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Alberto Castrillón Aldana 61

Historia de la ecología y su relación con la



tropicalidad en Colombia
Alberto Castrillón Aldana*

Resumen

Este artículo presenta un análisis arqueológico de la ecología como formación


discursiva, buscando entender de modo discontinuo su relación histórica
con los estudios sobre la tropicalidad colombiana. Interesa elucidar la tensión
que se produce históricamente entre lo local tropical y lo global bioesfera
para entender los funcionamientos del discurso ecológico en nuestro país.
Este interés coincide con la preocupación que desde hace unos veinte años
genera el medio ambiente. Inquietud que atraviesa discursos tan distintos
como el científico, económico, histórico, filosófico, antropológico, político,
técnico e industrial. Es así como la ecología como un saber integrador, permite
abordar problemas generales y objetos de saber específicos que tienen que
ver con el funcionamiento de las prácticas discursivas en nuestra sociedad.

Palabras clave: ecología, tropicalidad, historia, arqueología, práctica


discursiva, agrosistema.

Abstract

This paper presents an archaeological analysis of the ecology as a discursive


formation, seeking to understand in a discontinuous way its historical relation
with the studies concerning Colombian tropicality. The interest is elucidating


Artículo recibido el 10 de mayo de 2006 y aprobado el 15 de junio de 2006.
* Profesor de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín y Doctor en
Historia de las Ciencias de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales EHESS, París, Francia.

REVISTA HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 12, MEDELLÍN, NOVIEMBRE 2006, PP. 61-106
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the tension historically produced between the local tropical and the global
biosphere to understand the functioning of the ecological speech in our
country. This interest matches the growing concern that during the last 20
years environment has been generating. This preoccupation runs trough
speeches as different as the scientific, economic, historic, philosophic,
anthropologic, political, technical and industrial. This is how the ecology as
an integrating knowledge, allows to approach general problems and specific
knowledge objectives that are related to the functioning of the discursive
practices within our society.

Keywords: ecology, tropicality, history, archaeology, discursive practice, agro-


system.

1. Condiciones de posibilidad principales que hacen posible el funcio-


del discurso ecológico namiento de todas las formaciones
discursivas que han existido y existen
1.1. El saber y la naturaleza en el Renacimiento, en la Época Clási-
ca y en la Modernidad en lo concer-
Queremos aquí indagar sobre cuál niente a la naturaleza.
fondo de saber se constituye un discurso
que deviene práctica común y que ubi- Ahora bien, en el mundo
ca a un sujeto -el hombre- y a la natu- premoderno no existió diferencia entre
raleza como su opuesto y como objeto el afuera y el adentro. La episteme de
principal de conocimiento. Según esto la semejanza medieval funcionaba den-
debemos abordar, en primera instancia, tro del mundo cíclico, cerrado y finito
la concepción de la naturaleza en el Re- que imponía la bóveda celeste. Macro-
nacimiento ya que dicha concepción cosmos divino y microcosmos humano
está ligada a la invención de la pers- eran figuras de lo mismo: creación de
1
pectiva, invención que opera como Dios. Lo otro: el orden de las cosas, la
condición de posibilidad para la forma- representación de los espacios, la
ción de las diferentes miradas hacia la jerarquización del hombre, los anima-
naturaleza que vamos a estudiar. Sin les, las plantas y los minerales, la in-
esa invención, entonces, no sería posi- vención de la infinitud, comienzan a
ble entender la formación de ciertos ob- surgir desde el Renacimiento, modifi-
jetos de discurso, el icono botánico y el cando e inventando un nuevo espacio:
2
paisaje, los cuales son los mediadores la naturaleza. Esta naturaleza

1
Ver: Régis Debray, Vida y muerte de la imagen.
2
Historia de la mirada en Occidente, Barcelona, Cfr. Michel Foucault, Las palabras y las cosas,
Paidós, 1994, pp. 161-169. México, Siglo XXI, 1998, pp. 26-52.

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renacentista ya no es más una fuerza Kant con su crítica destituye los aprioris
oculta sino que deviene accesible a la -tiempo-espacio-naturaleza-, en bene-
razón humana. Ella existe gracias a un ficio de la producción de condiciones
conjunto de leyes que Dios ha estable- de conocimiento específicas según
cido en el mundo físico. Pero la exis- cada momento histórico. La
tencia de Dios no cierra el mundo sino historización de las condiciones de sa-
que ahora garantiza la inteligibilidad de ber permite mostrar a la Modernidad y
la naturaleza. Dios es un relojero. Des- en particular a la Ilustración como una
cartes, en el Discurso del método época de madurez, abierta a la crítica
(1637), sustituye el cosmos finito de de lo que antes de ella se tenía por ver-
3
Aristóteles por el espacio infinito y ho- dades incuestionables. (Kant, 1985).
mogéneo de la geometría. En este nue- Esta nueva Modernidad ya no se opo-
vo universo los cuerpos se mueven se- ne al mundo cíclico del Medioevo sino
gún un impulso interno ya que todos los al universo plano de las totalizaciones
movimientos de la materia proceden de del saber de la Época Clásica. No se
un primer impulso y se ordenan luego trata ahora de hacer corresponder el
mecánicamente. Las explicaciones saber con la naturaleza y así con él or-
mecanicistas hacen visibles las leyes denar el mundo, darle un lugar al hom-
generales, es decir, universales que ri- bre y a las cosas, sino de reconocer y
gen el funcionamiento de la naturale- acentuar las diferencias. Filologías com-
za. Dios es relojero de una sola y única paradas, anatomías, morfologías, pato-
naturaleza. La ciencia de la Época Clá- logías basadas en la comparación de
sica toma la forma de un discurso uni- elementos distintos, y geografía de las
versal, que constituye sus objetos de plantas se constituirán como saberes de
saber dentro de una unidad extensa, la diferencia basada en la comparación.
horizontal y homogénea llamada natu-
raleza. Con Galileo, la matematización Ahora bien, en lo concerniente a
de los procedimientos de explicación esta visualización de las condiciones de
también estará sometida a la prueba de posibilidad del discurso ecológico, insis-
la universalidad. Y, aunque Newton en timos en que ellas tienen que ver en-
su Principia Matemática (1683) anun- tonces de una manera discontinua con
ciara que las leyes de la física son le- la invención de esa mirada hacia la na-
yes que pertenecen a un discurso, el turaleza como un afuera compuesto que
de la física, y no a la naturaleza, será se produce con la utilización de la pers-
sólo después de la Crítica de la razón pectiva en los cuadros de José García
pura de Kant (1781) que comenzare- Hidalgo, de Jean de Vries, de
mos a considerar los conocimientos y
sus logros, como construcciones huma-
nas y no como elementos develados y 3
Emmanuel Kant, “Qu’est-ce que les Lumières?”,
derivados de una naturaleza que les en: Oeuvres Philosophiques, t. II, traducción de
preexiste. El espacio de saber que abre Heinz Wisman, Paris, Gallimard, 1985.

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Brunelleschi y de Piero della vo espacio visual de la representación.


4
Francesca. Los objetos aparecen ordenados según
el orden de la perspectiva, la cual se
La revolución provocada por la pers- convierte en una máquina de ver lo re-
pectiva en el arte abre el camino a la presentado. Las imágenes sustituyen a
observación de la naturaleza como los objetos verdaderos. La verdad del
aquello que se opone al sujeto que la objeto no aparece en la inmediatez de
mira. Esto sucede cuando se pasa de su presencia sino en la forma como lo
la representación de lo religioso en representamos en imágenes distintas.
iconos que mostraban a la Virgen o a Entre el sujeto y el objeto, la verdad se
los santos apóstoles en un único primer produce en la representación que el
plano, a la composición pictórica de primero se hace del segundo. La re-
momentos históricos del cristianismo presentación hace posible la permanen-
como la natividad o la crucifixión; mo- cia de los objetos representados, hace
mentos que involucran el uso de la pers- visible lo hasta entonces invisible y es
pectiva en la invención de distintos lu- allí donde la reproducción precede al
gares en el plano, para ubicar a los per- original.
5
sonajes. También emerge como acon-
tecimiento esta trasformación según la La naturaleza aparece así en los
cual comenzamos a mirar hacia la na- mundos alegóricos de las imágenes re-
turaleza, cuando aparecen en los pun- presentadas. Se muestra a través de la
tos de fuga paisajes lejanos como telón invención de la perspectiva que permi-
de fondo de las escenas religiosas. Así, te la construcción de la mirada y legiti-
se inventan esas condiciones que ha- ma el sentido normativo de la repre-
cen posible la mirada hacia la naturale- sentación. Codificación de la mirada en
6
za a través de la perspectiva. La pers- las parcelas de la representación, cuya
pectiva hará posible diferenciar la po- emergencia fulgurante en los siglos
sición de los objetos, es decir, propon- XVII y XVIII inundará el mundo de
8
drá una jerarquización de los objetos en imágenes botánicas. La planta se ex-
el espacio. Se racionaliza así la repre- trae de la tierra, se clasifica y se guar-
sentación del espacio produciendo efec- da en los gabinetes de historia natural.
tos visuales convincentes que se tra- El icono que la representa se exhibe
7
ducirán en imágenes. El paisaje apa- como imagen de verdad. La planta na-
rece en esas imágenes que son el nue- tural está en el icono que la reproduce
“tal como es en la naturaleza”. La plan-
4
Ver: Javier Navarro de Zuvillaga, Imágenes de
la perspectiva, España, Ediciones Siruela, S.A. 8
Cfr. Yves Laissus, “Les voyageurs naturalistes
1996, 544 p.
5
du jardin du roi et du Muséum d’histoire naturelle:
Régis Debray, Op. cit. essai de portrait-robot”, en: Revue d’Histoire des
6
Ibíd. Sciences (3-4), XXXIV, Paris, PUF, 1981, pp.
7
Javier Navarro de Zuvillaga, Op. cit. 259-317.

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ta recolectada yace mustia en el her- formas de legitimación de lo visible y


bario que guarda en su inventario la de lo enunciable de esa gran formación
prueba oculta de que existió. discursiva que es la historia natural.
Estetización icónica de unas plantas que Estos iconos botánicos son verdaderas
aparecen en unas imágenes nítidas que máquinas de ver, desde donde se pue-
buscan decirlo todo: hacer correspon- de observar una gran discontinuidad
der saber y naturaleza mediante la lim- entre la naturaleza implícita del mundo
pidez de la representación. Pero, real- preclásico y las formas de la exteriori-
mente, la composición del cuadro es zación de esas plantas, más reales en
una elaboración pictórica que muestra cuanto mejor representadas. Lo que
una planta donde muchas veces se exa- existe para el saber clásico de la natu-
geran sus formas a fin de hacer visible raleza es la verdad de la representa-
claramente los pétalos, el pistilo, los ción y la eficacia de la mirada. Aquí
estambres, los sépalos, el tallo, las flo- existe la naturaleza como pretexto de
res, etc... Emergen entonces objetos del las imágenes que permite elaborar, pro-
saber para la botánica en esta episteme duciendo una autonomía de la repre-
de la representación: los iconos botáni- sentación.
cos, los herbarios, los gabinetes de his-
toria natural y los jardines botánicos. Esta mirada naturalista hacia iconos
En el icono botánico se organiza lo vi- y paisajes en los espacios de la repre-
sible y se produce la imagen represen- sentación es también un acontecimien-
tada de la planta como instrumento de to cultural que afecta las subjetivida-
saber fundamental para el conocimien- des colectivas. Nuevas maneras de ver
to de la naturaleza en la Época Clási- y nuevas formas de decir se configu-
ca. Esta representación icónica surge ran en el espacio de la representación.
como espejo del mundo y busca confi- En este sentido, los vegetales no son
gurar una relación transparente entre sólo elementos de una naturaleza natu-
lo visible y lo enunciable. Se muestra ral sino más bien objetos de saber y
todo lo que se puede ver y se produce artificios fabricadores de nuevas sub-
un discurso clasificatorio “fiel” a todo jetividades. No sólo la historia natural,
lo que está en la imagen. Estas mane- sino también las distintas ramas de la
ras de decir y de ver y sus condiciones biología y la ecología misma produci-
tan “exactas” de verosimilitud comen- rán y serán producidas por las trans-
zarán a darle un estatuto de validez formaciones de estas formas de ver y
superior a la verdad científica en la de enunciar. La historia de la mirada
Época Clásica y sobre todo en la Mo- se inscribe en la historia de unas prác-
dernidad. Aparentemente la ciencia ticas discursivas que permite compren-
habla de lo verdadero que es lo que der cómo comienzan a funcionar los
evidentemente existe porque se ve. dispositivos de producción de saber en
Este espacio de la naturaleza represen- las ciencias. La eficacia histórica de la
tada es el lugar donde se fabrican las representación tiene que ver entonces

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con nuestra tendencia a oponer las ver- gano que nos sirve para ver ni el filtro
dades de las ciencias a los artificios del a través del cual vemos. De la misma
arte; el original a la copia en serie; la manera que no nos podemos colocar
realidad a la ficción. Aquí optamos por por fuera del lenguaje para hablar de
descomponer el funcionamiento de él, ya no nos podemos colocar por fue-
esas oposiciones en beneficio del estu- ra de la perspectiva para percibir las
dio arqueológico de unas prácticas plantas. Es esta perspectiva, invención
discursivas, constitutivas de lo verosí- histórica fechada, la que hace posible
mil, con el fin de hacer ver la represen- la fundación, primero de la iconografía
tación de la naturaleza como un artifi- botánica (siglos XVII y XVIII) y luego
cio en relación con otros artificios y del paisaje (siglos XIX y XX) como
como un dispositivo del saber clásico. objetos de saber e instaura un orden
Buscamos el punto de articulación en cultural (sentido y norma), en el cual
el cual el artificio icono botánico se une se aloja imperativamente la percepción.
con la naturaleza que suplanta y toma
su lugar. Trabajo éste que analiza la De otra parte, todo un proceso de
producción histórica de imágenes-na- adaptación de lo percibido como planta
turaleza. y también como paisaje en perspectiva
ha sido posible gracias a un reajuste
De acuerdo a lo expuesto hasta aquí, permanente producido por medio de las
la operación que asegura el transporte prácticas discursivas y los saberes que
de una planta a su imagen es una ope- los han tenido como objetos de estudio.
ración discursiva. Así, en lo que con- Es decir, hemos ido transformando la
cierne a la vegetación, la botánica de apariencia y no la realidad. Hemos ido
los siglos XVII y XVIII ofrece su es- ajustando los hechos a la formación de
tructura de saber a la elaboración de ciertos saberes -botánica, taxonomía,
una articulación específica entre ima- biología vegetal, geografía de las plan-
gen y realidad, todo ello en relación con tas, ecología. Esa percepción implícita
otro acontecimiento fundador: la pers- funciona entonces en la producción de
pectiva. Esta funda y legítima la forma unas formas de visibilidad y de enun-
imagen-planta y asegura el transporte ciación que no nos permiten ser cons-
de lo artificial -la representación de los cientes cuando utilizamos esos artificios
objetos naturales en un plano- sobre lo para percibir, admirar o disfrutar de un
natural -la manera como vemos todo icono botánico o de un paisaje. Cree-
objeto en el espacio-naturaleza. La mos fundamentalmente hacer simple
perspectiva le da forma a la realidad y uso de nuestros sentidos: la planta tan
elabora una imagen que tomaremos por exactamente dibujada, el cielo tan puro,
real construyendo un hábito perceptual. la vegetación tan verde, el mar tan infi-
La perspectiva hace implícita la per- nito: simple conjugación de formas sim-
cepción en perspectiva y hace visible bólicas y de mínimas transposiciones de
el hecho de que no podemos ver el ór- sentido. El mar deviene una llanura y

