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EL DECRETO DE TEMISTOCLES

TEXTO Nº 55

Álvaro CARPINTERO GÁLVEZ


Historia de la Grecia Clásica
Grupo 310
2018/2019
ALVARO.CARPINTERO@ESTUDIANTE.UAM.ES

Traducción

[Dioses]

Resuelto por el Consejo y el Pueblo en la moción de Temistocles, hijo de Neocles, del demo de Frearrio,
dijo:

Debemos encomendar la ciudad a Atenea, la Señora de Atenas y a todos los otros dioses para que velen y
rechacen al Bárbaro por el bien de la tierra. Los atenienses y los extranjeros que viven en Atenas deben
llevar a sus mujeres e hijos a Trecén [ ] el fundador de la tierra. Los ancianos y las posesiones móviles
deben ser trasladados a Salamina. Los tesoreros y las sacerdotisas deben permanecer en la acrópolis
protegiendo las posesiones de los dioses. Todos los demás atenienses y extranjeros en edad militar deben
embarcarse en los 200 barcos que están listos y defenderse contra los bárbaros por su propia libertad y la
del resto de los griegos, junto con los lacedemonios, los corintios, los eginetianos y todos los demás que
deseen compartir el peligro. Los generales deben designar, a partir de mañana, 200 trierarcas, uno a un
barco, de entre aquellos que tienen tierras ancestrales en Atenas y niños legítimos y que no tienen más de
cincuenta años; a estos hombres los barcos serán asignados por sorteo. También deben reclutar a infantes
de marina, 20 a un barco, de hombres de entre veinte y treinta años, y cuatro arqueros a un barco. También
deben asignar los suboficiales a los barcos al mismo tiempo que asignan los trierarcas. Los generales
también deben escribir los nombres de las tripulaciones de los barcos en pizarras blancas, tomando los
nombres de los atenienses de los registros lexiarquicos, los extranjeros de los registrados con el polemarco.
Deben escribir los nombres asignando el número entero a 200 divisiones iguales y escribir encima de cada
división el nombre del trirreme y el trierarca y los nombres de los suboficiales para que cada división pueda
saber en qué trirreme se embarca. Cuando todas las divisiones hayan sido compuestas y asignadas a los
trirremes, el Consejo y los generales deben completar la dotación de los 200 barcos, después de sacrificar
una oferta placentaria a Zeus el Todopoderoso, Atenea, la Victoria y Poseidón el Asegurador. Cuando se
haya completado la dotación de los barcos, con un centenar de ellos se encontrarán con el enemigo en
Artemision en Eubea, y con los otros cientos de ellos deberán estar a la altura de Salamina y el resto del
Ática y vigilar la tierra. Para que todos los atenienses puedan unirse en su defensa contra los bárbaros, los
que han sido enviados al exilio durante diez años deben ir a Salamina y permanecer allí hasta que el pueblo
tome una decisión al respecto, mientras que los que han sido privados de los derechos de los ciudadanos…

1
I. INTRODUCCIÓN Y NATURALEZA DEL TEXTO

El denominado Decreto de Trecén más conocido comúnmente como Decreto de Temistocles es un texto
epigráfico de naturaleza historiográfica tallado en una losa de mármol que se emitió por la asamblea
ateniense durante el mandato del general, y podría decirse que tiene como principal objetivo ser la especie
de una norma o conducta que regula el modo de luchar y evadir al enemigo al mismo tiempo y en un
determinado momento. Y es que el momento se sitúa en pleno desarrollo de las Segundas Guerras Médicas
(480-479 a.C.), en concreto ante el inminente avance persa hacia la capital del Ática, la cual sabemos que
acabó totalmente arrasada en el tiempo en que duró el conflicto.

El estudio y análisis del epígrafe comenzó en 1959 por Michael Hamilton Jameson1, y por medio de sus
investigaciones finalmente se llegó a la conclusión de que el decreto relataba unas medidas adoptadas por
Atenas a instancias de Temistocles ante la invasión persa (Schrader, 2006). Y no solo eso, ya que
comparando las fuentes de las que hasta aquel momento se disponían (principalmente las aportadas por
Heródoto y Diodoro de Sicilia entre otros autores antiguos) se descubrió una contrariedad cronológica: si lo
mencionado en la inscripción llegase a ser cierto, y si el verdadero plan griego era parar el avance persa
hacia Salamina y el istmo de Corinto, las batallas de las Termopilas y de Artemisio no habrían sido los
intentos definitivos por acabar con la invasión sino acciones para ganar tiempo y facilitar así el abandono del
Ática (Fine, 1985).

