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UNIVERSIDAD GERARDO BARRIOS

FACULTAD:
CIENCIAS JURIDICAS
CARRERA:
CIENCIAS JURIDICAS
CATEDRA:
DERECHO CONTRACTUAL CIVIL Y MERCANTIL
CATEDRATICO:
GUSTAVO PARADA
ACTIVIDAD:
EXPOSICIÓN DE TEMA : EL CONTRATO MANDATO
INTEGRANTES:
JOSE ARTURO PINEDA ALEGRÍA
KEVIN ISAI PENADO REYES
Introducción
En el presente trabajo desarrollaremos el contrato de mandato, las definición de contrato
de mandato las reglas generales también la administración del mandato , las obligaciones
del mandante y terminación del mandato con el fin de explicar alos compañeros los
contratos de mandatos con el propósito de que todos tengamos conocimiento de estos.

Objetivo General : determinar la estructura del contrato mandato, con el fin de demostrar
nuestros conocimientos acerca del tema.
Objetivo específico: incentivar a los estudiantes a profundizar aspectos relaciones con el
contrato mandato.
DEFINICIONES DEL CONTRATO DE MANDATO

Es conveniente mencionar algunas definiciones del Contrato de Mandato que servirán de


punto de referencia para tratar dicho tema, siendo las siguientes definiciones:

-“El Mandato, es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios
a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera, artículo 1875 del
Código Civil.

-“El Mandato es un contrato por el cual una persona da encargo a otra persona, que acepta,
de realizar gratuitamente un acto determinado o un conjunto de operaciones. (Tratado de
Derecho Romano Eugene Petit).

-“El Mandato, es un contrato consensual, bilateral imperfecto, por el cual una de las partes
(mandatario) se obliga gratuitamente a efectuar una prestación o administrar un negocio
por cuenta de la otra parte (mandante) de la cual ha recibido el encargo. (Instituciones de
Derecho Romano, Pedro Bonfant).

-“El Mandato, es un contrato preparatorio que tiene por objeto habilitar a una persona
llamada mandatario para que celebre uno o más actos jurídicos en representación del
mandante. Es el contrato que permite obrar por medio de la representación. (Derecho
Civil Español, A. Borrel y Soler)

-“El Mandato, es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios
a otra, que corren por cuenta y riesgo de la primera. (Curso de Derecho Civil, Alfredo
Barros E.)

DE LA ADMINISTRACION DEL MANDATO

Para comprender y saber sobre que trata la administración del Mandato, queremos definir
que son los actos de administración.

En nuestra legislación civil no se define lo que son los actos de administración, pero puede
definirse de la siguiente manera:

Administrar, es adoptar las medidas de carácter material y jurídico tendientes a conservar


los bienes, a incrementarlos y a obtener las ventajas que pueda procurar.
La administración del Mandato es en relación a la ejecución del mismo, a las facultades
del mandatario, a la delegación del encargo, a las prohibiciones a que está sujeto y a la
obligación de rendir cuentas.

Como el mandatario obra por cuenta y riesgo del mandante, su primera obligación es
“ceñirse rigurosamente a los términos del Mandato, fuera de los casos en que la ley le
autorice para obrar de otro modo”, de conformidad al artículo 1891 del Código Civil de
nuestra legislación.

Según el artículo 1984 del mismo Código se establece que “la recta ejecución del
Mandato comprende no solo la sustancia del negocio encomendado, sino también los
medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo. En el artículo 1892,
encontramos que al Mandato confiere naturalmente al mandatario el poder de ejecutarse
actos de administración, el de perseguir en juicio a los deudores, comprar los materiales
necesarios para el cultivo o beneficio de las tierras, minas, fábricas, u otros objetos de
industria que se le hayan encomendado.

De este modo, la administración comprende la ejecución de actos de conservación,


encaminados a impedir la pérdida o menoscabo de los bienes. Pero la acción de
administrar no comprende solo la ejecución de actos puramente conservativos, asimismo
la ejecución de actos que tiendan a obtener de los bienes administrados el provecho o
rendimiento que están llamados ordinariamente a brindar.

No obstante este rigorismo el mandatario tiene algunas facultades que podrían llamarse
“Poder Discrecional”, para actuar en algunos casos, a su arbitrio, y sin necesidad de
consultar en tales casos al mandante, tal poder discrecional se encuentra en varias
disposiciones legales, ejemplo de ello tenemos en los artículos 1907, 1908 y 1910 inciso
segundo del Código Civil.