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la transparencia hace intensamente que oponen lo mismo a lo otro, pero no


verde el verde del verde. Nuestras pro- es sólo esto, sino más bien se trata de
pias construcciones paisajísticas, las una confrontación de sentido donde los
reales -nuestros jardines- las de ficción funcionamientos del saber y las lógicas
-nuestros sueños-, son posibles por fun- de sentido producidas, actúan como
cionamientos distintos del lenguaje máquinas de ver que orientan la mira-
dentro de prácticas discursivas diver- da y producen sentidos normativos con
sas. Las operaciones que nos ayudan el fin de destruir y deslegitimar el sen-
a reconocer la forma icono y la forma tido de lo que se les opone. Ni el icono
paisaje a través del lenguaje están liga- botánico ni el paisaje son la naturaleza
das a muchas formas de saber. Las sino más bien su fábrica, en tanto que
naturalezas del icono y del paisaje son obedecen a unas leyes de producción
entonces tan múltiples como las pro- de conceptos, de enunciados y de ob-
ducciones de la botánica y de la geo- jetos discursivos. Es decir, las repre-
grafía de paisajes, pero también los sentaciones de la naturaleza no perte-
paisajes de la naturaleza y los iconos necen a la expresión única de datos
botánicos en su diversidad multiplican sensoriales y de formas sino que son
sus formas de aparición en los saberes. elaboradas y han sido legitimadas en
Así, el enunciado planta y el enunciado su forma a través del funcionamiento
paisaje son enunciados culturales que de las prácticas discursivas. Por esto,
se hacen posibles por formas específi- el estudio de la formación discursiva
cas construidas por saberes. “historia natural”, como lo hacemos
funcionar aquí, busca hacer visible la
El orden del discurso producido por manera como la imagen-icono-planta se
estos saberes le da contenido a esa for- ha constituido en relación con las ope-
ma cultural que hace del icono y del raciones de formación de conceptos que
paisaje naturalezas para los espectado- han servido para la constitución de esa
res que, al admirarlos, creen encontrarse fábrica de naturalezas.
frente a un espectáculo puro con el cual
se comunican sin mediaciones. Ahora Ahora bien, la perfección natural del
bien, la idea de que la planta aislada en icono-planta le ha dado a la naturaleza
iconos y el paisaje producen una emo- una transparencia natural que la ha sa-
ción pura vinculada al ejercicio inme- cado de la historia. Cuando la natura-
diato y simple de nuestros sentidos, está leza sale intacta de esa aventura histó-
ligada no solamente a la manera como rica en la que la cultura juega un rol
hemos opuesto naturaleza a cultura sino destructor, entonces la perfección del
a la confrontación que hemos genera- icono y del paisaje nos ofrece el resul-
do a partir de esas dicotomías que ya tado de la victoria de la naturaleza en
mencionamos. Es decir, generalmente el combate contra la destrucción gene-
cuando evocamos antítesis pensamos rada por la manipulación humana. En
que se trata de un asunto de posiciones apariencia, la cultura es lo contamina-

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do y lo que generalmente falla; el pai- forma pura de comunicación con la


saje y la planta, por el contrario, nos naturaleza. Tenemos el sentimiento ín-
invitan a recogernos en la transparen- timo de perfección cuando nuestra na-
cia de la naturaleza para sentirnos no- turaleza íntima se relaciona con la na-
sotros mismos transparentes. Si admi- turaleza verdadera. Doble garantía: ya
tiésemos estos criterios como resulta- que garantizan ambos lo natural -lo in-
dos de validez absolutamente legítima mediato, lo espontáneo, lo puro, lo prís-
y no como resultados de una confron- tino- de nuestra naturaleza interior. Esta
tación histórica, no podríamos analizar doble garantía es la referencia que ne-
la forma de constitución de esos obje- cesitamos para realizar una comunica-
tos de saber -la planta y el paisaje. ción perfecta que se da de lo mismo a
lo mismo, de nuestro espíritu natural
Teniendo en cuenta lo expuesto has- hacia el espíritu natural de la represen-
ta ahora podemos decir que es el ca- tación botánica y paisajística, es decir,
rácter implícito según el cual la inven- son ellos los que nos dan la clave del
ción de la perspectiva ya no es sólo in- acuerdo armónico que establecemos
vención de un marco de percepción con con la naturaleza. Sabemos de la vi-
respecto a disposiciones objetuales sino gencia de todo esto en nuestra actual
también determinismo en relación con época de la Nueva Era y de los
la mirada, lo que hace que la planta y el ecologismos. La búsqueda de una ar-
paisaje tengan una forma implícita que monía, de un equilibrio -conceptos que
los relaciona siempre con la perfección. tienen un proceso de formación histó-
Ni el icono botánico ni el paisaje tienen rica problemático que estudiaremos
cómo ni por qué, puesto que siempre más adelante- en relación con la natu-
están allí, en la cosa natural y son obra raleza, que hagan posible el surgimien-
perfecta que se presenta como natura- to de una energía pura y de una comu-
leza. Paisaje y planta son perfectos jus- nicación pura entre los seres humanos
tamente porque son naturales y la per- y de ellos en relación con los animales
fección es lograda precisamente por- y las cosas, está al orden del día. Tam-
que creemos que no existe ninguna bién lo está, el re-encantamiento del
mediación entre la naturaleza y la for- mundo y de sí mismo a través de la
ma que le dio sentido como naturaleza. potenciación sensorial que se recoge de
Estos dos instrumentos epistémicos una naturaleza no contaminada. Las
borran su trabajo de elaboración y de ideas proteccionistas con respecto a los
fabricación cultural, borran también las paisajes que guían los ecologismos, do-
mediaciones sensoriales, borran los minan. Esta nueva alianza con la natu-
conceptos y de esta manera planta y raleza rechaza el imperio técnico y tec-
paisaje como naturaleza, siendo una nológico como productor de un desor-
forma de la exterioridad, se convierten den único. Promueve el encuentro con
en pura interioridad o más bien en una una interioridad que atrapa el sentido
interioridad (la nuestra) que busca su profundo de los seres y de las cosas.

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Intensifica esa interioridad humana co- 1.2 Otros problemas


locando en ella toda forma de exterio- históricos en la formación de
ridad cósmica y natural.
la Ecología
Ese sentimiento de perfección en la
En términos de condiciones de po-
comunicación que se produce cuando
sibilidad de la ecología lo que nos inte-
nos sentimos paisaje, nos enceguece
resa resaltar aquí son aquellas posicio-
con respecto a la presencia del paisaje
nes de sujeto propias del funcionamiento
como artificio, y por esto el paisaje ha
de las prácticas discursivas que desde
tomado el lugar de la naturaleza y la
la Época Clásica hasta la Modernidad
percepción sensible ha sustituido el con-
se relacionan de manera problemática
cepto y el objeto por la inmediatez de
y discontinua con los conceptos más
una interioridad natural.
importantes de la ecología. Para lograr
En síntesis, interesaba hacer énfa- esto utilizaremos la actualidad de la
sis en que todo trabajo sobre la natura- existencia de un concepto como el de
leza pertenece al universo de lo ecosistema, que permite integrar el dis-
discursivo, es decir, a la historia de los curso ecológico contemporáneo. Par-
saberes que se ocupan de ella, a las timos de esa concepción que deriva del
confrontaciones entre las distintas teo- funcionamiento del concepto
rías, a las discontinuidades creadas por ecosistema y que prima en el discurso
nuevas formas de comprensión del vi- ecológico, según la cual el viviente no
viente. Todo este dispositivo que, por se entiende aislado sino a través del sis-
ahora, tiene que ver con las primeras tema de relaciones que lo hace posible
condiciones de posibilidad del discurso y que él hace posible. Ahora bien, el
ecológico, y que muestra a la naturale- debate acerca de la comprensión del
za como una fabricación en relación viviente como un elemento aislado o
con el arte, con múltiples saberes -his- integrado a otros vivientes que convi-
toria natural, taxonomía, iconografía ven y compiten con él, pertenece tanto
botánica, geografía botánica, etc.-, y a la Época Clásica como a la Moderni-
con la historia de la mirada, intenta dad. Lo importante en este momento
mostrar al espacio natural como un pro- es mostrar que los dominios de objetos
blema histórico discontinuo y no como y de conceptos asociados a este deba-
un espacio fijo que puede aparecer a te son muy distintos según se trate de
través de la espontaneidad de la mira- la historia natural o de la ecología. No
da y que se puede proteger contando interesa entonces trazar una línea de
con las buenas intenciones de algunos continuidad con respecto a dicho de-
sujetos. bate sino mostrar sus comienzos, que
se hacen más relevantes mientras más
sea posible considerarlos en su diferen-
cia específica. Dicho debate está pre-
sente entonces desde Linneo, en sus

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conceptos de economía natural y de el cual tienden. La función del hombre


equilibrio de la naturaleza; en consiste en mantener un cierto equili-
Bernardin de Saint-Pierre, en su con- brio entre los diferentes componentes
cepto de armonía de la naturaleza; de la naturaleza. Estos conceptos de
en la demostración que realiza Alejan- economía, equilibrio y también el de
dro de Humboldt del funcionamiento de gobierno de la naturaleza son produci-
la geografía de las plantas; en Augustin dos por el mismo sujeto que logra -con
Pyramus de Candolle, cuando hace una la publicación del Systema Naturae (13
explicación florística de los problemas ediciones de 1735 a 1778), de la Filo-
de distribución geográfica de las plan- sofía botánica (1751) y de las Species
tas; y obviamente en Darwin, cuando Plantarum (1753)- producir el sistema
en la teoría de la evolución modifica de de ordenamiento del mundo natural que
manera definitiva las formas de com- dominó la clasificación botánica durante
prensión que hasta entonces se tenían largo tiempo. Es decir, Linneo conside-
del viviente, involucrándolo en la histo- ra fundamental para conocer al vivien-
ria discontinua de la vida y rompiendo te aislarlo en la cuadrícula taxonómica
con el fijismo de casi todas las consi- y comprenderlo integrado a la natura-
deraciones anteriores. Tal como lo ha leza mediante esos conceptos de eco-
demostrado Jean-Marc Drouin en su nomía natural y de equilibrio de la
conferencia “La biodiversité: une naturaleza. Dos posiciones aparente-
9
nouvelle version d’un débat ancien?”, mente opuestas, pero que formarán
el concepto de economía de la natura- parte integrante del debate naturalista
leza proponía una teoría global del equi- hasta nuestros días. En Linneo esos
librio de la naturaleza. Según Linneo en acoplamientos perfectos de los vivien-
La economía de la naturaleza (1749), tes son obra del Dios Creador. El natu-
la proporción producida por las manos ralista sueco provee en sus trabajos dos
creadoras entre herbívoros, carnívoros, tipos de herramientas epistémicas: la
pájaros, peces e insectos, hace posible clasificación de los seres vivos para
la existencia permanente de la natura- entender minuciosamente la perfección
leza. El soberano creador dispuso a los de los procesos de integración y la ex-
seres naturales para fines comunes y plicación global de la congruencia divi-
con funciones recíprocas; tal disposi- na del mundo natural. La clasificación
ción se traduce en la composición de linneana consiste en un sistema de cla-
múltiples acoplamientos que producen sificación jerárquica y de nomenclatu-
una naturaleza perfecta. Las partes de ra binomial, que presupone que todas
la naturaleza componen un todo hacia las especies y todos los géneros son fi-
jos e inmutables. Todo género natural
9
ha sido creado como tal desde su ori-
Jean-Marc Drouin, Coloquio “Le concept de gen y obedece al plan morfológico de
biodiversité: perspectivas disciplinaires et pratiques
communes”, Universidad de McGill, Montreal, 14- toda la creación. La composición y la
16 de mayo de 1996. delimitación de los géneros no puede

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generar ninguna incertidumbre: se rea- binetes de historia natural y en la ico-


liza de acuerdo a las semejanzas nografía botánica.
geométricamente visibles en la fructi-
ficación. Se trata de separar de los gé- Bernardin de Saint Pierre en sus
neros las especies que no encajen en Études de la Nature (1784) utiliza el
esos parámetros de identidad y ubicar- concepto de armonía de la naturale-
las en otro género donde se acomoden za con el fin de mostrar que el verda-
a las exigencias de la similitud dero objetivo del estudio naturalista
morfológica. La gran distinción linneana debería consistir en captar las visiones
que fundamenta todo su sistema de cla- de conjunto del funcionamiento de la
sificación se produce en la diferencia- naturaleza. A Saint Pierre no le intere-
ción de los géneros. La clasificación sa la minucia de la taxonomía botánica
sistemática de la botánica linneana se ni la considera un elemento previo y
constituirá en un modelo fuerte para el necesario para todo análisis global.
conocimiento de todos los seres vivos. Desprecia esa práctica considerándo-
A pesar de las oposiciones de Buffon, la como obstáculo al conocimiento ver-
para quien la diversidad de la naturale- dadero de los encadenamientos nece-
za no se podía encerrar en los límites sarios y globales de los vivientes. Así
de la cuadrícula taxonómica, el éxito del como en su Paul et Virginie es la inten-
Sistema Naturae tiene aún resonancias sidad total del paisaje tropical de L’Île-
en la actualidad de los sistemas de-France -hoy Isla Mauricio- la que
cladísticos de clasificación. Sin contar proporciona el marco necesario para la
con estudios filogenéticos, las figuras intensificación amorosa de los jóvenes
de la formas que aparecen en ese or- amantes; en sus estudios de la naturale-
denamiento morfológico del siglo XVIII za lo que interesa a Saint Pierre es el
todavía dialogan de manera problemá- conjunto, la percepción total del paisaje.
tica con las de la actualidad. Quizá sea por esto que la construcción
del concepto geografía de las plantas en
Con todo, el éxito del sistema de cla- Saint Pierre no corresponde a una dis-
sificación propuesto por Linneo va de continuidad como la que producirá
lo particular a lo universal e involucra Humboldt, ya que los elementos botáni-
los principios generales de una econo- cos de la clasificación serán indispen-
mía de la naturaleza. El orden natu- sables a todo análisis fitogeográfico.
ral está dado para Linneo en función
de tres factores: la propagación de las Ahora bien, Alejandro de Humboldt
especies (extensión universal de la na- con su viaje a la América equinoccial
turaleza), su distribución geográfica (en “tropicaliza” el conocimiento de los vi-
relación con su localización, es decir, vientes. Sin embargo, aquí es pertinen-
como dato importante de la clasifica- te hacer una aclaración en relación con
ción y no como problema), y su con- el concepto de tropicalización: la desig-
servación en jardines botánicos, en ga- nación geográfica más utilizada en el