Del mismo modo el epígrafe no corresponde contemporáneamente con los hechos que menciona, ya que por
su corte y tamaño se ha llegado a deducir que la inscripción fue realizada en el siglo III a.C. A esta teoría le
apoyan argumentos de peso los cuales se basan en que su forma y estilo en que está escrito el texto
(στοιχεδóν) así como su tendencia a la silabificación son característicos de esta etapa. Si apenas sabemos si
el mensaje lo pronunció o bien Temistocles o bien la Asamblea, también dudamos sobre la autenticidad del
autor que hiciera la estela, pero de todos modos se ha advertido la influencia de los grabadores de estelas del
cercano santuario de Asclepio (Schrader, 2006, pg. 983), lo que clarifica aún más su datación cronológica.
Junto a esto se hace muy necesario mencionar que la primera mención existente de un decreto que se puede
identificar con el encontrado en Trecén proviene de Demóstenes, el cual registra que Esquines leyó el
decreto en voz alta en el 347 a.C., dejando esta vez un vacío de un siglo entre su supuesta promulgación y su
primera referencia histórica2.

II. UN ESTUDIO SOBRE EL CONTEXTO HISTÓRICO

Dejando de lado la pesquisa que supone averiguar quién o quienes relataron o promulgaron el decreto nos
centramos ahora, y de forma breve, en el momento en el que se produjo la evacuación del Ática. Y para ello

2
hay que valerse principalmente de las aportaciones históricas que nos legaron Heródoto y Plutarco3.
Resumidamente ambos autores ponen por escrito la declaración de un oráculo délfico mediante el cual se
vaticina la dominación persa de toda Grecia, pero cada uno aporta varios matices.

Comparativa de las fuentes en el momento de la evacuación de Atenas

PLUTARCO HERODOTO
- Menciona el oráculo délfico - Menciona el oráculo délfico
- Le atribuye primeramente a Temistocles la - No menciona a Temistocles como el que
interpretación del oráculo (Tem. 10, 1) primero interpreta el vaticinio, sino que el pueblo
- Menciona las ofrendas que los sacerdotes le ateniense lo oye a través del Oráculo de Delfos
hacían a la diosa - Habla también de ofrendas pero en concreto de
- Dichos sacerdotes anuncian al pueblo la una torta de miel, y en lugar de sacerdotes
retirada de la diosa por mandato de Temistocles menciona a una sola sacerdotisa
- Atribuye a Temistocles el decreto - Habla del funcionamiento del decreto y de
cómo Temistocles convenció a los atenienses
para que combatieran a bordo de sus naves

Así pues ambos autores ponen como contexto principal la proclamación de un oráculo venido desde Delfos,
pero cada uno relata la interpretación de dicho oráculo a su modo: en la versión de Plutarco Temistocles se
hizo cargo de la interpretación del oráculo para comunicárselo al pueblo de forma indirecta puesto que se
dice que fueron los sacerdotes quienes lo expusieron (Temistocles. 10, 2); por su parte en la versión de
Herodoto es el pueblo ateniense quien interpretando por sí mismo el oráculo decide lanzar un bando según
el cual cada ateniense debía poner a salvo a sus hijos y familiares mandándolos a Trecén, Egina, y Salamina.
Pero anteriormente comenta Herodoto que fue el propio Temistocles quien, tras empezar a destacar en la
vida política4, interpretó mucho después el oráculo, contradiciendo lo que habían dicho en su momento los
primeros intérpretes, logrando convencer al pueblo de combatir en las naves y de poner rumbo a Salamina,
pues esa era la isla que juzgaría el destino de los griegos (Hdt. Historia VII, 143, 1-2-3). Todo ello supone
un claro caos de las fuentes, pero en conclusión las dudas que pudiéramos tener sobre quién comunicó el
decreto quedan solventadas puesto que los dos autores en un momento u otro mencionan el papel que tuvo
Temistocles en la interpretación del oráculo délfico y en la posterior evacuación de la capital del Ática.