Las instrucciones específicas del mandante sobre el cumplimiento del Mandato o


comportamiento del mandatario no constituye otro Mandato distinto, pues al desobedecer
esas instrucciones precisas únicamente cometería incumplimiento contractual.

La responsabilidad recae más estrictamente sobre el mandatario quien promete los


esfuerzos de su celo y habilidad en la gestión que le encomendó el mandante, pues las
cosas perecen para su dueño, y como el mandatario obra por cuenta y riesgo del mandante
las cosas se pierden
Las obligaciones del mandante emanan del contrato mismo o de circunstancias
posteriores, derivadas de su ejecución, y estas últimas, en consecuencia pueden o no llegar
a existir, siendo estas obligaciones las siguientes, y de conformidad a nuestra legislación
enumeradas en el artículo 1918 del Código Civil:

I) A proveer al mandatario de lo necesario para la ejecución del Mandato, de este modo,


si encarga al mandatario la realización de una compra, deberá el mandante proveerle del
dinero necesario para pagar el precio.

La falta de provisión de fondos autoriza al mandatario para desistir del cargo, de


conformidad al artículo 1919 del Código Civil, pues no está obligado a emplear recursos
propios para el cumplimiento del encargo.

II) Obligación de indemnizar al mandatario, tiene el mandante la obligación de procurar


que el mandatario quede totalmente indemne de las resultas del desempeño del Mandato.
La obligación se justifica por que el mandatario obra por cuenta del mandante, y la
indemnización comprende:

- El reembolso de los gastos razonables causados por la ejecución del Mandato, según se
establece en el artículo 1918 numeral dos, del Código Civil.

- El reintegro de las anticipaciones de dinero con los intereses legales, de conformidad al


artículo 1918 numeral cuatro, del Código Civil.

- Al pago de las pérdidas en que haya incurrido el mandatario sin culpa, y por causa del
Mandato, según se establece en el artículo 1918 numeral quinto del Código Civil.

- Obligación de remunerar al mandatario el pago de honorarios, tiene el mandante, además


la obligación de pagar al mandatario “la remuneración convenida o usual”, de
conformidad a lo establecido en el artículo 1918 numeral tres del Código Civil.

En consecuencia debe el mandante pagar la remuneración acordada, antes o después al


contrato, y a la falta de estipulación la remuneración será la usual, y en caso de desacuerdo
entre las partes, la remuneración será fijada por el juez.

En conclusión no podrá el mandante dispensarse o excusarse de pagar honorarios, de


reembolsar gastos, anticipos o perjuicios a pretexto de que no resultó exitosa la gestión
encargada, encomendada al mandatario, pues el mismo artículo 1918 inciso final
responde negativamente, a menos que se le pruebe culpa; pues es natural que no puede
hacérsele responsable del fracaso, sino a condición de que provenga de su culpa, por no
haber empleado en la gestión el cuidado e interés debido.

DE LA TERMINACION DEL MANDATO

CAUSALES DE EXTINCION DEL MANDATO

De conformidad a nuestra legislación en el artículo 1923 del Código Civil se señalan o


enumeran las distintas formas y causas por las cuales se extingue el Mandato, siendo las
siguientes:

I) Por el desempeño del negocio para el cual fue constituido, el Mandato acaba, termina,
concluye obviamente por el cumplimiento, por la realización, conclusión del acto o
negocio que le fue encargado al mandatario.

El mandatario ha terminado su misión, pagada su obligación por lo que es evidente que


al terminar el negocio para el cual se confirió el Mandato debe quedar este sin función y
de esta manera termina el Mandato.

II) Por la expiración del término o por el evento de la condición prefijada para la
terminación del Mandato; es decir que el vencimiento del plazo o el cumplimiento de la
condición estipulada en el contrato ponen término, final al Mandato. Por tanto, el efecto
propio de esta modalidad es la extinción de la relación jurídica en que inciden.

III) Por la revocación del Mandato:

En primer lugar revocación, es un acto jurídico unilateral destinado a producir efectos


jurídicos desde que son emitidos, consistentes en la cesación o terminación de una
relación jurídica de origen convencional o legal, independientemente de que su emisión
la ignore o desconozca quien sea interesado o perjudicado con una u otra.

