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Sujeto Descolonización Transmodernidad - Debates Filosoficos Latinoamericanos PDF
Sujeto Descolonización Transmodernidad - Debates Filosoficos Latinoamericanos PDF
Indice
latinoamericana
liberación.
Mabel Moraña. Hacia una agenda filosófica latinoamericana. Bases para un debate
Introducción
en asuntos de América logrando de manera gradual modular una voz propia, que sigue
carecieron de rasgos filosóficos, como revelan los escritos de Sor Juana Inés de la Cruz,
Juan de Espinosa Medrano, el Inca Garcilaso de la Vega y tantos otros. Pero dentro de
europeo. Las formas de conciencia social que surgieron en esa época no lograron, por
autoridad cultural del Viejo Continente y por el peso de las instituciones donde se
originaban.
Durante el siglo XIX los procesos de formación nacional estuvieron guiados por las
que planteó desde entonces la herencia colonial: la necesidad de recorrer las sendas
pueblos que buscaban definir su propia imagen. Así lo entendieron los libertadores, en
versión de ese ideario debería germinar en los territorios de ultramar. Las reflexiones de
americana, los referidos al poder político y los que intentaban llenar de contenido las
nociones de pueblo, nación y ciudadanía. Informado por una voluntad táctica no exenta
propio repertorio, enfatizando los conceptos de progreso y orden social como pilares de
producir y sostener una filosofía propia, autónoma y original, ocupó el centro de los
proyectos o utopías emancipatorios, la filosofía fue vista como un ejercicio elevado del
político, con frecuencia los historiadores de la cultura relevan los ejemplos más
las culturas nacionales. Los esfuerzos principales para defender la idea de que el
ejercicio filosófico.
que los que delineaba la visión regionalista; la cuestión de las razas catalizó debates en
de los ejes más persistentes de reflexión, a partir de los cuales América Latina
particularizada de los temas analizados, que eran interpretados a partir de las formas de
nihilistas.
La cuestión del sujeto, entendiendo esta noción como la posición a partir de la cual es
posible desplegar agencia tanto en el nivel de las ideas como en el de la praxis, fue
significante.
8
Cuando el tema del sujeto se vincula a la crítica de la modernidad, surgen en torno a esa
Se alude con esto, por ejemplo, a situaciones en las que el individuo se encuentra
estos casos, en lugar de que la condición de sujeto señale un modo de ser, estaría
apuntando hacia una circunstancia: no al ser sujeto sino al estarsujeto a... Como
Bautista indica, los condicionamientos que limitan la libertad del sujeto emergen tanto
Pero ahora vemos que [el sujeto] ya no produce la realidad liberada que
9
Este constituye un caso claro de resignificación de una categoría filosófica desde los
horizontes abiertos por nuevas formas de concepción de la realidad social, como las que
series discursivas paralelas a los procesos históricos. Desde estas posiciones, los
equidistante del histórico, político o social, alentado por sus propios impulsos interiores
y guiado por temáticas dadas, ineludibles y transhistóricas.2 Creo, por el contrario, que
materiales de producción cultural, a los desafíos del lugar y el momento en el que los
marca su impronta sobre el sujeto que piensa y sobre la coyuntura enunciativa a partir
desarrolla.
De acuerdo a lo anterior, los artículos que reúne este volumen realizan un aporte puntual
sentido más amplio: intervenciones concretas en debates marcados por el estado actual
de los procesos sociales y políticos por los que está atravesando América Latina, de cara
histórica.
transformación, que han precipitado rupturas profundas en los modos de pensar y actuar
individual y colectivamente, y que han modificado las expectativas y deseos de los muy
las urgencias del momento histórico que estamos atravesando, aunque la proyección de
las ideas expresadas en torno a esos tópicos exceda la conyuntura que motivó el análisis.
11
marcado, sin lugar a dudas, por dos hechos cruciales: el primero, el desmantelamiento
del mundo socialista, el cual tiene como sucesos más notorios el derrumbamiento del
Latina, ya en el nuevo milenio, de gobiernos que fueron identificados como “la marea
rosa”, indicando así su atenuada relación con la izquierda ¨dura¨ que caracterizara a los
que algunos autores han llamado “la década ganada”, período que en realidad se
democracia en América Latina. A nivel económico, quizá la medida más notoria en este
sancionó e impulsó, sobre todo a partir de 1990, el neoliberalismo en los países en vías
4
de desarrollo. Si bien tal medida no logró impedir la aplicación o mantenimiento de
políticas neoliberales en distintos países, atemperó sin duda muchos de los efectos
12
de significado político-económico.
del caso analizar aquí. Por otra parte, la cercanía de estos procesos hace difícil aventurar
limitaciones, e incluso de sus fracasos. Sin embargo, lo que vale la pena anotar, es que
las gestiones de la izquierda que podemos llamar electoral y que tuvo en el gobierno de
Salvador Allende su antecedente más obvio y contundente, debieron enfrentar una serie
de desafíos que han sido ampliamente analizados por las ciencias sociales y políticas.
Entre ellos, el de resignificar el lugar y función del Estado, núcleo debilitado a partir de
liberación nacional, y extenuado por los efectos del neoliberalismo. De esta manera, una
de los primeros desafíos de la izquierda electoral fue resignificar el lugar del Estado
todos los nivelespor efecto de las dictaduras de los años setenta y ochenta. En efecto, los
asestaron un duro golpe al partidismo tradicional, que había canalizado hasta entonces
los vínculos entre ciudadanía y poder político. A partir del triunfo electoral de la
social, no pudiendo sino retener, como un lastre inevitable, connotaciones que remitían
a su forma anterior: la que lo definía como el lugar del Poder, asociado con el
equilibrio institucional en los períodos que siguieron a las cruentas dictaduras de los
transformativa que podían tener los nuevos gobiernos sobre el sistema institucional y la
cultura política de los respectivos países constituyó una incógnita que acompañó las
gestiones de una izquierda atemperada por las negociaciones propias del juego
democrático, los lastres del pasado y la necesidad de redefinir con premura y efectividad
Esta situación tuvo su contraparte en otros países de América Latina donde siguió
una forma de agencia colectiva de marcada beligerancia frente al Estado, que actuó de
manera paralela a éste, más que convergentemente, y que fue capaz, inclusive, de
económico y social, saldo derivado, al menos en parte, por la lucha llevada a cabo en
escudan en la rampante acción del narcotráfico para dar nuevo rostro a la corrupción, el
efectivas capaces de promover alternativas viables destinadas a superar la crisis del país.
inestabilidad político-económica.
Lo que importa destacar en este heterogéneo panorama, atravesado por los procesos
movimientos sociales, es que el tema del sujeto nacional popular, para mencionar uno
de los aspectos más salientes del análisis político realizado en América Latina en las
democracia, que sirvieran para designar las formas que asumió lo social y lo político en
identidades y también los cambios del papel que juegan hoy en día los factores etno-
raciales y de género en las luchas sociales. Estos son factores fundamentales para que la
ya simplemente como base que debe ser guiada por la vanguardia revolucionaria.5
siguiendo una tendencia que conduce hacia la pluralización del sujeto político,
sociales. (26)
16
III. Reformulaciones
vigencia, debiendo ser sustituidas por articulaciones complejas, en las que la noción de
reductiva, tal dimensión incorpora aspectos vinculados a las etnias, las clases y los
nuestro tiempo tiene que ver con la reformulación de las categorías que vienen
sobre las que se apoyara el proyecto moderno, entre ellos, los conceptos de razón
instrumental, orden social, identidad y nación, así como la idea de temporalidad lineal y
entendida como apogeo del sujeto moderno e ilustrado y de las formas de racionalidad
que la informaran. Implica, al mismo tiempo, la necesidad de revisar los discursos anti-
los nuevos desafíos políticos y sociales que se enfrentan en las primeras décadas del
siglo XXI.
afectos; y con ello también nuevas maneras de problematización del presente histórico,
repotenciándolas.
¿Como puede avanzar el pensamiento y nutrirse del pasado sin quedar preso de sus
lastres? ¿En qué medida resistir la totalización puede dar base a un programa de futuro,
es decir, constituir algo más que un desideratum que linda con el esencialismo y la
idealización del fragmento? ¿Cómo constituir un puente epistémico que permita llegar
al Otro sin reiventarlo en cada discurso, como si fuera el narratario imprescindible para
justificar nuestro relato? ¿Como hablar por el otro sin ventriloquia y sin maniqueísmo?
reivindicar el derecho a una modernidad otra, incluyente, plural, igualitaria, desde las
con diversas formas de modificación del Estado liberal, discursos demagógicos con
político y las plataformas ideológicas que rigieron el juego democrático hasta el fin de
globalización.
Un punto clave de este panorama que viene delineándose tiene que ver con la
reevaluación crítica no sólo de las causas y modalidades asumidas por la experiencia del
fracaso político de la izquierda en las últimas décadas del siglo XX, sino también con la
naturaleza misma de las formas de interpelación política que en nuestro tiempo van
diversos contextos. Las relecturas del marxismo (de lo que Bruno Bosteels reconoce
como “el otro Marx”) convergen con procesos de reelaboración de la memoria histórica,
por las cuestiones éticas, que afloran con más fuerza una vez que la acción ha cedido
Oscar del Barco es, como indica Bosteels, un “libro-bisagra […] en tres niveles:
fundamentales en América Latina: “[la]derrota del ideal revolucionario, [la] crisis del
liberado de sus aspectos doctrinarios, habla a nuestro tiempo con un lenguaje que pasó
destaca, además del libro de Del Barco, el de León Rozitchner, Freud y el problema del
poder, (1982) y Controversia: una lengua del exilio (2012) de Verónica Gago,
para la comprensión de las tareas y horizontes presentes, entre los que se cuenta la
20
retomar el debate político de cara a los nuevos escenarios. A partir del debate en el que
político.
Preocupado también por el tema del pensamiento político en América Latina, Hernán
francés, Cortés subraya la importancia de preguntarse sobre los vínculos entre poder y
verdad y de explorar las relaciones entre sujetos e instituciones. De acuerdo con Cortés,
“construir una crítica en el campo de lo político en América Latina tiene que ver con
problematizar las experiencias de gobierno, resistir a los embates que afectan dichas
su trabajo, Cortés reflexiona sobre el tema de la democracia haciendo dialogar las ideas
de Rancière, Balibar, Rawls, Laclau y Mouffe con las críticas de Žižek, quien desconfía
de los logros de ese sistema de gobierno surgido del seno mismo del capitalismo.
sentido que permite atender a los requerimientos y necesidades del sujeto político, el
21
de la sociedad civil.
emancipación epistémica en América Latina. Linda Martín Alcoff trabaja el tema del
capitalismo debe ser abordado por la filosofía. Como Martín Alcoff señala, la
necesitamos un ‘diálogo de culturas’ sino una unidad de luchas dentro de cada cultura”
(Žižek 2015). Žižek aboga, desde un radicalismo nutrido por el psicoanálisis lacaniano,
imposibles”, como el reclamo de formas universales de justicia social, sin que importe
exterioridad radical tomada de la obra de Enrique Dussel, como modo de operar a partir
las más esencialistas de identidad, nación, cultura o ethnos. Martín Alcoff insiste, sin
embargo, en que “el concepto de exterioridad radical […] necesita permanecer atento a
autora, el eurocentrismo es una patología del pensamiento que emerge de una falsa
ilusión trascendentalista: la de que las ideas pueden ser consideradas separadas de los
como uno de los ejes del pensamiento filosófico desde y sobre América Latina.
Santiago Castro-Gómez ofrece una elaboración exhaustiva del tema del universalismo,
esto, las ideas de Foucault, Derrida, Laclau, Ranci, Rancière y otros, considera que el
particularismo absolutiza las prácticas sociales, que resultan así escindidas de las
afirmara Žižek. Laelaboración del filósofo colombiano converge aquí con la de Martín
Alcoff, en torno a las ideas del esloveno sobre universalismo y a las perspectivas desde
las que se enfrenta el problema del eurocentrismo, que es central en los proyectos
transmodernidad es una “noción [que] apunta hacia el modo en que ese proceso mundial
desde las diferentes culturas subalternizadas por la expansión colonial europea”. Castro-
asimilación de la diferencia.
pilares principales constituye, en efecto, uno de los puntos cruciales en las elaboraciones
de este libro. Como evidencian los trabajos que giran en torno a las ideas dusselianas,
emancipatorias que al modificar los puntos de mira permite obtener una visión inédita
inicia con el colonialismo y que atravesando la vida republicana llega a nuestros días
24
del eurocentrismo, como analiza, entre otros, Castro-Gómez. Sin embargo, su misma
obra se nutre del diálogo con filosófos europeos y de otras latitudes, demostrando la
encuentro igualitario de las diferentes culturas que convergen en ella. La obra de Dussel
vinculado a estas lecturas de la historia latinoamericana, recorre los artículos que aquí se
reúnen delineando un horizonte utópico que guía los procesos de resignificación política
varios autores, constituye así una de las más articuladas propuestas para concebir
categoría sólo puede ser pensada en relación a un sujeto también transmoderno que
surge de la negación del mito de la modernidad, o sea de la cara oculta del proyecto
de los nombres que reciben las estrategias de negación del Otro, las cuales tienen como
los modelos de la racionalidad europea. Dussel aboga por una “razón liberadora” de
alternatividad económica, ética y política, capaz de abarcar a todas las formas de vida,
26
hará también desde una perspectiva complementaria Omar Rivera, el tema del espacio,
núcleos del mundo moderno, que se afianza a partir del Descubrimiento de América. La
posición de Linda Martín Alcoff sobre las identidades sociales, Rivera se pregunta por
Gloria Anzaldúa y María Lugones. Entiende las identidades “como aperturas corporales
es, como se ha venido viendo, otra de las formas de concebir un afuera de los proyectos
y discursos dominantes, desde donde sea posible pensar nuevas posiciones de sujeto no
ya que ambas están dominadas por la colonialidad del poder y del saber), esa
alternativas que plantea esa doble posicionalidad, que permiteestar a la vez adentro y
afuera, entendiendo que lo excluido por la modernidad también forma parte de su raíz y,
Ofelia Schutte, por su parte, enfoca el tema del feminismo decolonial a partir de las
ideas de Aníbal Quijano y en diálogo con las propuestas de María Lugones, quien a
partir de la nomenclatura del sociólogo peruano habla de “la colonialidad del género”,
es decir, de las fomas de dominación patriarcal que se asentaron como parte de los
Quijano, que quedarían presas y limitadas por la mentalidad euro-centrada desde la que
él mismo enfoca la cuestión del género. Para la filósofa argentina, las teorías
interseccionales permitirían más bien intersectar los temas de raza y género con miras a
En la revisión crítica de los problemas que aborda la crítica decolonial no podía faltar el
justicia social y política. María del Rosario Acosta trabaja las “Gramáticas de la
29
Escucha” sobre la base del trabajo de campo realizado en Colombia para el estudio de la
analiza las formas de representación verbal y visual de experiencias que desafían los
relato testimonial. Siguiendo a Cathy Caruth, Acosta se refiere a las ideas de exceso,
ausencia, olvido, borradura y repetición como elementos que integran los marcos de
significación a partir de los cuales se busca entender “las catástrofes del sentido” (Nelly
En las páginas que llevan por título “Hacia una agenda filosófica latinoamericana: bases
para un debate,” se plantea una serie de cuestiones que han articulado el pensar
filosófico y que en algunos casos han sido discutidas a través de sistemas binarios que
colación una serie de autores que han abordado esta problemática y que permiten
formular hoy una serie de preguntas que pueden contribuir a definir la agenda filosófica
en América Latina.
Finalmente, el estudio de Agustín Laó Montes y Jorge Daniel Vásquez sobre “Crítica
del Sur Global parte de una crítica al llamado “giro o pensamiento decolonial” sobre
todo por las que identifican como tendencias esencialistas en algunas de las
de la región caribeña. Los autores de este artículo ponen a funcionar una doble crítica
lógicas y categorías, que son negadas y subalternizadas en los registros hegemónicos del
poder y saber”. Toman el concepto de doble crítica de Abdelkebir Khatibi, quien indica
que toda crítica se realiza a partir de un doble movimiento, el que descompone el objeto
de análisis y al mismo tiempo se aleja de él, sugiriendo así otros caminos posibles, en
31
un vaivén que instala así otra lógica en la construcción del saber. El artículo integra,
política.
coincide con el de su aparición en este libro, pueden ser leídos como aportes
discurso plural, integrado por una serie de propuestas disparesaunque en muchos puntos
convergentes, que esbozan algunas de las direcciones de la reflexión actual tanto dentro
pensamiento filosófico en otras latitudes, que pueden compartir con América Latina el
memoria, el espacio y tantos otros. Lo que importa es, en todo caso, enriquecer el
1
Hinkelammert habla, por ejemplo, de un metabolismo que controla la relación del individuo con el
medio natural, entendiendo que la acción sobre la naturaleza (el trabajo) constituye el principio regulador
de lo social: “Debemos, por tanto, analizar este problema a partir del circuito natural de la vida humana,
circuito o metabolismo que se establece entre el ser humano, en cuanto que ser natural (es decir, parte de
la Naturaleza), y su naturaleza exterior o circundante, en la cual la vida humana es posible y se desarrolla.
En este intercambio entre el ser humano en cuanto que naturaleza específica y la naturaleza externa a él
(medio biótico y abiótico), la naturaleza en general es humanizada (o deshumanizada) por el trabajo
humano. El trabajo es, por tanto, el enlace de este circuito entre el ser humano y la naturaleza […] Para
entender y orientar la praxis humana dentro de este metabolismo, ciertamente es pertinente el desarrollo
de una teoría de la acción racional, ya se trate de una ‘gestión de la escasez’ (teoría económica
neoclásica), o una ‘gestión de la sostenibilidad’ (economía ecológica).” (22)
32
2
Desde esta perspectiva pueden analizarse, por ejemplo, varios de los ensayos incluidos en Cien años de
filosofía en Hispanoamérica (1910-2010) (2016)compilado por Margarita M. Valdés, volumen que aporta
información sobre el desarrollo filosófico en distintos países creando una compartimentación que, aún
siendo habitual en este tipo de publicaciones, contribuye a un conocimiento fragmentario y autocontenido
de la filosofía como quehacer
3
Sobre este punto ver Moraña, “Negociar lo local”.
4
El término Consenso de Washington comenzó a ser usado para designar el programa de reformas poítico-
económicas propuesto por el economista John Williamsonen 1989. El objetivo del mismo era
proporcionar una serie de medidas y prescripciones orientadas hacia el control de las crisis en países en
proceso de desarrollo. Resumido a sus formulas principales, el paquete de recomendaciones tenía como
objetivo la estabilización macroeconómica partiendo, entre otras cosas, de la reducción de la esfera
estatal, la reforma triutaria, la apertura de las economías nacionales a la inversion extranjera, la
radicalización neoliberal y la expansion de mercados.
5
“El propio Evo Morales ha conceptualizado al proceso que encabeza como una revolución democrática
cultural o revolución democrática descolonizadora, que modifica las estructuras de poder, modifica la
composición de las elites del poder y los derechos, y con eso las instituciones del Estado, y eso tiene un
efecto en la propia estructura económica, porque toda ampliación de derechos significa la redistribución
de la riqueza.” (García Linera 31)
33
Obras citadas
Bautista, Juan José. “Hacia la reconstitución de ‘el ser humano como sujeto’”.
http://davidinka.blogspot.com/2017/03/hacia-la-reconstitucion-de-el-ser.html
file:///www.clacso.org.ar/biblioteca-biblioteca@clacso.edu.ar
Bruno Bosteels
El otro Marx es el título compacto de un gran libro del filósofo, poeta y pintor
argentino Oscar del Barco. Publicado por primera vez en 1983 durante el exilio del
entre distintas etapas del pensamiento del autor, entre diferentes coyunturas del
quehacer teórico militante de toda una generación, e incluso entre distintas épocas
del pensamiento moderno en general. Como toda bisagra, el libro permite abrir
ciertas puertas, algunas de las cuales hasta ese momento tal vez ni siquiera
sabíamos que estuvieran cerradas, pero también deja entrever dónde y por qué
otros pasajes están a punto de clausurarse con un portazo no menos violento que
todo aquello que de esta forma se busca superar. A su vez, estas aperturas y
1
Oscar del Barco, El Otro Marx, 7. Mientras que la nueva edición realizada en Buenos Aires por
Milena Caserola usa la mayúscula, El Otro Marx, por razones que deberían aclararse en lo que
sigue pero que ya están prefiguradas en el segundo epígrafe para este trabajo, he preferido
restaurar el título sencillo, sin mayúsculas ni hipóstasis, de la edición original: El otro Marx
(Sinaloa: Universidad Autónoma de Sinaloa, 1983). Todas las citas en lo que sigue, sin
embargo, provienen de la reedición argentina.
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texto cuyo título debería haber rezado más bien Marx, Freud y el problema
empezó con una serie de charlas que el autor dio originalmente en México.
Ernesto Laclau, cuyo exilio lo llevó a Gran Bretaña donde junto a su pareja,
entre ellos no sólo a Aricó o del Barco sino también a figuras tan
pensó conserva validez política," comenta Gago. "La derrota exige un nuevo
¿qué tendrá chance de persistir?" (Gago, Controversia: una lengua del exilio
15 y 20). 2 Creo que ésta sigue siendo la pregunta a la que los textos
recogidos en El otro Marx intentan ofrecer una respuesta, por más indirecta
2
En sus "Palabras preliminares" al libro de Gago, Horacio González, entonces Director de la Biblioteca
Nacional, habla de Controversia como de un "capítulo esencial de la fenomenología del vencido y de las
múltiples figuras a las que acude para sostener una continuidad intelectual" (ibid., 8). Oscar del Barco
participa en el segundo número de la revista con el texto "Observaciones sobre la crisis del marxismo:
Respuesta a Paramio y Reverte," Controversia 2-3, 12-13; y continúa con "Respuesta a la respuesta de
Paramio y Reverte," Controversia 6, 27-28. Estos textos también se pueden encontrar en la antología de
Oscar del Barco, Escrituras: filosofía, 287-302.
38
colección de ensayos del propio autor, La intemperie sin fin (1985), donde
3) Por último, a nivel por así decirlo epocal, más allá de cambios o relevos
cuya obra casi completa fue presentada hace unos años en una antología
en sentido lato: nada menos que una crisis civilizacional. "En realidad, no se
el autor. "Se afirma que la Razón está en crisis y no se quiere entender que
racionalidad. "El marxismo tiene como objetivo," apunta del Barco, "realizar
sentido, devino una forma más de la Razón científica occidental: "En lugar
régimen que se pretende el cénit de la Razón: sólo la locura arde con luz
propia en esa inmensa noche sin esperanza"(Del Barco, El otro Marx, 207).
que la expresión "el otro Marx," además de dar título al libro específico de Oscar
del Barco, puede invocarse para dar nombre a una orientación general del
que tal vez nunca hayan conocido el texto de del Barco, el cual de todos modos
II
economía, cultura, ideología, teoría y filosofía. Así, para retomar otro caso ya
42
puede verse como un pensamiento volcado hacia ese otro Marx. Es lo que trasluce
de textos que van de lo primero que escribió Rozitchner (su tesis, "La negación de
principal sobre Max Scheler, luego publicada como libro con el título de Persona y
rebeldía picarona asociadas con la infancia del ser humano que a la búsqueda
libros, esta vez escritos por sendas pensadoras mexicanas: Existencia, encuentro y
azar (1995) de Fernanda Navarro, filósofa de la que poco se oye hablar fuera de
como si no fuera más que la mujer que entrevistó a Louis Althusser y logró
luego se dará a conocer de forma póstuma. Y, por último, quisiera mencionar aquí
la obsesión por la toma del poder entre militantes que continúan sus labores según
43
tres libros, me gustaría pensar que dan expresión a un mismo impulso que intenta
Althusser en sus obras canónicas de los sesenta. Me refiero a las tres nociones que
siguen:
Sin poder ahondar en estos temas, aquí me limitaré a formular tan sólo una
pregunta a su respecto: ¿De qué manera las diferencias marcadas por los nombres
o las metáforas de lo materno, lo aleatorio y lo común, forman parte del otro Marx
Oscar del Barco? O, inversamente, ¿cómo debemos encarar al otro Marx para que
44
un gran todo en tanto objeto de la ciencia--para hacer que la puerta empiece a girar
sobre sus propias bisagras y se entreabra hacia el lado oscuro de ese otro Marx, o
III
La clave para seguirle la pista al vuelco que está en juego consiste en entender de
qué modo el otro Marx es precisamente aquel que nos permite acercarnos al otro-
de-Marx, o a lo otro de Marx. "El otro-Marx es lo otro de Marx. No sólo, como podría
214).
Si bien del Barco muestra una clara preferencia por los fragmentos inéditos
textos hacia otros: del joven Marx al Marx maduro; del Marx humanista de los
periféricas del capitalismo que empieza a dialogar con populistas rusos como Vera
no necesitaría pasar por todas las etapas del desarrollo capitalista occidental
descritas en El Capital a partir del caso de Inglaterra. Como dicen los editores de la
reciente reedición del libro de Oscar del Barco: "El otro Marx no es un Marx
Así, para dar un ejemplo de esos otros enfoques que hubiera sido posible
adoptar, no se trata de escoger entre un Marx "sistemático" (el lector voraz que
busca discernir las leyes del desarrollo capitalista y se sumerge en los manuales de
interpretan las dos orientaciones o las dos vertientes del texto general de Marx en
su voluminoso libro (un ladrillo más que una bisagra), Marx, prénom Karl (2012):
grupos en lucha los unos con los otros produce una serie de
Entre esas dos perspectivas o esas dos lógicas, según los autores no se
mantener juntas dos líneas de pensamiento con historias muy diferentes: la lógica
'objetiva' del capitalismo y la lógica 'práctica' de la guerra civil entre las clases
otras palabras, sólo una proyección imaginaria del futuro puede suturar lo
3
Ibid. Según Oscar del Barco, la parte sistemática y la parte crítico-estratégica no se pueden escindir
sino que son aspectos inseparables de una sola realidad que es la lucha de clases: "Marx, en un mismo
movimiento conceptual distingue dos aspectos: el de crítica y el de sistematicidad, o cientificidad; uno
menta algo (exterior) que sirve de fundamento a la crítica, el otro es la exposición científica; pero esto
no debe entenderse como dos momentos separados sino como formas de un mismo movimiento donde
lo fundamental, lo que funda el movimiento crítico y sistemático, es el punto de vista de clase," en
Esencia y apariencia en El capita,l44; también recogido en Escrituras, 54.
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analítico y otro militante. Ninguno de los dos según el filósofo francés estaría
contra la economía.4
Para Oscar del Barco, en cambio, el otro Marx define una forma coherente
atraviesa todos sus textos en todas sus épocas: "No se trata, por supuesto, de
4
Véase Hallward. "Politics and Philosophy: An Interview with Alain Badiou," en Ethics, 105.
Compárese con la idea central de El otro Marx tal como la resumen los editores: "Si la
economía es medición abstracta, universal y cuantitativa del hacer humano--es decir: el
fetichismo de la mercancía--, la emancipación global no puede ser más que no-económica,
desmintiendo el carácter emancipatorio de los socialismos de Estado en sus múltiples
versiones del siglo XX y XXI" (Iacobsohn y Lovizio, "Introducción," El otro Marx, 12-13).
48
como 'socialista.' Más bien se trata de cuestionarse respecto a cómo pensar y qué
episteme"(Del Barco, El otro Marx, 23). No hace falta establecer ningún "corte"
para volver a juntar las piezas, sino que para entender al otro Marx es
otro. Eso también implica, dicho sea de pasoque, si bien el "marxismo" ha muerto,
Ley, esas ideas siguen siendo una forma y un fermento para todos
¿Qué es entonces ese otro que constituye lo otro de Marx? ¿En qué sentido
alguna, pero unidad, al fin y al cabo? Y ¿qué tiene que ver con lo que podemos
Dos argumentaciones que aparecen una y otra vez en los distintos textos
esas interrogantes. Tienen que ver, respectivamente, con dos cruces o dos
49
otro Marx:
lineales en la lectura de Marx que propone del Barco. Entre los polos de lo
conceptual y lo real, así como entre lo histórico y lo lógico, hay más bien
Sea cual fuere la distancia o la proximidad entre estas dos figuras del
Hegel según Oscar del Barco no puede circunscribirse sin más al marco de un
una crítica a los límites de lo teórico en sí. Como escribe el autor en una larga
atrapar,
Me parece que aquí está todo: Marx marca una suerte de fisura en el
todo teórico de la ciencia, fisura por donde fluye lo real, por donde
aunque del Barco no usa ese lenguaje, podríamos hablar alternativamente de Marx
como filósofo o como anti-filósofo. Mejor dicho, los dos calificativos son aplicables
de manera simultánea. La forma que tiene Marx de hacer filosofía incluye siempre
IV
51
¿Por qué la filosofía con Marx se convierte en una especie de "crítica teórica" que
se desdobla en una "teoría crítica" avant la lettre, casi un siglo antes de que los
filosofía del derecho y del estado de Hegel," del mismo año, o en la "Crítica al
¿Por qué su teoría crítica ha de correr pareja con una crítica de la teoría? Y, ¿cuál es
entonces el problema del "teoricismo" que, a pesar del tratamiento crítico que
recibe en el caso del propio Marx, sigue afligiendo al "marxismo" más radical de
de los sesenta, pero incluso después, en los setenta, cuando el filósofo francés hace
Según Oscar del Barco, todos aquellos filósofos que intentan reducir la
colección Pour Marx de Althusser) pierden de vista el hecho de que la misma forma
nombra este irreductible resto sin el cual ninguna teoría sería posible, ni tampoco
este revés es también la palanca a partir de la cual se puede abrir lo teórico hacia
nueva Ley, mientras que como clase en-sí es una clase dominada por
pensadores heideggerianos les parecerá que nunca hasta ahora, o sea hasta la
españoles Ludolfo Paramio y Jorge M. Reverte. "Me parece que al ubicar la teoría
fundamentalmente política de la misma," decía del Barco en esa ocasión. "La crisis
no se plantea por una conmoción inmanente al orden teórico sino porque los
pueblos europeos y no europeos están tomando conciencia cabal del callejón sin
salida a que fueron llevados sus propias organizaciones, vale decir que adquieren
una conciencia cada vez más profunda de su propio fracaso"(Del Barco, El otro
Marx, 113-114 n. 2).No sólo la crisis excede por mucho el marco estrictamente
teórico sino que, al proponer que no se podrá salir de la misma sin un cambio de
"Lo que se borra en este discurso son las determinaciones no teóricas de la crisis
teórica," añade del Barco. "Mi opinión, no obstante, es que la 'crisis teórica' no es
explicable por sí misma, sino que se trata de una crisis global en la que no puede
del sujeto en predicado, tal como la criticaron los jóvenes hegelianos, desde
esto coincide con la mirada de Rozitchner, quien no dejó nunca de recibir con gran
exilio en Venezuela y forma parte de las charlas que dio en México, Rozitchner--sin
ciencia:
240).
Tal sería, en todo rigor, la tarea de la filosofía como "práctica teórica" en el sentido
althusseriano. Ese tránsito, sin embargo, nunca se puede dar por completo.
"Porque una distancia permanece, aquella que ningún salto teórico permite cubrir:
la que liga la carne del hombre que piensa a las condiciones históricas de su
realidad, esas que marcan con toda precisión los límites de su pensar, y cuyo
intelección que es inseparable del conjunto histórico de las relaciones sociales que
lo condicionan.
para salvar mediante el solo concepto toda la distancia que lo divide de lo real.
sin cierto dolor en la polémica que más tarde opondrá tan visceralmente a Oscar
del Barco y León Rozitchner en el debate que suscitó la carta que dirigió el primero
"No matarás," a la que respondió el segundo en "Primero hay que saber vivir: Del
3-4). En cambio, allí donde durante mucho tiempo los dos estaban unánimemente
desviación con una corrección teórica. Pero esta estrategia pierde de vista la
afuera:
Marx, 183).
teóricamente el error del teoricismo arrojamos nueva luz sobre la manera en que
piensa Marx. Según del Barco, permite incluso rastrear en qué consiste la
crítica:
una variante del mito de la idea hegeliana bajo una nueva forma,
57
Así vemos por qué, para entender la lógica de la razón marxista, habría que volver
Ahora bien, en la crítica que se le puede hacer desde ese otro Marx al círculo
entre lo real y lo ideal. El otro Marx a veces puede dar esta impresión, como cuando
se insiste en cierto "élan" o cierto "impulso desde el exterior" del sistema, élan o
pura como algo dado en sí. Más allá del libro de Oscar del Barco, el poder de
compuesto de golpes de dados que ningún concepto del azar podrá abolir
dada fuera o más acá de toda captura por los aparatos privados o públicos
siempre concepto de lo real. No son dos ámbitos entre los cuales se pueda
donación primitiva de lo otro de la razón abstracta, en algo que sería como un dato
Aquí por ejemplo es donde Oscar del Barco introduce una metáfora tan
concepto: como la borra que queda en una taza de café, incluso la idea filosófica
obviedad de que por ser el hombre real todo lo que hace, piensa y
59
La borra que arrastra o deja atrás toda teoría vuelve imposible el cierre de sentido
en torno al solo concepto. La razón nunca es pura: en vez de una crítica de la razón
pura, habría que hacer una crítica de la pureza de la razón. Pero esta crítica, a su
no sólo para terminar muchas de sus obras sino también para escribir aquellas
puede leer en Esencia y apariencia en El Capital, "el discurso marxista no puede ser,
102)
términos: ¿Por qué el marxismo no puede dar lugar a un sistema, un discurso del
VI
del argumento de Oscar del Barco. Asimismo, es aquí donde podemos ubicar la
primera.
Por un lado, el libro insiste una y otra vez en el hecho de que la causa última
defecto intrínseco a estos últimos, sino que depende de un hecho real. Lo que es
trabajo intelectual y trabajo manual, tan importantes para la teoría crítica de los
años setenta, del Barco participa así en los debates en torno a la llamada
abstracción real que se han puesto de moda nuevamente en estos últimos años
"Abstracción real" quiere decir que antes de ser el producto de una acción
proceso," había dicho Marx en los Grundrisse, "por el hecho de que tiende a reducir
a un mínimo el tiempo de trabajo, mientras que por otra parte postula el tiempo de
para la crítica de la economía política, 229).Lo mismo podría decirse de los recursos
del mundo, pero por la misma razón, también, constantes obstáculos que se
puede culminar en una obra acabada, un sistema o una filosofía, se debe a ese plus
de la tierra y el trabajo vivo como los presupuestos efectivos de los que siempre
depende la acumulación de valor, sin que ésta jamás pueda cerrar el círculo que le
Por otro lado, sin embargo, encontramos también los atisbos de otra
62
teórico en El otro Marx. Y esta vez la razón no es histórica o material sino, por
decirlo de alguna forma, lógica o estructural. Pero claro, cuando ahora digo lógica o
hablando de una razón lógica o formal por la cual ninguna lógica logra formalizarse
del todo a partir de sus propios recursos. Más que en el Marx de los Grundrisse, en
otras palabras, habría que pensar que el referente en este caso es Kurt Gödel.
"Todo intento de constreñir lo real dentro de una lógica termina por hacer estallar
la lógica," declara axiomáticamente del Barco. Y más adelante en otro texto añade
la clausura del proceso de acumulación sino más bien una especie de exceso del
diferencia que divide la razón de sí misma y, como uno de sus múltiples efectos,
pudo cerrar su obra porque el objeto al que la obra pretendía conocer como un en
puede llamar el 'fracaso' de Marx; pues más que de un fracaso cognitivo se trata de
una forma-de-ser del objeto de conocimiento" (Del Barco, El otro Marx, 24).Esto
obra mayúscula:
63
(Una gran excepción sería, dos años más tarde, la figura de Gayatri Chakravorty
aparentemente tan unitario [el dinero], Marx destapó el texto económico. A veces
cocinar es una mejor figura que tejer cuando hablamos de texto, aunque éste
último uso tiene su sanción etimológica. Al levantar la tapa, Marx descubre que la
olla de lo económico siempre está hirviendo," escribe Spivak. "A cada paso de la
Speculations on the Question of Value," en Marx after Derrida, 74, 78, 80).
Pero, si esto es así, si una de las razones por las cuales Marx no pudo
terminar su obra máxima que iba a ser El Capital es porque parte de la crítica de la
64
también se nos abre una interrogación acerca del posible cierre metafísico del
propio marxismo. Dicho de otro modo, si bien el pensamiento de Marx señala una
habría que preguntarse en qué medida su concepción del mundo al fin y al cabo
del año 1964-1965 sobre Heidegger: La pregunta del ser y la historia, en su "Carta
segunda guerra mundial el pensador alemán había sugerido que Marx, a pesar de
VII
65
Oscar del Barco niega rotundamente la utilidad de lecturas que intentaran rastrear
partir de ellos fundar su vinculación con los actuales 'socialismos,' es confundir las
lectura en la que Marx y Heidegger serían por fin capaces de sostener aquel diálogo
para el devenir-fetiche del mundo y del trabajo lo que el segundo hace para el
Así, refiriéndose a los términos usados por Heidegger, del Barco propone
212).
Ahora bien, lo que hace Heidegger con Marx en 1947-48 es muy diferente de
lo que nuestro autor propone hacer 35 años más tarde con ambos Marx y
aires de ser más izquierdistas que el mismo Marx. Del Barco, en cambio, invoca a
Heidegger después del fracaso de los socialismos realmente existentes para sugerir
que la empresa del marxismo verdadero, sin comillas, siempre ha incluido una
mismo Heidegger.
Pero donde mejor se observan los efectos de este acercamiento entre Marx
Estado, es indudable que sí, que esa política ya no tiene vigencia real,
más igualitaria, más justa y más libre, entonces creo que la política
ese vivir, como forma ante todo cultural, ética, filosófica, religiosa y
Marx--al menos con el otro Marx. Del Barco evalúa así la vigencia de su libro
de antemano se fija la legalidad del acto que por hacerse en ese lugar
traicionar con la puesta en escena ficticia de una fusión entre ambas dimensiones.
otro Marx. En efecto, en los diferentes textos de esta magnífica colección podemos
que criticar la política como tal para abrirla hacia lo político e incluso hacia
Gramsci.
