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DESDE LA CUNA
P R O P U E S TA S PA R A E L D E S A R R O L L O
CREATIVO, INTELECTUAL Y EMOCIONAL
4 a 6 años
Les queremos agradecer muy especialmente a todos los que han comparti-
do sus imagenes en este libro:
Los niños:
Luciano Belloti, Delfina y Facundo De Lillio, Iván Domnanovich, Lucía
Gusman, Theo Katz, Juan Martín Melik, Ashur Noufouri, Florencia Polo,
Agustina Rodriguez Quiroga y Ornella Stampacchio.
Elsa Bornemann
1
Digo "nuevo" porque alude al primer tomo de
"Arte desde la cuna" (dedicado a bebés recién
nacidos y hasta los 3 años), donde -también-
expresé mi bienvenida en versos.
Índice
Introducción
9
El juego dramático
Fabrizio Origlio con la colaboración de Alicia Zaina
Conclusiones .....................................................................213
10
Miradas
desde la cuna
A modo de presentación
es inherente al ser humano? Porque todos nosotros nece- 4. Bogdan Suchodolski. (Septiembre
de 1987) Cuadernos de Pedagogía.
sitamos comunicar a otros y a nosotros mismos nuestros afec- Nº 151.
14
tos y sentimientos y nuestras ideas y pensamientos, referidos
al mundo, a las personas, a nosotros, y a nuestros vínculos
con ellos.
¿Y qué papel cumple en esta necesidad de comunica-
ción la expresión artística? Pues que gracias a la música, la
imagen, la palabra, el lenguaje corporal, podemos “traducir”
el mundo, podemos entender y “leer” de otra manera, pode-
mos “transformar” y podemos mostrar y presentarnos del
modo que queramos.
¡Y eso no es todo!: al incentivar en los niños la aproximación
y familiarización con las manifestaciones artísticas propias y
ajenas, se potencian los procesos de desarrollo emocional y
cognitivo y además se les permite apropiarse de las produc-
ciones culturales de la humanidad de la cual forman parte.
¿Qué es crear?; ¿Es hacer algo de la nada? No, de ningu-
na manera: es combinar sensaciones, colores, formas, compo-
siciones, transformar objetos, establecer analogías, emplear
metáforas, improvisar movimientos, etcétera.
A decir de Flavia Terigi5, la creatividad ha sido identificada
a veces con la propia expresión, otras con la resolución de
problemas y el pensamiento divergente, también con la ima-
ginación, mucho más con la originalidad extraordinaria y
singular que toca a unos pocos sujetos, y aún con el talento
y la genialidad. Pero el problema específicamente educativo
ha sido no sólo qué es la creatividad, o qué es una persona
creativa, sino sobre todo si la creatividad es educable.
¿Se puede relacionar la creatividad con el pensamiento?
No podemos ni debemos desconocer el papel que la educa-
ción artística puede tener en el desarrollo de la creatividad,
pero al mismo tiempo es importante no limitarla a su senti-
do expresivo, sino ampliarla con diversas acepciones actuales:
como pensamiento divergente, como pensamiento crítico,
como posibilidad de resolver problemas de toda índole,
como capacidad para ir más allá de la información dada.
¿Y el mundo cotidiano? ¿Qué lugar ocupa? ¿Se pierde
en el mundo de lo artístico? ¡No, de ninguna manera!:
mediante las manifestaciones artísticas lo que se hace es
interpretar y representar elementos presentes en nuestra vida
cotidiana o en nuestra imaginación realizando una actividad
5. Flavia Terigi. (2002) Reflexiones transformadora y creadora.
sobre el lugar de las artes en el curriculum
escolar. ¿Imaginar es opuesto a pensar? ¿Si estimulamos la imagi-
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nación no estimulamos en nuestros niños el desarrollo del
pensamiento científico? ¡Esto, rotundamente, no es cierto!
Cada vez más nos damos cuenta de algo que la misma expe-
riencia ya nos había mostrado, y es que la imaginación fue y
es un factor muy importante para el desarrollo de la vida
mental, especialmente del pensamiento científico. ¿Y cómo
podemos sostener esto? Porque ayuda a superar la rutina y los
estereotipos, porque no sólo no interrumpe nunca el pensa-
miento sino que, por el contrario, lo hace más fácil y flexible,
ya que nos permite superar nuestros límites y ver aquellos
aspectos de la realidad que habían pasado desapercibidos.
Podemos sostener con gran convicción que la verdadera
naturaleza del pensamiento creativo es innovadora y explora-
dora. ¿Qué quiere decir esto? Que va más allá de las propias
realizaciones, que nos lleva a romper esquemas rígidos que
surgen muchas veces de actividades previas y que siempre
intenta meterse en áreas desconocidas.
Es por ello que sostenemos que encontramos en el proceso de
pensamiento creativo un verdadero proceso de descubri-
miento.
¿Qué relación hay entre imaginar algo y el mundo de lo
conocido y de lo desconocido? Imaginar nos capacita para
«ver» lo desconocido: muestra las perspectivas de la activi-
dad posible. Al decir de Suchodolski6: “De hecho, el hombre
es aquella criatura extraña que va más allá de lo visible y que
imagina un mundo que probablemente se convertirá en su
contexto en el futuro. La imaginación conecta con el miste-
rio de la rebelión y el progreso, elementos básicos del desti-
no humano. El arte debería formar parte de esta imagina-
ción; el arte es el gran maestro de la imaginación.”
Si volvemos a leer el texto anterior de la colección “Desde la
cuna”, y si recordamos nuestras experiencias de vida, como
niños y como adultos, podremos recordar que ya desde los
primeros años de vida los niños demuestran prestar mucha
atención y sentir verdadero agrado hacia todo tipo de ma-
nifestaciones y expresiones, primero de otros y luego de ellos
mismos. Incluyen en esto tanto la voz como el cuerpo en su
totalidad. Es la música, son las imágenes, son las palabras en
canciones y cuentos, son los movimientos rítmicos del cuer-
po, son los primeros dibujos, son los juegos simbólicos, es el 6. Bogdan Suchodolski. (Septiembre
de 1987) Cuadernos de Pedagogía.
“como si” que acerca y aleja el mundo de todos los días. Nº 151.
16
¿Conocer producciones artísticas? ¿Ver cuadros de
artistas reconocidos? ¿Escuchar cuentos “famosos”?
¿Ver bailarines y bailarinas? ¿Por qué y para qué? Por-
que al ser espectador también se es y se aprende a ser “autor”
y “actor”; porque cuando los chicos pueden conocer y apre-
ciar obras de arte esto estimula y desarrolla su sensibilidad.
En todos nosotros se despiertan sensaciones diversas a partir
de imágenes, sonidos y movimientos que estas producciones
plasman.
