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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
CÁTEDRA I

Titular: Prof. Adj. Reg. Aguerri, María E.

Profesor Práctico: Prof. Rugna, Marcela.


Comisión: 2
Grupo: 6
Autores:
Alfaro, Rocio – ro.micol.alfaro@gmail.com– DNI: 38.380.589
Asinten, Nahuel – nahuel.asinsten@gmail.com– DNI: 36.729.840
Azzaro, Virginia – virazzamid@hotmail.com – DNI: 36.762.390
Domeniconi, Julieta – julieta-domeniconi@hotmail.com– DNI: 38.464.486
Romanelli, Ivanna – ivannalucia@hotmail.com.ar – DNI: 38.322.383
Hipertensión Arterial: La adherencia al tratamiento.
Alfaro, Rocío; Asinsten, Nahuel; Azzaro, Virginia; Domeniconi, Julieta;
Romanelli, Ivanna

Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología


16 de Noviembre de 2015.

RESUMEN/ABSTRACT:
El propósito de la siguiente investigación es analizar la posible relación con respecto a la
creencia y los rasgos de personalidad en la enfermedad crónica denominada hipertensión, en
tanto a la adherencia al tratamiento de la misma. Para ello se utilizaron distintos instrumentos: el
denominado EPQ-A de Eysenck y Eysenck, que mide la personalidad, el IPQ-R, de Moss y
Morris, que mide las creencias acerca de la enfermedad, y por último, un cuestionario para poder
conocer el grado de adherencia al tratamiento de la enfermedad, por Cáceres, Arrivillaga y otros.
La muestra seleccionada se conformó por 477 sujetos, hombres y mujeres mayores de 39 años,
que padecen hipertensión y al momento de la toma del test se encontraban realizando un
tratamiento farmacológico para dicha enfermedad. A partir del método de Regresión Líneal-
Método por Pasos, se seleccionaron las variables que se detallan a continuación: Psicoticismo,
coherencia, control del tratamiento y control personal. En relación al Psicoticismo, la correlación
es negativa. En cambio, respecto de la Coherencia, el Control del Tratamiento y el Control
Personal, la correlación es positiva.

PALABRAS CLAVES: Hipertensión Arterial, Adherencia, Creencias, Personalidad,


neuroticisimo, Psicoticismo,

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1. Introducción
El presente trabajo tiene como finalidad la investigación sobre la enfermedad crónica
conocida como hipertensión. A su vez se plantea establecer la relación que hay en tanto a las
creencias sobre dicha enfermedad, la adherencia al tratamiento de pacientes hipertensos y la
personalidad de los sujetos.
Para comenzar es considerado necesario realizar una breve descripción de lo que es la
hipertensión arterial. La misma es la elevación persistente de la presión arterial por encima de los
valores establecidos como normales por consenso. Se ha fijado en 140 mm Hg para la sistólica o
máxima y 90 mm Hg para la diastólica o mínima. Una de las características de esta enfermedad
es que no presenta unos síntomas claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
De todas formas, en la mayoría de los casos, la primera manifestación de la HTA es el
daño de órganos blancos con aparición de enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, evento
cerebrovascular o enfermedad renal crónica; mientras que los síntomas específicos del HTA
incluyen mareos, cefaleas, y acúfenos.
Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión
arterial, sí se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de
las personas que la sufren: antecedentes familiares, obesidad, consumo elevado de sal, alcohol,
tabaco, falta de ejercicio y estrés, son algunos de ellos.
La Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial plantea una relación de esta enfermedad
crónica con la ocurrencia de enfermedades cardiovasculares. En un informe esbozan que: “Hoy
se sabe que existe una relación directa entre la presión arterial elevada y la ocurrencia de
enfermedades cardiovasculares y muerte, es decir cuánto más alta es la presión arterial mayor
es la probabilidad de enfermar o morir. Por ello, los especialistas insisten en la importancia de
la prevención. La primera medida a tomar es conocer cuál es nuestra presión.” (SAHA, 2014,
p.1)
Con respecto al propósito de la investigación, en especial en lo referido a la adherencia
al tratamiento, en el artículo titulado Consenso Latinoamericano sobre Hipertensión Arterial se
menciona que “Alrededor de la mitad de los hipertensos ignoran que lo son, y sólo una pequeña
fracción de los tratados están controlados” (Zanchetti et al, 2001, p. 2). Este hecho es
importante en tanto el saber sobre la enfermedad influye en su detección y futuro tratamiento.

