LOS SECRETOS DE LA VENA CAVA INFERIOR
REVISIÓN CONTEMPORÁNEA
Los secretos de la vena cava inferior
The secrets of the inferior vena cava
Drs. Alma S. Arrioja S.1, José E. Herrera C.2 MTSVC, FACC, MSEC, ASECHO
1
Cardiólogo. Fellowship de Ecocardiografía. 2Cardiólogo. Ecocardiografista
RESUMEN
La vena cava inferior es una de las estructuras vasculares
del sistema cardiovascular hasta ahora poco estudiada por
asumirse que se trata de un vaso inactivo con poca importancia,
sin embargo, en los últimos años su estudio ha tomado auge en
nuestro país por evidenciarse la asociación de este vaso con
patologías de alta prevalencia como insuficiencia cardíaca,
hipertensión pulmonar, síncope, fibrilación auricular, entre
otras. De allí la importancia del conocimiento de esta
estructura, su anatomía, fisiología y métodos de exploración
como también el efecto de múltiples drogas en su función de
cumplir con el retorno venoso. Por estas razones es importante
obtener toda la información posible en su evaluación, no
solo como elemento diagnóstico descriptivo, sino también
con el objetivo de su uso potencial como blanco pronóstico
y terapéutico.
Palabras clave: Vena cava inferior, precarga, flujo.
CORRESPONDENCIA
Alma Sthela Arrioja Salazar
Prolongación carrera 17 con calle 12, Barrio La Feria,
ASCARDIO, Barquisimeto Estado Lara. Código postal: 3001.
Tel: +58-424-962.88.00; 251-252.25.92
E-mail: almasthelaarrioja@gmail.com
DECLARACIÓN DE CONFLICTO DE INTERÉS DE
LOS AUTORES:
Sin conflicto de intereses.
Recibido en: enero 18, 2015
Aceptado en: junio 02, 2015
120 Vol. 35, Nº 2, junio 2015
Avances Cardiol 2015;35(2):120-132
SUMMARY
The inferior vena cava is a vascular structure of the
cardiovascular system scarcely studied so far assuming that it is
inactive vessel of minimal importance, however, in recent years
its evaluation has flourished in our country due to a mounting
evidence of its association with high prevalent diseases such
as heart failure, pulmonary hypertension, syncope, atrial
fibrillation, among others. Hence the importance of the
knowledge of this structure in terms of anatomy, physiology and
methods of exploration as well as the effect of multiple drugs
on its role for accomplishing venous return. For these reasons,
it is important to gather all the possible information during the
evaluation, not only for a diagnostic descriptive purpose, but
also as a potential prognostic and therapeutic target.
Key words: Inferior vena cava, preload, flow.
Los secretos de la vena cava inferior
Dentro de las estructuras que ocupan el
retroperitoneo, la vena cava inferior (VCI) cuyo
nombre deriva etimológicamente del latin “cavus”
que significa hueco, es una de las estructuras que
forma parte de los mayores componentes del
sistema cardiovascular. En numerosas ocasiones
es pasada por alto tanto por médicos clínicos como
por imaginólogos. Sin embargo, la información
que proporciona su estudio y su asociación con
estados mórbidos que afectan estructuras de la
 ARRIOJA A, ET AL
región circundante es fundamental a la hora de la
evaluación global de un individuo, por lo que el
conocimiento anatómico, fisiológico y las variantes