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72 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

siglo XVIII y en gran parte del XIX Después de realizada esta corta
para referirse a los trópicos toma como explicación, podemos continuar con el
eje la línea ecuatorial. Se habla enton- estudio de la formación de una geogra-
ces de viajes del ecuador hacia tal lu- fía de las plantas, que en el caso que
gar o cerca de la zona ecuatorial. Tam- tratamos ahora utiliza las regiones ecua-
bién se utiliza el concepto de equinoc- toriales para darle sentido a la elucida-
cio. Si bien es escasa la aparición de la ción de los problemas que consideraba
palabra tropical, lo que se va atribuyen- claves en el conocimiento del viviente.
do en las investigaciones naturalistas a Es así como Humboldt hace de la mon-
las regiones ecuatoriales, participará en taña tropical un paradigma para el co-
la formación del sentido del concepto nocimiento fitogeográfico de la natura-
de trópico a finales del siglo XIX, cuan- leza, ya que lo que ella reproduce en
do sean publicados libros como el de altitud, en términos de variación
Jean Constantin, La nature tropicale paisajística, sucede en todas las latitu-
(1899), que definen ampliamente el des a diferente escala. Según la latitud,
concepto de trópico en relación con la las zonas climáticas van del ecuador a
especificidad del clima, de la vegeta- los polos: el bosque tropical o ecuato-
ción y de los parásitos. Es decir, todo rial, la sabana, el desierto, la estepa, el
un trabajo de elaboración comienza en bosque temperado de hojas caducas, el
estos viajes de Humboldt antes de que bosque de coníferas y la tundra. Según
se aclare el concepto. En historia de la altitud, la sucesión en altura conlleva
las ciencias es importante analizar los una sucesión de tipos de vegetación en
procesos de formación de los concep- forma de bandas que rodean las mon-
tos -teniendo en cuenta que no se trata tañas y que sufren variaciones a cada
de anticipar su funcionamiento eficaz nueva delimitación de altitud, reprodu-
dentro de una formación discursiva sino, ciendo por pisos todos los diferentes ti-
más bien, de tener en cuenta sus diver- pos de vegetación que se pueden en-
sas procedencias-, y no sólo prestar contrar bajo todas las latitudes. La alti-
atención a la circulación muda de las tud condiciona la distribución del calor
designaciones. Algunas veces puede en la superficie de la tierra, ya que el
aparecer la palabra sin que se forme relieve de su superficie se ha erigido
verdaderamente el concepto, este es en mesetas que se reparten en varios
justamente el caso de la historia de la pisos y se encuentra salpicada de mon-
ecología y, en otras, varias designacio- tañas que forman cadenas más o me-
nes logran concretarse paulatinamente nos largas dominando las cimas esca-
en un concepto que las acoge y aclara lonadas aún más elevadas. La tempe-
las ambigüedades que generaba la pro- ratura en las montañas disminuye a
cedencia y el uso de múltiples designa- medida que se asciende. Un volcán muy
ciones, y este es el caso del concepto alto situado sobre la línea ecuatorial está
de trópico. cubierto en su cima de nieve perpetua.
Así, el Chimborazo en la Cordillera de

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Alberto Castrillón Aldana 73

los Andes representa, en un espacio Además de los bosques, se obser-


bien delimitado a causa de la disminu- van las landas y los terrenos de
ción de la temperatura, todos los cam- gramináceas que sobre las montañas
bios que se constatarían a lo largo de americanas forman las características
una sucesión más lenta que iría desde de los páramos con especies del géne-
el ecuador a los polos. El naturalista ro Calamagrostis, Festuca, Aira,
prusiano compara los dos hemisferios Sporobolus ; Composáceas del géne-
de nuestro globo con dos enormes mon- ro Espeletia y Culcitium, Ombelíferas,
tañas que se juntan y se confunden en Leguminosas y Crucíferas variadas.
su base.
La situación de la cadena montaño-
Las montañas tropicales, a causa de sa de los Andes es muy singular, pues-
su disposición en altitud, poseen domi- to que está en contacto con el bosque
nios florísticos diferentes, puesto que tropical y el Gran Chaco, en donde se
se escalonan según límites altimétricos encuentran árboles de balso, de made-
y climáticos que designan tipos de ve- ra de rosa, de palisandro y otras esen-
getación bien diferenciados entre ellos. cias preciosas. Naturalmente, la exten-
Estas montañas se elevan generalmen- sión de los Andes en el sentido norte-
te por encima de las llanuras domina- sur conlleva una variabilidad importan-
das por el bosque ecuatorial, por los te de flora. A un bosque húmedo y fron-
bosques tropicales de tipos diferentes doso que llega a los 3.500 o 4.000 me-
y por las sabanas. Algunas especies tros de altitud, sucede un matorral a
nacidas en estas regiones, en ciertas base de Mírica y de Polilepis con
condiciones, ocupan las inclinaciones licópodos, de musgos y de líquenes.
más bajas. Son con frecuencia los bos- Otros lugares están en los Andes sep-
ques de coníferas los que trepan, como tentrionales: los Páramos o los
por ejemplo los de Podocarpus, con Pajonales y su estructura monótona a
los pinos y los abetos: Pinus base de Herbáceas y de pequeños ar-
montezumae y Abies religiosa de bustos que sobrepasan con frecuencia
2.000 a 3.500 metros de altitud bajo el las alturas de 4.000 metros. Las más
trópico americano. Los Pinus grandes altitudes de los Andes se en-
hartwegii y Juniperus tetragona su- cuentran con frecuencia ocupadas por
ben hasta 3.500 y 4.000 metros. la puna, o por tierras frías, pastos de
llamas o de vicuñas. Está caracteriza-
Los bosques que pueblan las monta- da por los géneros Stipa, Festuca,
ñas tropicales están entonces compues- Culcitium, Pourretia, Polylepis,
tos de coníferas tipo Abies, Picea, Lupinus, Azorella y algunas
Pinus, Cedrus, Podocarpus y cactáceas. Evidentemente, la vegeta-
Juniperus procera. Encontramos tam- ción escasea con la altitud, hasta con-
bién helechos arborescentes, que alcan- vertirse en formaciones diseminadas
zan y pasan los 2.000 metros de altitud. que recuerdan bien sea la de las este-
pas de altitud o las de la tundra, con

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zonas descubiertas ocupadas por algu- en la que viven los diferentes animales
10
nos líquenes y algas terrícolas. de los trópicos.
Con el fin de abarcar toda esta di- Este corte de distribución geográfi-
versidad vegetal presente en una mon- ca es uno de los instrumentos
taña tropical, de establecer un modelo epistémicos más importantes para los
de sucesión de tipos fisonómicos y de análisis que hacen parte de la geogra-
comprender así la distribución de los fía de las plantas. Se convierte en la
vegetales sobre la superficie del globo herramienta más apropiada para la des-
según la repartición de estos tipos cripción espacial de la distribución de
fisonómicos que delimitan las regiones las plantas sobre el globo terrestre. En
naturales, Humboldt propone una dis- la Flora Laponia publicada en 1812,
tribución de las especies vegetales en Wahlenberg incluye un corte con ano-
un corte geográfico dibujado por taciones botánicas y geográficas -Re-
Shomberger. Fue impreso en colores en gio Subalpina Betulam albam tantum
gran formato y representa un corte que alens. En su De vegetatione et
pasa por la cima del Chimborazo y va climate in Helvetia Septentrionali, de
desde las riberas del mar del Sur hasta 1813, incluye igualmente un mapa de
las del Brasil. Sobre este mapa se en- distribución geográfica que representa
cuentra indicada la progresión de la el corte transversal de una montaña con
vegetación desde el interior de la tierra los nombres de las especies de plantas
en donde habitan las plantas que crecen en diversas latitudes.
criptógamas hasta la vegetación de las Joachim Schown publicó en 1824 otro
nieves perpetuas. El nombre de cada mapa de distribución geográfica en su
especie está inscrito a la altura donde Plantegeographisk Atlas que hace
dicha especie se encuentra general- parte del Grundtraek til en almindelig
mente en la naturaleza según las medi- Plantegeographie. Candolle dibujó en
das determinadas por Humboldt. Ca- 1855 dos mapas en los cuales están
torce escalas colocadas a lado y lado descritas 32 nuevas especies descubier-
del cuadro hacen referencia a la com- tas en Europa. En síntesis, podemos ver
posición química del aire, a su tempe- mediante el corte fitogeográfico una
ratura, al estado higroscópico y ilustración del despliegue de un tipo de
cianométrico, a los fenómenos eléctri- análisis botánico que va más allá de la
cos, a la refracción de la luz solar, a la nomenclatura y de la clasificación. Es
disminución de la gravitación terrestre, pertinente insistir en el hecho de que
al cultivo del suelo e incluso a la altura este corte botánico no constituye el lí-
mite donde se detiene la geografía de
las plantas. Él ofrece, al contrario, los
10
elementos denotativos de esta geogra-
Ver: Alberto Castrillón, Alejandro de fía como algunos de los puntos de an-
Humboldt. Del catálogo al paisaje, Medellín,
Universidad de Antioquia, 2000, 215 p. claje de una nueva teoría sobre los vi-

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Alberto Castrillón Aldana 75

vientes que estamos describiendo. Se Hasta aquí las diferencias que nos
hace visible entonces el juego de ha parecido pertinente resaltar entre las
complementariedad y no de oposición diferentes posiciones de sujeto que
entre taxonomías y geografías pero te- emergen de la historia natural y otras
niendo en cuenta la primacía de la ex- que surgen de la fitogeografía. Las pri-
plicación fitogeográfica. Se puede tam- meras se inscriben todas en el univer-
bién notar la diferencia en el uso de la so fijo e inmutable de la creación divi-
representación ya que ahora se privile- na y están en relación con el funciona-
gia la mirada de conjunto y no la planta miento de la teología natural; las segun-
aislada. El gesto que caracteriza al nue- das, si bien están inscritas aún en una
vo naturalista de comienzos del siglo explicación deísta y creacionista del
XIX, ya no es el de sacar la planta de universo, reconocen unas diferencias
la naturaleza para incluirla en el herba- tan problemáticas en las formaciones
rio sino -y aquí se hace visible de ma- terrestres -en lo que concierne a la ve-
nera condensada la discontinuidad-, más getación, a los climas e inclusive a las
bien, para volverla a la tierra, deposi- costumbres humanas-, que comienzan
tarla en el suelo junto a sus vecinas a a dudar no de la presencia de un crea-
fin de que constituyan paisajes. Así, dor pero si de la inmutabilidad de su
Agustin Pyramus de Candolle, en su creación.
Geographie botanique raisonnée
(1855), explica la historia del reino ve- De otra parte, si bien sabemos ya
getal como la aparición sucesiva de di- que en el siglo XVIII el concepto de
ferentes grupos. Entiende el estudio de evolución hacía referencia a los proce-
la distribución geográfica en función de sos de crecimiento del óvulo fecunda-
la comprensión de las formas de repar- do hasta el adulto y que por lo tanto se
tición en regiones botánicas de las inscribía en un contexto completamen-
especies vegetales. Coincidiendo con te fijista y creacionista de la especie, el
Humboldt en la utilización de informes sentido de la evolución como
de tipo climático para el estudio trasformación de las especies en el
fitogeográfico, hace también énfasis en transcurso de los tiempos geológicos,
explicaciones de tipo florístico. Es de- producto de las investigaciones de
cir, busca una cierta paridad entre ex- Charles Darwin, modificará de mane-
plicación florística y comprensión ge- ra radical la compresión que hasta en-
neral del funcionamiento de las asocia- tonces se tenía de los seres vivos. An-
ciones vegetales.
11 tes de Darwin se buscaba sobre todo
entender la generación, es decir, la
similitud entre individuos de una misma
especie. Después de Darwin el proble-
ma pasó a ser el de la transmisión de
11 las variaciones individuales y el de
Ver: Drouin, Réinventer la Nature, Paris,
Desclée de Brouwer, 1991, 207 p. la explicación de la producción de esas

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76 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

variaciones. La acumulación de esas tanto con la biología que le precedió


variaciones tenía que explicar la for- como con la que seguirá con los traba-
mación progresiva de las especies. jos de ecología es el de adaptación. El
Para Darwin no existe diferencia en- concepto de adaptación y su
tre la herencia y el desarrollo. Un ca- reformulación tendrán como condición
rácter no es algo creado y fijo sino que de posibilidad la lectura minuciosa que
es una disposición concreta de materia Darwin realiza de la Geografía de las
y movimientos; explicar su transmisión plantas de Humboldt. Limoges leyó
supone explicar cómo ese carácter cuidadosamente los Cuadernos de via-
vuelve a aparecer en la descendencia. je del Beagle y refutó el rol decisivo
Así, Darwin refutó por completo la teo- atribuido a Malthus y al problema de la
logía natural y explicó los procesos evo- población y los recursos, en el pasaje
lutivos con los conceptos de adaptación, heurístico de la selección artificial a la
lucha por la existencia, competencia, selección natural. La reelaboración de
selección natural. La evolución de las toda la teoría de la selección natural
especies es un proceso histórico gene- tendrá que ver con la definición del
ral e irreversible. Toda especie animal concepto de adaptación en relación con
cambia con el tiempo gracias a la se- las explicaciones biogeográficas. La
lección natural ejercida desde el medio distribución geográfica afectará la for-
ambiente, y el cambio, de cuando en mación de las especies nuevas. Para
cuando, desemboca en la bifurcación Humboldt, la geografía botánica esta-
de una especie en dos. Con el transcu- blece descriptivamente la distribución
rrir del tiempo las especies se van trans- de los vegetales, y ya hemos visto la
formando en otras más numerosas y relación que tiene esta distribución con
afinadas. La dimensión histórica cum- fenómenos de temperatura, de clima y
ple una función heurística en el domi- de suelo. Darwin considerará el pro-
nio de las ciencias de la naturaleza y blema de la distribución de los vivien-
destituye la función antes primordial de tes teniendo en cuenta estos aspectos
las explicaciones fijistas. biogeográficos, pero introduciendo la
noción de tiempo geológico. Así, pro-
Sin embargo, tal como lo ha mos- blemas que eran insolubles desde el
trado admirablemente Camille Limoges punto de vista de la geografía zoológi-
12
en su libro La sélection naturelle, si ca o botánica, serán comprendidos a
bien el abandono del fijismo y del través de la selección natural. Darwin
creacionismo son consecuencias sobre- conecta entonces biogeografía y trans-
salientes del trabajo de Darwin, el con- formación de las especies y reelabora
cepto que hace posible una articulación el concepto de adaptación, no en fun-
ción de una explicación transformista
sino geográfico-temporal. Por esto he-
12
Ver: Camille Limoges, La Selection Naturelle, mos hecho todo este recorrido que vie-
Paris, PUF, 1970, 181 p. ne del concepto de economía de la na-

