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LA FORMACIÓN DOCENTE

EN CUESTIÓN:
POLÍTICA y PEDAGOGÍA

María Cristina Davini

Paidás
,
Buenos Aires > Barcelona > México
TRADICIONES EN LA FORMACiÓN
DE LOS DOCENTES
Y SUS PRESENCIAS ACTUALES

No hay ya más caminos seguros. Sólo hay


posibilidades efímeras para que pensemos a
través del pasado, para que examinemos las
historias sedimentadas que constituyen lo que
somos y nos podamos insertar en el presente
para luchar por una sociedad mejor.

HENRY GIROUX, 1992, pág. 18

Los debates y las propuestas en torno a la formación de los


docentes y a su perfeccionamiento tienden a emerger con fuerza en
los momentos más críticos, sea por la insatisfacción respecto de los
logros de la escuela, sea por procesos de cambio político.
En cualquiera de los casos y de los proyectos, los debates tien-
d '11, a lo largo de la historia, a concretar procesos reformistas en
-1 sistema, pretendiendo inaugurar una nueva etapa.
EI1 algún momento los docentes han participado activamente de

'sto. movimientos, a través de organizaciones de clase, de asocia-


.ione. o grupos comunitarios; en otros, han asistido a las reformas
20 LA FORMAC1ÓN DOCENTE EN CUEST1ÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA
I,II,lIf'I/II/{',I' ,
('11 11IJ(JI'IIIOCrólI de 10,\ "docentes" y sus presencias actuales 21
más bien en posición de espectadores, Pero, en cualquier situación,
los docentes Son actores directos en la escuela, lo que viabiliza " curriculares de formación, Éstas circ~-
Inlll\'\S institucionales y, d 1 di rso y tienen mucha di-
asumir comportamientos de sumisión o de autonomía, expresados t a nivel e 1SCU ,
a veces en resistencia pasiva, 111\ '1llr lo docen es " absorbidas por la fuerza de
I -ultud para orientar las prácticas,
Sin embargo, estos movimientos hacia los cambios operan sobre
tradiciones anteriores, encarnadas en los sujetos y en las institucio- 1\ Ira liciones.
' b stas tra di1CIOnes
, es un ejercicio útil para com-
nes, que muchas veces Ias nuevas reformas acaban reforzando, No l \rI xionar
' so re e ituados e 1'd en tificar
1 nuestras propias argu-
111 11 lcr donde estamos SI, l'SOSTambién para com-
es cierto que no haya "nada nuevo bajo el sol", pero tampoco es tr propIOS comprom ,
nu-ntaciones y nues os estra acción en ellos,
verdad que cada proyecto instaure el nacimiento de 10 nuevo, 1'1' -ndcr los procesos de reforma y nu
Comprender estas tradiciones, sus conflictos y sus reformulacio_
nes, insertas en nuevas situaciones, permitiría adoptar criterios .rnás
claros y distintos, Se trata, entonces, de comprender el presente a , NORMALIZADORA-DlSCIPLINADORA:
LA TRADICION
través de un rastreo del pasado,
EL BUEN MAESTRO
Entendemos por tradiciones en la formación de los docentes a
configuraciones de pensamiento y de acción que, construidas his- dedicadas a las tareas de enseñar,
tóricamente, se mantienen a 10 largo del tiempo, en cuanto están S i bien siempre hubo personas d formación de los docentes
' " d los programas e d
institucionalizadas, incorporadas a las prácticas ya la conciencia l'l origen histórico e " d 110 de los sistemas e u-
f aCIOny el esarro
de los sujetos, Esto es que, más allá d~ momento histórico que 'slá unido a la con orm , "de la escuela de masas, cohe-
d La orgaruzacion
como matriz de origen las acuñó, sobreviven actualmente en la 'ulivos mo emos. , ión de las naciones modernas
' la consolidación
organización, en el currículum, en las prácticas y en los modos de r .nte y necesana para , ' iales de sus dirigentes,
líti econonucos y SOC1
percibir de los sujetos, orientando toda una gama de acciones, y de los proyectos po 11CO- 1 idóneo que condujese la
r .quirió de la preparación de persona 1
Producto de intereses sociales y políticos y de pujas en el inte-
rior de los grupos, las diversas tradiciones conviven en el presente ucción escolar, id te proceso fue resultante del
expresando acuerdos y desacuerdos, intereses mutuos, conflictos En Europa y Estados ~lll os, el~ 'o'n y sus correlatos de olas
latentes o expresados en debates "racionales", Pero su superviven- ' " te industria 1zaCl ,
desarrollo de la mcipien , d des Los bolsones de rruse-
cia se manifiesta en su forma de persistir en las imágenes sociales ' l' bi t rural a las cm a , ,
m igratonas de am 1 o ind l s profundos cambios en las
de la docencia y en las prácticas escolares, f ron forman ose, o d
ria urbana que ue s de trabajo y aun los problemas e
Si bien algunas tradiciones han sido Prototípicas respecto de la costumbres o en los proc,e~o o de manera profunda la cultura y
formación de docentes para un determinado nivel de enseñanza
salud pública fueron mod1fIc and filantropía del siglo XIX descu-
(maestros de enseñanza básica o profesores), ello no ha impedido ' iales Cuan do al "1
las relaciones SOC1 , , di' dad la margmahdad y os
que sus Postulados centrales estén presentes en la formación para ' , indif enciada e a cm , , '
los otros niveles, brió la nusena m 1 er '" dui la maquinaria pedagógica
comportamientos "disolutos , mtro ujo
Junto a ellas, pueden identificarse otras tendencias que no , " r 1" (Jones, 1993), ,
con el fin de norma Izar a , o con "monitores-ins-
han llegado a consolidarse en tradiciones ni materializarse en ' Lsi t ma lancasterian ,
Al principio fue e SlSe it "en las fábricas, luchando
tructores" que enseñaban "a los gn os
22 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUE TlÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA 23
'Trtttl! 'ion '.1' eu la [ormacián de los do . '11/ '.1' Y sus presencias actuales