A este respecto podemos tomar palabras de Howard Gard-
ner7: “Para el desarrollo de los ciudadanos del futuro también
es importante el conocimiento de las obras artísticas más
destacadas de la historia. Las obras maestras del arte trans-
miten ideas y sensaciones de épocas y lugares diferentes, ex-
presan todo un abanico de emociones, y encarnan un sentido
de la belleza y la armonía que enriquece la experiencia de
quien las sepa apreciar”. Y no menos importante es comen-
zar a preguntarnos por el significado que estas obras poseen,
saber quiénes eran, de dónde y cuándo, las personas que pro-
dujeron estas obras, captar los diversos mensajes que se emi-
ten, focalizar la atención en uno o muchos aspectos y más
aún: ponerse a pensar en el impacto afectivo emotivo que
producen en nosotros. A esto aludimos cuando nos referimos
a la apreciación artística: es poder pensar en términos de sen-
saciones, movimiento, sonido, colores, formas y composicio-
nes: es poder aplicar el razonamiento lógico a la contempla-
ción del arte.
¿Crear o repetir? ¿Crear o imitar? Consideramos que la
actividad creativa es un tipo de actividad que no es comple-
tamente dependiente de la experiencia personal ni de los
modelos exteriores. No es ni repetición para la persona que
actúa ni repetición para las demás personas, en una actividad
que se dirige a lo conocido y que lo conquista. Dice Sucho-
dolski8: “Es una actividad inquieta y valiente que conecta la
sabiduría y la habilidad con la observación atenta de lo des-
conocido y con una aceptación consciente del riesgo. El arte
ofrece una visión poética del mundo, que nos permite com-
7. Gardner, Howard (1999): La educación
de la mente y el conocimiento de la disciplinas,
prenderlo y experimentarlo, así como sobrepasar los límites
Paidós, pp. 174. de nuestra realidad.”
8. Bogdan Suchodolski. (Septiembre
de 1987) Cuadernos de Pedagogía.
¿Y qué pasa con nuestros niños? Siguiendo con la línea
Nº 151. planteada en el texto “Desde la cuna” niños desde recién
17
nacidos hasta los tres años, podemos decir que es la intención
de los autores ofrecer una diversidad de oportunidades para
que los niños creen y disfruten del arte a través de la imagi-
nación, la libre expresión de sus ideas y de la apreciación de
manifestaciones artísticas para que las capacidades, habilida-
des y destrezas que fueron desarrollando y adquiriendo en
esos primeros años se vayan fortaleciendo.
¿Por qué hablamos de fortalecer y potenciar? Porque
estamos convencidos de que la actividad creadora no es una
capacidad innata o una facultad extraordinaria que poseen
algunas personas “dotadas” sino que sostenemos que es pro-
ducto de la capacidad que tiene y desarrolla cada individuo
para percibir, imaginar, explorar e inventar.
¿Y qué debemos hacer los adultos? Debemos brindar
oportunidades y propiciar situaciones en las que los niños
puedan poner en juego y desplegar esas capacidades. Cuando
se genera un espacio propicio para la libre creación y se com-
parten las producciones, los niños pueden distinguir que los
otros tienen diferentes puntos de vista y modos de expresar,
así aprenden que no hay un modelo único de expresión y
comienzan a valorar la diversidad.
Se deben brindar a los niños oportunidades para tomar con-
tacto, comprender y producir arte a través de los diferentes
lenguajes y productos artísticos, improvisando, jugando, y
comunicando a otros sus ideas y sentimientos a través de pro-
ducciones que se valgan de una gama importante de recursos
expresivos.
Vayamos ahora a la presentación de esta riquísima pro-
ducción y podremos comprobar cómo, efectivamente, estas
concepciones están presentes en las mentes y los corazones de
los autores.
¿Qué podemos decir de la música? ¡Seamos redundantes
y repetidores! La música tiene un lugar importante en la vida
de todas las personas, en todos los tiempos y en todos los
lugares, es producto y creación del hombre, está en la histo-
ria de los pueblos, en sus creencias y en sus costumbres; tara-
rear, cantar, escuchar música o participar en la producción
colectiva es parte de todas las manifestaciones culturales.
La música expresa, comunica, emociona, enseña; al incluirla
entre las actividades a realizar con los niños contribuimos no
sólo al desarrollo infantil sino también procuramos fomentar,
18
proteger y difundir la producción musical de una sociedad y
de los diversos contextos culturales.
Es así que podemos leer en el texto de Fabrizio Origlio: “Lo
importante sigue siendo que la familia sea un lugar donde la
música circule con naturalidad y que la escuela sea otro
ámbito donde los niños estén en contacto con el hacer musi-
cal grupal y el jugar musicalmente, de modo que este len-
guaje les resulte cotidiano”.
A partir de esta premisa se ofrecen una serie de actividades
para realizar en los diversos contextos en los que se pueden
encontrar adultos y niños, con la ventaja de su claridad, sen-
cillez y al mismo tiempo seriedad y profundidad, en lo que
se refiere al respeto por las posibilidades de desarrollo musi-
cal de los niños.
¿La literatura es importante? La respuesta la encontramos
con gran claridad en el texto de Alicia Zaina: “la literatura
forma parte del arte que, a su vez, integra otro espacio más
amplio, que es la cultura humana. Definida tradicionalmen-
te como “el arte de crear belleza a través de la palabra”, este
uso literario del lenguaje ha permitido y permite al hombre
referir historias, expresar sus alegrías y dolores, idear mun-
dos diferentes, celebrar el amor, consolar el dolor, explorar
los límites del lenguaje, cuestionar su época, interrogarse a sí
mismo, argüir misterios… e incontables posibilidades más”.
Al mismo tiempo podemos observar cómo en el texto se
valoriza al teatro y la expresión dramática como una mani-
festación artística que fue evolucionando y cambiando en sus
formas de representación, temáticas, recursos técnicos y con-
ceptos estéticos, permitiendo así registrar la influencia de las
formas de pensar de cada cultura y época. Es por ello que
vemos cómo el teatro y los juegos dramáticos y teatrales se
han constituido en espacio de encuentro no sólo de emocio-
nes e ideas, sino de las propias expresiones artísticas. Al leer
este capítulo podemos observar cómo, bajo el título de Lite-
ratura, se encuentran, unen e integran la danza, la música, la
plástica y la literatura, expresando así en un amplio abanico
el sentir, el pensar y el actuar de los distintos contextos socio-
culturales a través de pequeñas y grandes dramas, tragedias
y comedias.
¡Las propuestas que la autora nos ofrece se convierten en una
serie de desafíos que se pueden concretar y que son al mismo
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tiempo motivadores para los adultos e incentivadores para
los niños!
¿Artes escénicas con niños de cuatro a seis años? ¿Y por
qué no? Podemos plantear que el teatro, la expresión dramá-
tica, y por ende el mismo juego dramático, pueden ser y son
una manifestación artística.
Al mismo tiempo, como bien se plantea en el capítulo sobre
el juego dramático y los niños, “más allá de toda esta expre-
sividad puesta en juego y de la conciencia lúdica del niño, la
situación no es vivenciada como un hecho teatral. El niño no
está jugando al teatro. Incluso muchos niños que participan
de juegos dramáticos no registran la ficcionalidad en una
función de teatro con actores. Sin embargo, algunos niños
muestran una fascinación y un interés muy acentuados por
este tipo de juego, que les brinda una vía para ir expresando
inquietudes artísticas particulares”.
Es así que en este capítulo, Fabrizio Origlio muestra cómo
los adultos podemos brindar a los niños temas o argumentos,
escenarios, colaboración en los guiones y sugerencias de
recursos expresivo dramáticos y se puede acceder a una serie
de experiencias muy ricas para los niños, así como para los
adultos.