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13
turaleza y de equilibrio natural, pasan- Vernadsky en La Biosphère (1929),
do por el de armonía de la naturaleza, elemento fundamental de la ecología
para luego hacer visible esta relación contemporánea, que hace visible la ten-
entre algunos conceptos de la sión creada entre los objetivos prácti-
biogeografía y la reelaboración del con- cos y los interrogantes fundamentales
cepto de adaptación en relación con la de los cuales nació la ecología.
selección natural. Este privilegio del
tiempo, del espacio biogeográfico y del Veamos entonces los pormenores de
concepto de adaptación serán definiti- esta historia de la ecología, para así
vos para precisar las relaciones de los podernos relacionar con sus conceptos.
diferentes nichos ecológicos y de to- En 1842, Mayer enuncia el principio de
dos los funcionamientos de los vivien- convertibilidad de las diversas formas
tes que estudiará la ecología. de energía y lo aplica al proceso
vegetativo: “los principios de la termo-
2. Conceptos problemáticos dinámica del equilibrio, definitivamente
de la ecología establecidos a mitades del siglo XIX,
proporcionan ahora los medios para
En el siglo XIX, se producen enton- evaluar los flujos de energía de los se-
14
ces tres grandes discontinuidades en res vivos, vegetales y animales”.
relación con el conocimiento de los se-
res vivos: Ahora bien, el término ecología fue
inventado por Ernst Haeckel en 1866,
1. La aceleración en el control del a partir de dos palabras griegas oikos
espacio del planeta dada por los proce- (casa) y logos (discurso). Para
sos de colonización que hacen posible Haeckel, la ecología es la rama de la
expediciones científicas de viajeros biología que estudia las relaciones de
como Humboldt y Candolle, que reve- los seres vivos entre ellos y con el me-
lan el conocimiento de la distribución dio físico en el cual evolucionan. Des-
geográfica de las especies vivas. de su nacimiento la ecología estudia la
articulación de la relación medio exte-
2. El cambio en la concepción del rior-organismo-lucha por la existencia.
tiempo entendido ya como parámetro A finales del siglo XIX, el concepto de
decisivo y creador de la regulación de energía intervendrá en beneficio de la
las poblaciones y de la dinámica de su orientación de los estudios ecológicos
evolución. hacia la utilización, el gasto, la
3. La reorganización de las relacio- trasformación de la energía a partir de
nes entre la física y la química, con las
ciencias de los seres vivos. La “quími-
13
ca de lo vivo” de Lavoisier y de Wladimir Vernadsky, La Biosphère, Paris, Félix
Pasteur, hizo posible la aparición de los Alcan, 1929.
14
ciclos biogeoquímicos de Wladimir Ver: Jean-Paul Deléage, Historia de la Ecología,
Barcelona, Icaria, 1993, p. 61.

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78 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

y en los procesos de alimentación. dinámica-energía-trofismo, con el fin de


Patrick Geddes en An Analysis of the comprender cómo el análisis de los sis-
Principles of Economics (1885), in- temas físicos se imbrica en el de los
troduce la energía como una dimensión sistemas químicos, produciendo una
principal del proceso económico. nueva forma, inédita hasta entonces, de
comprensión del viviente ya que aquí
Si bien los estudios ecológicos ten- se aloja una gran discontinuidad entre
drán que recibir otros conceptos como geografías botánicas, selección natural
los de biocenosis -comunidad de orga- y ecología. En las primeras, la natura-
nismos vivos-, que describe el nivel de leza como espacios distintos proporcio-
integración de seres vivos que tienen na paisajes ricos en diferencias; en la
su propia forma de interacción; segunda, esas diferencias espaciales se
biosfera, que hace referencia a la rela- explican en relación con sus procesos
ción tierra-atmósfera; medio climático, de formación discontinua que se pro-
medio edáfico y medio biológico; será ducen a la escala del tiempo geológico;
en 1935, cuando Arthur Tansley inven- y en la tercera, espacio y tiempo son
tará el concepto de ecosistema, que la variables que funcionan en beneficio de
importancia de la energía en relación la comprensión ya no de la variación
con el funcionamiento de las cadenas de la forma, ni de las adaptaciones y
y las redes alimenticias permitirá el las transmisiones hereditarias, sino de
comienzo de una coherencia los procesos de autoorganización de los
interpretativa de las relaciones entre los organismos. Así, consideremos enton-
organismos vivos y sus medios. Otros ces que cualquier objeto o conjunto de
conceptos utilizados por Lindeman en objetos formado por un cierto número
sus estudios limnológicos como los de de partes constituyentes recibe el nom-
nicho, pirámides, bioma, biotopo, hábitat, bre de sistema. En consecuencia, cual-
balance energético, transferencia de quier cosa que observemos puede ser
energía, ciclo trófico, oligotrofismo y considerada como un sistema físico.
eutrofismo, orientarán definitivamente Los sistemas físicos se transforman
los estudios ecológicos hacia el análisis gracias a los cambios que experimen-
de los intercambios de energía y per- tan, ya sean en su posición, forma, di-
mitirán definir al ecosistema como la mensiones o propiedades. La energía
unidad por excelencia de los intercam- como capacidad para producir un cam-
bios de energía en la naturaleza. bio o realizar un trabajo interviene en
En este corto recorrido, que hace los cambios de los sistemas físicos.
visible la importancia del estudio de las Puede suceder que el sistema reciba o
cadenas alimenticias y de los balances ceda energía o que la energía conteni-
energéticos en los estudios ecológicos, da en el sistema cambie de posición o
la termodinámica juega un rol decisivo. de forma. Es decir, la energía se trans-
Elucidemos ahora esta relación termo- forma, se trasfiere o se acumula, pero
no se pierde ni se genera a partir de

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Alberto Castrillón Aldana 79

nada, respondiendo de esta manera a tema en el que no hay cambios obser-


los enunciados del principio de conser- vables con respecto al tiempo; éste, es
vación de la energía. un parámetro en función del cual las
leyes físicas despliegan sus efectos, es
La irreversibilidad y la espontanei- la medida del cambio, y la entropía es
dad caracterizan los fenómenos de el fundamento de la termodinámica.
transformación y de transferencia de Desde sus raíces griegas entropía hace
energía, generando una especie de or- alusión a la transformación, pero con
den jerárquico entre las formas de la todo rigor la podemos definir como la
misma. En todos los procesos la canti- medida de la tendencia al desorden; es
dad de energía permanece igual pero la medida directa de aleatoriedad o des-
su calidad empeora, se degrada. Cuan- orden de un sistema.
do una forma de energía se transforma
en otra, la inicial es más valiosa que la Es conveniente también precisar
final, ya que ésta permanece como can- que existen dos clases de sistemas. Los
tidad pero empeora como calidad. Du- sistemas abiertos que intercambian con
rante el siglo XIX, con el descubrimiento el ambiente materia y energía y gene-
de las leyes del calor -leyes de la ter- ran orden espontáneamente, ya que
modinámica-, se dio el primer paso ha- están en capacidad de arrojar el desor-
cia la reunificación del conocimiento den al ambiente circundante. Los sis-
antes fragmentado entre la física y la temas aislados tienden a alcanzar de
química. El nacimiento de la termodi- manera espontánea situaciones de
námica responde a la pregunta por la equilibrio caracterizadas por el máxi-
utilización del calor y busca descubrir mo desorden, ya que las situaciones
bajo qué circunstancias el calor produ- desordenadas son las más probables;
ce energía. todo sistema aislado tiende a alcanzar
en equilibrio la configuración de máxi-
La termodinámica es una parte de mo desorden.
la física que se encarga de describir la
manera como las transformaciones de Todos los sistemas microscópicos
los sistemas se unen con las mutacio- evolucionan de manera espontánea
nes y transferencias de energía, calor, hacia el desorden ya que éste es
trabajo y todas las propiedades relacio- inconmensurablemente más probable
nadas con los sistemas. También pue- que el orden, como consecuencia el
de ser definida como el estudio cientí- tiempo produce desorden. El paso del
fico de las interconversiones del calor desorden al orden no es espontáneo, a
y de las otras formas de energía. menos que algo o alguien intervenga
desde el exterior y emplee energía en
El equilibrio, el tiempo y la entropía alcanzarlo. El orden, al igual que la
son también conceptos fundamentales energía, no se crea, se transfiere de un
para comprender la termodinámica. Se sistema a otro, o de una parte del siste-
denomina equilibrio al estado de un sis-

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80 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

ma a otra, mientras el desorden colec- ecosistemas son subconjuntos natura-


tivo aumenta. Decir entonces que el les con una cierta unidad funcional, que
tiempo pasa, equivale a decir que las involucran procesos de intercambio de
cosas tienden al desorden, a medida que energía. A mediados del siglo XIX, el
envejecen. principio de equilibrio extractado de la
termodinámica proporcionó los medios
Cuando un sistema intercambia para evaluar los flujos energéticos que
energía con el ambiente circundante se presentan en los sistemas vivos, ya
suele suceder que la configuración que 16
sean vegetales o animales. En los sis-
adopte, probablemente sea la más des- temas biológicos los parámetros que
ordenada. Como se mencionó antes, las definen la interacción con el entorno no
trasformaciones de sistemas no aisla- pueden ser considerados de manera
dos implican intercambios energéticos general como constantes, ya que el
con el ambiente, por lo tanto, es posible medio mismo es variable y los flujos que
que el sistema genere al finalizar su mantienen al sistema lejos del equilibrio,
transformación una situación de mayor fluctúan. Estas oscilaciones, ya sean
orden en su interior, o que por el con- internas o externas, pueden generar
trario, genere una situación de mayor nuevas estructuras. Por lo tanto, los sis-
orden en alguna parte del ambiente. temas vivos intercambian con el am-
Ejemplo de esto son los fenómenos biente materia y energía, ya que extraen
naturales tales como el ciclo de las alimentos de él y también descargan en
aguas. Cuando en un sistema aislado él sus desechos. En consecuencia son
se produce orden, se debe a que el des- sistemas abiertos alejados del equilibrio
orden ha sido depositado en otra parte, termodinámico.
pero al considerar en conjunto dicho
sistema con el ambiente con el cual Las concepciones extremas de la
intercambia energía, se obtiene un sis- naturaleza: la atomista y la mecánica -
tema abierto que por definición tiende la primera enfatiza las colisiones
al desorden. aleatorias y la segunda se funda en le-
yes eternas e intemporales que redu-
Ahora bien, el objeto de estudio de cen el mundo a una repetición viciosa
la ecología son los ecosistemas, enten- de lo mismo-, son insuficientes para
didos como subconjuntos del mundo de explicar los procesos y concluyen que
la naturaleza que tienen una cierta uni- tanto el azar como la necesidad juegan
dad funcional; el instrumento de traba- un papel determinante en los procesos
jo de la ecología es el “macroescopio”, de autoorganización. Existen leyes uni-
objeto imaginario que precisa la escala versales que describen la aproximación
de observación que necesita el ecólogo al equilibrio, pero que no hacen visible
15
para estudiar la naturaleza. Los

16
15
Ibíd. Ibíd.

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Alberto Castrillón Aldana 81

el contexto en el cual puede funcionar Si Linneo y Bernardin de Saint


la vida. La biosfera y sus componen- Pierre en la época clásica concibieron
tes, se encuentran en situaciones muy la naturaleza como un “sistema” en
alejadas del equilibrio, por tanto, la vida, equilibrio, los desarrollos de la teoría de
lejos de reposar en un orden natural, es la evolución, la reelaboración del con-
la suprema expresión de los procesos cepto de adaptación para entender el
de autoorganización que puedan tener paso de la selección artificial a la se-
lugar bajo ciertas condiciones. La tem- lección natural, los principios de la ter-
prana aparición de la vida es un argu- modinámica y los de la ecología nos
mento de peso a favor de que ella sea permiten pensar que la armonía y la
el resultado de procesos de estabilidad nada tienen que ver con
autoorganización espontáneos desenca- evolución, ecosistemas, consumo y gas-
denados cada vez en las condiciones to de energía, y biodiversidad. Si bien
que lo permiten. De la misma manera, se presentan en los procesos biológi-
el funcionamiento del ciclo biológico cos momentos de equilibrio y de regu-
sobre la tierra está regido por estos prin- laridad, la tendencia al desorden, al caos
cipios: todo ser viviente, sea planta o y a las estabilidades precarias son ca-
animal, para crecer y moverse necesi- racterísticas inherentes al funciona-
ta energía; en el interior de los proce- miento de la vida. Es decir, la preten-
sos vitales ésta se degrada en energía sión ecologista contemporánea que con-
térmica y como tal es luego dispersada siste en proteger la naturaleza alejando
en el ambiente circundante. Podemos al hombre de ella, ya que sus interven-
entonces pensar que toda esta energía ciones tienden siempre a la destrucción
utilizada por los seres vivos sea rege- y al caos, no corresponde a estos prin-
nerada haciendo visible el aspecto ener- cipios explicativos del funcionamiento
gético de la vida sobre la tierra. de la energía, de las cadenas tróficas,
Las cadenas tróficas bien pueden de los procesos evolutivos y, en gene-
ser asimiladas como cadenas de ener- ral, del funcionamiento de los
gía. Así, es claro que las plantas ex- ecosistemas. No queremos decir con
traen energía química de la energía so- ello que no sea importante considerar
lar absorbida durante el día por medio el impacto de las tecnociencias sobre
de la síntesis de la clorofila que em- los procesos biológicos, pero dicha im-
plean en su crecimiento. A su vez, los portancia no puede producir un recha-
animales herbívoros se alimentan de las zo del trabajo científico y técnico. De
plantas y estos se convierten en alimen- todas formas esta tensión que crea el
to de los carnívoros. Esta cadena de concepto de ecosistema será el caldo
alimentación supone un ciclo de con- de cultivo de muchos ecologismos que
sumo y degradación de la energía, unos trataremos un poco más adelante. Por
elementos de articulación, unos puntos ahora, continuemos haciendo referen-
de equilibrio, ciertos niveles de entropía cia al funcionamiento de la ecología.
y unas formas de autoorganización.