contra el ruido de las máquinas. Posteriormente, el "buen maestro" Definido el papel del maestro como encargado de difundir un
como ejemplo moral para estas masas "díscolas". 1 nuevo mensaje tendiente a realizar la asimilación simbólica .de las
En la Argentina, el Estado fue el encargado de crear las condi- nuevas clases populares y la integración moral contra las diferen-
ciones de "homogeneidad" para que la sociedad civil se conforma- cias regionales o familiares, la tarea de enseñar consistía en [... ] la
se. Asumiendo la posición de "Estado educador", actuó en función simple difusión de saberes generales. Por lo tanto, el maestro,. ,al
del proyecto y bajo la conducción de las elites agraria y urbana igual que el sacerdote, necesitaba par~ llevar a cabo s~ ~~nclOn
civilizadora (casi misionera), la creencia [... ] en las posibilidades
responsables de la integración económica del país al capitalismo,
redentoras del nuevo mensaje (Alliaud, 1993, pág. 136).
a través de la agroexportación (Halperín Donghi, 1986; Puiggrós,
1990; Braslavsky, 1986).
La consolidación de tal proyecto tuvo en la filosofía positivista
En este marco, la conformación del sistema educativo y la pre-
un aliado fundamental a través de las nociones de "orden y progre-
paración de sus articuladores -los docentes- representaron ins-
so", de laicización de la enseñanza y de organización d~ un sistem.a
trumentos privilegiados. El proyecto educativo liberal se centró,
de instrucción pública. La asimilación de ideas extranjeras .f~e SI-
así, en la formación del "ciudadano" con misión de neto corte
uónirno de modernización y de distanciamiento de las tradiciones
civilizador, no sólo respecto de la "barbarie" autóctona sino tam-
urcaicas, como visión universalista del mundo y sustento ideológi-
bién de la presencia de trabajadores inmigrantes extranjeros.
'o de la nueva nación (Korn, 1980).
La empresa educativa se orientó, desde entonces, mucho más
Aunque la influencia doctrinaria del positivismo es ~a ba~e .de
hacia el disciplinamiento de la conducta y la homogeneización
esta tradición, el espiritualismo pedagógico -corriente l~e?~oglc.a
ideológica de grandes masas poblacionales (ue a la formación de
que posteriormente polemizó con el positivismo por su :l~l?n lai-
habilidades o al desarrollo del pensamiento o del conocimiento.
.ista del mundo- reforzó los rasgos centrales de la tradición ~o~-
La investigación de Alliaud (1993) muestra que, si bien se insis-
rnalizadora, por el papel fundamentalmente moralizador y sociali-
tió en la imagen del docente como difusor de la cultura, cabe
zador que le asignaba al docente.
destacar que esta "cultura" se definió por la inculcación de formas
de comportamiento y por el conocimiento mínimo básico; suscep-
La maestra normal, pues, llena entre nosotros una visión m~y
tible de ser enseñado y considerado "útil" para las grandes mayo- modesta. [... ] Pero siendo tan modesta, es de la mayor importancia.
rías. En general, este saber ha estado expresado en forma de nor- Nuestra misión es hacer, por medio de los niños, un pueblo moral,
mas universalistas, fórmulas, valores y principios requeridos para culto, limpio y despabilado. [... ] Si son más gener~sos, más sufr~-
actuar en el nuevo "orden". Al mismo tiempo, el maestro era el dos, más constantes para el trabajo, más amables, mas aseados, [... ]
encargado de impulsar y concretar en la comunidad las campañas de mejores sentimientos, de voluntad más resuelta y, sa?en algunas
de salud pública y diversas acciones de control social. cosas útiles que antes ignoraban, nuestra obra habr~ .sIdo buena.
(Victorina Malharro, citada en Robredo, M. Ercilia, El pensa-
miento vivo de una maestra, Buenos Aires, s/edit, 1966).
1. Fernández Enguita (1990) hace referencia al pensamiento ambivalente de la bur-
guesía de la época con respecto a la educación del pueblo. Por un lado, ella era necesaria Como continuidad y correlato de la educación familiar, la ocu-
para afianzar el nuevo orden; por el otro, les resultaba peligroso instruir demasiado a pación fue rápidamente definida como femenina, dentro de un
estos grupos, generando ambiciones de emancipación contrarias a sus intereses.
discurso tutelar: apoyo, ayuda, segunda madre. Pero, como el modelo
24 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA Y PEDAGOGÍA' 1/,I//ldO/lI',\' en la formaci6n de los do .ente« y ,\'/1.1' fI/'{,,\'l'llclll.\' octuote»

de familia tradicional indica, la presencia del hombre se hacía sentir I ulli '(.1, pero muchos otros han aportado diariamente con su traba-
e~ los, ~ltimos grado,s de la escuela primaria y en los cargos de I iI sncioso.
dirección escolar, dejando todo el resto de la acción a la mujer. 'I'nrnbién cabe destacar que la "impronta" que conformó el tra-
\! 'lo de estos docentes estuvo sustentada en una profunda, utopía
ASí''ya en 1914 los datos hablan de un 85 % de mujeres en la 1" dirigía, como un timón, sus proyectos escolares" La busqueda
docencia, un elevado porcentaje que se mantuvo a lo largo del siglo 111 '1\ intencionada de progreso de las grandes mayonas, la entrega
y que llega a un 91 % en la actualidad, A diferencia de otros países ti lo; r en desarrollo, la creencia en un mundo moderno mejor, atra-
(Canadá, Estados Unidos, Reino Unido), en la Argentina la docen- (', uban su práctica,
cia como trabajo en un sistema educativo "nace" femenina, [",] J II1tOa ello y a pesar de que nunca contaron con recompens~s
Una política fundada en las "naturales" dotes para el trato con los ,"111 riales acordes con su esfuerzo, los acompañó un reconocí-
niños y la dependencia económica de un hombre de la "madre
IIIÍ .nto social y simbólico del valor de su trabajo,
educadora" (Morgade, 1992, pág. 35),
S i bien el origen de esta tradición se asentó en una utopía com-
pl'Ometida con un cambio social, su marcado carácter civili,zador
, En este proceso se desarrollan los orígenes de la docencia argen-
l' -Iorzó la dimensión de inculcación ideológica de un umverso
tina como grupo social y ocupacional. A través de la acción del
eultural que se imponía a los sujetos como el úni~o legítimo y, por
Estado, se diseminan por todo el país las escuelas normales dirigi-
lo tanto, negador de los universos culturales extenores a la escue~a,
das a preparar a este personal dentro del nivel de enseñanza media
I .u escuela fue, así, concebida como el ámbito del saber, restrm-
Q ~ecun~aria, La ubicación de esta formación jentro del nivel medio
i ndose a sus espacios la noción de la cultura.'
evidencia qu~ su enfoque sustantivo no se expresaba en la búsque-
De este modo, se implanta socialmente la visión de la función
da de profesionales de alta formación científico-técnica sino en la
docente como factor de disciplinamiento (en el sentido de Fou-
~onformación de una "legión de maestros patrioteros" (Alliaud,
.ault, 1989; 1987), para la formación del carácter a través de toda
1993), Compenetrados con la misión de construir los cimientos de
una gama de premios y castigos -tangibles o simbólicos- como
la nueva nación, con profunda autoestima y valoración social la
base del comportamiento socioprofesional.
docencia adoptó una actitud de entrega personal, que nadie mejor
Esta tradición no se restringe solamente a "normalizar" el com-
que las mujeres pueden hacer.
I ortamiento de los "niños" sino que se constituye en m~ndato social
El aparato de instrucción pública y su "peso" sociocultural de-
que atraviesa toda la lógica de formación Y de trabajo ~e ~os do-
linearon la visión de la educación como proceso de socialización
'entes, Ella se expresa hasta hoy en el discurso prescnpUvo que
o de en~oculturación, transmisor de patrones de comportamiento,
Pensarmento y valoración, y a la escuela como un hipersistema
e apaz de consolidar matrices ideológicas sin gran consistencia ló- 2, Pierre Bourdieu (1970; trad. cast. 1977) caracteriza este trabajo pedagógico como
gica pero dotadas de una gran carga afectiva. de inculcación de un arbitrario cultural ocultando qué es un "arbitrario", es decir un
producto de las relaciones culturales de dominación, A ~u v~z, Margaret Mead (1970),
Es importante destacar los aportes que estas legiones de docen-
desde la antropología cultural, denuncia la mampulaclOn tecmca de la cultura, de ,loS
t~s han realizado en el sistema de instrucción pública, sus niveles otros grupos como una forma de etnocentrismo, en espeCIal en las modernas CIVIliza-
d~ compromiso con la escuela y los alumnos, y las experiencias ciones urbano-industriales, encubierta por el mito de la mmadurez y de la cultura
Stgnificativas realizadas, Algunos han alcanzado trascendencia "universal",
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LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA
11 ullrtoues /1 la formación de los do .entes y sus presencias actuales 27