1
En un principio fue encontrada por Anargyros Titiris, un granjero de la localidad que finalmente la donó al Museo Epigráfico de
Atenas donde poco tiempo después Michael. H. Jameson empezaría con su estudio.

2
John Fine, The ancient greeks, pg. 307
3
Historia. Libros VII-VIII. Biblioteca Clásica Gredos/Vidas Paralelas. Libro II. Biblioteca Clásica Gredos (respectivamente).
4
En la nota nº 693 a pie de página del libro VII se dice que la afirmación de Herodoto de que Temistocles estaba empezando a
destacar es debido a que hacía poco tiempo que había logrado imponer su política al haber logrado el ostracismo de Arístides, su
rival político.
3
Problemática sobre el momento de la evacuación ateniense

Este decreto ha suscitado una gran controversia entre muchos académicos. Pues si, como se ha dicho
anteriormente, las batallas de las Termopilas y del Artemisio fueron nada más y nada menos que maniobras
de distracción para facilitar la evacuación, lo cierto es que surgen nuevas dudas infundadas por otras teorías.
Debemos partir de la base que sostiene que la evacuación se produjo después de las dos batallas frente a los
persas según las descripciones de Herodoto, pero la problemática surge en que entre las líneas 40-44 del
decreto está claro que éste fue pronunciado antes de los conflictos. La decisión de evacuar Atenas antes de
Artemision y las Termopilas es a primera vista sorprendente puesto que vemos que la mayoría de las fuentes
literarias la colocan después contradiciendo así la versión del historiador5. En el anterior apartado se habló
de un oráculo délfico a raíz del cual se desencadenaron todos estos sucesos. Pues bien, resulta que hay
quienes defienden la autenticidad del decreto en base a las dos últimas líneas del dicho:

“Divina Salamina, tú aniquilarás a los hijos de las mujeres, bien sea cuando se siembra Deméter, bien cuando se
cosecha” (Hdt. Historia VII, 142)

La identificación de Salamina como lugar de matanza parecería sugerir que una estrategia que llamaba a una
batalla allí ya había sido acordada por los comandantes griegos, lo que indicaría que la versión respaldada
por el decreto de Temistocles es correcta (Fine, 1985). El decreto también debe haber sido posterior al
segundo oráculo de Apolo, el de los "muros de madera" sobre cuya base Temistocles pidió a los atenienses
que adoptaran una resolución que, aunque publicada brevemente, coincide con nuestro decreto. La
cronología de Herodoto aquí es vaga, pero algunos eruditos ya habían puesto el oráculo después de Tempe y
antes de las Termopilas. Por lo tanto, la evidencia se combina para mostrar que el decreto debe ser fechado
después de mayo y antes de julio de 480 a.C., y muy probablemente a principios de junio (Jameson, 1960).

Objetivos y finalidades del Decreto de Temistocles

Según se comenta en el apéndice nº VIII del Libro VII de la Historia es que el decreto supone un caso
importante para la historia propagandística de Atenas en el siglo IV a.C. puesto que debió de surgir en un
momento en el que la sociedad griega en general estaba recordando su grandeza pasada, aquella proveniente
de las guerras médicas, entre el 357 y el 346 a.C. Las características más sobresalientes no solo de este
documento sino de cuantos se elaboraran en esa década las cita C. Habicht6:

1. Pertenecen a la época del enfrentamiento entre Atenas y Persia, con lo cual se conceptuaba a
Macedonia como un país bárbaro.
2. Pretenden poner de relieve la tradicional resolución ateniense ante circunstancias conflictivas

4
Vida e inclinaciones políticas de Temistocles

Pese a que no conozcamos la autoría de la inscripción tallada en el epígrafe, sabemos la de aquel que
comunicó el decreto. Temistocles fue un célebre comandante de la flota ateniense durante la 2ª Guerra
Médica, y sobre todo un hombre cuya fama y autoridad también fueron motivos de su ruina y decadencia.
Las circunstancias de su nacimiento así como de su linaje son algo ambiguas, pero varios autores parecen
estar de acuerdo en su gran inteligencia y habilidad retórica. Su padre sabemos que fue Neocles, pero en
cuanto a su madre, muchos autores antiguos discrepan sobre ella. No obstante Plutarco parece ejercer de
intermediario estableciendo dos puntos de vista: el que según Ateneo y Eliano dice que se llamaba
Habrótono y que era de origen tracio, y el otro que dice desde la perspectiva de Fanias, Neantes, y el propio
Nepote (valiéndose tal vez de los dos anteriores) que provenía de Halicarnaso y que su nombre era Euterpe.

