargo de religiosos franciscanos, mercedarios

63
Ibídem. Pág. 52.
64
CARDOZO, EFRAÍM. Apuntes de Historia Cultural del Paraguay. Pág. 24. 8ª. edición. Editorial
Servilibro. Año 2007.
27

y jesuitas, se plegaron al nuevo orden de cosas. De la convivencia de las dos culturas


resultó la cultura paraguaya”65.
Obviamente que en este relato, el citado historiador no reconoce la posterior ruptura
de la alianza inicial entre españoles y guaraníes, los levantamientos nativos contra los
conquistadores, su derrota y sometimiento violento. Esta hegemonía política,
económica y militar convirtió al régimen del tovaya en una forma de explotación
hispana de los nativos, conservando la “romántica” unión entre el nuevo karaí y la
guaraní como un obligado sometimiento de servidumbre, formalizado luego bajo la
institución de la Encomienda; si bien en el plano cultural, como se ha visto, el
guaraní se impuso como idioma mayoritario de la población paraguaya.

65
Ídem. Pág. 24.
28

4. CONCLUSIONES.
Este estudio preliminar ha encontrado en los trabajos de investigación de importantes
cientistas, historiadores, antropólogos y genetistas, aportes significativos con
respecto al verdadero papel que ha cumplido el mestizaje español – guaraní en la
formación de la nación paraguaya. Su mayor riqueza fue cultural, antes que racial.
Por lo tanto, los rasgos genéticos se convierten en una singularidad de la población
pero que no tienen el peso que algunos pensadores pretendieron darles en cuanto a la
conformación de la nación paraguaya, entendiéndola a ésta en su dimensión de
comportamientos sociales y políticos.
Los autores consultados coinciden en general en buscar los rasgos característicos de
la nacionalidad paraguaya, emergentes del mestizaje hispano – guaraní, en los planos
económico, social, político y cultural. En cuanto a la mezcla genética, tanto
antropólogos –Susnik– e historiadores como genetistas actuales coinciden en que
hubo un “blanqueamiento” del mestizo, ya en la época colonial inclusive; pero por
razones socioeconómicas antes que biológicas; vale decir, que el mestizaje inicial
volvió a sufrir subsiguientes mezclas raciales, inclusive de una manera más compleja
en relación con otros grupos étnicos, a raíz de los cambios generados en las
relaciones sociales y económicas. De ese modo, los genes “blancos” fueron
prevaleciendo en la población mayoritaria del Paraguay, hecho corroborado por el
médico paraguayo, Oscar Benítez, quien realizó recientemente una investigación
genética sobre los paraguayos, según consta en un resumen de su informe
reproducido aquí como anexo y que puede ser consultado extensamente en dos
revistas científicas internacionales66.
El positivismo centrado en aspectos bioambientales, como soporte epistemológico de
la investigación del mestizaje, ha servido más bien de legitimación de ideologías
orientadas a exaltar la raza; y en este caso al encuentro romántico de dos razas que
unieron así todas sus virtudes para producir el ser paraguayo con privilegiadas
cualidades conductuales.

66
BENÍTEZ, OSCAR. Email enviado al autor de esta monografía, en el cual el investigador resume
los resultados de su trabajo publicado en dos revistas médicas: Hématologie, VOl 1, N°5, Septembre,
Octobre 1995, en francés, y en Pathologie Biologie, en inglés, en el 2002, vol. 50, no1, pp. 25-29 (19
ref.).
29

El mestizaje fue un factor de gran importancia cultural y política en la conformación


de la nación paraguaya, por cuanto que a partir de la práctica social guaraní de la
ofrenda de doncellas como parte de una alianza con otros grupos humanos, se inició
un proceso en el cual, comenzando con las prestaciones de los tovaja, se combinaron
dos modos de producción, dos culturas, dos religiones, dos fuerzas sociopolíticas en
el territorio de entonces, la influencia mutua y la convivencia entre dos lenguas,
aunque con la hegemonía española y el sometimiento social, político y militar de los
guaraníes.
30

