INSTITUTO UNIVERSITARIO MORELOS

“DONDE LAS CIENCIAS Y LA SIBUDURÍA SE TOCAN”

ANÁLISIS
" MODERNAS TENDENCIAS Y PROYECCIONES DE LA POLÍTICA CRIMINAL"

MATERIA: POLITICA CRIMINAL

DOCENTE: LIC. ADRIANA DANAE CRUZ HERNANDEZ

ALUMNA: ALEX ODETT CEDILLO DOMÍNGUEZ.

LIC. EN CRIMINOLOGÍA, MIXTO 5TO CUATRIMESTRE

VIERNES 10 DE FEBRERO DE 2023

 INTRODUCCIÓN

Hablar de violencia e inseguridad en nuestro país, es indudablemente hablar del

trabajo que el Estado hace o trata de hacer para combatir los mismos, si bien es
cierto desde épocas remotas ha existido el interés o intención de disminuir la tasa
de criminalidad alrededor de todo el país, no se ha logrado ver un resultado
certero y bueno, pues las estrategias utilizadas para ellos han sido equivocas en
su gran mayoría.

Se habla de ofrecer una seguridad social, pero al mismo tiempo está se limita o
incluso es inexistente por el uso de tendencias que incentivan esto, unas de ellas
son las que se mencionan a continuación, explicándolas como una idea errónea
del progreso de la sociedad en pro a la eliminación de la violencia, y como es que
en nuestra actualidad en fortuna o des fortuna, no lo sé, poco a poco,
progresivamente se ha logrado tener un derecho penal expansionista, dejando de
lado el derecho penal inquisitivo, en este nuevo se busca una mejor resolución del
conflicto que se apodera en la actualidad de nuestro país, que no sólo busca
amedrentar o cohibir a la ciudadanía sino que hacer justicia, una
justicia verdadera.

Al ser la columna vertebral de la rama penal del derecho, el sistema penal

acusatorio tiene como función regular la capacidad punitiva del Estado, algo que
en un tempo atrás no era posible, o simplemente el poder era jerárquico y sin
limitación alguna y, a la vez, garantizar el cumplimiento de las leyes y la justicia.
Tiene como finalidad esclarecer los hechos, proteger al inocente, sancionar al
culpable y reparar los daños causados por el delito. El proceso se desarrolla a
través de Audiencias públicas y orales, que se videograban, facilitando la
transparencia en la actuación de jueces y partes
 POLITICA CRIMINAL

La política criminal consiste en todas aquellas estrategias, instrumentos y acciones

por parte del Estado tendientes a controlar y prevenir delitos en cuanto a las
conductas criminales, lo cual debe existir voluntad política a través de las
instituciones y llevar a cabo programas de prevención del delito y acciones de
campo para conocer los fenómenos delictivos y atender el origen y las causas con
el objeto de erradicar y así evitar que ciertos delitos aumenten.

Sin duda alguna la política criminal va apegada con el derecho penal (tiene por
objeto establecer las conductas prohibidas u ordenadas por la sociedad a través
del legislador y la ley para conservar el orden social como control social formal) y
la criminología estudia al delincuente y cómo se desarrolla el fenómeno delictivo
en la sociedad, por tal motivo dicha política se abastece de investigaciones y
estudios de la familia, sociedad y delincuente con programas preventivos
tendentes de la proliferación de ciertos delitos.

Dentro de las modernas tecnologías y proyecciones de la política criminal es

entendible como la forma de acción del derecho penal ante las nuevas
legislaciones y las formas en cómo son aplicadas, para esto se debe de tener en
estudio al derecho penal del enemigo, derecho penal expansionista, y derecho
penal simbólico.

El derecho penal del enemigo constituye una reacción de combate del

ordenamiento jurídico, ante un problema de seguridad contra individuos
especialmente peligrosos, ya que, con este instrumento, el Estado no habla con
sus ciudadanos, sino que amenaza a sus enemigos. o trata de conjugar espacios
de excepcionalidad dentro del respeto general al Estado de derecho. De manera
resumida, posee tres elementos definitorios:

1. Adelantamiento de la punibilidad (se castiga previamente, en lugar del habitual

punto de referencia en el hecho cometido),

2. Las penas previstas son “desproporcionadas y elevadas”, y

3. Determinadas garantías procesales son relativizadas o incluso suprimidas.

Da pie a un modelo de estado autoritario, este tipo de modelo se caracteriza por la
presencia de un derecho penal etiquetante, como (nuevo) y es caracterizado por
ser más “autoritaria”. El derecho penal del enemigo, es un derecho o bien una
reacción de hecho frente a sujetos excluidos, tratándose de fenómenos reales.

Al hablar de derecho penal simbólico, nos referimos a la promulgación de las

penas que no tienen más función que la simbólica, o bien, las leyes penales que
están llamadas a no ser utilizadas, se relaciona el derecho penal simbólico,
precisamente con la forma como se representa el Derecho penal ante la sociedad.
En otras palabras, se muestra la potestad sancionadora del Estado "ius puniendi"
por medio de la creación, modificación o reforma del catálogo de tipos penales en
el ordenamiento jurídico penal interno y su efectiva aplicación. Y por otro lado
haciendo visible el derecho, mediante el simbolismo de la defensa de la legalidad
entendida como normatividad positiva, que en últimas lo que implica, es utilizar el
derecho y el campo jurídico como instrumento de dominación.