La política de veras habrá muerto cuando se haya fijado el punto del exceso,
diferencia originaria podrá rebatir todos los argumentos a favor del comunismo
como forma de vida. Éste es, en mi entender, el impasse en el que actualmente nos
del Barco en 1983. La teoría crítica, como crítica de lo teórico en nombre de lo no-
anticipada de todo intento de politización del presente. Con la lectura del otro
Marx, en cambio, he intentado reabrir algunos de esos caminos que ante nuestros
ojos se están cerrando con una contundencia que es tan vacía como arrogante.
70
Obras citadas
1977.
Arico, José M. "La crisis del marxismo." Controversia: Para el examen de la realidad
Badiou, Alain. Ethics: An Essay on the Understanding of Evil. Trad. Peter Hallward.
Dardot, Pierre y Laval, Christian. Marx, prénom Karl. París: Gallimard, 2012.
(1980): 27-28.
Avanzados, 1994.
Del Barco, Oscar. El Otro Marx. Buenos Aires: Milena Caserola, 2008.
Del Barco, Oscar. El otro Marx. Sinaloa: Universidad Autónoma de Sinaloa, 1983.
71
Del Barco, Oscar. Escrituras: filosofía. Buenos Aires: Bibioteca Nacional, 2011.
de Puebla, 1977.
Del Barco, Oscar. La intemperie sin fin. Puebla: Universidad Autónoma de Puebla,
1985.
1964-1965, ed. Thomas Dutoit con Marguerite Derrida. París: Galilée, 2013.
Nacional, 2012.
Autónoma de Puebla,2016.
3-14.
Rozitchner, León. "Primero hay que saber vivir. Del Vivirás materno al No matarás
Rozitchner, León. Freud y el problema del poder. México: Folios, 1982. Buenos
2011.
Toscano, Alberto. "The Open Secret of Real Abstraction." Rethinking Marxism 20.2
(2008): 273-287.
73
parte de la razón por la cual se realizan muy pocos cambios curriculares es que no
se sabe bien cómo definir el eurocentrismo y por qué causas éste es un problema.
Compararé para ello dos posiciones muy diferentes del eurocentrismo en la obra
de Slavoj Žižek y Alejandro Vallega para iluminar el presente debate, clarificar los
para ello desde el comienzo que el imaginario europeo es una región expandida
que incluye los países angloparlantes, tales como Estados Unidos y Australia. De
cualquier teoría que emerja de Europa o los Estados Unidos, y que este rechazo es
motivado por un nacionalismo bastante anticuado. Contra esta idea, sugiero que la
conseguido los más altos logros en todos los dominios humanos, especialmente los
emergió de los imperios europeos. Esta fue, por supuesto, una coartada para los
que cada hombre era igualmente capaz de contribuir a la verdad requeriría a nivel
social que cada hombre tenga derechos políticos” (Nkrumah 1964, 44).
ser desactivados por el proyecto colonial. Esto pudo ocurrir al menos de tres
científicos está actualmente rescatando información sobre cómo ocurrió esto (ver
hoy en día parece que nos encontramos en un momento histórico diferente. Los
Todo esto complica los simples marcos binarios del anticolonialismo. Para muchos
desviación que exacerba los problemas reales (Žižek 1997, 1998). Él sugiere que
debemos tratar de ver que el problema no es Europa sino las ideas desarrolladas
Sur Global es menos importante, según él, que las divisiones ideológicas que
existen dentro de cada región del mundo en la que los valores emancipatorios
sino una unidad de luchas dentro de cada cultura” (Žižek 2015) Debemos abrazar
76
provenga.
Žižek seguramente tiene razón en que hay divisiones profundas en todas las
regiones, y que Europa misma ha tenido una importante tradición radical. Sin
por su legado a ignorar los efectos de la colonialidad en la esfera de las ideas. Žižek
privilegia por encima de las otras, como cuando señala que su versión lacaniana
reaccionarios como los de Boko Haram, dadas las causas sicoanalíticas que
sujeto reprimido crea/imagina un Freud básico con algo del análisis que hace
De este modo, mientras que Žižek a menudo insiste en que el racismo y los
europeas para analizar las respuestas coloniales que están ocurriendo hoy en día.
Su análisis causal considera que la guerra de Occidente contra los países islámicos
o Estados Unidos han hecho; son sólo proyecciones fantasmáticas que han sido
concebidas para pintar a Europa y a los Estados Unidos como Sodoma. Y Žižek
islámicos como nacidos del resentimiento tiene una perturbadora similitud con las
los celos que provoca la libertad de las sociedades occidentales. Y sin embargo su
argumentación radical.
sobre la base de que los europeos sabían cómo desarrollar mejor tecnología y
invariablemente, sin hacer mucho esfuerzo por explorar los desarrollos teóricos
culturales más específicos, al igual que aproximaciones más atentas al papel que
A pesar del hecho de que el capitalismo es global, las regiones del mundo son
desarrollaron básicamente en cinco países, todos del Norte Global. Estas teorías
usan persistentemente el antisemitismo como modelo para todos los odios de base
79
pequeña pasa a ser vista como una amenaza existencial, llegando a argüir que esto
tiene que ver con la construcción psíquica de un objeto fóbico donde la amenaza es
xenofobia. Los conflictos con los musulmanes en Europa y los latinos en Estados
dentro de los estados nacionales. Elaborar los términos de coexistencia entre tales
rica que la que nos entregan los conflictos internos de Europa. También requerirá
tratar de comprender nuevamente las dinámicas del capitalismo dentro del marco
feudales tales como los latifundios, los gamonales, y el peonaje para desarrollar sus
alguna. No debería sorprender que el análisis teórico relevante para estas formas
(Okihiro 2016).
Me enfocaré ahora en una discusión muy diferente acerca de los efectos del
Vallega ofrece un análisis crítico de los debates sobre la liberación que emergieron
articular las vidas y formas de pensamiento que han sido suprimidas, silenciadas, o
de teóricos que han estado debatiendo sobre las formas posibles de liberar a la
Las cuestiones que unen los muy variados textos que Vallega considera, desde
vinculado a la liberación del colonialismo, cualquiera que sea el modo en que esa
para todos los pueblos o todas las épocas, sino respecto a los desafíos particulares,
hemisferio.
Vallega explica que “la visión definitiva” que motivó su estudio fue que la
pensamiento que surge de ella” (Vallega 2014, 3). Las tradiciones intelectuales
olvida de modo persistente los efectos que los contextos coloniales tuvieron en su
como “revelación del mundo” permite una atención mayor a la experiencia cultural
recientemente.
una importante corrección. Donde los críticos europeos han puesto a menudo el
problema de las ciencias naturales antes que el de las ciencias sociales, sugiriendo
estudio de los seres humanos con resultados negativos, casi como un error
metodológico, los teóricos decoloniales como Quijano (2008) invierten este orden:
Este es un modelo que continúa: desde la falta de atención por parte de Foucault a
83
diferencia esencializada.
modelo. Vallega explica que, para Zea, “el pensamiento occidental se ha insertado
de tal modo en las Américas que no puede haber pensamiento latinoamericano que
en el primer filósofo que Vallega discute, Simón Bolívar, cuyas obras ponen las
asiáticos, colonos, esclavos y nativos, muchos de los cuales tuvieron hijos de linajes
aún más las reacciones contra el eurocentrismo. Estos rasgos de Latinoamérica son
pensar a través del complejo legado del colonialismo y lograr lo que Santiago
Castro-Gómez llama “pensamiento híbrido”--es una tarea que debería unir a las
Américas.
implicaciones de la misma.
85
A partir de aquí uno puede comenzar a ver por qué una representación racionalista
entre otros, quien define lo exterior como “la sensibilidad o experiencia vivida pre-
86
(Vallega 2014, 7). A partir de esta posición, Vallega señala que el proyecto
desesperadamente necesita una mayor atención estética, que pueda ir más allá de
música, la poesía, las artes populares, los rituales, las tradiciones orales, etc.”
(Vallega 2014, 72). Es en esta sensibilidad estética que puede surgir la conciencia
(Vallega 2014, 72). Vallega sugiere que solo atendiendo a estas cuestiones la
identidad, tales como los de nación, cultura o ethnos. De ahí la naturaleza radical
de esta exterioridad.
poder mostrar como lo que se reclama como exterior, efectivamente lo es, pero la
hegemonía de estos conceptos es, precisamente, la que necesita ser, según él,
Dussel, como en Castro-Gómez y otros, están desarrollando, para pensar fuera del
exterior tiene éxito como evasión del marco occidental, al menos en un sentido
Para concluir esta discusión, lo que debería quedar claro en este punto es que la
una tradición textual que tiene sus orígenes en los países que fueron imperiales. Ni
siquiera está basada en el hecho de que una parte sustancial del legado intelectual
capaces de encontrar hoy en día un terreno común hacia una agenda globalmente
parte, con una diferente forma de relacionamiento con el imperio, pero también
Europa comprende tanto los triunfos como las tragedias como si fueran internos,
prácticas de dominación, para luego exportarlos al resto del mundo. Más bien,
relacional con el Nuevo Mundo. De allí en adelante, las estructuras sociales y las
requiere intencionalidad y, hoy más que nunca, alguna forma de justificación, como
Obras citadas
Harding, Sandra. The Postcolonial Science and Technology Studies Reader. Durham,
N.C.: Duke University Press, 2011.
Okihiro, Gary. Third World Studies: Theorizing Liberation. Durham, N.C.: Duke
University Press, 2016.
Vallega, Alejandro A.Heidegger and the Issue of Space: Thinking on Exilic Grounds.
State College, PA.: Pennsylvania State University Press, 2003.
--------------. Sense and Finitude: Encounters at the Limits of Language, Art, and the
Political.Albany, N.Y.: State University of New York Press, 2009.
Zea, Leopoldo. The Role of the Americas in History. Edited by Amy A. Oliver.
Translated by Sonja Karsen. Savage, Maryland: Rowman and Littlefield. 1992.
92
Žižek, Slavoj. . “A Leftist Plea for Eurocentrism” Critical Inquiry 24(4) (Verano
1998): 988-1009.
Žižek, Slavoj. “The Need to Traverse the Fantasy” In These Times Dec. 28, 2015.
Mabel Moraña
enfrentar, como uno de sus problemas más constantes, los vinculados a su propio
sobre su especificidad, sus vertientes y su naturaleza, han sido algunos de los ejes
espectro de posicionamientos.
considerándose que estas constituían las modalidades híbridas que le era dado
A esto se sumó con frecuencia la idea de que la misma condición post/neo colonial
europeos y anglosajones, los cuales habrían sido apropiados con grados variables
por ejemplo, que mientras esta última es—como se asume tambien respecto al
1
Sobre los debates en torno a la existencia de la filosofía latinoamericana ver Castro Gómez, Crítica de
la razón latinoamericana. Como ejemplo de la relación que se establece entre ensayo y filosofía ver por
ej. la antologia editada por Gracia y Millan-Zaibert.
95
occidentalismo.
Por esta vía se niega, entonces, el que podría llamarse “pensamiento nativo”
del desconcierto, el miedo y la duda ante aquello que se desconoce o se siente fuera
de control.
de la sociedad criolla) estaría, así, determinado aún por los vestigios del
distintas culturas.
2
Con sentidos vinculados, aunque no necesariamente sinonimos, otros autores hablan de “tradiciones
filosóficas indígenas” (Mendieta), “filosofías étnicas” (Gracia) o “filosofía en clave caribeña” (Lao
Montes) para referirse al pensamiento proveniente de culturas no dominantes en América Latina. Sobre
el pensamiento “nativo” ver, por ejemplo, Nuccetelli.
96
representación, trauma, poder, violencia, ha sido y sigue siendo una de las tareas
bien los procesos de neocolonización idelógica sobre todo desde el fin de la Guerra
rearticulaciones del campo intelectual norte/sur (tema que por sí solo daría lugar
a largos debates). De todos modos, esta dicotomía es sólo una entre muchas, quizá
la que se ha esgrimido con más empeño en los intentos por legitimar elaboraciones
Tradición / originalidad
Autenticidad / imitación
Creación / copia
Particularismo / universalidad
Contingencia / abstracción
97
Identidad/otredad
Civlización/barbarie
Colonialismo / independencia
Pragmatismo/ idealismo
Norte/ Sur
Centro/ periferia
Amo/esclavo
Totalidad/fragmentación odestotalización
Hegemonía / subalternidad
Esencia/ existencia
Racionalidad/ emocionalidad
Estas antinomias, que nombran planos de existencia y poder por todos conocidos,
rasgos que aunque se identifican con uno de esos polos, se actualizan también en
su contrario.
Otro de los aspectos que parece importante traer a colación, y que podría
tradición filosófica que fuera, sin lugar a dudas, uno de los instrumentos de
otros, los principios del buen vivirelaborados sobre todo en la región andina, etc.4
3
Sobre crítica de la modernidad ver Dussel, Krauel y Tuma, asícomo Quijano.
4
El concepto de colonialidad acuñado por Aníbal Quijano para señalar la perpetuación de las
estructuras de dominación colonial en la modernidad, derivó hacia múltiples campos y aplicaciones. De
la original noción de “colonialidad del poder y colonialidad del saber”se pasó luego a las ideasde
colonialidad del placer, del tiempo y del espacio. Las dos últimas apuntan a señalar la simultaneidad de
temporalidades y de formas de dominación que coexisten y marcan el desarrollo de la vida y las
dinámicas comunitarias en una direccionalidad no lineal ni unidireccional, sino expresándose a través de
convergencias y divergencias entre distintos sistemas epistémicos, proyectos y formas de resistencia al
poder dominante.
100
Más bien, esta constituiría la instancia primera de una reflexión más amplia y más
profunda del lugar del sujeto postcolonial en relación con las imposiciones del
5
Al respecto ver el fundamental libro compilado por Castro Gómez y Grosfoguel sobre “el giro
decolonial”.
101
Creo que uno de los grandes desafíos para América Latina es el de contribuir a la
conciencia burguesa que sobre el problema mismo que se enfoca. Esto, sin intentar
imperialismo moderno.
autóctonas.
6
Castro Gómez considera que la obra de Leopoldo Zea, Enrique Dussel y Rodolfo Kusch articula, sobre la
base de la filosofía europea, las que pueden ser consideradas “contra-narrativas de la modernidad”.
Aunque las mismas son elaboradas desde la periferia latinoamericana, se expresan aun, como indica el
filósofo colombiano, “en el lenguaje de Próspero”, con el cual se consagraron los grandes discursos del
colonialismo. La alternativa sería, desde la perspectiva de Castro Gómez –que Alejandro Vallega
calificara de “pensamiento híbrido” --el abandono de una definición normativa de “lo humano” y el
énfasis en aquellos rasgos que caracterizan el ser postcolonial: la fragmentación identitaria, la
discontinuidad histórica, la heterogeneidad cultural, etc. De acuerdo con Foucault, debería mas bien
enfocarse aquellos dispositivos o “tecnologías de dominación” que están en la base de la construcción
de la modernidad y de sus relaciones con el pensamiento colonizador.
7
El concepto de “exterioridad” está vinculado estrechamente, en la obra de Dussel, al de analéctica,
como método filosófico para llegar al Otro en su diferencia, es decir, como un procedimiento ético
guiado por la voluntad de encontrar la voz que los discursos del logos no pueden localizar y que la razón
dominante invisibiliza. En este sentido, “la analéctica dusseliana se plantea como la orientación del
pensar que moviliza tanto al objeto de la filosofía como a la modalidad del sujeto que piensa” (González
San Martín, s/p). El método analéctico articula un procedimiento analógico y elementos del método
dialéctico. Como ha indicado Sánchez Rubio el método analéctico, base para una “metafísica de la
alteridad”, permitiría vencer el solipsismo de la modernidad e incorporar al otro en sus propios
términos, sin subsumirlo en los paradigmas uniformizantes del occidentalismo. Ver al respecto Martin
Alcoff y Mendieta. Consultar asimismo Vallega.
104
modernidad avanzada?
8
Indica por ejemplo Jeff Browitt: “Los proponentes del discurso decolonial latinoamericano entran en
contradicción performativa cuando utilizan las herramientas de la teoría crítica europea para
deconstruir el discurso de la modernidad eurocéntrica: tratan de poner en cuarentena sus propias
construcciones discursivas e ideológicas y protegerlas de la misma revisión. Ciegos a las aporías de la
teoría, piensan que pueden tomar una posición epistemológica moralmente superior y trascendente a
través de su contacto con los mundos indígenas y afrodescendientes. Este proceso de apropiación
ideológica simplemente invierte los opuestos simplistas que los teóricos decoloniales dicen que quieren
evitar” (26).
105
que lleguen a captar nuevas formas del SER y del estar-ahi, en un mundo global?
existencial y epistémica que Achille Mbembe describe como el “hacer morir y dejar
“economia de la muerte”, ¿cómo definir una “subjetividad para la vida” desde las
mal?
Estos problemas, que son globales pero que se agudizan y toman formas
cual va siendo redefinida por los cambios de subjetividad, por las nuevas formas de
también global sobre estos temas, aunque deba imponer sus agendas y sus propias
Obras citadas
Alcoff, Linda Martin y Eduardo Mendieta, eds. Thinking from the Underside of
Littlefield, 2000.
Bloom, Harold. La angustia de las influencias. Caracas: Monte Ávila Editores, 1973.
hombre, 2011.
para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del
Chamayou, Grégoire. Theory of the Drone. New York: The New Press, 2015.
2012.
http://www.afyl.org/transmodernidadeinterculturalidad.pdf
108
Dussel, Enrique D., Javier Krauel y Virginia C. Tuma. “Europe, Modernity, and
González San Martin, Patricia. “La filosofía de la liberación de Enrique Dussel. Una
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-
94902014000200004
Gracia, Jorge J. E. y Elizabeth Millán-Zaibert, eds. Latin American Philosophy for the
21st Century.The Human Condition, Values, and the Search for Identity. New York:
Hadfield, Anna. “Review: A Theory of the Drone”. Center for the Study of the Drone
http://dronecenter.bard.edu/theory-of-the-drone/
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lander/quijano.rtf
Sígueme, 1976.
Yamandú Acosta
Introducción
en el proceso de su constitución.
¿Qué es la transmodernidad?
Dussel a partir de su inicial referencia a este concepto en 1992 (Dussel, 1992: 245-250)
1
La idea del sujeto como ausencia presente, que en cuanto ausencia “está enfrentado al sistema” y “lo
trasciende” que a nuestro modo de entender aplica especialmente en nuestra postulación del sujeto
transmoderno, que “no es ninguna sustancia y tampoco un sujeto trascendental a priori”, sino un
resultado “a posteriori” de un proceso, para el caso, el de la modernidad que se despliega a partir de
1492, la tomamos de Hinkelammert (Hinkelammert, 2003: 496).
111
propuestas sobre la misma y a partir de ella; entendemos que con Dussel, eventualmente
más allá de Dussel dentro del espacio teórico crítico abierto por él, pero no contra él.
Enrique Dussel publica 1492 El encubrimiento del otro. El origen del mito de la
modernidad que inicia con el inicio de ese “encubrimiento” de 1492 y que a partir de
allí y por los 500 años siguientes se constituye y fundamenta en el mito implicado en la
se mantiene dentro de la episteme moderna como han debatido, entre otros, Santiago
que no pasaría de ser una narrativa contra-moderna, pero dentro de los límites de la
Con el mayor aprecio por todos los particpantes en este debate, así como por
como posible, así como también deseable. Sostendré además, por las mismas razones,
que las categorías “pueblo, el pobre, el oprimido, el excluido” (Moraña, 2014: 304),
2
La referencia a la “letra” y el “espíritu” es frecuente y de recibo en la jerga jurídica en relación a la ley.
La “letra” es lo que está puesto en negro sobre blanco, mientras que el “espíritu” es el sentido profundo y
no aparente en relación al cual la letra debería ser interpretada. Como enunciaba Martí en Nuestra
América de 1891 en relación a la independencia, sostenemos que también en relación a las categorías, lo
fundamental más que el cambio de la letra es el cambio de espíritu en las mismas: “El problema de la
independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu” (Martí, 1992: 484). Con términos
que por su forma o “letra” aparecen como categorías modernas, por su “espíritu” en el espacio teórico
abierto por Dussel, emergen como categorías transmodernas portadoras de significados alternativos a los
de la modernidad a través de significantes aparentemente modernos. Es un “espíritu” que remite a las
alteridades encubiertas por la modernidad –transmodernas- y no a las mismidades encubridoras de la
modernidad.
3
La “transculturación narrativa” (Rama, 1987) implica un uso de términos y conceptos más allá de su
“letra” así como también del “espíritu” establecido, desde un “espíritu” alternativo, que implica otro
sentido que fundamenta otro proyecto. Esta apropiación de la “letra” y resignificación del “espíritu”,
desde nuestro punto de vista es plenamente legítima, cuando lo que importa es efectivamente hacer
visible una espiritualidad alternativa en lugar de mantenerse sometido a la espiritualidad establecida.
113
razón como proceso crítico, que abre a la Humanidad a un nuevo desarrollo histórico
del ser humano” (Dussel, 1992: 245); 2) “un contenido secundario y negativo mítico”,
por el que “es justificación de una praxis irracional de violencia” (Dussel, 1992: 245-
246).
la figura de la “guerra justa colonial” a ser llevada a cabo por la sociedad moderna
cuanto que esa violencia implica también la violencia simbólica que las lleva a
internalizar el sentimiento de “culpa” por los sacrificios de los que sería responsable la
¿Qué otra cosa han hecho y siguen haciendo los pueblos originarios al celebrar sus dioses y su
espiritualidad en el templo católico?
114
humano – “pueblos atrasados (inmaduros), de las otras razas esclavizables, del otro sexo
modernidad in extremis4.
del Otro” (Dussel, 1992: 246). Al focalizarse sobre el contenido negativo, secundario y
4
Reflexionando sobre la posmodernidad, Hinkelammert señala que no está establecida la pretendida
cultura de la posmodernidad como alternativa a la modernidad, sino que tal posmodernidad no parece ser
más que “civilización occidental in extremis”, y por lo tanto –pensamos- modernidad in extremis, por
cuanto la modernidad es entonces la figura dominante vigente de la occidentalidad. Hinkelammert -como
Dussel-, entienden que la superación de esa crisis civilizatoria solamente puede lograrse saliendo del
“marco de la cultura de la modernidad”, perspectiva que a juicio de Hinkelammert la posmodernidad no
cumple desde que “ninguna época nueva se llama post-época anterior” (Hinkelammert, 1991:83). La
superación de la crisis civilizatoria en la propuesta analítico-crítico-normativa de Dussel, radica en la
transmodernidad, como alternativa a la modernidad y por lo tanto a la occidentalidad, por lo que -
proponemos- transmodernidad es también transoccidentalidad.
115
modernidad-otra, sino en razón de afirmar la “razón del Otro” y afirmarse desde ella,
mismidades que tengan su referencia en todas las alteridades, que hacen a una
transmodernidad.
El sujeto transmoderno
116
“´proyecto”, sentido en el que Dussel pone el acento- sin un sujeto que la constituya,
contexto de la modernidad, que tanto por su sentido positivo y primario –racional- como
Dussel, implica –inicialmente- “la negación del mito de la Modernidad” (Dussel, 1992:
246).
argumenta Dussel- “la negación del mito de la Modernidad” como condición necesaria,
como solo efecto de la violencia irracional de la modernidad mítica. Pero esta negación
como “inocente”: es la “víctima inocente” del sacrificio ritual, que al descubrirse como
117
su liberación.
(Dussel, 1992: 247). Esa “otra cara” de la modernidad hasta entonces invisibilizada, es
como víctimas de un acto irracional (como contradicción del ideal racional de la misma
aunque aquella en cuanto trascendentalidad inmanente a esta última, es posible sin ella;
condición de posibilidad del mismo, del cual a su vez no depende sino de un modo
tanto entre emancipación y liberación, replica la que tiene lugar entre modernidad y
transmodernidad.
todas las particularidades cuya afirmación sea compatible con la de las otras
pluriverso.
“razón liberadora” “es posible aún para la razón de la Ilustración” cuando “éticamente
se descubre la dignidad del Otro (de la otra cultura, del otro género y sexo, etcétera)”,
referencia a la dignidad del Otro en su alteridad, lo cual implica trascender los límites
razón comunicativa se mantiene, proponiendo que debe ser desarrollado-, cuando, como
120
trascendido.
inocente es descubierta por la víctima como culpable y ésta, que hasta entonces había
sentido, aunque Dussel señale que esta posibilidad de trascendencia pueda tener lugar
Identidad en la Exterioridad como personas que han sido negadas, como su propia
contradicción, por la Modernidad” (Dussel, 1992: 247), debe precisarse que: 1) esa
“trascendentalidad inmanente”5.
Entiende Dussel que en este proceso “la razón moderna es trascendida (pero no
como negación de la razón en cuanto que tal, sino de la razón violenta eurocéntrica,
más allá del contenido mítico de la Modernidad, pero también del contenido conceptual
5
Reflexionando sobre la categoría de “Exterioridad” que Dussel hace suya a partir de Lévinas, hemos
propuesto entender que la exterioridad a la que se refiere Dussel, para referirse al sujeto como aquello de
lo humano que trasciende todo determinado sistema histórico, lo es en el sentido de una
trascendentalidad inmanente al sistema de que eventualmente pueda tratarse. (Acosta, 2005).
121
“liberación racional” que como razón transmoderna del sujeto transmoderno trasciende
liberación” (Dussel, 1992: 247). Desde nuestra lectura, diremos con Dussel, tal vez más
puede pasar de ser el de una mismidad que se impone a toda alteridad como ha sido el
creadora”, proyecto que Dussel describe en sus aspectos esenciales con palabras que –
sujeto transmoderno, así como sustituiremos “Modernidad” por sujeto moderno: “El
Tercer Mundo, etcétera; no por pura negación, sino por subsunción desde la Alteridad
moderno como negación del sujeto moderno, como crítica de toda razón, para caer en
Del mismo modo nos referiremos al deber ser del sujeto transmoderno al que
colocaremos allí donde Dussel escribe “proyecto trans-moderno” y sujeto moderno, allí
donde escribe “Modernidad”: “Debe ser un sujeto transmoderno por subsunción real
del carácter emancipador racional del sujeto moderno y de su Alteridad negada (“el
Otro” que el sujeto moderno), por negación de su carácter mítico (que justifica la
inocencia del sujeto moderno sobre sus víctimas y por ello se torna contradictoriamente
irracional” (Dussel, 1992: 248). Aclaremos que si el “deber ser” del proyecto
transmoderno al que Dussel se refiere, nos remite con mayor fuerza al futuro, en
cambio, el “deber ser” del sujeto transmoderno nos remite irremisiblemente a todos los
“presentes” por los que desde hace más de 500 años ha venido atravesando el proceso
en 1492, inspirados en la cual partimos del señalamiento de que allí se dan las
condiciones para el nacimiento del sujeto transmoderno y obviamente también, las del
6
Juan José Bautista nos ofrece un comentario relativo a transmodernidad en Dussel como proyecto y a su
preferencia por el concepto de “distinción” frente al de “diferencia” que es totalmente pertinente para
nuestra consideración del sujeto transmoderno en su relación con el sujeto moderno –entendemos que el
primero habita en el segundo como su trascendentalidad inmanente, ora reprimida, ora emergente pero
desde hace 500 años permanentemente presente como ausencia -fundamentalmente aunque no
exclusivamente en los pueblos originarios-, relación cuyo discernimiento encuentra posibilidades más
definitorias en la noción de “distinción” que en la de “diferencia” : “La necesidad insistida tantas veces en
la obra de Dussel de separar el concepto de “diferencia” del concepto de “distinción”, tiene que ver
precisamente con esto, porque la categoría de diferencia , como bien muestra Lévinas, remite a la
identidad del Ser o la Totalidad, es decir es una diferencia que se produce al interior de la totalidad del
sistema-mundo moderno, o sea pertinente a su forma de dominación. En cambio, el concepto de
distinción no, él tiende o remite hacia algo totalmente distinto, o sea, otro.” (Bautista, 2015: 59-60).
123
la larga duración de más de 500 años ha sido fundamentalmente una ausencia presente,
que Dussel viene a hacer presente –como ausencia- en una coyuntura de emergencia
“El sujeto moderno nace realmente en 1492: esa es nuestra tesis. Su real
primero cumplió una función ambigua (por una parte, como emancipación; y, por otra,
que como trascendentalidad al interior del sujeto moderno al que ha acompañado como
su cara por él negada, como ausencia presente desde el nacimiento compartido en 1492,
críticamente.
de objeto. Se fundamenta así una relación no horizontal entre el sujeto como polo activo
la cual, la afirmación del sujeto implica de suyo la negación del objeto, o sea, de la
alteridad.
125
autocentrado, contribuye a su autodestrucción, pues, ser sujeto- nos recuerda Juan José
dinero y el capital, sujeción deshumanizante que termina desplazándolo del lugar del
Frente a ello, se pregunta Bautista, “¿a qué debiera estar sujeto el ser humano
Hinkelammert-: “podemos decir con contundencia que el ser humano es sujeto, porque
transmoderno que expresa la vigencia y recuperación del ser humano como sujeto, no
sujeto o el sujeto sin más, cuya afirmación, validez y vigencia pasa por esa sujeción a la
de los pueblos originarios que atraviesa más de 500 años de historia de la modernidad,
crítica, escribe José Gandarilla: “El sujeto no desapareció o fue abatido; siempre fue
otro, “el otro” para una cultura política y una teoría crítica incapaz y no habituada para
democracia. Pero eso implica reconocer que el mundo es el mundo de la vida humana,
en la cual todos tienen que poder vivir. Este reconocimiento constituye la superación de
capitalismo.
todos tienen que poder vivir, un “todos” que incluye a la naturaleza también en la
otros seres humanos y de la naturaleza en los términos de una relación que frente a la
ser una modernidad no capitalista, Dussel en su tesis 16ª de economía política “Más allá
(Dussel, 2014: 297-333) sostiene que “la modernidad y el capitalismo son dos aspectos
300). Surge con claridad que, si la modernidad es el todo y el fundamento respecto del
sistema capitalista como aspecto particular de ese todo en el campo económico, superar
Occidente.
la que “habrá una ruptura” en diversos niveles de la vida social – “en la política, en la
Interesa destacar que sin dejar por ello de ser un proyecto de futuro, la
señalados distintos niveles; por tratarse de una “ruptura” a su vez una y múltiple en un
“ruptura pactada” sobre la que ha teorizado Norbert Lechner (Lechner, 2006: 295-307),
señaladas por Dussel, una es la que tiene lugar “en la construcción de la subjetividad”,
129
humanos entre sí y con la naturaleza, hace a una objetividad que implica una ruptura “en
historia” y de las nuevas relaciones que implican una “ruptura” proponemos que
también aquellas otras que acompañan –por ella negadas- a la modernidad en todos los
modernidad.
esas humanidades negadas por la modernidad eurocéntrica es el primer paso para “ir
construyendo durante los siglos venideros una nueva humanidad pluriversa” (Dussel,
2014: 303).
130
negadas expresa con palabras muy próximas el ejercicio del “a priori antropológico”
con que Arturo Andrés Roig ha identificado la constitución del ser humano como sujeto
razón de la negación que motiva la afirmación, nos remiten a 1492 y que en su auto-
que se desprende “el reconocimiento del otro como sujeto, es decir el reconocimiento de
vivir todas las humanidades cuya forma de vida sea compatible con la de todas y cada
esta lo positivo según el criterio y los intereses de los actores colectivos nuevos
renacidos en la historia” (Dussel, 2014: 303). En nuestra lectura serían los tres grandes
transmodernidad: “el proyecto no es una humanidad futura sino, y quizá por un largo
sujeto en el que caben muchos sujetos, todos aquellos cuyo sentido de vida buena sea
compatible con el sentido de vida buena de todos los otros; un sujeto cuyo ser uno
como fantasma –nada para la economía política-, de donde nace la nueva subjetividad
parte creadora, participante en una alternativa que evite el suicidio colectivo” (Dussel,
transcapitalista que interpela críticamente a la civilización del capital y que hace parte
todos deben poder vivir” por lo que se trata de “un mundo en el que quepan muchos
Ella no diseña cómo debe ser el modo de producción ni cuáles las relaciones sociales en
la que el mismo se sustente, sino apenas que tanto aquél como estas deben ser
132
compatibles con el criterio o principio normativo que enuncia “que todos deben poder
incompatibilidad del capitalismo con esos criterios o principios normativos8, por lo que
es necesario trascenderlo para que la vida humana y de la naturaleza siga siendo posible
y para ello hay que construir “una sociedad, un mundo, un cosmos trans-capitalista, más
allá de este sistema y quitándonos sus reglas de encima” (Cerutti-Guldberg, 2015: 180).
constitución del sujeto transcapitalista, constitución que tiene sus fundamentos en la del
Dussel su 16ª tesis sobre economía política señalando que, considerando “el suicidio
se ha embarcado la humanidad, ésta cuenta con solamente una última posibilidad: “En
decisiones que involucran a la humanidad como sujeto –pues las decisiones son siempre
señalados.
8
Escribe Marx respecto del modo de producción capitalista: “la producción capitalista sólo sabe
desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las
fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el hombre” (Marx, 1972: 424).
133
absoluta y el bien común originario y final, que exige otro posible sistema económico
que este sistema no responde al criterio o principio ético-normativo según el cual todos
deben poder vivir, por lo que debe ser estratégicamente superado en “otro posible
sistema económico alternativo” que será posible en el sentido de que pueda ser técnica y
9
El sentido en que consideramos aquí sumariamente la política como arte de lo posible, surge de nuestra
lectura de El realismo en política como arte de lo posible (Hinkelammert, 1990: 20-29).
134
Obras citadas
Bautista S., Juan José (2015) ¿Qué significa pensar desde América Latina?, Premio
Libertador al Pensamiento Crítico 2014, (Caracas, Ministerio del Poder Popular para la
Cultura).
Bautista S., Juan José (2017) Hacia la reconstitución de “El ser humano como sujeto”,
internet).
Dussel, Enrique (1992) 1492 El encubrimiento del otro. El origen del mito de la
Chile, Palinodia).
Hinkelammert, Franz (1990) Crítica a la razón utópica (San José, Costa Rica, DEI).
Rica, DEI).
Lechner, Norbert (2006) “La conflictiva y nunca acabada construcción del orden
Martí, José (1992) “Nuestra América”, Obras escogidas en tres tomos, Tomo II, (La
FCE).
XXI).
Roig, Arturo Andrés (1981) Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano (México,
FCE).
136
Alejandro A. Vallega
exterioridad total. Sin embargo, la expresión nos sitúa en una ambigüedad fundamental
el prefijo “ex” ya indica esto en el griego antiguo. De ahí sacamos expresiones como
exonerar y exilio. Pero “radical” en vez, nos refiere al origen, a la raíz. O sea que la
política, social, cultural y existencial entre el centro blanco de poder y saber y su “otro,”
conquistado, y así queda como sello de esta modalidad interpretativa de ser la violencia
1
Quijano “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”.
137
margen de las formas de diferenciación, y determinación de todo sentido de ser que son
centro (este último centro de poder no natural, pero en cuanto a todo espacio/tiempo y
indicado Aníbal Quijano en ese mismo texto, esta violencia y la misma creación del
modernidad y son inseparables del desarrollo de esta y del capitalismo.2 Y como tal, la
Dada esta situación parecería que las opciones para un pensamiento liberatorio
decolonial son pocas: o existe todo pensamiento dentro de la colonialidad, dado que la
puede tomar una posición fuera de este sistema, una posición exterior al sistema. Si la
primera opción no deja espacio para otro pensamiento y sentidos de ser que los del
sistema de poder, la segunda puede caer en dos trampas que hacen todo discurso
liberatorio inconsecuente. Al hablar desde una exterioridad total no existe relación que
cambio. En otras palabras, la exterioridad radical puede ser siempre reconocida por los
tradiciones étnicas en sistemas político sociales que no efectúan ningún cambio con
dicen representar a estas maneras distintas de vida y sentido de ser. Simplemente dicho,
una exterioridad total puede ser ignorada por los centros de poder. También se pueden
138
prevalente de los sistemas de poder. En este caso se hace una apertura al excluido para
conceptos, lógicas, y modalidades de ser que debe aprender mientras debe abandonar
interminable, ya que los incluidos quedan entre lo que no pueden ser más lo que fue y lo
que nunca podrán ser.3 Con los mismos resultados queda aún la alternativa académica
que se oriente concretamente a partir de un estar que es a su vez estar adentro y afuera,
y que por ende no se puede pensar desde este tipo de dualidad, nos puede ofrecer una
modernidad. Si se llega a pensar así, se hace posible ver claramente que la modernidad
3
Cabe indicar que me refiero a la colonialidad de la temporalidad, concepto que
presento en detalle en Latin American Philosophy: From Identity to Radical exteriority
(Bloomington, Indiana: Indiana University Press, 2014), capítulos cinco y siete. Se trata
de la línea única de temporalidad que se entiende como historia de desarrollo de la
humanidad y que deja atrás como pasadas o atrasadas a todas las modalidades de ser,
manera de estar, y conocimientos, cosmologías y sensibilidades que no sirven al
proyecto hegemónico capitalista mundial. Sí se crea una temporalidad diversa entre el
desarrollo y los otros pensamientos-mundos, que en esta perspectiva de colonialidad
quedan siempre retrasados o son simplemente vistos como inútiles y por ende sin
sentido (inexistentes).
139
sentidos de ser. Para decir esto de otra manera, en concordancia con el pensamiento de
Eduardo Viveiros de Castro: ¿Qué pasaría si los discursos nativos comenzaran a opera
pensarnos a partir de la exterioridad radical. Debo añadir que para todo pensador que se
destructiva, los cánones vigentes que justifican (aunque sin pensarlo y sin intención) la
violencia de la modernidad a todo nivel, sino que por que solamente desde la exclusión
comprensión que se encuentra a través de esta última se puede pensar de esta manera.