Por lo tanto el Mandato, es un contrato de confianza, y por regla general cede en exclusivo
beneficio del mandante quien puede o tiene la facultad de dar por terminado el Mandato
con la revocatoria que haga del mismo, pero la revocación no es oponible a los terceros
de buena fe.

La revocación sin causa justificada es un abuso del derecho y susceptible de comprometer


la responsabilidad del mandante.
El mandante puede ponerle fin al Mandato cuando crea conveniente y le parezca, pues la
legislación misma le da la facultad según disposición del artículo 1925 del Código Civil
donde se establece: “El mandante puede revocar el Mandato a su arbitrio…”, por otra
parte la revocación del Mandato puede ser:

- Revocación Expresa

- Revocación Tácita

Esto es de conformidad al artículo 1924 del Código Civil.

= Revocación Tácita, se da por “el encargo del mismo negocio a distancia persona, según
se establece en el artículo antes mencionado.

La revocación bien sea expresa o tácita produce su efecto desde el día en que el
mandatario ha tenido conocimiento de ella. La revocación del Mandato puede ser
notificada al mandatario y a su vez sería bueno notificar a los terceros que han contratado
con el mandatario.

En conclusión la vida del Mandato llega a su fin al emitirse la revocación, pues deja de
tener existencia legal.

IV) Por la renuncia del mandatario:

Es otra forma de dar por terminado el Mandato, en la cual corresponde al mandatario


quien puede renunciar, revocar unilateralmente el Mandato, pero para que la revocación
sea eficaz es preciso notificar, poner en conocimiento del mandante la renuncia, por
cualquier medio. Pero esa renuncia no surte efecto, no pone fin a sus obligaciones, sino
después de transcurrido un tiempo prudencial, razonable, para que el mandante pueda
adoptar las medidas adecuadas para la atención del negocio que había confiado al
mandatario, según se establece en el artículo 1927 del Código Civil.

De esta manera, el mandatario que ha renunciado no pone fin instantáneo al contrato, pues
si lo hace debe responsabilizarse e indemnizar al mandante por los daños y perjuicios que
la haya causado al mandante con la renuncia; a menos que exista causa justificada para
continuar con el negocio encargado, de conformidad al artículo 1927 inciso segundo del
mismo código, y que no tendrá ninguna responsabilidad en los perjuicios que pueda
experimentar el mandante.

V) Por la muerte del mandante o del mandatario:


La consideración de las personas es decisiva en el Contrato de Mandato. Pues es un
contrato que origina derechos intransferibles por la muerte de una de las partes
contratantes, por lo tanto la muerte ya sea del mandante o del mandatario le pone fin al
Mandato, pues su base principal es la confianza y amistad que se concentra en las
personas que intervienen en dicho contrato.

Como el Mandato implica un cargo de confianza y por consiguiente es un contrato intuitu


personae, termina por la muerte de cualesquiera de las partes que se dan fin a la relación
jurídica; pero hay excepciones y las cuales son las siguientes:

= No termina por la muerte del mandato cuando el Mandato es a ejecutarse después de


ella (de la muerte), los herederos suceden en derechos y obligaciones del mandante, de
conformidad al artículo 1928 del Código Civil.

= Ni cuando es un Mandato judicial, la ley ha adoptado medidas para que cuando muera
el mandatario los intereses del mandante no queden abandonados y con este objeto los
herederos del mandatario que fueren hábiles para la administración de sus bienes y en
general todos los que sucedan en la administración de bienes del difunto mandatario
deberán cumplir con la obligación de dar aviso inmediato al mandante de la muerte del
mandatario, y hacer a favor del mandante lo que puedan en circunstancias exigidas.

Las omisiones en que incurran al respecto les hará responsable de los perjuicios que por
tal motivo sufran los negocios del mandante, según se establece en el artículo 1929 del
Código Civil.

VI) Por la quiebra o insolvencia del uno o del otro: En estos casos termina el Mandato,
pues la insolvencia y con mayor motivo la quiebra del mandante pone fin al Mandato, ya
que no tiene negocio que cuidar, pues cuanto poseía ha pasado o debe pasar a manos de
sus acreedores; y por lo tanto lo que respecta al mandatario ya no merece confianza como
gestor de negocios ajenos, pues desaparece su responsabilidad.