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En el texto titulado Hipertensión arterial, diagnostico y manejo de la Revista Universitas
médica se plantea lo siguiente:
“Periódicamente diversas organizaciones internaciones dedicadas a la prevención
de le enfermedad cardiovascular emiten recomendaciones sobre la detección,
prevención y manejo aunque se pueden encontrar diferencias en las diferentes
clasificaciones y estratificaciones de riesgo; aún así coinciden en la mayoría de las
recomendaciones.” (2004, p. 83)
Con respecto a lo mencionado anteriormente, a la hora de tratar la hipertensión hay dos
aspectos importantes. El primero conlleva el mejorar los hábitos de vida. El paciente tiene que
llevar una dieta saludable, disminuir el consumo de calorías, de azúcares y grasas y aumentar la
práctica de ejercicio físico. Esto procura un mejor control del peso y si el peso está bien
controlado es una manera sencilla de controlar la hipertensión. Por otra parte, otro aspecto es el
del tratamiento farmacológico. Existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para
controlar la presión arterial. Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No
obstante, en algunos casos esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres
medicinas para controlar la presión arterial.
La meta de la terapia antihipertensiva es la reducción de la morbimortalidad por eventos
cardiovasculares, cerebro-vasculares y la prevención del daño renal.
Las tiazidas siguen siendo terapia de primera línea. Las mismas son un tipo de diurético,
un fármaco que provoca la eliminación de agua y sodio en el cuerpo. Deben anteponerse las
indicaciones especiales de ciertos fármacos según la enfermedad de base, resultando de mayor
relevancia el juicio clínico del médico a la hora de seleccionar los medicamentos para cada
situación en particular.
La adherencia al tratamiento es considerada de suma importancia en los programas de
intervención en salud ya que es la clave para disminuir el riesgo de muerte de esta enfermedad
crónica. Es fundamental que los pacientes sean constantes con los tratamientos.
A partir de lo expuesto, el objetivo del presente trabajo es estudiar cómo se vincula la
adherencia al tratamiento con las creencias respecto de la enfermedad, y la personalidad.
Con respecto a la personalidad, podemos abarcar dicha variable en relación a la teoría de
Hans Eysenck, psicólogo conductista especializado en el estudio de la misma. Dicho autor

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adoptó el análisis factorial como uno de los principales métodos de contrastación de sus
postulados teóricos sobre personalidad e inteligencia.
Eysenck, en su postulado teórico sobre la Personalidad, describe las características
principales de ésta, y la conceptualiza afirmando que es “Una organización más o menos estable
y duradera del carácter, temperamento, intelecto y físico de una persona que determina su
adaptación única al ambiente. El carácter denota el sistema más o menos estable y duradero de
la conducta conativa (voluntad) de una persona; el temperamento, su sistema más o menos
estable y duradero de la conducta afectiva (emoción); el intelecto, su sistema más o menos
estable y duradero de la conducta cognitiva (inteligencia); el físico, su sistema más o menos
estable y duradero de la configuración corporal y de la dotación neuroendócrina” (Eysenck y
Eysenck, 1985, p.9).
En sus teorías del comportamiento, Eysenck plantea que el rasgo psicológico ocupa un
lugar, razón por la cual se suele considerar a la suya una teoría disposicional. Una disposición o,
a su vez, un rasgo es una tendencia de conducta que da estabilidad y consistencia a las acciones,
las reacciones emocionales y los estilos cognitivos de los sujetos. En palabras del propio
Eysenck, los rasgos son “factores disposicionales que determinan nuestra conducta regular y
persistentemente en muchos tipos de situaciones diferentes” (Eysenck y Eysenck, 1985, p. 17).
La mencionada teoría de Eynseck, además de ser una teoría centrada en el rasgo, es una
teoría dimensional. Las teorías dimensionales (o factorialistas) proponen la existencia de factores
de personalidad como dimensiones continuas sobre las que pueden disponerse cuantitativamente
diferencias individuales. El concepto de dimensionalidad implica que existe un limitado número
de dimensiones básicas de personalidad, y que tales dimensiones se distribuyen de manera
normal, formando un continuo. También la palabra dimensión puede ser utilizada como
sinónimo de factor. En este sentido, la dimensión es para Eysenck un factor de segundo orden
que supone la correlación entre factores de primer orden o rasgos.
Las dimensiones básicas según Eysenck son: Extraversión (E), Neuroticismo (N) y
Psicoticismo (P) y pueden ser ubicadas en algún punto del espacio tridimensional que estos
suprafactores generan. Las tres dimensiones deben ser tratadas como categorías no excluyentes.
De allí que todo sujeto pueda ubicarse en el continuo representado por las mismas.