i~dica todo lo que el docente "debe ser", como modelo, como mo I lo, cuestión muy problemática cuando se trata de la acción
ejemplo, como símbolo, sobre la trascendencia de su función so-
" .olar que trata con poblaciones socialmente heterogéneas.
cial, y muchos más "dictámenes" de actuación.
'110 ha contribuido a fomentar la idea de una "escuela ilusoria",
La tradición .normalizadora-disciplinadora (de los alumnos y de s consolida una escuela cargada de símbolos abstractos, rituales
los docentes) SIgue presente en la actualidad, tanto en los estilos rutinas homogeneizadoras. El problema estriba en que la homo-
objetivados .de formaci?n inicial como en el desarrollo de los pues- -ncidad social, cultural e interindividual no existe, y al distanciar-
tos de trabajo y en las Imágenes sociales circulantes. Ellos definen l' de lo "distinto" se pierde el diálogo de la pedagogía, que supone
la imagen del "buen maestro" cuya permanencia ha contribuido a i .mpre una relación entre sujetos diferentes.
debilitar l~s propuestas de desarrollo socioprofesional y laboral de La tendencia a "modelizar" la realidad y a manejarse con este-
l~ docencia. Aunque en su origen esta tradición se consolida espe- I .otipos (Carrizales, 1988) tiene su correlato en concebir al docen-
cialmente en la formación de docentes para la escuela primaria, sus te amo responsable de ser el ejemplo o modelo, impulsando ac-
rasgos centrales se extienden a la imagen del "buen docente" con
ciones de entrega personal. Ello ha dificultado durante muchas
independencia de su actuación en un nivel determinado de ense-
ñanza. d cadas su autopercepción como trabajadores, dentro de un discur-
so de desinterés material.
~i bien sus rasgos básicos han sido reforzados por procesos Coherente con este discurso y como correlato de su origen
sociales de la evolución histórica posterior, pueden identificarse histórico en la constitución del "Estado docente", esta tradición ha
algunos resultados en el presente de esta matriz histórica.
marcado el disciplinamiento de maestros y profesores respecto de
Entre estos rasgos se destaca una oferta de fmmación docente de lus normas prescriptivas emanadas del aparato estatal. Ello ha dado
c.arácter instrumental, ligada al "saber hacer", al manejo de mate-
1I la docencia mucho más la imagen de funcionarios de Estado que
r~ales y rutI~as escolares, con débil formación teórica y disciplina- la de categoría profesional.
na; predomma una visión utilitarista de la formación: un mínimo
La utopía civilizadora emancipadora que fue origen de esta tra-
saber básico y de técnicas de aula, sin mayor cuestionamiento de
dición se fue perdiendo a lo largo del tiempo en un país atravesado
sus enfoques, paradigmas e intereses.
, por luchas políticas y con profundo deterioro de sus i~stituc~ones
Posteriores acciones de reforma no han conseguido remover estos
públicas. La progresiva burocratización posterior acabó mcentivan-
puntos enquistados. El pasaje al nivel terciario de la formación del
lo la función reproductora de la educación, en detrimento de su
~agisteri?: ocurrido en 1969 bajo la conducción política del go- función transformadora.
bierno militar, no fue condición suficiente para alcanzar una for-
mación más avanzada. En esta línea, suele circular en los discursos la nostalgia respecto
de la formación del antiguo normalismo. Tal vez la frecuente ex-
Así s,e mantuvieron las características del pensamiento normali- presión de nostalgia por lo "perdido" tenga que ver mucho más con
zador. Este ha colaborado con la tendencia a manejarse a través de
la pérdida de un proyecto social y educativo compartido y asumido
"modelos" a los cuales los sujetos deberían adaptarse dentro del
por la sociedad que con los propios méritos de aquella formación
enfoque socializador y disciplinario. Ello ha dificultado perceptual-
o con la intención de conservarla.
~e~te la observación y la aeeptacíon de las diferencias o de lo
Otro factor de significativa importancia en la nostalgia del pasa-
distinto. En tal caso, lo diferente es tratado como el "desvío" del
do puede encontrarse en el fuerte descenso en el prestigio y status
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LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA l'rodiciones en la formación de los docentes y sus presencias actuales 29

social de la ocupación docente. El deterioro de las condiciones nítidamente la tradición académica, que se distingue de la tradición
laborales y el descenso de la valoración social en que se ha sumido Interior respecto de dos cuestiones básicas:
la tarea no son cuestiones desestimables.
Hoy el docente se encuentra desprotegido respecto de aquella • lo esencial en la formación y acción de los docentes es que
paternalidad del Estado originario, enfrentado a profundas proble-
conozcan sólidamente la materia que enseñan; .
máticas sociales en las escuelas donde actúa y siendo permanente-
• la formación pedagógica es débil, superficial e innecesana y
mente cuestionado. Con escasas herramientas materiales y técnicas
aun obstaculiza la formación de los docentes.
para atender los desafíos de la escuela, se ha ido minando su au-
toestima, cuestión ésta muy peligrosa pues, como el efecto Pigma-
A nivel internacional, esta posición ha sido sustentada por Flex-
lión, la autodesvalorización determina en gran medida el nivel de
los logros personales. ncr (1930), especialista que ha tenido una notable influe~cia en el
pensamiento estadounidense y latinoamericano. en ~at~na de for-
En este cuadro, el permanente reclamo de los docentes respecto
mación académico-profesional y currículum umversitano. Dur~nte
de que no pueden actuar en un sentido u otro si las "autoridades"
del gobierno escolar no dictan las normas correspondientes, puede mucho tiempo Flexner y sus seguidores insistieron en la n~c~sldad
entenderse como la continuidad del rasgo disciplinador que los le que el docente fuera una persona con profundos conocmuentos
constituye en "grupos sujetados" o como la demanda por la defi- disciplinarios en la materia que enseñ~, c?mo ~l. modelo de los
nición de un proyecto social educativo. O puede también significar estudios en la física, la química o la ciencia política.
la exigencia "formal" de normas para, dentro lÍe los espacios de su Pero la mayor parte de los embates de esta tradición, a ni~,el
autonomía relativa, no cumplirlas: finalmente, el contrato social internacional, se dirigieron a cuestionar los cursos de fo~aclOn
educativo del proyecto instaurador ya está agotado. pedagógica considerados triviales, sin rigor.ci~ntífico, destmados a
Como mecanismos de defensa, auto legitimación y resistencia, la "ahuyentar la inteligencia". Tales cOnOCImIe.ntos.-.plantean-
docencia ha privilegiado el compromiso afectivo con los alumnos podrían conseguirse en la práctica, en la experiencia d~~ecta.:n la
(en lugar del disciplinamiento), a quienes entrega innumerables , escuela, dado que cualquier persona con buena fo~maclO~ y. sen-
esfuerzos, y el rescate del discurso vocacionista que estructura la Iido común" conseguiría orientar la enseñanza, sm la per~~da de
unidad de la categoría laboral, pero dirigido a la tarea y no al tiempo de los cursos "vagos" y "repetitivo s" de la formación pe-
servicio del proyecto del Estado. Con ello, las impronta s de origen dagógica (Liston y Zeichner, 1993). . , .
se sostienen dentro de una escuela en crisis y con un trabajo do- Aunque muchas de estas críticas tengan asidero en l~ practica,
cente en situación de riesgo (Almandoz y Cigliutti, 1992). lo cierto es que la baja calidad no es problema exclusivo ~,e los
cursos pedagógicos, sino que puede extenderse a la formación en
la disciplina específica. .. . .
LA TRADICIÓN ACADÉMICA: EL DOCENTE ENSEÑANTE Sin embargo, es visible la influencia del pensallllen.to P?SltlVlsta
que subyace a estas posiciones, que considera a l~s ~lencIas cua~-
Desde que existen las instituciones escolares y se constituyeron titativo-experimentales como mod~los del Co~ocl~ento s~st~ntI-
los programas de formación de los docentes ha ido perfilándose vo. Este paradigma ha sido sostemdo en los ámbitos académicos
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'l'nuliciones en la formación de los docentes y sus presencias actuales
30 ~A FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA Y PEDAGOGÍA

les, sino como disputa entre dos sujetos sociales que poseen capi-
universitarios, que en Estados Unidos y Europa son los encargados
tales culturales diferentes. El nacimiento de la profesión del profe-
de la formación de los docentes.
sor secundario debe ser leído en esta clave [...] (Pinkasz, 1992,
Por detrás de la defensa del enfoque académico se asienta un
págs. 67/68).
conflicto corporativo entre los grupos de expertos, los pedagogos
y los docentes por tener el control de la enseñanza. Como afirma Mucho ha ocurrido desde entonces. Pero la falta de una defini-
Bernstein (1980):
l' ión política para la enseñanza media y para la formación de pro-