VII) Por la interdicción del uno o de otro:

Requiriendo el Mandato que ambas partes tengan la capacidad para contratar y llevar a
cabo la celebración de un acto jurídico, por lo cual es lógico que al cesar la capacidad de
una de las partes contratantes ya sea porque se declare en estado de interdicción, tendrá
que concluir el Mandato.
En conclusión la interdicción de cualesquiera de las partes lo que hace es volverlo incapaz
y por lo tanto pone fin al Mandato.

VIII) Por la cesación de las funciones del Mandante:

El Mandato termina por la cesación de las funciones del mandante, si el Mandato ha sido
dado en ejercicio de ellas pero toda gestión que ha realizado el mandatario mientras se
revela de las funciones del mandante son válidas respecto de terceras personas que han
contratado con el mandatario.

DIFERENTES CONCEPTOS LEGALES Sobre MANDATO MERCANTIL

Diferentes conceptos de lo que se entiende o se tiene por Mandato Mercantil según los
legisladores de diversas naciones, y los cuales son los siguientes:

= Según nuestra legislación y de conformidad al artículo 1083 del Código de Comercio,


se establece que se entiende por Mandato Mercantil: El mandatario se encarga de practicar
actos de comercio por cuenta y a nombre del mandante.”

= Mandato Mercantil, es el contrato que tiene por objeto la gestión de un negocio


comercial a favor y por cuenta del mandante, según el Código Italiano y Portugués.

= Mandato Mercantil, existe cuando un comerciante confía a otro la gestión de uno o


varios negocios mercantiles, obrando el mandatario y obligándose en nombre del
mandante según el Código de Brasil.

= Según los códigos de Honduras y Panamá, definen el Mandato Mercantil, como un


contrato por el cual una persona encarga la ejecución de uno o más negocios lícitos de
comercio a otra que se obliga a administrarlos gratuitamente mediante una retribución.

Como nos damos cuenta en la mayoría de conceptos se hace referencia a la ejecución de


actos de comercio, por lo que se tiende a dar una breve referencia a lo que son los actos
de comercio.

OBLIGACIONES DEL MANDANTE

Por regla general el mandante está obligado a proveer al mandatario de los fondos
necesarios para el cumplimiento del encargo, pero si no recibiere dicha provisión para el
cumplimiento del Mandato podrá desistir de el comunicándolo al mandante, y si no lo
hace así, se supone que anticipará los fondos y por lo cual tendrá el mandatario el derecho
de retención sobre las mercaderías que le hayan sido remitidas o que estuvieren a su
disposición y que pertenezcan al mandante.

= Obligación de indemnizar al mandatario,

= Obligación de remunerar al mandatario, el pago de honorarios, de conformidad al


artículo 1084 del Código de Comercio en relación al artículo 1086 del mismo código; en
relación al artículo 1918 numeral tres del Código Civil.

En síntesis todas las demás obligaciones correspondientes al mandante hacia el


mandatario son las mismas del Mandato Civil, y al cual hacemos referencia en el Título
II, Capítulo I del Libro Segundo de este trabajo, agregando además algunas observaciones
en cuanto al Mandato Mercantil.

ADMINISTRACION DEL MANDATO

EN MATERIA MERCANTIL

En cuanto a la administración del Mandato nos referimos a las facultades que tiene el
mandatario para la ejecución del Mandato de conformidad a como se a estipulado en
dicho documento, lo que lo hace sujetarse a las instrucciones dadas por el mandante para
que se le lleve a cabo la ejecución de los Actos de Comercio de modo y manera que el
mandante a querido, de conformidad a lo establecido en el artículo 1090 del Código de
Comercio, donde se establece que el mandatario deberá cumplir la ejecución del Mandato
de acuerdo a las instrucciones recibidas, y a falta o insuficiencia de ellas, con arreglo a
los usos del comercio; pero hay casos en que necesita autorizaciones especiales para la
ejecución del mismo y es cuando el negocio excede del giro ordinario del mandante; dada
una autorización especial en atención a circunstancias determinadas, se presume
ampliado para las demás circunstancias, salvo que se diga lo contrario; cuando se da un
Mandato especial para un negocio determinado, comprenderá todos los actos necesarios
para realizar dicha operación aunque no se haya especificado detalladamente, de
conformidad a lo establecido en el artículo 1085 del Código de Comercio, y en todo caso
que no cumpla lo estipulado y ocasionare un daño al mandante responderá de dichos
daños y perjuicios.