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La teoría de Eysenck incluye una cuarta dimensión de personalidad, la misma es la
inteligencia general o factor g (dimensión de las habilidades cognitivas, que tiene características
especiales y distintivas con respecto a las tres dimensiones del temperamento y el carácter).
El Neuroticismo es una dimensión relacionada con la disposición a padecer lo que
clásicamente se conoce como trastornos neuróticos, tanto trastornos de ansiedad como del estado
de ánimo. Un individuo con alto neuroticismo puede considerarse ansioso, deprimido, tenso,
irracional, tímido, triste, emotivo, con baja autoestima y sentimientos de culpa (Eysenck, 1990).
Un individuo extravertido es: sociable, vivaz, activo, asertivo, buscador de sensaciones
socializadas, despreocupado, dominante, espontáneo y aventurero (Eysenck, 1990). Eysenck
destacó dos rasgos centrales en tanto a esta dimensión que son la sociabilidad y la actividad.
Un individuo con alto Psicoticismo podría considerarse agresivo, hostil, frío, egocéntrico,
impersonal, impulsivo, antisocial, creativo, rígido y poco empático. Por el contrario, individuo
con bajo Psicoticismo podría considerarse altruista, empático, responsable, socializado y
convencional (Eysenck, 1990).
A su vez, se considera también que el modelo de personalidad de Eysenck es jerárquico.
En el nivel básico del mismo están las acciones, reacciones emocionales o cogniciones
específicas. En un segundo nivel, se encuentran los actos, emociones o cogniciones habituales.
Estas conductas inter-correlacionadas dan lugar al tercer nivel, el de los rasgos. Finalmente, en el
cuarto nivel, tenemos las dimensiones que constituyen el nivel más general y básico de la
personalidad (Eysenck, 1990).
Eysenck afirmaba que las variables de personalidad tienen una clara determinación
genética, incluyen estructuras fisiológicas y hormonales concretas, y son contrastables por medio
de procedimientos experimentales (Eysenck y Eysenck, 1985). Es por ello que se afirma se trata
de un modelo psico-biológico de la personalidad.
La teoría de Eysenck sobre la personalidad y a su vez la utilización del test del mismo,
que ha sido uno de los instrumentos de medición en la presente investigación son de suma
importancia para el entendimiento de los resultados a los que hemos llegado.
En lo que refiere al estudio del papel de las creencias acerca de las amenazas a la salud en
el afrontamiento de la enfermedad aquí estudiada, uno de los marcos teóricos que ha sido más
beneficioso ha sido modelo de autorregulación o de sentido común propuesto por Leventhal y su
grupo. El mismo parte de la consideración de los individuos como “solucionadores” activos de