anatómicas se hacen cada vez más necesarios (1).
Anatomía de la vena cava inferior
La cava inferior está formada por la confluencia
de la vena ilíaca común derecha e izquierda que
drenan la sangre de las extremidades inferiores
y la pelvis. Asciende en el retroperitoneo a la
derecha de la aorta abdominal, variando su forma
desde redondeada hasta ovalada o similar a una
hendidura dependiendo de la técnica de apnea y
del equilibrio del líquido intravascular. Recibe
tributarias mayores incluyendo las venas lumbares,
vena renal derecha e izquierda, vena gonadal derecha
y las venas hepáticas. El sistema venoso ácigos
se conecta directamente a la VCI o a través de las
venas renales (1). El flujo de la VCI representa el
75.% del flujo del retorno venoso total proveniente
de los miembros inferiores, cavidad pélvica y
cavidad abdominal. El flujo de la vena cava superior
(VCS) representa el 24 % aproximadamente del
retorno venoso correspondiente a cabeza, cuello,
miembros superiores y tórax y el flujo del seno
venoso coronario representa el 1 % del flujo venoso
cardíaco. De esta manera, de 80 cm3 de retorno
venoso al corazón, 60 cm3 corresponden a la VCI
y los otros 20 cm3 corresponden a la VCS y seno
coronario (2). La VCI está formada por cuatro
segmentos (Figura 1): hepático, suprarrenal, renal,
e infrarrenal (1).
Anomalías de la cava inferior
La anomalía más frecuente de la VCI es la
interrupción de su curso abdominal con drenaje
cardíaco a través del sistema venoso de la ácigos o
hemiácigos. De acuerdo con el nivel de desarrollo,
las anomalías de la VCI pueden ser divididas en
tres tipos (Tabla 1): del segmento infrarrenal,
renal y suprarrenal. En un estudio prospectivo
transversal y observacional de 12 000 estudios
de tomografía computarizada multidetectores
(TCMD), encontraron prevalencia de 0,15 % de
Avances Cardiol
Segmento hepático
Segmento suprarrenal
Segmento renal
Segmento infrarrenal
Figura 1. Segmentos en que se divide la VCI según su origen
embriológico (colores).
variantes anatómicas de las venas cavas, 68 % en el
sexo femenino. La variante anatómica más común de
la VCI resultó ser la duplicación de la VCI (33,3.%),
seguida en orden de frecuencia por la duplicación
de la VCI con continuación de la hemiácigos, VCI
inferior izquierda, vena renal izquierda retroaórtica
(que incluye VCI izquierda con vena renal
retroaórtica), vena renal izquierda circumaórtica.
Otras variedades incluyen la ausencia de VCI
con preservación del segmento suprahepático,
duplicación de la VCI con continuación de la ácigos,
uréter retro o circumcava (1,3-5).
Métodos de exploración
La tomografía computarizada multidetectores
(TCMD) combinada con técnicas de reconstrucción
multiplanar y tridimensional han logrado que la
angio-tomografía resulte un método atractivo que
ofrece varias ventajas respecto a la angiografía
convencional por cateterismo para evaluar anatomía
vascular. Entre ellas resaltan el ser menos invasiva,
menor costo, la posibilidad de obtenerse en período
de tiempo breve y permitir mostrar alteraciones
no vasculares no detectables en la angiografía
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 LOS SECRETOS DE LA VENA CAVA INFERIOR