¿Y qué se puede decir de la Expresión Corporal? Nos
decía Patricia Stokoe en numerosas conversaciones:
“Una poética más allá de las palabras. Su propia danza con el
sello de su individualidad irrepetible. Su danza no debe estar
conformar necesariamente con las leyes estéticas impuestas
desde las modas fluctuantes, aunque cada individuo inmerso
en su cultura será inevitablemente influido por todos los
estímulos que lo rodean. Su danza manifestará la manera per-
sonal en que esos estímulos operan sobre su subjetividad”.
La Expresión Corporal abre la posibilidad de transformar el
movimiento en un lenguaje artístico.
Dice Judith Wiskiski9: “La Expresión Corporal propone otra
vía de acceso al conocimiento, utilizando los códigos corpora-
les de la danza. Su forma es el sensible contacto con el entor-
no y consigo mismo, mediante una experiencia reflexiva y
consciente. Es un ingreso al saber desde lo tangible, conocer
el mundo desde lo palpable. La realidad toma mayor signifi- 9. Judith Wiskitski. Artes. Expresión
cado al pasar por el universo de lo propio. Nada más propio corporal. Secretaría de Educación
Dirección de Curriculum. Documen-
que nuestro cuerpo, nuestros sentidos, emociones e ideas”. to de trabajo no. 2
20
Nos plantea de un modo atrapante Ana María Porstein cómo
inciden diversos factores en el estilo personal de cada niño al
moverse y expresarse con su cuerpo: “Sus interacciones con
los adultos en los ámbitos sociales cercanos que abarcan
desde el hogar, el lugar donde trabajan la madre o el padre,
(como el mercado, un puesto callejero, la cosecha, la oficina)
hasta el barrio donde vive, su plaza, el jardín de infantes, la
sociedad de fomento y/o el club, van imprimiendo en cada
pequeño, huellas córporo-emotivas de fuerte pregnancia y
duración”.
En este capítulo encontramos una serie de reflexiones que
nos permiten plantearnos y replantearnos a un alto nivel qué
hacemos cuando proponemos actividades de Expresión Cor-
poral a los niños. Las propuestas que figuran en el texto tie-
nen el valor doble de poder implementarse en todo mo-
mento y lugar, y además el de ser un trampolín casi inme-
diato para nuevas ideas surgidas tanto de los adultos como de
los mismos niños.
¿Hay alguien que se atreva a dudar del valor de la plás-
tica entre las actividades artísticas? ¡No, seguro!
Sabemos, sin lugar a dudas que la manifestación plástica a
través de dibujos, pinturas y modelados que pueden realizar
los niños pone de manifiesto su conocimiento, suposiciones
y creencias sobre el mundo. Por otro lado conocemos cómo
esta posibilidad de expresión es parte esencial de su desarro-
llo cognitivo y afectivo.
Podemos entonces comprender claramente que la expresión
y la apreciación plástica favorecen en los niños la imagina-
ción, la reflexión, la creación y la comprensión del lenguaje
visual, así como la posibilidad de conocer y comprender el
patrimonio artístico de la humanidad, y el desarrollo de un
juicio personal respecto a las producciones de distintas fuen-
tes, incluyendo los medios masivos de comunicación y los
tecnológicos, cuando éstos están a su alcance.
En su apasionante texto, Laura Bianchi hace referencia a las
imágenes, diciendo: “El lenguaje plástico visual es uno de los
distintos sistemas de símbolos que el hombre crea y desarro-
lla en su vida para comunicar y ofrecer a los demás lo que
sólo puede expresarse en imágenes”.
Las propuestas desarrolladas por la autora en este capítulo
destacan no sólo la oferta de experiencias sino también el
21
papel esencial que tiene la actitud adulta con la que se enca-
ren y que deseamos destacar en esta introducción: “somos los
adultos los que debemos aprender a sumergirnos en el uni-
verso de la fantasía de los niños, que alguna vez habitamos
pero que ya olvidamos, para ayudarlos en la realización de
esas ideas que su imaginación les permite crear sin prejuicios
ni preconceptos. Un submarino volador, una máscara que
dispare rayos, el sonido de un auto o el color del viento… no
serán imposibles con un adulto que se deje llevar también
por su imaginación y sus ganas de acercar a los niños los
medios que le permitan realizar eso que podría parecer irre-
alizable.”
A partir de esta premisa las experiencias propuestas en el
texto adquieren una calidad distinta, y la mirada sobre las
producciones plásticas propias y ajenas se amplía y profun-
diza.
Podemos concluir entonces esta introducción afirmando que
el contacto con el arte y las expresiones artísticas permite y
facilita que los niños empiecen a entender las manifestacio-
nes artísticas como creaciones de seres humanos; que
mediante estas creaciones ellos y nosotros comunicamos
nuestras ideas y sentimientos personales, que al mismo tiem-
po se ponen de manifiesto los diversos aspectos de nuestras
culturas y las personas que la conforman, y de este modo
podemos tener acceso a aquéllo que nos pertenece por dere-
cho, el conocimiento del acervo que forma parte del patri-
monio de la humanidad.
¡Pero no, no finalicemos aún! ¡Si de Arte hablamos con Arte
terminemos! Nos dice una poesía de Jaques Prevert lo
siguiente:
23
Pero si canta, es buena señal,
señal de que podéis firmar.
24
Introducción
25
No cabe duda de que estos años constituyen en la vida del
niño un momento particular en el que el rol de los adultos y
las experiencias que el niño pueda vivir son determinantes.
En nuestro libro anterior dijimos: “Se considera que realizar
una actividad vinculada con el campo del conocimiento
artístico, potencia habilidades, desarrolla los sentidos,
expande la mente, perfila y fortalece la propia identidad,
poniendo en juego la capacidad de discernir, valorar, inter-
pretar, comprender, representar e imaginar.
El arte ha sido un medio de comunicación, de expresión de
ideas, sentimientos, emociones y una forma de conocimien-
to. Y lo sigue siendo”.
Si estas ideas fueron válidas para las propuestas con niños de
0 a 3 años, tanto o más lo son para los niños de entre 4 y 6
años. En estas edades la propia identidad y las capacidades
mencionadas empiezan a hacerse conscientes y a definirse en
cada sujeto. Insistimos en que resulta imprescindible la flui-
dez del contacto con lo artístico en edades anteriores pero
cabe destacar que la relación de los niños más grandes con las
expresiones artísticas y con sus propias expresiones es otra, y
sus posibilidades son más amplias. Están en un momento
diferente y estas diferencias nos comprometen a buscar, como
adultos, otras opciones para estos niños.
Se puede observar habitualmente la exteriorización de con-
ductas y deseos respecto de lo artístico en niños entre los cua-
tro y los seis años. Los niños bailan o cantan junto a sus artis-
tas favoritos de la televisión o al grupo de rock de moda.
Solicitan espacios o materiales para dibujar, pintar o mode-
lar. Inventan cuentos o situaciones ficticias con títeres o
muñecos. Piden que se les compre música, instrumentos,
libros o disfraces.
