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Universidad de Antioquia

Instituto de matemáticas
Mateo Ramírez Gaviria
CC. 1036959512

¿ES POSIBLE DEFINIR UNA RELACIÓN DE EQUIVALENCIA ENTRE LOS


ENUNCIADOS ÉTICOS Y LOS ENUNCIADOS CIENTÍFICOS?

Introducción

Definir una relación de equivalencia entre los enunciados éticos y los científicos puede verse
como algo sin sentido o que quizás no se tienen las herramientas suficientes para tratar en su
totalidad dicha relación. Sin embargo, estamos tentados a no dejar de lado esto, pues como
se ha mencionado en los textos de Brandt, R (1982) y Bunge, M (1997), la ética y la ciencia
logran estar relacionadas de alguna manera.

En el siguiente informe, se tratará de encontrar una relación de equivalencia entre los


enunciado éticos y científicos, para así reafirmar que la ética no está tan alejada de la ciencia
y más aún, no está tan lejos de las matemáticas.

¿Es posible definir una relación de equivalencia entre los enunciados éticos y los
enunciados científicos?

Para dar respuesta a la pregunta planteada, necesitamos de antemano saber qué es una
relación de equivalencia, lo cual se tratará de explicar lo más conciso posible.

Una relación R sobre un conjunto K, se denomina relación de equivalencia si cumple las


siguientes propiedades:

i) Reflexividad: Todo elemento de K está relacionado consigo mismo.

ii) Simétrica: Si un elemento de K está relacionado con otro, entonces ese otro
elemento también se relaciona con el primero.
iii) Transitiva: Si un elemento de K está relacionado con otro, y ese otro a su vez se
relaciona con un tercero, entonces el primero estará relacionado también con el
tercero.

Ahora, si tomamos K como el conjunto de los enunciados éticos y científicos, lo que se quiere
es encontrar una relación R tal que se puedan cumplir las tres propiedades anteriores.

Claramente, para definir dicha relación debemos tener en cuenta las cosas comunes entre la
ciencia y la ética. Una de ellas, y en la cual nos enfocaremos, es que los enunciados éticos y
científicos pueden brindarnos una solución para cierto problema ético ocasionado
(contextualismo).

Definamos la relación R como: Un enunciado A estará relacionado con un enunciado B si y


solo si ambos enunciados pueden resolver un problema ético.

Para continuar con nuestro propósito tenemos que ligarnos primero a un conjunto P de
premisas o principios éticos que cada individuo crea bajo su percepción (teniendo en cuenta
que dichos principios deben de ser éticamente aceptados), los cuales van hacer de una forma
atacados, para así poder crearse un problema ético.

Veamos ahora, si nuestra relación R es una relación de equivalencia.

Sea P: conjunto de premisas, K: Conjunto de enunciados éticos y científicos, R: la relación


tal que, un enunciado A estará relacionado con un enunciado B si y solo si ambos enunciados
pueden resolver un problema ético.

i) Sea Ω un problema ético y sea A un enunciado ético tal que dicho enunciado
resuelve el problema. Claramente, A esta relacionado con A, pues A resuelve
dicho problema.
Lo mismo pasa si B es un enunciado científico.
Así R es reflexiva.

Ahora nos podemos preguntar, ¿es posible que exista un problema ético el cual no pueda ser
solucionado bajo enunciados éticos o científicos?
La respuesta es no, pues si no se puede solucionar dicho problema entones podríamos decir
que R no es reflexiva.

Como podemos ver desde el contextualismo estos problemas pueden ser solucionados,
dependiendo del lugar o contexto en el que se esté dando dicho problema y teniendo en cuenta
que la solución no se le puede dar un valor de si es buena o mala. Mientras que Bunge, en su
escrito lo que busca es poder dar unas formas elementales para los enunciados éticos y de
esta manera busca darle cierto valor a lo que ocurre con la solución de problemas.

Pero vemos que estas contraposiciones no nos afectan la condición de reflexividad, pues lo
importante en este caso es que dichos enunciados resuelvan un problema ético.

ii) Sean Ω un problema ético, A un enunciado ético y B un enunciado científico tales


que resuelven a Ω. Como A y B resuelven Ω entonces A y B están relacionados,
pero es lo mismo decir que B y A resuelven a Ω, por tanto, B y A están
relacionados.
Así R es simétrica.

Vemos que en la simetría hay más contacto entre los enunciados éticos y los científicos.