Tabla 1. Anomalías de la vena cava inferior por segmentos

Anomalías de la VCI por segmentos

Segmento infrarrenal Segmento renal Segmento suprarrenal

VCI izquierda • Vena renal izquierda retroaórtica • Continuación ácigos de la VCI

• Duplicación de la VCI
• Doble VCI derecha • VCI izquierda con continuación
hemiácigos
• Ausencia de segmento subrenal de la VCI • Anillo venoso circumaórtico
• VCI izquierda con uréter retro cavo
• Duplicación de la VCI con uréter retro cavo izquierdo

convencional. La VCI y sus tributarias son mejor VISTA SUBCOSTAL

valoradas en el plano coronal y el uso generalizado
de la TCMD en múltiples situaciones e indicaciones DECÚBITO SUPINO DE PIE DECÚBITO LATERAL
clínicas ha permitido que en la actualidad sus
aplicaciones sean rutinarias y que mediante EJE LARGO EJE CORTO

protocolos establecidos sea posible evaluar el árbol

vascular corporal no solo la VCI. Esto ha generado
que con la angio-TCMD se logre una evaluación EJE LARGO EJE CORTO EJE LARGO EJE CORTO

exacta ya que ofrece una información precisa para

la planificación y realización de procedimientos
quirúrgicos, facilitando el mapeo pre-quirúrgico,
reduciendo el riesgo vascular y facilitando la toma
de decisiones (6,1).
La ecocardiografía y ecografía continúan
siendo métodos accesibles y de bajo costo de los
que se dispone para la evaluación de la VCI con
las desventajas de no permitir la evaluación de su
recorrido completo, ser operador dependiente y por
la ausencia de visualización en hasta 15 % de los
individuos por una inadecuada ventana acústica.
En la evaluación de la función cardíaca mediante Figura 2. Evaluación ecocardiográfica de la vena cava inferior.
ecocardiograma se emplea el Doppler pulsado Tomas en ejes largo, corto y espectrograma de vena cava inferior
para la obtención del perfil del espectrograma de reflejando el flujo normal de la VCI. Flujo posdiafragmático durante
la inspiración (Círculo amarillo) de alta velocidad (0,89 m/s: onda
la cava, siendo este bien definido y alterándose en sistólica) y durante la espiración (Círculo rojo) de baja velocidad
situaciones patológicas que afectan el llenado del (0,46 m/s). La angulación del eje de ultrasonido fue corregido con
ventrículo derecho(3,7,8). El abordaje es sencillo en la ángulo Teta.
vista subcostal: decúbito supino, de pie y decúbito
lateral, en ejes corto y largo(9) (Figura 2).
Según las directrices brasileras de tomografía
y resonancia(10), la resonancia magnética (RM) es permitiendo mejor resolución espacial de la misma
un método útil y complementario en la evaluación con reconstrucción tridimensional y evaluación
de estructuras vasculares, entre ellas la VCI, fidedigna de anatomía y función. No obstante, sigue