CAUSALES DE EXTINCION DEL MANDATO EN

MATERIA MERCANTIL
En cuanto al Mandato Mercantil, este quedará resuelto o terminado por las mismas causas
y en las mismas condiciones o circunstancias que el Mandato Civil, de conformidad al
artículo 1923 en relación con el artículo 1438 ambos del Código Civil, por lo que hacemos
referencia de dicho tema en el título I, Capítulo único del Libro Tercero de este trabajo;
agregando además y como de todos es conocido que en materia mercantil nos regimos de
acuerdo a las disposiciones contenidas en nuestro Código de Comercio y demás leyes
Mercantiles afines; pero en defecto de estas lo que no está contemplado en estas leyes)
nos remitiremos por los respectivos usos, costumbres, la ley, y el mismo Código Civil,
por lo que se entiende que el Código Civil, es supletorio, esto es en base al artículo I del
Código de Comercio, pues por ser disposiciones generales son aplicables a todo el código
y para toda el área mercantil, en relación al artículo 945 del mismo código.

Por lo que concluimos en este aspecto del Mandato Mercantil, que no nos da ninguna
referencia o disposición sobre la terminación de dicho Mandato, por lo que nos remitimos
en lo referente al Código Civil de nuestra legislación.

BREVE ANALISIS SI SE TRATA DEL Mismo MANDATO O NO

Se ha decidido hacer una breve referencia sobre estos dos contratos, ya que muchos
legisladores regulan bajo un mismo rubro los principios que rigen estas dos instituciones,
pareciera que para algunos legisladores quisieran hacer una síntesis o mezcla de ambos;
mientras que para otros si hay diferencia entre ambos contratos y es según la mayoría de
legislaciones modernas y de sus autores que se plantea que son dos cosas jurídicamente
distintas y dentro de las cuales configura nuestra legislación, al establecer unas ligeras y
breves diferencias entre ambos contratos.

Solamente se hará mención en cuanto a la doctrina que considera que dos son los contratos
que debió distinguir el legislador, con arreglo a los precedentes históricos y a los
principios científicos de cada uno y a las mismas conveniencias según la práctica que se
le da; así veremos el Mandato Mercantil y la Comisión en nuestra legislación.

Definición del Mandato Mercantil, de conformidad al artículo 1083 del Código de


Comercio: “Por el Mandato Mercantil el mandatario se encarga de practicar Actos de
Comercio por cuenta y a nombre del mandante.”

Definición de Comisión, de conformidad al artículo 1066 del Código de Comercio: “El


comisionista desempeña en nombre propio pero por cuenta ajena, Mandato para realizar
actos de comercio. El comisionista actúa como agente intermediario entre el comitente y
los terceros.”…

Son aceptos diferentes, regulados por disposiciones similares, pero que son figuras
diferentes.

Como podemos observar que la distinción básica radica en razón del objeto, aunque
siempre ambos tienden a la realización de un Acto de Comercio; pero en el Mandato
Mercantil el mandatario actúa en nombre y por cuenta del mandante, mientras que en la
comisión el comisionista actúa en nombre propio, pero por cuenta del comitente, lo que
es una gran diferencia entre ambos contratos.

Desde el punto de vista jurídico la Comisión y el Mandato han sido modificados por los
usos y prácticas comerciales que se les ha dado durante el transcurso del tiempo, de tal
manera que la mayoría de legislaciones han hecho de ambos unos contratos diferentes y
especiales del comercio.

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE EL MANDATO

EN MATERIA CIVIL Y EN MATERIA MERCANTIL

=Semejanzas

- En cuanto a la constitución del Mandato, tanto en Civil como en Mercantil participan


dos personas, de las cuales una corresponde al mandante que es quien confiere el
Mandatario y la otra es el mandatario que es la persona encargada de ejecutar el negocio
que se le ha encomendado.

- En ambos mandos, el mandatario actúa en nombre y por cuenta del mandante, o sea por
cuenta ajena y no propia.

- En ambos mandatos le asiste al mandatario el derecho legal de retención sobre el


mandante.

- En ambos mandatos el mandatario responderá por daños y perjuicios que ocasione al


mandante por el incumplimiento o exceso de los límites del Mandato.

- En cuanto a las obligaciones que corresponden al mandante con respecto al mandatario


que ha ejecutado el Mandato.
- En cuanto a los límites en que debe contraer la obligación el mandatario , no debe
excederse, y si lo hace puede quedar como responsable el (mandatario) y responder por
daños y perjuicios ocasionados al mandante.