- Características más sobresalientes


“Ya desde muy pequeño tuvo un gusto inusual por los discursos, sobre todo aquellos que estaban
encaminados hacia la defensa o acusación de cualquier niño; su discípulo probablemente fuera
Mnesífilo de Frearrio; se guiaba exclusivamente por su naturaleza, lo que le hacía dar grandes
bandazos en sus actividades y muchas veces se orientaba en la dirección peor; su mayor rival fue
Arístides, persona con la que contrajo enemistad a causa de un enamoramiento simultáneo por
Estesíleo…”
- Rasgos personales
“Unos aseguraban que era un hombre de negocios infatigable a causa de su liberalidad, mientras que
otros lo acusaban de tacañería. Participó en competiciones de todo tipo con el objetivo de que todos
ostentaran su casa y hablasen de él, lo que le granjeaba mala fama y vanidad por intentar destacar sin
medios ni méritos. Como le gustaba la gente fue cobrando grandeza, lo que le hizo ganarse al pueblo,
triunfar sobre su oposición, y desterrar a Arístides…”
- Impopularidad de Temistocles y Ostracismo:
Lo que provocó el progresivo declive de la carrera política y militar de Temistocles según nos cuentan
principalmente las fuentes de Plutarco fueron su prestigio y autoridad así como su desviación de la
igualdad democrática. Claro que todas estas afirmaciones hay que tomárselas desde el punto de vista de
la facción política contraria a él, la encabezada por Arístides, a quien tuvo en gracia el poeta
Timocreonte de Rodas que fue la principal figura de la que salió todo este desprestigio. Finalmente fue
expulsado de la ciudad mediante ostracismo, y tras haberse granjeado la impopularidad no solo del
pueblo ateniense sino de casi toda Grecia por parte de sus acusadores murió en Magnesia a la edad de 65
años.

5 Michael H. Jameson, “A decree of Themistokles from Troizen”, pág. 204


6
“Falsche Urkunden zur Geschichte Athens im Zeitalter der Perserkriege”, Hermes 89 (196)

5
III. ANÁLISIS Y COMENTARIO DEL DECRETO

Fecha de la inscripción

Como ya se ha dicho al principio, el momento en que se produjo la realización de la inscripción debe


situarse en torno al siglo IV a.C. Y las causas para hacerlo son las siguientes: primeramente que los
acontecimientos ocurridos tras la batalla de Queronea condujeron a tal ocasión, ya que antes o
inmediatamente después de la batalla, Atenas había pedido ayuda a varias ciudades, incluyendo a Trecén.
Poco antes de la batalla un meticuloso ateniense, Atenógenes, abandonó Atenas y se refugió en Trecén, ganó
la ciudadanía y se estableció como el agente de Mnesias, un argivo pro-macedonio, ganando así un poder
cada vez más en alza. Tras esto es muy probable que algunos de los trecenos posicionados ante una postura
anti-macedónica y pro-ateniense a la vez fueran forzados al exilio hacia la capital del Ática, donde fueron
admitidos en recuerdo de la bondad troicena ante la acogida de los refugiados atenienses en el año 480 a.C.
(Hipérides, Contra Atenógenes, 29-33). Dicha acogida se oficializaría en un decreto propuesto por
Nicágoras.

Los textos conmovedores de un pasado heroico eran populares en esta época y sus sentimientos estaban muy
presentes en el aire. Esquines había leído el decreto de Milciades antes de Maratón y nuestro presente
decreto de Temistocles así como el Juramento Efebio antes de que adoptara una política conciliadora hacia
Filipo. Por lo general, era el partido anti-macedonio el que buscaba revivir el espíritu de las guerras persas y
equiparar a los macedonios con los nuevos bárbaros. Por lo tanto, se puede sugerir que la publicación del
decreto fue efectuada por los exiliados anti-macedonios pro-atenienses, ellos mismos ciudadanos atenienses
y beneficiarios de su hospitalidad, cuando regresaron eventualmente a Trecén.