Así mismo, se hace referencia al populismo punitivo como una forma de adopción
de los gobiernos para adoptar las políticas y para que sean aplicadas de forma
correcta. Este lo podemos definir como, la doctrina política que se proclama
defensora de los intereses y aspiraciones del pueblo, el populismo punitivo ha
penetrado con fuerza arrolladora en los espacios de la justicia y su pretexto de
sosegar los efectos de la inseguridad ciudadana y de la poca confianza en la
efectividad del aparato judicial, ha logrado expandir el derecho penal, desquiciar el
sistema de juzgamiento, acabar con el espíritu que garantiza las normas y
acomodarlo a interpretaciones arbitrarias y restrictivas, en la actuación de un
amplio sector de fiscales y en las desconcertantes providencias de algunos jueces
y magistrados.

Es la estrategia desplegada por actores políticos y funcionarios del sistema penal,

encaminada, aparentemente, a remediar los problemas que se derivan del crimen
y la inseguridad, pero que en el fondo implica una alianza demagógica para crear
en la conciencia ciudadana la necesidad de aplicar medidas extremas de “mano
dura” y “tolerancia cero” contra los infractores, aun en delitos de menor impacto, a
sabiendas de que son respuestas eufemísticas, viscerales, basadas en sondeos
no confiables, que lejos de disminuir la tasa delincuencial, la incrementan de
manera incontrolable. Tanto el derecho penal simbólico y populismo punitivo es
precisamente perder la finalidad del derecho penal, aprovechándose de la
creación de nuevos tipos penales y aumentos en las penas de los ya existentes.

El derecho penal expansionista es un derecho penal nutrido por la criminología y

como un verdadero derecho penal como instrumento efectivo para combatir la
criminalidad, es aquel que se estructura con base en normas penales nuevas con
la finalidad de promover su efectiva aplicación; es decir, normas penales que si
son aplicadas al endurecimiento de las penas las normas ya existentes. Surge
cuando en un determinado país ha sido golpeado por tipos u ondas expansivas de
criminalidad en gran impacto que han provocado conmoción pública.

La reforma expansionista penal implicó nuevas figuras jurídicas y la extinción de

otras por el devenir de las primeras, donde de manera explicativa más no limitativa
emergieron figuras como los jueces de control (artículo 16), la integración de
mecanismos alternativos de solución de controversias, así como el mejoramiento
del sistema de defensoría pública (artículo 17), la reestructuración de la
organización del sistema penitenciario fundado éste en la reinserción del
sentenciado a la sociedad, (artículo 18), la estipulación estricta de los tipos
penales considerados de mayor gravedad en todo el territorio nacional que
ameritarían prisión preventiva de carácter oficioso (artículo 19), el surgimiento de
un sistema penal de corte acusatorio y oral con su conjunto de principios
generales, así como también la creación y modificación de principios
concernientes a los probables imputados y probables víctimas u ofendidos con
añadidura a la estipulación de medidas cautelares para la protección de sus
derechos (artículo 20), estas reformas a los artículos constitucionales, entre otras,
fueron las que por su relevancia jurídica han significado el cambio más
trascendental de los últimos tiempos en la normatividad mexicana.
 CONCLUSIÓN

La seguridad ciudadana como aquella situación donde las personas puedan vivir
libres de las amenazas generadas por la violencia y el delito. El estado tiene la
capacidad necesaria para garantizar y proteger los derechos humanos. Las
amenazas de la seguridad ciudadana son múltiples y cuando se habla de
problemas de seguridad ciudadana, se enfrenta ante una situación que el estado
no cumple su función de brindar protección ante el crimen y la violencia social, así
mismo el propio estado como una estructura fundamental para la seguridad de las
sociedades que albergan.

La función del Estado como unidad de autoridad que regula la vida en sociedad es
una preocupación que se ha mantenido desde tiempos atrás, sin que al respecto
se pueda hallar aún la solución efectiva que su quehacer podría brindar. La labor
de cada una de las autoridades que se encuentran inmersas dentro de las
funciones estaduales (tanto administrativas como jurisdiccionales) es elemental, y
sobre ellas descansa la efectiva legitimación del Estado.

No sólo es la función del Estado sino nosotros como ciudadanos coadyuvando al

mismo y siendo conocedores permanentes de los cambios y lo que implica vivir en
una sociedad soberana, es la respuesta para que los objetivos que se han
planteado en los últimos años para combatir la criminalidad pasen de ser simples
objetivos a una realidad, si bien es cierto no todos tenemos la autoridad para
poder tomar las decisiones importantes, tenemos el libre albedrio de ser un apoyo
de manera buena y consciente, participar em colectividad para un verdadero orden
social.