Filosofía de Liberación (libro escrito por Enrique Dussel entre 1975-1977 y publicado
ese último año). Ya en ese libro (originario de la filosofía de liberación como concebida
por Dussel) está claro que la separación exclusiva entre totalidad (Ser en la historia del
Occidente: todo lo que es dicho ser es, el resto no tiene sentido o no es) e infinidad (el
otro) en Lévinas no es suficiente para establecer dialogo, y por ende, sentido (“El
que lo que está “más allá” del horizonte del ser del sistema lo es de manera total,
exterioridad no está nunca más allá del sistema, pero a su vez, se trata de no reducirla/se
sistema/s de exclusión? ¿Cómo decir-se sin ser redefinido de acuerdo a las categorías y
4
Como ya lo indica su título, en Latin American Philosophy: From Identity to Radical
Exteriorityhago una re-interpretación del pensamiento liberatorio y decolonial en la
filosofía latino americana a partir de esta visión de “exterioridad radical”: Se trata de
un pensamiento inspirado por tantas cosas más allá de la academia y la filosofía
141
puede repensar a partir de la situación de los pueblos excluidos, o sea, a partir de y con
toda forma de abuso y violencia hasta el punto de la exterminación a veces hasta total
(como en el caso de los Selk’nam en el sur de Chile.)5 O sea, que es desde la exclusión,
con la pulsión de vida del excluido, desde la periferia viviente y concreta (en el sentido
de estar creciendo con), que la filosofía toma su vuelo, y dada su situación, lo hace
como voz liberatoria con respecto a todo sistema hegemónico de poder. En este sentido
decolonial: La pregunta es cómo pensar a partir de una situación entre el sentido de ser
dado por los conquistadores sobre los conquistados y las maneras de estar siendo de los
de resistencia que pueda aun afirmar aquello que se resiste. A este punto no se trata de
ser o no ser parte del sistema de poder. El pensamiento binomial, lógico no sirve para
de estar siendo en América Latina llevan a una ambigüedad irreconciliable. Tal es por
la problemática de estar adentro o afuera de un sistema en vez del otro termina por no
civilización y barbarie.
ontológico, no hay seres que por naturaleza permanezca al centro de poder o que sean
relaciones cosmológicas mismas que hacen posible situar modalidades distintas de estar
bilateral se define en la separación entre raza (blanco y “el otro” bárbaro, indígena,
6
Esto lo hace ver Santiago Castro-Gómez claramente en La Hybris del Punto Cero, libro
en el que hace una genealogía de la construcción de la ciudad colonial y de sus
implicancias para el desarrollo de la colonialidad de poder, saber, y tiempo.
143
generar capital (descendientes de los blancos equiparados con razón, juicio y calculo, y
identidad y “el otro,” razón y el otro,” juicio y “el otro,” justicia y libertad racional
estar siendo no ocurren fuera o dentro de la modernidad (en sus sentidos tradicionales).
la conquista, de la colonialidad del poder que nos sitúa hasta hoy día, con las vidas
concreta de los excluidos, con la memoria concreta de los aniquilados, con las voces
tacitas que hacendel silencio un sentido más ancho que toda racionalidad conceptual.
“Estamos aquí.”8 Y estábamos aquí ya cuando llegan los conquistadores, como bien
Esto quiere decir que estamos en una cierta exterioridad radical, al ser los que no
deberían estar por haber sido negado su ser… y, sin embargo, estamos de tales maneras
que en las vidas que seguimos hemos estado haciendo espacio para la liberación y
7
Es esta separación que termina por ser la fuente del colonialismo en el siglo diecisiete
y diecinueve, al ser importados los sistemas de diferenciación y poder a África y al
resto del mundo.
8
Expresión usada por los Zapatistas cuando llegan al Zócalo en ciudad de México el
once de marzo del 2001.
9
María Lugones, “Toward a Decolonial Feminism”.
144
sino reconociendo su devenir latino, africano, semita, oriental, indígena… Solo basta
leer Cien Años de Soledad, o ver quién y cómo se vive en Latinoamérica para entender
que las versiones europeas y norteamericanas de ser modernos son determinadas por
sido nunca autónoma y coherente. No porque no se haya llegado aún a una racionalidad
universal suficiente, sino que por que el conocimiento nace y retorna al estar, en el
movimiento vivo del devenir a partir del cual damos nombre e identidad a mundos.
cosmológico que ocurre indiferentemente de todo ego cogito y sus deseos. Vivimos ya
expuestos a conocimientos que no tienen nombre ni lógica productiva. Esta base o suelo
hijo-hija, y mente-corazón: así estamos en los mundos que conocemos y aún con los que
solo se nos sugieren. Estamos, aunque nos nieguen ser ciudadanos, humanos, mujer-
(que crecen con) desde las dimensiones vivenciales en que nos encontramos que
partir de las modalidades en y con las que estamos con el movimiento del devenir y
cosmológico.
Dada esta situación del pensamiento en un movimiento articulado vivencial, cabe hablar
comer, amar, soñar, reír, doler, sufrir… en cuerpo y corazón, con la razón y sentido con
que se vive cada día. Es desde ese movimiento vivencial popular, indígena, memorial,
el aspecto afectivo y corpóreo es aún más profundo. Como dice Dussel en su Filosofía
es el amor, la lucha en comunidad hombro a hombro con otros distintos, que nos
estar ahí “con todo/s” que nos encontramos como seres racionales vivientes en el
siendo.
Pero este sentido aistetico es también víctima de la colonialidad. Esto se hace claro no
solo en teoría, sino en las vivencias de los colonizados, al encontrarse ellos a través de
a lo vivido. Caso puntual el ejemplo de Fanon que en Piel negra, máscaras blancas
encuentra que los colonizados se imaginan que su futuro ideal sería ser blancos.(9) El
modalidad misma de ser, la sensibilidad con la que se encuentra el mundo que termina
146
fobias y esperanzas, a ras de labios y en las miradas más lejanas, antes de llegar al
así como transformaciones liberatorias y decoloniales pueden ocurrir. Las críticas sobre
la política, la economía, el poder militar, las relaciones sociales, las formas culturales,
raza y género, la geopolítica, el teorizar liberatorio, son muy necesarias, pero no son
vida, y solamente a partir de esta pulsión articulada pueden ser retomadas de manera
estamos de acuerdo, como llegamos a la conclusión algunos meses atrás en una larga
nace de la sensibilidad estética de estar en proximidad íntima con otro que no podemos
base concreta y pre-lingüística que Dussel le insiste a Vattimo que antes de cualquier
interpretación hay vida, y es también desde esta base que Dussel ofrece una gran critica
10
Dice Dussel:“Contra Gianni Vattimo, que afirma: ‘No hay hechos, solamente
interpretaciones!’, yo respondí en Bogotá: ‘Hay hechos que son siempre
interpretados!’”.Política de la liberación II, 440.
147
liberación bajo estas modalidades filosóficas, sino que para hacer sentir su crítica en el
un error que puede bien resultar en una apropiación más en el nombre de la liberación. 12
En tales casos de apropiación lo que nos perdemos es el punto central del pensamiento
11
“Analéctico quiere indicar el hecho real humano por el que todo hombre, todo grupo
o pueblo, se sitúa “más allá” de horizonte de la totalidad. Dicha exterioridad debe
afirmarse primariamente, ya que la dialéctica negativa no es suficiente. El momento
analéctico es el punto de apoyo de nuevos despliegues. El momento analéctico nos
abre el ámbito meta-físico (que no es el óntico de las ciencias fácticas ni el ontológico
de la dialéctiva negativa), refiriéndose semánticamente al otro. Su categoría propia es
la de exterioridad; por ello, el punto de partida de su discurso metódico (método más
que científico dialéctico positivo) es la exterioridad del otro; su principio no es el de
identidad, sino que el de separación, dis-tinción.” Dussel, Filosofía de la Liberación, sec.
5.3, 238-239.
12
Sobre el pensamiento analéctico de la filosofía de liberación también ver “Latin
American Philosophy and Liberation” en mi libro Latin American Philosophy, cap.
cuatro.
148
esta, desde la claridad de la vida y sus necesidades originales en el devenir, todo lo cual
se nombra y recibe valor abstracto solamente una vez que ya estamos ahí con el devenir
de todo sentido de ser, devenir afectivo, memorial, y corpóreo. Como escribe Dussel en
1975, “Saber jugar hasta la vida a fin de cumplir los requerimientos de dicha protesta, y
lanzarse a la praxis por el oprimido, es parte del proceso del que se origina en el
Conclusión
13
Vallega, Latin American Philosophy, 239-240.
149
quiere decir que debamos abandonar la razón. Al contrario, cabe retomarla de una
exterioridad radical.
Cierro con una simple indicación, con unas líneas de Cesar Vallejo, y con algunos de
los nombres de pensadores latinoamericanos que han hecho y hacen este camino, y que
darle sentido y cuerpo a esta corta disertación. Juan Carlos Mariátegui, José María
Arguedas, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Mario Benedetti, Augusto Salazar
Bondy, Enrique Dussel, Rodolfo Kusch, Aníbal Quijano, Alberto Flores Galindo, Dina
madre, un sitio en el mundo, que se llama Paris. Un sitio muy grande y lejano y otra vez
difícil de entender como uno de nosotros podría no saber que es Paris, adonde está, y
qué significado tiene para el arte, la poesía y literatura, la filosofía, y las mismas ideas
del iluminismo y la razón. Aun así, Vallejo nos transplanta a una situación inaudita al
14
Cesar Vallejo, “El buen sentido,” Obra Poética Completa. 109.
150
nombrar Paris. En el poema se repite esta frase dos veces, la segunda antes de las
últimas líneas. Dos veces Vallejo nombra Paris. Pero ¿cómo ocurre ese nombre? Paris
aparece fuera de medida: “Un sitio muy grande, lejano, y otra vez grande.” Esta
desmesura solo encuentra una fuerza más profunda en la raíz de la situación del nombre.
En la línea final Vallejo escribe: “La mujer de mi padre, al oírme, almuerza y sus ojos
mortales descienden suavemente por mis brazos.”(110) La relación bajo la cual aparece
el nombre es también desmesurada. “Mi adiós partió de un punto de su ser, más externo
del punto de su ser al que torno. Soy, a causa del excesivo plazo de mi vuelta, más el
hombre ante mi madre que el hijo ante mi madre.” En la misma raíz de la relación, la
madre es y no es más la madre. Una vez ante un niño ahora ante un hombre, el nombre
(tiempo/espacio) entre el niño y el hombre. Al mismo tiempo, Vallejo les habla a sus
mujer del padre. En la disrupción radical Vallejo repite hasta callarse otro nombre,
Paris. “Le digo entonces hasta que me callo: ‘Hay madre en el mundo un sitio que se
llama Paris.’”(110) Pero como la madre y Paris, ese mundo también ha cambiado, ya
que a este punto el sentido de “mundo” depende de ese momento de suspensión radical
en que estamos, en que nos encontramos. El pensamiento situado por dimensiones que
no puede abarcar, capturado por el secreto de la mirada de la madre, que con sus ojos
desciende lentamente por los brazos de ese hombre, pensamiento en la piel, dos
Obras citadas
151
Chapman, Anne. Hain. Ceremonia de iniciación. Zagier & Urruty Pubns (2008).
-------------------.
“El método analéctico”. Método para una filosofía de la liberación.
2011. 11-12.
Fanon, Franz. Piel negra, máscaras blancas. Buenos Aires: Editorial Abrazas, 1973.
Ofelia Schutte
En las últimas décadas ha surgido una corriente teórica identificada como pensamiento o teoría
cuya dinámica se encuentra en pleno estado de expansión. Debido a que el pensamiento de Aníbal
Quijano sobre la colonialidad del poder ha tomado gran importancia en la teoría descolonial actual,
me interesa, en primer lugar, comprender lo que lleva a Quijano a sus consideraciones críticas sobre
la modernidad en el contexto en que ésta se asocia al racismo. Como se sabe, por “colonialidad del
poder” Quijano entiende el sistema de clasificación social que forma la base del concepto moderno
de “raza” y que se inicia con la división del trabajo de acuerdo a fenotipos corporales (color de piel,
América. De acuerdo a Quijano, en el transcurso del tiempo se crea un sistema global capitalista
eurocéntrico y colonial / moderno que sostiene el sistema racista en pie hasta nuestros días. En
denominado “la colonialidad del género” (the coloniality of gender). Estas teorías andan viajando de
un lado a otro del hemisferio y se divulgan considerablemente a través de una relación Norte/Sur
donde el peso de su importancia suele favorecer lo publicado en inglés y en el Norte. Por lo tanto,
154
me parece importante retomar desde una mirada crítica-filosófica las propuestas de Quijano y de
maneras. En los Estados Unidos, a veces el canon se limita al período desde Descartes a Kant,
eliminando (se dice, por falta de tiempo) todo el siglo XIX. Otras veces se le añade una segunda
atención un poco más hacia los filósofos británicos. Aparte de estas prácticas académicas
tomado un curso universitario sobre el tema para haber oído hablar de Descartes como “el padre de
la filosofía moderna.” El autor del cogito, ergo sum (pienso, luego existo) es un buen blanco de
conocimiento en el período moderno, como lo hizo Heidegger brillantemente en Sein und Zeit
(1927).1
En relación a la filosofía europea moderna, se conoce bastante bien la crítica que Enrique Dussel le
ha hecho a Descartes, crítica que, à la Dussel o no, aparece repetida de una manera u otra en
1
Ver las secciones 19-21 de ese texto, por ejemplo.
155
numerosos textos descoloniales.2 Dussel asocia la figura de Descartes y su cogito con el inicio y
subsiguiente prevalencia de una episteme devastadora colonial / moderna. Dussel alega que el
significado geopolítico del cogito cartesiano (al que llama, siguiendo a Heidegger, el ego cogito),
funciona como un “yo conquisto” (ego conquiro)durante el período colonial moderno.3 El modo en
que Quijano aborda a Descartes y a Hegel sugiere una fuerte influencia dusseliana o, al menos, una
Quijano, sin embargo, no es un discípulo de la filosofía continental europea, y mucho menos de los
formativo de su vida intelectual. Por lo tanto, surge la interrogante, ¿de qué otras consideraciones
eurocéntrico dentro del cual examina el fundamento del racismo en la economía colonial durante el
diversos tipos y características que se van articulando y entrelazando entre sí bajo ciertos modelos
2
Más adelante veremos este aspecto en referencia a Quijano, cuyos comentarios sobre Descartes
retoman la línea de Heidegger.
3
Véase las secciones 1.1.7.1. – 1.1.7.4 de su Filosofía de la Liberación. Después de la década de los
noventa Dussel suaviza un poco su discurso frente al fenómeno de la filosofía postmoderna e introduce
el concepto de “trans-modernidad” el cual hace posible evaluar aspectos positivos y negativos tanto de
la modernidad como de la postmodernidad desde una perspectiva solidaria liberatoria. No obstante,
continúa caracterizando el inicio de la subjetividad moderna desde un “yo” asociado a la conquista
genocida en América. Enrique Dussel, “Eurocentrism and Modernity” y 76Ver Nelson Maldonado-
Torres, Against War, 228-35.
4
Me refiero aquí estrictamente al tema filosófico, no a su amplísimo conocimiento en las ciencias
sociales, la teoría de la dependencia, el sistema-mundo moderno de Wallerstein, el contexto peruano y
latinoamericano, y demás.
156
hegemónicos de poder y que a través del tiempo llegan a sistematizar todas las relaciones sociales,
Aparte de las críticas que pudieran hacerse en relación a este tipo de análisis ultra-sistemático de la
resulta interesante detenerse en un aspecto que pasa algo desapercibido en el contexto de la crítica de
intereses sociales que ocurren durante el período moderno, Quijano menciona el carácter “ambiguo y
antiguo orden, con el Imperio, con el Papado, en el período del llamado capital competitivo” en
Europa Occidental del “estancamiento y retroceso del capital” en América Latina (aún después de
explotación y de dominación” que allá rigen. (“Colonialidad,” 797-98.) “El eurocentramiento del
capitalismo colonial / moderno,” concluye, “fue en ese sentido decisivo para el destino diferente del
5
Aníbal Quijano, “Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina.” 777-832. Todas las
referencias subsiguientes a la obra de Quijano se toman de esta edición.
6
Aquí Quijano utiliza el término eurocentramiento en elcontexto económico del poder capitalista, lo que
también puede aplicar al adjetivo eurocentrado. En general, al referirse a la racionalidad hegemónica
que guía este proceso aparece el término eurocentrismo. Debido a la orientación filosófica de nuestro
análisis este último conforma nuestra base operativa. Una discusión sobre hasta qué punto lo
eurocentrado es también eurocéntrico o si lo es completamente queda fuera del presente análisis por
su extrema complejidad. Quijano distingue entre los estudios europeos y la mentalidad eurocéntrica.
157
La cuestión del Papado aparece brevemente, aunque de manera más explícita, en un artículo anterior
de Quijano donde abre nuevas preguntas sobre el significado de “nación,” “etnia,” y “raza” en la
obra de Mariátegui. Comentando sobre la especificidad entre los diferentes “modos de conocer” en
también entre Iberos peninsulares y musulmanes. Menciona el peso “de la ideología religiosa entre
Al término de la guerra con los musulmanes, aquellos [los íberos] están listos para
Esta discusión ocurre en el contexto de la conexión entre “la experiencia e ideología religiosas” que
antecede y acompaña el período colonial. Específicamente, se inicia con la discusión sobre si los
“indios” son bestias o humanos, o también al utilizar las categorías de “raza” o “etnia” para
distinguir a los europeos de los no-europeos (“’Raza,’” 763-64). Quijano parece argumentar que,
racionalidad que funda la modernidad”), y a pesar de “las diversas ideologías religiosas” tanto en
La última “no se refiere a todos los modos de conocer de todos los europeos y en todas las épocas, sino
a una específica racionalidad o perspectiva de conocimiento que se hace mundialmente hegemónica”
(“Colonialidad,” 796).
158
hegemónica racista. Esta se basa en la experiencia común de la colonización y de las relaciones del
poder entre europeos y no-europeos (“’Raza,’” 765). Quijano sostiene que el triunfo de dicha
racionalidad sobre todas las demás racionalidades “rivales [a ella] en los propios países dominantes”
“universalmente hegemónica” del capitalismo global (766). Advierte en este ensayo publicado en
1993 que “esa es la racionalidad / modernidad en cuya crisis estamos hoy envueltos” (766).
interpretación de Hegel, ofrece un panorama de opciones políticas e ideológicas mucho más amplio
y abierto que el que imagina Quijano. Desde los Estados Unidos, además, el poder del sistema
capitalista global en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se ve centrado en este país
Europa continental (tanto para enfocar los efectos democráticos positivos de la modernidad como
para culparla por la explotación y el racismo sistemático en relación a América Latina) es algo
predominio del poder ejercido por los Estados Unidos hacia el Caribe y América Latina durante más
de un siglo.
159
filosofía moderna y contemporánea no radica en que Quijano niegue la diversidad y los desacuerdos
entre las corrientes filosóficas del período moderno, ya que no lo hace. Recordemos como Quijano
menciona las luchas entre diversas racionalidades en este período, incluyendo las de la Inquisición,
y políticas para la liberación humana.7 Entre muchos otros ejemplos, esto demuestra la importancia
racismo eurocéntrico. A pesar de estar consciente del problema de la Inquisición en otras partes de
su obra, como hemos mencionado anteriormente, Quijano deja de mencionar otro aspecto de este
7
Por ejemplo: “la modernidad generó un horizonte de liberación de las gentes de toda relación,
estructura o institución vinculada a la dominación y a la explotación, pero también las condiciones
sociales para avanzar en dirección a ese horizonte. La modernidad es, pues, también una cuestión de
conflicto de intereses sociales” (“Colonialidad,” p. 797).
8
La razón que me llevó a investigar esta cuestión surgió en Lima en el Congreso de LASA2017 al escuchar
la ponencia de Mijail Mitrovic, “De la Modernidad Otra al Pensamiento Decolonial: Perspectivas sobre la
Identidad Latinoamericana, y sus Críticas.” Mitrovic ofreció un análisis muy interesante sobre el manejo
de la temática homogeneidad / heterogeneidad en Quijano, lo que despertó en mí una gran curiosidad,
ya que este tema aparece reiteradamente en el feminismo descolonial.
160
Católica Romana. Este código de libros prohibidos se publicó entre 1559 y 1948 en numerosas
ediciones, iniciándose en los tiempos de la Inquisición y siendo descontinuado en junio de 1966 por
el Papa Pablo VI. Las obras de Descartes, siguiendo con las de Locke, Berkeley, Hume, Rousseau,
Kant, y otros filósofos y escritores canónicos de la modernidad, fueron puestas en el Index. Entre los
últimos filósofos censurados por el Vaticano estuvieron Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir.
Menciono el Index porque en mi experiencia existe una estrecha relación entre la crítica a Descartes
moderna europea estuvo mediatizado por la condena que se hacía de ella a través del Index. En mi
primer curso de filosofía moderna a mediados de los 1960s en una universidad católica de los
Estados Unidos, el profesor nos advirtió con gran seriedad el primer día del curso que la mayor parte
de las lecturas del semestre estaban condenadas por la Iglesia. Se nos permitía estudiarlas, pero con
extrema vigilancia. Así se creaba un imaginario, el cual todavía parece estar vigente (aunque ahora
más desde la Izquierda y no exclusivamente desde la Derecha), donde Descartes se establece como
un diablo encarnado abriendo las puertas de la filosofía moderna a un pensamiento perverso que
El hecho de que la metafísica dualista de Descartes y su separación enajenadora entre res cogitas y
hacia sujetos considerados “no pensantes” indudablemente tiene un peso importante en el análisis de
la colonialidad del poder, como bien lo articula Quijano, y como también se ha criticado por muchas
ejercido hacia la naturaleza y sus consecuencias ecológicas devastadoras deben de ser tomados en
ciencia occidental también nos ha alzado la conciencia respecto al hecho de que somos parte de y no
Aparte de cómo se interprete el cogito y en cuál contexto, lo importante para una teoría descolonial
es reforzar la capacidad de realizar un pensamiento fronterizo crítico que pueda confrontar las
barreras al conocimiento donde quiera que éstas ocurran, y que afectan las relaciones de poder en la
Detengámonos, entonces, más allá del apartado sobre Descartes para reflexionar sobre el manejo que
podemos observar que el concepto de heterogeneidad en Quijano opera no sólo como un objeto de
estudio sino como un criterio (al nivel meta-crítico) para legitimar o deslegitimar las relaciones y el
ejercicio del poder en circunstancias históricas específicas. Así es que, por ejemplo, Quijano
sostiene quea pesar del esfuerzo mariateguiano aquellas categorías [“blancos,” “indios,” “mestizos,”
162
“negros,” la idea de “raza”] no han dejado de secretar sus inevitables implicaciones. Primero, la
Aquí se observa que además de robarle sus derechos y el reconocimiento humano a los pueblos
categorizados de dicha manera, al nivel epistémico los discursos homogeneizadores tapan e impiden
Esto último se refiere al argumento sobre la manera en que el ejercicio de la colonialidad del poder
construye la idea moderna de la raza despojando a los pueblos históricos sometidos a ella de su
especificidad e identidad cultural (aymaras, mayas, incas, aztecas, zulos, congos, yorubas, etc)
(“Colonialidad,” 801). De acuerdo a Quijano los aparatos del poder que dan fundamento y sirven de
instrumento a este despojo son la racionalidad eurocentrista (como fundamento de la idea colonial /
nación al servicio de dicha visión racista eurocéntrica: “La mirada eurocentrista de la realidad social
de América Latina, llevó a los intentos de construir ‘Estado-nación’ según la experiencia europea,
como homogeneización ‘étnica’ o cultural de una población encerrada en las fronteras de un Estado”
(“’Raza,”” p. 769)
Hasta aquí queda claro la complicidad que Quijano atribuye al Estado-Nación como soporte del
poder homogeneizante al servicio del eurocentrismo racista hegemónico. Este análisis revela que la
racismo, ya que es concebible que un estado exista sin una población diversificada de acuerdo a la
Entre las funciones homogeneizantes del estado Quijano menciona, por ejemplo, el establecimiento
de la “igualdad jurídica y civil” que los estados modernos supuestamente dicen aplicar
universalmente a sus ciudadanos (807-808). Un resultado de estas premisas parecería ser, entonces,
modernidad radica fuertemente en la estructura del capitalismo global. Esta última conclusión
aparece con frecuencia en las conversaciones sobre decolonial theory provenientes de críticas al
capitalismo que alegan o asumen que el capitalismo equivale a la homogeneización o que su lógica
No obstante, Quijano argumenta explícitamente que las formas históricas del capitalismo son
9
En Occidente estamos acostumbrados a pensar de esta manera por la lectura humanista de Marx – por
ejemplo, en la idea de que el capitalismo lo reduce todo a lo mismo, o al dinero; o en la versión de
Horkheimer y Adorno, donde el capitalismo reduce la cultura a la razón instrumental y a la
comodificación de la cultura moderna.
164
La experiencia histórica demuestra sin embargo que el capitalismo mundial está lejos de ser una
mundial que se conoce como capitalismo es, en lo fundamental, una estructura de elementos
Aunque todas estas estructuras de elementos heterogéneos hayan sido articuladas “en una sola forma
de poder,” Quijano argumenta que “el proceso de cambio de dicha totalidad capitalista no puede, de
ningún modo, ser una transformación homogénea y continua del sistema entero, ni tampoco de cada
uno de sus componentes mayores” (803). Añade que tampoco puede ser remplazado por otra
totalidad equivalente.
subordinación racial (por ejemplo, si en la nación todos fuesen del mismo color de piel), entonces,
colonialidad del poder que perdura hasta nuestros días? La respuesta dentro de esta lógica será: en
el eurocentrismo moderno, por haberse convertido éste en un arma cultural de la emergencia de una
poderosa estructura económica (en este caso, capitalista) global. En otras palabras (aunque Quijano
165
no lo comenta), si hubiera habido un socialismo eurocéntrico global basado en una lógica similar
moderna, la colonialidad del poder racista se ejercería de otra manera, pero permanecería.
De lo anterior se puede deducir que, de acuerdo al análisis de Quijano que he ofrecido, para
colonialidad del poder (la modernidad, el capitalismo) aunque convergen en la historia y sedimentan
parecen ser de por sí, en abstracto, condiciones lógicas necesarias de la opresión racial per se.
Así llegamos a la clave del análisis: el eurocentrismo que determina el tipo de modernidad en
Américas y sus secuelas a lo largo de los siguientes 500+ años. Dicho de otra forma, Quijano piensa
que el eurocentrismo y la colonialidad intersubjetiva y cultural que éste representa pueden sobrevivir
creadas por el eurocentrismo colonial y moderno son “hechos … asociados a, e implicados en, las
766-67). Quijano indica lo mismo al concluir su crítica sobre el dualismo entre razón-sujeto y
166
declarar que “las solas necesidades del capital como tal, no agotan, no podrían agotar, la explicación
(“Colonialidad,” 806).
contiene dos aspectos: (1) una filosofía eurocéntrica de la historia mundial plasmada en la Marcha de
Descartes y llevado a toda la teoría política moderna / colonial y a la filosofía de las ciencias
y/o alternativas a las dominantes. Por otra parte, es cuestionable que los espacios culturales se
balance crítico que dé más visibilidad e importancia a las corrientes contra-hegemónicas y a los
10
Quijano usa la misma distinción que Heidegger (sin mencionarlo) entre el ego cogito y la naturaleza,
aproximándose a su vocabulario, y además siguiendo a Heidegger literalmente al alegar que hasta el
momento todo ha continuado así. Por ejemplo, dice Heidegger: “Descartes distinguishes the ‘ego
cogito’ from the ‘res corporea’. This distinction will thereafter be determinative ontologically for the
distinction between ‘Nature’ and ‘spirit’” (Heidegger, Being and Time 123). De acuerdo con Heidegger,
“… only then [cuando varias condiciones de su análisis fenomenológico sean alcanzadas] can our critique
of the Cartesian ontology of the world (an ontology which, in principle, is still the usual one today) come
philosophically into its own (sección 20, 133).Demás está decir que la perspectiva de Heidegger sobre la
historia de la filosofía es característicamente eurocéntrica.
167
Lo anterior no quiere decir que Quijano promueva prioritariamente una idea homogénea de la
la lectura que he presentado es acertada, gran parte de la discusión que él presenta enfatiza, y no deja
entre sí, se re-articulan y reconfiguran en base al transcurso de la historia. En otras palabras, desde
El mérito de sus propuestas, a través de las décadas en que ha escrito, es observar y aprender de la
historia, mantenerse alerta en relación al cambio de las políticas locales y globales, y a las
específico. Lo que queda estable y vigente en nuestra actualidad es su crítica acertada a la compleja
culturales estructurales que continúan afectando a los sectores más vulnerables de la humanidad,
como es el caso del origen moderno de la clasificación racial, la explotación de la fuerza de trabajo,
Ahora me interesa examinar el giro que se le da a la tesis de Quijano sobre la colonialidad del poder
a partir del aporte de María Lugones a lo que ella denomina “la colonialidad del género.”
Reconocida filósofa emigrada argentina en los Estados Unidos y defensora por décadas de las
vicisitudes de las mujeres de color (women of color) en este país, en los años 2007 y 2010 Lugones
explicación de Quijano sobre el origen y vigencia del concepto discriminatorio de raza en las
dominación racial a la sexual, Lugones sostiene que ambas están estrechamente ligadas entre sí. No
sólo se trata de esto, sino que Quijano no logra sobrepasar la mentalidad euro-centrada sobre la
cuestión sexo-género: “Quijano assumes patriarchal and heterosexual understandings of the disputes
over control of sex, its resources, and products. Quijano accepts the global, Eurocentered, capitalist
objeciones, Lugones desarrolla su propia propuesta sobre lo que ella denomina “the colonial /
modern gender system,” incorporando en ella el análisis estructural del sistema-mundo capitalista
11
Ver de María Lugones, “Heterosexualism and the Colonial / Modern Gender System y “Toward a
Decolonial Feminism.”
169
Así se abre un campo nuevo de discusión en los estudios feministas en Norte y Sur América (con
repercusiones diferentes en cada sitio) y dentro de un nuevo marco conceptual transcultural bastante
complicado. Esto se debe a que Lugones apropia el marco conceptual de Quijano sobre la base de
metodologías feministas sobre raza y género provenientes de los women of color studies y
intelectuales y activistas del movimiento feminista ya habían estado cultivando diversos proyectos
entonces ¿cómo no perder de vista la variedad de enfoques que ayudan a pensar la cuestión
descolonial? En este contexto, la propuesta de Claudia de Lima Costa me parece que abre un puente
hacia un diálogo. Lima Costa propone utilizar la denominada cultural translation theory (teoría de
la traducción cultural) para analizar la manera en que el significado de conceptos como “raza” y
“género” viajan de un contexto cultural y/o lenguaje a otro mediante relaciones de poder asimétricas.
De esta manera es posible crear mejores condiciones para la investigación de temas transculturales.
La contribución de Lugones
Volviendo a la propuesta innovadora de Lugones, resulta importante ver desde donde comienza el
De acuerdo a esta última se suele identificar la ubicación social de los sujetos utilizando múltiples
ejes categoriales que en su conjunto marcan o afectan su identidad (por ejemplo, mujer asiática
determinar, entre otras cosas, la fuerza combinada de discriminación que sufren las personas, sobre
todo aquellas afectadas negativamente por el peso de múltiples relaciones asimétricas de poder. La
teoría de la interseccionalidad no es del todo flexible ya que dentro de cualquier dinámica social y
especialmente cuando las condiciones heterogéneas se acentúan, suelen existir más variables que
términos generalizados para interpretarlas. Sin embargo, cuando se trata de demarcar bajo qué
categorías se ha excluido o discriminado a un sujeto social, sus criterios y metodologías han sido
Un modelo utilizado en la teoría feminista para caracterizar el efecto múltiple y la fuerza colectiva
oppressions.” De acuerdo a esta imagen cada cadena de opresión se encuentra encerrada con llave
junto a las otras. Lugones ha utilizado esta frase en varios trabajos, aunque en Pilgrimages /
Peregrinajes indica que prefiere usar la idea de “intermeshed” (más bien, enredadas o entrelazadas)
porque no acepta un método analítico que separe tajantemente un eje de opresión de otro. Por
consiguiente, sostiene que las modalidades de raza, género, etc., no indican factores separados e
igualitarios que se entrecruzan en un sujeto en las mismas proporciones y de la misma manera. Más
bien, de antemano se encuentran distinguibles entre sí, aunque también combinados. Lugones utiliza
171
la imagen de los elementos que se cuajan al hacer la mayonesa para indicar que, de los elementos
distinguibles como la yema del huevo, el agua, y el aceite se forma una mezcla conjunta en el
Esta orientación, sugiero, lleva a Lugones de manera análoga a una lectura de Quijano en la cual no
es posible separar la modernidad / colonialidad del capitalismo eurocentrado, ni todo lo anterior del
“cuajado” cuyos elementos no son indistinguibles, pero tampoco separables una vez que ya se hayan
formado de esa manera en la historia. Las distinciones que Quijano realiza entre, por ejemplo, las
que operan en distintas partes del mundo y períodos de la historia, y sobre todo su distinción entre el
importante es la tesis de Lugones sobre la colonialidad del género, tema central de los estudios
feministas. No obstante (si es que no he comprendido mal el argumento), una vez incorporada la
poder y cuajada en ella, la lucha contra la opresión de género debiera convertirse en un compromiso
moral a favor de una lucha multifacética contra el sistema-mundo colonial / moderno capitalista
feminismo anglófono “blanco” y todo lo que huela a filosofía moderna y/o europea (sin considerar
contra-corrientes o excepciones) queda enjuiciado y puesto en la lista de los enemigos del proyecto
descolonial.12
Ahora bien, dada la interpretación “enredada” de la interseccionalidad, sea en una versión moderada
o extrema, si a las categorías / ejes existentes de “raza” y “género” se les añade la colonialidad del
poder, la consecuencia es que aquellas quedan todavía más entrelazadas. Esto sucede porque con la
mejor el poder epistémico y ético que Lugones deriva del patrón de análisis que ella adopta y adapta
de Quijano. No se trata de que Lugones proponga una teoría feminista más (de las muchas que han
surgido) que critique el concepto de género como categoría de análisis. Es que ella desea plasmar
una forma de re-concebir y re-articular la manera en que las intersecciones no sólo indiquen dónde si
sitúa un sujeto social (de acuerdo a estos ejes categoriales), sino cómo es que un sujeto social puede
ser, por un lado, opresor, y por otro, resistente a la opresión en relación a cómo coinciden o
12
Así es como la modernidad occidental y especialmente su aparato epistémico localizado en la filosofía
moderna europea se convierten en la causa de los más atroces crímenes perpetuados a la humanidad
por más de 500 años, recordando de nuevo a Heidegger como un progenitor europeo de este
argumento. Además de su importante crítica a Descartes y a la filosofía moderna, en su etapa tardía
Heidegger culpó a la tecnología occidental por ser la causa de la bomba atómica (mientras que declinó
culpar a los Nazis por el Holocausto). No obstante, en su etapa tardía, Heidegger hizo una fuerte crítica
a la mentalidad tecnológica (y declinó culpar a los Nazis por el Holocausto).
173
confluyen los diversos ejes. Se trata de un proyecto ético que aspira a crear comunidades y prácticas
Por lo tanto, lo que la colonialidad del poder añade a la teoría de la interseccionalidad es muy
importante para Lugones, al igual que la manera en que ella transforma la teoría de Quijano
de raza y de género de acuerdo a la colonialidad del poder y del género, entramos en un discurso
anclado en las luchas des- y anti- coloniales de pueblos históricos ante el poder y por consiguiente,
poder, el cual demuestra cómo se imponen las distintas categorías de raza a partir del color de la piel
(borrando el origen aymara, quechua, maya, yoruba, etc. de los pueblos colonizados), su análisis
revela la imposición de las categorías sociales dicotómicas de género europeas “hombre” y “mujer”
sobre los pueblos colonizados, reprimiendo sus propias maneras de pensar sus cuerpos sexuados y
Entonces, ¿qué hacer? Lugones propone que no sigamos buscando una construcción del concepto de
indigenous organizations of the social. There is no such thing; ‘gender’ does not
13
Para apoyar su tesis Lugones examina varias investigaciones sobre culturas indígenas y africanas que
demuestran la ausencia de jerarquías o dicotomías sexuales previas a la colonización
(“Heterosexualism,” 196-201). También incluye la conversación con una interparlante indígena aymara
quien utiliza términos que no admiten una buena traducción a idiomas occidentales (“Toward,” 750-51).
174
Repercusiones
América Latina, donde activistas indígenas feministas, antropólogas, y otras feministas académicas
¿Es posible debatir la tesis de Lugones sin caer en la trampa de la colonialidad? Por un lado, pace
Lugones, no es tan fácil evadir la discusión sobre la utilidad de al menos algún concepto de género
(ya que no existe un solo significado del término) para los movimientos indígenas y
afrodescendientes feministas en América Latina, entre otros. Por otro lado, y tomando una
perspectiva más amplia, parece evidente que esta discusión requiere una propuesta metodológica que
La respuesta fundamental – ya que Lugones ha avanzado el tema y ofrecido varias ideas importantes
– es ampliar la conversación y el debate. De las muchas preguntas que surgen mencionaré una
Julieta Paredes, una reconocida activista aymara feminista que se identifica como lesbiana, sostiene
importante en la actualidad conservar la categoría de género para defender los derechos de las
mujeres indígenas:
No es que el género sólo describe lo que hacen las mujeres y lo que hacen los
hombres o que sólo atribuya o naturalice roles a los hombres y a las mujeres. El
género denuncia las relaciones subordinadas de las mujeres respecto a los hombres
… a esta subordinación social que es uno de los mecanismos del sistema, repetimos,
le llamamos género.
asigna a los cuerpos de las mujeres desde que nacemos hasta que morimos incluso
Paredes atribuye “a los hermanos indigenistas” la tesis de que “el machismo ha llegado con la
colonia” (versión simplificada del argumento de Lugones). Paredes arguye que en la práctica actual
utilizada para subordinar a las mujeres,14 aunque puede ser re-conceptualizada para crear un
14
Lugones ofrece una opinión contraria (“Toward,” 750-51).
176
feminismo complementario equilibrado. Propone que este último no estaría basado en la pareja
heterosexual, sino en priorizar a las mujeres desde un espíritu comunitario en el par mujer-hombre
(warmi chacha) y desde ahí abrir la idea a pares complementarios no-heterosexuales (28-32).