Las nuevas posibilidades que presenta esta etapa particular de
la vida infantil se desarrollarán y analizarán a través de estas
páginas, y se propondrán además estrategias para su poten-
cialización. Para referirnos a las características de las activida-
des artísticas de los niños que se acercan a la escolaridad pri-
maria, tomaremos como punto de partida algunas ideas de
nuestro libro anterior Arte desde la Cuna- Educación temprana
con niños desde recién nacidos hasta los tres años2. 2. Origlio F., Porstein A., Zaina A.
Arte desde la Cuna. Buenos Aires,
Nazhira Palabras Animadas, 2004.
26
¿Qué relación y qué diferencias existen con las
propuestas para niños más pequeños?
Experiencias de apreciación-percepción
27
Experiencias de exploración-producción
Experiencias de contextualización
30
5. El ingreso del niño a la escuela de ningún modo relega el
lugar de la familia frente a las propuestas artísticas, en todo
caso lo complementa.
■ Un capítulo de música.
■ Un capítulo de literatura.
■ Un capítulo de expresión corporal.
■ Un capítulo de plástica.
31
■ La detección y acompañamiento de un niño con inquietu-
des para alguna rama del arte.
■ Los materiales que es posible ofrecer para favorecer aspec-
tos expresivos y artísticos en el niño.
32
Expresión corporal con
niños de cuatro a seis años
34
La Expresión Corporal y los niños de
cuatro a seis años
Richard Woolfson1
Imagen 1: Al meternos adentro de Con respecto a los movimientos, se puede notar que han
la tela tubular, sentimos el esfuer-
zo de nuestros cuerpos al alejar- comenzado a ser más controlados; el niño puede sacudirse,
nos y ejercer resistencia contra la golpear, rodar por el piso, bailar o desplazarse con velocidad,
misma. Exploramos formas de
bailar complementándonos. pero también logra inhibir voluntariamente esas conductas.
Por eso, el juego de detenerse y quedarse quietos como “esta-
Imagen 2: La mamá sostiene con
tela elástica a la niña que arquea su tuas” cuando el volumen de la música baja, goza de tanto
espalda explorando movimientos. prestigio en esta etapa.
Imagen 3: El adulto que nos El niño imprime con placer variaciones de velocidad, inten-
acompaña nos ayuda a sostener sidad, amplitud y tensión o relajación a sus movimientos, así
esta pelota para poder sentir el
placer de la extensión de nuestra como también se desafía a sí mismo en el uso de los objetos,
columna apoyada sobre ella... aunque no siempre logre armonizar el movimiento de todo
¡También puede apoyarse él y
mecernos juntos mientras senti- su cuerpo con la acción a la que somete al material.
mos nuestros cuerpos! Con respecto a la segunda vía de información, el espacio, se
37
conoce que su construcción “es producto del diálogo cuerpo-
medio que se establece, inicialmente, mediante la explora-
ción”.4 Esta exploración rica y variada en desplazamientos
(en los tres niveles: bajo, medio y alto; hacia distintas refe-
rencias como el centro y la periferia del lugar, o los rincones)
38
placer de moverse y bailar naturalmente, siempre que la pro-
puesta le resulte significativa.
Con respecto a este proceso de socialización, no es vano insis-
tir sobre la importancia de indagar acerca de las actividades
expresivas vividas previamente, actividades que en su con-
junto van conformando la “biogra-
fía lúdica y artística” de cada niño.
La calidad de este proceso influye,
por ejemplo, en la posibilidad de
conjugar un proyecto de movi-
miento con otros. ¡A cuántos
niños aún a fines del Nivel Inicial
les cuesta trabajar en parejas o en
pequeños grupos, así como con los
miembros del sexo opuesto!
Entre la desinhibición y la creati-
vidad, los niños, sobre todo los
varones, se inician en un itinerario
de avances y retrocesos, donde el
adulto que los acompaña juega un
rol fundamental.
Una de las causas que puede difi-
cultar la desinhibición de algunos
niños varones radica en ciertos
prejuicios culturales: “los hombres
no bailan”, “los varones no lloran”,
“los niños no juegan con muñe-
cas”, etc.
Por eso, muchos varones pueden
mostrarse más reacios a propuestas de expresión corporal, si
éstas no tienen en cuenta puntos de partida, situaciones,
imágenes y calidades de movimiento que les pueden resultar
acordes a sus intereses y necesidades de movimiento.
¡Y pensar que en muchos pueblos y épocas la danza era la
prioridad de los hombres!
Con respecto a la característica de los movimientos de los
niños varones, éstos son generalmente más expandidos,
abiertos o centrífugos, a la vez que explosivos en compara-
ción con la motricidad centrípeta, más medida e incluso más
redondeada y cerrada, como de “repliegue”, que caracteriza a
Aunque a esta edad sólo es la generalidad de las niñas.
necesaria una tela a modo de
“capa”, en este desfile de disfra- Por eso, llaman más la atención en los varones las calidades
ces. Luciano prefirió lucirse con de movimiento relacionadas con algunos aspectos de:
el disfraz completo. Su “vuelo y
aterrizaje” lo muestran muy ■ las artes marciales.
compenetrado con su personaje. ■ los astronautas, sus naves espaciales y la vida en las galaxias.
39
■ los súper héroes de moda.
■ los animales: caballos, leones, gorilas, dinosaurios.
■ los autos, camiones, aviones y trenes.
■ otras imágenes como la del sol, los planetas, el mar, el
viento o la tormenta…
40
El adulto debe aprovechar estas oportunidades para acompa-
ñar al niño, o al grupo de niños y niñas a su cargo, en la apre-
ciación de las manifestaciones que sensibilizan y amplían la
perspectiva del movimiento expresivo.
Los niños podrán luego evocar algunos detalles de estas
manifestaciones desde otro nivel de aceptación y valoración.
En este período el aumento de la capacidad de representación
mental de sí mismo y de los otros, así como la posibilidad de
avanzar en la construcción del respeto mutuo, deben ser teni-
dos en cuenta por el adulto, sobre todo cuando acompaña a
más de un niño, para alternar:
■ Momentos donde la prioridad es observar, apreciar la crea-
ción del otro, a modo de “espectador”.
■ Momentos donde la prioridad es explorar, improvisar, des-
plegar al “actor-bailarín” que tenemos dentro.
41
momento, el mantel de
una mesa o una cama…
Justamente por esta capa-
cidad del pensamiento
simbólico de moverse
“como si”, estos juegos
pueden ser un punto de
partida significativo para
que el adulto que acompa-
ñe a los niños retome algu-
na de las ideas ya jugadas
espontáneamente, promo-
viendo un avance hacia la
danza.
A modo de ejemplo, de
toda una escena relaciona-
da con una historia espa-
cial, se podría proponer
explorar solamente la posi-
bilidad de moverse como
astronautas. Esta imagen
desafía el equilibrio diná-
mico del niño, por la lenti-
tud y el control que debe imprimir a sus desplazamientos.