Comentario

“Resuelto por el Consejo y el Pueblo en la moción de Temistocles, hijo de Neocles, del demo de Frearrio”

En el mundo griego para que un asunto o propuesta fuera comunicado ante el conjunto de la sociedad (en
este caso la ateniense) primero debía remitirse a los pritanos quienes lo transmiten a los poderes pro-
bouleuticos y de ahí finalmente al Consejo y la Asamblea. Ambos órganos institucionales serán los
encargados de exponer finalmente al pueblo el decreto/comunicado en cuestión. En segundo lugar nos
encontramos con el patronímico de nuestro principal protagonista compuesto por el nombre, el
patronímico/filiación y el demótico. El demo de Frearrio estaba situado al suroeste de la península del Ática,
en concreto en la zona de la “Paralia” o zona costera de acuerdo con la división geográfica de la misma
realizada por Clístenes7.

7
Sobre este tema, vd. Aristoteles. “Constitución de los Atenienses”, 21, 4-5-6. Editorial Clásica Gredos; Diodoro Sículo,
“Biblioteca Histórica”, XII, 45; Pausanias, “Descripción de Grecia”, Libro I

6

“Los atenienses y los extranjeros que viven en Atenas deben llevar a sus mujeres e hijos a Trecén… el fundador de
la tierra”

Aquí ya no solo figuran los atenienses sino también los extranjeros en calidad de metecos. Sobre ellos se
dice en las líneas 30 y 31 del texto en griego - τοὺς δ̣ὲ̣ ξένους ἐκ τῶν ἀπογεγραμμένων πα̣ρὰ̣ τ̣ῶι πολεμ̣άρχω̣ι -
que figuraban registrados ante el polemarco, pero lo cierto es que en el año 480 a.C. los extranjeros aun no
poseían en Atenas una categoría social reconocida. En cuanto a lo mencionado con Trecén y la distinción
que se hace de ella de “fundador de la tierra” es debido a que, primero, parecía ser el punto más fiable y
estratégico para hacer frente a la llegada de los persas desde Salamina y, segundo, porque entre Atenas y
Trecén había un vínculo de características mitológicas ya que el héroe nacional Teseo fue criado allí8.

“Todos los demás atenienses y extranjeros en edad militar deben embarcarse en los 200 barcos que están listos y
defenderse contra los bárbaros por su propia libertad y la del resto de los griegos, junto con los lacedemonios, los
corintios, los eginetianos y todos los demás que deseen compartir el peligro”

Es de suponer que la armada naval que se menciona en el siguiente fragmento correspondería toda ella a la
ateniense ya que era de las más poderosas en época clásica debido a que en el 483 a.C. Temistocles
persuadió al pueblo para que gastara la riqueza de Atenas que tenía su origen en la explotación de las minas
del Laurion en mejorar la marina, pasando de una compuesta tan solo por 70 barcos a otra con 200,
quedando así el poder naval establecido. Básicamente lo que nos cuenta este extracto del texto vendría a ser
una sinmaquía o alianza militar compuesta por varias poleis griegas.

“Los generales deben designar, a partir de mañana, 200 trierarcas, uno a un barco, de entre aquellos que tienen
tierras ancestrales en Atenas y niños legítimos y que no tienen más de cincuenta años…También deben reclutar a
infantes de marina, 20 a un barco, de hombres de entre veinte y treinta años, y cuatro arqueros a un barco. También
deben asignar los suboficiales a los barcos al mismo tiempo que asignan los trierarcas. Los generales también deben
escribir los nombres de las tripulaciones de los barcos en pizarras blancas, tomando los nombres de los atenienses de
los registros lexiarquicos, los extranjeros de los registrados con el polemarco”