l'.sores unida a las sucesivas dictaduras, con su correlato de control


[... ] las formas a través de las cuales la sociedad selecciona
clasifica, distribuye y evalúa el conocimiento educativo considera- ideológico y del saber, han retrasado la evolución de la formación
do público, refleja la distribución de poder y los principios de con- de profesores tanto en los institutos terciarios como en las univer-
trol social (pág. 47). sidades. La discusión de nuevas propuestas queda, así, postergada
'in superar los conflictos de origen.
En la Argentina, esta tradición tiene sus orígenes también en la La tradición académica, como producto de la racionalidad posi-
enseñanza universitaria que, hasta comienzos de este siglo, tenía el tivista en la que se funda, continúa sosteniendo una desvaloriza-
monopolio de la formación de profesores para la enseñanza media 'i )11 del conocimiento pedagógico y la creencia en la neutralidad
y, evidentemente, de los profesores de la universidad. Por enton- d ' la ciencia. De hecho, el conocimiento pedagógico -por some-
ces, se entabló una batalla por la legitimación de la docencia para I -rsc durante décadas a dicha racionalidad- se ha ido constituyen-
el nivel medio entre los universitarios y los ~rofesores graduados do mucho más como un cúmulo de teorías aisladas, con baja pro-
de institutos terciarios, fundados a partir del Instituto Nacional del
du .ción en la constitución de su objeto.
Profesorado Secundario.
A I mismo tiempo, la escasa autonomía de la producción intelec-
Esta puja, tal como muestra Pinkasz (1992) responde a un con-
tuul en educación respecto del poder político -sea para cuestio-
flicto de poder, resultante de la expansión cuantitativa de la escuela
, 1\111'10,sea para servirlo- ha colaborado con la debilidad del debate
media y, por ende, del acceso de la clase media a niveles más altos
de enseñanza. Los graduados universitarios (o "doctores") reivin- p -dagógico, llegando incluso a silenciarlo (Paviglianitti, 1991). De
dicaban como atributos legítimos de la docencia la "ilustración" y .,'ta forma, se acaba relegando la cuestión pedagógica a la resolu-
el "talento" (capital cultural de la clase alta). Por otro lado, los \'i(m de problemas instrumentales en el aula -demandada por las
profesores secundarios sostenían el valor de la formación profesio- nstuncias de gobierno para la ejecución de las reformas- o de
nal específica y la necesidad de reglamentarla evitando los "favo- \1 r \ 110s metodológicos a problemas que, muchas veces, ocultan

res políticos" en la distribución de cargos. !lvl .rminaciones políticas o sociales.


1,:\ tradición académica ha tenido un rebrote en nuestro medio en
Sostenemos que el nuevo grupo ocupacional que reivindica la lo: últimos tiempos, alrededor del debate sobre el vaciamiento de
profesionalizacióndel docente se diferencia del anterior por su origen l'IIIH 'nidos de la escuela, sobre su atraso relativo en cuanto a los
de clase [... ] El conflicto entre dos tipos específicos de capital
Ih '1' 's "socialmente significativos" que deberían incorporarse a
cultural dentro del campo no debe interpretarse, por lo tanto, como
una mera disputa ocupacional entre profesionales y no profesiona- 11111 llu. n ello, tal enfoque ha ido avanzando paulatinamente
32 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA Y PEDAGOGÍA 'l'rndiciones en la jormacián de los docentes y sus presencias actuales 33

hacia la búsqueda de un discurso hegemónico para la formación de En realidad habría que indagar, a partir de estas posiciones, acerca
los docentes de todos los niveles y no solamente para la escuela (1 ' qué conocimiento científico-cultural diseminó entre las grandes
media. mayorías de la población la escuela básica tradicional, atr~vesada
En la década del 80, este discurso vino de la mano de los pro- .por la tradición normalizadora/disciplinadora tratada antenormen-
yectos democratizadores de la escuela que había sido atravesada t '. Al menos en el país, este saber fue básico -mÍnimo- instru-
hasta su "capilaridad" (según laexpresión de O'Donnell, 1972) por mental, envuelto en ritos y normas de comportamiento homogenei-
los regímenes burocrático-autoritarios. Las dictaduras en la Argen- zudores, Tampoco cabe adjudicar los "atrasos en el saber" a la
tina, y en especial la instaurada a partir de 1976, sometieron a la p xlagogía nueva o activa que, según indican los estudi~s y la
escuela y a la formación de los docentes a una suerte de oscuran- práctica directa, sólo permaneció en el imaginario o en el discurso
tismo a través del control ideológico y de las fuentes de conoci- de los docentes."
miento. Pero en un contexto de aislamiento cultural posdictadura y de
Pero, además del valor de la discusión político-cultural sobre 111 srte apego al pensamiento positivista, el énfasis en la revisión de
esta dominación, un punto deinflexión importante que viabilizó la los contenidos científico-culturales en la escuela fue rápidamente
recuperación del discurso de la tradición académica fue la influen- diseminado por distintos trabajos especializados. La producción
cia que tuvieron en el país las posiciones del intelectual brasileño I'N .rita fue abundante en este sentido, y creó las bases de un con-
Dermeval Saviani, de profusa circulación en nuestro medio -al I1S0 (Braslavsky, 1986; Filmus y Braslavsky, 1988; Frigerio,
menos en los ámbitos universitarios-, decisiva en la formación de Lunza, Liendro, Entel y Braslavsky, 1992; Tenti, 1992; entre mu-
los discursos. -hos otros).
En un ya muy difundido trabajo, Saviani (1987, trad. cast.) sos- La presencia de estos planteo s es importante, dado el abandono
tiene que la pedagogía tradicional, centrada en la inculcación del IIlt .rior de estas cuestiones en el desarrollo de la escuela y la
conocimiento a través de la expansión del sistema escolar de ma- lorrnación de los docentes. Aún más, sería deseable que pudieran
sas, aun contra la voluntad del alumno y a través de la disciplina 1'Ilstaurarun sistema de permanente debate y ajuste acerca de qué
y la autoridad, fue la pedagogía más democrática, pues difundió el mseña en las escuelas, dentro de un enfoque de política cultural.
conocimiento científico y la cultura a las mayorías. Entre tanto, Es evidente que enseñar contenidos constituye un componente
define como antidemocrática la pedagogía de la Escuela Nueva o mportante de la labor docente. Sea cual fuere su orga~i~ac~ón ~n
Escuela Activa porque, al haberse centrado en los intereses del -1 .urrículum escolar (disciplinaria, temática, interdisciplinaria,
niño y en el juego, obstaculizó el acceso de la población al saber 111'1 .tica, por problemas), los docentes deberían dominar los conte-
de la humanidad. Finalmente, designa los métodos de la pedagogía "idos que enseñan. En otros términos, nadie enseña realmente
nueva como "pseudocientíficos". 3 "1111 '110 que no conoce en verdad. Y lo cierto es que muy poco se

.1. Más allá de la observación directa, Nicoletti (1983; tesis de doctorado) muestra por
3. Contextualizando este discurso, es importante destacar que se inscribe en las luchas
IIIVI'Nli u .ión mpírica sistemática que los docentes "dicen" adherir a los principios de la
políticas de la izquierda brasileña tradicional respecto de la prédica de Paulo Freire y sus
I \'11 '111 Nueva o a los principios derivados de la psicología piagetiana pero enseñan en el
seguidores, quienes centraron el debate en la crítica a la opresión de la educación "ban-
1111111 'llIl los más pur s procedimientos de la escuela tradicional. Otros estudios (Rockwel1,
caria", proponiendo una "educación liberadora" o concienciadora.
I'IK 1: M '1.111' n, 1992) muestran el predominio de los rituales escolares en las aulas.
34 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA -:'.
l'uuliciones en laformación de los docentes y sus presencias actuales 35

