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CARRERA DE ESPECIALIZACIÓN

EN CLÍNICA MÉDICA DE
PEQUEÑOS ANIMALES

TALLER DE EMERGENCIAS
15 DE OCTUBRE DE 2008

INSTRUCTORES
M.V. Mario Jensen.
M.V. Pablo Hall.
M.V. María del Carmen La Valle.
PROCEDIMIENTOS DE URGENCIA EN PEQUEÑOS ANIMALES

OXIGENOTERAPIA
Cualquier paciente con enfermedad o traumatismo agudo tiene un incremento en la demanda de
oxígeno debido a las mayores demandas metabólicas de las células. El oxígeno debe ser provisto a
cualquier paciente que presente shock (séptico, traumático, cardiogénico), con enfermedad cardíaca,
con signos de compromiso respiratorio, a los pacientes posanestésicos en estado crítico, y a los
pacientes anémicos.
El oxígeno es liberado a las células en dos formas: disuelto en la sangre arterial y adherido a la
hemoglobina. El factor más importante para determinar el contenido de oxígeno en la sangre es la
cantidad de hemoglobina.
Se cree que la hemoglobina adecuada para un paciente en estado crítico es aproximadamente
equivalente a un hematócrito del 30% (o a una concentración de hemoglobina cercana a 10 g/dl).
Por lo tanto, debe asegurarse un nivel adecuado de hemoglobina en cualquier paciente en el cual se
está considerando un apoyo con suplementación con oxígeno.
La atmósfera terrestre se encuentra compuesta por una mezcla gaseosa integrada principalmente por
O2:21% (20.9) y N2:78% (78.1). El 1% restante se completa con argón, CO2, neón, helio,
hidrógeno y xenón.
La FIO2 es la concentración calculable de oxígeno en el aire inspirado.
La suplementación de oxígeno tiene como objetivo aumentar la fracción inspirada de oxígeno FIO
(FIO del aire ambiental es 0.21 o 21%).

Fuentes de suministro de oxígeno


El oxígeno debe ser considerado una droga de primera línea y siempre debe ser provisto si hay
alguna posibilidad de brindar beneficio al paciente.

Es más fácil proveerlo usando una tubuladura


conectada directamente a la fuente de oxígeno. El
extremo de la tubuladura se coloca frente a la nariz o
la boca del paciente. En general, el flujo de oxígeno
varía entre 3 y 15 L/min.
También se puede utilizar una máscara pero, por lo
general, es bastante menos tolerada, en especial si el
paciente está jadeando. Cuando se emplea una máscara,
hay que eliminar el adaptador de goma. También se
pueden fabricar con botellas de plástico. El extremo
donde está la rosca se encastra en la boquilla de la fuente
de oxígeno y cortando la botella a la mitad nos permite
introducir el hocico del animal dentro de ella.