Paredes rechaza el individualismo feminista occidental y declara que las bases para sostener todo el
Desde los estudios académicos, la reconocida feminista brasileña Claudia de Lima Costa
sugiere que se atiendan estos debates utilizando la teoría de la traducción (translation theory), y
Anthropology,” 82-85). Viveiros interpreta el concepto de equivocación como una condición formal
para llevar a cabo las traducciones entre un lenguaje-cultura y otro en el campo de la antropología.
Lo fundamental de este concepto, que también se pone en práctica como una metodología, es la
suposición de que cuando un antropólogo occidental conversa con un/a indígena, no hay un sentido
unívoco que subyace o trasciende el intercambio comunicativo entre los dos interparlantes. Esto
significa que la comunicación entre ambos opera de acuerdo a una equivocación, en dos sentidos.
Por un lado, mientras se piense que existe un sentido común, la equivocación opera tapando la
inconmensurabilidad de los significados entre ambas partes. Por otro, y éste es el factor clave para
15
Lugones podría contra-argumentar que el machismo indígena al que se refiere Paredes es
consecuencia del legado machista introducido por los europeos en la colonia porque nunca ha habido
machismo postcolonial excepto el europeo; sin embargo, la lógica de tal respuesta parece redundante.
177
acentúe la conciencia de la ausencia de concordancia y se siga la pista de las diferencias que nutren
para abordar los temas transculturales enfrentados por el feminismo descolonial, aunque aquí no
Desde esta perspectiva, Lima Costa retoma las categorías de raza, género, clase, y demás,
reconociendo sus orígenes en la modernidad colonial, pero antes que rechazarlos por esta razón, ella
equivocación propuesto por Viveiros de Castro (84-85). De esta manera es evidente que la
propuestas descoloniales. Una diferencia importante entre Lugones y Lima Costa sería, entonces, la
manera en que cada una interpreta (o interpretaría) los aspectos inconmensurables entre
revelaría el impacto determinante de la colonialidad del poder occidental impuesto cruelmente sobre
el/la indígena, mientras que el método prioritario para darle sentido a las diferencias transculturales
sería el uso del concepto de diferencia colonial articulado por Walter Mignolo (“Toward,” 751-53).
16
Ver Schutte, “Cultural Alterity: Cross-Cultural Communication and Feminist Theory in North-South
Contexts.” Este artículo demuestra mi afinidad con la orientación metodológica de Viveiros. Desde una
ética de alteridad feminista postcolonial yo he planteado la relevancia del concepto de
inconmensurabilidad (the principle of incommensurability) para lograr una comprensión más adecuada
de la comunicación transcultural en situaciones asimétricas de poder (58-63).
178
Para Lima Costa, en cambio, el método de la equivocación se podría interpretar no sólo a través de
Mignolo sino aún más a partir de las numerosas propuestas descoloniales de feministas en América
Latina (Rita Segato, Silvia Rivera Cusicanqui, entre otras) y de feministas en otras partes del mundo,
Equivocarse diferentemente al realizar traducciones culturales sobre temas como raza y género
quiere decir prestar la mayor atención posible al uso y sentido de los términos implicados cuando las
cuestión de la traducción cultural y sus políticas es prioritaria para los estudios descoloniales, como
cualquier otro sector vulnerable dentro de Occidente. El aporte crítico de Quijano puede ser un
compañero de viaje muy valioso en estos esfuerzos, especialmente si logramos desenredar los
diferentes hilos de su pensamiento y ponerlos al día en relación a los retos que nos enfrentan y desde
Obras citadas
Decolonial Feminist Practices and Ethics in Latin America,” Revista Anglo Saxónica III:6 (2013).
http://works.bepress.com/claudiadelima_costa/3/, 75-98.
---. “Eurocentrism and Modernity (Introduction to the Frankfurt Lectures).” Boundary 2, 20:3, The
Heidegger, Martin. Being and Time [1927]. New York: Harper & Row, 1962.
Lugones, María. “Heterosexualism and the Colonial / Modern Gender System.” Hypatia 22:1
(2007): 186-209.
---. Pilgrimages / Peregrinajes: Theorizing Coalition against Multiple Oppressions. Lanham, MD:
Maldonado-Torres, Nelson. Against War: Views from the Underside of Modernity. Durham: Duke
Paredes, Julieta. Hilando Fino: Desde el feminismo comunitario. La Paz: Comunidad Mujeres
Quijano, Aníbal. “Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina” [2000]. Cuestiones y
Poder. Ed. Danilo Assis Clímaco. Buenos Aires: CLACSO, 2014. 777-832.
Rivera Cusicanqui, Silvia. “Ch’ixinakax utxiwa: A Reflection on the Practices and Discourses of
Schutte, Ofelia. “Cultural Alterity: Cross-Cultural Communication and Feminist Theory in North-
Viveiros de Castro, Eduardo. Tipití: Journal of the Society for the Anthropology of Lowland South.
http://digitalcommons.trinity.edu/tipiti/vol2/iss1/1.
181
1.
tarea de la escucha
más recientemente en Chicago, como parte del equipo que diseña y dirige el área de
1 El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) fue constituido a partir de la Ley de Justicia y Paz
de 2005, legislatura que marcó el comienzo del llamado “proceso de justicia transicional” en Colombia, a
partir del acuerdo del gobierno con los principales grupos paramilitares del país, y que hoy en día se
extiende y se combina con la legislatura creada alrededor de los acuerdos de paz en la Habana con la
guerrilla de las FARC en 2016. El CNMH es una de los organismos encargados de ejecutar el aspecto de
las reparaciones simbólicas acordadas por ley para las víctimas del conflicto, y se propone narrar el
conflicto desde la perspectiva de las víctimas, así como proporcionar una mirada global de las causales y
consecuencias del conflicto en la historia reciente de Colombia(ver
http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/). El Centro Comunitario para Víctimas de Tortura
Policial, o CTJC (Chicago Torture Justice Center) fue creado a partir de una ordenanza del City Counsel
de la Ciudad de Chicago en Mayo de 2015 como parte del paquete de reparaciones ofrecido a más de 50
sobrevivientes de tortura policial (98% Afro-americanos) bajo el comando del jefe de policía John Burge
entre los años 1972 y 1991 en el Sur de Chicago. Una de las áreas programáticas del Centro es el área de
memoria histórica, que incluye la creación de un memorial “vivo” (living memorial), un proyecto de
recolección de historias orales sobre violencia policial en la ciudad de Chicago, y la coordinación de
talleres de memoria histórica y “storytelling” con los sobrevivientes y sus familias. (Ver
http://chicagotorturejustice.org/).
182
elaboración, individual y colectiva, del trauma. Es en este contexto, y partir de los retos
particulares que esta tarea representa, no solo desde una perspectiva práctica, sino
también desde una perspectiva teórica, que la pregunta por la escucha se ha convertido
radical que ésta le plantea a toda posibilidad de comunicación; esto es, la dificultad que
experimentan los sobrevivientes por poner en palabras e incluso por encontrar lenguajes
no con la contundencia con la que se presenta en la práctica, viene con otro que, en
posibilite, en estos contextos, una experiencia real de escucha. Con esto me refiero no
solo a una apertura a lo incomprensible del trauma, y a lo que implica atravesar por una
experiencia que no busque escapar del todo de esta incomprensibilidad, sino también a
la escucha”, que haga posible tanto para quien escucha como, sobre todo, para quien
traumática.2
2En este sentido, mi trabajo se encuentra profundamente inspirado por las reflexiones de Cathy Caruth,
quien ha insistido desde sus primeros trabajos sobre el trauma en lo que ella llama una necesaria
“dimensión literaria” de la experiencia traumática. Con esto, Caruth no pretende minimizar, banalizar o
romantizar la experiencia del trauma, sino más bien señalar los retos que se le presentan a nuestras
nociones tradicionales de “experiencia” (y con ello, también, a nuestras nociones tradicionales de
memoria e historia) a partir de ese quiebre radical de sentido que constituye y caracteriza al trauma.
Para Caruth, más allá de considerar al trauma como mera patología que debe buscar ser diagnosticada y
superada, es necesario aprender y desarrollar mecanismos que permitan escuchar al trauma desde su
183
de la violencia del trauma, lo que ha comenzado a ser evidente para mi es que las
pregunta por la escucha, y los retos que surgen justamente en este contexto, no se
hecho de que el evento sea ilocalizable tanto temporal como espacialmente, pues habita
propio lugar de enunciación, desde sus silencios y quiebres de sentido, desde su particular
“incomprensibilidad”. Dice Caruth: “es precisamente en el evento de esta incomprensión y en nuestra
capacidad de despedirnos del sentido y la necesidad de comprender, que puede comenzar a tener lugar
una verdadera escucha del trauma” (…) “desde el trauma mismo” y sus lugares particulares de
enunciación (Unclaimed Experience56).
3Me refiero aquí a grandes rasgos a lo que Freud llama la “Nachträglichkeit” (latencia) relacionada con
la experiencia traumática, y que él describe, en Más allá del principio del placer, como la falta de
preparación de la mente para la contundencia de un impulso externo que la mente, por tanto, es incapaz
de procesar como experiencia. No puedo detenerme en la explicación de esta definición por parte de
Freud de la “herida traumática”, ni en las consecuencias que ésta trae para el mismo trabajo posterior de
Freud y su teoría del principio del placer. Para un análisis filosófico de los retos que el análisis freudiano
del trauma le presenta a nuestras concepciones tradicionales del tiempo y del espacio, ver Rottenberg. Y
para un análisis detallado de este aspecto de la teoría del trauma en Freud, ver Caruth, particularmente
el capítulo 1 de Literature in the Ashes of History.Freud descubre, como lo señala Caruth, que en el caso del
trauma “lo que retorna a acechar a la víctima no es únicamente la realidad del evento violento sino
también la realidad del modo como dicha violencia no ha sido aun enteramente procesada” (Unclaimed
Experience 6).Se trata así de un evento que, obsesivamente presente, “la mente no puede simplemente
dejar atrás,” pero a su vez, le es imposible traducir en recuerdo (Unclaimed Experience 4-5). Por ello, la
“experiencia” traumática es en realidad una no-experiencia, el encuentro paradójico entre un recuerdo
imposible y la obsesión compulsiva.
184
provenientes del trauma, no tiene que ver únicamente, por tanto, con la imposibilidad de
encontrar las palabras adecuadas para describir el horror. Mucho más radical que esto,
“narrativas del residuo”, como las llama Richard, que “solidarias de los accidentes y
Trauma 157)). Y con ello, inscribe un modo muy particular de “olvido”, pues al borrar
¿Cómo hacer memoria de aquello que no ha sido aún siquiera integrado como
experiencia? ¿Cómo conducir aquello que se vive como presente indeleble a un lugar en
el pasado que nos permita relacionarnos con ello desde un lugar distinto al de la
repetición? Y ¿cómo hacer historia no solo de aquello que no puede ser relatado, sino
atrapada una experiencia de naturaleza traumática? Todas estas son preguntas que le
capaces de percibir y habitar modos de temporalidad más acordes con las paradojas
históricas.
Es aquí quizás donde puede comenzar a verse en qué sentido una aproximación
filosófica al trauma se encuentra con retos, tareas y desafíos que hacen eco del tipo de
4 Para un análisis más detallado de todos estos conceptos, su relación con una relectura de Freud, y el
modo como nuevas teorías del trauma tales como las de Caruth y Shoshana Felman proponen acercarse
a estas preguntas como retos radicales a nuestras nociones de historia, memoria y representación, ver la
primera parte de mi texto “Hacia una gramática del silencio” en Camila de Gamboa y María Victoria
Uribe.
186
creo yo, y porque solo puedo hablar del lugar que geográfica y culturalmente me
corresponde, estas preguntas resuenan con el tipo de marco conceptual que le demanda
caso de mi trabajo, la pregunta por cómo pensar la noción misma de historia allí donde
trazos que conducen a la posibilidad de su recuerdo han sido sujetos también a una
borradura radical.5
de otro modo, como lo destaca Caruth en el contexto del trauma, a hacer visibles, y
escucharlo? ¿Cómo producir gramáticas que hagan audibles los trazos borrados de la
su resistencia a desaparecer? Más allá de ello, y siguiendo la misma línea sugerida por
5Cf. para una primera aproximación a este tema, mi artículo “One Hundred Years of Forgotteness:
Aesth-Ethics of Memory in Latin America”.Desarrollo este problema con más detenimiento en el último
capítulo de mi libro (aún en proceso de escritura) Gramáticas de la Escucha (Grammars of Listening:
Philosophical Approaches to Memory and Trauma), “Listening to the Erasures of History: Decolonizing
Grammar(s)”.
187
tiempo, estéticas alternativas que, al hacer posible esta escucha –al abrir, por tanto,
Dice Alejandro Vallega en uno de sus trabajos más recientes sobre este tema (y en lo
experiencia colonial, y la resistencia que éstos ejercen a hacerse audibles desde una
6 Leo el trabajo de Vallega en este sentido como continuación de su magnífica lectura de Fanon y la
colonialidad de las imágenes en trabajos anteriores como ““Displacements”. Para Vallega, el problema de
la colonialidad va más allá de estructuras de poder, e incluso de estructuras epistemológicas (tal como lo
ha mostrado, entre otras, Quijano), y se refugia en la colonización de la estética como modo de
percepción. En su análisis de Fanon, Vallega encuentracómo el problema no es únicamente el del
lenguaje (y la paradójica relación que sostiene con éste el sujeto colonizado) sino el de “la propia
mirada”. Lo que logra mostrarnos Fanon en su análisis de las lógicas estructuralmente racistas del
colonialismo en Pieles Negras, Máscaras Blancas,escribe Vallega, es que “la propia posibilidad de
conocimiento a través de imágenesha sido ya colonizada (“Displacements”, 218). Vallega insiste por ello,
tanto en este trabajo previo, como en su libro más reciente, en la necesidad de desplazar nuestras
gramáticas visuales hacia nuevos modos de percepción, hacia modos alternativos, creativos, de
visualidad. Yo a esto quisiera añadirle, por las razones que he expuesto hasta ahora, el elementoclave de
lo auditivo. Creo también que en este sentido el análisis de Omar Rivera en la presente compilación de
Fanon y el racismo en términos del espacio, es también un complemento fundamental a este espectro de
preocupaciones por una “estética” decolonial. Por supuesto, el elemento del género, y la crítica feminista
de Lugones a esta consideración de la “estética”, tal y como Rivera la trae a colación, son fundamentales.
188
lugar, la de ofrecer una crítica estructural. Una crítica capaz, por un lado, de dar cuenta
y hacer audible aquello que de otro modo queda reducido a mera patología. Una crítica
que, de otro lado, sea capaz de interrumpir esa relación inextricable, tanto en el caso del
aquí lo “inaudito” debe escucharse en ese doble sentido que resuena tras el uso que le
destacar aquí: por un lado, la naturaleza radicalmente improcedente, por fuera de todo lo
que lo normativo puede nombrar, de estas borraduras a partir de las que la historia
carácter latente, no resuelto (el hecho de que hay algo que aún no ha sido escuchado) de
su carácter de “inolvidables”.7
gramáticas de resistencia a los olvidos estructurales de los que son sujetos tanto la
En una nota que interrumpe a su vez sus ensayos, y que parece quedar sugerida y sin
terminar, escribe Glissant (la nota se titula “pensar la historia como neurosis”):
¿Sería acaso tan ridículo considerar nuestra historia como neurosis (…)
como shock traumático (…) nuestra relocación en tierra nueva como una
No es mi intención, por supuesto, decir que hacer historia en América Latina coincide
con la pregunta por cómo hacer historia en contextos traumáticos. Ni quisiera reducir la
8 Agradezco a Miguel Gualdrón esta referencia a Glissant y las sugerencias que me ha hecho en
conversaciones sobre su trabajo y el mío acerca de la relación entre temporalidad traumática y una
noción decolonial de historia en Glissant.
190
sugerencia de Glissant, y dejando en todo caso claro, como él, que la posibilidad de
diálogo entre uno y otro fenómeno debe seguir quedando irresuelta, sin diagnosis
por los modos de hacer historia y memoria en América Latina. Y todo esto atado a la
que, tanto la perspectiva decolonial puede beneficiarse de esta puesta en diálogo con
una aproximación filosófica al trauma, como pueden los estudios sobre trauma abrirse a
2.
Todo lo dicho hasta ahora, como lo sugiere el subtítulo de la sección anterior, es apenas
un esbozo de proyecto. No estoy segura a dónde puede conducir ese encuentro extraño,
por una mirada decolonial. Y creo que, para conceptualizarlo y explorar sus alcances, la
filosofía no solo debe ser capaz de producir e imaginar espacios y tiempos distintos,
lenguajes, se inscriben con una contundencia casi ensordecedora. Lenguajes que hacen
ruido, que se niegan a callar, que molestan e insisten una y otra vez en hablar desde
Colombia lleva a cabo esta tarea de manera magistral. En cada caso, desde la
singularidad de su llamado, a través de una inscripción que obliga, cada vez de manera
memoria.9 Quisiera traer aquí a colación, no a modo de ejemplo, sino más bien a manera
preguntas que he formulado en la primera parte de mi intervención, sin por ello dejar a
ello, cada vez, la historia de sus múltiples instalaciones, e insistiendo así en lo irresuelto
9Ver. mi introducción y contribución a la compilación Resistencias al olvido, y los textos que componen
dicho volumen, cada uno dedicado a una obra de arte contemporáneo en Colombia, cada uno dedicado a
escuchar las gramáticas que dicha obra inaugura y las desarticulaciones que, por tanto, el arte lleva a
cabo desde su “fragilidad” constitutiva. Dicha fragilidad no se opone a la fuerza decisiva con la que el
arte nos habla. Se refiere más bien al modo como la obra se rehúsa a resolver, a cerrar y dar un
significado definitivo a aquello que aparece cuidadosamente evocado en la materialidad, algunas veces
efímera, otras veces masivamente contundente, de la obra.
192
Para cualquier espectador que entre a la galería y se tope con los racimos de banano
descomposición, esta obra no puede sino recordar aquel evento mítico en la historia de
Colombia y conocido solo a través del nombre que perpetúa a sus perpetradores: “la
Company y de sus familias, quienes fueron asesinados bajo la orden del General Cortés
Este evento está marcado decididamente por la historia de su olvido, por la ausencia en
los archivos oficiales de todo documento que pueda dar testimonio de su ocurrencia. Ha
10 Una primera versión, más corta, del texto que sigue a continuación, fue publicado como parte del
catálogo de la exposición, editado por José Roca, y acompañado de textos de Roca, Restrepo y Juan
Mejía. Las imágenes de la obra son también parte del catálogo original y se utilizan aquí con
autorización del artista.
11 Si bien existen estudios históricos sobre la masacre, e investigaciones sobre lo que pudo haber
ocurrido allí y el modo como pudieron haberse llevado a cabo los hechos, todos los documentos señalan
la ausencia de un archivo oficial y de pruebas que permitan comprobar lo que sobrevive en la memoria
colectiva y los pocos testimonios recogidos, esto es, un asesinato masivo de los trabajadores de la
compañía y sus familias (ver White y LeGrand, entre otros). Los dos principales documentos producidos
inmediatamente después de la masacre, reproducen esta ambigüedad. Está por un lado el informe oficial
y el relato posterior del General Cortés Vargas, que reconoce 13 como el número oficial de muertos (ver
Cortés Vargas 91). Está por el otro el discurso de Jorge Eliécer Gaitán ante el Congreso de la República,
denunciando la masacre y la impunidad a la que habrían quedado condenados los hechos, en el que se
llegan a mencionar, siguiendo los testimonios recogidos por Gaitán en su viaje a Ciénaga, más de mil
193
–¿Qué?
–Los muertos– aclaró José Arcadio –debían ser todos los que estaban en
la estación.
“La versión oficial --continúa la novela-- mil veces repetida y machacada en todo el país
imponerse: no hubo muertos, los trabajadores satisfechos habrían vuelto a sus familias,
muertos (cf. Gaitán 24). Dicha ambigüedad, como lo destaca Ángela Uribe, queda recogida de manera
acertada en el relato ficcionado de los hechos que Gabriel García Márquez recrea en Cien años de soledad
(cf. Uribe 48). Por lo mismo, señala Uribe, García Márquez perpetúa, en lugar de resistir, la equivalencia
de ambas versiones, contribuyendo con ello a inscribir la imposibilidad de recordar la masacre y la
tendencia a sustituir los hechos por una ficción (cf. Uribe 65-66). Es significativo, sin embargo,que en su
trabajo Sobrevivientes de las bananeras, publicado en 1981, y en el que recoge los testimonios de los pocos
para entonces sobrevivientes de la masacre, el periodista Carlos Arango Z.destaque aún a Cien años de
soledad como lo más cercano al de otro modo ausente homenaje a los miles de testigos de los hechos
ocurridos en Ciénaga (cf. Arango 27). No puedo aquí atender a esta tensión entre la crítica de Uribe a las
consecuencias del relato de García Márquez y el lugar que este relato literario ocupa no obstante como
lugar decisivo de resistencia al olvido institucional. Para un análisis detallado de esta confrontación y mi
posición al respecto, cf. mi texto “Aesth-ethics of Memory”. Es en este debate y en esta tensión, no
obstante, que José Alejandro Restrepo ubica a su obra “Musa Paradisíaca”. Y es exclusivamente esto
último lo que me interesa mostrar a continuación.
194
Una lluvia que no cesa por “cuatro años, once meses y dos días” (261), garantizando
que toda huella de lo que habría sucedido aquella noche en Macondo fuese
Así inscribe Cien años de soledad la marca del olvido que ha sido en tantos casos la
la memoria colectiva: como un evento tan irrastreable como indecidido. Queda trazado
en el relato ficcionalizado el esfuerzo oficial por borrar los hechos. Queda también,
como marca indeleble de su escritura, la resistencia que la novela ejerce frente a esta
imposibilidad. Entre el “no hubo muertos” y “debían ser como tres mil”, la masacre
relato de García Márquez conserva así la diferencia abismal entre el mito y la historia
oficial, lo inscribe como abismo y lo retrata en toda su ambigüedad desde los oídos
historia, como uno más de esos pergaminos de Melquíades que anuncian al final de la
Es también desde este abismo entre el mito y la historia, desde el lugar que ocupa el
archivo inagotable que sobrevive entre ambos, que José Alejandro Restrepo nos
interpela en Musa paradísiaca. La obra continúa así el relato que la novela de García
Márquez habría iniciado con el trazo de su escritura. No se trata únicamente del relato
de una historia que no ha sido aún contada –y que la obra reclama a gritos desde su
presencia callada–, se trata también de la búsqueda incansable por una respuesta que
esté a la altura del reto planteado por tantos años de olvido de la masacre y de sus
195
múltiples repeticiones hasta el presente.12 La obra es, pues, la búsqueda por un modo de
representar –por un lenguaje, una gramática– que pueda dar cuenta a la vez de la
Todo en la instalación nos habla de los modos como José Alejandro ha buscado aquí
producir esas gramáticas que, desde el corazón mismo del olvido, y como anacronías
historia:
nos encontramos así, en el primer piso de la galería, con una representación de una
que se rehúsan a amarillarse con el tiempo, como una muestra fortuita de la presencia
12 Es importante señalar, así, que la repetición de Musa en sus múltiples instalaciones es también la
inscripción performática de una repetición histórica que Restrepo quiere señalar con su obra: la
repetición de la masacre de los trabajadores de la United Fruit Company en la violencia (paramilitar)
relacionada con las bananeras en el Urabá (el caso de Chiquita es ahora más conocidoy ha sido llevado ya
ante la Corte Interamericana, hecho que no había ocurrido aun cuando la obra fuese instalada por
primera vez en 1996). Los documentos del archivo del artista no solo sugieren esta continuidad, sino que
registran claramente la in/visibilidad de estas violencias, su presencia en la prensa y en archivos
televisivos, presencia que denota no obstante la ausencia de estos hechos en el discurso oficial y la
impunidad que aún rodea los más de 30 años de historia de masacres paramilitares en el Urabá.
196
Por último, las imágenes que, en el tercer piso de la exposición, recogen y nos recuerdan
la historia misma de la obra, desde las reproducciones del grabado que dio lugar a su
fotografías que interpretan cínicamente la iconografía colonial, ver imagen 5), hasta
expulsión del paraíso y el momento en el que historia y mito dejan de ser distintos para
convertirse en las dos caras de la misma moneda. ¿Es acaso la historia en Colombia ese
sueño alucinado? Es una de las preguntas que esta obra, creo yo, y sobre todo esta
Archivo, duelo e historia: cada uno de los pisos de la instalación nos confronta con una
maneras en que estos operan como cómplices de una historia de olvido que la
acumulado tras años de esa pesquisa paciente que Restrepo ha emprendido desde la
cierre, al caso encajado, clausurado –cara simétrica del olvido–, evoca lo inarchivable,
el exceso que se rehúsa a dejarse cerrar y que persigue, en una repetición que recuerda
197
esos cuerpos sin vida –cómo no pensar en ello al atravesar los racimos que, cada vez
más putrefactos, colgarán del techo de la galería. Cuerpos robados a la historia que la
cíclicamente el camino que va desde el pasado colonial (que se confunde con el mito, el
mito de la colonia, una historia colonizada por sus mitos) hasta la reproducción de sus
estructuras en el presente.
la marca que ha dejado todo intento por eliminarla; así también Musa paradisíaca es la
escindida, cíclica, latente, que como los videos que se proyectan sobre el suelo de la
galería, recorre en bucle la historia desde la colonia hasta el presente –hasta el presente
inaugura, creo yo, y hace posible una gramática que, en su capacidad de escuchar las
Obras citadas
53-65.
Resistencias al Olvido. María del Rosario Acosta López & Grupo Ley y Violencia eds.,
silencios de la guerra, Camila de Gamboa y María Victoria Uribe eds., Universidad del
Arango Z., Carlos. Sobrevivientes de las bananeras. Editorial Colombia Nueva, 1981.
Caruth, Cathy. Unclaimed Experience: Trauma, Narrative and History. John Hopkins
2013.
Cortés Vargas, Carlos. Los sucesos de las bananeras. Editorial Desarrollo, 1979.
200
Freud, Sigmund. “Más allá del principio del placer.” Obras completas. Traducción José
Gaitán Ayala, Jorge Eliécer. 1928 La masacre de las Bananeras. Editorial Cometa De
Papel, 1997.
García Márquez, Gabriel. Cien años de soledad. Editorial Oveja Negra, 1984.
250.
editores, 2007.
White, Judith. Historia de una ignominia: la United Fruit Co. en Colombia. Editorial
Presencia, 1978.
202
decolonial”
Santiago Castro-Gómez
crítica “desde América Latina” sería negar toda pretensión de universalidad, pues se
y que exportarla hacia otros ámbitos culturales conllevaría reproducir un gesto colonial
que debe ser desechado. En este trabajo quisiera presentar algunos argumentos que
1
Todos estos argumentos se encuentran desarrollados con amplitud en mi libro Revoluciones sin sujeto.
Slavoj Zizek y la crítica del historicismo posmoderno.
203
La primera pregunta que quisiera levantar es si las identidades culturales pueden ser
pensadas como particularidades puras, esto es, como fenómenos que se constituyen sólo
en relación consigo mismos, con su propia tradición ancestral, y que existen con total
De entrada, diré que la respuesta a esta pregunta debe ser negativa. ¿Por qué razón?
abstraemos de la red derelaciones que la hace posible. No existe ninguna práctica que
tenga sentido por sí misma, con independencia de la posición y la función que ocupa en
una red de relaciones diferenciales. Esta, me parece, es una de las lecciones básicas que
para mostrar que todo acto significativo se define únicamente al interior de un sistema
de diferencias. El signo no se define por unas propiedades esenciales, sino por las
diferencias que lo distinguen de otros signos. Es decir que el signo no tiene identidad
consigo mismo; la identidad plena del signo es algo que se le “escapa” constantemente,
significaciones. Derrida nos dice que en un sistema de este tipo no puede pensarse algo
así como una “armonía preestablecida” entre los elementos, es decir, un principio que
regule la posición que ocupa cada uno de ellos en el sistema y establezca de antemano el
tipo y el número de relaciones que entabla con todos los demás elementos. Si esto
ocurriera, lo que tendríamos sería un sistema cerrado, libre de diferencias, pero entonces
Foucault, por su parte, nos dice que toda comunidad humana se encuentra atravesada
por relaciones de fuerza, lo cual quiere decir que ninguna fuerza particular puede
204
definirse con independencia del sistema de fuerzas que la constituye, bien sea como
fuerza afectante o como fuerza afectada. Ningún elemento puede existir sino referido a
las relaciones de fuerza que entabla con todos los demás elementos. Este modelo
agonístico del poder apunta hacia la tesis de que ninguna formación social jamás podrá
que una comunidad cualquiera pueda “completarse” y adquirir una identidad esencial.
Siempre será una comunidad incompleta, pero no porque ontológicamente le falte algo,
sino porque la dinámica de las fuerzas genera siempre nuevos pliegues y nuevas
las comunidades humanas son históricas. Todo esto quiere decir, según Foucault, que no
precisamente esta falta de origen lo que hace que el juego de las fuerzas tenga siempre
un final abierto, esto es, que exista una relación no determinable de antemano entre los
muerto, cerrado en sí mismo, en el que ninguna incitación mutua de las fuerzas sería
posible.
Tan sólo serán posibles fijaciones parciales y precarias, ya que las identidades sociales
205
no pueden ser pensadas con independencia del sistema de relaciones diferenciales del
que forman parte. No existen, por tanto, identidades que no sean relacionales, tal como
las otras identidades sino también el espacio global que constituye las
diferencias como diferencias. Peor aún: como sabemos muy bien, las
decir que cada grupo no es sólo diferente de los otros, sino que en
Lo que dice Laclau es que las identidades sociales no son esenciales, es decir que no se
de una vez para siempre y sin relación con una exterioridad, los significados acerca de
lo que un grupo «es». Tal posición, por desgracia bastante común en algunos círculos de
reaccionaria. Las luchas identitarias, sea cuales fueran (de género, raza, clase,
propia identidad y al mismo tiempo verse a sí mismas como luchas progresistas, ya que
con ello dejan intacto el sistema de relaciones que jerarquiza las identidades. Sancionan,
reproduciendo de este modo la lógica del apartheid. Quien afirma una particularidad
debería ser igualmente válida, incluyendo, desde luego, la de aquellos grupos que han
subordinado la identidad por la que se está luchando. Estamos, pues, frente a una
paradoja insoluble.
ciertas relaciones de poder y no una esencia intemporal que pueda ser pensada con
independencia de éstas. No hay manera de que una comunidad particular (sea indígena,
negra, gay, musulmana, lésbica) viva una existencia independiente del sistema de
una ilusión creer que las comunidades subalternas viven como las mónadas de Leibniz,
sin puertas y ventanas abiertas hacia el mundo exterior. Por eso Laclau dice que una
incluir la transformación del sistema de relaciones desigualitarias a partir del cual estas
207
particularidad. Quien lucha por cambiar su posición subalterna, tendrá que cambiar
también las relaciones de poder que han definido esa posicionalidad particular, lo cual
puede tener una cosa, sin tener también la otra. Modificar un sistema jerárquico de
reclamando conocer la «verdad» de esa cultura (en tanto que esencialmente diferente a
los valores que unifican a esa comunidad subalterna). Aquí lo que tendríamos es la
Ya lo hemos visto: sólo hay política si primero se reconoce que entre los adversarios
existe una relación de antagonismo. Pero cuando una de las partes niega (por la razón
unos como colonizadores y a otros como colonizados, a unos como superiores y a otros
donde hay esencialismos no puede haber política, y allí donde hay política no puede
2
Al respecto dice Laclau: “En lugar de invertir una relación particular de opresión/cierre en lo que tiene la
particularidad concreta, invertir lo que hay en ella de universalidad – la forma de opresión y cierre como
tal. La referencia al otro se mantiene también aquí, pero como la inversión tiene lugar al nivel de la
referencia universal y no de los contenidos concretos del sistema opresivo, las identidades tanto de los
opresores como de los oprimidos son radicalmente modificadas” (62).
208
De todo esto podemos concluir que una posición teórica “decolonial” no es aquella que
los elementos que entraron en esa matriz de relaciones jerárquicas. Aquello que
desigualitario de relaciones de poder y no debe ser pensada, por tanto, como una
(Entstehung) de ese sistema diferencial de fuerzas, diríamos entonces que no hay una
identidad indígena, negra o europea que sea previa a la consolidación de esa red
geopolítica de relaciones. Lo que quiero decir es que las identidades son lo que son,
que organiza la posición ocupada por cada una de ellas. Pretender la “conservación” de
identitaria ancestral, poco tiene que ver con una política emancipatoria. Este tipo de
hace posible para contemplarla como un objeto impoluto y distante, no es otra cosa que
2. ¿Qué es el “eurocentrismo”?
209
son pocos quienes afirman que “pensar desde América Latina” significa pensar por
fuera de los parámetros establecidos por la política moderna, ya que éstos son
¿Qué tan válidos pueden ser estos argumentos? Para dilucidar esto, quisiera considerar
en primer lugar la posición del filósofo Slavoj Žižek. El argumento del esloveno es
claramente hegeliano. Es cierto que los poderes coloniales europeos irrumpieron con
la resistencia política frente a esta irrupción colonial debe echar mano del lenguaje del
colonizador para llevar a cabo su lucha, en lugar de propugnar por un retorno a los
lenguajes previos a la ocupación colonial. ¿Por qué razón? Porque sólo radicalizando la
3
Ver Bautista.
210
contrapelo de esto, el esloveno muestra que la lucha por la descolonización debe asumir
plenamente la herencia europea, esto es, el gesto de la universalización, para desde ahí
Žižek ilustra su punto con varios ejemplos. El más claro de ellos es el de los procesos de
de muchos teóricos culturales indios de que el inglés les ha sido impuesto como lengua
filósofo esloveno retoma el caso de los Dalits, aquellos sujetos tenidos como parias por
el sistema tradicional de castas de la India. Precisamente fueron ellos, los que “no tenían
parte” en ninguna de las castas, quienes reivindicaron el inglés como lengua nacional.
Para los Dalits, el sistema colonial inglés creó las condiciones formales para que fueran
vistos como sujetos jurídicamente iguales ante la ley. Antes de eso, en la situación pre-
colonial, no gozaban de ningún derecho, sino que eran tenidos como un homo
sacer(Žižek. Absolute Recoil 32-33). Lo que nuestro filósofo quiere decir es que la
que esta universalidad es «incompleta», que ha dejado algo por fuera. La lucha no es
entonces por desembarazarse de la universalidad, sino por encarnarla. Pues sólo cuando
los que «no tienen parte» muestran que ellos son el punto que «niega» la universalidad
Žižek, “sólo cuando los indios abrazan el ideal democrático-igualitario, ellos llegan a
ser más europeos que los europeos mismos” (Žižek, Absolute Recoil136).
qué coloca esta X en su nombre de pila? Con ello quería indicar que había perdido
definitivamente la identidad que le ligaba con sus ancestros esclavos y que no era
identidad más universal incluso que la reclamada por los blancos. La lucha política de
los sujetos que, como él, no «tienen parte» en la sociedad, no consiste en “volver” a la
los blancos han reservado para ellos y hacerla concreta mediante su “punto de
exclusión”, aquel elemento que esa universalidad dejó por fuera (Žižek, Absolute
Recoil133). La universalidad sólo se hace efectiva cuando es apropiada por aquellos que
de la identidad, sino llevarla “más allá” de los límites señalados por los esclavistas
plantean hoy día muchos teóricos poscoloniales. Ya el propio Nelson Mandela se daba
cuenta de que la supremacía blanca y la tentación del retorno a las raíces tribales, eran
Aunque no comparto con Žižek varios elementos de su crítica, concuerdo sin embargo
negar toda universalidad con el objetivo de liberar las particularidades oprimidas por el
e inmune frente a todo antagonismo. Una comunidad en la que no hay “síntoma”, donde
una clara línea divisoria entre la izquierda y la derecha: mientras que la derecha niega el
cambio sabe que no hay política emancipatoria sin universalismo y se opone a todo
Europa sobre el resto del mundo, sancionando de iure los privilegios obtenidos de facto
a partir del saqueo que produjo la colonización. Es por esto que, en su opinión, la lucha
que ésta es tan sólo un invento perteneciente a la historia local y particular europea.
porque elevaría a un carácter general lo que tan sólo vale para una cultura en particular.
213
¿Qué diremos frente a esto? Es verdad que a través de la expansión colonial, Europa se
europea como encarnación de una forma humana universal que debía ser “comunicada”
a todas las demás culturas, aún en contra de su propia voluntad. Las resistencias de las
su incapacidad constitutiva para acceder a lo universal. Aquí sin duda tienen razón las
Creemos que no, porque el problema que está en juego no es elegir entre lo universal y
lo particular, sino comprender el tipo de relación que se da entre estos dos polos. No se
trata de equiparar el eurocentrismo con la universalidad para después abandonar las dos
cosas en nombre de la particularidad, sino de entender que eso que hoy llamamos
Para comprender este problema debemos acudir de nuevo al filósofo argentino Ernesto
corresponde a la filosofía antigua clásica (Platón), en la que las relaciones entre ambos
sofística). Dicho de otro modo, o eres un filósofo y puedes atrapar lo universal a través
particularidades. No existe mediación alguna entre estas dos posiciones. Tal mediación
mismo. Es lo que ocurre en la Biblia cuando Dios revela su voluntad universal a los
hombres mediante una serie de eventos esenciales que son opacos a la razón
antigua, ya que Dios aparece como mediador entre los dos polos. De este modo aparece
razón.