Sabemos por las fuentes clásicas que cada trirreme contaba con una tripulación compuesta por unos 200
hombres en total: 170 de los cuales eran remeros; 10 eran los infantes de marina, 4 de los cuales arqueros; y
por último contaba con 10 marineros entre otros oficiales. Teniendo en cuenta todas estas cifras estaríamos
hablando de unos 40.000 hombres que harían frente al enemigo persa. Los trierarcas eran aquellos que
capitaneaban el trirreme escogidos por la institución de la trierarquía. Los registros lexiarquicos estaban
7
presididos por los 6 magistrados atenienses encargados de llevar el registro o padrón de los ciudadanos. En
cuanto a los extranjeros, de nuevo menciono la teoría que alegaba que en el 480 a.C. esta categoría social no
gozaba de reconocimiento, lo que confirmaría que el decreto fue trasmitido en una época posterior en la cual
los metecos contarían con la ciudadanía ateniense.

“Cuando se haya completado la dotación de los barcos, con un centenar de ellos se encontrarán con el enemigo en
Artemision en Eubea, y con los otros cientos de ellos deberán estar a la altura de Salamina y el resto del Ática y
vigilar la tierra”

De nuevo es aquí donde se rebate la historicidad del decreto debido a los contrasentidos que plantea con la
estrategia general de los griegos durante la segunda guerra médica. La orden de enviar 100 barcos al cabo
Artemisio mientras que los otros 100 debían permanecer en las costas del Ática es extraña porque si toda la
región iba a ser evacuada no tiene mucho sentido que se dispusieran esos 100 barcos para proteger sus
costas.

IV. CONCLUSIONES

En definitiva nos encontramos ante un texto de carácter historiográfico decisivo para conocer el período que
abarca toda la 2ª Guerra Médica así como para interpretar y analizar de una manera más exhaustiva los
acontecimientos que ocurrieron. Si bien es cierto que sigue siendo objeto de debate y de estudio el hecho de
en qué momento exacto se produjo la evacuación de Atenas, queda constatada de sobra la acción de
Temistocles de salvar al pueblo ateniense y de dirigir el ejército a Trecén para posteriormente preparar la
que es una de las batallas más importantes no ya solo de la Historia de Grecia sino de la Humanidad, la cual
acabaría con la tiranía persa e impondría al mismo tiempo un sistema político único hasta el momento: la
consolidación de la democracia y el nacimiento de una edad de oro cuyos ecos basados en los valores tanto
políticos como sociales siguen resonando en la sociedad occidental de hoy día.

8
Según algunas versiones del mito Teseo fue criado bien por su madre o bien por su abuelo hasta que alcanzó la mayoría de edad
y pudo presentarse en Atenas para ser reconocido como hijo del rey. Sobre este tema, vd. Lucilla Burn, “Mitos Griegos. El pasado
legendario”. Akal. 1998.