Muchos animales tolerarán tener sus cabezas colocadas


dentro de una bolsa plástica. La tubuladura de oxígeno
se coloca a través de un pequeño orificio en el sector
frontal de la bolsa y la parte posterior de ésta se deja
abierta para permitir el escape de gas. Esto tiene
particular utilidad en el paciente obnubilado debido a
que se pueden proveer altas concentraciones de oxígeno
(75-95%) permitiendo, a su vez, poder realizar otros
procedimientos (muestreo de sangre, colocación de
catéteres, toma de radiografías, etc).
Se puede hacer una capucha de oxígeno cubriendo el
75% ventral de un collar isabelino con una bolsa
plástica. El collar debe ser 1 tamaño más grande que el
normalmente utilizado para esa dimensión de paciente.
La tubuladura del oxígeno se coloca junto al lado interno
del collar y se lo encinta en ventral, fijándolo en
posición. En general, se puede alcanzar concentraciones
de oxígeno de hasta el 80%. El flujo debe ser de 1L/10
kg, lo que proveerá, en la mayoría de los casos, una
concentración apropiada de oxígeno inspirado (FiO2). El
flujo de oxígeno se debe ajustar en base a la motricidad
mostrada por el paciente, su estado clínico, la oximetría
de pulso y los gases en sangre.
El collar isabelino suele no ser tolerado por los perros con jadeo ya que se sobrecalentará con
rapidez y se sobrehumidificará. La temperatura en el lado interno del collar isabelino debe ser
controlado en forma periódica.
Algunos perros tolerarán las cánulas nasales cortas
utilizadas en medicina humana. Las cánulas nasales son
colocadas en los ollares, la cinta es ajustada por detrás
del cuello del animal y la tubuladura es fijada en el
hocico. Estos pacientes, como muchos que utilizan
catéteres nasales, pueden requerir un collar isabelino.
El oxígeno nasal es la forma más efectiva para proveer
oxígeno al paciente.
Se coloca una tubuladura de goma de diámetro interno
pequeño a nivel del meato nasal ventral.
Para los pequeños pacientes se utilizan sonda k33 – k35;
y para perros grandes se emplean sondas k-31.
Se instilan varias gotas de solución oftálmica de
proparacaína al 0,5% en los ollares. También se puede
utilizar lidocaína. Cuando se utiliza este último agente
en los gatos, es necesario no alcanzar los niveles tóxicos.
Se coloca una pequeña cantidad de un gel hidrosoluble o
un gel estéril de lidocaína sobre el lado externo de la
sonda, para facilitar el pasaje de la misma.
La longitud del catéter nasal se mide desde la punta de
los ollares hasta el canto lateral del ojo, de forma tal que
la punta estará en la nasofaringe (catéter nasofaríngeo).
Clínicamente, los animales toleran al oxígeno mejor si el
extremo del catéter se encuentra en esta posición que
cuando está en los ollares.
La tubuladura se fija junto al ollar (a 0,5 cm máximo del
ollar). Este punto es muy importante. Con frecuencia, las
tubuladuras son movidas de posición si el primer punto
de fijación no se encuentra en este lugar.
Un segundo punto se coloca en la zona lateral de la cara o
en el puente nasal, entre los ojos. Colocar al animal un
collar isabelino.
Un flujo de oxígeno de 50 ml/kg/min en los perros
pequeños y en los gatos y uno de 100 ml/kg/min para los
perros grandes hará que la FiO2 sea de 0.4 (40%) y puede
alcanzar valores tan altos como 65%. Con la
administración de oxígeno nasal bilateral se puede
alcanzar un valor de 0,6 (60%) y con un flujo de 200
ml/kg/min se alcanzará un valor de FiO2 de 0,8 (80%). Si
se desean flujos más altos se puede colocar una segunda
tubuladura en el otro ollar (nunca debemos superar los 200
ml/kg/min porque podría producirse una dilatación
gástrica).

Se puede administrar oxígeno por vía nasotraqueal. Para esto último, la longitud del catéter se
determina midiendo hasta el nivel de la bifurcación traqueal o quinto espacio intercostal. La cabeza
del paciente debe mantenerse en posición extendida para facilitar el pasaje a ciegas de la tubuladura
hacia la tráquea. Si el paciente tose, se puede infundir lidocaína a través de la tubuladura, para
anestesiar la laringe. La administración de oxígeno por vía nasotraqueal es muy útil para el paciente
con disfunción laríngea o colapso de la tráquea cervical. El oxígeno liberado en la tráquea debe
alcanzar el 50% de la tasa liberada en ollares, y siempre debe estar humidificado.
La administración nasal de oxígeno se debe evitar en los pacientes con enfermedad nasal o faríngea
grave y en aquellos con trombocitopenia marcada. El estornudo puede elevar la presión
intracraneana y las tubuladuras nasales deben ser evitadas si este hecho es una posibilidad. También
en presencia de líquidos en las vías respiratorias, epistaxis, descarga nasal mucopurulenta, fracturas
maxilares y craneanas.
En el paciente con obstrucción de las vías aéreas superiores (faringea, laringea o porción craneal de
la traquea) funcional o mecánica,se puede proveer oxígeno transtraqueal como una maniobra de
emergencia.
Se puede colocar un catéter de gran diámetro (cateter
18) o un catéter traqueal comercial entre los anillos
traqueales, a nivel de la región cervical media. Se coloca
un adaptador al catéter y se lo conecta al ambú y luego
al oxígeno. Con un ritmo de 50 ml/kg/min de
suplementación de oxígeno obtendremos un 40-50% de
FIO hasta la realización de una traqueotomía o
traqueostomía.

En los casos en que la administración de oxígeno se requiera por tiempo prolongado (horas, días)
debemos humidificar el oxígeno a través de un humidificador (recipiente por el que pasa el oxígeno
a través de agua o solución fisiológica).
También se puede utilizar una jaula de oxígeno para
proporcionar oxígeno a pacientes, pero tiene varias
desventajas y sólo debe usarse si las otras formas de
suplementación están contraindicadas. El problema más
grande es la incapacidad para evaluar al paciente, más allá
de la mera observación. Cada vez que se abra la puerta de
la jaula, los niveles de oxígeno caerán en forma sustancial
(se pierden mas del 20%). Esto puede conducir a una
importante ansiedad por parte del paciente y a un
compromiso respiratorio.
Si el paciente no responde a la suplementación con oxígeno se debe considerar una rápida secuencia
de inducción, intubación y ventilación.

INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL

La intubación endotraqueal es un procedimiento por el cual se introduce un tubo en la tráquea del


animal para mantener la vía aérea permeable. Esto nos asegura una adecuada ventilación y aporte de
oxígeno. También permite llevar a cabo el mantenimiento anestésico por vía inhalatoria y la
administración de drogas como parte de las maniobras de reanimación cardiopulmonar mientras se
consigue un acceso vascular. Todas las drogas utilizadas en la reanimación cardiopulmonar pueden
ser administradas a través del tubo endotraqueal, con excepción del bicarbonato de sodio, ya que
inactiva el surfactante pulmonar.
La intubación endotraqueal es útil también en aquellos procedimientos donde sea necesario aislar y
mantener permeable la vía aérea, evitando el riesgo de una neumonía por aspiración (por ejemplo
sondaje gástrico) y en aquellas patologías donde sea necesario realizar la aspiración de secreciones.
Las indicaciones para realizar la intubación endotraqueal son:
• Apnea.
• sufrimiento respiratorio importante con incapacidad de movilizar volúmenes corrientes
adecuados.
• Hipotensión/shock con alteraciones del sensorio.
• Trauma craneoencefálico grave.
• Lesión toracopulmonar grave.
• Trauma severo de las vías respiratorias altas.

Materiales
• Tubos endotraqueales con manguito inflable de preferencia, con medidas que van desde 2.5
a 10 mm (diámetro interno).
• Laringoscopio o fuente de luz
• Jeringa de 5 a 10cc
• Venda de gasa

Se utilizan tubos endotraqueales con manguito que permite el sellado entre la luz de la traquea y el
tubo. Es mejor utilizar manguitos de alto volumen y baja presión. Una vez insuflados, la presión se
distribuye a lo largo de un área de mucosa mayor, lo que disminuye el riesgo de traumatizar la
mucosa traqueal.
Se debe intentar utilizar el tubo de mayor diámetro posible, de acuerdo al tamaño del animal.
Deberá tenerse cuidado, especialmente en pacientes de pequeño tamaño de no introducir
excesivamente el tubo en la traquea, ya que se corre el riesgo de intubar uno de los grandes
bronquios, llevando a un desequilibrio de la ventilación-perfusión ( hipoxia e hipercapnia), ya que
un pulmón entero queda sin ventilar y atelectásico. Se mide desde la línea de los incisivos hasta el
tercio medio de la tráquea aproximadamente.
En caso de intubar pacientes que no se encuentren en apnea, y por lo tanto conserven el reflejo
laríngeo, deberá realizarse la inducción anestésica como paso previo a la intubación endotraqueal.
El espasmo laríngeo durante la intubación es común en felinos, por lo tanto siempre debemos
instilar un anestésico local en la laringe (por ej. lidocaína 2%, 0.5 a 1 ml), y lubricar el extremo
distal del tubo con lidocaína jalea antes de realizar la intubación endotraqueal.
Se coloca el animal en decúbito esternal con la cabeza y cuello extendidos. Es necesario contar con
un laringoscopio u otra fuente de luz que ayudará a visualizar la laringe para facilitar la inserción
del tubo endotraqueal.
El primer paso es verificar la permeabilidad de la vía aérea mediante la visualización directa de la
orofaringe y laringe . Se abre la boca , se tracciona de la lengua y se inspecciona. En caso de haber
obstrucciones como por ejemplo, placas dentarias, coágulos, vómito, etc., éstas deben ser removidas
manualmente (mediante la maniobra de gancho), o con un equipo eléctrico de succión.
Una vez verificada la permeabilidad de la vía aérea, se procede a la intubación.
Presionando de manera ventral en el pliegue glosoepiglótico con la punta de la pala del
laringoscopio se mueve la epiglotis y se expone la glotis . En el caso de felinos o braquicefálicos, se
puede colocar directamente la pala del laringoscopio sobre la epiglotis y descenderla. Una vez
expuestos los cartílagos aritenoides, se debe colocar el tubo endotraqueal entre ellos mediante un
ligero movimiento de rotación. Una vez colocado el tubo endotraqueal, se asegura sujetándolo con
una venda por detrás de los caninos al maxilar del animal. En felinos y perros pequeños, puede
sujetarse por detrás de las orejas.
Posteriormente se insufla el manguito del tubo endotraqueal y de acuerdo a los requerimientos de la
intubación, se conecta el tubo a una bolsa ambú (idealmente con bolsa reservoria conectada a un
equipo de O2) que entregará fracciones inspiradas de oxígeno cercanas al 100%, o si se va a
efectuar el mantenimiento anestésico por vía inhalatoria, se conecta el traqueotubo al sistema o
circuito anestésico.
Extubación

