Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El término propiedad funcional se define como toda propiedad no nutricional que influye
en el comportamiento de algunos componentes de un alimento. La mayor parte de las
propiedades funcionales influye en las características sensoriales y propiedades físicas de
los alimentos o de sus ingredientes durante su procesado, almacenamiento, preparación
y consumo.
1. Hidratación
Al igual que otras sustancias orgánicas, las proteínas en estado seco tienden a retener
una cierta cantidad de agua hasta alcanzar el equilibrio con la humedad relativa del
medio que las rodea, de acuerdo con su isoterma de adsorción.
Las propiedades de hidratación de las proteínas están directamente relacionadas con
factores intrínsecos de la propia molécula, es decir, con su composición aminoacídica y
su conformación. Las proteínas interaccionan con el agua a través de puentes de
hidrógeno, enlaces dipolo-dipolo o mediante las cadenas laterales de los aminoácidos.
Así, si hay una mayor proporción de aminoácidos con cadenas laterales hidrófobas, la
proteína presentará una menor capacidad de hidratación que si está compuesta por
aminoácidos con cadenas laterales hidrófilas que puedan establecer más fácilmente,
puentes de hidrógeno con el agua.
Por otra parte, las propiedades de hidratación también se ven afectadas por diversos
factores extrínsecos, siendo los más importantes la concentración de proteínas, el pH y
la temperatura.
La capacidad de fijar agua por las proteínas va disminuyendo a medida que aumenta
la temperatura debido a la ruptura de los lábiles puentes de hidrógeno. Además,
durante el calentamiento hay una desnaturalización seguida de una agregación, lo
que lleva consigo una reducción de la superficie proteica expuesta al agua y, en
consecuencia, se reduce la disponibilidad de grupos polares para fijar agua. Esta
reducción es de, aproximadamente, un 10% con respecto a la proteína nativa.
2. Solubilidad
La solubilidad de una proteína se define como el porcentaje de proteína que se
mantiene en disolución o dispersión coloidal bajo condiciones específicas y que no
sedimenta a fuerzas centrífugas moderadas. Para que una proteína sea soluble debe
interaccionar con el disolvente (puentes de hidrógeno, dipolo-dipolo e interacciones
iónicas); por ello, se puede definir también como el equilibrio entre las interacciones
proteína-proteína y proteína-disolvente.
La principal ventaja de una buena solubilidad es que permite una dispersión rápida y
completa de las moléculas proteicas, lo que conduce a un sistema coloidal, disperso y
con una estructura homogénea; todo ello resulta esencial en la elaboración de salsas,
sopas deshidratadas, bebidas, purés, etc.
b. Efecto del pH
Debido a su naturaleza anfótera, la solubilidad de las proteínas globulares está muy
influenciada por el pH al que se encuentren: es mínima en su punto isoeléctrico (pl) y
aumenta al alejarse de él.
Dependiendo del pH del sistema, estos polímeros pueden actuar como cationes y
como aniones, de tal manera que al desarrollar la misma carga eléctrica provocan
fuerzas de repulsión entre ellos que repercute en un aumento de su solubilidad y
estabilidad. En el pl, dichas fuerzas son mínimas, con lo cual se favorecen las
interacciones proteína-proteína que inducen a la agregación, con la consecuente
insolubilización final.
d. Efecto de la Temperatura
En términos generales, las proteínas globulares son muy solubles dentro de un intervalo
de temperatura de 10 a 45°C, y alcanzan su máximo en alrededor de los 35°C;
cuando se exceden estos límites, los polímeros tienden a la desnaturalización y, en
ocasiones, a la precipitación.
3. Viscosidad
La viscosidad es una medida de la resistencia que presentan los fluidos para moverse
en un plano; es una función de la red u ordenamiento tridimensional de las moléculas y,
por tanto, aumenta con la concentración del polipéptido.
4. Formación de geles
Los geles son sistemas dispersos de al menos dos componentes en los que la fase
dispersa forma un entramado cohesivo en el medio de dispersión. Se caracterizan por
la falta de fluidez y por la deformabilidad elástica.
