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Números Romanos

La numeración romana es un sistema de numeración que se desarrolló en la Antigua Roma y se utilizó en


todo el Imperio romano, manteniéndose con posterioridad a su desaparición y todavía utilizado en
algunos ámbitos.

Este sistema emplea algunas letras mayúsculas como símbolos para representar ciertos valores. Los
números se escriben como combinaciones de letras. Por ejemplo, el año 2019 se escribe como MMXIX,
donde cada M representa 1000 unidades, la X representa 10 unidades más y IX representa 9 unidades
más (al ser X, que representa el 10, precedido por I, que representa el 1).

Está basado en la numeración etrusca, la cual, a diferencia de la numeración decimal que está basada en
un sistema posicional, se basa en un sistema aditivo (cada signo representa un valor que se va sumando
al anterior). La numeración romana posteriormente evolucionó a un sistema sustractivo, en el cual
algunos signos en lugar de sumar, restan. Por ejemplo el 4 en la numeración etrusca se representaba
como IIII (1+1+1+1), mientras que en la numeración romana moderna se representa como IV (1 restado
a 5).

Símbolos Editar

La siguiente tabla muestra los símbolos válidos en el sistema de los números romanos, y sus
equivalencias en el sistema decimal:

Signo Valor Nombre Origen

I 1 VNVS (ūnus) De la numeración etrusca: I

V 5 QVINQVE (quinque) De la numeración etrusca: Λ, que en la romana se invirtió

X 10 DECEM (decem) De la numeración etrusca: X

L 50 QVINQVAGINTA (quinquaginta) Evolución en el etrusco: Ψ → ᗐ → ⊥ → L

C 100 CENTVM (centum) Primera letra de CENTVM

D 500 QVINGENTI (Quingenti) D es la mitad de Φ (evolución en el etrusco del símbolo mil: ⊕


→ Φ)
M 1000 MILLE (Mille) Primera letra de MILLE

El uso de mayúsculas en la numeración romana se debe a que el alfabeto latino solo contaba, en un
principio, con letras mayúsculas.

Orígenes Editar

Los numerales romanos se escriben con letras del alfabeto romano, pero originalmente provenían de los
etruscos, los cuales usaban I, Λ, X, Ψ, 8 y ⊕ para representar I, V, X, L, C, y M. Los romanos tomaron
letras parecidas a los símbolos etruscos para representar los valores. Así para I y X cogieron las letras I y
X; para Λ lo invirtieron y cogieron la V; el símbolo Ψ no era uniforme en el etrusco y evolucionó en
diversas variantes: Ψ → ᗐ → ⊥; de la última, los romanos tomaron la mitad del símbolo que se convirtió
en L al ser la letra más parecida. Para 8 y ⊕ cogieron las iniciales de los nombres en latn
correspondientes a esos valores: C y M, al no haber letras similares a esos símbolos. El 500 inicialmente
no tenía símbolo, pero el símbolo ⊕ del 1000 también se representaba a veces con Φ y de la mitad de
ese símbolo cogieron la D para representar la mitad de 1000.

No obstante, parece que los numerales etruscorromanos vienen realmente de muescas, marcas o rayas
que se tallaban en varas, palos y huesos para llevar conteos (como el hueso de Ishango), usados por
pastores tanto dálmatas como italianos hasta el siglo xix.[1] Así, el numeral 'I' desciende de una muesca
tallada en la vara. En la numeración etrusca, cada quinta muesca era una doble muesca (v.g. ⋀, ⋁, ⋋,
⋌, etc.), y cada décima muesca era un tache (X), IIIIΛIIIIXIIIIΛIIIIXII..., muy al estilo de las marcas de
conteo europeas hasta hoy. Esto dio origen a un sistema aditivo: ocho sobre una vara de cuentas eran
ocho marcas —IIIIΛIII— que se podía abreviar en ΛIII (o VIII), ya que la existencia de Λ implica cuatro
muescas anteriores. Por extensión, el dieciocho era la octava muesca después de las primeras diez, lo
que se podía abreviar con X, y así era XΛIII.

Este sistema tiene la particularidad de que los símbolos de mayor valor se escriben con anterioridad a los
de menor valor, al encontrarse estos con anterioridad en la sucesión de marcas. Por este motivo, este
sistema pudo evolucionar a un sistema sustractivo en el que un signo de un valor menor delante de uno
mayor restaba en lugar de sumar, lo que permita acortar la escritura de números grandes. Así el número
1999 pasó de M·DCCCC·LXXXX·VIIII a M·CM·XC·IX. Esto además facilitaba la lectura, ya que la lectura de
más de 3 letras iguales seguidas daba lugar a errores. Así resulta más fácil leer IX que VIIII, evitando
además la confusión de este último con VIII.
Sin embargo hasta la edad media se combinaba el método aditivo (hasta 4 letras iguales seguidas) con el
método sustractivo (símbolos que también restan). Por ejemplo, era bastante habitual representar el 4
con IIII en vez de IV, debido a que estas dos letras son las primeras de la palabra IVPITER (Júpiter), el
máximo dios de los romanos, por lo que se consideraba una blasfemía utilizar las iniciales de su nombre.

En la actualidad, no debe repetirse más de tres veces consecutivas un mismo signo. Se exceptúa la
representación del 4 en las esferas de los relojes con números romanos, que puede hacerse como IV o
como IIII.[2]

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