El tubo endotraqueal se deja colocado hasta que el animal comienza a recuperar el reflejo deglutorio
y laríngeo, que se manifiesta por movimientos de tragar, toser o morder. Permir ésto reduce la
posibilidad de que se produzca una neumonía por aspiración. Antes de retirar el tubo endotraqueal
se debe desinsuflar el manguito, para evitar traumatizar la mucosa traqueal. En caso de que se haya
acumulado sangre, saliva o líquidos regurgitados en la faringe, deberán ser succionados antes de
retirar el tubo.

PUNCIÓN CRICOTIROIDEA

Indicaciones

Estará indicada cuando exista compromiso de la vía aérea superior que requiera intervención
inmediata (CE, parálisis laríngea, injurias graves, desgarros y/o avulsiones)

Procedimiento
• Colocar al paciente en decúbito dorsal
• Identificar la membrana cricotiroidea, preparación quirúrgica o no del área
• Introducir un catéter del mayor diámetro posible 14G
• Retirar el vástago interno
• Acoplar a una fuente de oxígeno

Limitante
No debe permanecer en el lugar por más de 15 a 20 minutos ya que no provee de una vía de escape
para el CO2 por lo que induce hipercapnia.
TRAQUEOTOMÍA TEMPORAL

Indicaciones
• Compromiso de la vía aérea superior (CE, parálisis laríngea, injurias graves, desgarros y/o
avulsiones)
• Ventilación mecánica > 12hs.
• Intervención quirúrgica de la laringe o traquea proximal.
• Condiciones que requieren facilitación de la remoción de secreciones del aparato
respiratorio inferior (ausencia de reflejo tusígeno, coma, Inhalación de humo).
• Condiciones en la que se producen gran cantidad de secreciones (lobectomía).

Tubos disponibles
• Tubos simples con o sin manguitos inflable (alto volumen y baja presión; indicados en caso
de anestesia y coma por el riesgo aumentado de neumonía por aspiración), diámetros de 2.5
– 10 mm.
• Tubos con cánula interna descartable que permiten la remoción de la cánula interna a
efectos de limpieza sin necesidad de retirar el tubo.
• Tubos endotraqueales modificados (incidir longitudinalmente el tubo, conservando el
mecanismo para insuflar el balón, dejar intactos los últimos 4 – 7 cm).
• El diámetro del tubo debe ser 2/3 a ¾ del diámetro de la tráquea .

Procedimiento
• Colocar al paciente en decúbito dorsal.
• Preparar la zona ventral del cuello como cualquier campo quirúrgico .
• Anestesia general o infiltración local con lidocaína.
• Realizar en incisión longitudinal en la línea media desde la laringe a al 8º anillo, y disecar en
forma roma el esternohioideo y el esternotiroideo, exponiendo así la traquea.
• Realizar una incisión entre el 4º y el 5º anillo, que abarque el 50% de la circunferencia.
Tener cuidado de no lesionar el nervio laringeo recurrente.
• Colocar dos suturas una alrededor de cada anillo para facilitar la colocación del tubo
• Insertar el tubo.
• Fijar el tubo alrededor del cuello con una venda cambric sujeta a los orificios presentes en
las alas del tubo.
• Suturar la piel a craneal y distal del tubo

Complicaciones posibles

• Daño neurovascular (conocimiento anatómico, buena técnica quirúrgica, y exposición


máxima de la traquea).
• Obstrucción de la vía aérea (elección y mantenimiento apropiado del tubo).
• Enfisema subcutáneo (dejar la herida abierta alrededor del tubo).

Ventajas
• Es menos traumático sobre la tráquea que la traqueotomía.
• Menos posibilidad de daño neurológico.
• Requiere menor exposición.

Mantenimiento del tubo endotraqueal

! Humidificación
Ayuda a mantener las defensas naturales de la traquea y facilita la eliminación de secreciones
Utilizar un humidificador o nebulizador comercial.
Si está respirando aire ambiental instilar 0.1ml/kg de solución fisiológica (1ml mínimo y 5ml
máximo) en el tubo cada 1 – 2 hs.