Será apenas con el advenimiento del racionalismo que la conexión entre la universalidad
particularidad que la encarna, con lo que aparece la idea de un cuerpo que es, en sí y por
cuerpo universal), sino también la idea marxista de que el proletariado es una clase
universal:
Lo universal había encontrado su propio cuerpo, pero éste era aún el cuerpo de una
cierta particularidad. De tal modo, la europea era una cultura particular y, al mismo
europea tenía que ser presentada en términos de una función universal de civilización,
eso que llamamos eurocentrismo. Europa se presenta como agente universal, bajo la
encarnados en actores específicos. Con lo cual queda claro que el problema del
que existe con anterioridad a ella. Desde este punto de vista, el eurocentrismo es un
término que refiere a una concepción clásica del universalismo y nada tiene que ver, por
ejemplo, con reconocer que muchos de los adelantos técnicos, científicos y políticos que
hoy día son patrimonio de la humanidad provienen de Europa. No hay entonces que
ello nos conduciría a un callejón sin salida. Debemos entender que la mejor forma de
universalidad. Pero no se trata, como veremos, de una universalidad abstracta que niega
la particularidad (es decir del universalismo), sino de una universalidad concreta que se
un conjunto de valores que preexisten a las relaciones entabladas por los actores
sociales, y que son encarnados por uno de ellos en particular, en este caso en los
hace posible y encarna una verdad definida tan sólo a partir de sí misma. En el primer
europea que encarna valores universalmente válidos para todo el planeta. Con Laclau
clásica del universalismo y nada tiene que ver con el reconocimiento de que la
Como acabamos de ver, se ha hecho un lugar común la sospecha de que detrás de toda
propio y singular de la historia local europea, que fue exportado violentamente hacia
otros contextos culturales gracias a la colonización, operando de este modo como una
argumentos.
Ante todo, hay que decir que cuando se habla de universalidad, quienes se ocupan de la
Habermas. Ambos filósofos entienden que no puede haber política sin apelar a un
“punto de vista moral” en el que un acuerdo sólo podrá ser aceptado como legítimo, si
cuando el procedimiento que lo hizo posible garantice que el resultado del mismo pueda
218
ser aceptado por todos los participantes en la deliberación, con independencia de si ese
deliberación en torno a lo que debe hacerse para llevar una “vida buena”, para lo cual se
tendrán en cuenta las normas ancladas en la cultura particular de los hablantes, que en
contrario, no apela a los valores culturales de los hablantes, sino que apela a juicios
decir que apelará a unos procedimientos de discusión que puedan ser aceptados como
válidos por todos los participantes. Como puede verse, mientras que el discurso ético se
No es extraño que este tipo de universalismo haya generado críticas provenientes sobre
todo del feminismo y de la teoría poscolonial. Se sospecha que bajo esta razón universal
Grosfoguel nos dice, por ejemplo, que en tales universalismos “el sujeto epistémico no
interior consigo mismo, sin relación con nadie fuera de sí” (Grosfogel 64). El
universalismo sería tan sólo una particularidad más, un ethos que se postula como
219
universal gracias a los privilegios que obtiene este sujeto epistémico de la dominación
Grosfoguel sospecha con razón que los “universalismos occidentales” no son sino la
otra cara de un eurocentrismo que legitima la superioridad de Europa sobre los pueblos
política y que son usados como arma para someter a otras culturas y formas de vida
argumenta que toda pretensión de universalidad debe ser abandonada por completo, a
enseguida, es la incapacidad de articular una voluntad común que vaya más allá de los
posible (en esto se distingue del universalismo), sino que es un efecto de las mismas.
Por ello, como decía, estoy de acuerdo con Žižek cuando afirma que la universalización
Pero, ¿cómo se produce esta universalización de intereses? Tal vez sea Rancière quien
con mayor claridad vislumbra este problema. De él precisamente toma Žižek la idea de
que los «sin parte» (el elemento sintomático de la sociedad) pueden asumir la voz de
todos y cuestionar de forma radical el orden existente. ¿Qué significa esto? Que en toda
sociedad hay “sujetos flotantes” que no encajan en el ordenamiento que esa sociedad
considera útil, normal, funcional o deseable. Son entonces los “parias” de esa sociedad,
ordenamiento que los excluye. Pero atención: lo que cuestionan no es la exclusión que
tiene lugar. No piden ser incluidos en el mismo orden que les excluye (“queremos tener
una parte en ese orden”), sino cambiar las reglas que son válidas para todos (“queremos
otro orden”). De modo que, según el filósofo francés, la función política de los “sin
parte” es “poner constantemente en juego lo universal bajo una forma polémica” (90).
Cuando esos sujetos flotantes “toman la palabra” (algo que supuestamente no “pueden”
hacer, ya que se les considera inferiores), en realidad no están hablando por ellos
mismos sino por todos. Lo que cuestionan no es tal o cual regla en particular que debe
ser cambiada, sino la totalidad de las reglas de juego que organizan desigualitariamente
en particular que vale para ellos, sino por la desigualdad que vale para todos.
Rancière menciona como ejemplo el caso de “la muchacha negra que un día de
autobús” (89). Cuando Rosa Parks hace lo que supuestamente no debía hacer (un negro
no puede sentarse en el lugar del autobús que corresponde sólo a los blancos), no estaba
para los habitantes de Estados Unidos, sino para todos los que en cualquier parte del
mundo son tratados desigualmente en las distintas jerarquías que componen el “orden
política, etc. Pues en cada una de estas jerarquías siempre juega una distinción entre
aquellos que tienen parte y aquellos que no la tienen. De tal modo que cualquiera de los
«sin parte» en cualquiera de esas jerarquías de poder, podría levantarse y decir: “yo soy
Rosa Parks”. Nótese además que la universalidad que invoca ella no es abstracta
221
(basada en los Derechos Humanos que dicen “todos los hombres son iguales”), sino que
lugar “equivocado” del autobús, Rosa Parks está diciendo: “aunque soy mujer y soy
negra, me considero igual a todos los que se sientan aquí”. Eleva de este modo una
invocan los “sin parte” para articular una política emancipatoria. Sus reclamos no hacen
énfasis en el hecho de la diferencia (soy mujer, negra, pobre, lesbiana, golpeada, etc.),
(alguien que ocupa un lugar inferior en una jerarquía de poder no puede “igualarse” con
los que ocupan lugares superiores), Rosa Parks se apropia precisamente de aquello que
se le niega y eleva una pretensión de universalidad que vale no sólo para ella, sino para
todos los que son inferiorizados en cualquier otra jerarquía de poder. Lo cual significa
universalidad concreta.
entonces el camino para una política decolonial, tal como argumentan hoy día muchos
ilusoriamente de todo contenido, que se postula sin embargo como fundamento de todos
síntoma, es decir por medio de aquellos contenidos particulares que han sido negados
particularidades que han sido dejadas “sin parte” en las diferentes jerarquías de poder
se niega la universalidad como tal, sino tan sólo la negación que la universalidad
Finalicemos esta sección diciendo que si lo que busca una lucha decolonial es afirmar
las particularidades excluidas en cada una de las jerarquías de poder (sean estas de raza,
aquella que lucha por el reconocimiento de las formas de vida particulares, sino una que
día permite que cada particularidad pueda gozar de su estilo de vida. Hay productos de
todo tipo para la comunidad gay y para las lesbianas, hay tiendas especializadas en
4
En mi opinión son cinco las jerarquías de poder que organizan desigualitariamente las sociedades
contemporáneas: hay jerarquías de raza, clase, género, nación y orientación sexual. Las luchas políticas
emancipatorias tendrán que ser entonces interseccionales, lo cual conlleva la articulación hegemónica de
las particularidades excluidas en cada una de las cadenas
223
música étnica, hay ropa y emblemas para los punks, mercados de artesanías indígenas,
Así las cosas, una lucha emancipatoria no es aquella que renuncia a la universalidad con
es decir al gesto político por excelencia, tal como lo muestran tanto Žižek como
las identidades, en donde las luchas políticas se mueven cómodamente al interior del
Desde este punto de vista, lo universal no tiene contenidos necesarios, sino que todos
quiere decir que lo universal no es una forma común a todos los humanos encarnada en
un actor particular (Europa), sino una aspiración que debe ser “llenada” parcialmente a
de operaciones equivalenciales (como en Laclau). Así las cosas, resulta claro que un
5
He acuñado la categoría “abyayalismo” en mi libro Revoluciones sin sujeto (2015) para referirme a las
posiciones que propugnan por una “revitalización” de los valores de las culturas nativas previas a la
colonización, como si tales valores hubieran permanecido en una exterioridad absoluta frente a las
relaciones de poder que los subalternizaron. El abyayalismo es entonces la ilusión de que es posible
sustraerse a las relaciones dominantes que definen la posición de las distintas particularidades en un
224
eurocentrismo.
4. Transmodernidad
pensar una política emancipatoria de izquierdas en América Latina. Para evitar esta
como ha venido siendo utilizada por el filósofo argentino Enrique Dussel.6 De entrada
curiosa idea de que la modernidad en su conjunto tiene una “lógica profunda” que es el
puede serlo de otro modo, tales activistas se precipitan en una actitud radicalmente anti-
sistema jerárquico de clasificación de las poblaciones (eso que Quijano denomina la “colonialidad del
poder”)
6
No es Dussel quien habla primero de “transmodernidad”. Ya lo había hecho antes la feminista
posmoderna española Rosa María Rodríguez Magda en su libro La sonrisa de Saturno. Hacia una teoría
transmoderna (1989). Pero su uso del concepto es muy diferente al que hace Dussel
7
Muchos de estos activistas toman como referencia al grupo modernidad /colonialidad, pero en realidad
nadie de este grupo (hasta donde yo recuerdo) sostuvo jamás una idea semejante. Lo que se dijo es que la
modernidad y la colonialidad son dos caras distintas de una misma moneda (la constitución en el siglo
XVI del “mercado mundial” al que se refiere Marx en el Manifiesto), pero no que la modernidad es un
“efecto de superficie” cuya “lógica oculta” es la colonialidad. Ningún miembro del grupo dijo jamás que
la modernidad se reduce a la colonialidad (!)
225
indígenas y negras para el caso de las Américas), pues allí se encuentran las semillas de
por excelencia. No obstante, la política que ofrece Dussel tiene en realidad muy poco
Al igual que los otros miembros del grupo modernidad/colonialidad (Mignolo, Quijano,
histórico que tiene un momento “intrauterino” (por así decirlo) con la constitución de la
burguesía hacia finales de la edad media europea, pero que adquiere su perfil definitivo
colonial de las potencias europeas (lo que teóricos marxistas como Immanuel
por primera vez juntas, pero en relación asimétrica, a una gran cantidad de “culturas”
que antes habían vivido separadas unas de otras, estableciendo sobre ellas la hegemonía
8
Hay que decir, sin embargo, que la obra temprana de Dussel (en los años setenta) favorecía esta actitud
anti-moderna, pues presentaba a la modernidad como una “totalidad opresora” en su conjunto. Actitud
que por fortuna será posteriormente moderada por el propio Dussel en la medida en que se deja interpelar
por los textos de Marx
9
Ver al respecto Dussel. Filosofías del Sur, 257 y siguientes.
226
menos casos), sino que es, ante todo, el establecimiento de una hegemonía cultural.
Esto quiere decir que las culturas de esos pueblos no fueron destruidas (su propio peso
capitalismo (Dussel, Filosofías del Sur, 282). Pero esto significa también que tales
pliegues han permanecido en una “exterioridad relativa” con respecto al significado que
todos estos procesos adquirieron en Europa. Aquí se muestra el alcance del concepto
su mundo ancestral premoderno. Pero Dussel tiene claro que esos valores ancestrales no
incorporados por el colonialismo), sino que se han transformado junto con ella. No hay
cual ninguna cultura en el planeta tierra puede ni podrá sustraerse por entero, tal como
lo entrevió Marx.
¿Qué significa entonces la “transmodernidad”? Esta noción apunta hacia el modo en que
expansión colonial europea. Significa atravesar la modernidad, pero desde “otro lugar”,
227
Se trata de una modernidad vivida desde la exterioridad relativa que niega su forma
un proyecto político, económico, social y cultural que marcará una nueva fase de la
historia mundial. Un proyecto que, según él, será impulsado por “intelectuales
viven “entre dos mundos”, quienes pueden establecer las mediaciones culturales
necesarias entre la modernidad occidental y los valores de las culturas negadas por ésta
las culturas “nativas” antes de la colonización, sino una “problematización” que tiene
locales negadas por la colonización; pero del otro lado, y al mismo tiempo, la propia
debe ser reinterpretada críticamente (291). No hay entonces en Dussel ningún amago de
10
Para una crítica del “efecto Foucault” en algunas posiciones subalternistas, véase mi libro Historia de
228
Comparto muchos de los análisis que hace Dussel a este respecto y a diferencia de los
Sin embargo, quisiera realizar algunas observaciones críticas antes de finalizar este
trabajo. La primera tiene que ver con su noción de “núcleo ético-mítico”, categoría
tomada de Paul Ricoeur, que le sirve a Dussel para pensar aquello que define no sólo
esta o aquella cultura en particular, sino la cultura en general (Dussel. Filosofías del
Sur282). Su tesis parece ser que la religión forma parte del “núcleo ético-mítico”
presente en todas las culturas. Y sobre la base de esta ontología de la cultura es que
necesidad del diálogo entre los teólogos y los filósofos, como lo deja ver en el apéndice
Quisiera articular una breve reflexión a este respecto. Hay por lo menos cuatro
crítica. Creo, junto con Dussel, que es posible una transmodernización de estas
Dussel) sin el concurso de la ciencia moderna, enriquecida desde luego con aportes
la gubernamentalidad.
229
derecho, que querámoslo o no, continúa siendo el marco básico de la política, aún a
pesar de las pretensiones levantadas en los últimos años por los movimientos
todas las jerarquías de poder que organizan desigualitariamente la sociedad, así estas
institución que considero básica para una situación transmoderna es la crítica. Con ello
cuestionamiento del “sentido común” a través del arte, el debate de ideas, la filosofía,
que tales certezas forman parte de la “identidad cultural” de otros pueblos y de que es
11
Véase su libro Refundación del Estado en América Latina.
12
Sobre este tema, véase mi libroRevoluciones sin sujeto.
230
necesario “inculturar” ahí tales instituciones. Digo esto porque me parece que la
América Latina, sobre todo en círculos de la Iglesia Católica hacia la década de 1970,
en torno a la necesidad de “inculturar” el evangelio. A raíz del Concilio Vaticano II, los
ser válida para entender el problema de la interculturalidad religiosa (en el que en todo
caso no se cuestiona el tema del fundamento último), me parece algo limitada para
culturales no europeos.
Corren días difíciles para la humanidad en su conjunto. La extrema derecha parece estar
también en América Latina. Es muy importante comprender que la mejor estrategia para
por democratizar los valores anclados en el sentido común de las sociedades y por
reconstitución de los tejidos comunitarios no sea importante para avanzar en esta lucha.
Lo es, y mucho. Pero sería un error dar por perdida la lucha por la hegemonía política
Obras citadas
Bautista, Juan José. 2014. ¿Qué significa pensar desde América Latina?. Madrid: Akal.
Castro Gómez, Santiago. 2007. “Michel Foucault y la Colonialidad del Poder”. Tabula
Castro-Gómez, Santiago. 2015. Revoluciones sin sujeto. Slavoj Zizek y la crítica del
diferencia,Anthropos, 271-316.
Akal.
para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Universidad
Rodríguez, Rosa María. 1989. La sonrisa de Saturno. Hacia una teoría transmoderna.
Madrid: Anthropos.
Sousa Santos, Boaventura de. 2010. Refundación del Estado en América Latina.
Perspectivas desde una epistemología del Sur. Quito: Ediciones Abya Yala.
política.Barcelona: Paidos.
Perspectiva Latinoamericana)
Omar Rivera
de género, entre otras) y las apropiancomo identidades desde las cuales se pueden
larga y variada de este planteamiento filosófico (que incluye figuras como Simón
Bolívar, José Martí, José Carlos Mariátegui, y figuras más recientes como Enrique
Dussel y Linda Martín Alcoff). En estas filosofías las identidades sociales suelen asumir
dos funciones que no son necesariamente explícitas. Primero, las identidades son
social, nuestra discusión muestra como estas dos funciones generan una tensión entre
identidades de grupos oprimidos. Así terminaremos con una propuesta específica de una
representatividad1
El socialismo de Mariátegui surge como una polémica interna con sus condiciones
históricas (“Réplica a Luis Alberto Sánchez” 512) ya que para él no existe un punto de
vista crítico fuera de éstas. Por eso él se califica como un “agonista” en vez de ser un
1
Esta sección está en dialogo con la importante interpretación de Mariátegui de Ofelia Schutte en
Cultural Identity and Social Liberation in Latin American Thought. Yo pongo énfasis en el problema de la
representatividad en Mariátegui de una manera que se diferencia de su lectura
236
Sánchez, quien lo acusa de caer en un nacionalismo exótico debido al rol que el “indio”
formas culturales desde perspectivas y ficciones costeñas. Podríamos decir que para
le permite construir la identidad “indio” de una manera fija que cabe dentro de la
Mariátegui señala:
a estas dualidades en los contextos históricos del Perú dándole una base para una
económicos contemporáneos.
En particular, la identidad “indio” debe ser entendida como el foco de los horizontes
nunca se llegan a de-contextualizar y que, por tanto, son fluidas. Podríamos decir que en
tradicionalismos.
Mariátegui es el siguiente:
Sánchez. Evocando al indigenista Enrique López Albújar, quien reconoce que lo que
escribe sobre el “indio” es “la actitud del indio ante el blanco,” (“Intermezzo polémico”
510) Mariátegui parece alejarse de una representación de una esencia indígena dentro de
en formación que sólo comienza a iluminar el rol del “indio” en el Perú contemporáneo,
y que tiene que ser sometido a una revisión crítica en torno a su representatividad. De
esta manera, Mariátegui parece mantener una distancia entre el “indio” como un foco
representación.
Esta posición es, sin embargo, problemática. La identidad “indio” como foco
adquiere validez si es que su perspectiva crítica apunta a gente de carne y hueso. Esta
dándoles un punto de partida concreto. Hasta el argumento de los Siete Ensayos, donde
oprimidos son sus puntos de partida concretos, y porque estos grupos tienen que
socialismo, y cae en una representatividad del “indio” inspirada por Valcárcel. De esta
88)
240
estableciendo una relación representativa entre una identidad racial y colonizada que
tiene que ser reivindicada por su socialismo (la del “indio” específicamente) y un
de origen. De este modo él construye una identidad “indio” que es excluyente, y hasta
marginaliza a los mismos grupos que intenta representar. Más aún, el socialismo de
raciales inamovibles que apoyarían a la clasificación social del legado del colonialismo
explotados y marginalizados. Por un lado, éstas asumen a las identidades como focos
2. El racismo y el espacio
241
ejemplo de cómo las identidades raciales pueden ser fijadas por espacios, por lugares de
origen en particular. Es común que se nos entienda desde nuestro lugar de origen,
más contundente, delimitada y rígida. Podríamos aquí recordar a Frantz Fanon, quién
colonizados en dinámicas que les impiden habitar efectivamente sus espacios actuales.
en espacios determinados, fijando a tales identidades en sus lugares de origen como sus
Así en Piel negra, máscaras blancas Fanon nos brinda una fenomenología
detallada sobre el racismo y el espacio que merece ser analizada con detenimiento. Parte
desde sus propias proyecciones corporales. El escribe: “Demasiado tarde. Todo ha sido
la nada…” (100). Él también percibe cuerpos blancos que ocupan espacios, cuerpos que
expuesto a una mirada racista dominante que lo paraliza, volviéndolo un objeto alienado
que fija a su cuerpo. (95) Esta es una mirada desde la cual se articula el espacio en
242
contextos racistas y que sólo reconoce las proyecciones espaciales de cuerpos blancos
como legítimas.
Pero las proyecciones espaciales corporales no son nada menos que expresiones
culturales a través de modos de habitabilidad. Así que lo que detecta Fanon como una
tiene que ser concedida por cuerpos blancos que ya se encuentran en estos espacios. El
análisis de Fanón muestra que las formas de habitabilidad de cuerpos negros son
civilización en Europa y los Estados Unidos, mientras que lugares como Latinoamérica
salariada. Quijano subraya que la globalización sólo se puede entender desde esta
global se irradia desde Europa y los Estados Unidos hacia el resto del mundo como una
ola civilizatoria, las localidades que albergan formas de habitabilidad de cuerpos de piel
negra y marrón se restringen más y más, ya que estas formas de habitabilidad (que son
civilización y, por tanto, son ilegítimas. Esta dinámica del espacio en la colonialidad es
243
irrecuperables.
del lugar de origen en torno a las identidades raciales colonizadas. Esto explica la
por la colonialidad y por la “mirada blanca” que ésta hace posible, es efectivamente un
está detrás de su experiencia de no poder ocupar sus espacios. Nuestro análisis de Fanon
muestra que el espacio globalizado no es sólo una realidad geopolítica sino una forma
de identidades raciales como la que desarrolla Quijano, nuestro análisis sugiere que la
los “indios,” evoca en él la “mirada blanca” determinada por la colonialidad, una mirada
que Mariátegui intenta usar la representatividad del “indio” por la sierra para suscitar
socialismo reproduce una estructuración racista del espacio, creando una identidad fija
un pensador que, a pesar de su perspectiva crítica del legado del colonialismo, persiste
atrapado dentro de una ideología racista. Si así fuera, no habríamos avanzado más allá
de la crítica de Sánchez. Más bien, lo importante aquí es demostrar que la fractura entre
sugiere, en cambio, la posibilidad de que estas filosofías superen esta fractura si es que
siguiente: el problema que hemos hecho explícito en el caso de Mariátegui revela que
la otra fijada por la “mirada blanca” en base a características esenciales ligadas a lugares
de origen.
Martín Alcoff
Martín Alcoff tiene una propuesta de una filosofía de liberación que continúa el
énfasis en el aspecto hermenéutico que nosotros hemos desarrollado a partir del texto
Dentro de esta perspectiva, Martín Alcoff toma a las identidades sociales desde las
perspectivas críticas sobre las estructuras de poder que este contexto implica. Como
hemos visto este es el rol hermenéutico que toma la identidad “indio” en el socialismo
de Mariátegui, un rol que permanece tácito en su socialismo pero que se hace explícito
desde el aporte de Martín Alcoff. Esto sucede porque ella pone el análisis de la
clave) una capa de autocrítica que es, como lo sugiere nuestra discusión anterior,
necesaria.
escribe:
Las identidades no son más que experiencias vivenciales que se muestran localizadas
identidades como focos hermenéuticos que informan a las filosofías de liberación social
son efectivamente las expresiones de estas experiencias que toman sentido mediante
razón para concebir a las identidades sociales como fijas, hasta nuestra experiencia de
Martín Alcoff escribe que las identidades “…incluyendo las identidades de género y
Unconscious” 264-265).
que no debería haber contradicción alguna dentro de las filosofías de liberación social
nuestra experiencia de identidad que tiene su origen en la colonialidad (en cuanto a las
se nos presenta ahora es: habiendo desechado concepciones fijas de la identidad ¿son
compromiso con las causas liberadoras? ¿O es que estos procesos representativos nos
247
de una estética de liberación que excede el marco del pensamiento de Martín Alcoff.
A fin de que podamos responder a estas preguntas, sería útil retornar a algunos
buscamos representar en nuestro caso, es esta elusiva apertura. En el caso de Fanon esta
fluidez de las identidades que subraya Martín Alcoff? Las aperturas a nuestra
entonces, acaecen con cierta determinación contextual: nos devenimos hacia nuestras
relaciones sociales a las que nos abrimos. Estas aperturas (o experiencias de identidad)
248
dimensional porque las estructuras sociales a las que nos abrimos vienen compuestas, es
decir, se articulan no por medio de una categoría social sino de varias (género, clase,
raza, etc.). Gloria Anzaldúa captura a las identidades sociales como aperturas corporales
(c) ¿Cuál es el medio concreto por el cual se manifiestan las identidades como
experiencia del espacio fija su identidad porque el espacio es una concreción de capas
espacio en un análisis inspirado por Gloria Anzaldúa y María Lugones, quienes llegan a
de género o laborales. Estos traslados son experiencias que muestran cambios profundos
cuerpos nuestros pero otros nos esperaran en espacios distintos, y así “cambiamos de
249
ser una persona a ser otra persona” (Lugones 89). Lo importante para nuestra discusión
habitabilidad que surgen desde nuestros cuerpos y que adquieren presencia. Una mujer
de color, por ejemplo, puede evocar sus formas de habitabilidad en su comunidad que
poder de un espacio que la discrimina y oprime. Las batallas contra estructuras de poder
nuestra discusión es relevante recalcar que esta interrupción espacial que irradia desde
nada más que una modalidad específica de la apertura fluida y dimensional que
Más que capturar a esta interrupción en una imagen fija y abstraída, por ejemplo, que la
estéticas una posibilidad de apertura corporal (es decir, una experiencia de identidad en
experiencia misma de su identidad racial. Este tipo de experiencia interruptora debe ser
como formas estéticas serían la base de una representatividad distinta a la que fijan las
liberación social.
terminar con una breve nota sobre la propuesta estética de Anzaldúa en Borderlands/La
cuando una historia es narrada. Ella escribe: “La habilidad de la historia (ya sea en prosa
(88). Esta habilidad es una transformación al nivel corporal (no un cambio de puntos de
vista) a través del cual nos abrimos a nuestra experiencia de maneras distintas, estando
el arte invocado ocurre como una experiencia chamánica. Podríamos interpretarlo desde
nuestra discusión diciendo que en éste aparecen las presencias de personas de otros
en nosotros una capacidad corporal de habitar nuestros espacios actuales desde los
expresiones estéticas.
tienen una presencia continua en las comunidades. Ella escribe: “Algunas obras existen
aperturas hacia experiencias que participan en otras espacialidades. Para Anzaldúa, esta
es que la estética de la liberación tiene que ser entendida desde la posibilidad del arte
Ella media entre las culturas españolas e indígenas…y entre los Chicanos
gente de raza mixta, gente que tiene sangre indígena, gente que se
traslada entre culturas [who cross cultures], poseen por necesidad. (52)
(Anzaldúa demuestra esto por medio de una historia de este símbolo). Estas capas están
diosa central que nos conecta a nuestra ascendencia indígena” (49). Pero esta conexión
que se hacen presentes desde nuestras corporalidades. Así, el lugar de origen todavía
habitabilidades dominantes. Esta es una interrupción que es una apertura corporal donde
esquina del comedor. Siempre tenía las velas prendidas. Allí hacía
Obras citadas
Anzaldúa, Gloria. Borderlands/La Frontera. San Francisco: Aunt Lute Books, 2007.
Bolívar, Simón. “Jamaica Letter.” Latin American Philosophy for the 21st Century.
Jorge Gracia y Elizabeth Millán Zaibert, eds. New York: Prometheus Books, 2004.
Du Bois, W. E. B. Du Bois: A Reader. David Levering Lewis, ed. New York: Holt
Paperbacks, 1995.
Fanon, Frantz. Black Skin, White Masks. New York: Grove Press, 2008.
García, María Elena. Making Indigenous Citizens. Stanford: Stanford University Press,
2005.
Maríategui, José Carlos. “EL Rostro y Alma del Tawantinsuyu.” Obras Completas de
2012.
Mariátegui, José Carlos. “El Problema de las Razas en la América Latina.” Siete
Flores Galindo y Ricardo Portocarrero Grados, Eds. Lima: Fondo Editorial del
Completas de José Carlos Mariátegui, Tomo 11. Lima: Biblioteca Amauta, 1986.
Martí, José. Nuestra América Combate. Ibrahim Hidalgo Paz. La Habana: Centro de
Martín Alcoff, Linda. “Educating with a (De) Colonial Consciousness.” Lápiz 1 (2013):
4-18.
Dusssel and Foucault.” Thinking from the Underside of History. Oxford: Rowman &
Press, 2000.
256
filosófico de Enrique Dussel y que se enlazan en una determinada forma, que combina
espacio y tiempo, geografía e historia, aspectos inherentes a una filosofía que, desde sus
oprimida.
De tal modo, cada uno de esos asuntos acompañan el recorrido de una formulación
las relaciones sociales (y de las prácticas a través de las que se restituyen los referentes
modo en el que juega un determinado papel para la constitución política del actuar
material va evidenciando en un largo trayecto temporal. Para el tema que nos interesa,
Será así que las configuraciones espaciales, por vía de las que se articula una
prefiere, anadialéctico).
Resulta evidente que la lucha que se libra entre dos médulas significativas que entraman
la constitución de los órdenes sociales, es decir, la puja por la fórmula en que se exprese
territorialidades que alojen o expresen los procesos de liberación, puede ser fácil, y
reciprocidades de otro modo acogidas (en automático) por la instancia del mercado y
sus motivaciones rentísticas. También por esas razones, a inicios de los años ochenta,
Alain Badiou, en su Teoría del sujeto, en cierto modo un adelanto de su ontología (de
Ser, acontecimiento y lógicas del mundo), propondrá el uso del concepto de «splace»
que, en ese lapso de agitación y encuentro, conmuevan con el fenómeno de splace los
sujeto. No es casual, pues, que varios pensadores estén coincidiendo en señalar ese
global” persiste en defender puesto que logra visibilizarlos en tanto que instancias
(locales) en que obran tales atributos (de ser bienes comunes que afectan
trastocamiento del marco establecido, pueden romper límites al punto que, como dirá
En esos instantes (de peligro) en que es volcado (el espacio) como otro elemento de la
pugna (en donde traslucen espacialidades otras, emergentes, potenciales), hay desborde
liberadora.Serán esos los motivos por los que (por el trabajo del pensamiento) se arriba
los cuales él mismo se ha propuesto liberarse de las ataduras que le han configurado sus
lo es porque ella misma ya es expresión de una liberación del filosofar yde liberación de
La deriva política que expresa el pensar filosófico asume en el tema del espacio una
decisorio, no porque en ese plano discurra la política, sino porque ahí (en el espacio)
261
eslabonamientos de las prácticas sociales con el espacio, un perfil u otro, según sea que
discontinuidad. Por esta razón, nuestra exposición se desarrollará en esos dos niveles
juego.
La importancia del espacio en la filosofía de Dussel no podía ser más explícita. Ocupa,
apertura con la que comienza la parte 1. Historia. El pensar filosófico que Dussel
13).
Declarar que se trata de una tesis fuerte tiene por fin señalar que, en estricta
identificar las condiciones que el estatuto periférico que se ocupa en las lógicas
la CEPAL, los trabajos de Raúl Prebisch dieron una primera colocación continental de
Progreso que han de resquebrajarse por completo las teorías “dualistas”. Se pone en la
mesa de discusión el largo y denso proceso histórico que conforma en nuestra comarca
las bases de la “economía de la sociedad colonial” (al decir de Sergio Bagú), por vía de
Desentrañar ese hecho ocultado, como una más de las temáticas y categorías “tabú”
(según el aporte que mediando el siglo xx nos entregó Pablo González Casanova (1955:
263
151 - 158)), ofreció como resultado, en esta fertilización recíproca y cruzada de los
situados en el marco de una lógica de totalidad que es de alcance mundial, que integra el
que politiza esos temas. Así lo sostiene el teólogo de la liberación Hugo Assmann:
marxista? Sin duda, con tal que ella sepa resistirse a la perversión
luchas de Nuestra América (Assmann, Hugo en Ardiles, et. al., 1973: 28).
No será un mero añadido el que la imperiosa necesidad de romper con dichas ataduras
plusvalía ideológica, que Assmann y Ludovico Silva disciernen, ya a inicios de los años
existenciales y de los diques políticos que la ocupación de ese “lugar en el mundo” nos
que está por vivenciar una condición de auténtico estallido, si es que ha de transitarse
ambos elementos, que no van cada uno por su lado, sino que comparecen al modo de un
dependencia han revelado sus mecanismos (de largo plazo, por el tipo de articulación
que inauguró la situación colonial), y al haberse des-encubierto como las fuentes que
caminos, así sea en condiciones trabajosas como corresponde a las realidades de lo que,
filosofía en América Latina” al modo performativo, esto es, creando dicha filosofía
265
original, que se da no sólo en la disciplina de la “historia de las ideas” sino en obras que
Este es el caso de las filosofías de la liberación y las recepciones que nuestra región ha
prodigado (de igual a igual, en diálogo inter pares), desde una temprana traducción y
aquella —Walter Benjamin, Ernst Bloch, Jean Paul Sartre, entre otros. La sutil crítica de
Frankfurt»” (Assmann, Hugo en Ardiles, et. al., 1973: 28) procura subrayar que, para el
Ardiles, et. al., 1973: 28). El reclamo de Assmann se hace justamente en el volumen
sardo Antonio Gramsci quien, en nuestra región, alcanzó enunciaciones vernáculas que
de la praxis", que Adolfo Sánchez Vázquez, desde México, rastrea y promueve con
vía de los esfuerzos de los argentinos Agosti, y sus discípulos, Portantiero y Aricó. Esto
ellos) en los años sesenta. Desde fines de esa década e inicios de la siguiente, se van
registra el llamado boom literario del realismo mágico y otras creaciones estéticas
(como las múltiples propuestas del teatro popular). En escala continental aparece el
parte de un variado pero profundo movimiento que ofrece aportes para desatar el nudo
de la cuestión (con y más allá del marxismo) y para colocar en primer plano el carácter
liberación” que trata de situarse más allá de la divisoria colonial del mundo y la
pero firmemente ancladas. La forma estándar del filosofar se resquebraja porque en este
terreno también se ingresa a una condición de crisis, que estalla como cuestionamiento
del desarrollismo filosófico prevaleciente, el cual asume como inobjetable una premisa:
Europa habría fijado el modelo y los cánones del filosofar —de todo
una reflexión propia y creativa” (Casalla, Mario C., en Ardiles, et. al.,
1973: 40).
268
comprensión era escasa, o muy dificultosa si aspiraba a alcanzar cimas que fueran más
allá de una acreditación mimética, siendo que los tiempos estaban clamando por romper
con el “colonialismo intelectual” (Fals Borda, 1970). De ahí que el panorama que se
abrió con la polémica entre las opciones de operar, para la edificación de una auténtica
filosofía latinoamericana, como si ésta fuera “una filosofía sin más” (en tanto se ocupa
ejercerse, pues no podría sino reproducir, en el cuadro del pensamiento, las categorías
filosófico desde el que se piensa arrastra limitaciones, siendo así que de la dependencia
del simulacro republicano, y en esa línea, ya pronunciándose por andar las brechas de
Con el inicio de los años setenta, antes aún de su exilio a México, Enrique Dussel
de sus límites en tanto legítimas rupturas, que señalan variantes dentro de la misma
totalidad del “pensar nord-atlántico” (Ardiles, 1973: 8). Así Dussel integra, en sus
por los posthegelianos, pero enriquecida al desatar las intuiciones del viejo Schelling.
propuesta que en los muy tempranos setentas está configurando Dussel se mueve en una
órbita que integra las esferas de la antropología, la historia y la ética. Seráa partir de la
filosófica, la que relanza más allá de las ontologías, del absoluto hegeliano (y de su
del Otro, del pobre, de un pueblo que oprimido clama por su liberación” (Dussel –
En ese movimiento de hacer distancia, con respecto a una filosofía (ese “pensar nord-
atlántico al servicio de la dominación” como diría Ardiles (1973: 23-24)) que reserva un
alcanzado. Las secuelas del nuevo punto de mira, en tanto horizonte hermenéutico de
mundial” (Casalla, Mario C., en Ardiles, et. al., 1973: 42). Por el otro, en palabras de
subsumir
una epistemología subsidiaria a esa economía política del reparto. Esto serealizaa partir
otros engarces de la dimensión temporal (la dimensión de un más allá de esa situación
De ahí que la composición de una “filosofía de la liberación” tienda hacia un más allá
postular lo equívoco del otro como absolutamente otro (en el sentido levinasino). Más
bien, se apuesta por lo analógico, que en sentido ético, filosófico y político querrá decir
algún esencialismo, sino por lógicas que se construyen operando desde lo semejante.
Aquella filosofía que ya está en ciernes, desde hace cuatro décadas avizora en la praxis
moderno/colonial legó o fijó. Compete a una de las dimensiones de esa praxis ser
también la que prepara y ha de desplegar los nuevos contenidos en el terreno del pensar.
Que ello llegue a expresarse, en su momento, como nueva etapa del pensar filosófico no
ejercerla como situacionalidad del discurso, como legítimo locus de enunciación, como
2. Geopolítica y modernidad
o desde las herramientas que ofrece el análisis histórico e historiográfico– con aspectos
una discusión que parte de cuestionar las propuestas dominantes, el canon establecido, a
eurocentrada que estatuye) y de los lugares marginales que ésta asignó a otros
complejos civilizatorios (los que aún a costa de su ubicación periférica, nunca saciaron
272
ésta promueve una relectura de la historia mundial (como es el caso con la “política de
la liberación”). En una línea coincidente, John Agnew, uno de los representantes más
mundial (2005), justamente relaciona los temas que ahora nos ocupan: geopolítica y
modernidad. Este autor procede con la geopolítica como con una especie de herramienta
que el sistema internacional estaba enfrascado en un proceso que demanda una reflexión
inicio del siglo XX, cuando se empieza a hablar desde la configuración analítica de la
geopolítica.1
Tanto los casos de análisis del autor británico Halford John Mackinder –y su teoría del
siglo XIX, del geógrafo alemán Friedrich Ratzel –y su noción sobre el “espacio vital” o
lebensraum–, fueron desarrollados hasta casi mediados del siglo xx por otro de los
autores clásicos Raul Ernst Haushofer –y su teoría acerca de las “grandes áreas” o
grossräume. En ese momento, inicios del siglo xx, el mundo entero pasaba por una
definición del curso del orden mundial se establecía en torno a lo que los politólogos,
1
Por correspondencia, será el mismo acontecer histórico,sucesorio de siglos entre el XIX y el XX, el que ha
de demandar la creación de un enfoque que surge desde la misma constelación de problemas, el de
“Relaciones Internacionales”, como rama de la Ciencia Política, encuadre en el que han predominado las
lecturas realistas y liberales (Carr, 2004).
273
doctrina de la “guerra total”. De ahí que Agnew (2005) señalara que, si bien desde esa
proviene de mucho antes, justamente desde que, con la apertura atlántica del mundo,
justamente, al modo científico con el que laPrimera Guerra Mundialya fuera definida,
operaban batallas en tierra, sí, pero con ejércitos efectivamente disciplinados que, a su
modo, incluso procedían con los principios de la cadena de montaje. Por entonces,
1920, que esa coyuntura habría de decidirse con el despliegue de la Segunda Guerra de
los Treinta Años, y en el modo específico en que lo hizo (en Europa, instauración de
En este punto, es preciso recordar que la Primera Guerra de los Treinta Años, en
1648–, los cuales impulsaban simultáneamente los Estados absolutistas y la clausura del
trato con este plano (es decir, un modo de lidiar con lo humano), que fue inaugurado
ejercicio del paganismoa todo aquél que no se sometiera al ejercicio de las prácticas
secularización o seudo secularización de los dioses del modo religioso anterior por los
moderno.
