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UN NUEVO OBJETIVO DE ESTUDIO PARA LA CRIMINOLOGÍA

El establecimiento de una política criminal que comprende un derecho legítimo, mínimo y


respetuoso de los derechos humanos.

El poder sancionatorio del Estado se encuentra en crisis, las penas no han cumplido su función y
violan los derechos fundamentales del hombre, por esa razón el derecho penal legítimo debe ser
respetuoso de los derechos humanos.

Un derecho penal legítimo: El derecho penal debe ser racional, el discurso jurídico penal debería
ser coherente a los derechos humanos respaldado por la comunidad internacional, las leyes penales
devienen del hombre, lo que enmarca que esta concepción antropológica no se refiera al Derecho
Penal como una ciencia normativa regida por el principio de legalidad, pues la ley no de estar
determinada en nuestro enfoque porque así lo dispuso el legislador, o porque la ley a así lo
establece, es algo irracional, ilegitimo y quizá legal.

La dogmática jurídica se debe referir al ser y no al deber ser para que sea verdadero, la
criminalización debe responder a los fines sociales de justicia, dándole a cada uno lo que le
corresponde, traduciéndolo a nuestra disciplina, castigando a cada uno donde más le duela, esto
sería la parte subjetiva, lo objetivo sería tener un equipo humano preparado para que ejecute la
Política Criminal. Sin el sustento y planificación adecuados, el discurso jurídico es falso porque solo
se refiere al deber ser y no al ser, habla de un ser que aún no es.

El derecho penal debe emanar o guiarse por la criminología ya que no importa que una ley este
vigente si no es positiva, aunque una norma sea legal no cumple si objetivo si no es legítima.

Un derecho penal mínimo: El mínimo vital penalizante consiste en cambiar a una sociedad que
prometa juntar la ciencia social y el discurso jurídico, cuya protección es resocializar el derecho y no
al individuo.

El derecho Penal mínimo dentro de una sociedad debe pretender la existencia de un derecho penal
dentro de la sociedad donde el mismo es legítimo y útil, que evite la venganza privada, si el poder
sancionatorio del Estado está en crisis debe existir un derecho penal mínimo a través del cual el
Estado reaccione institucionalmente, no dejando en manos de particulares su aplicación lo cual cae
dentro del campo de la prevención.

Rompe la relación víctima y violador de la ley, poniendo un árbitro que es el Estado a través del
poder judicial que es un Estado democrático debe tener independencia absoluta, únicamente debe
estar sometido al principio de legalidad.

La legalidad ampara la impunidad del crimen y hace ilegítimo el sistema de justicia penal, por lo que
se nos presentó la tentación de proponer que la creación de la ley penal y su aplicación esté en
manos de hombres notables, libremente escogidos por los protagonistas de las acciones y omisiones
que lesionaran derechos inherentes al ser humano.
El derecho penal mínimo deberá ser por excelencia respetuoso de los derechos humanos y el ámbito
de aplicación de la privación de libertad, deberá reducirse a la mínima expresión utilizando medidas
preventivas que no tengan relación con encarcelamiento, tales como la condena condicional y
suspensión condicional de la pena, la rebaja de penas, la aplicación de la libertad condicional, la
aplicación del régimen de semilibertad, control extremo para ordenar la detecion preventiva,
utilizando ampliada de la excarcelación y detención domiciliaria, los plazos fatales para la prisión
preventiva, teniendo en cuenta que la pronta y cumplida administración por esa razón, deberá

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