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problemas que organizan el procesamiento de la información perceptiva y conceptual referida a
las amenazas de salud de manera episódica y autorregulada mediante un sistema de feedback
(Leventhal, Nerenz y Steele, 1984). Así, inicialmente, las personas procesan la información
externa o interna elaborando una representación cognitiva del problema, así como de las
emociones que le acompañan. En una segunda fase se desarrollan planes de acción o
procedimientos de afrontamiento. Por último, el tercer paso supone la valoración de las
consecuencias que pueden afectar a las etapas previas y modificar, por tanto, los subsiguientes
episodios ante futuras amenazas de salud.
Los contenidos cognitivos de las representaciones de la enfermedad pueden estructurarse
en torno a cinco componentes que son: identidad o creencias sobre los síntomas asociados a la
enfermedad, ideas del paciente acerca de las causas de la enfermedad, curso o percepciones de la
duración probable de sus problemas de salud, consecuencias o creencias acerca de la severidad y
el impacto de la enfermedad y creencias de cura/control.
Las hipótesis que parten de las dimensiones y relaciones propuestas en este modelo han
sido apoyadas por diversos estudios derivados del desarrollo de nuevos instrumentos de
evaluación diseñados desde este marco teórico. Éste es el caso del Illness Perception
Questionnaire (IPQ-R) de Weinman, Petrie, Moss-Morris y Horne, que evalúa las cinco
dimensiones cognitivas de la representación de la enfermedad propuestas en el modelo de
Leventhal ya mencionadas. El IPQ-R ha demostrado una amplia versatilidad y variedad de usos
en el área de la Psicología de la Salud.
Por último, en lo que respecta al comportamiento y los modos de afrontar la enfermedad,
se puede afirmar que el hecho de que un paciente cumpla o no con las prescripciones médicas
juega un papel primordial.
Podrán alcanzar un mejor control de la enfermedad e incrementar o preservar su calidad
de vida aquellas personas que logren adherirse adecuadamente a los tratamientos y regímenes
conductuales que cada una de las enfermedades exige para su buena evolución.
Los fallos al seguir las prescripciones exacerban los problemas de salud y favorecen la
progresión de las enfermedades, haciendo imposible estimar los efectos y el valor de un
tratamiento, dificultando que se realice un buen diagnóstico y provocando un aumento
innecesario del costo de la atención sanitaria.

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La falta de apego al tratamiento genera grandes pérdidas en lo personal, lo familiar y lo
social, lo que afecta la calidad de vida del enfermo y de quienes están a su alrededor. En lo
personal, el paciente puede tener complicaciones y secuelas que traen consigo un gran
sufrimiento, así como limitaciones incontrolables y progresivas. En lo familiar, provoca
alteraciones en el funcionamiento familiar, generando crisis. En lo social, significa un enorme
costo para las instituciones de salud el proporcionar servicios que son utilizados de forma
inadecuada; además, se prolongan innecesariamente los tratamientos y se presentan recaídas y
readmisiones que podrían llegar a evitarse. (Ginarte, 2001; Martín y Grau, 1994).
Con respecto a la adherencia terapéutica en el marco de la psicología de la salud, la
conducta de cumplir el tratamiento médico, está medida, entre otras cosas, por el sistema de
conocimientos y creencias que el paciente tenga acerca de su enfermedad, su motivación para
recuperar la salud o por adaptarse adecuadamente a su condición de enfermo, sus actitudes y el
desarrollo de los procesos volitivos. El padecimiento de una enfermedad ya implica de suyo una
carga estresante en el desenvolvimiento de la vida de las personas, a la que se añade el
cumplimiento riguroso de un régimen de indicaciones que implica la realización de esfuerzos
encaminados a garantizar el cumplimiento de aquellas. Se describen como conductas que reflejan
los problemas en la adherencia al tratamiento las siguientes: dificultades para comenzarlo;
suspensión prematura; cumplimiento incompleto o deficiente de las indicaciones, que se
expresan en errores de omisión, de dosis, de tiempo o de propósito; ausencias a consultas e
interconsultas, y rigidez de hábitos y estilos de vida necesarios para el mejoramiento de la
enfermedad; se destaca también la práctica de la automedicación por parte del paciente. (Ferrer,
1995; Puente, 1984)
La adherencia al tratamiento comienza a desempeñar su papel en el momento posterior al
diagnóstico de la enfermedad, cuando suele producirse una diferenciación subjetiva entre su
caracterización nosológica (etiología, pronóstico y tratamiento)y la forma en que la percibe quien
la padece, el significado que le confiere. La enfermedad puede percibirse como un evento
altamente estresante, como un reto, una amenaza, una pérdida, un castigo, un beneficio o,
incluso, como un alivio a responsabilidades, situaciones personales y demás. En función de ello,
el paciente adopta su rol de enfermo.
La aceptación del hecho de estar enfermo, las consecuencias del rol y los deberes del
mismo son aspectos psicológicos muy importantes para la adherencia, la cual podemos