La manera geopolítica de ver el mundo está relacionada con una fase distinta de la
virtud consiste en mostrar que existe un determinado modo de pensar, que es el modo
de pensar geopolítico, que justamente acompaña al nuevo proceso en el que los distintos
decirlo– en ese violento saqueo que significó la conquista de nuestro continente. Los
como genuina ruptura epistémica del mundo anterior, generan un vuelco dramático en
de las diversas maneras de comprender el mundo. Será así que, no habiendo aún
idolatrías en las que supuestamente incurrirían los grupos humanos paganos. De ahí que
Europa, como en sus áreas exteriores: América, África y Oriente. Y así está procediendo
en este período en que el patrón de poder opera, de un lado, con la bandera de los
Por tal razón, en esta parte del trabajo se hace viable retomar una perspectiva del tema,
determinada condición que abre una perspectiva nueva para encarar los problemas del
mundo. Es así que se puede conectar este enfoque jurídico o de relación entre estados, y
la arena en que se dirimen los aspectos de esa interrelación, como el momento también
ethos nord-atlántico, como modo de relacionarse con los entes que pueblan el mundo.
2
Aquí nos revelan su utilidad los análisis de sistemas-mundo.
276
fallecido Giovanni Arrigui y otros autores que en su momento, en los años setenta, se
conocían como los analistas tercermundistas, como Samir Amin y André Gunder Frank.
Esos cuatro autores siempre recurrieron al análisis de largo plazo para plantear lo que
uso de esa herramienta que es la visión de largo plazo, llamada por el gran historiador
de larga duración–, Agnew planteó esa relación del conocimiento que puede ser
calificada como modo geopolítico de mirar el mundo. Con esa tentativa, es posible
recurrir a dicho enfoque desde ciertos instrumentos de análisis, entre ellos la perspectiva
construir una visión del mundo como un todo, que siempre estuvo relacionada con el
Las potencias mundiales, como anteriormente los grandes imperios, siempre hicieron
uso de esa instrumentación, de esa manera de operar el conocimiento del terreno, que se
nuevo hecho: el conocimiento empírico de que la humanidad es una sola porque habita
una cierta masa que vaga en cierta errancia, la que combina sus movimientos de
traslación y rotación dentro del sistema planetario. Se pasó a una nueva condición de
una Tierra plana sostenida por cuatro elefantes gigantescos que, a su vez, eran
sostenidos por una tortuga incluso más gigantesca, como se creía en la antigüedad. El
existencia de un planeta que es de una forma casi esférica, tal como el pensar griego ya
277
concebía. Pero ese traspaso de lo plano a lo esférico trastocó muchas de las disciplinas
del saber, comenzando por la astronomía, operando toda una modificación en el modo
de comprender el mundo.
Santo Tomás de Aquino, conocida también como tomismo, concibió posteriormente esa
noción de tierra emergida, representada en la imagen de una esfera que, a su vez, flota
en otra especie de esfera, quedando por encima de los océanos. Se admite así la idea de
que la Tierra es en realidad plana, pero que está sumergida por su condición de masa y
por su mayor peso, distinguiéndose de ese modo los grandes océanos, en cuyos lindes,
para Platón, por ejemplo, estarían las antípodas. En esa concepción, la posibilidad de
Tierra–una región de la masa terrestre que todavía se conoce así, en la zona donde
planeta, en 1492. Ese colapso empírico se debió a que se empezó a aceptar la condición
esférica de la Tierra, aunque prevalecía cierta confusión, pues se asumía que el nuevo
sosteniendo la relación entre los Estados dominantes y esa comarca del mundo que se
278
hizo dominante ya como Europa, respecto a las otras civilizaciones, a los otros
clasificatorio entre las personas, lo que permite esa visión geopolítica.Se hace así
explícita la nueva visión y apropiación del mundo como una totalidad, al igual que la
Por ello la modernidad que conocemos terminó siendo una modernidad que, de acuerdo
con las categorías del sociólogo peruano Aníbal Quijano, fue estableciéndose como una
un modo en que la relación de capital despliega todas sus lógicas articuladas hasta sus
política internacional entre unidades que son reconocidas como Estados-nación. Esa
279
posibilidad de que ciertos Estados tengan más poder que otros y que los favorecidos o
naturaleza y de diseño de identidad de quien enarbola tal proyecto mediante una especie
una diferencia de situación al interior de Europa, por lo que se construyó la noción sur
de Europa, idea que en sí misma planteaba una Europa que no es plenamente europea.
Tal categoría del pensamiento filosófico del siglo XVIII fue, en cierto modo, la creadora
de la filosofía política de entonces; es decir, una Europa que no se calibraba como tal,
Tanto Montesquieu como Buffon, al igual que otros filósofos políticos de los siglos xvii
y xviii, crearon la categoría sur de Europa para definir las comarcas de la geografía
europea que, sin embargo, por sus características, no son plenamente europeas,
siglos xvi y xvii. La Europa que sí es tal se mira, justamente, en la Europa de las Luces,
países que ahora son peyorativamente llamados los pigs –los cerdos–, ese sur de Europa
integrado por el Portugal del imperio lusitano, por la España y la Italia mediterráneas, y
por Grecia, y el otro sur de Europa –aunque está situado en el norte–, que corresponde a
prácticamente, la etapa en la que nos movemos, una modernidad expuesta a una cierta
propia modernidad.
Eso también tiene un significado muy importante para pensar los problemas de la
importante. Lo fue para las teorías sociológicas de toda la parte sur del mundo, en
el giro decolonial. Ahí se encuentra también un lugar de cultivo para los principios para
atrapados o colonizados por la disposición liberal de ver ese dominio, y los entramados
Schmitt juega otro papel fundamental para los temas de la filosofía política, con su
Para los decisionistas, aquello que la democracia expresa sería el valor para encarar un
decisiones. Por eso Schmitt es también un teórico constitucional. ¿Qué es lo que expresa
una nación cuando crea un proceso constituyente? Expresa una decisión del nuevo uso,
282
Según Schmitt, el decisionismo alcanza un nivel mucho más unificado en la figura del
nuevo Reich, del nuevo imperio. En su análisis, la decisión encarna en aquel que
ese caso está representado en Hitler. Por eso Schmitt es visto como un teórico político
que fundamenta una peculiar teoría política, la que luego sustentará al nazismo. Ese
decisionismo de crítica al liberalismo es una crítica al liberalismo europeo, pero con las
Sin embargo, Schmitt siguió pensando los temas de la política y, en su fase tardía,
también pensó mucho los temas de la política internacional. Sus libros Tierra y mar
(1942) y El nomos de la tierra (1950) son expresión de un modo muy suyo e interesante
La perspectiva de análisis del autor alemán permite definir con claridad el significado
desprende de la visión que desencadenará toda la nueva visión a propósito del modo de
pensar el mundo después de ese hecho que significó la violenta conquista de América.
Antes, quizás sea necesario señalar que, como tal, el sistema-mundo moderno expresó
relacionada, tal vez, con las nociones de lo que eran los imperios antiguos. Lo que
283
Wallerstein sostuvo con relación a este tema, desde su teoría del sistema-mundo, es que,
justamente, desde la conquista de América, el acta inaugural del siglo xvi, el sistema
podía funcionar más como un sistema imperial. A ello aspiró, por así decirlo, el
territorial, que era un lugar en que nunca se ponía el sol (y que sintetizaba las
ambiciones de Carlos V y hasta de Felipe II), era la más clara expresión de ese fracaso;
su hegemonía, en sentido histórico, fue fugaz, efímera. Se trató, según los teóricos de
poderío.Sin embargo, en esa manera de disponer sus recursos para una apropiación del
planeta entero, entran en una fase de agotamiento, justamente por la hybris de tal
recursos, es decir, encontrar las fuentes que al hacerse cargo de esa dotación la financien
Ahora bien, en cuanto a la época que inaugura América en el suceso de 1492en cuanto
entender tal evento. Esta consiste en darle toda su importancia a la condición de lo que
Analíticamente, desde tal postura, se impone pensar a Europa como otra comarca del
mundo –como una más entre un conjunto diverso–, que tiene su propia historia y que ha
284
pensar la historia del mundo de una manera distinta. Al pensar a Europa como una
comarca más dentro de la historia del mundo, lo que se ve es que la Europa antes del
geográfica expuesta a una condición periférica en el marco de aquel orden mundial, del
que, todavía a fines del siglo XVII, Viena, una ciudad tan importante para Europa, que
vivió bajo el cerco turco durante casi tres décadas, estaba a punto de ser invadida por los
se produce una resistencia muy fuerte; hay enfrentamientos con batallones de ejércitos
del imperio otomano, que son fortísimos, y con una estrategia de combate muy
desarrollada.
La condición moderna como visión del mundo tiene sus secuelas en programas
sistemáticos de afirmación (por vía del ego racional) o por imposición (por vía del ego
conquistador), éste último previo al anterior, y revierte con ello la vocación periférica
por ejemplo, que en Europa misma. Sin embargo, nunca pensamos a Europa como un
subcontinente. Dicen de Europa “el continente europeo”, pero no; es una península de
un sistema más amplio, es una comarca del mundo que, en un determinado momento de
285
articulación de los distintos modos de proceder con un modo de decir, esto es, de operar
con el logos, condensando y articulando sus fuentes: la cultura más desarrollada del
norte de África (la cultura bantú, egipcia) la de los fenicios y la de los pueblos de la
cuenca árabe. Toda esta relación es muy importante para comprender el surgimiento del
Anaxímenes–, que no tenían nada que hacer, se sentaron a la orilla del río y crearon la
grandes religiones. A esto, el filósofo Karl Jaspers llamó la era axial, entendida también
los vedantas en la India, de Jeremías en la filosofía semita y de los griegos para el caso
del pensamiento racional europeo. Se trata de una visión muy distinta a la tradicional, la
del sexto siglo antes de la era común, que sostiene que los griegos inventaron la
trascendentes.
Tales de Mileto inventó la filosofía e inauguró los temas, éstos (los temas) serán
286
ampliados en los presocráticos; después vino Sócrates, que no escribió obras, que
fueron más bien procesadas por Platón. Pero si se tiene una visión histórica de más
largo aliento y descentrada del orbe helenístico, la mirada se torna más interesante. De
resultado, evidentemente, una cierta operación que recompone la historia europea. Con
esa recomposición o relectura de su genealogía hecha por el romanticismo del siglo xix,
se llega a la visión de que el linaje de la cultura europea está en Grecia, que toda la
cultura clásica corresponde a la cultura greco-latina y que la forma culta de pensar –la
alta cultura– es la única forma de pensar (Reale, 2005); de ahí ha de dar solo un paso
del mundo como complejo maquínico, “la producción de máquinas por medio de
máquinas”, al decir de Marx en los Grundrisse de 1857-1858) como sus dos más
descollantes creaciones (De Rouggemont, 1968) y las que harían la diferencia con
relación a otras maneras de entender el devenir del mundo por parte de los otros
complejos civilizatorios.
Una visión que reprovincializa Europa nos brinda acceso, en contraste, a un modo de
reconsiderar la apertura del mundo en el siglo XVI, que en principio es visto como el
conjunto de una sola masa continental, el Viejo Mundo. Con la inclusión violenta de
imaginación (utópica) camina en dirección hacia el Nuevo Mundo. Esta manera distinta
atlántica del mundo. Una primera cuestión interesante es que se rompe el mediterráneo-
permite mirar al planeta entero, como diría Agnew. Dicha visión también reivindica el
lugar que tendría que ofrecer la consideración de América como tal, este continente
Las ciencias sociales, por ejemplo, son conocidas también como ciencias nomológicas o
nomotéticas, porque buscan la explicación causal de los fenómenos. Esto tiene también
una connotación relacionada con la ruta constructiva de las ciencias sociales en la visión
de autores juristas como Hans Kelsen, o de otros teóricos del derecho, que a ese bloque
llaman ciencias morales. En definitiva, el curso del saber se dividió en dos, siempre
vertiente, están otros pensadores cuya reflexión está en el nomos, lo moral. De ahí surge
la división entre los filósofos naturales, que se ocupaban de pensar la physis, y los
Sin embargo, Schmitt amplía un poco la visión del nomos. Según su argumento, nomos
no quiere decir solamente imposición de una determinada norma, sino que también
encierra una cierta relación con la tierra, con el entorno, con el piso ocupado, en
Justamente, lo que Schmitt expresa es la imposición de ese nuevo nomos, que puede ser
la noción de derecho internacional, con dimensiones categoriales que dan sentido a esa
Por otra parte, en el hecho específico de 1492 es posible identificar toda una discusión
sobre el llamado jus gentium o derecho de gentes. Otra tradición que deriva de la
cristiandad latino germánica piensa ese proceso desde el derecho canónico, que deriva
está hablando de una masa continental de dos millones de kilómetros cuadrados con la
que se enfrenta un nuevo imperio, el que, según su limitada visión, descubre una masa
casi interminable de tierra vacía por conquistar, según la potestad que le ha cedido la
derecho moderno.
Schmitt expresa ese proceso como el momento en el que rige lo que él llama el jus
gentium, desde el que se eleva en jerárquica posición hacia el jus publicum europaeum o
derecho público europeo, del que se autodefine como el último gran teórico. Lo que
3
El Tratado de Tordesillas es un equivalente al primer tratado global del mundo que establece una distancia de
tantas millas náuticas después de las islas Azores, para dividir las posesiones entre Portugal y España.
289
subordinar todos los otros derechos al derecho público naciente como derecho público
europeo, entendido como el nuevo nomos que crea la modernidad. Tal instrumentación
fue realizada por medio de las seis bulas papales emitidas por Alejandro vi entre 1492 y
1494.
A partir de ese momento, con la imposición del derecho público como derecho público
europeo, fue definida la relación de todos los otros derechos que primero fueron
planteados como derechos de gentes y, después, como derechos que por remitir a
dictamen racional de la ley. De hecho, la figura del jus publicum europaeum es la que
establece al Estado como nuevo actor de las relaciones internacionales, entendidas como
relación entre Estados. Esto resulta interesante porque desde 1494 hasta prácticamente
la paz de Westfalia (1648) ni siquiera se hablaba del sistema que se estaba creando con
por dominar el mundo no deseaban ser Estados entre un conjunto sin más, sino Estados
cuando se establece la primera línea global que prácticamente marcaría el inicio de una
historia que se define como de orden internacional, es decir, de relación entre Estados.
ahí en adelante, lo que marcó la posibilidad de ese ordenamiento fue el jus publicum
de los imperios), y de relación con los otros por conflictivas relaciones de colonización,
Lo que interesa destacar de esta cuestión es que el orden internacional establecido por la
define mediante esa nueva figura: la figura dominante y hegemónica de los Estados. A
partir de entonces, ese derecho y esa disciplina marcan la inclusión o la exclusión. Por
ello se dijo que la geopolítica es casi una disciplina enteramente pensada por los
de Leo Strauss, otro filósofo político que fue recuperado por los republicanos
al anticristo. Strauss promueve una visión conservadora, que implica articular esa visión
de lo político, siempre en juego con el complejo que vincula las figuras de amigo y de
Desde esa formulación habría que promover, en visiones más desarrolladas de un cierto
ese horizonte recuperar la figura de los propios pueblos como entidad –comunidad
política– en la que reside el principio soberano. Sin embargo, en el siglo xvi, la nueva
los seres humanos que habitaban en esas tierras como pueblos originarios eran o no
reiterada. En realidad, lo que se definía ahí era si podían ser considerados como seres
sustituye.
El filósofo que teoriza esa dimensión, como nuevo teórico de la política, es el jurista y
teólogo español (granadino, para ser más preciso), Francisco Suárez. Para Suárez, el
problema era si los pueblos tenían que brindar o expresar reconocimiento a la autoridad,
como pueblos y como individuos que habitan esos pueblos. Por eso el eje de la cuestión
pueblos. Toda esta discusión, en efecto, plantea una visión del establecimiento del
nomos centrado en los Estados, justamente como orden que se creará y que se
desarrollará después de la primera guerra europea, llamada Guerra de los Treinta Años.
razón, lo que Thomas Hobbes vio en Europa era la lógica del conflicto. De ahí deriva su
idea de ver al ser humano como “el lobo del otro hombre”, pues está viendo la
Leviatán como el nuevo monstruo que tendrá que definir la hegemonía, la soberanía de
los otros. Hobbes parece decir a la nueva figura del individuo, como ciudadano, cédanle
nuevo arreglo social que sustituye a las sociedades tradicionales anteriores, y la que
instituirá en la figura del Estado al nuevo agente o entidad de definición del orden
siquiera posible, de lo que Emmanuel Kant pudo haber imaginado como un Estado de
paz perpetua.
El más utópico de todos los filósofos del orden internacional fue Kant. Estableció el
derecho al libre albedrío, como ilustración y emancipación del ser humano en tanto
individuo. También prefiguró que sí es posible el entendimiento entre los Estados como
expresión de sus pueblos, en un ordenamiento que él llamó de una cierta paz universal,
internacional es Kelsen, que aspiró a construir una teoría política adecuada para esa
definición del derecho internacional de normas. Los teóricos más realistas, alemanes
también –Schmitt, Strauss o Hans Morgenthau– decían eso es muy difícil, o sea, es
imposible. Cómo vamos a someter, por ejemplo, a corte penal internacional a Estados
tribunales de arbitraje internacional, pues lo que ahí se define son las pautas a seguir en
políticas del poder, y la correlación que esas medidas de poder expresan; y hasta qué
punto pueden ser acotadas. Más recientemente, cómo se podrá alcanzar en las relaciones
ante un proceder tan errático y desquiciante como el del actual presidente de los Estados
Unidos, Donald Trump. Entonces, aquí lo que interesa destacar en ese acercamiento
mundo, lo que sobresale es una línea de fuga hacia una visión centrada en los Estados.
primera línea global de 1494, el año 1648, la llamada Guerra de Siete Años de 1756 a
1763, que tuvo consecuencias muy fuertes en la articulación con América Latina, por
293
(1767). Luego están otras fechas igual de significativas, las de las independencias
Hoy, ante un mundo que vive en simultáneo varias crisis en el orden internacional (la de
del mundo, se ha verificado no solo la aprobación por referéndum del llamado Brexit,
sino peor, el acceso al poder, en la mayor potencia del orbe, por vía de un mecanismo
electoral legal, de un “animal político” como Donald Trump, que sintetiza varios de los
racista por ello mismo, sino misógino y negacionista de la crisis ambiental mundial, y
que entiende el manejo de la política como una extensión del mundo de los negocios, en
mercado corporativo. Por ello, la necesidad de mirar hacia una ruta alternativa es más
urgente que nunca, una de sus posibles derivas conduce a vincular la geopolítica con las
Al día de hoy resulta claro que los estallidos de la crisis suelen ser cada vez más
humana. Para él, la suma de preocupaciones que se deben atender en este mundo de
normalizados del saber a los que se pretende transformar o canalizar hacia otras sendas
expositiva” que han asumido las proposiciones de su política (con un listado de veinte
que atrapa o procura atrapar lo temporal, y con ello, la totalidad. Su complejidad puede
prioridad epistemológica del centro (unilateral y eurocéntrica), sino desde una mirada
que es más amplia por acudira la perspectiva del margen (que, por definición, incluye al
centro y a sus orillas). Si es que se asume que en el mundo de las cosaslo ente no es sino
pasaje que es atravesada por todo lo múltiple y diverso y dela que se emerge con una
determinada cualidad, una especie de marca, que hace la diferencia entre ese antes y un
295
inevitable aduana del conocer que exige pronunciarse sobre lo característico de las
épocas, pues como lo ha dicho Frederic Jameson “es imposible no periodizar”. Pero la
expuesta a muchos escollos, puesto que ahí se ejerce una clasificaciónde lo humano
e inequidades entre culturas, entre los pueblos y entre las gentes de múltiples
sociedades.
sugiere la novela de Robert Musil, anclada a una tensión o escisión irremisible entre su
ser que la ata a su “sentido de realidad” (su experiencia efectiva) y un impulso de sí, a
apertura de expectativas), de ahí también las confianzas de Musil, pero no sólo de él, en
que “la realidad es la que despierta las posibilidades” (Musil, 2006: 19). Con esto se
hace referencia a procesos que muestran una vocación de obrar en condición más de
atención que desde una cierta filosofía se nos ofrece, y ello incluso aceptando que el
2015: 202), aún desde ese registro puede señalar “que el explosivo desarrollo de la
tecnología moderna desafía y reclama con más fuerza al abstracto sentido de posibilidad
nos viene muy bien al caso, no solo para sopesar realidad y posibilidad también para
296
juego mayor que Bolívar, que atravesó la cordillera con sus tropas pasando grandes
puede corresponder que, en el caso del viajero, éste comparezca casi al modo de
“paquete que es transportado por el aire” (Waldenfels, 2015: 194), por el contrario, en el
otro caso (el del prócer continental) se mueve ahí, sobre el terreno, con grandes
dificultades sí, pero en su lucha (en su proyecto de romper con las cadenas coloniales)
programa de la descolonización.
Una vez qué, para la retórica tradicional, América fue descubierta, lo que para otras
posiciones significó más bien su invención o para el pensamiento disidente, como el que
aquí se ejerce, un acto de invasión y colonización, lo cierto es que esta otra parte del
mundo dio con ella la emergencia de dos tipos de discurso nuevos, de un lado, uno muy
funcionamiento de la sociedad, esa comprensión relanza los asuntos del presente hacia
Sin embargo, esa posibilidad de ampliación en ambas dimensiones del actuar humano
(moderno colonial) y no solo figurado (utópico) del nuevo momento del sistema-
mundo; quizá sea por esa razón que, el geógrafo italiano Franco Farinelli caracterice a
297
la modernidad no, a la heideggeriana, como “etapa de la imagen del mundo” sino como
de las cosas sobre el mapa geográfico no las toma a éstas per se sino en su posibilidad
de transformarlas en mercancías:
El mapa es … el agente que produce la forma general del valor. Este equivalente
entre dos puntos geométricos, en relación a los cuales cada valor de uso, que es lo
mismo que decir cada lugar, está destinado a desaparecer (Farinelli en Lladó, 2013: 208
– 209).
cartográfica. El segundo se lamenta, en carta enviada a los Medici desde Cabo Verde, el
y cosmógrafos pues, por tal razón, finalmente encontrará límites para acercarse “a los
del mundo” (Farinelli en Lladó, 2013: 215). No es casual que en su memoria le haya
sido adjudicado el nombre con el que se signa sobre el mapa a esa zona del mundo
Si para mediados del siglo xvi con la introducción de escalas gráficas se inició el avance
en el “uso sistemático del espacio como forma fenoménica para el valor de los bienes”
mercantilizador y capitalista), tuvo lugar desde mediados hasta finales del siglo
siguiente, con la imposición cuantificada, precisa y coordinada, del uso moderno del
tiempo. Tan importante como el mapa para la ubicación y despliegue de las operaciones
298
reconfiguración como esclavo moderno de todo aquel ser humano que está siendo
siglo xvii la entronización de la razón de Estado no solo indica un nuevo rumbo del
tiempo, en cuanto un uso social de temporalidad, pues como bien dice Pierre Bourdieu:
la regulación colectiva del tiempo, que consideramos natural, con relojes que suenan
poco más o menos a la misma hora, con personas que tienen todas reloj … Un mundo
en que este tiempo público no sólo está constituido, instituido, garantizado por
estructuras mentales [sino en el que hay]… compatibilidad del tiempo, que supone a la
vez el tiempo público y una relación pública con el tiempo (Bourdieu, 2014: 22)
Esta combinación de procesos que ilustran este segundo aspecto de lo moderno (el de su
registro, como las campañas de expedición que secundan, al marcar límites y establecer
parece resumir el tipo de discurso que enmarca a toda práctica moderna. También
Bourdieu detecta este aspecto cuando afirma, “para obtener la regularidad, repetición,
hay que introducir automatismos” (Bourdieu, 2014: 60). Por ello es pertinente analizar
del mapa como herramienta cartográfica y el mercado, ahí nada parece quedar “al
relacionada con el régimen temporal (y que reseñamos líneas arriba): la de una serie de
queda a salvo nada. Toda forma de sabiduría en la cultura de “los otros” es sometida y
suerte que muy variadas formas de racionabilidad vieron sucumbir sus alcances ante una
combinados embates, fuera por los conquistadores y sus ejércitos; por la iglesia y sus
(públicas).
impone una abstracción del espacio en la medida en que el intercambio, como hecho de
de aspectos espaciales que permitieron a los productos del trabajo humano (bajo formas
uso satisfactor de necesidades, sino que obliga a relegar y a entregar en gratuidad sus
Con relación al otro elemento, destacado más arriba, el del horizonte utópico, no es que
quede anulado por completo; tampoco que, aunque captado por el ideal mismo del
como algo que ha de ser descubierto, jalado de su estado de letargo hacia formas
desconocido. Lo ha sido así desde que, como discurso, emergió hace ya cinco siglos, y
Nacional de Seúl, Paik Nak-chung redondea una tesis que ya había anunciado en un
trabajo anterior (Paik, 2000) y que, de hecho, surgió de la atenta escucha y posterior
instalaciones del Fernand Braudel Center, el cual tuvo como eje la obra y el
delpoder.
En su expresión más reciente, el autor coreano cree haber arribado a una formulación
del problema (“el doble proyecto de la modernidad”) con la que “el término
transmodernidad empleado por Dussel expresa una idea similar” (Paik, 2015: 73) pero
en el cual detecta una limitación que él cree haber superado, dado que, para el pensador
Hemos de señalar, por nuestra parte, que lo que aquí se debate está lejos de encontrar su
la Modernidad sin pronunciarse por “las exigencias de avanzar “a través de ella” (Paik,
2015: 73). En segundo lugar, debemos subrayar que oponer el “superar” a la noción de
“avanzar a través de” puede cargar, como ya ocurría en el trabajo previo del autor
301
coreano, con cierto sesgo que deriva de conferir, en exclusiva, a la primera perspectiva
“cierta simplificación” (Paik, 2000: 79), pero más cuestionable aún que se restrinja a ser
Por tal razón es que en su reformulación reciente la apuesta moviliza “el doble proyecto
pensador surcoreano habría que operar como en la crítica estética de los anti-modernos,
el infierno, a quien cita justo en la intención de colmar de lleno el otro sentido del
tiempo que se abre en un llamado a “ser absolutamente moderno” (Il faut être
(Paik, 2015: 72). Con ser muy loable el propósito clarificador de Paik Nak-chung, más
tematizaciones que, en el caso de América Latina, hace rato que se vienen debatiendo.
mismo que actuar “contra y en” él, o en su más reciente formulación “contra y más allá”
de tal forma social). Es también parecida y analógica, a la actitud (también política) que
Bolívar Echeverría presenta como inicial disposición ante el orden que nos oprime:
“vivir en y con el capitalismo puede ser algo más que vivir por y para él” (Echeverría,
1998: 36, cursivas en el original). Ante estas formulaciones, creemos, todavía tiene algo
negada y despreciada son las culturas en aquello que la modernidad no pudo dominar”
Por ello es viable, y de ese modo concluimos, conectar los alcances de esta propuesta
obra más reciente de Dussel (2015), en una serie de cinco enunciados, que hemos
procedido a extractar, el recorrido que muestra lo que estaba por hacerse, a inicios de
1. “La filosofía de la liberación, como filosofía crítica de la cultura, debía generar una
nueva elite cuya “ilustración” se articulara a los intereses del bloque social de los
2015: 267)
2015: 29)
entre las culturas ...[un]… diálogo crítico intercultural con intención de trans-
4. “El intelectual crítico debe ser alguien localizado “entre” (in betweenness) las dos
5. “Es el tiempo del cultivo acelerado y creador del desarrollo de la propia tradición
cultural ahora en camino hacia una utopía trans-moderna. Se trata de una estrategia de
303
Obras citadas
Agnew, John. Geopolítica. una re-visión de la política mundial. Madrid, Trama, 2005.
Ardiles, Osvaldo, et. al. 1973. Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana.
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XXI editores.
https://www.dropbox.com/sh/mqm6jluvp5m62tz/AABZnSMjIatncMuii-Q2xqJJa?dl=0
308
¿qué tiene de bueno pensar de otra manera si no sabemos de antemano que pensar de
otra manera produce un mundo mejor, si no tenemos un marco moral en el cual decidir
con conocimiento que ciertas posibilidades o modos nuevos de pensar de otra manera
impulsarán ese mundo cuya mejor condición podemos juzgar con estándares seguros y
previamente establecidos?
Judith Butler
Introducción
Escribir sobre política, crítica y Latinoamérica es complejo, hay que ser cuidadoso y
pensar una izquierda democrática para Latinoamérica. Así pues, este artículo parte de
teóricas y políticas, pues si de algo se ha tildado a los socialismos del siglo XXI es de
dar continuidad a un proyecto político autoritario, cuya acta de defunción había sido
309
firmada en la caída del muro de Berlín. Es desde ese lugar que las derechas
consignas en un mapa político que es cada vez más difuso y complejo. No obstante, el
socialismo del siglo XXI logró desestabilizar a las derechas, construyendo, a partir de
alternativo. Pero esta esperanza hoy se encuentra amenazada y como lo señala Zibechi
(2011) las tareas del pensamiento crítico son más urgentes que nunca, “[…] reflexionar
debería ser una de las tareas urgentes del pensamiento crítico latinoamericano” (p. 24).
desarrollo detallado de ellos, este texto puede pensarse como una agenda de
que requiere una toma de posición con respecto al presente histórico. ¿Qué es una
crítica y en qué sentido esta se configura como política? ¿Qué se juega en este
desarrollo y en qué direcciones podemos hablar de una crítica vinculada con lo político?
atendiendo a los llamados que se esbozan en los primeros textos de Ernesto Laclau
(2011) y en Revoluciones sin sujeto de Santiago Castro-Gómez (2015). Más que realizar
textos para desde allí asumir una posición política con respecto al debate de la izquierda
que la crítica en América Latina debe estar vinculada a las reflexiones sobre el
la siguiente manera: sin el desarrollo de una actitud crítica lo político quedará inmóvil;
de manera que resultará necesario vincular democracia y crítica como caras de una
misma moneda de modo que al asumir, comprometidamente, una distancia analítica que
pueda ser posible la emergencia de una creatividad política que ayude a disputar el
interior del desarrollo de los socialismos del siglo XXI, tenemos que posicionarnos
dentro de un marco;para ello sugiero que hay que asumir una actitud crítica frente al
algunos de los regímenes progresistas latinoamericanos han puesto en escena una serie
naturales.
La actual crisis del régimen progresista en América Latina obedece a múltiples factores,
sin embargo, resulta necesario dejar claro que hay, al menos, dos razones que dan lugar
a esta crisis. Por un lado, es innegable que el cambio de régimen de los últimos años es
una respuesta de las fuerzas de la derecha, que se han válido de métodos legales e
311
ilegales, para volver a hegemonizar los aparatos del Estado, con la intención de frenar
los procesos emancipatorios que se venían consolidando en la región; por otro lado, es
receta y no una toma de posición con respecto a unas formas de ver el mundo es una de
campo en el que estas luchas son posibles. Hacer crítica no tiene que ver con deshacerse
(como los de igualdad y libertad). Más bien, tiene que ver con asumir un compromiso
en el que resulta necesario detenerse y construir una cartografía que permita reconocer –
dominación que están operando sobre la vida. Preguntarse por el presente requiere, de
una u otra manera, tomar una distancia, no de lo que se piensa o se cree, pero sí de la
forma en la que se lleva a cabo la experiencia de gobierno. Hacer crítica, tiene que ver
con asumir, como lo señalara Foucault en 1978, una actitud de indocilidad reflexiva.
discurso; orden que no solo pasa por la cabeza, sino que está inscrito en el cuerpo y
configura los modos de ser/saber/hacer. De manera que para hacer crítica es necesario
contradicciones que toma distancia para designarse a sí mismo como una agente
inservible dentro de las reglas de juego del ordenamiento discursivo, así lo señala
Foucault:
La actitud crítica de la que habla Foucault tendría al menos tres dimensiones: primero,
asumir una potencia de desujeción frente a las formas de ser que se van sedimentando
argumentar que asumir una actitud críticano solo tendría que ver con el desarrollo de la
puede devenir una actitud que asuma tanto las tres dimensiones
disputa. Construir una crítica en el campo de lo político en América Latina tiene que ver
con problematizar las experiencias de gobierno, resistir a los embates que afectan dichas
Estados, teniendo presente que la estructuración de dichas apuestas políticas solo pudo
históricas. En ese sentido, la crítica podría pensarse como una forma de comprensión de
los modos de afectación de la vida en comunidad y ello exige que el trabajo intelectual
Si por algo se han caracterizado los socialismos del siglo XXI es por el
desarrollo de una serie de apuestas teóricas y académicas que han avanzado tanto en el
nuevos modelos teóricos para pensar las políticas públicas, la economía más allá de los
logrado exponer cómo la articulación del MAS solo fue posible tras una serie de
actitud crítica es en sí misma una apuesta que interroga para desnaturalizar, pero que
apuesta por nuevas formas de narración de lo acontecido. En esa línea Álvaro García
44).
que vérselas con el material histórico para desde allí comprender la actualidad como un
las tareas fundamentales de una actitud crítica. En tanto que modo de interrogación, la
315
condiciones del presente, sino que procura leer el presente a través del uso del material
histórico, no para saber qué es lo que se ha jugado o lo que se juega hoy, sino para
tiempo siempre retorna, las crisis se presentan como residuos, de allí se configuran una
serie de acciones hacía el presente y el futuro que demarcan las posibilidades de acción
de los sujetos. El pasado, como registro fantasmal, nos sugiere que hay que pensar en lo
resulta clave la sugerencia de García Linera al ver la crisis de los gobiernos progresistas
Linera (2017) nos invita a ver en las crisis la potencialidad de un desarrollo más certero
los procesos políticos, por el contrario, pensarlos como movimientos de ida y vuelta que
acción política y que no debe pensarse como una tendencia ad infinitum para no ser
gobierno en comunidad que permitan luchar contra las formas de subordinación del
capitalismo y del neoliberalismo, para ello, creo que la indocilidad reflexiva debe
contribuir al mapeo de las experiencias progresistas como fuerzas que construyen una
voluntad política emancipatoria que requiere una posición de compromiso que no se vea
de tinta sobre ambas perspectivas y aquí no agotaremos dichos debates. La disputa por
la democracia está abierta. En medio de estas polémicas están las conocidas reflexiones
de Rancière, Balibar, Rawls, Mouffe y otros pensadores que consideran que el horizonte
socialdemocracia, las puntadas teóricas que se esbozan allí nos dan pistas para pensar la
democracia como un terreno en disputa; es justo en ese punto donde quisiera ubicar las
parecer, posicionar un debate al pensar lo político desde una matriz ontológica, es decir,
se proponen pensar el ser de lo político. Para ello no solo acuden al material histórico,
sino que logran debatir con una serie de pensadores que exponen los límites y
Es Žižek su interlocutor más agudo, no solo por las críticas que le enrostra a la
coinciden en que para poder pensar lo político hay que considerar que hay una especie
de falla constitutiva del sujeto que resulta imposible de suturar, pues el enfrentamiento
con lo real es imposible, de manera que lo único que queda a los hombres para no
dispositivos que hagan posible vivir sin enfrentarse a lo Real. La tesis de una
caso de Laclau, Mouffe y Castro-Gómez esta falta constitutiva sería el terreno del
318
de lo social. Por el contrario, para Žižek, la democracia no sería el terreno para tramitar
esta falta constitutiva, sino que sería un lugar en el que el capitalismo tramita este vacío
democracia sería para el pensador esloveno un mal chiste burgués. Sin embargo, si
leemos con cuidado tanto la filosofía política de Laclau, Mouffe y Castro-Gómez, como
ser un mero instrumento al servicio del capitalismo puede ser un escenario en disputa.
una serie de gobiernos alternativos que dieron un golpe fuerte al tablero de juego del
capitalista al que aspira Žižek quien considera que lo político se debe asumir como una
Mouffe y Castro-Gómez. Por el contrario, creo que adoptar una elección teórica consiste
en asumir que el sistema desde el que uno desarrolla los análisis es susceptible de ser
y qué relación tiene con esos retos que esbozábamos arriba sobre esa actitud crítica?
¿De qué forma pensar la articulación entre crítica y democracia? ¿Bajo quépresupuestos
319
se nos presenta dicha articulación? ¿Cómo pensar los vínculos entre emancipación,
Según la lectura de Tocqueville la democracia acontece como una ruptura que, por
transformar el principio natural de organización social que había sido construido sobre
la idea de una ley natural. Las estructuras jerárquicas del Ancien Régime explotan por
los aires y lo que antes era incofensadamente pensado como verdadero empieza a ser
posición que hasta entrado el siglo XVII se consideraba como veritas aeternis: que la
XVII y XVIII, sino que esos eventos irrumpieron las formas de organización y de
deriva en una posibilidad de pensar lo dado como campo de creación. Así lo señalan los
autores:
Nuestra tesis es que es sólo a partir del momento en que el discurso democrático va a
existirán las condiciones que harán posible la lucha contra los diferentes tipos de
género, nuestros autores consideran que un horizonte radical de la democracia puede ser
el lugar en el que las múltiples subordinaciones pueden ser articuladas bajo horizontes
político que se expone es una apuesta por considerar que toda acción política es de
determine qué actor social se convierte en el eje articulador, los pensadores abandonan
determinista, la democracia radical aboga por que lo social se instituya en el campo del
relaciones de fuerza. Este modelo piensa la articulación como una categoría crucial para
al producto mismo de una operación política, “no hay una política de izquierda cuyos
Mouffe, 2011, p. 225), esto significa, que no existe un a priori que articule las luchas
políticas, no hay una identidad fija desde la que sea posible desarrollar un proceso
construya una voluntad común en torno a la condición misma de heterogeneidad que las
dominaciones del capitalismo producen. Si bien el gesto teórico de estos autores está
latinoamericanas las que les permiten considerar que puede existir un horizonte
322
conferencia en la Feria del Libro de Buenos Aires, Ernesto Laclau señala lo siguiente:
“nosotros tenemos una tradición liberal en América Latina, pero esa tradición liberal
nunca fue democrática […] porque el Estado liberal se organiza en América Latina
Estados y las luchas del siglo XIX por la configuración de los Estados-nación la que le
reivindicaciones para que estas devengan demandas. Las demandas no tienen el carácter
particular de una reivindicación, sino que son la expresión de una serie de ellas, esa
significantes vacíos son enunciados que siendo particulares adquieren una dimensión de
identificarse con una demanda que aspira a la universalidad, que crea una frontera que
1
En ¿Lucha de clases o posmodernismo? Sí, por favor (2000). Nos parece que Žižek ha reducido el
significante democracia a su contenido y forma liberal, lo que procuramos argumentar en este punto es
que la democracia no es necesariamente liberalismo, de la mano de autores como Laclau y Castro-
Gómez exponemos cómo la idea de una revolución democrática es posible no solo como modelo
teórico, sino como apuesta política que se ha venido cristalizando en los gobiernos de la “década
ganada” en Latinoamérica.