Encontrar distintas maneras de “flotar” como estos persona-
jes, apoyándose en una música adecuada, nos ubica de lleno
en el campo de la expresión corporal. Más aún si se genera la
posibilidad de improvisar situaciones relacionadas con posi-
bles problemas a resolver, tales como: esquivar un asteroide,
ayudar a un compañero en problemas, arreglar el desperfec-
to de la nave…
Finalmente, el adulto a cargo de un niño o un grupo de niños
no debe guiarse sólo por las descripciones de las conductas
supuestamente esperables en este periodo, sino también por
lo que observa y “siente” en el juego con él o ellos. Es impor-
tante que esté al tanto de los temas que les van interesando
a los niños, así como de la resonancia emocional que les dejan
las distintas experiencias cotidianas, ambas en estrecha rela-
ción con aspectos de sus historias personales.
Por las mismas razones, las propuestas desarrolladas aquí
deben ser adaptadas en función de lo dicho, así como del
espacio y los materiales con que se cuenta y, fundamental-
mente, en función del vínculo de confianza y de juego logra-
do entre el adulto y el niño.
42
¿Qué aspectos esenciales de la expresión corporal
podemos acercar a los niños?
La educación de la percepción es constructora del pensamiento, ya que
la integración de las impresiones a través del tiempo va ajustando
los esquemas de las representaciones.
Julio Flores6
43
La imitación de los movimientos de otro,
alternando los roles del que propone con el
que imita lo propuesto.
La evocación o el recuerdo de detalles de una
situación vivenciada en un pasado cercano,
factibles de ser corporizados o comunicados
a través del cuerpo.
Algunas de estas situaciones pueden ser: una
salida al Acuario, al Zoológico, al Museo de
Arte o Ciencias Naturales y/o una experien-
cia directa como cocinar una torta, explorar
las cualidades de un objeto, etc. Algunos
ejemplos serían:
■ Moverse como el pez del Acuario que más
le impresionó a cada uno, con todo el cuer-
po, sólo con la mano o ¡con la cara!
■ Imaginarse cómo serían los desplazamien-
tos de un enorme dinosaurio carnívoro, distinguiéndolos de
los movimientos de otro dinosaurio herbívoro, visto en el
Museo de Ciencias Naturales… ¡Y ponerse a probar!
■ Recordar a través del propio cuerpo las posibilidades de
movimiento que el adulto y ellos mismos pudieron impri-
mirle a las pelotas en la clase de Educación Física: rodar,
girar, rebotar… e intentar realizarlos con todo el cuerpo o
sólo con una parte de éste.
■ La improvisación o la creación espontánea de desplazamien-
tos a partir de las sensaciones provocadas por un ritmo, una
melodía, una imagen o idea, o la palabra hecha rima, poesía,
cuento…
■ La construcción de una coreografía sencilla creada con sus
compañeros a partir de una idea de movimiento, como “abrir
y cerrar”, “estirar y relajar”, “alejarse y juntarse”, diferentes
formas de moverse en ronda.
■ La propia “lectura” del niño acerca de la producción artís-
tica de otros, ya sea un espectáculo de danza presentado en la
propia escuela, en un teatro, o en la televisión… Espectácu-
lo, que, a su vez, puede ser punto de partida para una situa-
ción de imitación, evocación o improvisación.
■ La imitación, como aspecto de la producción y apreciación
de mensajes, es fundamental en la evolución personal y social
del niño. Imitar nunca es copiar textualmente los movi-
mientos del que los propone, siempre se hace desde las pro-
pias posibilidades de percibir y de pasar lo percibido al
movimiento, o reproducirlo, lo que implica complejos pro-
cesos psiconeurológicos. Procesos que permiten afirmar que
el niño, al ir apropiándose de un abanico de diversas posibi-
44
lidades de movimiento, va construyen-
do su camino desde la imitación a la
creatividad.
La imitación puede desplegarse a través
de situaciones de juego simultáneo
entre los participantes (se va imitando
al mismo tiempo que la propuesta del
modelo se va desarrollando) o situacio-
nes de imitación diferida (se imita des-
pués que el modelo finalizó su pro-
puesta).
La improvisación, como otro aspecto de
la producción y la apreciación de men-
sajes, es definida en los diccionarios
como la capacidad de hacer de repente,
de pronto, casi sin preparación o refle-
xión previa. Entre los niños de cuatro a
seis años, la expresión corporal prioriza
la improvisación como recurso hacia la
comunicación y la creación. Stokoe
(1974)7 decía que “improvisar es apren-
der a bailar la propia idea, habilitando
a los niños a encontrar placer en la pro-
ducción”.
Mientras Jaritonsky8 afirma que:
“Desde la posibilidad de explorar, ejer-
citando la libertad de descubrir, se
combinarán secuencias y ensayarán
Secuencia: Después de explorar soluciones ante los distintos desafíos de expresarse con el
varias veces el material, los
niños acompañados por el adul- cuerpo”.
to, logran armar una secuencia Ante este panorama, ¿por dónde empezar?, ¿cómo conti-
coreográfica basada en la alter-
nancia de los contrastes básicos nuar?, ¿en qué secuencia seguir trabajando? La respuesta
de acercarse y separarse, junto dependerá de la experiencia previa del niño y de la disposi-
con estirar y aflojar. Una música
lenta pero de fuerte carácter ción lúdica corporal del adulto. Haciendo esta salvedad, nos
como el tema “Paris-Texas”, de parece que puede ser conveniente comenzar por la explora-
la película homónima, les per-
mitió “formatear” mejor su pro- ción sensitiva del cuerpo a través de objetos diferentes, para-
ducción, y de paso... ¡Cómo se lelamente a juegos de imitación.
divirtieron durante el proceso!
Se puede seguir con situaciones de evocación y de creación de
coreografías sencillas en rondas, con ritmos y músicas signi-
ficativas para el niño.
7. Stokoe, P. (1974): La expresión
corporal y el niño, Buenos Aires, Edi-
En el caso de niños con mayor experiencia previa, convendría
torial Ricordi. igualmente retomar desde la exploración de objetos, ya sea
8. Jaritonsky, P. (2000) Capítulo de
Expresión Corporal en el Diseño Curri-
individualmente y/o con otros, así como con juegos de imi-
cular, Secretaría de Educación del
Gobierno de la Ciudad de Buenos
tación con música.
Aires. Este comienzo permitirá al adulto tener un conocimiento
45
aproximado del nivel de desinhibición, de las posibilidades
de moverse y de interactuar con otros. A partir de este cono-
cimiento, podrá continuar alternando experiencias de explo-
ración sensible del propio cuerpo en relación a los apoyos,
contactos, y envolturas que le permitan sentir el volumen de
su cuerpo, además de realizar improvisaciones y coreografías
grupales.
La apreciación de movimientos y coreografías de otros es
básica en ambos casos, siendo aun más importante en los
niños con poca sensibilización en este campo expresivo.
Los distintos aspectos de la expresión corporal que hemos
desarrollado aquí, nos permiten ver lo valiosa que es la
mediación de un adulto, hecha a través de sugerencias, de
comentarios, o de un acompañamiento al niño, con la mira-
da, los gestos de aprobación e incluso “poniendo el propio
cuerpo” en algunas ocasiones (sobre todo si ese niño está
solo). En síntesis, la importancia de un adulto “disponible”
para compartir situaciones de juego-danza, como algunas de
las ejemplificadas en forma de itinerarios, en el próximo
punto.