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siendo la ecocardiografía el método más difundido
para la evaluación de la VCI(3).
Diámetro normal
Se ha establecido clásicamente que el diámetro
normal de la VCI es 16±2 mm(11), obteniendo su
diámetro definitivo a los 12 – 13 años de edad (9), sin
embargo, existen particularidades susceptibles de
mención. Al evaluar por género, se ha encontrado
un diámetro normal de 17,4 mm en hombres y
16,6 mm en mujeres. Al indexar el diámetro por
superficie corporal, encontramos que el diámetro
máximo es 0,9 ± 0,3 cm/m2 y el diámetro mínimo
es 0,7 ± 0,4 cm/m2(9). Por otra parte, se han definido
terciles de evaluación, útiles para el diagnóstico
de macro y microcava. Tales terciles son los
siguientes: primero: 10-14 mm; segundo: 15 – 17
mm y tercero: 18 – 20 mm. Brennan y col. (12)
encontraron que el punto de corte del diámetro de
VCI con mejor predicción de presión de aurícula
derecha por encima o por debajo de 10 mmHg fue
20 mm (sensibilidad 73 % y especificidad 85 %).
Herrera y col. (9), tomando el diámetro de la VCI,
definen microcava cuando el diámetro es menor a
10 mm; macro o megacava cuando es mayor a 20
mm; ectasia cuando tiene un aumento del diámetro
menor o igual a 50 % del valor normal; y aneurisma
cuando el diámetro es mayor al 50 % del valor
Figura 3. Mega cava o cava ectásica (Panel A) y micro cava o cava hipoplásica (Panel B).
Avances Cardiol
normal (Figura 3).
¿Dónde y cómo se mide?
La medición del diámetro de la VCI debe ser
hecho en espiración en la unión cavo-diafragmática
derecha a 2 cm de la llegada de la VCI a la aurícula
derecha. El diámetro longitudinal a nivel de la
porta y al punto intermedio de estas dos medidas,
no deben ser hechas en modo M por la angulación.
Tal diámetro longitudinal requiere para su cálculo la
corrección del ángulo teta entre el cursor y el flujo,
habitualmente de 45 grados; en caso de no hacerse
tal corrección angular debe sumarse 30 % al número
resultante para no infravalorar la medida(9). La
medición anteroposterior (AP) o en eje corto debe
ser perpendicular al eje de la cava, que resulta el
ideal, y la medición lateral debe ser perpendicular
al eje AP de la cava.
Wallace y col. (13) estimaron en voluntarios
sanos que las medidas de la variación respiratoria
en cuanto al colapso de la VCI es equivalente en
los individuos cuando la medición se realiza al
nivel de la vena renal izquierda y a 2 cm caudales
de la entrada de la vena hepática, indicando que
las medidas realizadas en la unión de la VCI a la
aurícula derecha y en otros niveles no es equivalente
y por tanto debe ser evitada. Se ha observado
casos de dilatación aislada de VCI con disminución
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 LOS SECRETOS DE LA VENA CAVA INFERIOR
de su colapsabilidad respiratoria en individuos
por lo demás sanos, evidenciándose flujo lento
intravascular o eco contraste en su interior, diferente
a las partículas densas generadas por aumento de
hematocrito, fibrinógeno y falla renal (5,14,15).
Fisiología y flujo normal
Grant y col. (11) indican que en inspiración
sostenida, la sangre retorna al tórax por aumento
de la presión negativa, causando colapso de la
VCI, siendo alto el flujo pero con presión baja.
Durante la expiración y sostén de la espiración
sucede lo contrario, causando un “baloneo” o
llenado de la VCI. Con la maniobra de Valsalva
se suma otro factor: la presión abdominal. En la
mayoría de los individuos la presión abdominal es
lo suficientemente alta como para forzar el flujo
sanguíneo de sangre a través de la VCI y dentro del
tórax, así, colapsa la VCI, sucediendo lo contrario al
efecto que ejerce la maniobra de Valsalva en la vena
yugular, las cual se distiende. Los autores indican la
mejor visualización de la VCI y de su distensibilidad
sosteniendo la respiración luego de la inspiración,
y sucedió así en su estudio, mientras que en otros
individuos se observa la máxima distensión al final
de la espiración, indicando que de cualquier manera
la diferencia es pequeña en ambos estadíos. Indican
además que la VCI tiene su menor diámetro durante
la inspiración y en 80 % de los casos se encuentra
con la maniobra de Valsalva. El ángulo del eje del
flujo caval por lo general está en 45 grados y se
debe hacer la corrección del ángulo teta para no
infravalorar las velocidades del flujo caval como
ha sido mencionado (9).
Laborda y col. indican que los movimientos
