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XIII

EL DERECHO PENAL MÍNIMO

La corriente del Derecho Penal Mínimo se desarrolló


principalmente en Europa del sur y América Latina. Partió de

propiedad, sirviendo de sostén a la violencia estructural; por

la pena y sobre todo, por la cárcel.

El Derecho Penal Mínimo expresa que la ley penal debe ser


defendida como ley penal de los más débiles.

Luigi Ferrajoli, propulsor de una tendencia al interior de esta


que el sistema penal se transforme en un
“Derecho Penal Humanitario”, mientras las condiciones políticas
contribuyan a su abolición”.1

Mínimo, podemos citar:

Democrático de Derecho.

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RENATO PARDO ANGLES

Encontramos un concepto claro del Derecho Penal Mínimo,


en la obra del profesor Álvaro Pérez Pinzón, “Derecho Penal
Mínimo es la denominación que se da a aquellas corrientes que
buscan la máxima reducción cuantitativa de la intervención
penal, la mayor ampliación o extensión de los limites de los
derechos y garantías, y la rígida exclusión de otros medios
de intromisión coercitiva, comenzando por los instrumentos
extradelito o extrajuicio 2

Esta corriente de pensamiento jurídico-penal proviene del


Derecho Penal Liberal cuyos principios rectores constituyen
un límite al poder punitivo del Estado y han servido de
fundamento al Derecho Penal Mínimo.

Derecho Penal Mínimo, limitado por principios legales


(tipicidad, irretroactividad, legalidad) destinados a defender
los Derechos Humanos, reducción progresiva del Derecho
Penal hasta llegar a su abolición, y la del sistema punitivo.

Su principal propósito era reducir al mínimo la intervención


punitiva del Estado, lo que implicaba, mientras las condiciones
políticas sienten las bases para su abolición, ampliar las
garantías y evitar las sanciones extrapenales.

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CRIMINOLOGÍA Un enfoque crítico

Los representantes del minimalismo, reconocen que las cla-


ses subalternas son las más criminalizadas y víctimizadas por
estar menos protegidas por el sistema penal, en tal sentido no
evaden el problema y también reconocen que la criminología
no encara este hecho.

El minimalismo que propuso la contracción del sistema


penal hacia su abolición, se dedicó más al estudio del control
penal y a la elaboración de una política criminal alternativa.

procesales para hacer menos perjudicial la intervención penal


sobre el individuo y la sociedad.

UNA POLÍTICA CRIMINAL

En el estudio del control penal, los minimalistas penales


propusieron lo siguiente:

tenga otro tipo de proceso dentro del sistema penal que acepte
la mediación, la reparación, o la composición entre partes. Se

que debe recurrirse a la pena de prisión, sólo al no hallar otra


solución.

Las principales directrices que adopta la política criminal


minimalista para luchar contra la criminalidad más que estar
orientadas a evitar que se reduzcan a una política estrictamente

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RENATO PARDO ANGLES

con participación de la sociedad civil y de las fuerzas demo-


cráticas.

Contracción y extensión del sistema penal. Contracción


mediante la descriminalización de comportamientos como
delitos contra la familia, la moral pública, delitos de bagatela

que tengan implicaciones culturales. De contrario, extender


la proyección penal a intereses colectivos (salud, seguridad,
trabajo, medio ambiente, derechos de los pueblos indígenas) y
otras necesidades de los trabajadores y sectores marginados,
protección real a los derechos de los consumidores, en
condición de bienes jurídicamente tutelados, por el Estado.

ciones sociales que viene a ser la mejor política criminal


para los criminalizados así como para las víctimas. Hacen un
llamado a la relación interdisciplinaria para trasladarse desde
la criminología crítica al estudio y solución de los problemas
económico-sociales.

En este ámbito, entendido el sistema penal, como el conjunto


de instituciones creadas por el Estado para combatir la

plantean el uso de medidas alternativas como libertad

domiciliaria, suspensión condicional del proceso, suspensión


condicional de la pena, procedimiento abreviado, etc., hasta la
abolición del sistema penal.