! Succión
Previene la obstrucción.
Técnica estéril.
Preoxigenar al paciente con O2 al 100% .
Insertar un catéter de succión estéril.
Aplicar vacío moderado en forma intermitente mientras se rota el catéter, no aplicar vacío por más
de 10 a 15 seg. (induce hipoxemia).
Realizar el procedimiento según requerimiento cada 15 minutos al principio y un mínimo de 4
veces al día
Complicaciones: nauseas, vómitos, hipoxemia, arritmias cardíacas y daño de la mucosa traqueal.

! Reemplazo del tubo


Reemplazarlo cada 24hs o más frecuentemente si se obstruye.
Retirar la cánula interna en los que la poseen y remplazarla por una estéril.
Preoxigenar con O2 al 100%, tomar las suturas de referencia, retirar el tubo y colocar uno nuevo.

! Manejo de la herida
Limpiar la herida diariamente con solución salina estéril y gasa.

! Extracción del tubo


Realizarlo en forma gradual, colocando tubos cada vez más pequeños, una vez que tengamos un
tubo de diámetro menor a ½ de la tráquea, ocluirlo con la mano y observar al paciente.
Retirarlo, no suturar la herida, limpiar la misma una vez al día.
TORACOCENTESIS

Es frecuente encontrar pacientes con colectas pleurales (aire o líquido) que pueden deberse a
traumatismos de tórax, o pueden ser la consecuencia de enfermedades cardíacas o pulmonares
crónicas. Independientemente de la causa, la ocupación del espacio pleural produce una compresión
de las vísceras torácicas que es proporcional al grado de aumento de la presión en el espacio pleural,
lo que lleva a un compromiso cardiopulmonar y respiratorio del animal, que puede comprometer su
vida.
La toracocentesis permite la extracción de un acumulo de aire o líquido entre la pleura visceral y
parietal, mediante la inserción percutánea de una aguja o catéter en el espacio pleural. Puede
realizarse con fines terapéuticos o diagnósticos. En el primer caso se busca disminuir la dificultad
respiratoria del animal producida por la compresión del pulmón. Es un procedimiento de
emergencia ya que existe compromiso vital.
La realización de la toracocentesis con fines diagnósticos tiene como finalidad la obtención de una
muestra de líquido para su posterior análisis (citológico, físico-químico y/o microbiológico).
En la mayoría de los casos no es necesario sedar al paciente, se puede recurrir a la infiltración
subcutánea con un anestésico local en el sitio de la punción o al bloqueo intercostal. En aquellos
pacientes indóciles o con un severo compromiso ventilatorio, se puede realizar la sedación con
acepromacina 0.025 mg totales + nalbufina 0.5 – 1 mg/kg en el caso de caninos, o con
acepromacina 0.025 mg totales + tramadol 1-3 mg/kg en el caso de felinos, disminuyendo de ésta
forma la ansiedad respiratoria y permitiendo un mejor manejo del paciente.
La toracocentesis no interfiere con la ventilación , pero dado el stress adicional que puede producir
la sujeción es aconsejable preoxigenar al paciente durante 5 minutos, e instaurar una fluidoterapia
para corregir los trastornos hemodinámicos presentes. La posición de elección es con el animal en
estación, pero en animales muy debilitados o de talla grande se recurre al decúbito esternal para
facilitar la maniobra. El decúbito lateral no es deseable por la compresión del hemitórax opuesto.
La toracocentesis se puede realizar con jeringa y aguja directamente cuando solo se quiera obtener
una muestra del líquido para su posterior análisis; pero cuando lo que se busca es evacuar el
contenido del tórax, se necesitará además contar con una llave de tres vías.
Se puede acoplar una tubuladura a la salida lateral de la llave de tres vías para permitir descargar el
contenido de la jeringa lejos del campo quirúrgico, procurando de ésta forma realizar el
procedimiento en forma aséptica.
Se puede reemplazar la aguja por un catéter para uso EV con calibres 14G o 16G, o en el caso de
felinos y perros pequeños con un butterfly Nº 19G a 21G. También se puede realizar una
prolongación desde la aguja hasta la llave de tres vías, utilizando una guía de fluidoterapia de un
largo de 15 a 20 cm. aproximadamente, lo que permitirá maniobrar con mayor facilidad la llave de
tres vías y trabajar más alejado del tórax.
Técnica
Preparación del sitio de punción: Se debe realizar la tricotomía desde las apófisis trasversas hasta el
esternón, y desde el 5º al 11º espacio intercostal. Se deben realizar tres lavados con antiséptico
jabonoso y el embrocado con un antiséptico en solución, se coloca el paño de campo y se
determina el punto donde se realizará la punción, generalmente entre el 7º - 8º espacio intercostal.
La punción se hará en el tercio superior del tórax si se sospecha la presencia de aire, o tercio inferior
del tórax si se considera que la colecta es de líquida.
Por lo general, la aspiración de cualquier lado del tórax drenará en forma adecuada al hemitórax
contralateral, ya que el mediastino canino y felino es delgado y permeable a los líquidos. Sin
embargo, en los casos de quilotórax o piotórax pueden presentarse efusiones unilaterales debido al
engrosamiento mediastínico asociado a la inflamación crónica presente.
Se introduce la aguja en el 7º-8º espacio intercostal con el bisel de la misma dirigido hacia el centro
del tórax, en relación al borde craneal de la costilla para evitar el paquete vasculo-nervioso que se
encuentra en el límite caudal de la costilla adyacente. Una vez atravesada la piel, se tuneliza en
dirección al esternón dos o tres centímetros, luego se cambia la dirección de la aguja hacia el centro
del tórax y se ingresa en el espacio pleural. Inmediatamente se orienta la aguja de forma paralela a
la pared costal y maniobrando la llave de tres vías se comienza con la evacuación del espacio
pleural. En caso de hemotórax, se extrae sólo la cantidad necesaria para aliviar los síntomas
respiratorios.
TUBO DE TORACOTOMÍA