ha hecho para que los docentes se formen dominando efectivamen- -imientos reflejarían un "régimen de verdad", en el que los conte-
te los contenidos de su ciencia.
nidos a enseñar se convierten en "objetos" a transmitir en función
Sin embargo, existen indicios preocupante s de las derivaciones ti' las decisiones de la comunidad de expertos, más allá del análisis
de estas propuestas para la formación y el trabajo de los docentes. d ' su filiación ideológica .
La primera reside en que se apoyen proyectos reformistas de "una ..n la medida en que la producción de ese saber avanza y aun
sola nota", dejando inalteradas las cuestiones sustantivas que en- -nmbia de paradigmas, el docente debería alcanzar una actualiza-
marcan la enseñanza, tales como las condiciones de trabajo docen- -ión permanente. En ella se le propondrían contenidos muy distin-
te y la organización de la escuela.
IIIS de los que estudió, sin incluir el significado social, educativo
La segunda consiste en una tendencia a obturar el debate peda- .pistemológico de las nuevas propuestas frente a las anteriores.
gógico, por lo que éste queda relegado a propuestas de instrumen- ( 'olocado en el lugar de la reproducción y minadas sus fuentes de
tación didáctica de las distintas disciplinas, bajo la genérica deno- l' iuridad profesional ante los conocimientos que no domina, los
minación de "trasposición didáctica"," como si toda la problemáti- -1' 'e tos de la calidad académica de su trabajo serán dudosos. En
ca de la acción docente se "encerrase" en el trabajo instructivo, -spccial si se entiende que la calidad se traduciría en que los alum-
"bajando" el contenido de las disciplinas a los sujetos concretos. III1S "dominaran" conocimientos, pudiendo comprender sus enfo-
Hoy la tradición académica circula no sólo en el discurso de los qu 'S, discutir sus postulados y desarrollar el pensamiento autóno-
especialistas; ha sido incorporada en el discurso docente y de la
1110 en su aprendizaje.
sociedad, creando la "opinión pública" medi<Ínte los medios de !\ pesar de que la tradición académica desestima el problema
comunicación masiva y mostrando las "incompetencias" de la es- Ill'dagógico, la posición de reproductor de saberes generados por
cuela y, por ende, de los docentes.
.uros y con enfoques que se le imponen por su "opacidad" o por
Pero la difusión de conocimientos aceptados como legítimos por I1 I cgitimación de haber sido producidos por expertos, tiene con-
la dirigencia y las corporaciones de expertos arroja nuevos proble- -ucncias pedagógicas importantes.
mas para la formación de los docentes.
, Más allá de ello, existe el conocimiento del sentido común, el
El más inmediato se refiere a la brecha que existe entre el pro- 111 .rgente de las particularidades de los contextos sociales y cul-
ceso de producción y de reproducción de saber, lo que lleva a que turulcs, de la experiencia de los alumnos y de los docentes. Estas
el docente se coloque en el segundo término. Ello implicaría que 111 istiones aparecen intocadas en el enfoque de la tradición acadé-
debería absorber el conocimiento generado por los expertos duran- lid ',1. La escuela no es sólo el espacio de la instrucción, y los
te su formación inicial -generalmente en cursos de breve dura-
.loc .ntes son portadores de supuestos que merecen ser considera-
ción- y reproducirlo en la escuela, en el ejercicio de la enseñanza. dos '11 él ámbito de la formación inicial y en servicio.
En este sentido, tal como expresa Popkewitz (1990), tales cono-

5. La expresión fue acuñada por Chevallard (1985) y otros matemáticos franceses LA TRADICIÓN EFICIENTISTA: EL DOCENTE TÉCNICO
dedicados al estudio de la enseñanza de esta disciplina (IREM, Francia), y es de amplia
circulación y promoción actual en los medios educativos. Por momentos, parece haberse
constituido en el concepto hegemónico para la acción didáctica (Chevallard, J 989, docu- 1.11 dada del 60 trajo la instauración de una nueva tradición,
mento de circulación mirneografiada). IItI \ 's la que ha producido mayor número de reformas en el sis-
¡/flllldon.es en laformación de los docen.tes y sus presencias actuales 37
36 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA Y PEDAGOGÍA
ito en la productividad industrial. Con ello, se introdujo la "di-
tema educativo y, por lo tanto, en la formación de los docentes, i )11 técnica del trabajo escolar", separando a los planificadores,
I

colocando a la escuela al servicio del "despegue" económico. h)s cvaluadores, los supervisores, los orientadores educacionales y
Esta tradición se acuñó al amparo de la ideología desarrollista, 11111 'has otras categorías, y la función del docente quedó relegada
la cual postula la necesidad de llegar a la sociedad industrial "mo- I ItI de ejecutor de la enseñanza. Por primera vez aparece la orga-
derna" superando el estadio de subdesarrollo propio de las socie- 11 zución del currículum como proyecto educativo elaborado por
dades "tradicionales". A partir de ello, se prevé un estadio de "DI r s", esto es, constituyéndose en un objeto de control social."
despegue, otro de "impulso hacia la madurez" y finalmente una S trataba, entonces, de tecnificar la enseñanza sobre la base de
etapa de alto consumo de masas. En esta evolución se anticipa que \ Itu racionalidad, con economía de esfuerzos y eficiencia en el
la etapa del despegue no se alcanzará sino bajo la conducción de proceso y los productos. En función de este modelo, el profesor es
las sociedades más avanzadas. lsto esencialmente como un técnico. Su labor consistiría en "bajar
Cualquiera que sea el nivel en el que sus propuestas se implan- I la práctica", de manera simplificada, el currículum ?r~scripto
ten (educación, economía, salud, agricultura, etcétera), la tradición 11 r xíedor de objetivos de conducta y medición de rendimientos.
eficientista plantea un pasaje hacia un futuro mejor, reiterado con a psicología conductista significó una base importante para ~a
frecuencia en términos del tránsito de lo tradicional a lo moderno. -onsolidación de estos propósitos. Dentro de un "modelo de cap
Todas las expresiones de esta tradición reflejan la oposición entre 11 Ira", o de input-output, permitía establecer un enfoque de ense-
estos dos polos: lo rutinario y lo dinámico, el estancamiento y el I unza centrado en la definición precisa de objetivos operativo s y
desarrollo, lo improductivo y lo productivo,)a conservación y el -ontrol de resultados.
cambio, lo arcaico y lo renovado (Davini, 1981). Dentro del contexto histórico de expansión de esta tradición, se
El objetivo de esta filosofía social es llegar a ser una sociedad verifica el pasaje al nivel superior-terciario de la formación de
progresista, entendida fundamentalmente como el estadio del pro- maestros para la escolaridad básica, con el propósito de "profesio-
greso técnico. La educación se vincula de forma explícita a la uulizar" sus estudios. Cualquier intención de sus gestores por ele-
economía, sea como inversión o como formadora de "recursos 'vur la formación intelectual, pedagógica y cultural del magisterio
humanos" para los nuevos puestos de trabajo en la industria o el quedó absorbida por la lógica tecnicista.
mundo de los negocios. El mismo enfoque se extendió hacia la formación de docentes
Así, esta visión opone lo tradicional y lo moderno y la conse- pura los otros niveles de escolaridad, desde el nivel inicial hasta el
cuente necesidad de transitar de un polo al otro, lo cual se concibe ti, la escuela media, tanto en la formación de grado como en la
como un progreso ineludible y/o determinista, pero que requiere ·upacitación en servicio de los graduados en actividad. También
estar acompañado por la extensión de la educación como apoyo a existen experiencias de capacitación sistemática de docentes del
la difusión de medidas modernizantes o para vencer "resistencias nivel universitario dentro de esta tradición, que llegó, como es
culturales" al cambio.
Por lo tanto, se considera a la escuela como un instrumento para 6. Véa~se en esta línea los trabajos de Tyler (1970), Taba (1974); Bloom (1971);
apoyar el logro de productos del nuevo orden social. Evaluada Mu rer (1970); Popham y Baker (1972). Autores como Gimeno (1982); Apple (1986);
I)fa'f. Barriga (1984), entre otros, han realizado un importante análisis crítico de esta
como atrasada e ineficiente, las acciones de reforma llevaron a la
h ndición.
escuela y la enseñanza los enfoques tayloristas que habían dado
38 LA FORMACIÓN DOCENTE EN U STl N: PoLInCA y PEDAGOGíA
l nulirion ss en la [ormacián el' los do .entes y sus presencias actuales 39