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82 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

Los estudios tróficos dominarán la estudiarse siempre desde una perspec-


ecología y seguirán los principios de la tiva entrópica. Eugene P. Odum, ha
termodinámica para definir el equilibrio definido la ciudad como un ecosistema
térmico y establecer parámetros con el heterótrofo o, más bien, como un siste-
fin de estudiar el funcionamiento y la ma incompleto heterótrofo, dependien-
conservación de la energía. Pero será te de altas zonas limítrofes y no limítro-
Howard Tresor Odum, en su fes, en lo que concierne al consumo de
17
Environment, Power and Society, energía, de alimentos y de agua. Los
quien integrará a las sociedades huma- factores de diferenciación de los
nas en el estudio ecológico. Conceptos ecosistemas humanos con los
como extracción, pérdida, reciclaje, in- ecosistemas naturales son las altas ta-
tercambio, feedback y acoplamiento se sas de consumo y de generación de
insertarán en los que hemos visto en desechos, siendo los ecosistemas so-
relación con el estudio del trofismo. La ciales los más nocivos. La relación del
modelización ecológica incluye ahora ecosistema ciudad con su medio, se-
los sistemas humanos y su relación con gún Odum, es una relación en términos
los sistemas naturales. El objetivo de de consumo, en la cual la ciudad opera
H. T. Odum consiste en desarrollar las como un agente perturbador de todos
bases teóricas de la ciencia de las in- los medios. Además, el orden interior
tervenciones humanas en la naturale- del ecosistema ciudad es realmente un
za, pero teniendo como objetivo princi- orden entrópico: flujos y reflujos de
pal en sus trabajos la comprensión del energía van creando una carga
funcionamiento de la energía. La con- entrópica muy grande, por lo que sólo
servación o el desgaste de los flujos de con sistemas de regulación muy rígi-
energía y los parámetros para medirlos dos se puede controlar y ordenar toda
en la aplicación de los estudios la carga entrópica que produce la ciu-
ecológicos, harán posible calcular la dad. Entonces, el proceso de retroali-
incidencia de las actividades humanas. mentación de la energía en la ciudad
Este reduccionismo energético termi- genera una homeostasis de
nará por ubicar al hombre en una rela- autocorrección que permite el ordena-
ción negativa con respecto a los miento, el crecimiento y el desarrollo
ecosistemas debido al excesivo gasto de la ciudad, pero con costos energéti-
de energía y a los altos niveles de cos muy altos.
entropía que producen y ocasionan los
sistemas humanos. Como el factor principal de análisis
en esta relación sistemas humanos-
La ciudad, por ejemplo, por el enor- ecosistemas naturales es la energía, la
me flujo y consumo de energía, debe perturbación que genera el ecosistema
ciudad produce unas cargas entrópicas
17
altamente nocivas para la naturaleza.
Howard Tresor Odum, Environment, Power
Esta valoración negativa de los niveles
and Society, New York, Wiley, 1971.

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Alberto Castrillón Aldana 83

de entropía producidos por el exceso permiten entender la complejidad his-


de consumo de energía de las socieda- tórica de las sociedades humanas y sus
des humanas asignará al hombre un relaciones con la naturaleza. En esta
lugar destructor en relación con los pro- situación polémica se sitúa el nacimien-
cesos naturales. Esta ubicación nega- to de los ecologismos que abordaremos
tiva generará múltiples discusiones que siguiendo las discusiones que conside-
involucran la oposición de la técnica a ramos más importantes para entender
la vida, la crítica a la tentación nuestra situación actual y nuestra ubi-
ecocrática, el análisis del funcionamien- cación en una naturaleza específica: la
to histórico del concepto de ecosistema tropical.
y sus consecuencias éticas, la
reconsideración de la separación entre 3. Ecología y ecologismos
espacios naturales y espacios sociales,
Es pertinente presentar aquí la ac-
la promulgación de valores bioéticos pro-
tual discusión en torno a conceptos tan
teccionistas, la fundación de partidos
problemáticos como los de ecosistema,
verdes y, en general, todo un nuevo in-
cadenas tróficas, técnica, máquina,
terés por muchos aspectos de las rela-
entropía, flujos y conservación de ener-
ciones del hombre con la naturaleza.
gía, vida y otros que al mismo tiempo
Con todo, lo que se hace visible es que le otorgan positividad al discurso
que el concepto de ecosistema permite ecológico o se relacionan siempre con
articular el funcionamiento de todos los él, ubican al hombre en una relación
organismos vivos y superar las separa- nociva con respecto a los ciclos bioló-
ciones entre ecología vegetal, ecología gicos. También otros conceptos como
animal y ecología humana producidas el de orden natural, el de armonía de la
por los primeros desarrollos de la naturaleza, el de economía de la natu-
ecología. Pero, al mismo tiempo que el raleza que pertenecen a esa formación
concepto de ecosistema provee, a par- discursiva que es la historia natural, hoy
tir de esa articulación, de positividad al en día se encuentran en una relación
discurso ecológico -debido a que sus de discontinuidad con la producción
análisis producirán unas formas nuevas actual del discurso biológico. Si toda-
de comprensión de los vivientes-, el vía podemos argumentar que es nece-
reduccionismo energético al que están sario cierto nivel de enumeración y de
destinados dichos análisis hace posible denominación propio de la historia na-
un balance de tipo económico y una tural para realizar los inventarios nece-
valoración negativa de las acciones sarios a todo tipo de estudio ecológico,
humanas. En síntesis, el reduccionismo los conceptos de recolección y de in-
energético inherente a los análisis ventario están actualmente atravesados
ecológicos contrae el concepto de por la existencia asociada de los con-
ecosistema e impide que este concep- ceptos de energía, biodiversidad, evo-
to interactúe con otros conceptos que lución, transformación, sistema, comu-

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84 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

nidad y otros. Es decir, el sentido del y que refuerzan o dan nacimiento a los
inventario no puede corresponder más ecologismos.
a la recopilación que con él se hace de 18
todo un orden natural, sino más bien al 3.1 En El contrato natural,
establecimiento de relaciones -que im- Michel Serres muestra que el hombre
plican consumos de energía, niveles de se ha inscrito en la cultura y posterior-
entropía, equilibrios parciales, actividad mente en la historia mediante un con-
humana, etc.-, entre organismos perte- trato social tácito en el cual reconoce a
necientes a procesos complejos y muy otros hombres como sujetos, es decir,
poco estables. No podemos pues su- como iguales, y a partir de allí crea la
poner que vamos a recuperar una na- cultura. Este contrato originario rige
turaleza armoniosa en la cual forzosa e entre iguales y, por lo tanto, establece
históricamente hemos introducido mo- relaciones de derecho igualitarias para
dificaciones técnicas hasta el punto de todos los miembros que participan en
que ahora se dice que no vivimos en él. Sin embargo, la relación con la na-
una biosfera sino en la tecnoesfera. turaleza no ha sido intervenida por nin-
Además, justamente el recorrido por la gún tipo de contrato similar que pueda
termodinámica y su relación con la mediar la relación hombre-naturaleza
ecología nos han mostrado cierto privi- de manera igualitaria en ambas direc-
legio del desorden y de la tendencia al ciones. Así, según Serres, la naturale-
desorden inherentes a los procesos bio- za como escenario de los conflictos
lógicos. De todas formas, es importan- humanos, de la cultura, ha estado au-
te señalar que esta discusión está atra- sente en los discursos de la filosofía,
vesando no sólo el discurso ecológico de la historia y de las ciencias huma-
sino que es el motor de muchos nas. A partir del contrato social origi-
ecologismos. nario, las culturas se alejan del mundo
para enraizarse en la historia. El dere-
Esta discusión hace posible hoy un cho natural se entiende como un con-
debate en el cual intervienen diferen- junto de reglas que existen al margen
tes tipos de discurso que es importante de toda formulación y que emanan de
tener en cuenta aquí para comenzar a la razón, tomada como universal. Ex-
pensar en esa relación ecología y clusivamente social, nuestro contrato
ecologismos, decisiva para entender los deviene mortífero, dice Michel Serres.
mundos contemporáneos: vamos enton-
ces a exponer varias consideraciones, La naturaleza se conduce como un
entre las más destacadas en la actuali- sujeto, en la medida en que condiciona
dad, con respecto a este problema de la denominada naturaleza humana y se
las relaciones del hombre con la natu- ve condicionada así mismo por ésta.
raleza, que tienen en cuenta la vigen-
cia del discurso ecológico, que provie- 18
Ver: Michel Serres, Le contrat natural, Paris,
nen de diversos universos de discurso François Bourin, 1990, 191 p.

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Alberto Castrillón Aldana 85

Hace falta que esa categoría de sujeto busca destruir la tradición humanista
sea tomada en cuenta en el derecho, del contrato social y de los derechos
incluida en el contrato, para así equili- del hombre en beneficio de un planeta
brar las relaciones y regularlas. Hacer que habiendo sido maltratado, estropea-
devenir a la naturaleza sujeto de dere- do y contaminado amenaza con domi-
cho, es añadir al contrato exclusiva- narnos. Según Ferry, el planteamiento
mente social el establecimiento de un de Serres puede ser considerado como
contrato natural de simbiosis que reem- una fábula metafórica y no como una
place la relación parasitaria actual. Se argumentación rigurosa, ya que la na-
trata aquí de proponer un tipo de subje- turaleza no puede dejar de ser objeto y
tividad que involucra consideraciones pasar a ser persona jurídica. Además,
globales, estéticas y éticas basadas en esta propuesta de la ecología profunda
un nuevo tipo de derecho que produci- promueve el miedo en relación con el
ría una nueva clase de contrato. Si la agotamiento de los recursos en el mo-
naturaleza se presenta ahora como glo- mento del declive de las utopías políti-
bal, su surgimiento tiene que ver con cas y de la desconfianza en el progre-
su posible desaparición ya que la tierra so, en beneficio de la diversidad de las
en su totalidad está en juego, así como formas de vida. El temor a la devasta-
los hombres mismos. La historia global ción generalizada sirve para desafiar y
entra en la naturaleza y la naturaleza tratar de deconstruir los valores de la
entra en la historia: el sujeto (hombre) y modernidad. El análisis de Serres en El
el objeto (naturaleza), pasan de ser lo- contrato natural, para Luc Ferry, co-
cales a ser globales. Ante la amenaza rresponde a una fascinación por los
de muerte colectiva, es decir, global, se modelos autoritarios; a una divinización
hace necesario inventar un derecho para de la naturaleza (en la cual participó de
la violencia objetiva, es decir, un contra- manera decidida el nacional socialis-
to natural. El proceso de globalización mo); a un rechazo a la cultura moder-
de la relación hombre-naturaleza se na, y finalmente, llevó a considerar po-
caracteriza por una recíproca depen- sitivamente el estatuto jurídico de las
dencia y no por relaciones parasitarias plantas, de las rocas y de la biosfera
que agotarían la naturaleza. cayendo en el animismo medieval. En
síntesis, Ferry considera a Michel
3.2 La réplica de Luc Ferry a esta Serres al mismo tiempo arcaico y
propuesta de Michel Serres, en El nue- posmoderno; arcaico, debido a su
19
vo orden ecológico, pretende que animismo antiguo, y posmoderno, en la
este discurso pertenece a la ecología medida en que su propuesta, que bus-
profunda, corriente de pensamiento que ca hacer devenir la naturaleza sujeto
de derecho, deconstruye los valores de
la modernidad occidental actual, basa-
19
Ver: Luc Ferry, El nuevo orden ecológico, do en principios jurídicos que tienen
Barcelona, Tusquets, 1994, 231 p. como objetivo garantizarle a los suje-

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86 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

tos la libertad, haciéndolos sujetos ex- trucción de las oposiciones dualistas,


clusivos de derecho. con el objetivo de producir una
resingularización de la vida individual y
3.3 Estas mismas cuestiones serán colectiva. Más que de sujetos, Guattari
tratadas de otra manera por Félix hace referencia a los componentes de
20
Guattari en Les trois ecologies. Par- la subjetivación, mostrando que se tra-
tiendo de la asunción de que las trans- ta ahora de no separar más la acción
formaciones técnico-científicas han de la psique, el socius y el medio am-
generado fenómenos de desequilibrio biente. El principio común de las tres
ecológico que amenazan a corto plazo ecologías consiste en que los territorios
la vida, Guattari propone una articula- existenciales a los que nos confrontan
ción ético-política que denomina no se presentan cerrados a sí mismos
ecosofía y que se ocupe de los tres re- como un todo, sino más bien precarios,
gistros ecológicos, es decir, el del medio acabados, capaces de bifurcarse o de
ambiente, el de las relaciones sociales y modificarse. Las tres ecologías se arti-
el de la subjetividad humana. Guattari culan en una postura ético-estética que
ubica el problema ecológico en relación busca desterritorializar los regímenes
con los modos dominantes de valora- semióticos que impone el capitalismo
ción de las colectividades humanas, así: mundial integrado: semióticas económi-
a) El del imperio de un mercado cas, semióticas jurídicas, semióticas
mundial que sitúa en un mismo plano tecno-científicas y semióticas de
de equivalencia los bienes materiales, subjetivación. Una ecosofía ético-polí-
los bienes culturales y los espacios na- tica-estética debe reemplazar a las an-
turales; tiguas formas de compromiso religio-
so, político y asociativo, en beneficio de
b) El que sitúa el conjunto de las la construcción de una subjetividad so-
relaciones sociales y de las relaciones lidaria y resingularizadora al mismo
internacionales bajo el dominio de las tiempo, que haga posible una autono-
máquinas parciales y militares. mía creadora que fisure la pasividad
reinante.
La propuesta ecosófica de Guattari
consiste en desarrollar prácticas espe- 3.4 Patrick Blandin y Donato
cíficas que tiendan a modificar las sub- Bergandi, profesores del Museo Nacio-
jetividades modernas: reinvención de las nal de Historia Natural de París, en su
relaciones del sujeto con el cuerpo, con artículo “¿Al alba de una nueva
21
la finitud del tiempo; recomposición de ecología?”, consideran que en mu-
la praxis en la vida cotidiana; recons-

21
Ver: Patrick Blandin y Donato Bergandi, “Al
20
Ver: Félix Guattari, Les trois écologies, Paris, alba de una nueva ecología”, en: Mundo Científico,
Galilée, 1989, 73 p. Barcelona, 2000, pp. 54-57.