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CRIMINOLOGÍA Un enfoque crítico

Con respecto a los derechos humanos, plantean detener la


violencia de las agencias judiciales, y abusos de funcionarios
públicos burocratizados, rescatando los principios elaborados
por Baratta en Europa y en América Latina por Zaffaroni. 4

Los principios de referencia ya fueron planteados, pero


no utilizados por lo que los minimalistas los actualizan y
los refuerzan, en términos de tres postulados tales como:
i) carácter fragmentario; ii) última ratio y, iii) naturaleza
accesoria del Derecho Penal.

Los minimalistas pretenden la aplicación real de estos principios


como una forma de transformar las relaciones de desigualdad y de
dominación, logrando a la vez que el Derecho Penal se convierta
en instrumento de lucha para quiénes fueron oprimidos por éste.

En el marco de la doctrina internacional de los derechos


humanos aún persiste la concepción de que se violan los
derechos humanos cuando se pasa por encima de la norma,
cuando se la transgrede o infringe, pero, sin embargo, dicha
transgresión debe provenir del Estado, por haber suscrito las
convenciones y pactos internacionales de derechos humanos,
lo que lo obliga a respetar y garantizarlos.

Incorpora los derechos humanos a la dogmática penal, de


acuerdo a lo propuesto por el profesor colombiano Juan
como criterios preponderantes de
valorización al interior del sistema y no sólo utilizándolos como
pautas criminales, externas”.

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RENATO PARDO ANGLES

las situaciones en que el Estado de Derecho es precario o no


existe. Es un instrumento de lucha para lograr la democracia y
el socialismo.

Su propósito fundamental radica, en la propuesta de


transformación de la sociedad y la protección de los débiles y
de los trabajadores sin incurrir en la criminalización selectiva.

La corriente minimalista no sólo se reduce a la formulación de


un Derecho Penal Humanitario, sino que propende hacia una

política criminal.

Asimismo, es importante remarcar su valor en la intervención


que propone, para que la política criminal no reproduzca las
injusticias sociales. Oportunamente, deberá reformular una
etiología social de las situaciones dañinas –criminalizadas o
no– pero que contribuyen a la victimización.

El Derecho Penal, diferente del actual, estaría construido sobre


la base de unos principios mínimos que garanticen los derechos
humanos, constituyendo un límite al poder punitivo del IUS
PUNIENDI, o, a la facultad que tiene el Estado de castigar.

Estos principios serian aplicables en la fase de la creación de

dogmática penal.6

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CRIMINOLOGÍA Un enfoque crítico

Estos principios no son nuevos porque la mayoría han sido


incorporados a las legislaciones internas. Tienen como
fuentes: la Convención Europea para la Protección de los

y la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos


(1969). Contienen principios que no han sido aplicados por las
instituciones de control social jurídico-penal. Esos principios
son: de legalidad, taxatividad, intervención mínima del Estado,
culpabilidad, proporcionalidad, –que es inmanente a la
justicia– preservación de las garantías formales, respeto a la
humanidad, prevención del delito, adecuación al costo social.
Este, junto al principio de idoneidad, son los más vulnerados
por los gobiernos de turno.

Tan importante como recuperar los principios es aplicarlos


en la práctica judicial y, más importante aún, concebirlos
como principios imperecederos que no sean vulnerados bajo
ninguna circunstancia.

Coincidimos plenamente con las expresiones del profesor


“Un Estado de Derecho
debe proteger al individuo no solo mediante el derecho penal,
sino también del derecho penal”.

Así, nos aproximemos a lo que plantea el profesor Claus Roxin,


el derecho no es más que un

individuos frente a las agresiones de la mayoría y del gobierno

Lo que nos induce a corroborar la aseveración de que, para


disminuir la criminalidad, lo esencial no es mejorar el Derecho
Penal, sino, construir algo mejor que el Derecho Penal.

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