- En cuanto a las maneras o causas de extinguir el Contrato de mandato, son las mismas
tanto en materia Civil como en Mercantil.

= Diferencias:

- En cuanto al objeto:

El Mandato en Civil, es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más
negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera, según se
establece en el artículo 1875 del Código Civil; pero el Mandato no trae siempre consigo
la facultad de mandatario de representar al mandante.

El Mandato Mercantil, el mandatario se encarga de practicar Actos de Comercio por


cuenta y a nombre del mandante, de conformidad al artículo 1083 del Código de
Comercio.

La diferencia radica en cuanto a la clase de negocio que se está encomendando,


encargando al mandatario, ya que en el Mandato Mercantil necesariamente debe ser un
Acto de Comercio, mientras que en el Civil puede ser otra clase de negocios que se está
gestionando.

- En cuanto a la remuneración:

En el Mandato Civil se puede decir que normalmente es gratuito, pero excepcionalmente


puede darse el caso que sea oneroso, únicamente cuando se ha pactado honorarios
expresamente por parte de las partes contratantes, por la ley, la costumbre o el juez, de
conformidad al artículo 1877 del Código Civil.

En el Mandato Mercantil, siempre es oneroso o remunerado, o sea será por acuerdo de las
partes contratantes, y a falta de estipulación por lo usos de la plaza donde el Mandato se
ejecute, de conformidad al artículo 1084 del Código de Comercio.

La diferencia radica en que en el Mandato Civil puede ser de una o de otra forma; pero
en cambio en materia Mercantil necesariamente es remunerado u oneroso, pues dada la
clase de acto a ejecutarse son diferentes.
- En cuanto a la forma:

El Mandato Civil puede hacerse por escritura pública o privada, por cartas, verbalmente
o de cualquier otro modo inteligible, y aún por la aquiescencia tácita de una persona a la
gestión de sus negocios por otra, de conformidad al artículo 1883 del Código Civil.

En cuanto en el Mandato Mercantil, es expreso y el cual debe constar por escrito para
exhibirlo ante las terceras personas con quienes contrate el mandatario, y aún más debe
inscribirse en el Registro de Comercio, de conformidad al artículo 1094 en relación al
artículo 367 del Código de Comercio ambos, pues los Factores como auxiliares de los
comerciantes pueden ser mandatarios y están facultados para realizar todos los Actos de
Comercio del lugar donde prestan sus servicios; pero no obstante todo ello el Mandato
Mercantil puede presumirse, pues estas personas se entienden que tienen la facultad
necesaria para ejecutar un acto de comercio cuya gestión se les ha encomendado por parte
de su lugar de trabajo.

La diferencia en este numeral es en relación a la forma de constituir el Mandato, ya que


en el Mandato Mercantil es un poco más formal, estricto, cuidadoso al exigir que dicho
Mandato sea inscrito en el Registro de Comercio, y en cambio en el Mandato Civil no se
menciona de dicha inscripción.

- En cuanto a las personas que intervienen en el contrato:

En cuando a la persona que puede ser mandatario en materia Civil puede ser cualquier
persona o bien por su profesión u oficio que se encargue de negocios ajenos; y en cambio
en materia mercantil pueden ser mandatarios los factores, los dependientes, los agentes
de comercio, y toda aquella persona que pueda ejecutar actos de comercio.

La diferencia radica en la persona a quien se le está confiriendo el poder para ejecutar el


negocio que se le está encomendando por parte del mandante.

- En cuanto a la capacidad de las partes:

En relación a la capacidad de las partes, en materia Civil se exige la capacidad general


para adquirir derechos y obligaciones, igualmente en materia Mercantil; pero con la
diferencia de que quien es capaz civilmente lo es mercantilmente, pero no viceversa.

Entonces en materia de comercio debe tenerse la suficiente capacidad para obligarse.


- En cuanto al origen y circunstancias que tuvo cada uno de los mandatos para surgir
como contratos en épocas diferentes.

- En ambos contratos al mandatario le corresponden facultades, obligaciones y derechos,


pero en materia mercantil le corresponden o le asisten al mandatario ciertos derechos de
preferencia sobre las mercaderías del mandante, de conformidad al artículo 1097 del
Código de Comercio.