(16)
respiratorios tienen la mayor influencia sobre la
dinámica de la VCI, indicando que el incremento de
la presión intracaval durante la maniobra de Valsalva
resulta en una disminución significativa de su área de
corte seccional, sin embargo, tal correlación negativa
no produjo diferencia estadísticamente significativa.
Se ha reportado conflictos en los reportes de la
literatura respecto al calibre y variación fisiológica
de la VCI mediante ecografía, principalmente en
patologías como insuficiencia cardíaca congestiva
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(ICC) derecha, tumores abdominales y masas que
desplazan la posición de la VCI (11).
El estudio del retorno venoso sistémico puede
realizarse explorando con Doppler pulsado el
espectrograma del flujo de las venas suprahepáticas
(VSH) por vía subcostal, reflejando el llenado del
ventrículo derecho. El espectrograma está formado
por un componente doble anterógrado (onda S y
onda D) y una onda retrógrada (onda Ar) coincidente
con la contracción auricular (9). El flujo en pantalla
es inversa al flujo venoso pulmonar debido a la
dirección opuesta del flujo de las VSH con respecto
al transductor. El flujo de llenado sistémico muestra
significativas diferencias según la fase del ciclo
respiratorio, incrementándose las velocidades con
la inspiración (3).
La mayoría los pacientes ventilados van a
tener una VCI dilatada, pero en los no ventilados el
análisis de la VCI es útil, la dilatación y la ausencia
de cambios del diámetro y de la distensibilidad de
esta, en la inspiración y expiración indican que el
volumen está elevado o existe insuficiencia del
ventrículo derecho (4).
Cambios de diámetro con cambios de posición
En condiciones normales, la reducción en el
diámetro de la VCI es de 15 % al pasar del decúbito
dorsal a bipedestación, por reflejo autonómico, valor
que asciende a 27 % en casos de mega cava (9).
Morfologías de colapso inspiratorio y sus flujos
Partiendo del patrón de normalidad,
tomado de las venas hepáticas, como reflejo del
espectrograma de la VCI, se observan variaciones
en tal espectrograma producto que situaciones que
condicionan modificaciones en las cargas cardíacas,
así como modificaciones en la VCI per se. En ese
sentido observamos los siguientes patrones (9):
Condiciones que cursan con ausencia o mínimo
colapso de la cava inferior
Existen condiciones en las cuales el índice de
 ARRIOJA A, ET AL
colapsabilidad pierde utilidad en vista de la falta de
colapso o colapso mínimo de la VCI en inspiración,
entre ellas: derrame pleural derecho, intubación
endotraqueal, apnea del sueño, insuficiencia
diafragmática e hipertensión arterial pulmonar
severa (2).
Presión de aurícula derecha y presión venosa
central: utilidad de la cava
La VCI es útil para estimar presión auricular
derecha (PAD), de manera indirecta y no invasiva,
mediante ecocardiografía, a través de la ventana
subcostal, usando el diámetro de la vena cava
inferior y su índice de colapso inspiratorio (IC):
IC= diámetro máximo - diámetro mínimo/ diámetro
máximo x 100; que debe ser medido en la unión
cavo-diafragmática derecha, donde la medida
resulte mayor, siendo de mayor utilidad el eje
corto de la VCI ya que el eje del ultrasonido es
perpendicular al eje de la cava, no hay angulación
del haz de ultrasonido y el diámetro máximo es
el correcto (9). Se ha estimado clásicamente que
existe buena correlación entre diámetro de VCI y la
PAD; encontrándose que una VCI ≤21mm con un
IC >50.% estiman una PAD y a su vez una presión
venosa central (PVC) entre 0-5 mmHg, mientras
que VCI >21 mm y no colapsable la estima ≥ 15
mmHg. Los cambios en la presión intra-abdominal
y la respiración modifican el volumen de la VCI (17).
El diámetro de la VCI tiene relación directa
con la PAD y PVC con 80 %-90 % de precisión
siendo un parámetro fácil de estimar y con baja
variabilidad inter-observador. Sin embargo, y como
limitante, la VCI no es evaluable 10 %-15 % de los
pacientes mediante ecocardiografía. El IC de la
VCI, la dilatación de las VSH y el desplazamiento
del septum interauricular permiten una estimación
no invasiva de la precarga de cavidades cardíacas
derechas. En modo bidimensional o modo M, uno de
los criterios de hipovolemia es una VCI colapsada,
junto con otros parámetros como reducción de
diámetro del VI (17).
En los pacientes sépticos, conectados a
ventilación mecánica y con falla cardíaca, se