previsible, a la formación universitaria de grado en las carreras de


Ciencias de la Educación. pl'dag gico para la solución de los problemas sociales que ha nutrido
, In docencia.
Temas como planificación, evaluación objetiva del rendimiento,
'1al discurso fragmentario tuvo facilidad para impregnar las prác-
recursos instruccionales, microenseñanza, instrucción programada,
tll'as de formación por su planteo simple y mecánico. Los enfoqu~s
enseñanza audiovisual, técnicas grupales (entendiendo "lo grupal"
pr 'tendidamente científicos que revestían a los expertos del efi-
como campo de técnicas) y técnicas individualizadas invadieron
\'i mtismo más que llevar al "conocimiento" indujeron "efectos de
las bibliotecas docentes, circunscribiendo la enseñanza como una
d -sconocimiento": al soslayar la reflexión teórica e ideológica de
cuestión de "medios". Cuando se trataba la cuestión de los "fines",
liS fundamentos, se convierten en alusiones a medias.
las temáticas predominantes eran modernización y cambio social,
Las políticas de perfeccionamiento docente se centraron en bajar
educación y desarrollo, formación de recursos humanos (entendido
I la escuela "paquetes" o documentos instruccionales preparados
como "capital humano"), productos de un imaginario social en
por especialistas, que los docentes debían ejecutar. El~o fue acom-
expansión 'en términos de valores-meta, que Mannheim llamó "téc-
nica social del control". pañado por intensivas reformas curriculares prod~cldas por los
-xpertos y se expandió el mercado editorial de los libros-texto que
El "furor planificador" se apoya en el mito de la previsibilidad
a presentaban no sólo qué enseñar sino, también y fundamental-
que se alcanzaría a través de la eficiente definición de los medios
mente, cómo hacerlo. Así, Apple (1989) destaca:
y el constante control de las etapas. En esta línea, se considera que
aquello que sale del circuito de lo previsto (o lo que en la corriente
El continuo esfuerzo de los administradores y burócratas del
conductista llamaron "efectos no esperadosv) responde a un "des-
Estado por definir las habilidades docentes c.omo. competenci~s
vío" de lo normal. Para ello no hay mejor alternativa que depositar objetivamente determinadas, así como por racionalizar el .trabaJo
la "culpa" del desvío en el otro. del mismo a través de esas competencias y a través de un libro de
Llevada esta lógica a la escuela, el éxito o el fracaso escolar texto manifiestamente estandarizado, maestros estandarizado s, com-
encontró justificaciones en la ideología de las "aptitudes naturales" probaciones estandarizadas para los estudiantes ~ un ordenad~:,
susceptibles de ser medidas por baterías de tests psicológicos. Tal documenta exactamente esta conexión ininterrumpida entre habili-
enfoque sustentó buena parte de la formación inicial de los docen- dades y poder (pág. 183).
tes, con la profusión de gabinetes psicopedagógicos en las escuelas
y la creación de "grados de recuperación"." Durante la expansión de la tradición eficientista se consolidó
El discurso y la práctica de la tradición eficientista cautivaron definitivamente la separación entre la concepción y la ejecución de
a pedagogos y docentes por su promesa de resolver todos los pro- la enseñanza por un lado, y el sistema de control burocrático sobre
blemas de la enseñanza, dada la frecuente tendencia al optimismo la escuela, por otro. Si bien las tradiciones anteriores no se carac-
terizaron por otorgarle al docente gran autonomía, fue d~rante la
hegemonía de esta tradición cuand~ el doce~te fue .per~lendo el
7. Un importante trabajo de N. Bisseret (1979) muestra cómo el concepto de "apti- control de las decisiones en la ensenanza. ASI, una directiva de la
tudes naturales" se convirtió en un sistema de interpretación de las desigualdades esco- Subsecretaría de Educación de la Nación del 20/2/1978 indica:
lares especialmente impulsado por las baterías de medición de los tests escolares, cen-
trando el fracaso de la enseñanza en los "factores innatos" de la diferenciación individual.
40 1/ tI,l/dolles en la formación de los docentes y sus presencias actuales 41
LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA

Los. ~aestros y profesores no intervendrán en la formulación de 'lark y Peterson (1990) presentan una compilación y análisis de
10s.obJetlvos, caracterizaciones y nóminas de contenidos. Es nece- 1111 .opioso número de investigaciones realizadas en la materia, que
sano aceptar de una vez por todas que la función docente consiste d -muestra que los docentes realizan por lo menos ocho tipos dife-
~n educa~ y que su titular no debe ser sustraído de esta labor con 1 lit s de programación más allá de la formalmente entregada a la
mtervencl~nes que finalmente carecen de mayor efecto [... ] Esta '(Inducción escolar, antes, durante y después de la enseñanza. En
tarea esta~a a cargo de personal jerárquico de las sedes centrales de I llus, el plan de estudios y la planificación anual "oficial" son
los organismos.
1) rrnanentemente transformados, con añadidos, supresiones, cam-
I los de énfasis, etcétera.
La tradición normalizadora al menos había revestido la labor
docente de. p.r~stigio simbólico y valoración social. Desgastada
Para comprender cómo funciona la planificación del docente, los
aquella tradición, ganó espacio el eficientismo, engarzándose en el investigadores deben mirar más allá del aula vacía y estudiar los
rasgo de reproducción de las órdenes. modos en que los planes determinan la conducta de docentes y
Sin embargo, no se necesitó demasiado tiempo para que los alumnos, en qué se comunican, modifican, reconstruyen o abando-
docentes a~virtieran las reglas de la dominación y desarrollaran nan en el ambiente interactivo de la enseñanza (Clark y Peterson,
comporta~ll1entos d~ r~sisten~i~ a su circuito. Mucho antes de que pág. 475).
los est~dlOs pedagógicos cnncos y las investigaciones sobre el
pensarruento y las decisiones de los docentes descubriesen su au- A pesar de ello, la tradición eficientista se mantiene tanto en la
ton~rnía relativa en la acción del aula, maestros y profesores ya f rmación de los docentes como en las prácticas escolares y los
hablan decretado que la planificación era una cuestión formal. istilos de conducción política .
. Ello no implica ignorar el dato de que algunos grupos se subor- Ello se expresa en la permanencia de la visión instrumental del
dmase~ ~ esta lógica ni de que todos los docentes no estuvieran. proceso de enseñanza que circula en los programas y las bibliogra-
constreñidos por el currículum prescripto, por el cumplimiento de fías de la formación de grado (informes de investigación I1CE/
eng?~osas tareas de planificación y planillas de supervisión o las UBA, 1994; informes de investigación PUCIRJ, 1986) y en el caudal
d.ecI~I?ne~ preformadas. de los manuales de enseñanza. Tampoco , de tareas administrativas que realizan los docentes en las escuelas
SIglllfI~~ Ignorar la cantidad de tiempo y esfuerzos invertida en la (informes de investigación Neffa y Mendizábal, 1994).
fOr~aCI?n de grado para que los estudiantes aprendieran la batería Finalmente, el refuerzo a la lógica eficientista viene de los or-
d~ técnicas requeridas por la empresa de la escuela eficientista. ganismos de conducción educativa, por la creciente burocratiza-
~olo re~resenta reconocer que los docentes, dotados de buen sen- ción de la escuela y la lógica de controles externos sobre las escue-
tido, de mtencionalidad y conciencia, restringieron la potencialidad las y sobre las instituciones de formación de grado, sin transformar
de esta tradición. los procesos internos y sin la participación de los docentes.
~n l~s cursos de formación se insistía hasta los límites de la
p~CIencla en que la planificación era una herramienta de trabajo.
Sm e~~argo, los docentes la redujeron al rol del cumplimiento
burocrat~co que maldecían por el tiempo que debían dedicarle, y
que copiaban de otros colegas todas las veces que podían.
42
LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA
tradiciones en la formación de los docentes y sus presencias actuales 43