8
V. ANEXOS
 Texto original
[θεοί].
ἔδοξ[εν] τῆι̣ βουλῆι καὶ τῶι δήμωι·
Θεμισ[τοκλ]ῆ̣ς̣ Ν̣εοκλέ̣ους Φρεάρριος εἶπεν·
τὴ[μ] μὲ̣ν̣ πό[λιν παρ]ακ̣α̣τ[αθέ]σθαι τῆι Ἀθηνᾶι τῆι Ἀθηνῶ-
μ [μεδεο]ύ[σηι] κ[αὶ τοῖς ἄλλ]οις θε̣οῖς ἅ̣πα̣σιν φυλάττει-
ν κ̣α[̣ ὶ] ἀ̣μ̣[ύνειν τὸμ βά]ρ̣β̣α̣ρ[̣ ο]ν ὑπὲρ τῆς χώρας· Ἀθηναίου-
[ς δ’ ἅπ]α̣[ντας καὶ τοὺς ξένο]υ̣ς τοὺς οἰκοῦντας Ἀθήνησι
[τὰ τέκ]ν[α καὶ τὰς γυναῖκ]α̣ς̣ ε̣[ἰς] Τροιζῆνα καταθέσθαι
τ̣[․․․․․․․․․․․․․․․․․․] τοῦ̣ ἀ̣ρχηγέτου τῆς χώρας· τ-
[οὺς δὲ πρεσβύτας καὶ τὰ] κτήματα εἰς Σαλαμῖνα καταθ-
έ[σ]θ[αι· τοὺς δὲ ταμίας καὶ τ]ὰς ἱερέας ἐν τῆι ἀκροπόλε-
[ι μένειν φυλάττοντας τὰ τῶ]ν̣ θ̣εῶν· τοὺς δὲ ἄλλους Ἀθη-
[ναίους ἅπαντας καὶ τοὺς ξέ]νο̣υς τοὺς ἡβῶντας εἰσβαί-
νειν ε̣[ἰς τὰς ἑτοιμασθ]ε̣[ί]σ̣[α]ς̣ διακοσίας ναῦς καὶ ἀμύ-
νεσ[θαι] τ[ὸμ βάρβαρον ὑπὲρ τῆ]ς ἐλευθερίας τῆς τε ἑαυ-
τῶ̣ν [καὶ τῶν ἄλλων Ἑλλήνων] μετὰ Λακεδαιμονίων καὶ Κο-
ρ̣ι̣ν[̣ θίων καὶ Αἰγινητῶν] κ̣αὶ̣ τῶν ἄλλων τῶμ βουλομένω-
[ν] κ̣οινω[νήσειν τοῦ κινδύνο]υ· καταστῆσαι δὲ καὶ τριη̣-
[ρ]ά̣[ρχους διακοσίους ἕνα ἐπὶ] τὴν ναῦν ἑκάστην τοὺς [σ]-
τρατη[γ]οὺ[ς ἀρχομένους τ]ῆι αὔριον ἡμέραι ἐκ τῶν κ[εκ]-
τ̣η̣μ̣έ̣ν[̣ ω]ν̣ γ̣[ῆν] τ̣[ε κ]α̣ὶ̣ [οἰκί]αν Ἀθ[ή]νησι καὶ οἷς ἂμ παῖδ[ες]
ὦσ̣ι γνή[σιοι μὴ πρεσβυτέρο]υς πεντήκοντα ἐτῶν κα̣[ὶ ἐ]-
πικλ[ηρῶσαι αὐτ]ο̣ῖ̣ς [τ]ὰς να̣ῦς· vv καταλέξαι δὲ καὶ ἐπ̣[ι]-
βάτας [δ]έκα̣ [ἐφ’ ἑκάστη]ν ναῦν ἐκ τῶν ὑπὲρ εἴκοσιν ἔτη [γ]-
εγονότω[ν μέχρι τριά]κο̣ντα ἐτῶν καὶ τοξότας τέτταρ-
ας· δια[κληρῶσαι δὲ κ]α̣ὶ̣ [τ]ὰ̣ς̣ ὑ̣πηρεσίας ἐπὶ τὰς ναῦς ὅτ-
αμπερ κ[αὶ τοὺς τριηράρ]χους ἐπικληρῶσιν· ἀναγράψα-
ι δὲ κα̣[ὶ τοὺς ἄλλους {²⁷ναύτας?}²⁷ κατὰ] ναῦ̣ν̣ τοὺς στρατηγοὺς εἰς λ-
ευκώ[ματα, τοὺς μὲν Ἀ]θ̣η̣να ̣ ̣ί̣ο̣υ̣ς ἐκ τῶν ληξιαρχικῶν γρ-
αμματεί̣[ων, τοὺς] δ̣ὲ̣ ξ[έν]ους ἐκ τῶν ἀπογεγραμμένων πα̣-
[ρ]ὰ̣ τ̣ῶι [πολε]μ̣[άρχ]ω̣[ι]· ἀνα̣γράφειν δὲ νέμοντας κατὰ τάξ-
ει[ς ε]ἰς διακοσία[ς] ἀ̣[ν]ὰ̣ ἑκατὸν ἀριθμὸν καὶ ἐπιγράψα-
ι τ̣ῆ̣ι̣ [τάξ]ει̣ ἑ̣κ̣ά̣στηι τῆς τρι̣ήρους τοὔνομα καὶ τοῦ τρι-
η̣ράρχου καὶ τ̣ῆ̣ς̣ ὑ̣πηρε[σί]ας, ὅπως ἂν εἰδῶσιν εἰς ὁποί-
αν τριήρη ἐ[μ]βήσεται ἡ [τ]άξις ἑ[κ]άστη· ἐπειδὰν δὲ νεμη-
θ̣ῶσ̣ιν ἅπα[σ]αι αἱ τάξεις καὶ ἐπικληρωθῶσι ταῖς τριή-
ρεσ̣ι, πλ̣η̣ροῦν ἁ̣[π]άσας̣ τὰς διακοσίας ναῦς τὴμ βουλὴν
καὶ τ̣[ο]ὺ̣στ̣ ρατηγ̣οὺ[ς {²⁶τοὺς στρατηγοὺς}²⁶ θύ]σαντας ἀρεστήριον τῶι Διὶ τῶι
Παγκρατεῖ καὶ τῆι Ἀθηνᾶι {καὶ}(?) τῆι Νίκηι καὶ τῶι Ποσει-
δῶνι τῶι Ἀσφα[λ]είωι· vv ἐπειδὰν δὲ πεπληρωμέναι ὦσιν
αἱ νῆες̣, τα[ῖ]ς μὲν ἑκατὸν αὐτῶν βοηθεῖν ἐπὶ τὸ Ἀρτεμίσ-
[ι]ο̣ν τ̣ὸ̣ Εὐβοϊκόν, ταῖς δὲ ἑκατὸν αὐτῶν περὶ τὴν Σαλαμ-
ῖνα καὶ τὴν ἄλλην Ἀττικὴν ναυλοχεῖν καὶ φυλάττειν
τὴν χώρ̣αν̣ · ὅπως δ’ ἂν καὶ ὁμονοοῦντες ἅπαντες Ἀθηναῖοι
ἀ̣μ̣ύ̣νωνται τὸμ βάρβαρον, τοὺς μὲν μεθεστηκότας τὰ [δ]-
[έκα] ἔτη ἀπιέναι εἰς Σαλαμῖνα καὶ μένειν αὐτοὺς̣ ἐ̣[κε]-
[ῖ ἕως ἄν τι τῶι δήμ]ω̣ι δόξηι περὶ αὐτῶν· τοὺς δὲ [ἀτίμου]
…reliquiae incertae…