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considerar como un contenido del rol de enfermo, un repertorio de conductas que se adoptan
después de que la persona asume su condición de enfermedad.
La adherencia se ha analizado a partir de modelos clásicos propuestos para explicar otras
conductas de salud en el marco conceptual de la psicología de la salud. Inicialmente, se intentó
explicarla a partir de hipótesis situacionales o de personalidad, al considerarla una tendencia de
la personalidad y, por tanto, algo relativamente estable y difícil de modificar.
En lo que respecta al siguiente informe de investigación, el objetivo fue el de determinar
la relación entre la adherencia al tratamiento sobre enfermedad mencionada, en tanto a factores
como lo son la creencia sobre la misma y los rasgos de personalidad del paciente.

2. Método
2.1. Muestra:
La muestra elegida para el presente trabajo de investigación fue seleccionada a través de
un método no aleatorio de muestreo propositivo, en tanto se ha elegido a los sujetos con ciertas
características específicas, como lo son el tener hipertensión arterial y, a su vez, estar en
tratamiento por dicha enfermedad crónica.
En la misma participaron478 personas, hombres y mujeres, mayores de 39 años, que se
han ofrecido como voluntarios para el mismo. Los sujetos de la muestra elegida, como hemos
planteado en el párrafo anterior, tienen hipertensión arterial y a su vez reciben un tratamiento
farmacológico debido a la presente enfermedad crónica. De la muestra obtenida, la mayoría de
los sujetos corresponden al sexo femenino, el estado civil que prima es “casado” y la media de
edad de los sujetos es de 59,74 años.

2.2. Instrumentos:

Para la investigación se han aplicado tres instrumentos psicométricos El primer


instrumento aplicado es la adaptación española de TEA ediciones (1984) del cuestionario de
personalidad para adultos denominado Eysenck Personality Questionnaire (EPQ-A) de Eysenck
y Eysenck (1978). El segundo instrumento aplicado es el cuestionario de Adherencia al
tratamiento para casos de hipertensión arterial de Cáceres, Arrivillaga, Correa, Holguín y Varela
(2006). Y por último, la versión española de Belendez Vazquez, M., Bermejo Alegría, R. y
Garcia Ayala, M. D. (2005) del cuestionario de percepción de la hipertensión arterial: Ilness

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Perception Questionnaire (IPQ-R) de Moss-Morris, R., Weinman, J., Petrie, K.J., Horne, R.,
Cameron L.D, & Buick, D. (2002).

Descripción de los instrumentos utilizados:


 "Eysenck Personality Questionnaire" para adultos (EPQ-A 1975): Este cuestionario que
contiene 94 ítems y miden tres dimensiones de personalidad: neuroticismo, extraversión y
psicoticismo; además contempla una escala que mide sinceridad.
 Cuestionario de Adherencia al tratamiento para casos de hipertensión arterial (Cáceres,
Arrivillaga, Correa, Holguin y Varela, 2006): El mismo mide ocho cuestiones:
información de la enfermedad; control bio-médico de la hipertensión; relación
profesional de la salud-paciente; hábitos alimentarios; condiciones físicas, actividad y
deporte; apoyo social percibido; creencias; consumo de cigarrillo y alcohol; de las cuales
se obtiene un puntaje total de adherencia al tratamiento. A su vez, se puede obtener un
puntaje para cada una de las ocho escalas.
Este cuestionario consta de 74 ítems los cuales son afirmaciones con tres opciones de
respuesta cada uno.
 Ilness Perception Questionnaire (IPQ-R): El mismo se diseñó para evaluar las
dimensiones cognitiva y emocional de las representaciones de la enfermedad desde el
modelo de autorregulación de sentido común. El IPQ-R consta de tres secciones. Dos
escalas que miden la dimensión de identidad y la de causas y otra sección que evalúa las
dimensiones de duración (aguda/crónica), curso cíclico, consecuencias, control personal,
control del tratamiento, coherencia y representaciones emocionales. En dicho test se
recogen 18 posibles causas de la enfermedad y los sujetos han de indicar en qué grado
están de acuerdo con que sean causas de su hipertensión arterial.