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Alberto Castrillón Aldana 87

chos manuales de ecología el hombre este análisis, no sería suficiente con


brilla por su ausencia. En otros, cuan- enlazar hombre y naturaleza tal como
do aparece, lo hace como elemento aparece en algunos vocablos híbridos
perturbador. Esto les permite ubicar a “agrosistema”, “antroposistema” o
la ecología dentro de una modernidad “sociosistema”. Estos conceptos insis-
que separa a la naturaleza con sus le- ten mucho más en la visión
yes, del hombre con su ser exterior. reduccionista de los análisis ecológicos.
Para dichos profesores, según estos Se trata según Blandin y Bergandi, de
modos de enunciación de la ecología, “tener en cuenta la historia de los es-
la naturaleza normal sería a-humana, pacios, comprender las dinámicas
ya que el hombre cuando se relaciona instrumentadas por los hombres a lo
con ella la perturba y la aleja de la nor- largo del tiempo en sus relaciones con
malidad. los espacios y las especies, interpretar
22
las singularidades de cada situación”.
Haciendo una recapitulación corta
de la historia de la ecología, los men- El alba que anuncia una nueva
cionados autores muestran que desde ecología la producirá como ecología
la invención por Arthur Tansley del con- transaccional que comprenderá las tra-
cepto de ecosistema, la unidad que crea yectorias locales de las comunidades,
este concepto entre los seres vivos y tan lejos como sea necesario en el es-
su medio físico-químico, le otorgaba ya pacio y en el tiempo, y sus diferentes
un lugar precario al hombre. Aunque relaciones con los demás componen-
aparentemente el concepto de tes de la exosfera, vivos y no vivos. Es
ecosistema ha tenido un carácter decir, se trata de descentrar el concep-
holístico, tratando de integrar el estu- to clave de la ecología -ecosistema-, en
dio de los procesos biológicos en rela- beneficio del estudio de la red tempo-
ción con los intercambios de materia, ral y espacial de transacciones entre
energía e información, de la manera entidades que cambian conjuntamente.
más amplia posible, sus modelizaciones,
que tienen que ver con grafos y cifras, 3.5 Georges Canguilhem introduce
se orientan hacia la representación del su artículo “La cuestión de la ecología:
23
funcionamiento energético, de la defi- la técnica o la vida”, con una síntesis
nición del contenido energético de cada de la historia de la ecología, con miras
nivel trófico, pero sin considerar clara- a darle coherencia al planteamiento de
mente ni el lugar ni la historia de esos un problema que enuncia en términos
procesos, ni aquello que los hizo posi-
bles. Para estos autores, la ecología no
22
sobrepasa entonces la dicotomía suje- Ibíd., p. 57.
23
to-objeto que subyace en las represen- Ver: Georges Canguilhem, “La cuestión de la
taciones científicas de la época clásica ecología: la técnica o la vida”, en: Dialogue, Paris,
1974, pp. 37-44, traducción de Jorge Humberto
y de la modernidad. Además, según Márquez Valderrama.

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88 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

de interrogación: “¿De qué manera lo mostró Leroi-Gourhan en El Gesto


24
pudieron los propietarios de la tierra y la Palabra. El problema crucial se
olvidar que ellos eran sus habitantes, al encuentra en que la técnica en vez de
punto de permitir que el ‘hacer valer’ funcionar como el complemento origi-
degenerara en ‘explotación’?” Tenien- nario de la regulación de la vida en re-
do como referente al capitalismo, lación con nuestras necesidades, se ha
Canguilhem muestra que si bien a este convertido históricamente en el instru-
sistema económico se le pueden impu- mento principal de la desregulación. En
tar los procesos industriales producto- este devenir ya no participa simplemen-
res de bienes de consumo y su relación te la herramienta, que estaba
con las técnicas de explotación de los inextricablemente ligada a nuestra evo-
recursos naturales, sería refutable con- lución biológica y a las modificaciones
siderar que la corrección de las conse- reguladas de nuestro entorno, sino la
cuencias generadas por estas técnicas máquina, cuyo poder de desregulación
de explotación tengan que ver con el de los ciclos biológicos provoca la cri-
reencuentro de un orden tecno-econó- sis ambiental que la ecología con razón
mico anterior, desgraciadamente aboli- denuncia. Sin embargo, aun teniendo en
do, más natural y más humano. Para cuenta las posibilidades destructoras del
Canguilhem, esta solución, que propo- maquinismo, el cual estando al servicio
ne un simple retorno, tiene que ver con de una sociedad como la capitalista, que
el mito como invención falaz. Para de- utiliza las máquinas no para satisfacer
mostrarlo, Canguilhem hace visible que necesidades sino para crearlas e invertir
desde el siglo XVIII los campesinos no la relación producción-consumo, en
cultivan la tierra sino “campos, objetos beneficio siempre de más y más con-
tan artificiales como las casas, los ca- sumo, no podemos oponer la técnica a
nales y las rutas”. Nuestra relación con la vida sino asociar vida y técnica para
el medio está mediada por las herra- mejorar con la técnica realmente las
mientas, pero también por el hombre condiciones de vida.
mismo que puede ser usado como he-
rramienta en beneficio de la producción 3.6 Todas estas posiciones de suje-
y de la formación de un entorno pro- to que, o bien critican desde diversos
piamente humano. Esta mediación de discursos a la ecología; o admiten en
la técnica se expresa en las modifica- algún modo la crisis ambiental denun-
ciones históricas que hemos provoca- ciada por esta formación discursiva y
do sobre el medio con el uso de la mano, lanzan propuestas de cambio, caracte-
la herramienta y el lenguaje, tal como rizan el funcionamiento de los
ecologismos. El inventario de la discu-
sión ecologista contiene, entre otros:
denuncias sobre los desequilibrios mun-
24
Ver: André Leroi-Gourhan, El gesto y la palabra, diales -alimentarios, de consumo de
Caracas, Publicaciones de la Universidad Central
de Venezuela, 1971.
energía, de riqueza, de los ciclos bioló-

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Alberto Castrillón Aldana 89

gicos-; críticas al capitalismo mundial citado nos deja en una incertidumbre


integrado y a sus procesos de constan- hoy en día muy grave. Sin embargo, es
te crecimiento económico y de justamente este estado de cosas el que
globalización del comercio; críticas al hace que la Ecología esté en ebullición
maquinismo y al productivismo; recha- y que su producción de discurso se de-
zo a la mitificación de la ciencia y a la rrame de la olla ecológica hacia los
ideología progresista; denuncias acer- ecologismos y, de ahí, hacia todas las
ca de la centralización de los poderes actividades humanas. El fondo de sa-
estatales; reconstrucción de las subje- ber que supone este amplio ejercicio de
tividades humanas basadas en princi- producción de relaciones entre discur-
pios distintos a los del individualismo y sos distintos, obedece a un tipo de fun-
a la domesticación burguesa; proposi- cionamiento nuevo que involucra la in-
ciones de organización política diferen- tersección ciencias duras-ciencias hu-
tes a las de los estados modernos por manas. No parece entonces que haya
medio de los partidos verdes; defensa ni que habrá lugar para una ecología
del medio ambiente y retorno a la natu- pura y libre de las contaminaciones de
raleza; rechazo a la nuclearización de los ecologismos y de sus otras tantas
la producción de energía; intervencio- relaciones.
nes políticas diversas en beneficio de
la invención de nuevas utopías distin- La ecología parece ser actualmen-
tas a las de la modernidad burguesa; te la más humana de las ciencias hu-
reorganización de nuestros sistemas manas, al tratar de comprender las re-
jurídicos; reubicación de la técnica con laciones entre nosotros y los demás
relación a los ciclos biológicos y a la entornos, y la más dura de las ciencias
economía. Todos estos elementos ex- duras, al producir explicaciones
tienden la ecología hacia la interacción medibles y probables del funcionamien-
con otros discursos como el económi- to de todas las comunidades bióticas.
co, el filosófico, el político y el jurídico. Estamos aquí ante la conformación de
Sí como formación discursiva, la un nuevo tipo de discursividad en be-
ecología se caracterizaba por integrar neficio de la producción de otras for-
prácticas discursivas bastante diversas, mas de saber. Se puede decir que es-
su interacción con otras formaciones taríamos pasando de la búsqueda de las
discursivas también muy complejas a depuraciones epistemológicas de las
través de los ecologismos, hace que el ciencias que con razón, en su momen-
funcionamiento de la ecología sea aún to, criticaron las hegemonías filosóficas
más difícil. Es decir, aunque pareciera y la jerarquización de la orientación de
que estamos mucho más cerca de un la investigación científica emitida des-
decir verdad acerca de nuestra rela- de la filosofía, promoviendo la ciencia
ción con nuestros entornos y de estos sin más, hacia una región de produc-
con el discurso ecológico, la discusión ción descentrada y no jerarquizada de
que ese supuesto decir verdad ha sus- saber donde toda preocupación que

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90 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

genere el saber o, que se le genere a subserie, microserie, hidroserie,


él, es válida en la medida en que movi- xeroserie, comportamiento regulador,
liza la producción de saber. Un saber homeostasis, niveles de energía, forma-
que no promueva discusión e inestabi- rán parte del ordenamiento conceptual
lidad, se muere. Si la discusión integra del discurso ecológico con el fin de ha-
en forma pertinente ciencias blandas y cer de los ecosistemas objetos de sa-
duras, tanto mejor. Del asunto de la ber. La formación de estos conceptos
ideología y de la ciencia y sus falsas que pertenecen a esa formación
oposiciones, nos deslizamos hacia el del discursiva que llamamos ecología y que
saber. ¿Quién decide cuáles son los se produce discontinuamente en rela-
componentes de un saber? ¿Quién de- ción con el discurso de esas otras for-
cide cómo se organiza un saber? maciones discursivas -la historia natu-
¿Quién decide lo que es pertinente sa- ral y la teoría de la evolución-, tendrá
ber para ser competente en el funcio- como característica la permanencia de
namiento de un saber? El saber mis- la participación transdisciplinaria de la
mo, si está vivo, es decir, si produce biofísica, la bioquímica, la pedología, la
siempre algo nuevo. Y toda producción meteorología, la hidrografía, la econo-
de saber supone, hoy en día -después mía, la política, el bioderecho, etc. La
del declive de tantas utopías lineales y ecología integra saberes distintos que
purificadoras-, un juego de interseccio- se ocupan del funcionamiento de los
nes amplio y contaminado. seres vivos, orientando dichos saberes
a la constitución de unos conceptos que
Los estudios ecológicos entonces participan en los análisis de unos obje-
funcionan integrando informaciones que tos de saber propios del discurso
proceden de diferentes disciplinas cien- ecológico. La extensión del discurso
tíficas, realizan análisis de la relación ecológico -ya que este incluye el estu-
actual entre especies distintas que dio de un conjunto de sistemas bióticos
constituyen una comunidad biótica, se muy amplio y también involucra los
sirven de informaciones históricas, ecologismos y sus relaciones- no será
paleocológicas y palinológicas con el fin óbice para la constitución de un domi-
de comprender adecuadamente el fun- nio de objetos de saber propio y unas
cionamiento sistémico de las comuni- elecciones temáticas que le serán in-
dades. Los conceptos de redes tróficas, herentes. Desde los temores genera-
biocenosis, ciclo de materia, especie dos por la crítica medioambientalista
dominante, ecotono, ecotipo, hábitat, hasta los estudios más refinados de los
nicho ambiental, biomasa, productivi- ciclos de vida y del trofismo, en los aná-
dad, cline, biome, biocoria, dispersión, lisis ecosistémicos, la ecología consti-
distribución, competencia, invasión, su- tuye una cierta singularidad de discur-
cesión, población pionera, clímax, so que hoy en día es fácilmente reco-
nocible.

REVISTA HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 12, MEDELLÍN, NOVIEMBRE 2006, PP. 61-106
Alberto Castrillón Aldana 91

4. Ecología de la tropicalidad como en los hombres, aparecen signos


en Colombia que hacen posible la elaboración de
analogías con Europa y con la civiliza-
4.1 Condición de posibilidad ción, un proceso de hibridación -entre
del surgimiento del concepto lo autóctono y la analogía- matiza la
descripción; ya la naturaleza no apare-
de trópico
ce tan hostil ni los hombres tan salva-
La episteme de la representación, a jes. Con respecto a la vegetación, la
la cual corresponde la voluntad de en- función de lo maravilloso en las des-
marcar a los seres vivos en la cuadrí- cripciones americanas alude a lo gran-
cula taxonómica, estuvo precedida en dioso de las formas, a las sucesivas
el Renacimiento por una actitud hacia transformaciones y a las facultades
la naturaleza que, ubicada a mitad de encontradas en algunas plantas.
camino entre el imaginario fabuloso del
El bestiario, el salvajismo, las mar-
medioevo y la clasificación racional del
cas visibles de lo exuberante, las ana-
XVIII, se refería a ella exaltando sus
logías en beneficio de la civilización y la
maravillas, tejiendo leyendas e inscri-
evangelización, el funcionamiento de la
biendo animales, plantas y humanos en
figuras de la semejanza en las descrip-
una red semántica que ponía en fun-
25 ciones, todos estos acontecimientos
cionamiento el saber de la semejanza.
discursivos caracterizan el funciona-
A este momento histórico corresponde
miento de esta primera historia natural
el descubrimiento de América. Gumilla,
que precede a la de la representación y
De Santa Gertrudis y otros, se refieren
que está presente en la primera fase
a cuadrúpedos, aves, peces, reptiles y
del encuentro Europa-América.
hombres salvajes como seres cubiertos
de marcas que según la red semántica En la segunda fase -especialmente
de la semejanza se corresponden entre en la segunda mitad del siglo XVIII, en
ellas: ferocidad, horror, bestialidad, de- lo que se refiere al caso neogranadino-
formidad, monstruosidad. Cuando, tan- , una voluntad de ordenamiento racio-
to en la naturaleza recién descubierta nal de un espacio generoso en vegeta-
les y animales pero resistente a la cla-
sificación debido a lo agreste y malsa-
25
no de sus topografías y a lo precario de
Ver los siguientes libros: Michel Foucault, Las sus producciones en todos los campos
palabras y las cosas, Op. cit.; Gonzalo Soto, Diez
aproximaciones al medioevo, Medellín, UPB, de saber, estará presente en la expedi-
1998, 208 p.; Rodrigo Zapata, “Modo y figura en ción botánica de José Celestino Mutis
las maravillas de la naturaleza. La historia natural y en las publicaciones del Semanario
en los padres misioneros del siglo XVIII en el
Nuevo Reino de Granada”, en: Revista Historia y
de la Nueva Granada de Francisco
Sociedad (10), Medellín, Universidad Nacional José de Caldas. El paso de lo bestial-
de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, abril maravilloso a lo jerarquizado y ordena-
de 2004, pp. 127-161. do implica un acto de magia -que ya no

