El sistema de numeración romano, esas cifras que vemos en muchos
monumentos, no es una herramienta buena para el cálculo. Utiliza letras del alfabeto y no es posicional. Lo que significa que cada símbolo vale siempre lo mismo, sin importar donde esté colocado. Con este sistema, era casi imposible desarrollar algoritmos sencillos para realizar operaciones elementales como la multiplicación. En la época del imperio romano, se introduce la barra horizontal sobre los signos, para indicar que ese número está multiplicado por mil. Y un rectángulo sin base por encima de la cifra para indicar que ese número está multiplicado por 100.000 (esto no es muy conocido).
Los romanos no eran buenos en aritmética, no podían serlo con su sistema de
numeración, pero no fueron los únicos, los griegos cayeron en la misma trampa – no utilizar unos símbolos específicos distintos de las letras de su alfabeto, para designar a los números – Esto supuso un retroceso en el desarrollo de la aritmética.
Historia de los Números Romanos
Este sistema (tan bien conocido por nosotros) tuvo el mérito de ser capaz de expresar los números del 1 al 1.000.000 con sólo siete símbolos: I para el 1, V para el 5, X para el 10, L para el 50, C para el 100, D para el 500 y M para el 1.000. Es importante acotar que una pequeña línea sobre el número multiplica su valor por mil. En la actualidad los números romanos se usan para la historia y con fines decorativos. La numeración romana tiene el inconveniente de no ser práctica para realizar cálculos escritos con rapidez. Prácticamente todo el mundo occidental conoce los números romanos. Se enseñan en las escuelas, se pueden ver en créditos de muchas películas, marcan los siglos y se usan para distinguir reyes del mismo nombre. Los números romanos también se pueden encontrar con mucha frecuencia en los relojes. Sin embargo, a veces vemos una pequeña peculiaridad. Por lo general se enseña que el número 4 debe ser escrito IV, pero en muchos relojes este número está representado como IIII. ¿De dónde surge esta notación? El sistema numérico de los romanos fue derivado, según investigaciones arqueológicas, del utilizado por los etruscos, una civilización que habitó Italia entre los siglos VII y IV antes de Cristo. Los romanos utilizaron este sistema, que se basaba en el método aditivo. I y I eran II, V y II eran VII, y II y II eran IIII. El número para 40 era XXXX y el nueve era representado como VIIII. Con el tiempo, los romanos empezaron a utilizar el método sustractivo, en el que un número anterior resta su cantidad a la siguiente. Así, en lugar de escribir 9 como la suma de 5 y 4 (VIIII) se escribió como la resta de 10 menos 1 (IX). La ventaja de este método era que acortaba la notación de los números, pues se usaban menos símbolos. De esta forma el número IIII pasó a ser IV. El sistema sustractivo fue utilizado en los tiempos del Imperio Romano. Pero si se había hecho esta reforma, ¿por qué se utilizó la notación del IIII en vez del IV en los relojes medievales? De hecho, el 4 es el único número que se representa de esta forma, pues el nueve es representado como IX, y no como VIIII. Entre las razones por las que se aduce que el sistema aditivo está el de la confusión que se puede producir entre el número IV y el número III, ambos escritos con tres trazos. La confusión se acentúa al estar ambos inclinados por su posición en el círculo de la cara del reloj. Al escribirse como IIII se marcaba mejor la diferencia. Otra explicación dice que al escribirse el 4 de este modo le daba simetría al estar frente al número 8 (VIII) que se encuentra al otro lado del reloj. El V no balancea al VII pues no tienen notaciones alternativas. El X y el II tienen ambos trazos y en el caso del IX lo forman tres líneas al igual que el III. HISTORIA DE LOS NÚMEROS ROMANOS
La historia de los números romanos puede ser marcada a lo largo de
la historia de la antigua Roma. Los registros más antiguos que representa el uso de números romanos se remontan al siglo octavo o noveno antes de Cristo. Su uso disminuyó con la caída de Roma en el siglo II dC y que pronto fueron sustituidos por números arábigos. El Imperio romano difundió en toda Europa, norte de África y Asia occidental su propio sistema de numeración, que todavía se utiliza en algunos contextos especiales. Este sistema utiliza letras como símbolos de varias unidades elementales. Una de las tantas teorías acerca del origen de este sistema de numeración explica que los primeros romanos, influenciados por los etruscos, comenzaron a representar números de forma calculística, es decir, poniendo tantas cuentas (palotes o rayas verticales, en este caso) como unidades tuvieran que contar. Así nace el símbolo "I" para la unidad. Pero claro, cuando había muchas unidades, esta forma de escritura resultaba tediosa y poco práctica, así que, al igual que muchos de nosotros hemos hecho alguna vez, cuando llegaban a 10 unidades, tachaban el décimo símbolo "I" (I), lo que, al cabo del tiempo, dio origen al símbolo "X" para representar el número 10. Posteriormente, se observó que escribir hasta nueve veces el símbolo "I" para representar unidades, seguí siendo poco práctico y podía llevar a errores, por lo que, en algún momento de la historia, alguien decidió utilizar la mitad del símbolo "X" para representar la mitad de 10 (5): así nació el símbolo "V". Se presenta una versión alterna del origen de los números pequeños del sistema numeral romano en el libro The River Mathematics [Alfred Hooper. New York, H. Holt and Company, 1945]. Hooper alega que los dígitos corresponden a signos hechos con la mano. Por ejemplo, los números I, II, III y IIII corresponden a los números de dedos alzados a la vista de otra persona. Entonces, la V representa esa mano alzada con el pulgar separado de los demás dedos juntos. Los números del 6 a 10 se representan con dos manos como sigue (mano izquierda, mano derecha) 6=(V,I), 7=(V,II), 8=(V,III), 9=(V,IIII), 10=(V,V), y el símbolo X resulta de cruzar los pulgares o de alzar ambas manos formando una cruz.