BIBLIOGRAFÍA
BENÍTEZ, JUSTO PASTOR. Formación Social del Pueblo Paraguayo. Editorial El
lector. Año 1996.
BENÍTEZ, OSCAR. Investigación publicada en dos revistas médicas: Hématologie,
VOl 1, N° 5, Septembre, Octobre 1995, en francés, y en Pathologie Biologie, en
inglés, en el 2002, vol. 50, no1, pp. 25-29 (19 ref.).
BOBBIO, NORBERTO. La teoría de las formas de gobierno en la historia del
pensamiento político. Editorial Fondo de Cultura Económica. Año 1987.
CARDOZO, EFRAÍM. Apuntes de historia cultural del Paraguay. Editorial
Servilibro. Año 2007.
CREYDT, OSCAR. “Formación Histórica de la Nación Paraguaya”. Ediciones del
Pensamiento Nacional. Editorial COLIHUE MIMBIPA. Año 2002.
DOMÍNGUEZ, MANUEL. El Paraguay sus grandezas y sus glorias. Editorial
Ayacucho, Argentina, año 1946.
GONZÁLEZ, J. NATALICIO. Proceso y Formación de la Cultura Paraguaya.
Editorial El Lector. Año 1998.
KAHLE, GÜNTER. Orígenes y fundamentos de la conciencia nacional paraguaya.
Tesis doctoral para la obtención del Título de Grado de la Facultad de Filosofía de la
Universidad de Colonia. Alemania. 2 de junio de 1962. Edición del Instituto Cultural
Paraguayo – Alemán. Año 2005.
MELIÁ, BARTOMEU. Una nación, dos culturas. RP Ediciones. Segunda edición.
Año 1990.
MORENO, FULGENCIO R. La ciudad de la Asunción. 2ª. edición. Editorial
Paraguaya. Año 1968.
PAVETTI, RICARDO. La integración nacional del Paraguay (1780 – 1850).
Editorial CEADUC Centro de Estudios Antropológicos Universidad Católica
Nuestra Señora de la Asunción. Colección Bicentenario. Mayo 2008.
SUSNIK, BRANISLAVA. El rol de los indígenas en la formación y en la vivencia
del Paraguay. Tomo I y II. Edición del Instituto Paraguayo de Estudios Nacionales
I.P.E.N. Años 1982 y 1983.
31

ANEXO
Correspondencia del Dr. Oscar Benítez

To: cosostoa@click.com.py
From: Oscar Benítez/SGZNQ/FR/BHC/BAYER oscar.benitez@bayerhealthcare.com
Date: 30/08/2008 06:09PM
Subject: Re: Fwd: UN FAVOR HISTÓRICO

Osmar,
Tanto tiempo y un placer darte mi modesta ayuda y me gustaría leer tu trabajo (o
tener una copia de tu tesis).
Mis investigaciones se basan en el origen genético del mestizo hispano-guaraní a
través del análisis genético del sistema HLA, un grupo sanguíneo de los glóbulos
blancos que permite el estudio del origen genético del hombre; el grupo HLA fue
descubierto en 1958 por mi maestro el Profesor francés Jean Dausset, premio Nobel
de Medicina 1980.
Hice dos estudios, en el 90 y en el 98, en 100 paraguayos representativos de la
población y, dejando la parte técnica, encontré que:
A pesar del mestizaje hispano-guaraní, el perfil hemobiotipológico HLA del
"paraguayo" es más próximo del español que del guaraní. Las razones de este
"etnocidio genético" son aportadas por la historia, la sociología y la antropología.
Es por eso que me gustaría me cuentes tus conclusiones.
La parte técnica de mis trabajos está publicada en dos revistas médicas:
Hématologie, VOl 1, N° 5, Septembre, Octobre 1995, en francés.
Pathologie Biologie, en inglés, en el 2002, vol. 50, no1, pp. 25-29 (19 ref.).
Te resumo: el análisis sanguíneo del sistema HLA fue realizado en 100 paraguayos
no emparentados, tomados al azar, voluntarios, sanos, viviendo en Francia y en el
Paraguay, representativos de la población total.
Los tipajes HLA A B C DR se efectuaron en el laboratorio de histocompatibilidad
del Hospital Saint Louis de Paris, el mismo en el cual el Prof. Jean Dausset descubrió
el sistema HLA en 1958, técnica de microlinfocito toxicidad de Mittal y anticuerpos
monoclonales.
Se comprobó similitud significativa entre los antígenos HLA paraguayos y
españoles, diferencias significativas entre los fenotipos HLA paraguayos y de los
Tupí-Guaraníes y Guaraníes, escasa proporción de genes HLA de origen guaraní en
los mestizos paraguayos estudiados, gran distancia genética HLA entre los
paraguayos y los Tupí-Guaraníes y los Guaraníes y proximidad genética HLA entre
los españoles y paraguayos.
Sigo estudiando la genética de nuestro país, mestizos y guaraníes con técnicas
modernas de biología molecular y te mantendré informado. Concuerdo con tu tesis
que los guaraníes no tienen la culpa de nuestro atraso y en la necesidad de buscar
otras causas.
Un abrazo y espero noticias.

Dr.Oscar BENITEZ
BAYER SCHERING PHARMA
Portable : 06 21 05 01 19

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