2.3. Procedimiento:

Antes de iniciar con los test psicométricos se le ha informado a cada uno de los sujetos de
la muestra el tema de la investigación y se les ha entregado una planilla de consentimiento. El
test lo han realizado cada uno de los sujetos individualmente y sin contacto de un sujeto de la
muestra con otro, de forma de no alterar de alguna forma las respuestas que puedan darse en el
mismo.

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Luego de haber firmado el consentimiento para la realización de la investigación, se les
han entregado los test psicométricos a cada uno de los sujetos en un orden particular. El orden
asignado para la realización de los test fue alternado, asignado aleatoriamente para controlar el
sesgo.

Perfil de la muestra de Personalidad, creencias y adherencia:


La cantidad de sujetos puede no coincidir exactamente en las distintas tablas, debido a los
datos perdidos, en algunas variables.
SEXO
SEXO FRECUENCIA PORCENTAJE

FEMENINO 267 56,6

MASCULINO 205 43,4

TOTAL 472 100,0

De la muestra seleccionada, la categoría que presento mayor frecuencia con respecto al


sexo fue la categoría femenino con un porcentaje de 56,6%.

EDAD

SEXO MEDIA DE EDAD DESV. TIP. DE EDAD

FEMENINO 60,87 11,714

MASCULINO 58,28 10,339

TOTAL 59,74 11,198

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De la muestra seleccionada, la categoría que presento mayor frecuencia con respecto a la
edad fue la categoría femenino con una desviación típica de edad de 11,714.

ESTUDIO

NIVEL DE ESTUDIO FRECUENCIA PORCENTAJE PORCENTAJE


ACUMULADO
Primario incompleto 22 4,7 4,7

Primario completo 69 14,6 19,3

Secundario incompleto 64 13,6 32,9

Secundario completo 90 19,1 52,0

Terciario incompleto 25 5,3 57,3

Terciario completo 59 12,5 69,9

Universitario 49 10,4 80,3


incompleto

Universitario completo 93 19,7 100,0

Total 471 100,0

De la muestra seleccionada, la categoría que presento mayor frecuencia con respecto al


nivel de estudio fue la categoría de universitario completo con un porcentaje de 19,7%.

ESTADO CIVIL

ESTADO CIVIL FRECUENCIA PORCENTAJE PORCENTAJE


ACUMULADO
Casado 265 55,6 55,6

En pareja estable 45 9,4 65,0

En pareja inestable 6 1,3 66,2

Separado o 80 16,8 83,0

11
divorciado

Viudo 64 13,4 96,4

Soltero sin pareja 17 3,6 100,0

Total 477 100,0

De la muestra seleccionada, la categoría que presento mayor frecuencia con respecto al


estado civil de los sujetos fue la categoría de casado con un porcentaje de 55,6%.

CANTIDAD DE HIJOS

NUMERO DE HIJOS FRECUENCIA PORCENTAJE PORCENTAJE


ACUMULADO
0 (Ninguno) 30 6,4 6,4
1 56 11,9 18,2
2 193 40,9 59,1
3 121 25,6 84,7
4 45 9,5 94,3
5 19 4,0 98,3
6 2 0,4 98,7
7 4 0.8 99,6
8 2 0.4 100,0
Total 472 100,0

De la muestra seleccionada, la categoría que presento mayor frecuencia con respecto al


número de hijos fue la categoría de dos hijos con un porcentaje de 40,9%.