46
docente embarazada, un coordinador o un papá enyesado ó
una abuela sentada, pueden tener esa mezcla de sentido artís-
tico, apreciación estética del movimiento y amor por la infan-
cia, que es lo que se requiere.
Por nuestro lado, presentamos experiencias que ejemplifican
aspectos esenciales de la expresión corporal, que ya vimos en
el punto anterior, es decir: la exploración, la producción y la
apreciación de movimientos y mensajes, para mencionarlos
sintéticamente.
Estas experiencias están organizadas a modo de propuestas,
que a su vez forman parte de “itinerarios” o recorridos didác-
ticos. Este formato, al igual que en los otros capítulos, es
seleccionado para ayudar al adulto, especialmente al docen-
te, en la percepción global de un conjunto de situaciones,
opuesto a la sugerencia de actividades “sueltas” y aisladas.
Por ende, también tiende a ofrecer una respuesta a sus pre-
guntas: “¿Cómo comienzo?” “¿Cómo continúo o profundizo
esta actividad?” “¿Cuántas veces la puedo volver a repetir?”
“¿Puedo mezclar aspectos de exploración y de producción en
un mismo encuentro?” “¿No conviene cambiar los materia-
les o la música cada vez, para que el niño no se aburra?”
El niño necesita tener tiempo para disfrutar y para aprender.
Tiene sus propios “tiempos” para lograr sentirse:
■ satisfecho con las variadas formas de explorar una situación
así como de interactuar en ella.
■ más seguro en el manejo de un elemento.
■ más confiado en sus propias posibilidades corporales y en
el uso del espacio.
■ más desinhibido y abierto a nuevas propuestas…
47
La repetición de vivencias habilita al niño a recibir mejor los
sutiles cambios o las variaciones que le va sugiriendo el adulto.
Por supuesto, estos ejemplos sólo pretenden servir como
“disparadores” para que cada uno pueda construir su propio
estilo de acompañar al niño o al grupo de niños en situacio-
nes de expresión corporal.
Materiales:
■ Espejo de pared u hoja metalizada que refleja la imagen de
los niños.
■ Telas de diferentes texturas, tamaños, transparencia, elasti-
cidad y resistencia.
■ Cintas anchas de goma y elásticos anchos de algodón; telas
tubulares.
■ Pelotas inflables pequeñas y medianas y/o colchonetas arro-
lladas y almohadones.
■ Discos de música lenta y melódica en contraste con músi-
ca más movida, alegre y con una clara base rítmica.
Aclaración:
Sólo estas primeras propuestas se describen más exhaustiva-
mente con el propósito de hacer hincapié en la organización
del espacio y en la alternancia de momentos de repetición
junto a las variaciones que va incluyendo el adulto.
48
Antes que entren los niños, preparará un espacio lúdico con-
tinente donde se hallen algunos materiales como: un espejo
de pared lo más largo posible, almohadones de diferente
tamaño y “rollos” de goma pluma dura (o colchonetas enrro-
lladas y sujetas por elásticos). Les pedirá que se miren al
espejo antes de hacer cualquier otra actividad.
49
Propuesta n° 2: De los apoyos del cuerpo al
movimiento de las partes no apoyadas.
El adulto preparará el mismo espacio lúdico con los mismos
materiales. Les volverá a pedir que
“visiten” al espejo. Dejará que los
niños vuelvan a explorar libremente
por un tiempo.
Después de conversar entre todos
sobre lo que recuerdan del encuentro
anterior, les propondrá esta vez elegir
sólo un elemento de apoyo, (el cual no
se cambiará por un rato), para explo-
rar qué movimientos pueden hacer
con las partes que no queden apoyadas
al recostarse de panza sobre el objeto.
Sugerirá buscar variedad en los movi-
mientos, por lo que seleccionará ade-
más una música en la que se alternan
cambios de velocidad.
Los niños podrán cambiar de objeto.
Se repetirá la misma secuencia, pero
apoyados sobre la espalda.
Promoverá que vayan incluyendo roda-
das o deslizamientos para cambiar la
posición de panza abajo por la de panza
arriba… Al terminar, los niños volve-
rán a observarse en el espejo.
52
Reunirá a los niños para conversar
sobre las estrategias que dieron
resultado, para iniciarlos a conti-
nuación en el uso cuidadoso de las
pelotas. Como no habrá pelotas para
todos, les pedirá que se pongan en
pequeños grupos (parejas o tríos)
para que el elemento esté sujeto por
ellos mismos.
Sugerirá probar cambios de posición
sobre la pelota, sea apoyando la parte
del vientre, y como abrazándola, sea
sobre la parte dorsal, arqueando la
espalda hasta apoyar la cabeza.
Para terminar pondrá una música
lenta, tipo canción de cuna, que per-
mita a los niños ser mecidos sobre
las pelotas por sus compañeros…
Promoverá el cambio de roles entre
el que es mecido y los que ayudan a
mecerlo.
Los niños probarán mostrar frente al
espejo algunas de las posiciones o los
movimientos del cuerpo que viven-
ciaron durante estos encuentros. El
adulto registrará sus comentarios.
53
Propuesta n° 1: Manos que “hablan”.
Se incitará a los niños, que estarán sentados, a hacer bailar las
manos con la música, que será alegre y rítmica, como un car-
navalito, una tarantela o un twist. Ya sin música, el adulto
propondrá explorar cuántos movimientos pueden realizar sus
manos. Probablemente surgirán manos abiertas y cerradas,
dedos que tamborilean o caminan sobre el piso, dedos que
señalan, muñecas que hacen mover la mano como el limpia-
parabrisas de un auto…
Se propondrá entonces hacerles “decir cosas” a las manos,
como si hablasen. Podrán surgir manos que se despiden, que
piden, que toman agua de una fuente, que indican un cami-
no, que cortan como una tijera… El adulto también podría
participar, sea espejando, contestando o rechazando algún
mensaje.
56
Itinerario de experiencias de exploración senso-percepti-
va de las posibilidades de tensionar y relajar el cuerpo en
relación con las posibilidades de desplazarse y detenerse
Materiales:
■ Equipo de música y discos con músicas que permitan des-
plazamientos (marcha, batucada, carnavalito, tarantela,
twist, rock) y movimientos más lentos de tensión, exten-
sión… (Música del film París-Texas; música de la India, del
Norte argentino, Bolivia o Perú).
■ Elásticos anchos de algodón de aproximadamente 1,50 m.
cada uno (en el caso de tener un elástico por cada niño). Elás-
ticos del mismo tipo de 3 a 4 m. de largo (en el caso de la
construcción de la “tela de araña”).
Propuesta n° 1: Jugan-
do a “las estatuas”.
Como los niños ya conocen
este juego, el adulto propon-
drá directamente la siguiente
variante: al detenerse la músi-
ca (tipo marcha o batucada),
los niños deberán frenarse,
adoptando posiciones relacio-
nadas con personajes o situa-
ciones de la película La era de
hielo, que habrán visto previa-
mente. Este se repetirá varias
veces, mientras el adulto esti-
mulará los cambios de perso-
najes, incluso proponiendo
ideas él mismo. Mientras per-
manecen quietos, recorrerá el
espacio entre los niños jugando
a “controlar” la dureza y firme-
za de esas estatuas.