En cuanto al resto de símbolos, la "C" era la inicial de Centum, la "M"
de Mil, aunque, según parece, originalmente se utilizó la letra griega digamma (Φ, como Phi) para representar el millar. De esta última notación, parece que se obtiene la "D" como símbolo para el 500, ya que "D" podría interpretarse como la mitad derecha de Φ. El 50 (L) se escribía de modos distintos: N, И, K, Ψ, ⋔, etc., pero tal vez el más frecuente era una forma como una flecha apuntada hacia abajo, como una V y una I encimadas: ᗐ. Ésta se había achatado hasta formar una ⊥ (una T invertida) para la época de Augusto , y poco después se había identificado con la letra L, que se le parecía gráficamente. Los romanos no reconocían el cero como númer HISTORIA DE LOS NÚMEROS ROMANOS
La historia de los números romanos puede ser marcada a lo largo de la
historia de la antigua Roma. Los registros más antiguos que representa el uso de números romanos se remontan al siglo octavo o noveno antes de Cristo. Su uso disminuyó con la caída de Roma en el siglo II dC y que pronto fueron sustituidos por números arábigos. El Imperio romano difundió en toda Europa, norte de África y Asia occidental su propio sistema de numeración, que todavía se utiliza en algunos contextos especiales. Este sistema utiliza letras como símbolos de varias unidades elementales. Una de las tantas teorías acerca del origen de este sistema de numeración explica que los primeros romanos, influenciados por los etruscos, comenzaron a representar números de forma calculística, es decir, poniendo tantas cuentas (palotes o rayas verticales, en este caso) como unidades tuvieran que contar. Así nace el símbolo "I" para la unidad. Pero claro, cuando había muchas unidades, esta forma de escritura resultaba tediosa y poco práctica, así que, al igual que muchos de nosotros hemos hecho alguna vez, cuando llegaban a 10 unidades, tachaban el décimo símbolo "I" (I), lo que, al cabo del tiempo, dio origen al símbolo "X" para representar el número 10. Posteriormente, se observó que escribir hasta nueve veces el símbolo "I" para representar unidades, seguí siendo poco práctico y podía llevar a errores, por lo que, en algún momento de la historia, alguien decidió utilizar la mitad del símbolo "X" para representar la mitad de 10 (5): así nació el símbolo "V". Se presenta una versión alterna del origen de los números pequeños del sistema numeral romano en el libro The River Mathematics [Alfred Hooper. New York, H. Holt and Company, 1945]. Hooper alega que los dígitos corresponden a signos hechos con la mano. Por ejemplo, los números I, II, III y IIII corresponden a los números de dedos alzados a la vista de otra persona. Entonces, la V representa esa mano alzada con el pulgar separado de los demás dedos juntos. Los números del 6 a 10 se representan con dos manos como sigue (mano izquierda, mano derecha) 6=(V,I), 7=(V,II), 8=(V,III), 9=(V,IIII), 10=(V,V), y el símbolo X resulta de cruzar los pulgares o de alzar ambas manos formando una cruz. En cuanto al resto de símbolos, la "C" era la inicial de Centum, la "M" de Mil, aunque, según parece, originalmente se utilizó la letra griega digamma (Φ, como Phi) para representar el millar. De esta última notación, parece que se obtiene la "D" como símbolo para el 500, ya que "D" podría interpretarse como la mitad derecha de Φ. El 50 (L) se escribía de modos distintos: N, И, K, Ψ, ⋔, etc., pero tal vez el más frecuente era una forma como una flecha apuntada hacia abajo, como una V y una I encimadas: ᗐ. Ésta se había achatado hasta formar una ⊥ (una T invertida) para la época de Augusto , y poco después se había identificado con la letra L, que se le parecía gráficamente. Los romanos no reconocían el cero como número por lo que no existe un símbolo o letra para representarlo. o por lo que no existe un símbolo o letra para representarlo.