323
agentes en una cadena hace que la frontera sea cada vez más clara y que los antagonistas
quiere decir, que uno se identifica con el contenido de la demanda y no, necesariamente,
con el actor que la formula; son significantes vacíos justo porque no refieren a nada en
agentes subordinados que están trazando una frontera de diferenciación con respecto a
de las instituciones, como el sentido común que hace que las instituciones funcionen de
mismo carácter de una ontología de la falla, de una ontología del abismo que está
completamente irresuelta y que no puede ser ocupada por nadie de manera definitiva.
En regímenes democráticos no es posible ocupar la silla del rey, la silla del rey no
distribución del poder y por la equiparación del mismo de manera que esto permita
socialismos del siglo XXI quien permitió disputar las instituciones dentro del juego
2
En el caso latinoamericano hay que señalar que países como Colombia y Perú no han podido consolidar
un giro a la izquierda por múltiples razones. En el caso de Colombia es claro que tanto la injerencia del
gobierno de Estados Unidos como el desarrollo de acciones de guerra han mermado las posibilidades de
una izquierda democrática. La oligarquización del poder en Colombia se ha asentado como hegemónica
y los intentos de democratización han sido aniquilados por la ultra-derecha, en complicidad con el
Estado, o han quedado reducidos por el accionar de las insurgencias.
3
Es claro que un antecedente de la disputa hegemónica por vía democrática es el gobierno de Salvador
Allende en Chile de 1970. Su consolidación como gobierno socialista representó un quiebre en la disputa
de la sociedad política, pero a si mismo marcó el inicio de una cruenta intervención militar mediante el
desarrollo del plan cóndor.
325
sentido común sobre lo que debe hacer y con lo que debe estar comprometido un
Estado.
Para que una democracia radical sea posible es necesario que la política adquiera
un carácter antagónico y que en lugar de querer dirimir los conflictos sirva como un
escenario para tramitarlos sin necesidad del uso de la violencia. Para ello Castro-Gómez
propone comprender que “la democracia radical no es, por tanto, una lucha por la
Gómez, 2015, p. 323); este proceso parte de pensar lo político en dos momentos: en
primera medida, resulta necesario ver lo político como un terreno antagónico en el que
se juegan una serie de luchas que, muchas veces, no será posible dirimir, pero que
podrán ser tratadas por una serie de instituciones que no solo prevengan el uso de la
violencia como estrategia política, sino que logren construir garantías suficientes para
colombiano propone que para instituir una democracia radical resulta necesario
constituyente que tenga como función pensar cómo gobernar esas contradicciones que
Dussel, en cuya obra ve construirse una reflexión sobre lo político que está
instaure una especie de tensión entre la potentia y la potestas, con esto pretende sostener
que hay una instancia de instauración de lo político que parte de la base de la potencia
instituciones políticas que tengan, como principal tarea, garantizar las condiciones de
Tercer Mundo, Dussel sostiene que una política de izquierdas no puede quedarse de
que aspire a ser emancipatoria debe saltar a la cancha e instituir, es decir, constituirse
como potestas, pues las condiciones mismas de la vida, en el actual mercado mundial,
praxis democrática,
países de América Latina, debe ser capaz de ofrecer algo más que
2015, p. 345).
Son las experiencias del socialismo del siglo XXI las que le permiten a estos pensadores
“década ganada” es un escenario para pensar esta tensión dialéctica que Castro-Gómez
pensamiento de Dussel, el filósofo colombiano decide usar otro camino para pensar el
fundaría en una operación política, sino que devendría de una obligación ética. Dussel
falla.
Pero, así como la salida de Dussel parece insuficiente el giro populista de Laclau
ambos autores una excesiva confianza en una política Estado-céntrica que dejaría de
lado los movimientos moleculares que afectan a los cuerpos en su particularidad. Sin
bien comparte con los dos pensadores argentinos la idea de que la política es por
política no se agotaría en la figura del Estado, esta más bien sería la manifestación de
una tensión entre las potencias de la sociedad civil y las determinaciones de la sociedad
política.
328
Castro-Gómez considera que hay que pensar la tensión entre potentia y potestas como
pensarla como un escenario en el que las particularidades no son subsumidas por una
extenso,
centrada en el control de los aparatos de Estado, me parece una gran limitación. Ello nos
dejaría inermes frente al modo en que la propia izquierda reproduce las herencias
sociedad civil independiente, en la que no solo sea posible levantar demandas críticas al
Estado, sino también transvalorar los valores que se despliegan en el mundo de la vida.
Quiero decir con ello, una sociedad civil cuya potentia no se reduzca a levantar
en los pliegues de sentido que estructuran la vida cotidiana, pues sin la creación de un
una distancia crítica. En este punto es importante aclarar que la sociedad civil misma
puede encarnar pulsiones conservadoras y que de arriba hacia abajo no puede imponerse
como apuesta de reconfiguración del sentido común. Quizá sea en este último punto
donde hay más tareas por realizar, donde hay más compromisos por adquirir pues las
pulsiones conservadoras han sido producto de años de hegemonía de las derechas, que
han usado todos los medios posibles para la realización de sus objetivos políticos.
Pensar una política de izquierdas en Latinoamérica tiene que ver con la construcción de
construir una voluntad general. Las tareas de una izquierda democrática deberían estar
En ese sentido los gobiernos del socialismo del siglo XXI han construido desarrollos
para una agenda anti-neoliberal que, a pesar de los errores, logró posicionar, en algunos
círculos, la necesidad de crear unas formas de producción distintas a las de las matrices
de la soberanía de los pueblos, sino que hoy está atada a los procesos de circulación del
capital financiero. En un segundo momento, los socialismos del siglo XXI lograron
sectores populares, sin embargo, sus apuestas no lograron desafiar, en lo molecular, las
una tarea compleja que no solo pasa por la intervención en la sociedad política, sino que
pasa por los cuerpos y los afectos como bien lo señalan Castro-Gómez (2015), Butler
(2014) y Cadahia (2017a). Quizá uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos
hoy consiste en pensar una alternativa política de izquierdas que en lugar de pensar en la
alternativo y que de ahí pueda abrir escenarios para la consolidación de unas formas de
gobierno abiertas para las mayorías. Finalmente, creo que los socialismos del siglo XXI
perfecta y clara, una articulación entre los movimientos sociales y el Estado que
los Estados oligárquicos que se habían encubado gracias a nuestras herencias coloniales.
Construir una voluntad común emancipatoria para las nuevas décadas tendrá que ver
con pensar las regresiones como retornos y los retornos como posibilidades, pero para
poder pensar ese registro, será necesario articular esa tensión entre potentia y potestas
molecular esas pulsiones conservadoras que hacen difícil la constitución de una política
negación y creación con el fin de movilizar esa tensión entre potentia y potestas.
Hasta aquí he afirmado que asumir una actitud crítica es crucial para pensar una
izquierda democrática que, al menos hoy, no puede pensarse lejos del terreno de disputa
dentro de una lógica de lo político en la que la actitud crítica que intentaba pensar
arriba, se circunscribe. Son los trabajos de la filósofa Luciana Cadahia y los de los
esta alternativa política. En primera medida, una cuestión teórica. Estos tres pensadores,
de una u otra forma, comparten una cierta visión de lo político como una lógica cuyo
fundamento último y, en esa medida, resulta necesario pensar cuál es la lógica que
permite que la vida en comunidad sea posible. Una pregunta difícil en la que hay que
positivo que en lugar de tomarse como pesimismo sin más decida asumir la posibilidad
de crear y pensar.
ideología en la teoría marxista (1978) hasta La razón populista (2014), es una apuesta
como bien lo señala Laclau, las experiencias latinoamericanas se han encargado de crear
una alternativa a esta forma de gobierno del liberalismo; el populismo como lógica de lo
político nos deja entrever que hay otras formas de comprensión de las experiencias
pensar nuevas apuestas de gobierno que marcan las tensiones en la instauración de una
herencias del republicanismo plebeyo en Latinoamérica como una posibilidad para que
contextos:
fantasmagóricas, esas reiteraciones que van configurando lo que somos, pero que a su
vez van permitiendo que nos situemos en relación con un futuro por venir. Un reto más:
“si los filósofos desean conectarse con lo popular es necesario construir un vínculo
posibilidad de pensar un mundo mejor. La distancia tendrá que ser solo una apuesta
Obras citadas
Material inédito.
http://www.redaccionpopular.com/articulo/entrevista-con-la-filosofa-argentina-luciana-
cadahia
Errejón, I. & Serrano, A.¡Ahora es cuando carajo! Del asalto a la transformación del
García Linera, Álvaro (2017). ¿Fin de ciclo progresista o proceso por oleadas
.http://pulsointernacional.com/fin-de-ciclo-progresista-o-proceso-por-oleadas-
revolucionarias-por-alvaro-garcia-linera/
XII, 30,(2011).
Mabel Moraña
A esto se sumó con frecuencia la idea de que la misma condición post/neo colonial
latinoamericana, habiendo creado una situacion de dependencia verificable tambien en
el aspecto cultural y epistemologico en la modernidad, impediría el desarrollo de un
pensamiento independiente y original, claramente diferenciado de sus fuentes. Desde
esta perspectiva, en América Latina se registrarían, en cambio, formas más o menos
sofisticadas de glosa de los grandes pensadores y sistemas europeos y anglosajones, los
cuales habrían sido apropiados con grados variables de fidelidad en areas perifericas.
Por esta vía se niega, entonces, el que podría llamarse “pensamiento nativo” (Vallega),
el cual quedaría reducido a una forma primigenia –primaria, elemental—de
conceptualización difícilmente distinguible del pensamiento mítico.vii Los que serían,
desde la perspectiva hegeliana, pueblos sin historia, no elaborarían sistemas filosóficos
(es decir racionales) sino cosmovisiones de valor primariamente pre-lógico, afectivo,
traducido en imágenes, leyendas (relatos), expresión mitopoiética del desconcierto, el
miedo y la duda ante aquello que se desconoce o se siente fuera de control.
El pensamiento nativo (noción que, ampliamente, podría englobar tanto los sistemas de
ideas originados en el mundo prehispánico como los que emergieron de la sociedad
criolla) estaría, así, determinado aún por los vestigios del pensamiento mágico, la
relación directa con la Naturaleza, la experiencia cotidiana y la comprensión de lo
histórico, cualquiera sea la forma que este asume en distintas culturas.
El uso específico que se ha venido dando a la dicotomía teoría / historia, expresa bien
los procesos de neocolonización idelógica sobre todo desde el fin de la Guerra Fría,
cuando la cancelación del precario equilibrio de épocas anteriores da lugar a
rearticulaciones del campo intelectual norte/sur (tema que por sí solo daría lugar a
largos debates). De todos modos, esta dicotomía es sólo una entre muchas, quizá la que
se ha esgrimido con más empeño en los intentos por legitimar elaboraciones “centrales”
en detrimento de saberes o propuestas surgidas desde espacios intelectuales
considerados marginales. América Latina se ha ido definiendo, trabajosamente,
filosóficamente, en los intersticios de series binarias. Para citar algunas, valga
mencionar
Tradición / originalidad
Autenticidad / imitación
Creación / copia
338
Particularismo / universalidad
Contingencia / abstracción
Identidad/otredad
Civlización/barbarie
Colonialismo / independencia
Pragmatismo/ idealismo
Norte/ Sur
Centro/ periferia
Amo/esclavo
Totalidad/fragmentación odestotalización
Hegemonía / subalternidad
Esencia/ existencia
Racionalidad/ emocionalidad
Estas antinomias, que nombran planos de existencia y poder por todos conocidos, al ser
presentadas como polaridades, parecen articular situaciones estáticas. En efecto, los
campos conceptuales y sus connotaciones políticas, sociales, económicas, etc. resultan
reducidos y estereotipados a través del procedimiento de falsa oposición, que
desconocela complejidad de los procesos de apropiación, redimensionamiento y
mímica, la antropofagia cultural, transculturación e hibridación que caracterizan el
pensamiento postcolonial en todas sus manifestaciones. Tales procesos incluyen no
solamente la contaminación y empréstitos permanentes entre ambos extremos sino la
paradójica coexistencia de rasgos que aunque se identifican con uno de esos polos, se
actualizan también en su contrario.
Otro de los aspectos que parece importante traer a colación, y que podría entenderse,
también, a partir de los planteamientos antitéticos ya mencionados, es el que
problematiza las formas de relacionamiento entre el pensamiento latinoamericano y el
europeo, cuestión aboradada, muchas veces, de manera extrema: o la filosofia
americana es una copia, glosa, repetición, apropiación, evocación o eco de las corrientes
europeas (y en menor medida anglosajonas) o se desprende de ellas, rechazándolas para
evitar los riesgos de contaminación ideológica, penetración cultural, etc. La angustia de
las influencias (Harold Bloom) inspira así una oscilación que va desde la dependencia
epistémica respecto a la filosofía canónica europea hasta el rechazo de esas corrientes,
el cual termina, en muchos casos, en el fundamentalismo.
339
En esta misma dirección, nos acercamos a otro de los puntos de la agenda de la filosofia
latinoamericana frente a los desafíos de un pensamiento “global”: la necesidad de
consolidación de un programa político-filosófico descolonizador, aspecto que se
relaciona estrechamente con el punto anteriior. Entendiendo la globalización como un
sistema totalizador e integrativo capaz de instalar nuevas formas de marginación y de
subalternización a nivel planetario sin cancelar las anteriores, y de cara a los
antagonismos y a las complejidades mencionadas en sociedades postcoloniales, la
agenda decolonial define como uno de sus primeros frentes de lucha el de las formas de
dominación epistémica que fueran impuestas desde el descubrimiento.x Al mismo
tiempo, se opone a la perpetuación de los modelos de pensamiento que, diseminados por
340
Creo que uno de los grandes desafíos para América Latina es el de contribuir a la
deconstrucción del capitalismo desde una posicion que incorpore críticamente la teoría
marxista, adecuándola, como Mariátegui entendiera tempranamente, a sus propias
necesidades. Esto, sobre la base del reconocimiento de la especificidad de lo
latinoamericano, lo cual no significa caer ni en el excepcionalismo histórico ni en un
filosofar esencialista apartado de las condiciones impuestas por lugar geocultural
ocupado por la región latinoamericana desde su inserción en el occidentalismo, en las
distintas etapas de la modernidad capitalista.
castellano frente al inglés, aunque en otros espacios será justamente el español la lengua
que apoyada en el poder imperial o criollo subordina, invisibiliza y termina por eliminar
las lenguas autóctonas.
Si el locus postcolonial es, como describe Mbembe, un lugar en el que el poder estatal
centralizado y los micro poderes dispersos en lo social, implementan una “economia de
la muerte”, ¿cómo definir una “subjetividad para la vida” desde las periferias? ¿Cómo
regular, entonces, la violencia creadora de la resistencia contra el status quo en un
mundo que como señalara Grégoire Chamayouen su Theory of the Drone ha implantado
la necro-ética al hacer desaparecer la distinción entre la lucha honorable y el simple
genocidio, creandoversiones asépticas de la violencia que generan, a su vez, nuevas
formas de inmunidad y eliminan la conciencia del mal?
343
Estos problemas, que son globales pero que se agudizan y toman formas dramáticas y
trágicas en áreas periféricas, corresponden al campo de la filosofía, la cual va siendo
redefinida por los cambios de subjetividad, por las nuevas formas de conciencia, de
enajenación y de espacio/tiempo que van consolidándose en este siglo. El propósito
descolonizador no puede desprenderse de una reflexión también global sobre estos
temas, aunque deba imponer sus agendas y sus propias perspectivas en un plan de
igualdad con agendas globales, tanto en el diálogo epistémico como en la acción
política.
344
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History: Enrique Dussel's Philosophy of Liberation. London/New York: Rowman &
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vi
Sobre los debates en torno a la existencia de la filosofía latinoamericana ver Castro Gómez, Crítica de
la razón latinoamericana. Como ejemplo de la relación que se establece entre ensayo y filosofía ver por
ej. la antologia editada por Gracia y Millan-Zaibert.
vii
Con sentidos vinculados aunque no necesariamente sinonimos, otros autores hablan de “tradiciones
filosóficas indígenas” (Mendieta), “filosofías étnicas” (Gracia) o “filosofía en clave caribeña” (Lao
346
Montes) para referirse al pensamiento proveniente de culturas no dominantes en América Latina. Sobre el
pensamiento “nativo” ver, por ejemplo, Nuccetelli.
viii
Sobre crítica de la modernidad ver Dussel, Krauel y Tuma, asícomo Quijano.
ix
El concepto de colonialidad acuñado por Aníbal Quijano para señalar la perpetuación de las estructuras
de dominación colonial en la modernidad, derivó hacia múltiples campos y aplicaciones. De la original
noción de “colonialidad del poder y colonialidad del saber”se pasó luego a las ideasde colonialidad del
placer, del tiempo y del espacio. Las dos últimas apuntan a señalar la simultaneidad de temporalidades y
de formas de dominación que coexisten y marcan el desarrollo de la vida y las dinámicas comunitarias en
una direccionalidad no lineal ni unidireccional, sino expresándose a través de convergencias y
divergencias entre distintos sistemas epistémicos, proyectos y formasde resistencia al poder dominante.
x
Al respecto ver el fundamental libro compilado por Castro Gómez y Grosfoguel sobre “el giro
decolonial”.
xi
Castro Gómez considera que la obra de Leopoldo Zea, Enrique Dussel y Rodolfo Kusch articula, sobre
la base de la filosofía europea, las que pueden ser consideradas “contra-narrativas de la modernidad”.
Aunque las mismas son elaboradas desde la periferia latinoamericana, se expresan aun, como indica el
filósofo colombiano, “en el lenguaje de Próspero”, con el cual se consagraron los grandes discursos del
colonialismo. La alternativa sería, desde la perspectiva de Castro Gómez –que Alejandro Vallega
calificara de “pensamiento híbrido”- el abandono de una definición normativa de “lo humano” y el énfasis
en aquellos rasgos que caracterizan el ser postcolonial: la fragmentación identitaria, la discontinuidad
histórica, la heterogeneidad cultural, etc. De acuerdo con Foucault, debería mas bien enfocarse aquellos
dispositivos o “tecnologías de dominación” que están en la base de la construcción de la modernidad y de
sus relaciones con el pensamiento colonizador.
xii
El concepto de “exterioridad” está vinculado estrechamente, en la obra de Dussel, al de analéctica,
como método filosófico para llegar al Otro en su diferencia, es decir, como un procedimiento ético guiado
por la voluntad de encontrar la voz que los discursos del logos no pueden localizar y que la razón
dominante invisibiliza. En este sentido, “la analéctica dusseliana se plantea como la orientación del
pensar que moviliza tanto al objeto de la filosofía como a la modalidad del sujeto que piensa” (González
San Martín, s/p). El método analéctico articula un procedimiento analógico y elementos del método
dialéctico. Como ha indicado Sánchez Rubio el método analéctico, base para una “metafísica de la
alteridad”, permitiría vencer el solipsismo de la modernidad e incorporar al otro en sus propios términos,
sin subsumirlo en los paradigmas uniformizantes del occidentalismo. Ver al respecto Martin Alcoff y
Mendieta. Consultar asimismo Vallega.
xiii
Indica por ejemplo Jeff Browitt: “Los proponentes del discurso decolonial latinoamericano entran en
contradicción performativa cuando utilizan las herramientas de la teoría crítica europea para deconstruir
el discurso de la modernidad eurocéntrica: tratan de poner en cuarentena sus propias construcciones
discursivas e ideológicas y protegerlas de la misma revisión. Ciegos a las aporías de la teoría, piensan
que pueden tomar una posición epistemológica moralmente superior y trascendente a través de su
contacto con los mundos indígenas y afrodescendientes. Este proceso de apropiación ideológica
simplemente invierte los opuestos simplistas que los teóricos decoloniales dicen que quieren evitar” (26).
347
Introducción
una trayectoria del pensamiento crítico latinoamericano que resalta la vinculación entre
Partimos de la premisa que las conexiones entre las distintas regiones del Sur Global
están dadas por la formación de sociedades que asumen la experiencia del colonialismo,
obstante, en cualquier aporte que contribuya a planteamientos teóricos del “Sur Global”
aún continúa siendo necesaria una delimitación de lo que se comprende por tal término.
Tal exigencia tiene amplio sentido con el propósito de enmarcar los debates no sólo a
internacionales, entre otros), sino que, a su vez, permite nombrar la confluencia de todos
En este sentido, el trabajo que proponemos ofrece una complejización del Sur Global
colonialidad: la doble crítica. Asumimos esta tarea trazando lazos que permitan ubicar
como lugar epistemológico clave para construir la crítica desde el Sur Global. Este
autores en los circuitos bibliográficos. Tal contexto ha permitido que, en alguna medida,
por tal giro. Así, consideramos importante asumir críticamente este contexto para
dificultades para construir un método que permita articularlos. Tal tarea implica el
un diálogo con los cuestionamientos realizados por Alberto Moreiras (sobre lo que
349
nombra, entre otras formas, como “opción decolonial”) y Jeff Browitt (que se refiere
aquellos que denomina como “los decoloniales”), damos cuenta de las limitaciones de la
con respecto al problema de método. De este modo, estableciendo una lectura crítica de
perspectiva para la producción de una teoría del Sur Global desde los puntos de contacto
cuestionar la validez de tales propuestas cuando se trata de pensar la crítica desde el Sur.
de Enrique Dussel. A nuestro juicio esta tarea implica traer a primer plano la necesaria
comprensión del método analéctico en sentido diacrónico, válido para ejercer la crítica a
Moreiras, Grosfoguel y Go, aunque con distintas valoraciones, recurren a Dussel para
aquí como expresión de la analéctica propuesta por Dussel y es, a su vez, un ejercicio
para hacer del Sur Global el lugar desde el cual pensar la construcción de utopías
modernas y transmodernas.
Crítica de la Decolonialidad
La reciente crítica realizada por Alberto Moreiras a los estudios decoloniales plantea la
recibido en las distintas propuestas teóricas latinoamericanas y, más allá de ellas, en las
éste se habría iniciado a finales de la década de 1940 con los estudios de área en Estados
iniciaría una reacción antineoliberal que en la segunda década del siglo XXI ha
denomine así, sería el denominado “giro decolonial” (Moreiras 2016, 31). Esto implica
351
significado que ni siquiera un proyecto de este tipo sería posible, dado que, el propio
pensamiento. Así, para Moreiras, autores como Dussel, Quijano y Mignolo han
autoritario) que “exige ver el mundo con gafas indígenas o afro” (2016, 151). Tal
una continuación sin ruptura con los viejos parámetros identitarios de la tradición
criollo-liberal.
dominante que no sea el de “la identidad”, 1 situación que a su vez alcanza para que el
1
La propuesta de Moreiras es pensar la diferencia óntico-ontológica en política (llamando a esto
‘infrapolítica’), lo que no consiste en proponer un paradigma alternativo a “la identidad” sino concebir la
tarea crítica desde la deconstrucción del paradigma identitario. Si bien Moreiras reconoce que sistemas de
vida de pueblos indígenas pueden conllevar la pluralización ontológica de la política (como plantea De La
Cadena, 2010), no ve porqué necesariamente la política deba tener múltiples ontologías. Para Moreiras se
trata de una ontología de la diferencia expuesta en la crítica deconstructiva del principio general de
equivalencia en tanto organización metafísica del mundo (2016, 54).
352
Haciendo del trabajo de Grosfoguel (2006) su punto de análisis, Moreiras planteará sus
La principal objeción (y debilidad) tiene que ver con lo que identifica como el
pensamiento occidental como mirada establecida desde “el ojo de Dios” (eso que
establecer un nombre propio para la teoría que surge del pensamiento decolonial
Moreiras).3En última instancia, esto tampoco dice nada acerca de la formación de las
2
Moreiras no desarrolla las conexiones entre el ‘comunalismo decolonialista’ y neo-comunitarismo.
3
Aunque Moreiras está advirtiendo sobre tal proliferación, delineando la trampa que implica querer
ponerlo todo en un nombre, el propio Grosfoguel (2011), en una versión modificada de su artículo de
353
Grosfoguel consiste en un silencio con respecto al carácter de las poblaciones sobre las
Esta crítica de Moreiras a partir del trabajo de Grosfoguel se hace extensiva a varios de
los postulados básicos del enfoque decolonial. Tomando como ejemplo el trabajo de
4
La crítica de Moreiras (2016) a Grosfoguel (2006) acierta en los puntos que hemos señalado hasta ahora.
En los puntos que Moreiras señala posteriormente (pp. 150-151) equipara a Grosfoguel y a Aníbal
Quijano aduciendo que ambos colocan el problema de dominación por encima de la explotación, en una
suerte de supremacía de la dominación cultural ante la dominación económica. Así, para los decoloniales,
la explotación sería apenas una variedad de la dominación cultural (p. 151). Esta última afirmación de
Moreiras es inaceptable para el caso de Quijano y, aunque de modo parcial, también lo es para el caso de
Grosfoguel. Es claro que Quijano ha trabajado el problema de la explotación y la dominación
precisamente en la formulación de la “colonialidad del poder” (Quijano 2000), y desde mucho antes en
trabajos tales como “Polo marginal y mano de obra marginal” (originalmente escrito en 1970), y “El
nuevo problema de la lucha de clases y los problemas de la revolución en América Latina (originalmente
escrito en 1974),últimamente recogidos en Quijano (2014) editado por CLACSO. En relación a
Grosfoguel, aunque Moreiras tiene razón al afirmar que ha contribuido a una proliferación bastante laxa
del concepto de colonialidad, no deja de lado la dinámica de la explotación especialmente en el plano
macroestructural (aunque sea cada vez de modo abstracto). No obstante, es importante señalar que el
trabajo de Grosfoguel, aunque ciertamente repara en las dinámicas de explotación, no constituye un
análisis profundo ni detenido de cómo tales procesos se dan en sus particularidades y contradicciones, y
por lo tanto son considerablemente lejanos a la envergadura de los trabajos de Quijano(2014).
Recientemente Grosfoguel (2016) ha pretendido diferenciarse de Quijano acusándolo, esta vez, de
“extractivismo epistemológico” (antes ya lo había acusado de ‘colonial’, Grosfoguel 2013). El uso fácil
que Grosfoguel se permite en relación a categorías quemarcan la vanguardia en el debate económico,
traduciéndolas a la jerga de su proyecto intelectual, requiere un análisis aparte.
354
que tal crítica debe realizarse dentro de una crítica de la razón imperial que considere
dos elementos como fundamentales: una crítica más allá de las identificaciones
Sin embargo, la salida de Moreiras elude el trabajo de asumir estos dos elementos a la
hora de realizar una “doble crítica” de cualquier pensamiento que pretenda ser
historia, como condición necesaria para eludir el juego del todo o nada (que él plantea
Por otro lado, la crítica de Browitt (2014), que según vimos tiene puntos de
de realidades en las que los indígenas asocian sus prácticas hacia una ‘indianización’ de
termina discriminando las corrientes de pensamiento crítico con las cuales deben
una lógica dialéctica.5 Esta lógica dialéctica, ciertamente, resulta del proceso de
doble crítica. Por lo tanto, lejos de profundizar en la generalización que Moreiras hace
crítica dentro de una paradigma más amplio de reflexión sobre la descolonización que,
5
Uno de los puntos débiles de Moreiras es que, si bien su análisis se refiere concretamente a los trabajos
de Ramón Grosfoguel y, en buena medida, a los de Walter Mignolo, hace sus puntos extensivos a todo el
pensamiento decolonial sin considerar que, a pesar de Moreiras –y quizá del propio Grosfoguel y
Mignolo-- la diversificación de los estudios sobre la colonialidad del poder y su vínculo con el proyecto
descolonizador dan cuenta de su heterogeneidad, así como de la reflexión que articula la crítica de la
colonialidad con otros enfoques teóricos.
356
Pensar la teoría crítica desde el Sur Global no puede tener un solo camino. En esta línea,
queremos asumir que la crítica Sur-Sur, supondrá pensar desde la experiencia situada en
6
En el marco de la diferenciación del enfoque decolonial de otros estudios realizados desde el Sur, Ramón
Grosfoguel señala con respecto a los estudios subalternos y, de modo general, acerca de los estudios
poscoloniales que: “El principal proyecto del Grupo Sudasiático de Estudios Subalternos es una crítica a
la historiografía colonial de Europa Occidental sobre la India y a la historiografía nacionalista
eurocéntrica india del país. Pero al usar una epistemología occidental y privilegiar a Gramsci y Foucault,
constreñían y limitaban la radicalidad de su crítica al eurocentrismo (Grosfoguel 2006, p. 20)”. Según este
enfoque, una perspectiva desde el Sur Global, que parta de los enfoques subalternos y poscoloniales no es
viable debido a su eurocentrismo. A contrapunto de Grosfoguel, consideramos trabajos como la teoría
política poscolonial de Partha Chatterjee (2007, 2011), como fundamentados en una doble crítica en el
cual por un lado deconstruyen y reconstruyen categorías tales como democracia y sociedad política
asociadas al pensamiento occidental, y por otro lado construyen un pensamiento crítico a partir de
categorías vernáculas de comunidad e identidad del imaginario político-cultural de Bengal. En este
sentido, la crítica poscolonial de Chatterjee no se distingue sustancialmente de la crítica decolonial, sino
más bien constituye en un ejercicio de doble crítica que facilita la construcción de conocimiento crítico en
clave de Sur. La gestión para establecer una distinción categórica entre la crítica poscolonial y
descolonial, suele estar fundamentada tanto en una visión esencialista de dos continentes amplios y
heterogéneos de pensamiento crítico, como en la voluntad de algunos de anquilosar el pensamiento
decolonial en un recetario para convertirlo en una ortodoxia (y en el peor de los casos en una mercancía
académica) lo que en sí es contrario a su carácter crítico. La pretensión de montar una escuela de los
decoloniales, constituye un ejercicio anti-crítico que, en el decir de Hugo Zemelmanbusca convertir un
pensar epistémico basado en el pensamiento categorial, en un pensar teórico (o pseudo-teórico) a partir de
un pensamiento parametral.
7
En este sentido es esclarecedor lo que menciona Browitt acerca de la acusación que Grosfoguel hace a
Mignolo y a Quijano. En Martínez Andrade (2013), Grosfoguel acusa a Mignolo de “populismo
epistemológico” (sin detenerse a aclarar qué debemos entender por semejante formulación) y a Qujiano
de hablar desde ‘el ojo de Dios’ y de haber, cuando menos, usurpado la reflexión de los subalternos (de
las feministas chicanas, del pensamiento africano, del pensamiento negro en las Américas) para formular
el concepto de colonialidad del poder. Lo que no queda claro de ninguna manera es cómo Grosfoguel se
357
desafío urgente en la tarea de producir un saber que, más allá de descartar los enfoques
teóricos surgidos en otros escenarios del Sur (acusándolos de recurrir a autores del
crítico más allá de la circulación bibliográfica. Tal tarea implica trabajar con base en
que el pensamiento poscolonial ha sido para las ciencias sociales, aquello que las
diferencia de las imputaciones que hace a los otros dos autores. En este sentido Browitt afirma: “A pesar
de su reciente crítica a Mignolo y a Quijano (sintomático de las contradicciones del ideario decolonial),
Ramón Grosfoguel peca de las mismas exageraciones y binarios”(38-39).
358
como Franz Fanon (1925-1961), Aimé Césaire (1913-2008), Amílcar Cabral (1924-
así como propone un mundo sin esclavitud y explotación, a la vez propuso nuevas
formas de humanidad. Los autores de la segunda ola, inspirados por los primeros,
Bhabba, Dipesh Chakrabarty entre otros que habrían desarrollado las ideas
Como un balance del desarrollo los dos momentos, para Go (2016a) lo poscolonial
estaría dado por constituir una posición relacional en contra y más allá del colonialismo
fácil debido a dos presupuestos que funcionan como obstáculos epistemológicos ante la
primer lugar, desde las ciencias sociales se considera que el aporte del pensamiento
8
Nuestro interés en este trabajo es establecer un diálogo crítico sobre la propuesta metodológica de Go;
sin embargo, es preciso señalar de entrada que Go no tiene en cuenta una genealogía más antigua de
pensamiento descolonial que corresponde a la primera ola de descolonización localizable en la revolución
haitiana y las guerras de independencia-desde Haití al resto de América Latina, a lo largo del siglo XIX.
Makandal, Toussaint L’Overture, José Martí-todos ellos aún con sus contradicciones. Se podría realizar la
crítica de la propuesta genealógica de Go en base a una genealogía latinoamericana.
9
Es importante observar que este repertorio de autores está mayormente compuesto por hombres, lo que
apunta a la tendencia a construir canones en base a lógicas patriarcales. Un ejemplo significativo de la
carencia de figuras femeninas y en el pensamiento y política radical afrodiaspórico y de sus
contribuciones a lo que ahora llamamos crítica poscolonial y decolonial, de la primera mitad del siglo
XX, es la intelectual Claudia Jones, quien esgrimió el importante concepto de triple opresión de la mujer
tabajadora negra. Para una valorización ver la biografía de Claudia Jones que escribió Carole Boyce-
Davis.
359
poscolonial no ofrece mucho más que una suerte de complicidad política para la crítica
datos, es posible encontrar cómo en el origen de las ciencias sociales existen también
pueden ser reducidas a una sola cara de la formulación teórica. En segundo lugar, existe
bajo el supuesto de que las primeras no pueden salir de su legado imperialista, mientras
Buscar la interacción analítica entre pensamiento poscolonial y teoría social implica una
is seen in work by Connnell (2007), Sousa Santos (2014), Jean and John
standpoint que se nutre de los postulados teóricos del ‘perspectival realism’ formulado
por estudios científicos feministas como los recogidos en Giere (2006) y Longino
(2006). Por ‘perspectival realism’ debemos entender una extensión del perspectivismo
10
El propio Go retoma elementos en los cuales los enfoques de Marx y Bourdieu son ejemplos claros de
este punto(2016a).
360
científico, en tanto ontología del conocimiento que ocupa un lugar intermedio entre el
objetivismo realista (en tanto postura que asume la existencia de verdades que vienen
que asume que las verdades son discursivamente construidas por los científicos). Tal
Go lleva tal ‘perspectival realism’ al campo de las ciencias sociales para formularlo
Global, no propone recuperar saberes sometidos que nos lleven a una suerte de neo-
teorías como las de Raewyn Connell (2007) que, si bien cumplen una función
termina por deslegitimar el esfuerzo por construir una teoría desde el Sur. Para Go, esta
11
Go coloca en el mismo saco a varios autores latinoamericanos. Tal reduccionismo se deriva de su falta
de atención al pensamiento que ha problematizado el tema de lo poscolonial en América Latina.
361
claims, except for appeals to plurality and multiplicity –or what Sousa
impossible; indeed “truth” is impossible. All we are left with are multiple
not yield better knowledge, only relativist knowledge which can never be
conocimientos diferentes.
Por este motivo, en Postcolonial Thought and Social Theory (2016a), Go recurre a
Franz Fanon y W.E.B. Du Bois, mientras que en Globalizing Sociology, Turning South
épocay que, gracias a la adopción de tal nueva perspectiva, lograron generar nuevo
12
El hecho de que mencionemos ambos términos, subaltern y Southern standpoint, se debe a la falta de
una clara diferenciación en el uso de tales conceptos en el trabajo del propio autor.
362
plantea que el subaltern standpoint que ambos autores adoptaron, con base a la
experiencia del colonialismo francés (Fanon)13, así como la del racismo en los Estados
“standpoint” dominante, para el caso de ambos autores, vendría a estar compuesto por el
social. Para Go, el trabajo de ambos autores permite visualizar de qué manera el
A partir de estos casos, Go pretende dejar claro que un subaltern standpoint permite la
diferente: esta vez se hablará de southern standpoint. Volviendo a los trabajos de Giere
13
Dice Go refiriéndose al trabajo de Fanon sobre el impacto del racismo sobre los pueblos colonizados:
“Throughout, Fanon indeed engaged with Marxist categories as well as those of Freud. He also referred to
Sartre and other Parisian writers. But he did not begin analytically with these categories. He instead
started from the standpoint of the racialized colonial subject: their activities, experiencies, and
perceptions”(2016a, 167).
14
Dice Go con respecto a la postura de Du Bois ante el biologicismo de la época: “In opposition to that
standpoint, Du Bois offered an entirely different one. Rather than framing the issue of America’s freed
slaves in terms of “The Negro problem”, Du Bois,first and foremost, asks: “How does it feel to be a
problem?” (2016a, 168)
363
el southern standpoint (que tiene como elemento común con el subaltern standpoint su
carácter anti-esencialista).
from the ground up. Start, in brief, from the standpoint of the Southern –
jerarquías globales:
Sur Global (eso que él considera un movimiento intelectual que aglutina la Teoría del
Sur, las Epistemologías del Sur, las sociologías indígenas y la ‘escuela decolonial’), sus
de “un nuevo conocimiento” como plantea Go, o si es intrínseco al proyecto del Sur
conocimiento, aún por la vía del southern standpoint, no puede asumirse como
plantean. Así, por ejemplo, la propuesta de una sociología de las ausencias y una
su valor metodológico ¿Nos queda entonces asumir, por omisión, que la propuesta de
manera.