57
Propuesta n° 2: “Estatuas equilibristas”.
La propuesta se basará en pedir a los niños jugar el mismo
juego, pero adoptando posiciones con cierto desafío del equi-
librio. Estas serán mantenidas con la tensión necesaria mien-
tras el adulto juega a controlar las estatuas. Al repetir el
juego, cuando el adulto baje el volumen de la música, los
niños deberán ir deshaciendo sus estatuas relajándose poco a
poco, hasta ir cayendo al piso suavemente, sin lastimarse
(para lo cual es necesario el control del interjuego entre ten-
sión y relajación).
58
Propuesta n° 5: Imitando con nuestro cuerpo al
elástico.
El adulto será el único que tendrá un elástico, al cual estira-
rá y aflojará en distintas direcciones y velocidades. Los niños
Secuencia: Nuestro cuerpo imitarán al elástico en sus evoluciones, con todo el cuerpo o
puede estirarse y aflojarse
como un elástico. Lo podemos sólo con alguna de sus partes, incluyendo la cara. Otros niños
imitar como queremos. podrán tomar el lugar del adulto.
59
Este dispositivo se podrá armar también entre algunos niños
y el adulto, quienes se alternarán en el sostenimiento de los
elásticos, para que otros compañeros exploren (luego se cam-
biarán los roles). Se realizarán movimientos de estirarse,
achicarse, agrandarse, relajarse en el espacio total y sectori-
zado a la vez por los elásticos. Es conveniente realizar esta
propuesta sin acompañamiento musical, para que el niño
pueda concentrarse en un desafío por vez. Más adelante una
música lenta será la más adecuada.
60
Pondrá como premisa no pelearse por la elección simultánea
de un objeto, ya que hay varios del mismo tipo.
El adulto podrá participar incluyéndose en algún grupo
cuando lo inviten, o bien proponiendo a algún niño -sin
palabras- algún objeto con el cual improvisar algo juntos.
Los niños podrán cambiar de material cuando lo deseen.
Secuencia: Primero jugamos a Esta vez, los niños encontrarán sólo telas flexibles y grandes
taparnos y destaparnos, escon- con las cuales jugar y moverse. El adulto, después de dejar-
dernos para descubrirnos.
Luego nos animamos a bailar los explorar libremente, los invitará a moverse en parejas
estas ideas acompañados por con una sola tela. Esta les permitirá producir situaciones de
una música lenta.
verse y no verse, de taparse y destaparse, ocultarse para mos-
trarse y reencontrarse. Los niños serán convocados luego a
escuchar una música con la cual el adulto los invitará a seguir
con lo que ya estaban haciendo, pero tratando de apoyarse en
la música para enriquecer su improvisación. En caso de sen-
tirlo necesario, el adulto podrá acompañar a alguno de los
niños.
y diferida.
■ Evocar experiencias e imágenes vividas corporizándolas
subjetivamente.
■ Crear personajes e improvisar movimientos expresivos
61
Materiales:
■ Equipo de música y discos con músicas diferentes (más rít-
62
bien lejos, desplazándose por la sala para detenerse, buscarse
y espejarse; bien cerquita, de modo que las manos de ambos
-sin agarrarse- se contacten; un compañero detrás de otro
(primero sin desplazarse y luego desplazándose). El adulto
deberá aconsejar a los que proponen movimientos, que no
pueden ser muy cambiantes, de modo que el compañero los
pueda seguir con mayor éxito.
cuerpo en movimiento.
■ Revisar sus producciones en función del análisis más pro-
Materiales:
■ El espacio lúdico despejado, pero con el material factible
63
llaman la atención las situaciones donde pueden apreciar a
los animales con sus crías, jugando, peleándose, etc.
Después de observar esta primera producción, el adulto
podrá pedir a los niños que busquen en revistas, diarios o
libros, imágenes de los animales evocados para traerlas en el
próximo encuentro.
64
cuerpo de una pata a la otra; el movimiento de su trompa
cuando busca un maní o cuando sopla o se enoja (sin necesi-
dad de llevar un hombro a la nariz), etc.
65
Desafiará a los niños a organizar una “exposición” de estas
obras, para mostrarlas a los padres en una futura reunión, sea
“en vivo” o filmada.
tintas máscaras.
■ Acomodar su cuerpo, sus posiciones y movimientos a la
expresividad de la máscara.
■ Improvisar gestos y movimientos que ayuden a construir
su personaje.
Materiales:
■ Espejo amplio o papel metalizado que refleje.
■ Máscaras diferentes.
66
Una vez que aprendemos a aco-
modar el cuerpo detrás de las
máscaras, podemos crear movi-
mientos acordes al personaje:
fluir como una “sirena”, arañar
como un “gato malo” o com-
portarnos como una “señorita
elegante”.
67
El adulto podrá acompañar al niño con sugerencias, acercán-
dole alguna ropa o tela que complemente al personaje, pero
también puede seleccionar otra máscara de palito para inte-
ractuar con el niño. Preverá que, casi con seguridad, se gene-
rarán momentos muy divertidos, un poco caóticos, a la vez
que posiblemente movilizantes para muchos niños.
“como si”.
■ Explorar formas artísticas de movimiento a partir de la uti-
Materiales:
■ Cajas de sorpresas (todos objetos viejos): canastas, espejos,
69
Propuesta nº 2: De la exploración a la improvisa-
ción de situaciones de movimientos.
El adulto no se sorprenderá si ve llegar a algunos niños entu-
siasmados por la “prueba”, así como a otros niños que se “olvi-
daron” o que directamente no quisieron pensar nada al respecto.
Es probable que la propuesta comience más desorganizada
que nunca. No se deberá olvidar que generalmente las niñas
suelen prepararse con esmero, pensando en detalles como el
“vestuario”, la música, la forma de presentar el objeto con el
cual deberán bailar, etc.
Secuencia: Improvisando la
Los varones, en cambio, son menos detallistas y se arreglan “Danza del lampazo”... Des-
pués de explorar los sonidos
más rápidamente con poco… En consecuencia, les dará un que produce el elemento -al
tiempo para prepararse o para ensayar, mientras algunos se golpearlo con el mango o
barrer- este “artista” se mueve a
dedicarán a observarlos… partir de sucesivas transfigura-
Los niños irán mostrando sus trabajos en un sector previa- ciones o modificaciones imagi-
narias del objeto, es decir que
mente delineado por el adulto como escenario. El adulto se juega “como si” el mismo lam-
colocará más cerca del “público” que del escenario, para esti- pazo, además de lo que es, fuese
también otras cosas. Así
mular a los espectadores a observar determinados aspectos de improvisa movimientos como
cada presentación. Rescatará siempre lo interesante pero, a la si fuese un “bandido a caballo”,
un “hombre de las cavernas”,
vez, incitará a los niños a autoevaluarse, a comparar, a comen- un “soldado”, un “bombero” y
tar qué les gustó y por qué, así como lo que no les gustó… hasta un “herido de guerra”.
70
Itinerario de experiencias de producción, en relación con
la creación de coreografías sencillas
Materiales:
■ Equipo de música.