Tomando como ejemplo, visto en el texto de León, O, 2000, p.41, la situación que vivieron
Mario Molina y Sherwood Rowland, ganadores del Premio Nobel de química de 1995.
Podemos observar que, a Molina y Rowland, se les presentó un problema ético al darse cuenta
que el causante del daño de la capa de ozono era un compuesto químico ya utilizado por
algunas industrias.

Pero entonces, en 1974, su manera de “percatarse” del asunto quería decir que como
científicos sólo tenían una hipótesis razonable, pero no un conocimiento con-
tundentemente comprobado. El problema ético para estos científicos, pues, era cómo
debían actuar a partir de su sospecha. ¿Debían seguir lo que indicaba la ortodoxia
metodológica, a saber, esperar a dar la voz de alarma hasta que la hipótesis estuviera
debidamente corroborada? ¿O debían alertar al mundo entero del peligro, aunque eso
contraviniera normas metodológicas básicas de la comunidad científica? (León, O,
2000, p.41).
Molina y Rowland, encontraron una solución a dicho problema guiados por su ética
profesional y decidieron advertir al mundo científico y demás, que dicha sustancia química
era dañina para la capa de ozono. Sin embargo, unos años después, Molina y Rowland
demostraron científicamente que en efecto dichas sustancias eran dañinas.

Vemos entonces que se pudo dar dos soluciones a un problema ético mediante la ética y la
ciencia. Pero también nos queda una incógnita, ¿cuál es la mejor solución? Estamos de
acuerdo que, si pensamos en nuestros principios éticos, era mejor dar aviso a la comunidad
sobre dicho problema, pero si se ve desde un lado netamente científico, esto puede dar pie a
problemas por hablar en cierta forma sobre especulaciones.

Sin embargo, esto no impide nuestra condición de simetría.

iii) Sean Ω un problema ético, A un enunciado ético, B un enunciado científico y C


un enunciado ético o científico tales que A y B resuelven Ω y también B y C
resuelven a Ω. Claramente como los tres enunciados resuelven el problema ético
entonces obtenemos que A y B están relacionados.

Ahora, esta condición nos va a brindar los mismos problemas de la propiedad de simetría (en
este caso, pues no siempre es así) ya que, si tenemos tres soluciones para dicho problema
ético, entramos en la confusión de cuál podría ser la mejor solución. En este caso, podemos
acudir al contextualismo y dar solución a dicho problema dependiendo de donde se esté
ocurriendo, bajo qué circunstancias y cuáles consecuencias podrían conllevar.

Podemos decir entonces que por i), ii) y iii) la relación R es una relación de equivalencia. Sin
embargo, se pudo ver que uno de los mayores problemas es la toma de decisión con respecto
a la solución del problema.

Esta relación de equivalencia nos permite establecer una relación entre los elementos del
conjunto K (enunciados éticos y científicos); es decir, esto nos permite crear paquetes de
elementos similares entre la ética y la ciencia, y así poder reafirmar más la conexión entre la
ética y la ciencia de una manera más formal o teórica.
Conclusiones

Al conseguir la relación de equivalencia entre los enunciados éticos y científicos, estamos


tentados a pensar que todo problema ético al resolverse por medio de la ética también se
podrá hacer por medio de la ciencia, pero tenemos que tener algo de precaución con esto,
pues no es cierto en su totalidad, ya que dichos enunciados solo estarán relacionados si
resuelven el mismo problema y teniendo en cuenta que a dicha solución no se le puede otorgar
un valor de bien o mal.

Además, podemos enfatizar que dar solución a dichos problemas nos dejan una pregunta
abierta la cual es un poco difícil de responder universalmente: ¿Cuál es la mejor solución a
un problema ético? Debemos tener presente que esto, puede variar mucho con respecto al
pensamiento de cada individuo y sus principios éticos y científicos ya planteados.

La ética y la ciencia no están tan alejadas estructuralmente, tanto que podemos encontrar
relaciones matemáticas dado ciertas condiciones.

Referencias

• Brandt, R (1982). Teoría ética. Madrid: Alianza. Cap. 3. ¿Puede la ciencia resolver
todos los problemas éticos? Pág. 55-76.
• Bunge, Mario (1997). Ética, ciencia y técnica. Buenos Aires: suramericana. Págs. 6-
38.
• León, O (2000). El bien, el mal y la razón. Facetas de la ciencia y la tecnología.
Barcelona: Paidós Cap. 4 ¿Son éticamente neutrales la ciencia y la tecnología? Págs.
85-94. Cap. 6 Naturaleza, ética y técnica. Pág. 107-128.

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