El caso de Santos es sólo un ejemplo que permite enfatizar las diferencias entre
enfoques que buscan que el Sur Global funcione como espacio de producción de
“nuevos conocimientos” (un conocimiento desde el punto de vista del Sur), a diferencia
de las propuestas que buscan contribuir al pensamiento crítico desde el Sur Global. En
implica, no sólo trabajar desde el punto de vista de sujetos que proponen una visión
alternativa al punto de vista dominante, sino analizar las causas que produjeron tal
ausencia como una operación del poder económico y político que hace posible los
15
Aunque aquí estamos refiriéndonos a la propuesta metodológica de Go, consideramos que tampoco
podría asumirse como “movimiento intelectual” la reunión de las cuatro líneas de trabajo que él reúne
bajo la denominación de Teorías del Sur (los títulos de las publicaciones que estos autores y autoras –
Comaroff y Comaroff, Mignolo, Santos- realizan tienen más en común que los planteamientos de sus
publicaciones). Tal como hemos discutido en notas 5 y 6, la existencia de una “escuela decolonial” no es
sostenible.
16
Es sabido además que el contrapunto de la sociología de las ausencias es la sociología de las
emergencias (Santos 2014).
365
como desarrollaremos más adelante, de una doble crítica, precisamente para resistirse a
los esencialismos. Plantearemos que la construcción de una teoría del Sur Global ha
Una vez más podríamos volver sobre la pregunta que Go, inspirado por Buroway
de Connell)18: “If there is a Southern sociology then what makes it Southern and
sociological?”. Aún después de considerar que Go busca ofrecer un método dentro del
debate teórico sobre las teorías del sur, cabe preguntarle en paráfrasis de Buroway, si el
“Southern”.19
17
La lectura que Go (2016b) hace de Fanon y Prebisch ¿acaso no recae en lo que Foucault (1981)
identifica como la estrategia discursiva del comentario? Esto es, decir que lo que ha sido dicho y hacerlo
aparecer como si fuera por primera vez dicho.
18
En su increpación a la propuesta de Connell (2007), Buroway (2012) contrasta la generalización de
Connell a la sociología del norte con el trabajo que realiza el SWOP (Society, Work and Development
Institute at the University of Witwatersrand) el cual realiza una apropiación de la teoría del norte desde
las problemáticas del sur (en este caso Sudáfrica y otros países africanos). De este modo, dice: “Indeed,
when Southern theories travel north they often lose their radical edge, becoming domesticated in the jaws
of the metropolitan university. This suggests that the real battle is not against reigning hegemonies but on
the terrain of these hegemonies, appropiating, reordering and reconstructing them in new contexts. The
problema is not so much with Northern theory, but with what we do with it once it arrives in the South”.
Hacer pensamiento crítico desde el Sur Global ha implicado, históricamente, aquello que Buroway
propone (como veremos, los trabajos del propio Enrique Dussel así lo demuestran); sin embargo no deja
de llamar la atención que Buroway, ante el dilema entre una teoría del norte y del sur, no complementa su
postulado con el sentido inverso, esto sería, plantear el problema existente en el norte, esto es, la
naturaleza de la producción de un tipo de pensamiento que despolitiza el pensamiento producido en el
Sur.
19
A pesar de la especificidad del subaltern standpoint ante el southern standpoint que señalamos
anteriormente, Go en ocasiones nos los utiliza con clara diferencia. Al parecer, la inclusión de Prebisch
366
La respuesta a tal pregunta tiene que ver con al menos dos aspectos
Sur Global, requiere aún la precisión de lo que se comprende por tal término. Y, en
En los estudios recientes acerca del Sur Global, es característico empezar ubicando su
dificultad para ser definido. En una breve reconstrucción de los antecedentes del
The term “global South” –or at least the “South” component of it –goes
back to the 1970’s and is entangled in its implications with other terms
Brandt Comission reports published in 1980 and 1983, both of wish bore
(economista argentino) le llevó a ampliar su propuesta del standpoint hacia una nueva adjetivación (está
claro que es muy difícil hacer caber a Prebisch dentro de un enfoque subalterno). Esta falta de claridad
hace que el propio Go no puede escaparse de la pregunta de Buroway. Sólo que esta vez, está trasladada
al campo de las perspectivas (a su lado metodológico). Lo que aparece como imperial-metropolitan pasa a
denominarse Northern-metropolitan.
367
En esta línea, se puede afirmar que el término Global South tendría como antecedente al
“Tercer Mundo” (en tanto éste término identificaba a esas sociedades a las que Dirlik se
siglo XX.
culturales han sido motivo de los estudios sobre los discursos postcoloniales y
What defines the global South is the recognition by peoples across the
it has failed as a global master narrative. The global South also marks,
their shared condition at the margins of the brave new neoliberal world of
globalization(2007).
de piso para buscar los orígenes de una definición del Sur Global que, como sugiere
20
La Comisión Brandt, mencionada en la cita de Dirlik (2007), es identificada por Prashad (2012) como
una suerte de ‘keynesianismo global’. Prashad reconoce que tal Comisión actuó dentro de un ámbito
limitado por las deliberaciones del G7, la agenda interna del Reino Unido, la campaña electoral de Ronald
Reagan, y las presiones de los países del Norte por la reorganización del desarrollo (Prashad 2012, 70-
75).
368
lugar en Cuba en el año 1966, cuando ochenta y dos naciones se reunieron con el
propósito de formar una alianza contra el imperialismo. A partir de las conexiones entre
tres referentes para los estudios del Sur Global: 1) un punto de partida para el desarrollo
del análisis del Sur Global en los textos fundacionales enmarcados de la guerra fría, 2)
una clarificación del concepto de Sur Global, no como mera derivación de los estudios
poscoloniales.
the South (Comaroff and Comaroff 2012), Juan Obarrio (2012) señala que el término
podría ocluir las diferencias entre distintas regionesque, tomadas por separado, vendrían
a ser formas específicas de Sur Global (e.g. América Latina es Sur Global en una
manera específica frente a África). En este sentido, Obarrio (2013) también llama la
atención sobre asuntos relevantes a la hora de problematizar el Sur. Así, más allá de la
21
Para esto véanse como muestra los artículos del Symposium “Theory from the South” recogidos en la
revista The Johannesburg Salon, No. 5 (2012), o los artículos incluidos en el dossier “Diálogos del Sur.
Conocimientos críticos y análisis sociopolítico entre África y América Latina” publicados en ICONOS.
Revista de Ciencias Sociales, No. 51
369
puede perder de vista es que existe una producción histórica del Sur como el territorio
capitalista.
Pero el Sur Global no se agota ahí. Obarrio (2013) además señala que el Sur Global
puede ser comprendido como una serie de campos que se entrecruzan de modo diferente
nacional-populares).
De esta manera, ‘Sur Global’ también permite establecer el cruce entre diferentes
campos de conocimiento,el cual vendría dado por una concepción del Sur más allá de
Recuperar la historicidad del Sur Global es aún una tarea a continuar. No obstante, tal
como hemos señalado en las secciones anteriores, aún subyace la pregunta por la clave
370
metodológica en la construcción de una teoría del Sur. Ante esto habría que añadir que,
Crítica de la filosofía en clave de Sur: planteamientos sobre el método para una crítica
descolonial
en clave Sur, supone una línea de argumentación sobre la crítica en tanto categoría y en
cuanto práctica. Los sentidos y formas de la crítica en su diversidad histórica han sido
objeto de estudio y análisis suficiente para nutrir bibliotecas. Por ende, aquí no
intentaremos hacer una síntesis mínima de los sentidos y usos de la crítica, sino
La idea misma de crítica se asocia con la filosofía alemana del largo siglo XVIII, sobre
todo con las tres críticas de Immanuel Kant, entre las que destaca la Crítica de la Razón
estética. Sin negar estas pretensiones de hacer ciencia en su sentido original como
del sujeto histórico y de esa manera al proyecto de revolución. Marx caracterizó como
crítica gran parte de su trabajo desde su juventud con trabajos como la Crítica de la
371
Filosofía del Derecho de Hegel, hasta Das Kapital, su obra madura que subtituló
capitalismo y así servir de premisa para la praxis revolucionaria. En esta veta, Marx
totalidad de la historia como potenciar las posiblidades críticas de las crisis. En esta
Esta racionalidad histórica crítica, que fue elaborada por el filósofo marxista húngaro
Horkheimer (1937) argumenta que la teoría crítica implica una ruptura de la división
22
Behabibdistingue dos formas de la crítica en Hegel y Marx, crítica inmanente y crítica
desfetichizadora. Por crítica inmanente se refiere a que Hegel inaugura un método que está fundamentado
en el estudio, descripción y análisis dialéctico de las dinámicas de movimiento interno dentro de la
totalidad histórica; mientras la crítica desfetichizadora denomina el movimiento analítico de fundamentar
dichas dinámicas en la praxis ontológica y gnoseológica del sujeto. Según Behabib, Marx continúa con
esa diada hegeliana de crítica inmanente y crítica desfetichizadora en su discurso crítico sobre el
movimiento de la historia y sobre todo en su crítica del modo de producción capitalista.
372
crítico. Tocando ese tambor, la construcción de teorías críticas desde el Sur, es fuente
Rabaka (2008, 2010) quien presenta una tradición que denomina Africana Critical
Theory, que traducimos con nuestra propia nomenclatura como Teoría Crítica en Clave
Africanía por dos razones: uno, porque para la tradición radical de la Africanía, el
donde se destacan figuras con WEB Du Bois y CLR James, que son pilares del
argumento es afín a lo que hoy día denominamos crítica descolonial en clave Sur.24
23
Una traducción más literal sería Teoría Crítica de la Africanía, pero no es solo de la Africanía sino
también desde la Africanía. En vista de que la complejidad de la categoría no se traduce al castellano, la
traducimos con esta expresión nuestra.
24
Los feminismos negros y feminismos decoloniales son fuentes principales de teoría compleja de la
dominación, que entrelaza opresiones de clase, étnico-raciales, sexualidad, género y generación, y que por
ende implica formas de crítica y política que articule esta multiplicidad de mediaciones de sujeción y
poder que constituyen la matriz que denominamos colonialidad del poder y el saber.
373
operan como fundamento para la inscripción del pensamiento del Sur Global en la
la dialéctica por el planteo meta-físico de la exterioridad del otro”e indica que “este
corto trabajo es sólo una lejana introducción a una lógica de la analogía que se deberá
dialéctica como método fundamental desde Platón y Aristóteles hasta Hegel y Marx.En
este texto, todavía Dussel no había hecho la lectura de Marx que hizo a partir de finales
25
Todas las citas son de la edición de 1974.
374
1974: 145).
modernidad capitalista.
Dussel plantea que el término ‘método’ proviene (del griego metà-hódos) significando
un camino, un movimiento, “radical e introductorio a lo que las cosas son” y afirma que
constituye un camino que nos lleva a construir las categorías histórico-filosóficas que
nos van a permitir analizar los fenómenos y procesos que constituyen los fundamentos
26
Aquí utilizamos el concepto de ciencia en el sentido filosófico-critico de aprehender los fenómenos
como procesos complejos y contradictorios que son producto de la agencia histórica humana y que por
ende pueden ser transformados por ella. Esta noción de ciencia es distinta y antitética a la acepción
positivista que asume la realidad como un conjunto de hechos fijos que han de ser representados de
acuerdo a un método neutral que no está mediado por relaciones de poder.
27
Hay dos condiciones claves que definen las categorías como históricas: 1) que buscan entender y
explicar el carácter relacional y procesual del movimiento histórico, es decir, que intentan aprehender el
conjunto de relaciones en la totalidad histórica como procesos complejos y cambiantes; 2) que reconocen
que las categorías hay que situarlas en tiempo y espacio, y por ende que no son absolutas y que están
inscritas por relaciones de poder que las constituyen y que ellas a su vez constituyen.
375
En diálogo con Jolif y Sartre,28 Dussel concluye que pensar dialécticamente es pensar
dialéctico debe fundarse sobre una historia perpetuamente abierta, un proceso siempre
antes (como se evidencia en el principio veru factum formulado por Vico). En este
forma [...] como un momento del proceso que no puede ser sino
1974, 163-4).
argumenta que “La dialéctica […] como arte crítico de la interrogación problemática,
es motricidad histórica”.En Hinkelammert hay un argumento afín que aboga por una
dialéctica transcendental, en la cual, como argumenta Bautista (2014, 162) “la lógica
28
Sartre, al igual que Henri Lefebvre y Karel Kosik, desarrollan los breves pero poderosos argumentos de
Marx que se encuentran en los Grundrisse y partes de Das Kapital, como un método progresivo-regresivo
de aproximaciones que van haciendo la totalidad cada vez más compleja y concreta. Dussel (1974, 164)
destaca la importancia de la praxis histórica del sujeto en Sartre al escribir: “Para Sartre es dialéctica la
comprensión previa como praxis, y es igualmente dialéctico el saber que de dicha comprensión se tiene:
el hombre como cotidianidad o como pensar, que es el mismo a diversos niveles, es dialéctico en su
esencia, porque es histórico.”
376
que puede permitir pensar estas contradicciones es la lógica dialéctica, porque ella […]
futuro nuevo”. Es decir, la dialéctica negativa es un recurso de método que nos permite
totalidad hegeliana y al Dasein de Heidegger, Dussel sienta las bases para lo que en ese
inasimilable, una otredad radical, a partir de la cual Dussel concluye que “el otro, como
otro libre y que exige justicia, instaura una historia imprevisible. El otro como misterio
comprender como totalidad totalizada”.Por ende,“se trata ahora de dar el paso metódico
postulación de la Otredad oprimida como punto de partida, envuelve una visión abierta
elaborar como una perspectiva ética y política del método y la filosofía como tal, que en
29
Aquí hay un puente de diálogo de Dussel con Deleuze y Derrida. Dussel afirma su diferendo con la
concepción de Differance de Derrida, y afirma que su categoría de otredad significa un modo mayor de
alteridad que significa con el significante Distinto.
377
lógicas y marcos categoriales. Esta perspectiva implica postular y elaborar una lógica de
proceso como el nuestro […] nuestra argumentación tendría que explicar inclusive, el
historias, y los saberes de los sujetos subalternizados por las constelaciones de poder y
conocimiento de la modernidad/colonialidad.
Con Levinas, que postula la ética como prima filosofía, Dussel argumenta que “lo
el rostro del pobre indio dominado, del mestizo oprimido, del pueblo
argumenta que,
378
Dussel presenta la analéctica como el paso metódico esencial y explica su sentido como
categoría afirmando que denomina, “el ser como más-alto (áno) o por sobre (aná-) la
totalidad, el otro libre como negatividad primera, es ana-lógico con respecto al ser del
de leer el mundo y sus relaciones de poder desde América Latina. En ese sentido
que queremos hablar, el ana-léctico, va más allá, más arriba, viene desde
un nivel más alto (aná-) que el del mero método dia-léctico. El método
posibilidad) que parte desde el otro como libre, como un más allá del
otro y para «servir-le» (al otro) creativamente” (182).Dussel concluye que, “la
Otro no es otro alter ego, sino quien ha sido negado en su humanidad por
24).
elaboró mucho más la analéctica como método, lo cual entendemos como una tarea aún
30
Al igual que Dussel, vemos la analéctica como un quehacer más allá de la dialéctica, a la vez que
articulada a ella. Las vertientes hegelianas y marxistas han trabajado por mucho tiempo, la dialéctica
como método en el sentido filosófico del término, es decir, como proceso y procedimiento de producción
de conocimiento crítico. Algunas de las disquisiciones más elaboradas y profundas sobre los caminos
conducentes al conocimiento crítico han girado en torno a distinguir lógica formal y lógica dialéctica, y
alrededor de los sentidos epistemológicos y políticos de la dialéctica.
380
las múltiples alteridades en relación a la modernidad capitalista. Más aún, Dussel acuña
Consideramos al menos tres razones por las cuales es importante asumir y construir la
desde los lugares de enunciación constituidos por las historias y culturas negadas y
por ende implica tanto otros contenidos como otras formas método/lógicas. Segundo,
que las cuestiones de método son las más subdesarrolladas en la crítica descolonial que
deconstructivo que parte de una crítica inmanente de las categorías y lógicas del
envuelve las dimensiones institucionales que organizan el poder y que implica una
relación de Derrida con Levinas, como la dimensión política de su filosofía más allá de
traducidos como parte del marco categorial de los trabajos sobre decolonialidad en
se efectúa desde lugares de enunciación que corresponden a historias y culturas con sus
31
Khatibi ha sido referido principalmente por Mignolo. En Historias Locales/Diseños Globales, Mignolo
presenta a Khatibi como gestor de la doble crítica y en esa línea del pensamiento otro y pensamiento
fronterizo a partir de los lugares de enunciación que Mignolo conceptualiza como diferencia colonial. La
presentación que hace Mignolo del trabajo de Kahtibi en gran medida recoge la complejidad de su
método de doble crítica, pero el concepto de diferencia colonial de Mignolo tiende a la esencialización
como ha argumentado Franzé.
32
Mignolo (2000) hace una presentación justa y compleja de los significados y usos de la doble crítica en
Khatibi en su libro Historias Locales/Diseños Globales. Sin embargo, su concepto de diferencia colonial
382
La doble crítica en Khatibi, avanza aún más, postulándose como una suerte de camino
crítico pluritópico permanente. Khatibi define la doble crítica como mise en crise, o sea
mismo como a su objeto, donde la crítica es doble porque es crítica tanto de la ley
intrínseca como de la ley societal. En este sentido, la doble crítica implica procesos no
Marx el referente para señalar los puntos en que el conocimiento, producido por la
(incluso cuando se trate de sociología árabe marxista).33 Tal tarea implica, tanto una
crítica de las formas del poder y los modos de conocimiento orientalistas, como de los
esencialismos locales del Islam y el Mahgreb. Este doble movimiento crítico, envuelve
se postula, como bien argumenta Franzé (2013) debido a“una ambigüedad entre contingencia y
esencialismo que acaba decantándose del lado de este último”, lo que le sitúa en una lógica esencialista
contraria al sentido fundamental de la doble crítica. En la misma discusión Mignolo se refiere a la
creolización como una fuente de pensamiento otro, pero los argumentos de creolización implican una
conceptualización mucho más fluida y compleja de los procesos de identificación y las formas y prácticas
culturales como claramente argumentan Glissant y Hall. En este sentido, se podría decir que las críticas
de Moreiras al caracterizar la crítica decolonial como una búsqueda de identidad, si bien pueden tener un
núcleo de verdad contra las líneas de argumentación de Grofoguel y Mignolo, es claramente equívoca en
referencia a argumentos basados en procesos de doble crítica tales como los feminismos descoloniales.
33
Khatibi explica esto demostrando cómo los sociólogos árabes trabajan con conceptos tomados de Ibn
Khaldun –solidaridad socio-agnóstica/solidaridad de clientelas políticas, que resalta la pregunta sobre
cómo el pensamiento dialéctico se plantea la integración de un discurso posicionado entre la teología y la
dialéctica especulativa].
383
de análisis a la vez que se aleja de él, y así sugiere otros señalamientos, otros caminos
conflicto, sino también de doble traducción y negociación. En esto radica para Khatibi
metódica como en su proyecto ético-político? Afinado esa clave Dussel dice, la ana-
léctica […] es entonces una económica (un poner la naturaleza al servicio del otro),
una erótica y una política (1974, 182). En la medida que marca su lugar de enunciación,
filosofía latinoamericana (ídem), escribe Dussel. Varios años después, Dussel (1998)
Europa, del machismo unilateral, del racismo blanco, de la cultura occidental como
1998, 56).
traumas, rupturas y las violencias del desarraigo. En esa clave, lo distingue tanto de
una perdida de visión, una suspensión del sentido de ser porque la transitoriedad no es
34
Preferimos utilizar el término Creolización, adaptado del francés, que es “Criollización”, que sería más
adecuado en castellano, precisamente para representar la particularidad epistémica y política de la
categoría acuñada por Glissant.
385
Entonando este son, Glissant argumenta que la ambigüedad fue la primera estrategia de
discontinuidad es lucha, la misma discontinuidad que fue puesta en acción por ese otro
discontinuidad del proceso de creolización (ibid: 85). Esto le lleva a concluir que la
procesos de creolización que como tales son ambiguos, abiertos, fluidos, sin dejar de
producción intelectual y acción política (Laó Montes 2007). En esta clave, las dinámicas
35
Michel-Rolph Trouillot (1992) conceptualiza la lógica de similaridades en la diferencia que constituyen
el Caribe como región a partir del concepto de resemblanzas familiares que acuñó el filósofo Ludwig
386
El Caribe como primera otredad constitutiva de Occidente donde, como afirma Dussel,
modernidades alternas desde el largo Siglo XVI.36 En su larga duración como universo
denomina como Crítica Caribeña. Nesbitt busca desde una perspectiva filosófica […]
crítica pos-Kantiana […] como un proyecto de razón práctica buscando, como Marx
argumenta que la crítica caribeña construye y dialoga con la tradición crítica occidental
desde Rousseau, Hegel, Marx y Sartre (5),a la vez que está situada en historias
formas políticas, estéticas, filosofías, etc. En esta vena, Nesbitt plantea que la crítica
caribeña constituye una política materialista que invierte de sentidos categorías como
Wittgenstein para referirse a las familias lingüísticas. En clave análoga, Antonio Benitez Rojo (1989)
conceptualizó el Caribe como una isla que se repite de manera similar pero distinta, en cada una de las
encarnaciones caribeñas tanto en las Antillas como en los Caribes Continentales y las diásporas caribeñas
en Europa y los EEUU.
36
La famosa frase de Dussel de que la modernidad se inventó en el Caribe, la planteó en su conferencia
magistral en la primera reunión de la Asociación de Filosofía del Caribe. Peter Hulme demuestra como
los relatos construidos a principios de la conquista y colonización de las Américas sobre los sujetos y
territorios denominados caribeños constituyeron los primeros discursos de otredad colonial que fueron
constitutivos del emergente ego imperial europeo.
387
haitiana admite fuentes africanas como los discursos de derechos humanos islámicos y
las concepciones vernáculas de libertad de los cimarrones, pero en este libro termina
radical, incluso debatiendo la idea de Trouillot que la gesta haitiana fuera impensable
Calibán implica repensar nuestra historia desde el otro lado, desde el otro
del Caribe que aprende a maldecir al amo (Próspero) con el mismo lenguaje que éste le
38
El contrapunto como método clave en la investigación y crítica pos/decolonial es elaborado de manera
magistral por Fernando Ortiz en su clásico Contrapunteo Cubano de Azucar y Tabaco. Said, también
entiende el contrapunto como estrategia de análisis crítico comparado. El contrapunteo como método se
elabora y ejemplifica en Agustín Laó Montes (2017). Contrapunteos Diaspóricos: Cartografías Políticas
de Nuestra Afroamérica. Editorial Casa del Caribe, Santiago de Cuba.
388
epistémico desde la óptica y agencia histórica de los oprimidos de la región que Martí
En armonía contrapuntual, el chicano José David Saldívar (1991) identifica ‘la escuela
de Calibán’ como un pilar para La Dialéctica de Nuestra América que se expande a los
Latinos del Norte. Como Saldívar demuestra, la figura de Calibán sirve de puente entre
los Latinos de/en Estados Unidos, América Latina al sur del Rio Grande, el Caribe
Nuestra América. Aquí Saldívar, en tanto chicano residente en los EEUU, se podría
caracterizar como un crítico del Sur Global situado en el Norte imperial continental.
largo Siglo XVI. No obstante, cabe decir entonces que, el Sur de Saldívar es [todavía]
globales.
Caracterizamos la Razón de Calibán como crítica inmanente que desafía las formas de
intelectuales letrados Afrodiaspóricos como WEB DuBois, CLR James, Aime Cesaire,
Franz Fanon, Sylvia Wynter, y Angela Davis, que han ganado maestría de las
modos de vida y cosmovisiones del mundo Afro. Esta vertiente que corresponde a lo
de vida.
390
letras”, construye saberes sistemáticos de corte tanto teórico como pragmático, tanto
intelectuales rastafari y genios musicales que han inspirado luchas de liberación como
Bob Marley. De manera análoga, el filosofo trinitario Grant Farred (2003) califica a
Mohamed Alí como un intelectual vernáculo que esgrimió un análisis crítico en sus
capitalista estadounidense.
estéticas y teológicas, con los cuales podemos representar el pensamiento vernáculo, los
como Exu; 2) el Cimarronaje como praxis de liberación que construye espacios propios
39
No pretendemos realizar una cartografía y mucho menos una genealogía de los conceptos-metáfora,
personales conceptuales, tradiciones de pensamiento vernáculo en los horizontes de la Africanía, solo
plantear la cuestión de la doble crítica y relacionarla a los contrapunteos diaspóricos que orientan este
libro. Por eso nos discutimos algunas contribuciones fundamentales como la elaboración que hace el
intelectual Afrocolombiano Manuel Zapata Olivella del principio filosófico Bantú del Muntu; por otro
lado también sería necesario el realizar lecturas contrapuntuales de cómo se usa y define el concepto-
metáfora Calibán y sus diferencias en tiempo y espacio, por ejemplo entre el ensayista uruguayo José
Enrique Rodó y el poeta nicaragüense Rubén Darío en el cambio de siglo XIX al XX; los intelectuales
Afrodescendientes del Caribe Anglófono George Lamming, Kamau Brathways, CLR James, y Sylvia
Wynter desde la década de 1960; y el escritor cubano Fernández Retamar a partir de 1970.
40
La distinción entre casa adentro y casa afuera en relación al mundo afro se la debemos al intelectual
afroecuatoriano Juan García, quien de esa manera distingue dos espacios de pensamiento y política
391
a la misma vez que es el Orisha cuyos caracoles presiden el Dilogún como sistema de
comunicación y adivinación, y por eso es quien descifra los mensajes de las fuerzas
espirituales (los Egguns) y divinas (las/los Orishas). Es así que Elegguá o Exu, sirve
fundamento vernáculo para una crítica cultural afrodiaspórica afín a la figura de Hermes
registro, significa tanto la encrucijada de caminos que constituyen los espacios plurales
de las diásporas africanas globales, como las perspectivas críticas, los códigos
Shakespeare al ser negros y mulatos tienen un carácter distinto, todavía son nombrados
Afroamericana que en su argumento implican categorías, estrategias y discursos propios a cada escenario.
Traducimos dicha distinción de García como una forma de la doble crítica donde la Razón Cimarrona
representa las categorías y formas de pensamiento Casa Adentro, que se articulan con la Razón de
Calibán/Casa Afuera para constituir el doble movimiento crítico. Ver Walsh y García (2007)
392
de un idioma occidental. Esta obra de teatro de Cesaire es un ejemplo claro del ejercicio
de la doble crítica en clave Afrocaribeña. Exu que es el orisha del entrelace de caminos,
escapaban del régimen esclavista y construían espacios propios de libertad, dio cabida a
que hasta hoy día hablemos de cualquier acto de resistencia Afrodescendiente como una
acción cimarrona. En esa clave cabe distinguir el Cimarronaje como Hecho Histórico
Quilombos o Palenques.
Glissant, CLR James, hasta Angel Quintero Rivera, Ana Cairo y José Luciano Franco.
en clave de Sur. Tocando ese tambor postulamos el concepto de Razón Cimarrona para
conocimiento crítico desde el Sur, se ejerce cotidianamente y por ende hay inifinidad de
ejemplos. Para mencionar un caso, podemos ubicar el trabajo de Joel James Figarola, La
análisis sistemático de sus categorías vernáculas y sus prácticas litúrgicas, con una
espiritualidades han constituido modos de autoafirmación y lucha que han sido claves
Joel James Figarola (200) argumenta que la filosofía congo-cubana del Palo Monte, se
liberación.
394
Si bien Joel James escribe en parte desde adentro de la religiosidad del Palo Monte, que
vertiente hegeliana y marxista; sirve como una especie de doble traductor, precisamente
espiritualidad del Palo Monte, con un análisis marxista de las dinámicas de luchas de
que James Figarola caracteriza su versión subalternista de la historia de Cuba como una
Gran Nganga.
Aquí no se busca rescatar una identidad prístina, ni reconocer una herencia subalterna
subyugadas que han tenido importancia vital en los escenarios históricos que han
y praxis del Palo Monte, nutren una razón cimarrona, que puesto en diálogo con la
doble crítica, pertinente no solo a Cuba sino para la perspectiva Sur-Sur, esto a la luz
Poderosas vertientes del feminismo negro también ejercitan una praxis de doble crítica
(1983), quien en un discutido artículo titulado The Master´s Tools Will Never Dismantle
por dicho régimen. Tal cuestionamiento se expresa en su crítica a una conferencia del
la diferencia en las constelaciones feministas, y que sin embargo relegó a las mujeres
negras a una mesa de cierre. Aquí observamos que, contrario a planteamientos como el
mujeres negras ni el feminismo negro poscolonial, sino que plantea que la aseveración y
41
En la Casa del Caribe de Santiago de Cuba, institución de la cual Joel James Figarola fue
fundador y dirigió hasta su muerte en el 2006, se promueven diálogos entre el pensamiento
crítico occidental (por ejemplo, variantes del marxismo latinoamericano y la crítica descolonial
cubana a partir de José Martí) con el pensamiento y política inscrito en las espiritualidades
Afrocubanas. Un espacio significativo en dichos diálogos es el Taller de Religiosidad Popular
del Festival del Caribe, un encuentro anual donde conversan y debaten intelectuales académicos
con intelectuales vernáculos (a quienes James Figarola llamó intelectuales portadores de
cultura popular tradicional cubana) con otras y otros que conjugan los dos saberes en una
suerte de maridaje pragmático entre la Razón de Caliban y la Razón Cimarrona de Exu-Elegguá.
42
Aunque a continuación se presenta el caso de la obra de Audre Lorde, podríamos también haber traído
a lectura el caso de Jacqui Alexander que concluye su libro Pedagogies of Crossing(2006), con un
argumento en aras de una pedagogía de lo sagrado que postula como en los entrecruces de caminos que
constituyen las rutas de viaje y vida del Atlántico Negro, se entretejen las prácticas de espiritualidad de
matriz africana (como la religiosidad Yoruba y el Vodún) con acciones colectivas contra las cadenas de la
colonialidad (opresiones de clase, género, sexualidad, raza) en el quehacer crítico y las políticas de
liberación.
396
esencialista de carácter monológico que tiende a excluir a las mujeres negras hasta de
hererogéneo. Aquí la doble crítica implica tanto deconstruir las herramientas del amo,
como reconstruir los marcos categoriales y las lógicas de pensamiento y política desde
fuentes que transciendan los discursos y los métodos que priman tanto en la academía
Obras citadas
Bautista, Juan José. ¿Qué significa pensar desde América Latina? Akal, Madrid, 2014.
Benitez Rojo, Antonio. La Isla Que Se Repite: El Caribe y las Perspectiva Posmoderna.
Boyce-Davis, Carole. The Left of Karl Marx: The Political Life of Black Communist
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Saldívar, José David. The Dialectics of Our America. Genealogy, Cultural Critique, and
Publishers, 2014.
Walsh, Catherine y Juan Garcia (2007). ¿Son posibles unas ciencias sociales/culturales
102-113.
404
Lista de autores
María del Rosario Acosta López es Doctora en Filosofía de la Universidad Nacional
de Colombia (2007), actualmente se desempeña como Profesora Asociada en el
Departamento de Filosofía de DePaul University, Chicago. Sus principales áreas de
investigación son la estética y la filosofía del arte, la filosofía política moderna y
contemporánea, el Idealismo y Romanticismo alemanes, y más recientemente los
acercamientos filosóficos contemporáneos a los temas del trauma y la memoria, y los
estudios decoloniales. Es autora de monografías sobre Wassily Kandinsky (2005),
Romanticismo Alemán (2006) y Friedrich Schiller (2008), y ha coordinado
compilaciones sobre Hegel (2007), Schiller (2008 y 2017), filosofía contemporánea del
arte (2008 y 2009), filosofía política moderna y contemporánea (2010 y 2013), ley y
violencia (2014) y representaciones del trauma y la memoria (2016). Colabora con el
Centro de Memoria Histórica en Colombia, y coordina el área de memoria y archivo de
historias orales en el Chicago Torture Justice Center en Chicago. Su actual proyecto de
investigación se titula Gramáticas de la Escucha, y es el resultado del encuentro entre
su trabajo en la práctica con sobrevivientes de violencia paramilitar y tortura policial y
sus reflexiones filosóficas sobre iniciativas de memoria en contextos traumáticos.
Yamandú Acosta es Profesor de Filosofía (IPA) y Magister en Ciencias Humanas,
Opción Estudios Latinoamericanos (FHCE). Se desempeña como Profesor Titular del
Centro de Estudios Interdisciplinarios Latinoamericanos (FHCE) y del Instituto de
Historia de las Ideas (FDer), en régimen de dedicación total en la UdelaR. Es
Investigador Activo Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores. Trabaja
centralmente sobre los problemas del sujeto, la democracia y los derechos humanos, así
como también sobre filosofía y pensamiento crítico en América Latina. Es autor de
varios libros y numerosos artículos y capítulos de libros en publicaciones nacionales y
del exterior. Entre sus libros, Nuevas referencias del pensamiento crítico en América
Latina (2003), recibió el Premio Pensamiento de América “Leopoldo Zea” (México,
2005).
Bruno Bosteels es profesor en el Departamento de Culturas Latinoamericanas e
Ibéricas así como en el Instituto de Literatura Comparada y Sociedad en Columbia
University, Nueva York. Es autorde Badiou and Politics (2011); Marx and Freud in
Latin America: Politics, Psychoanalysis, and Religion in Times of Terror (2012) y
TheActuality of Communism (2011). Ha publicado también ensayos fundamentales
sobre la obra de Ranciére, Hegel y muchos otros. Sus obras han sido traducidas al
alemán, francés, esloveno, turco, chino, bengalí, coreano y español. Ha realizado
asimismo trabajos como traductor, editor y crítico de la obra de Alain Badiou. Entre sus
últimos libros se destaca Philosophies of Defeat: The Jargon of Finitude.
Santiago Castro-Gómez es Licenciado en Filosofía por la Universidad Santo Tomás,
Magíster en Filosofía por la Eberhard-Karls-Universität Tübingen y Doctorado con
honores por la Johann Wolfgang Goethe-Universität de Frankfurt. Se ha desempeñado
como profesor de filosofía en las universidades Javeriana y Santo Tomás de Bogotá, y
como director del posgrado en Estudios Culturales de la Facultad de Ciencias Sociales
de la Universidad Javeriana. Ha sido profesor visitante en las Universidades de Duke y
Pittsburgh (Estados Unidos), investigador invitado por la Universidad de Frankfurt
(Alemania) y durante varios años investigador de planta del Instituto Pensar
405
(Colombia). Es además miembro fundador del colectivo político REC (Red de Estudios
Críticos-Latinoamérica). Autor de los siguientes libros: Crítica de la razón
latinoamericana (1996).La hybris del punto cero (2005),Tejidos Oníricos (2009),
Historia de la gubernamentalidad (2 volúmenes, 2010 y 2016) y Revoluciones sin
sujeto (2015). Actualmente trabaja en un libro sobre el joven Marx y la izquierda
hegeliana.
Hernán Alejandro Cortés Ramírez es estudiante del Doctorado en Filosofía y
Magíster en Filosofía de la Universidad de los Andes; Licenciado en filosofía de la
Universidad Santo Tomás. Ha sido profesor de la Universidad de los Andes, la
Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano y la Universidad San Buenaventura.
Actualmente es becario de la Universidad de los Andes e investigador de la Red de
Estudios Críticos-Latinoamérica. Es autor del libro: El animal diseñado: Sloterdijk y la
onto-genealogía de lo humano (2013). Su campo de investigación es la filosofía política
y latinoamericana, ha trabajado en diversos grupos de investigación y ahora mismo es
investigador del grupo interinstitucional: Estética y Política. Su proyecto doctoral se
concentra en el problema de lo común en el marco de las discusiones sobre la ontología
política.
José Guadalupe Gandarilla Salgado- Doctor en Filosofía Política, por la UAM –
Iztapalapa. Investigador Titular B, Definitivo, del Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Ha sido profesor en las facultades de
Economía, Ciencias Políticas y Sociales, y Filosofía y Letras de la UNAM, y en otras
universidades del extranjero. Su obra Asedios a la totalidad. Poder y política en la
modernidad, desde un encare de-colonial (2012), obtuvo Mención Honorífica del
Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2012, y el Premio Frantz Fanon 2015 (The
Frantz Fanon Award for Outstanding Book in Caribbean Thought) de la Asociación
Filosófica del Caribe. Sus más recientes libros son Universidad, conocimiento y
complejidad. Aproximaciones desde un pensar crítico (2014), Modernidad, crisis y
crítica (2015). Como compilador: América y el Caribe en el cruce de la modernidad y
la colonialidad (2014) y el más reciente: La crítica en el margen. Hacia una
cartografíaconceptual para rediscutir la modernidad (2016). Fundó y dirigió De Raíz
Diversa. Revista especializada en Estudios Latinoamericanos.
Agustín Laó Montes es Profesor de Sociología en la Universidad de Massachusettts en
Amherst donde también es investigador del Centro de Estudios Latino/americanos y del
Caribe y coordina el Certificado de Posgrado en Diáspora Africana en las Américas. Ha
publicado ampliamente en temas tales como Sociología Histórica, Crítica Descolonial,
Estudios de la Africanía, movimientos sociales, y Estudios Urbanos. Su último libro
Contrapunteos Diaspóricos: Cartografías Políticas de Nuestra Afroamérica, está
próximo a publicarse. En este momento trabaja en un manuscrito tentativamente
titulado, Politica Raizal: Sentipensamiento, Poder y Liberación.
Linda Martín Alcoff es Profesora de Filosofía en Hunter College y en The Graduate
School, C.U.N.Y. Ha sido Presidente de la American Philosophical Association,
División Este. Ha publicado 13 libros sobre identidad social, género y raza,
epistemología y política, violencia sexual, Foucault, Dussel, y estudios filosóficos sobre
temas Latinos. Su libro Visible Identities: Race, Gender and the Self (Oxford 2006),
ganó el premio Frantz Fanon en 2009.
Mabel Moraña, es William H. Gass Professor of Arts and Sciences en Washington
University, St. Louis, donde dirige el Programa de Estudios Latinoamericanos. Ha
406