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Se dice entonces que se castiga por la necesidad de realizar la justicia por medio de la
pena, como creen las llamadas teorías absolutas; otros sostienen que se sanciona por
la necesidad de proteger a la sociedad, como postulan las llamadas teorías
preventivas y se dice que se castiga para realizar la justicia y salvaguardar a la
sociedad, esto es, las denominadas teorías mixtas. Se trata, pues, de la problemática
de las concepciones de la pena, que determinan el fundamento del derecho penal
subjetivo a partir de la función atribuida a las sanciones penales (penas y medidas de
seguridad), que varían según la concepción adoptada; por ello, pues, se habla de un
fundamento funcional o material.
Ahora bien, el ejercicio del ius puniendi tiene unos límites, denominados límites
materiales. El propio Código Penal en título I del Código Penal establece los controles
atinentes al contenido mismo del ejercicio del poder punitivo del Estado, los cuales sin
producto de importantes desarrollos jurisprudenciales –sobre todo por parte de la Corte
Constitucional– y doctrinarios.
Implica tanto la prohibición de utilizar al ser humano para efectos jurídico-penales como
la proscripción de las sanciones punitivas que pugnen con su dignidad, por lo que
vincula no solo al legislador, sino también a los administradores de justicia; además,
téngase en cuenta, se trata de un axioma con repercusiones en el ámbito del derecho
penal sustantivo, en el procesal y en el de ejecución.
También comporta el respeto de la integridad del ser humano, esto es, la preservación
de la indemnidad personal o de la incolumidad de la persona como ser social (principio
de humanidad), de tal manera que los medios utilizados por el legislador no atenten
contra la dignidad concreta del individuo, que se convierte en instrumento de
sometimiento y de desigualdad. Ello explica, la prohibición de sanciones penales (penas
y medidas de seguridad) y de tratos crueles, inhumanos y degradantes; la proscripción
de la desaparición forzada; la erradicación de los apremios, las coacciones, las torturas,
etc.; la lucha contra las penas privativas de la libertad de duración excesiva y la pena
de muerte, etc.
- La sanción debe ser idónea para alcanzar el fin perseguido y debe conformarse
con ese fin (adecuación al fin, razonabilidad o idoneidad)
PRINCIPIO DEL ACTO o principio del hecho o de la objetividad material. Solo es posible
castigar a los hombres por lo verdaderamente realizado y no por lo pensado, deseado
o propuesto.
Se refieren a la manera como se ejerce esa actividad sancionadora, esto es, con sus
presupuestos y condiciones.
La ley tiene que ser escrita, esto es, está prohibido acudir al derecho consuetudinario
para crear supuestos de hecho, penas o medidas de seguridad; la costumbre, entonces,
no tiene eficacia de fuente constitutiva de figuras ni de sanciones de índole penal, ni
permite imponerlas o aplicarlas.
La a ley debe ser cierta. Esto es, rige la exigencia de certeza, determinación o
taxatividad, según la cual tanto las conductas punibles como las consecuencias
jurídicas derivadas de ellas, comprendidas las medidas de seguridad, deben estar
consagradas de manera clara, precisa, y determinada en el derecho positivo
PRINCIPIO DE TAXATIVIDAD. Implica no solo que las conductas punibles deben estar
descritas inequívocamente, sino que las sanciones a imponer deben estar previamente
determina- das, esto es, tiene que ser claro cuál es la pena aplicable, lo cual implica
que la ley debe seña-lar la naturaleza de las sanciones, ...
En lo sustantivo, se debe aplicar a lo largo del proceso una recta, pronta y cumplida
justicia, que le garantice a la persona la libertad y la seguridad jurídicas, la racionalidad
y la fundamentación de las resoluciones judiciales (Artículo 29 C. N.)
PRINCIPIO DEL JUEZ NATURAL. Juez natural, legal o constitucional, es el que señala
la Constitución, el designado conforme a las reglas y garantías plasmadas en el
ordenamiento jurídico del Estado; por eso, no puede concebirse como administrador de
justicia a quien actúa sin reunir las condiciones impuestas por las normas aseguradoras
de la función jurisdiccional del Estado.