TENDENCIAS NO CONSOLIDADAS EN TRADICIONES'


de importancia, circulan en los discursos, en los Normales, y sus
BÚSQUEDA DE CAMINOS ALTERNATIVOS .
alumnos funcionan como multiplicadores. Ya durante la década,
sus elementos innovadores fueron encapsulados, combinándose con
. Mi~ntras que las tradiciones tratadas han dado dirección a la elementos moralizantes, espiritualistas (Fridman, 1994).8
h!stona de la formación docente y las prácticas escolares, concre-
tandose en la organización material de la escuela y los institutos l Más allá de estos intentos, las tendencias alternativas han con-
los. planes d~ estudio, las prácticas curriculares y las imágene~ vivido dentro de mensajes y prácticas contradictorios. Hace ya
SOCIalesdo~na~tes, existen otras tendencias competitivas que no varios años y de forma anecdótica, G. Cirigliano comentaba que en
han consegUIdo mstaurarse en formas objetivas de formación de la formación de los docentes se enseñaban a los jóvenes estudian-
grado y en el trabajo docente. les las propuestas y los métodos de la Escuela Activa a través de
. Di~ha~ tendencias, sin embargo, circulan en el discurso y en el sistemas expositivos. Posteriormente, se difundió el constructivis-
Imagmano de ~~sdocen~es aunque sin plasmarse en planes concre- 1110 piagetiano junto con el "adiestramiento" de los estudiantes en
tos ~e formacIOn. Realizando un análisis desde la lógica de las técnicas de planificación de base conductista y dentro de institucio-
relaCIOnes de ~oder~ podría decirse que estas tendencias represen- nes fuertemente inscriptas en tradiciones normalizadoras. Estas
tan proyec.tos Id.eologIco-pedagógicos de los docentes, como for- lendencias contradictorias llevan a una fragmentación entre el dis-
mas de,r~sIstencIa a los proyectos de dominación de las tradiciones .urso y las prácticas, en la que la circulación entre lo real y lo
hegemOllI~as. Se apoy~n .en las propuestas más;mancipadoras, que imaginario tiene límites difusos.
el pensaffilento yedagogIco contemporáneo ha construido para la En Estados Unidos y algunos países de Europa se han perfilado
escue.la, la ensenanza y la formación de los docentes. Más allá de .laramente diversas instituciones de formación de docentes cuyas
sus dIferenci~s internas, desde la Pedagogía de la Educación para propuestas se basan en enfoques constructivistas o humanistas, y
la DemocracIa de Dewey y Kilpatrick, pasando por los diversos sostienen que, para formar docentes compenetrados con estos en-
des~roll~s de la Escu~l.a Acti:a, de.l constructivismo piagetiano y roques, ellos mismos deberían pasar por la experiencia de apren-
pospIagetIano, de la crítica antIautontaria de Neil y de las líneas de , dizaje institucional semejante."
Pedagogía Humanista, hasta los aportes de la Pedagogía Institucio- Pero es importante destacar que aquellos proyectos instituciona-
nal, no han alcanzado a generar programas concretos de formación IGs pudieron concretarse en países con políticas educacionales des-
de grado de los docentes con perfiles curriculares propios.

En nuestro país la Escuela Activa se desarrolla durante las déca- 8. Para mayor análisis de este tema, consultar Puiggrós, A., Historia de la educación
das de. 1920 y 1930, cuestionando el positivismo pedagógico que se argentina Ill, Buenos Aires, Galerna, 1992.
9. Liston y Zeichner (1993) hacen referencia a las experiencias de la Cooperati ve
consoh?a con el ~ormalismo. No se constituye como una corriente
S .hool for Student Teachers, del Bank Street College, del Milwaukee State Teachers
~omogenea. Las Ideas de Decroly en el Normal No. 5, el Pragma- ('ollcge. A fines de los 60 y principios de los 70, se realizan experiencias en esta línea
tismo de Dewey en las escuelas de la Capital o a través de la \'11 centros de formación docente en las Universidades de Dakota del Norte, Vermont,
Reforma del inspeczor Rezzano, pertenecen orgánicamente a la es- ()liio State University y Massachusetts. En Gran Bretaña, Stenhouse (1987) desarrolló
tr~ctur~ del sistema, A partir de 1930, las experiencias de Jesualdo, IIlIa importante experiencia en el desarrollo de docentes en servicio y en la formación de

Villafañe y Santa Fe en las que el elemento político tiene un peso rud en escuelas universitarias de Ciencias de la Educación en el conocido Humanities
(urriculum Projc l.
45
44 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA Y PEDAGOGÍA Tradiciones en la formación de los docelltes r sus presencias actuales

centralizadas, lo que facilitaba la elaboración de proyectos locales. de los docentes, sino que se convierte en principal vía de cambio,
Entretanto, en la Argentina las tradiciones prescriptivas, de la ín- alternativa a la reforma convencional (Núñez, 1. y Vera, R., 1984,
dole que fueran, se plantearon en el marco de una política centra- pág. 25).
lista de alto poder regulador y de control que no ha liberado la
Dentro de esta óptica participativa y de transformación de la
construcción de nuevos caminos.
En la Argentina y en diversos países de América latina, las práctica, se inscribieron las tendencias sobre la formación de ~~s
tendencias alternativas se desarrollaron básicamente al margen del docentes en la década del 80. El período representó la expanslOn
aparato formal de grado, a través de proyectos de perfeccionamien- de los debates en torno de la necesidad de superar la fase crítica de
to de docentes voluntarios o autogestados. En general, adoptan la la educación y de formular propuestas de acción que permitiesen
forma de talleres docentes de enfoque participativo. Algunas expe- construir una nueva escuela, una escuela comprometida con la
riencias han alcanzado difusión mientras que un importante núme- democratización social y cultural.
ro de ellas permanecen como no documentadas en la bibliografía, Ya se poseía un enorme acervo de investigaciones Y literatura
aunque expandidas en muchos países. sobre la escuela reproductora, opresora, marginadora, segme~ta~a.
Las teorías críticas de la educación y los macrodiagnósticos SIrVIe-
Los talleres de educadores (así como los entendemos nosotros) ron para mostrar la incapacidad de la escuela para gara~tizar la
nacen como propuestas de perfeccionamiento cuyos ejes centrales
permanencia y el aprovechamiento escolar para la mayona de la
son la investigación social y el aprendizaje grupal. En síntesis, se
puede decir que el taller de educadores es un gruPo de docentes que población. . 000 ., '

se reúne para trabajar colectivamente en la producción de conoci- A nivel internacional, los estudios de sociología del curnculum
mientos acerca de su propia práctica y de la realidad laboral en la mostraron la influencia de las prácticas escolares en la determina-
que están inmersos (Batallán, 1985, pág. 9). ción del fracaso escolar, en especial en los sectores sociales desfa-
vorecidos. La cuestión se expresó, entonces, en la necesidad de
En Chile, los talleres de educadores han alcanzado un desarrollo , concentrar esfuerzos y proponer alternativas que apoyen la refor-
importante, presentándose como una alternativa a las tendencias
mulación de esas prácticas.
tecnocráticas. En América latina, el debate se desarrolló en un contexto de
efervescencia en materia de transformación política por la recupe-
El perfeccionamiento se destinará básicamente a reflexionar crí-
ticamente sobre la práctica educativa y a transformarla de modo ración de las instituciones de la democracia, ante el agotamiento de
permanente, de acuerdo con las necesidades y exigencias de una los gobiernos autoritarios en diversos países. La di~cusión sobre
educación participativa. El perfeccionamiento debería estructurarse ..tos temas fue amplia y profunda, y se generaron diversas confe-
combinando un sistema nacional de responsabilidad estatal con un rencias y congresos. En todos los casos fueron cuestionados los
movimiento autogestionario de "talleres de educadores", este últi- mecanismos de control político sobre las instituciones Y el refor-
mo destinado a gestar, desarrollar y evaluar colectivamente innova-
mismo tecnocrático que supone que la realidad va a cambiar por un
ciones y experiencias educativas adecuadas a las características y
necesidades de cada localidad, escuela o grupo. El perfeccionamiento .ambio de planes de gabinete.
así concebido no sólo aporta al crecimiento personal y profesional Ello permitió aflorar un importante debate en la búsqueda de la
Tradiciones en la formacion de los docentes y sus presencias actuales 47
46 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA Y PEDAGOGÍA