Indicaciones
• En pacientes donde sea necesario realizar punciones frecuentes es de utilidad la colocación
de un tubo de drenaje torácico.
• Pacientes con piotórax.
• Luego de cirugía torácica.

Procedimiento
• Anestesiar el paciente.
• Preparar quirúrgicamente el tórax lateral
Procedimiento

completo.
• Realizar una incisión en la piel a nivel del 8º a
9º espacio intercostal.
• Un asistente deberá avanzar la piel dos
espacios hacia craneal.
• El tubo torácico puede ser de aproximadamente
el mismo tamaño que el bronquio principal.
• Utilizar tubos de toracotomía o de
alimentación: 14 – 16F gatos y perros muy
pequeños; 18 – 22F perros pequeños; 22 – 28F
perros medianos a grandes; 28 – 36French
perros grandes.
• Preestimar la extensión del tubo a ser
introducida.
• Utilizando una hemostática curva, sujetar el
tubo por el extremo ciego, de manera tal que el
tubo quede sobresaliendo por la parte convexa
de la misma y no por la parte cóncava.
• Forzar la entrada de dicha pinza en el tórax,
abrir la pinza, e introducir el tubo.
• Fijar el tubo al periostio de las costillas (usar
anestésico local adicional), fijar el tubo
mediante una sutura a la piel y un nudo en
zapato chino sobre el tubo.
• Permitir que se deslice la piel a su posición
normal, lo cual permite que el tubo quede
tunelizado.
• Conectar el tubo a una llave de tres vías o a
una válvula de Heimlich.
• Colocar un ungüento de antibiótico sobre la
herida, y colocar un vendaje alrededor del
tórax que incorpore el tubo evitando
acodaduras del mismo dado que impedirían el
drenaje.
• Conviene realizar un bloqueo regional con
Bupivacaína para aumentar el confort.
También Bupivacaína 1.5mg/kg diluida en 20 a
25cc de sol. salina estéril puede ser introducida
en el tubo seguida de 10 a 15ml de salina para
anestesiar la pleura parietal cada 6 hs en
pacientes grandes; en perros pequeños
1.1mg/kg en 10 a 15ml de salina cada 6 hs.
Butorfanol 0.2 – 0.4 mg/kg. i/v c/6hs.

Succión
• Las válvulas de Heimlich pueden ser empleadas como medida transitoria en caninos de más
de 15 Kg para tratamiento del neumotórax; el fluido obstruirá la válvula, tornandola
afuncional.
• La succión intermitente empleando llave de tres vías puede ser usada para aspirar pequeños
volúmenes de aire o fluido y debería ser siempre utilizada para suplementar cualquier
sistema de succión contínua.
Retirar el tubo
• Cuando mejora la condición clínica del paciente, las radiografías muestran reexpansión
pulmonar, y el drenaje de fluidos es menor a 10ml/kg/día en ausencia de fugas en el sistema.
• Eliminar la succión y observar al paciente por dos a cuatro horas
• Administrar Butorfanol 0.2 – 0.4mg/kg, retirar el vendaje, cortar la sutura, y retirar el tubo
mediante un tirón suave y continuo.
• Suturar la piel y colocar un vendaje oclusivo.
• Monitorear al paciente las primeras 24 horas.