- En cuanto a la extinción del Mandato:

En materia Civil cuando el Mandato termina por muerte de una de las partes, se dice que
es en razón de la confianza que hay entre las dos personas que dan constitución, origen al
Mandato, y solo podrán continuar los herederos cuando el Mandato tienda a ejecutarse
después de la muerte, o para no causar algún daño al mandante mientras que en materia
mercantil ya sea una de las partes contratantes, sus herederos o representantes podrán
continuar y tendrán derecho a una remuneración por la ejecución del Mandato cuando
termine por muerte o interdicción de las partes.

- Otra diferencia bien de fondo es que entre los actos de la vida civil y los de la mercantil,
es que existen tales diferencias que se requieren diversos preceptos jurídicos. Unos
pueden considerarse aisladamente, los otros deben considerarse en toda complejidad de
su conjunto que constituye el comercio.

Resulta que mientras los actos de la vida civil son más raros y pueden cumplirse con
mayor espacio y con la observancia de formalidades lentas y rigurosas; los de la vida
comercial son frecuentísimos y asumen formas variadas, y por eso se necesitan reglas
rápidas y amplias, y además las operaciones mercantiles son por su naturaleza tales y
tantas y encadenadas unas a las otras.

- En ambos mandatos pueden ser varias las personas encargadas como mandatarios, de lo
cual todas responden por los daños y perjuicios ocasionados al mandante.

Entonces en materia Civil si no se dijo nada sobre la solidaridad de las partes, cada quien
responderá por los daños ocasionados al mandante, pues necesariamente hay que pactarla;
mientras que en materia Mercantil la solidaridad se presume, es decir que si no se deja
bien establecida expresamente la cláusula que “no hay solidaridad entre los mandatarios”
todos responden igualmente por los daños ocasionados al mandante, pero todo lo
contrario sería si se dejara plasmado expresamente diciendo que no hay solidaridad, pues
cada quien responderá por los daños y perjuicios ocasionados al mandante.

- En materia Civil, el mandatario tiene la facultad de poder delegar el encargo, siempre y


cuando no se lo haya prohibido el mandante; en cambio en materia mercantil no se dijo
nada al respecto, pues si se admitiera podría dar lugar a complicaciones en la ejecución
del Mandato, lo que traería perjuicios al mandante, ya que el mandatario tendría un medio
fácil de desembarazarse del encargo y no querer cargar con las responsabilidades.

BIBLIOGRAFIA

- Derecho Civil Mexicano,

- Rafael Rojina Villegas, Tomo Sexto-Contratos, México.

- Curso de Derecho Civil, Alfredo Barros Errazuriz, Segunda Parte, Volumen III,
Editorial Nascimento, Chile

- Código Civil de Nuestra Legislación.

- Prontuario de Introducción al Estado del Derecho, y Nociones de Derecho Civil,

Clemente Soto Álvarez, Tercera Edición, Editorial Limusa, México.

- El Mandato Civil, Manuel Zepeda, Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la


Universidad de El Salvador.

- Mandato y Representación, Ernesto A. Sánchez Urite, Abeledo-Perrot, Buenos Aires,


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- El Contrato de Mandato,
Material de apoyo impreso en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la
Universidad de El Salvador, supervisado por el Dr. Atilio Rigoberto Quintanilla. 1977.

- Derecho Civil Español, Antonio M. Borrell y Soler, Tomo III, Obligaciones y Contratos,

Casa Editorial Bosch-España.

- Tratado Elemental de Derecho Romano, Eugene Petit, Editorial Epoca, S.A.


Emperadores, México.

- Código de Comercio de nuestra legislación.

- Curso de Derecho Mercantil, Joaquín Rodríguez y Rodríguez, Tomo II, Décima Séptima
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- Derecho Mercantil, Rafael Cervantes Ahumando, Primer Curso, Editorial Herrero, S.A.,
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- Derecho Mercantil Mexicano. Rafael de Pina Vara, Décima Edición, Editorial Porrúa,
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- Derecho Mercantil, David supino, traducido por Lorenzo Benito, Cuarta edición,
Editorial La España Moderna, Madrid, España.

- Principios de Derecho Mercantil, Alfredo Rocco, Librería General de Victoriano Saenz,

Madrid, España.

- Diccionario de Legislación Mercantil, Hernán Castro Ossandón, Editorial Jurídica de


b. Chile.

- Estudios Elementales de Derecho Mercantil, Dr. Francisco Blanco Constans,

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