VIVE SOLO

FRECUENCIA PORCENTAJE

No 379 80,6

12
Si 91 19,4

Total 470 100,0

De la muestra seleccionada, la categoría que presento mayor frecuencia con respecto a si


vive solo, fue la categoría "No" con un 80,6%

3. Análisis de los resultados


El método empleado para el siguiente estudio fue el método correlacional. Los métodos
correlacionales se pueden incluir en las investigaciones denominadas diferenciales o
comparadas. Pereda Marín plantea sobre dicho método que la principal característica de los
mismos es la de “trabajar con grupos que presentan características diferentes por sí mismos”
(Pereda Marin, 1987, p. 57) con el fin de poder obtener una correlación entre las diferentes
variables estudiadas.
Los resultados se analizaron mediante la Rho de Spearman la correlación con Adherencia
total de las variables de personalidad de Eysenck (Neuroticismo, Extraversión y Psicoticismo) y
las variables del IPQ-R (coherencia, consecuencias, control personal, control del tratamiento,
duración, duración cíclica y representación emocional).
Se encontró correlación con Adherencia total, por orden de importancia, de mayor a
menor magnitud del efecto de las siguientes variables:
 Control del tratamiento: Correlación positiva, a mayor control del tratamiento mayor
Adherencia.
 Coherencia: Correlación positiva, a mayor coherencia mayor Adherencia.
 Control personal: Correlación positiva, a mayor control personal mayor Adherencia.
 Psicoticismo: Correlación negativa, a menor Psicoticismo, mayor Adherencia
 Neuroticismo: Correlación negativa, a menor Neuroticismo mayor Adherencia
 Extraversión: Correlación positiva, a mayor Extraversión mayor Adherencia
 Duración cíclica: Correlación negativa, a menor puntaje en duración cíclica, mayor
Adherencia.
No se encontró correlación con: consecuencias, duración y representación emocional

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Regresión Lineal – Método por pasos.
Para determinar de las distintas variables de personalidad (Neuroticismo, Extraversión y
Psicoticismo), y de las distintas escalas del IPQ-R que dieron una correlación significativa cuáles
eran mejores predictores de Adherencia, se utilizó el siguiente cálculo: Regresión Lineal –
Método por Pasos.
Fueron seleccionadas las variables Psicoticismo, Coherencia, Control del tratamiento y
Control personal. En ese mismo orden, de mayor a menor, es el peso de cada variable (varianza
específica) en la varianza total.
 Psicoticismo: La correlación es negativa, a menor Psicoticismo mayor Adherencia al
tratamiento.
 Coherencia: La correlación es positiva, cuanto mayor es el nivel en que la enfermedad
tiene sentido para el paciente y puede comprender su estado, mayor Adherencia al
tratamiento.
 Control del tratamiento: La correlación es positiva, cuanto más evalúa el paciente que
el tratamiento médico influye sobre la evolución de la enfermedad, mayor Adherencia al
tratamiento.
 Control personal: La correlación es positiva, a mayor percepción del paciente de que
puede influir o controlar él mismo la evolución y curación de la enfermedad, mayor
Adherencia al tratamiento

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4. Conclusiones
En los resultados de nuestra investigación se puede observar que, con respecto a las
distintas variables de personalidad, dos de las variables predictoras: el psicoticismo y el
neuroticismo, se asocian negativamente con la adherencia al tratamiento, de forma que a menor
Psicoticismo o neuroticismo, se encuentra una mayor adherencia al tratamiento.
Por otra parte, las variables Coherencia, Control personal, Extraversión y Control del
tratamiento son aquellas que influyen positivamente en la adherencia al tratamiento.
En pacientes que tienen la creencia de que su enfermedad posee una duración cíclica, es
decir, que no es crónica sino que aparece y desaparece según diversos factores, se puede
observar que son los que menos adherencia tienen con respecto al tratamiento.
Por último, nos parece que es necesario realizar más investigación con respecto a la
adherencia al tratamiento de dicha enfermedad, pues seguramente habrá otros factores de gran
importancia en la presente cuestión.
La hipertensión es una enfermedad que esta significativamente atravesada por distintas
creencias y saberes sobre la misma. Nos parece necesario realizar estudios e investigaciones más
amplias para así poder concientizar a la sociedad sobre la importancia que conlleva el
tratamiento de la hipertensión, con el fin de poder prevenir al paciente en lo que respecta al
control de la misma.

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5. Referencias
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