9
 BIBLIOGRAFÍA

- Bibliografía Antigua

El uso de este tipo de bibliografía ofrece un primer acercamiento tanto a la vida de Temistocles como al
contexto en que se produjera la evacuación de Atenas además de conocer de primera mano cómo se
estructuraba el ejército naval en la época clásica.

ARISTOTELES: Constitución de los Atenienses. Biblioteca Clásica Gredos, 70. Madrid. 1984

CORNELIO NEPOTE: Vida de los más famosos generales griegos y cartagineses y de algunos otros ilustres.
Tercera Edición. Paris. 1857

DIODORO SICULO: Biblioteca Histórica, Libro XII. Biblioteca Clásica Gredos, 353. Madrid. 1985

HERODOTO: Historia, Libros VII-VIII. Biblioteca Clásica Gredos, 82. Madrid. 1985

PAUSANIAS: Descripción de Grecia, Libro I. Editorial Gredos, 196. Madrid. 1994

PLUTARCO: Vidas Paralelas, Libro II (Temistocles- Camilo). Biblioteca Clásica Gredos, 215. Madrid. 1996

- Bibliografía Moderna

Imprescindible para el estudio que supone la problemática en el momento de la evacuación así como para
investigar la datación tanto del decreto como del epígrafe y cuál fue el verdadero mensaje que quiso
transmitir éste. El resultado de su consulta pone en tela de juicio la datación cronológica original dada por
Herodoto.

BURN, LUCILLA: El pasado legendario. Mitos griegos. Madrid. Akal. 1998

ECHEVERRÍA, FERNANDO: Hoplite and phalanx in archaic and classical greece: A reassessment. Classical
Philology, Vol. 107, Nº. 4 (October 2012), pp. 291-318. University of Chicago Press

FINE, JOHN: The ancient greeks. Harvard University Press. 1985

H. JAMESON, MICHAEL: A decree of Themistokles from Troizen. Hesperia/JSTOR. American school of


classical studies at Athens. 1963

HAZEL, JOHN: Quién es quién en la Antigua Grecia. Acento Editorial. Madrid. 2002

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