La gran capacidad de retención de agua que presentan los geles está directamente
relacionada con el tiempo que se invierte en la etapa de agregación con respecto a la
desnaturalización:
- Si se forman rápidamente se obtienen geles desordenados, poco elásticos, opacos
y con la capacidad de retención de agua disminuida, debido a que la cadena
polipeptídica no ha podido agruparse de una forma ordenada.
- Si, por el contrario, la agregación se realiza lentamente, los polipéptidos
parcialmente desplegados se orientan más fácilmente antes de la agregación
final y el resultado es un gel ordenado, elástico, transparente y estable a la sinéresis
y exudación.
5. Capacidad Emulsionante
El poder emulsificante es uno de los requerimientos funcionales de numerosos sistemas
Química de los alimentos Ing. Elena Chau L
alimentarios ya que muchos alimentos son emulsiones, tales como: la leche, los helados,
mantequilla, mayonesa, queso fundido, entre otros, donde las proteínas juegan un
papel fundamental en la estabilización de estos sistemas.
6. Formación de Espumas
Existen alimentos que son espumas como el merengue, la nata batida, las panetelas,
entre otros. Las espumas alimentarias son dispersiones de gotas de gas (aire o CO2) en
una fase continua líquida o semisólida, formada por las llamadas laminillas
7. Texturización
Puede decirse que las proteínas son las responsables de la estructura física de muchos
alimentos. Por ello, la texturización de éstas es de gran importancia ya que proporciona
cuerpo a nuevos productos elaborados fundamentalmente a base de proteínas (por
ejemplo, surimi).
El proceso de texturización se produce por el despliege de las cadenas polipeptídicas
de las proteínas globulares (por rotura de los enlaces intramoleculares) y posterior
estabilización de estas cadenas estiradas mediante la creación de enlaces
intermoleculares. El producto final presenta una buena capacidad de retención de
agua que se mantiene aunque el producto se someta a diferentes tratamientos
térmicos.
La texturización es, por lo tanto, un proceso en el que las proteínas globulares se
transforman en fibrilares, con lo que aumentan sus aplicaciones en Tecnología
Alimentaria.
b. Extrusión termoplástica
En este caso se puede partir de disoluciones proteicas con menor cantidad de
proteína (50-70%). La solución proteica hidratada se somete a presiones y
temperaturas elevadas durante un corto período de tiempo hasta conseguir una
pasta viscosa. A continuación, se somete a una extrusión rápida a través de una hilera
(placa perforada) volviendo a la presión atmosférica, con lo que el agua se evapora
instantáneamente. En este momento, las moléculas proteicas están desdobladas y
orientadas en la dirección del flujo al pasar por la hilera.
Cuando la masa proteica está fría adquiere una estructura fibrosa y elástica con una
masticabilidad parecida a la de la carne. Con este método no se forman fibras bien
definidas sino únicamente partículas de naturaleza fibrosa que después de
rehidratadas poseen una estructura masticable.
Una buena texturización por extrusión requiere proteínas con una solubilidad inicial
apropiada y un elevado peso molecular y el desarrollo de propiedades viscosas y
plásticas adecuadas de la mezcla de proteínas y polisacáridos a su paso por la placa
perforada.
8. Formación de Masa
Las proteínas del gluten se caracterizan porque al amasarlas en contacto con agua y a
temperatura ambiente, forman una masa viscoelástica con unas propiedades
especiales que son la base de la panificación. El comportamiento particular de estas
proteínas radica en que se orientan y se despliegan parcialmente durante el amasado.
De esta forma, se potencian las interacciones interproteicas y los puentes disulfuro,
formándose una red estructural tridimensional y viscoelástica.
La gran capacidad de absorción de agua y la poca solubilidad que presentan se
explica por la composición característica de estas proteínas, ya que tienen gran
cantidad de aminoácidos con tendencia a formar puentes de hidrógeno y pocos
aminoácidos ionizables, con lo que disminuye la solubilidad en disoluciones acuosas. Las
diferencias entre los distintos tipos de harina radica en la distinta proporción de las
proteínas del gluten: gluteninas y gliadinas. Las gluteninas proporcionan elasticidad y
cohesión a la masa panaria mientras que las gliadinas son las responsables de la fluidez,
extensibilidad y expansión de la masa. Se requiere un equilibrio entre los dos tipos de
proteínas para obtener una buena masa de panadería.