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92 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

pertenece al imaginario medieval sino viene de la naturaleza y de los recur-


a la Ilustración racional-, según el cual sos agrícolas.
la naturaleza como extensión desapa-
rece en beneficio del espacio del ico- La importancia que tendrán estas
no, del jardín botánico, del gabinete de expediciones botánicas hará posible el
historia natural y del comercio vegetal. surgimiento de una gran cantidad de
Las planchas botánicas de Francisco viajes de exploración que marcarán la
Javier Matis -quien se vinculó a la Ex- relación Europa-América, desde fina-
pedición en Mariquita en 1783 y se les del siglo XVIII hasta finales del si-
convirtió en el más importante dibujan- glo XIX. En este contexto, la Expedi-
te de planchas botánicas de dicha Ex- ción Botánica y el estudio de las mejo-
pedición-, pertenecen a una naturaleza res condiciones en las que pueda reali-
universal que funciona como espacio zarse el comercio de la quina, son la-
racional aséptico, diferente de las con- bores complementarias de José
taminaciones excesivas presentes en Celestino Mutis. De hecho, desde el
las descripciones fabulosas de los mi- comienzo de la Expedición, el juego de
sioneros del Renacimiento. intereses económicos relacionados con
el comercio de productos botánicos
Lo que se transforma radicalmente determinó el apoyo a su realización y
también es la relación entre expedición su orientación. Desde 1763, tres años
botánica y utilidad económica de las después de haber llegado a la Nueva
plantas. La obsesión de José Celestino Granada, Mutis envía su primera peti-
Mutis por la quina, por la canela y por ción oficial para realizar una expedición
el té de Bogotá, marcó el devenir de botánica, en forma de Memorial al
todo el proyecto de la Expedición Bo- monarca Carlos III, en el cual le insis-
tánica. Los cosecheros entregaban sus tía que “faltaba mucho por saber para
cosechas, las cuales eran almacenadas usar bien de lo conocido”. Veinte años
en Mariquita y en Honda. Desde Hon- después, en marzo de 1783, el arzobis-
da se estableció un sistema de trans- po Antonio Caballero y Góngora trans-
porte fluvial por el río Magdalena, para mite a la Corona el proyecto de histo-
llevar las cargas a Cartagena, desde ria natural que Mutis quiere realizar y
donde salían hacia España. Así, los te- en noviembre del mismo año se publi-
rritorios neogranadinos pertenecientes ca la Cédula Real que confirma el apo-
a la Corona emergen ahora valorados yo a la Expedición.
ya no sólo por su riqueza minera, sino
más bien porque aparecen como un 26
26
nuevo Dorado vegetal. La dinámica Ver: Marcelo Frías Núñez, Luis Carlos Arboleda
y otros, José Celestino Mutis: Historia de una
de esta expedición se inscribe en pleno pasión, Madrid, Tesis de Doctorado de la
apogeo de las doctrinas fisiocráticas de Universidad Complutense de Madrid, 1992. / Tras
Quesnay, quien consideraba que la pri- “El Dorado” Vegetal. José Celestino Mutis. 1783-
1808, Sevilla, Diputación provincial de Sevilla,
mera riqueza, la más fundamental, pro- 1994, 441 p.

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Alberto Castrillón Aldana 93

Con la creación de la Real Expedi- busca comprender el funcionamiento


ción Botánica del Nuevo Reino de Gra- integral de los seres vivos. Las
nada se inauguró una nueva disconti- globalizaciones fitogeográficas operan
nuidad, según la cual, todo conocimien- por comparación y por asociación.
to naturalista debería permitir el aumen- Promueven el viaje para conocer in situ
to del gran inventario de la naturaleza paisajes y no plantas aisladas. Abren
pero también debería generar riquezas el camino a observaciones en las cua-
a quien lo patrocinara. Una nueva re- les lo que importa es mostrar la diver-
lación entre razón de Estado, intereses sidad y la inconmensurable variedad de
comerciales y promoción del saber bo- especies en las zonas tropicales. En esta
tánico se hace visible en la realización escansión abierta por el viaje como re-
y en los frutos de esta expedición conocimiento de globalidades distintas,
neogranadina. se inscribirá la especificidad de lo tro-
pical en las ciencias naturales contem-
Así, la naturaleza de esta región
poráneas. Tanto en el viaje a Galápagos,
queda desprovista de los arabescos de
como en el periplo por el Brasil, Darwin
esos primeros imaginarios del encuen-
resaltará la gran variedad de especies.
tro con Europa, para devenir un lugar
Será precisamente en este lugar del dis-
importante para la riqueza de las na-
curso biológico que podrá nacer el con-
ciones y para el poder del saber natu-
cepto de trópico.
ralista. En este sentido, los viajes natu-
ralistas siguientes asociarán observa- No se trata sólo de una palabra que
ción y recopilación de información con reseña una zona geográfica -ya que
posibilidad de explotación económica de esta acepción existía desde tiempo
las nuevas naturalezas visitadas. atrás-, sino de la formación del concep-
to de trópico dentro del discurso bioló-
Considerando que ya se ha hecho
gico e inclusive biomédico, que a fina-
suficiente alusión al trabajo naturalis-
les del siglo XIX hace referencia a un
ta de Humboldt en América
régimen de asociación entre organis-
equinoccial en este y en otros traba-
27 mos vivos y a unas condiciones de exis-
jos, sólo queremos hacer referencia
tencia que facilitan el mantenimiento y
a la geografía botánica como práctica
el incremento constante de la
discursiva que recoge elementos de la
biodiversidad.
historia natural descriptiva para inscri-
birlos en una voluntad de saber que El libro de Jean Costantin, La nature
tropicale (1899), hace énfasis en los
orígenes del bosque tropical, en la ar-
27
Ver: Alberto Castrillón, Alejandro de quitectura gigante de los árboles, en su
Humboldt. Del catálogo al paisaje, Op. cit.; forma de parasol que contrasta con la
Alberto Castrillón, Alexandre de Humboldt et la
Géographie des plantes, Revue D’histoire Des fisonomía de las coníferas de las regio-
Sciences, Paris, P.U.F., vol. XLV-4, n. 1, 1992, nes temperadas, en el tamaño y forma
pp. 385-433. de las hojas, en la particularidad de los

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94 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

caracteres anatómicos de las hojas y de la más grande diversidad de orga-


su relación con la adaptación a la in- nismos vivos. La amplitud de esta di-
tensidad de las lluvias, en la variedad versidad hará posible al mismo tiempo
del sotobosque, también en la diversi- una consideración positiva y otra ne-
dad de las flores y de los frutos, en las gativa: la biodiversidad será a la vez ri-
lianas, las palmas, los bambúes, las cu- queza y maldición. En el trópico, debi-
curbitáceas, en las muchas plantas tre- do a su no especificidad, puede incluir-
padoras; se preocupa además de ana- se todo lo que pueda acontecer en un
lizar el fenómeno del epifitismo y la dis- espacio con organismos vivos. Esto ten-
tribución de las plantas epífitas, así drá consecuencias en el nacimiento de
como su régimen de germinación, fija- la medicina tropical y en la clasifica-
ción y nutrición; los diferentes tipos de ción que en el siglo XX la Organiza-
parásitos, los sistemas de simbiosis pro- ción Mundial de la Salud hará de las
vocados por las saprófitas y las denominadas enfermedades tropicales,
micorizas y el manglar. Todos estos di- cuyo origen tropical es incierto. Ya no
versos modos de organización de la vida se trata de la misma polémica del Re-
en los trópicos son estudiados de mane- nacimiento, que consistía en relacionar
ra minuciosa por Constantin y lo lleva- lo exuberante de la naturaleza recién
rán a concluir que los regímenes espe- descubierta, de un lado con la mons-
ciales de humedad, luminosidad y sue- truosidad y la ferocidad de un bestiario
los hacen posible el funcionamiento de hasta entonces desconocido y, de otro,
la vida en beneficio de la producción in- con resaltar el encuentro con una na-
tensiva de nuevas especies y de nuevas turaleza generosa, cuya condición de
formas de asociación entre especies. posibilidad fue el funcionamiento de las
figuras de la semejanza. Se trata, des-
La singularidad de la tropicalidad de finales del siglo XIX, de utilizar la
consistirá entonces en la intensa varie- biodiversidad del trópico para promo-
dad de especies y en las distintas for- ver su riqueza y, por ende, de la nece-
mas de organización que proliferan en- sidad de estudio de esa región, pero
tre los organismos vivos. Una nueva también de ubicar allí, en esa
discontinuidad comienza a funcionar a biodiversidad, las desventajas de una
finales del siglo XIX, según la cual lo naturaleza todavía desconocida.
tropical comienza a hacer referencia no
solamente a una localización geográfi- En este sentido, tres tipos de dispo-
ca sino a un lugar biológico cuya singu- sitivos determinarán el modo según el
laridad consiste en la pluralidad de es- cual Europa hará referencia y usará la
pecies que contiene y cuya especifici- vegetación de los trópicos: el Jardín de
dad es precisamente su no especifici- Ensayos -Camayenne, en Nueva Gui-
dad. Es decir, en el trópico nea, fundado en 1897-, el Jardín Botá-
biogeográfico y también en el de la bio- nico de Acopio y de Experimentación -
logía de la evolución emerge el espacio Kew, cerca de Londres, renovado a fi-

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Alberto Castrillón Aldana 95

nales de 1900, se convirtió en un gran versidad de lo tropical en los límites de-


centro de acopio de semillas-, el Jardín finidos de la productividad agrícola, de
de las Toronjas -en la Isla Mauricio, la experimentación agronómica y de los
convertido en Jardín de Ensayos desde jardines de ensayo.
1890 y las estaciones agronómicas de
las posesiones británicas, francesas, En una segunda fase, la inmensidad
alemanas y holandesas -funcionando de la diversidad tropical será valorada
desde 1890. Una nueva política vege- de una manera distinta ya que comen-
tal de acopio, experimentación e inves- zará a convivir con los conceptos de la
tigación agronómica relaciona la plan- ecología, y es así como en los muchos
ta con su utilidad económica, comer- estudios que afortunadamente existen,
28
cial y agrícola. En estos jardines no desde los años ochenta del siglo XX
se trata de conservar los especímenes hasta hoy, acerca de los ecosistemas
vegetales sino de experimentar y ob- colombianos, se hace evidente la rela-
servar los procesos de adaptación de ción entre intensa biodiversidad en
las plantas con miras a su utilización nuestros territorios, necesidad de más
intensiva en la agricultura. La obser- conocimiento de ellos e instauración de
vación y adaptación en el trópico de un buen sistema de manejo y protec-
plantas procedentes de otras regiones ción. A esta discontinuidad nos referi-
tropicales o la adaptación de lo tropical remos a continuación.
en las metrópolis, serán los objetivos de
estos lugares de concentración espa-
4.2 Ecología y tropicalidad en
cial y de domesticación de la Colombia
tropicalidad. El trópico nace en asocia-
En estas condiciones abiertas por la
ción con lo diverso pero también en
relación entre trópico y biodiversidad
referencia a una valoración económi-
serán estudiadas todas las regiones que
ca de esa diversidad. El nacimiento de
componen el territorio biológico colom-
las escuelas de agricultura en los paí-
biano. De las antiguas regiones geográ-
ses tropicales, la fundación de faculta-
ficas -las llanuras del Caribe, la Costa
des de agronomía, la emergencia del
Pacífica, la Región Andina, los Llanos,
estudio de las plantas tropicales en los
y la Amazonía colombiana- estudiadas
manuales agronómicos, las misiones de
por Ernesto Guhl en su Bosquejo de
estudio, la extensión de las zonas de pro- 29
una geografía tropical, pasamos al
ducción agrícola y pecuaria, son algu-
estudio de los ecosistemas tropicales
nos de los procesos que caracterizan esta
colombianos que son áreas ubicadas en
primera preocupación por atrapar la di-
relación con la estructura y con la com-

28
Ver: Cristophe Bonneuil, “El lugar donde se 29
Ver: Ernesto Guhl, Colombia: Bosquejo de su
inventan los trópicos”, en: Mundo Científico,
geografía tropical, Bogotá, Instituto Colombiano
Barcelona, 1997, pp. 832-836.
de Cultura, 1976, 452 p.

REVISTA HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 12, MEDELLÍN, NOVIEMBRE 2006, PP. 61-106
96 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

posición de las comunidades biológicas temperatura, humedad, etc., con el fin


30
que las constituyen. Es decir, del es- de hacer inferencias acerca de las
tudio de los espacios constituidos se- modificaciones ecosistémicas produci-
gún la información geográfica nos he- das por cambios climáticos o cambios
mos ido desplazando al estudio de los locales generados por un cierto tipo de
procesos de modificación y de existen- ocupación humana o por otro tipo de
cia de los ambientes físico-químicos, causas exógenas.
considerados como comunidades
bióticas, y al análisis de la estabiliza- En Colombia, desde los años ochen-
ción de los ecosistemas y de las fun- ta del siglo XX, se viene realizando una
ciones simbióticas entre organismos que gran cantidad de estudios ecológicos
se mantienen relacionados gracias a la que utilizan instrumentos conceptuales
cantidad de energía de que disponen.
31 como los que acabamos de evocar, es-
La naturaleza de las áreas estudiadas tudios que reconocen una biota excep-
por la ecología de la tropicalidad co- cionalmente diversa en comparación a
lombiana ya no estará limitada a lo cualquier otro país del mundo, incluyen-
dado por la información geográfica ni do al Brasil. Debido a la variedad de
por la enumeración botánica ni por las zonas biogeográficas, existe en nues-
diversas informaciones concernientes tro país una gran diversidad de
al clima y al suelo, ni se intentará do- ecosistemas. En estos ecosistemas se
mesticarla en un jardín de ensayos concentra, según estos estudios, más
agronómicos, sino que involucrará e del diez por ciento de todas las espe-
integrará todas las informaciones que cies animales y vegetales del planeta.
provengan de las disciplinas científicas Es tan variada la biogeografía del país
que se ocupen del estudio de los orga- que casi todos los ecosistemas que exis-
nismos vivos y de los fenómenos que ten en el planeta están presentes en
los afectan y que estén atravesados por Colombia y en razón de esta riqueza
la inclusión de explicaciones físico-quí- biogeográfica, algunas zonas, como la
micas. Así, estos estudios ecológicos se Sierra Nevada de Santa Marta, contie-
orientarán hacia análisis integrales de nen la mayor parte de biomas de la su-
las fases históricas y actuales de la perficie nacional.
vegetación y de las poblaciones anima- Esta diversidad ecosistémica se pro-
les, estudiando las interferencias con las duce en relación con la ubicación lati-
condiciones ambientales predominantes tudinal intertropical y con la gran va-
en cada una de las fases, tales como riedad de condiciones edafoclimáticas
que han evolucionado a lo largo de
nuestra historia biológica y social, la cual
30
L. Holdrige, Ecología basada en zonas de vida, ha permitido la conservación de una
San José, Costa Rica, 1982, pp. 54-68. gran diversidad de espacios
31
Howard Tresor Odum, Systems Ecology, biogeográficos que hace posible que
Boulder, University Press of Colorado, 1982.
exista hoy nuestra megadiversidad bio-