TUBOS NASOGÁSTRICOS Y NASOESOFÁGICOS

Métodos: Los mismos que para oxígeno nasofaríngeo, pero mida el tubo hasta la última costilla para
ubicarlo en el esófago distal. Durante su avance, el tubo debería hacerlo fácilmente. Se debe suturar
como los catéteres de oxigeno nasal.
Revisar la ubicación:
1. Radiografías. Es la forma mas segura de confirmar la ubicación del tubo.
2. Se debería obtener succión negativa o contenido gástrico si está en el estómago.
3. Puede infundirse 5 – 10 cc de solución fisiológica estéril y no debería provocar tos o
atoramiento.
4. Si el paciente está sedado, visualice el tubo para asegurarse de que no ha avanzado en la
tráquea.
5. Infunda aire y ausculte buscando sonidos de burbujeo en el estómago.
Indicaciones
• Suplementación nutricional temporaria.
• Descompresión gástrica postquirúrgica.

ABDOMINOCENTESIS

La abdominocentesis o paracentesis abdominal es la punción de la cavidad abdominal que se realiza


para extraer líquido con fines diagnósticos o también como tratamiento sintomático cuando la
colecta abdominal cause dificultad respiratoria importante. También se indica como vía de acceso
para procedimientos terapéuticos (por ejemplo fluidoterapia, etc), evaluación de pacientes
politraumatizados, evaluación de pacientes con shock hipovolémico o hemorrágico no respondente.
Los materiales necesarios son jeringas de 5 a 10 cc (o guía de fluidoterapia) y agujas 18G a 20G.
Se debe preparar el abdomen convenientemente como para cualquier procedimiento quirúrgico:
tricotomía, lavado quirúrgico con soluciones antisépticas jabonosas y embrocado, debiendo
previamente vaciar la vejiga para evitar cistocentesis accidental.
La posición del animal para realizar la punción puede ser tanto en decúbito lateral como decúbito
dorsal. En animales grandes puede realizarse en estación. En casi todos los casos no es necesaria la
aplicación de un anestésico local.
El método más efectivo para obtener muestras de fluidos abdominales es el de los cuatro
cuadrantes. Se ubica la cicatriz abdominal y se realizan punciones anteriores y posteriores de la
misma y a cada lado.
El operador puede ayudarse palpando el contenido abdominal y ubicando los grandes órganos
parenquimatosos para no dañarlos. La cantidad de fluido a extraer es sumamente variable. Recordar
que una abdominocentesis “positiva” es de extremo valor diagnóstico, pero una “negativa” no
descarta la existencia de alguna patología. Ésta técnica no es muy sensible a pequeños acúmulos de
líquidos (menores a 5 ml/kg). En los caso “negativos” se puede recurrir al lavado peritoneal
diagnóstico, que consiste en la colocación de un catéter multiperforado en la cavidad abdominal, e
instilar a través de él, solución salina a razón de 20 ml/kg. Se rota suavemente al animal para lograr
una buena distribución del líquido y luego se aspira el contenido.
Es importante tomar muestras con y sin anticoagulantes, el material obtenido debe ser enviado a
laboratorio para su análisis (examen macroscópico, citología, cultivo y antibiograma, recuento de
células y bioquímica).
Si existen en el sitio de punción cicatrices de cirugías anteriores, debe evitarlas porque pueden
existir adherencias.
En el caso que la colecta abdominal sea importante y la abdominocentesis sea terapéutica, se puede
insertar la aguja o el catéter 14 G – 16G directamente en la cavidad abdominal, a uno o dos cm. de
la cicatriz umbilical, y acoplar una guía de fluidoterapia unida a un recipiente de recolección (Fotos
9 y 10). El catéter tiene la ventaja que se puede fenestrar en forma estéril, con lo cual aumenta las
posibilidades de obtener un resultado positivo en la punción, pero tiene la desventaja que se puede
doblar y ocluir con facilidad.
Para evitar la pérdida de proteínas, se recomienda no drenar todo el líquido del abdomen (sólo la
cantidad necesaria para aliviar la dificultad respiratoria), y movilizar los líquidos mediante la
administración de diuréticos.