democratización de la educación. En este contexto, las discusiones Ya en la década del 90 el discurso ha cambiado. En los tiempos
sobre la formación de los docentes no podían estar ausentes, y en actuales puede apreciarse el progresivo desplazamiento del eje de
. algunos momentos alcanzaron la polarización de posiciones. Más la democratización y la paulatina adopción del discurso administra-
allá de las diferencias de énfasis, la revisión de las posiciones tivo-economicista, fuertemente inspirado en documentos de orga-
permite delinear claramente dos tendencias (Davini, 1991): nismos internacionales y financiadores.'?
Con ello se ha logrado la restauración de los núcleos de la tra-
• La pedagogía crítico-social de los contenidos, centrada en la dición eficientista en propuestas de modernización y control de
recuperación de los contenidos significativos en la enseñanza calidad y de gestión. La tónica estriba en provocar los cambios
-dentro de un enfoque de crítica social e histórica- como internos a partir de los sistemas de control, medición y evaluación
instrumentos para la transformación social. En esta tendencia, externos, restaurando el modelo de la "caja negra" (Mello, 1993).
el docente es visto como un mediador entre el material forma- Pero es importante destacar que aquella tradición eficientista se
tivo (materias) y los alumnos, contextualizando críticamente originó en un contexto histórico de expansión e industrialización
los contenidos, las prácticas sociales y la enseñanza (Saviani, de las economías nacionales y de ampliación de las capas medias
1980; Libaneo, 1984; Mello, 1982, en Brasil; Tedesco, 1987; de la sociedad. En cambio, la actual opera dentro de políticas de
Braslavsky, 1986, en la Argentina). globalización de la economía y las decisiones, así como de restric-
• La pedagogía hermenéutico-participativa, centrada en la mo- ción del empleo.
dificación de las relaciones de poder en).a escuela y en el La pedagogía crítico-social de los contenidos ha quedado absor-
aula, tanto en la revisión crítica de la organización institucio- bida por acuerdos de actualización de los contenidos de los docu-
nal escolar como en los rituales de la clase, las formas y las mentos curriculares, recuperando los rasgos de la tradición acadé-
condiciones de trabajo, los dogmatismos y la estructura inter- mica, articulados con procesos de evaluación del rendimiento es-
nalizada en los docentes como producto de toda una historia colar en las distintas disciplinas. El impacto más fuerte ha sido
de formación. En esta tendencia, se busca que el docente re- , destacar la incompetencia de la escuela (y por ende, de los docen-
vise críticamente las relaciones sociales en la práctica escolar, tes) para lograr resultados de aprendizaje.
el verticalismo, la pasividad, las formas latentes de discrimi- Entretanto, la pedagogía hermenéutico-participativa ha desapa-
nación. Lo esencial sería modificar las prácticas, de modo que recido de la agenda educativa, a lo largo de un proceso de reforma
los docentes aprendan a pensar por su propia cuenta como del sistema en el que los docentes desearían saber de qué se trata.
camino a que formen, a su vez, sujetos pensantes, libres y
solidarios (Vera, 1985, en Chile; Saleme, Batallán y, García,
1985; Ezcurra, Krotsch y De Lella, 1990, en la Argentina;
Furlán y Remedi, 1980; Carrizales y Díaz Barriga, 1988, en
México; Nosella, 1983, en Brasil; entre otros).
10. Véase el dossier "Educación para todos" en Finanzas y desarrollo, publicación del
Pondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, VoL 27, No. 1, 1991, así como el
documento de CEPALI UNESCO "Educación y conocimiento: eje de la transformación
productiva con equidad", Naciones Unidas, Santiago, Chile, 1992.
48
LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA Tradiciones en laformación de los docentes y sus presencias actuales 49

LAS HUELLAS DE LAS TRADICIONES Y LA CONFIGURACIÓN ACTUAL: tivo con docentes reducidos al cumplimiento de normas o dictá-
CAMINOS DE INCERTEZAS menes?
El otro rasgo compartido por estas tradiciones consiste en una
Las tra~iciones en formación docente en la Argentina tratadas suerte de epistemología espontánea, resultante de la ideología de la
hasta a.~Ul,corno product?s ?istóricos y matrices de pensamiento y modernidad y del positivismo, centrada en la noción de neutralidad
de, a~clOn, construyeron imágenes sociales que permanecen en la de la escuela y del conocimiento, y en la ilusión del progreso. Ella
pracuca y s,e.renuevan periódicamente en sus discursos y en accio- se expresa en el objetivismo, en la certeza metódica, en la razón
nes de política instrumental del conocimiento útil para tal progreso, en la visión
. educativa. Las nuevas reformas , de una elorma U
otra, reactuahzan estos núcleos generadores. homogénea y homogeneizadora de la realidad, de fuerte peso etno-
Cada ~?a de ellas responde a distintos proyectos sociales, a lu- céntrico.
chas políticas ?~ grupos de interés. Sin embargo, más allá de su Esta concepción empírica y homogeneizante elimina "simbólica-
apar~nte OposIcI~n en la práctica se fusionan, pues responden a mente" los sujetos concretos y su diversidad cultural, que es la
matnces compartidas. Discutir una u otra es un ejercicio útil pero base de la construcción pedagógica. En lugar de constituirse en un
puede llevamos a ocultar las bases que las unen. ' encuentro de sujetos en un acto pedagógico, las propuestas que
emergen de estas tradiciones se constituyen en "pedagogías disci-
En primer término, todas sustentan un discurso prescriptivo acerca
plinadoras" .
de lo ~u~ el doc~nte "debe ~er':: eje~plo mor~, modelo, difusor de
En la Argentina han transcurrido los últimos años sin que se
con~~ImIentos, Instructor, técnico, disciplinador De esta forma, en
plasmara un nuevo programa de formación docente de grado. Los
función del .deber-ser-normativo se ha imposibilitado la visión de
intentos del Plan de Formación de Maestros de Enseñanza Básica
~n enfoque Integral, que permita entender lo que el docente efec-
(MEB) durante la gestión de O. Menin, que produjo una importan-
tIvam~n~e "es", de los desafíos que enfrenta, de las condiciones de
te movilización participativa de los docentes en los institutos for-
su pract~ca: de la n~tu:aleza íntima del trabajo pedagógico. madores del país, fueron interrumpidos. El posterior Programa de
Con~tItUldas sus rmagenes a través de la evolución del sistema Transformación de la Formación Docente (PTFD) sufrió sucesivas
educatIvo y de l~s proyectos políticos de la dirigencia, se ha des- reestructuraciones y fue atravesado finalmente por la transferencia
tacado mucho mas su papel corno funcionario del Estado que corno de los servicios educativos a las provincias.
educador, profesio,nal o pedagogo. El discurso pedagógico más Las políticas de descentralización podrían facilitar la elabora-
avan~ad~ le planteo al educador la importancia de evitar la relación ción de tradiciones diversificadas. Sin embargo, pocas veces en la
a~tontana en la educación. Sin embargo, su frágil posición en el historia se ha alcanzado tal grado de centralización de las decisio-
SIstema y en la construcción histórica de su identidad ha confinado nes, los programas y los procesos de control como en el momento
a los docentes a ser reproductores de la cadena de "órdenes" o actual. En realidad, más que de descentralización cabría hablar de
mandatos de esta tradición social. desconcentración administrativa.
Nos .e,ncont~amos hoy, así, con un dilema para la calidad de la Pero tal vez este contexto, que declaró la defunción de las uto-
educa~lOn: ¿c~mo construir con las jóvenes generaciones una ciu- pías y de las grandes teorías macroexplicativas, colabore en recu-
dadanía consciente y fortalecer el pensamiento divergente y crea- perar la visión de las diferencias,· superando la concepción homo-
50 LA FORMACIÓN DOCENTE EN CUESTIÓN: POLÍTICA y PEDAGOGÍA

geneizante y disciplinadora de las instituciones. Cabe aún pregun-


tarse si los centros de decisión seguirán aferrados a la racionalidad
del control homogeneizador, y si lo hacen, ¿qué controlarán?, ¿so-
bre qué bases o sobre qué legitimación?
Sin embargo, las relaciones de poder y la formación de proyec-
tos sociales no son procesos ,ni resultados unidireccionales: supo-
nen una relación recíproca donde los diversos actores tienen algo
que definir. Será necesario conformar las bases de un conocimiento
y una práctica desde los grupos docentes, superando el conformis-
mo y la pasividad.

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