71
Propuesta nº 2: Aprendiendo rondas tradicionales.
El adulto contará a los niños acerca de algunas rondas a las
que él jugaba cuando era chico como ellos. Les enseñará
entonces figuras sueltas y evoluciones sencillas como: “sacar
pareja”, los “molinetes”, los “trencitos” en pareja, pasajes
continuos por debajo de “puentes”, etc.
El adulto irá haciendo que los niños combinen los mencio-
nados elementos, en función de la música de La torre en
guardia, La Farolera u otras.
P. Jousse10
exigencias técnicas de alguna escuela de danza que los enca- 11.Berge, Ivonne (1979): Vivir tu
cuerpo. Para una pedagogía del movi-
sillen antes de tiempo en un determinado lenguaje. miento, Madrid, Ediciones Gallimard.
72
Paulina Ossona12 dice que “los niños de esta edad, suelen pre-
ferir las músicas rápidas y alegres que les permitan sacudir-
se, hacer movimientos más bien descontrolados y desplazar-
se”. Sin embargo, comienzan ya a apreciar músicas con
mayor acento en lo melódico, donde el compositor expresa
distintos estados de ánimo que en los niños se traducen en
distintas interpretaciones corporales.
Inicialmente, los movimientos nombrados en primer térmi-
no tendrán un mejor ámbito dentro de la expresión corporal,
por todo lo que se ha dicho hasta ahora, pero cualquier movi-
miento, aun los lentos y armonio-
sos, puede ser patrimonio de niños
que, a esta edad, tengan ya una
interesante experiencia en expre-
sión corporal.
¿Y después o paralelamente a esta
experiencia, qué tipo de danza es el
apropiado para la formación?, se
preguntan posiblemente los adul-
tos, ya sea padres o educadores.
Si bien en mayor o menor grado
todo tipo de danza contribuye al
placer del movimiento que surge de
una técnica, habría que distinguir
entre la danza clásica, donde todo
está codificado y donde el acceso al
placer estético de bailar es a veces
largo y árido (a pesar que, las técni-
cas de esta danza brindan al cuerpo
en movimiento un equilibrio y una
disponibilidad armónica muy espe-
ciales…) y otros tipos de danzas.
La ventaja que ofrecen algunas
Las reinas, princesas, ayudantes escuelas de danza moderna, es que permiten desarrollar la
de una corte, son parte de los creatividad por medio de la práctica de un método de impro-
temas recurrentes de represen-
tación en las nenas. Después de visación, aunque muchas veces se hace necesario comple-
disfrazarse, se pueden explorar mentar la disponibilidad motriz con técnicas de la danza clá-
movimientos y situaciones en
las que el adulto también sica.
puede colaborar. Pero antes de pensar en la elección de alguna escuela de
danza para iniciar al niño o a la niña en cualquier técnica de
danza, sería mejor tratar de registrar qué tipo de actitud
expresivo-motora éste demuestra. Por ejemplo:
-¿Baila espontáneamente desde temprana edad cuando escu-
12. Paulina Ossona (1985): ¿Baila- cha alguna música que le atraiga, ya sea eminentemente rít-
mos...?. ¡Bailemos! Bs. As. Editorial
Hachette. mica o más melódica?
73
-¿Se pone a bailar en ámbitos familiares o escolares con bas-
tante desinhibición, sin que nadie le pida que lo haga?
-¿Baila estando solo en su habitación o en algún sitio de la
casa donde cree que nadie lo observa?
-¿Se detiene a mirar canales de televisión donde suelen pasar
espectáculos de danza de cualquier escuela, incluso típica de
diferentes países?
Por otro lado, el adulto que cree que el niño tiene ciertas
cualidades para la danza, también deberá observar algunos
aspectos de la escuela, el club o el taller donde le hagan una
propuesta de enseñanza para el niño, como por ejemplo: el
ámbito o espacio físico, su seguridad y limpieza; qué otros
alumnos concurren; y, fundamentalmente, el modo de vin-
cularse con los niños del docente, así como su manera de
enseñar. Esto significa no sólo simpatía sino también cuida-
do por el cuerpo del niño y verdadera orientación artística en
su metodología de enseñanza.
Se deberían tener en cuenta también la sensibilidad y los
conocimientos de psicomotricidad infantil del profesor o
profesora que acompañe al niño en este aprendizaje artístico,
independientemente de la escuela a la que pertenece o adhie-
re. Conozco excelentes docentes de danza clásica o moderna,
con estrategias adecuadas para iniciar a los niños sin exigen-
cias excesivas ni apresuradas, como las famosas “puntas de
pie”, o el arqueo o la extensión de la columna.
Por otro lado, las técnicas son necesarias para moverse armó-
nicamente y expresarse mejor. Hay técnicas ligadas al cami-
nar, a posicionarse en el espacio, a controlar la postura, a sal-
tar sin esfuerzo, que llevan a la persona a moverse con gracia
y soltura.
¿Qué hacer entonces? Creo que cada niño y cada niña son
casos particulares, así como la familia y el contexto en el que
crecen y se van formando, lo que determina a veces una afi-
nidad temprana con la práctica de determinada expresión
artística, ya sea la danza clásica, moderna, contemporánea, la
gimnasia rítmica expresiva o la danza folklórica argentina,
mexicana, española o árabe...
Pero el entorno social puede afectar al niño, sea por las exi-
gencias familiares, sea por la influencia del grupo de compa-
ñeros que lo rodean. Esto puede resultar perjudicial en la
medida en que modifica el vínculo con el goce por la viven-
cia de moverse, de practicar, de aprender nuevas herramien-
tas por el sólo hecho de sentirse mejor. Lamentablemente
esto podría llegar a producir un efecto contrario al deseado
74
inicialmente, incluso un rechazo hacia la actividad corporal
en general…
Para finalizar, concurrir a un estudio de danza no siempre
está al alcance de las posibilidades económicas de todas las
familias; por lo que es importante que la expresión corporal-
danza se pueda realizar también en el seno escolar desde las
salas del Nivel Inicial; además, los clubes, los centros barria-
les y las asociaciones culturales ofrecen en algunas ciudades
cursos gratuitos o poco costosos.
75
por ejemplo una cinta, un manojo de tiras de papel crêpe,
para que se luzca al ser movido por los niños, por ejemplo en
una fiesta escolar, si no hay un compromiso activo de las dis-
tintas partes del cuerpo.
Por otro lado, dedicarle este espacio al valor y variedad de los
materiales no significa que sólo se puede llevar a cabo una
experiencia de expresión corporal contando con algún obje-
to, ni tampoco que la música sea siempre necesaria.
El propio cuerpo del niño es, en realidad, el primer objeto de
exploración y descubrimiento, y el lugar donde se vivencian
las sensaciones y emociones. Es a la vez objeto y recurso para
conocer, apreciar y comunicar. Por eso el adulto no sólo
puede valerse de los materiales sino también generar situa-
ciones senso-perceptivas centradas en el cuerpo, como ya
ejemplificamos en puntos anteriores.
76
entre varios niños, ayudar a armar una “escenografía”, o cola-
borar con el “vestuario”…
■ Papel de diario y revistas con imágenes: ejemplifican posi-
77