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Alberto Castrillón Aldana 97

lógica de especies. La historia de las gación, utilización y educación, en de-


sociedades, de los paisajes, de los ci- trimento de la valoración, conservación,
clos climáticos y de los suelos, así como el conocimiento y el aprovechamiento
su situación en la actualidad, forman adecuado de esas riquezas ecológicas.
parte integrante de los análisis de los En estos discursos, la riqueza de la na-
ecólogos que trabajan sobre Colombia turaleza ya no se presenta entonces
y de ahí su insistencia en la preserva- como un recurso inagotable que puede
ción y en el gran valor de nuestra va- proveer incesantemente insumos para
riedad ecosistémica. el cultivo y el comercio agropecuario.
La naturaleza como negocio, conecta-
La importancia de las fases históri- da a las prácticas y a las políticas del
cas en el estudio de la formación de la desarrollo económico de los trópicos,
tropicalidad hace dependiente a todo acontecimientos estos pertenecientes a
estudio ecológico de un análisis históri- la invención del tercer mundo, es
33

co-evolutivo de la formación de los fun- puesta en cuestión por los ecólogos, ya


cionamientos actuales de las comuni- que su riqueza se ha tornado histórica-
dades bióticas sobre las que trabaja. Es mente frágil. Es así como el elemento
decir, los estudios paleoecológicos y que determina la necesidad de conser-
palinológicos se efectúan en Colombia var la riqueza mediante la investigación
vinculando historia, ecología y vegeta- y la implementación de una adecuada
ción, en beneficio de la comprensión del conservación, permite constatar un fra-
funcionamiento de los ecosistemas tro- caso histórico en Colombia en lo con-
32
picales. cerniente a las políticas sociales, agra-
Con todo, el conjunto de discursos rias y forestales, que produce actual-
que hoy en día pone en funcionamiento mente un aumento de la erosión, una
esa formación discursiva que llamamos agudización de las crecientes y de las
ecología, construye de una manera inundaciones, una alteración de los re-
conceptualmente bastante elaborada, gímenes hidrológicos con las conse-
dos modos de enunciación con respec- cuentes desecaciones de los cursos de
to a la naturaleza de nuestro país: un agua y la eliminación de muchas for-
país todavía rico, o más bien riquísimo, mas de vida acuática y unas condicio-
en biodiversidad. Megadiverso, cuya nes precarias de vida para gran parte
intensa diversidad biológica es debida de la población. Es decir, en estos es-
a la heterogeneidad espacial. Y, otro tudios está presente la deriva ecologista
pobre, o más bien pobrísimo, en políti- según la cual consideraciones que no
cas de planeación, protección, investi- pertenecen propiamente al discurso bio-

33
32
Ver: Arturo Escobar, La invención del tercer
Ver: Thomas Van der Hammen, Historia, mundo. Construcción y deconstrucción del
ecología y vegetación, Bogotá, FEN, 1992, 411 p. desarrollo, Bogotá, Norma, 1998.

REVISTA HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 12, MEDELLÍN, NOVIEMBRE 2006, PP. 61-106
98 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

lógico, como las sociales, actúan como biología está asociado, de un lado, con
factores que fragilizan o deterioran el la geografía de las plantas y, de otro
medio ambiente. Este acontecimiento lado, con la formación de la teoría de la
es uno de los factores más importantes evolución. El paso de una concepción
en todo este tipo de funcionamiento de fijista de la naturaleza hacia una expli-
los discursos de la ecología en Colom- cación histórico-discontinua de los pro-
bia. Tan aparentemente enraizados y cesos naturales implicó la observación
acomodados como hemos estado en las in situ de formas de organización del
fronteras de las disciplinas científicas mundo viviente distintas a las observa-
en las que cada quien trabaja, supues- das en Europa. Sin embargo, la mirada
tamente debido a las necesidades mis- no antecede a la elaboración de los
mas del funcionamiento de los discur- conceptos ni a la lenta y no progresiva
sos, hoy en día las tribus académicas formación de las teorías. La mirada se
comienzan a necesitar más de la inter- constituye con los conceptos que la van
ferencia y de la comunicación entre haciendo posible. Así, el encantamien-
saberes que del cuidado celoso del pres- to renacentista que antecede a la im-
tigio y del poder de ciertas disciplinas plantación de las formas de ver y de
sobre otras: ni el todo biológico decir de la botánica clásica, supone el
(biologicismo y naturalismo) ni el todo funcionamiento de la red semántica de
social, sino la mediación, la valoración, la semejanza. El mundo armonioso de
la comprensión biológica de los acon- la economía, del equilibrio natural y de
tecimientos sociales y la comprensión la armonía de la naturaleza permitió la
34
social de nuestro ethos biológico. En operación de una mirada universal y
este terreno de la mediación creemos única de objetos claramente represen-
que es pertinente estudiar la formación tados en iconos botánicos que tenían
histórica de los ecologismos y su rela- validez global. La revaloración del con-
ción con la ecología. cepto de adaptación en el marco de la
geografía de las plantas hará posible
Ahora bien, teniendo en cuenta los una comprensión evolutiva de los pro-
elementos históricos aportados al aná- cesos de selección natural. La forma-
lisis de la formación de la tropicalidad ción de la teoría de la evolución impli-
y de la ecología en Colombia, podemos cará una reorganización de todo el cam-
ahora concluir que estas dos invencio- po de disciplinas que tenía al viviente
nes no se produjeron de manera simul- por objeto y permitirá pensar, primero,
tánea. El trópico como información la biología en su unidad y, segundo, la
geográfica precede históricamente al diversidad de formas de organización
trópico de la biología. El trópico de la de los vivientes en su especificidad te-
rritorial. Los conceptos de adaptación
y lucha por la existencia inventan una
34
Ver: Régis Debray, Transmitir, Buenos Aires, nueva mirada que ya no reconoce la
Manantial, 1997, 190 p. universalidad de lo mismo en la natura-

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Alberto Castrillón Aldana 99

leza sino la heterogeneidad de lo otro, concretamente de la tropicalidad: esta-


de aquello que ahora aparece realmente ciones agronómicas, jardines de ensa-
diferente ya que existen conceptos que yo, etc.
explican sus funcionamientos distintos.
El surgimiento del trópico biológico per- El reconocimiento perceptual y con-
tenece al viaje naturalista, a la forma- ceptual de la diversidad biológica abri-
ción de los conceptos de lucha por la rá la escansión en la cual se ubicará el
existencia y adaptación y a la inven- nacimiento de la ecología. Sin embar-
ción de una mirada que no se posa so- go, la fuerza que toma el discurso
bre objetos puros y separados sino en- ecológico se producirá un siglo después
treverados y enredados en los bosques de su invención y tendrá mucho que ver
tropicales. con el cambio en las subjetividades hu-
manas contemporáneas provocado por
Con el funcionamiento de la teoría el fin de la utopías modernas, el agota-
de la evolución este encadenamiento miento de las orientaciones progresis-
entreverado de la vegetación tropical tas, el deterioro y la destrucción de los
no será sancionado peyorativamente, entornos producidos por la industriali-
ya que no opera sobre él ni el mundo zación, el maquinismo y las guerras. La
fabuloso de la ferocidad monstruosa del ecología nace ajena a los ecologismos
renacimiento ni las jerarquizaciones pero son los ecologismos los que le
estables y nítidas de la época clásica. construyen un lugar preeminente en los
La discontinuidad que cambia el senti- discursos contemporáneos. En Colom-
do de la evolución hacia la compresión bia, la revaloración del trópico
de formas específicas y discontinuas de biogeográfico y de todos nuestros te-
organización del viviente, crea las con- rritorios políticos, sociales, culturales y
diciones en las cuales aparece la rela- económicos, se produce después de
ción trópico-biodiversidad-riqueza bio- 1980, a partir de la mirada ecológica
lógica. A partir de estos acontecimien- que inventa un país inmensamente rico
tos, con los cuales termina la vigencia en especies vegetales y animales pero
de la historia natural y emerge una for- pobre en investigación, planeación y
mación discursiva nueva que encami- protección. De lo global naturalista de
na la biología al estudio evolutivo de la época clásica pasamos a lo local
procesos de organización distintos y megadiverso de la ecología de la
específicos, la tropicalidad -debido a su tropicalidad colombiana con sus venta-
megadiversidad- necesitará de unos jas y sus desventajas.
protocolos de estudio y el ejercicio de
una mirada propia. En este sentido es 5. Horizontes de trabajo
posible entender el surgimiento de una
Hemos realizado un recorrido his-
biología de la tropicalidad en libros
tórico en el cual deconstruimos la in-
como el de Jean Constantin y en los
movilidad de uno de los referentes cul-
dispositivos técnicos que se ocuparán
turales menos dispuestos a la trans-

REVISTA HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 12, MEDELLÍN, NOVIEMBRE 2006, PP. 61-106
100 Historia de la ecología y su relación con la tropicalidad en Colombia

formación en Occidente, como lo es relación con las subjetividades huma-


el concepto de naturaleza. También nas y el consumo, el deterioro del me-
hemos trazado un ruta discontinua en dio ambiente, la obsolescencia de los
la cual emerge lo maravilloso, lo exu- marcos jurídicos modernos, las valo-
berante, la racional, lo estético, lo in- raciones económicas, el valor estéti-
conmensurable, lo útil y lo biodiverso, co y emocional del paisaje, la natura-
como elementos característicos del es- leza como memoria activa de una na-
pacio biogeográfico colombiano. Al ción, a los usos indiscriminados del
cabo de este recorrido, nuestro presen- maquinismo, el funcionamiento de los
te no nos hace aparecer un final de dispositivos urbanos, etc. Se trata en-
camino donde este espacio de organis- tonces de no comprometernos más
mos vivos y de territorios se haga visi- con las demarcaciones paradigmáticas
ble con la lozanía de una verdad por fin de las disciplinas sino con la construc-
encontrada, sino que por el contrario ción de un campo conceptual plural y
comprendemos que muchos más pro- abierto, que funcione a partir de la serie
blemas emergen actualmente cuando de problemas que se puedan construir
tratamos de estudiar nuestra diversidad o que se estén construyendo con res-
biológica. Es decir, a la compleja pecto a nuestra situación ecológica
megadiversidad biológica se le asocia, contemporánea. Es posible considerar
cuando se enfrenta su estudio, con pro- también que la elucidación de estos
blemas que involucran a las ciencias de problemas contemporáneos nos permita
la vida pero también a las ciencias hu- entender mejor la formación de nues-
manas. Necesitamos conocimientos tros diferentes procesos históricos y
ecológicos, biológicos, genéticos, físico- responder a preguntas tales como:
químicos, sociológicos, económicos, ¿Qué usos históricos -agropecuarios,
antropológicos, jurídicos, históricos, fi- urbanísticos- le hemos dado a nuestro
losóficos, artísticos y pedagógicos, para territorio biológico? ¿De qué manera
poder acometer análisis pertinentes se han ido construyendo las valoracio-
acerca de nuestra biodiversidad tropi- nes científicas, culturales y económi-
cal. No se trata entonces de descubrir cas de la vegetación y de los animales
el umbral que separa a la ecología de en Colombia? ¿Qué relaciones hemos
los ecologismos, con el fin de hacer fabricado con nuestros diferentes
referencia a una ecología pura sino de paisajes? ¿Cómo ha funcionado el
abrir el campo del saber ecológico ha- antropocentrismo y cómo funciona hoy
cia los dominios de saber que acaba- el ecocentrismo en Colombia? ¿Qué tipo
mos de evocar. Tampoco se trata de de pedagogía y cuál ética orientan ac-
hacer énfasis en políticas proteccionis- tualmente los comportamientos con res-
tas antihumanistas o de cualquier otra pecto al medio ambiente en nuestro
índole, sino de abarcar los dominios de país? ¿Cómo se ha formado el concepto
saber abiertos por los problemas que el de recurso natural? ¿Cuáles relaciones
discurso ecológico ha hecho visibles: en históricas se analizan cuando se hacen

REVISTA HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 12, MEDELLÍN, NOVIEMBRE 2006, PP. 61-106
Alberto Castrillón Aldana 101

consideraciones acerca de los recur- 6. Bibliografía


sos energéticos y del medio ambiente?
¿Qué tipo de subjetividades humanas Acot, Pascal, Histoire de l’écologie,
surgen en la actualidad, promovidas por Paris, Presses Universitaires de
la circulación del discurso ecológico en France, 1988, 285 p.
Colombia con relación a los comporta- __________, L’Écologie, textos es-
mientos alimentarios? ¿Cómo se ha vi- cogidos y presentados por Pascal
vido y cómo se vive la tropicalidad en Acot, Paris, Presses Universitaires
nuestros territorios? ¿Cuál ha sido la de France, 1977, 157 p.
relación histórica entre arte y trópico?
¿Qué procesos de apertura conceptual Adanson, Michel, Histoire Naturelle du
suceden en los saberes a raíz de las Sénégal, avec la relation abrégée
revelaciones de la ecología? ¿Es posi- d’un voyage fait en ce pays
ble hacer historias particulares de nues- (1749-1753), Paris, Bauche, 1757.
tra relación con las técnicas, con las
__________, Famille des Plantes,
máquinas, con la producción industrial,
Paris, 1768.
teniendo en cuenta el discurso
ecológico? ¿Puede la ecología cambiar Allen, John, The Nature of biological
el sentido de las valoraciones econó- diversity, New Cork, 1963.
micas en Colombia al darle un lugar
preeminente al medio ambiente? Estas Bettini, Virginio, Elementos de
preguntas hacen parte integrante de los ecología urbana, Madrid, Trotta,
horizontes de trabajo que esta investi- 1998, 397 p.
gación ha permitido construir. No fina- Blandin, Patrick y Donato Bergandi, “Al
lizamos con conclusiones sino con op- alba de una nueva ecología”, en:
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análisis aquí hecho con la realización 2000, pp. 54-57.
de algunas de ellas.
Bonneuil, Cristophe, “El lugar donde se
Por último, considero que este tra- inventan los trópicos”, en: Mundo
bajo ha permitido entender en una for- Científico, Barcelona, 1997, pp.
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