LAVADO PERITONEAL DIAGNÓSTICO


Procedimiento
• Introducir un catéter de 14 G o uno de diálisis peritoneal
• También realizar un procedimiento de "minilaparatomía", se realiza una pequeña incisión en
planos a través de la pared abdominal completa y se introduce un catéter urinario con
orificios adicionales. Puede mantenerse en el lugar mediante una sutura en dedo chino. Una
vez retirado, suturar.
• Instilar 20ml/kg PC de solución Ringer o Salina al 0.9% tibia en la cavidad abdominal
• Mover el paciente.
• Tomar una muestra de 10 – 20 ml para análisis
• Colocar 2 - 3cc en un tubo con EDTA para conteo celular, proteínas totales, y citología.
• Colocar 2 – 3cc en dos tubos secos para análisis bioquímico y cultivo bacteriológico.
• Examinar las muestras lo más pronto posible sobre todo si se obtuvieron por LPD, dado que
las soluciones salinas resultan en lisis celular en 30 minutos.
• Si no se puede procesar enseguida la muestra realizar un frotis y secarlo al aire, el resto
refrigerarlo por 24 – 36hs, y colocar la muestra para cultivo en un medio apropiado.

SONDAJE URETRAL

Hembra canina
1. Mantener a la paciente en estación, o en decubito esternal .
2. Levantar la cola, y aseptizar la zona con una solución de povidona yodada al 1%
3. El operario se coloca guantes estériles.
4. Insertar un vaginoscopio estéril dirigiéndolo a dorsal para evitar la fosa clictórica, y luego a
ventral para visualizar la papila uretral.
5. Lubricar con lubricante estéril la punta de la sonda urinaria e introducirla lentamente en la
uretra (también podría hacerse por una técnica manual, localizando la papila con el índice
de la mano izquierda, y la sonda se desliza por ventral del dedo).
6. Si la sonda debe permanecer en el lugar, suturarlas al área perivulvar. Realizar un nudo en
zapato chino sobre la sonda urinaria, para evitar que se deslice.
7. Conectarlo a un sistema de colección cerrado.

Hembra felina
1. Puede requerir sedación o anestesia.
2. Colocar la paciente en decúbito lateral y el ayudante corre la cola hacia lateral o dorsal, y
preparar asépticamente la zona.
3. Colocarse guantes y lubricar en forma estéril la punta de la sonda (tomcat, PC 40, PC 75).
4. Tirar hacia caudal los labios vulvares y avanzar el catéter por la pared ventral de la vagina
hasta introducirse en el orificio uretral, no aplicar fuerza excesiva.
5. Fijar el catéter y conectarlo a un sistema de colección cerrada.

Macho canino
1. Retraer el prepucio y exponer el glande del pene, higienizar el área.
2. Estimar la longitud a ser insertada midiendo el largo desde el orificio uretral externo hasta la
vejiga.
3. Abrir el envase del catéter urinario y exponer los primeros 3 a 5 cm del mismo sin tocarlo
directamente.
4. Sujetando el envase introducir la punta en el orificio uretral y deslizarlo hasta la vejiga.
5. Si va a quedar en el lugar deberá ser fijado al prepucio. Realizar un nudo en zapato chino
sobre la sonda urinaria, para evitar que se deslice.
6. Conectarlo a un sistema de colección cerrado.
Macho felino
1. Generalmente requiere sedación o anestesia.
2. Colocar la paciente en decúbito lateral y correr la cola hacia lateral o dorsal
3. Preparar asépticamente la zona.
4. Colocarse guantes y lubricar en forma estéril la punta de la sonda (tomcat, PC 75, PC 40).
5. Medir el largo de la sonda urinaria desde el orificio uretral externo hasta la vejiga.
6. Exponer el pene aplicando presión con el pulgar y el índice a cada lado del prepucio.
7. Introducir el catéter en el orificio uretral, no aplicar fuerza excesiva.
8. Si se encuentra resistencia realizar flushig utilizando solución fisiológica estéril.
9. Si el catéter debe quedar en el lugar, fijarlo y conectarlo a un sistema de colección cerrada.

BIBLIOGRAFÍA

• BIRCHARD Y SHERDING. “Manual Clínico de Procedimientos en Pequeñas Especies”.


Segunda edición. Editorial Mc Graw Hill Interamericana. 2002.
• SIGNE PLUNKETT. “Manual de Urgencias en Pequeños Animales”. Segunda edición.
Editorial McGraw-Hill – Interamericana. 1999.
• KIRK Y BISTNER. “Manual de terapéutica y procedimientos de urgencia en pequeñas
especies”. Séptima edición. Editorial Mc Graw Hill Interamericana. 2000.
• WAYNE, E. “Secretos de la Medicina de Urgencias en Veterinaria”. Primera edición.
Editorial Mc Graw Hill. 1999.

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