pierde la variación cíclica respiratoria normal
Avances Cardiol
de la VCI (4) y se ha estimado que un índice de
distensibilidad de la VCI mayor a 18 % es un buen
predictor de la respuesta al volumen o expansión
volumétrica con 90 % de especificidad y de
sensibilidad. Existe una relación fuerte (r=0,79)
entre el índice de distensibilidad de la VCI basal y
el aumento del índice cardíaco posfluido-terapia,
mientras que la PVC resulta un predictor de poca
precisión(17). Bendjelid y col. (18) indican que en
pacientes mecánicamente ventilados la correlación
entre VCI y la PAD es variable en la literatura, sin
embargo, encontraron en 30 pacientes críticamente
enfermos, sedados, ventilados mecánicamente, en
quienes se midió el diámetro de VCI en supino
con ecocardiograma transtorácico, modo M y
sincronización electrocardiográfica, que con el
diámetro de la VCI al final de la espiración y fin
de diástole, la correlación lineal con la presión de
AD fue de 0,81 (P<0,0001) con monitorización
electrocardiográfica y modo M y de 0,71 (P<0,0004)
sin monitorización electrocardiográfica con modo
2D. Concluyen que la variación de la correlación
entre el diámetro de la VCI y PAD depende del
método ecocardiográfico y del tiempo en el ciclo
cardíaco, siendo la medición de la VCI en modo M
monitorizada con electrocardiograma en telediástole
y fin de la espiración la de mayor correlación con
PAD.
La fiabilidad de la estimación está establecida
en los laboratorios de ecocardiografía, sin embargo,
existen limitaciones técnicas en los enfermos de
terapia intensiva. La ventilación mecánica dificulta
la técnica ante la ausencia de una adecuada ventana
ecocardiográfica. En pacientes no ventilados, la
presencia de disnea o imposibilidad de tolerar
el decúbito lateral izquierdo son los mayores
impedimentos. La presencia de arritmias, sobre
todo fibrilación auricular (FA), obliga a promediar
las mediciones durante 5-10 latidos. A pesar de
estas limitaciones la medida de la presión sistólica
de la arteria pulmonar por ecografía Doppler, es un
método fiable, con buena correlación con métodos
invasivos (17).
Brennan y col. (12) desafiaron las directrices
propuestas hasta la fecha para la estimación de la
PAD utilizando la VCI, evaluando a 102 individuos
125
 LOS SECRETOS DE LA VENA CAVA INFERIOR
sometidos a cateterismo cardíaco derecho.
Encontraron que el punto de corte del diámetro de
VCI con mejor predicción de PAD por encima o
por debajo de 10 mmHg fue 20 mm (sensibilidad
73 % y especificidad 85 %) y el valor óptimo de
colapsabilidad de la VCI fue 40 % (sensibilidad
73 % y especificidad 84 %), indicando que los
esquemas tradicionales de PAD en rangos de 5
mmHg basados en los parámetros preestablecidos
de diámetro y colapsabilidad de VCI tienen poca
precisión (43 %) y proponen un esquema basado
en los puntos que encontraron.
Disfunción caval
Término acuñado por Herrera y col. (9, 2) como
la incapacidad de la VCI para cumplir con el retorno
venoso, teniendo causas como la deshidratación,
hipovolemia, uso de fármacos vaso-activos
compresión externa (tumores, quistes hepáticos,
anomalías congénitas, micro y mega cava), etc.
Estas se expresan con clínica de bajo flujo caval
(pre-síncope o síncope), que mejoran al mejorar
el flujo (retorno venoso) y diámetro de la vena
cava a valores que permitan cumplir con el retorno
venoso y garantizar una presión media de llenado
sistémica adecuada
Insuficiencia cardíaca y vena cava inferior.
La insuficiencia cardíaca (ICC) es uno de los
principales problemas de salud pública a nivel
mundial. Es un síndrome progresivo con alta
prevalencia y etiologías diversas. Si bien los
avances en la terapia farmacológica mejoraron su
evolución, la mortalidad al año continúa siendo
elevada. El tratamiento de estos pacientes es guiado,
en gran medida, por los síntomas; sin embargo,
existen parámetros hemodinámicos útiles para la
optimización de su manejo. Tradicionalmente,
estos parámetros han sido evaluados por técnicas
invasivas, a través del cateterismo cardíaco y/o del
monitoreo hemodinámico con catéter de Swanz-
Ganz. Con el advenimiento del eco Doppler cardíaco
estos parámetros pueden ser estimados de manera
no invasiva, en la cabecera del paciente (9,19-21).
126 Vol. 35, Nº 2, junio 2015
El eco Doppler cardíaco aporta información
adicional útil para el manejo terapéutico, para
evaluar la respuesta al tratamiento y, en los últimos
años, se ha constituido en el examen cardiovascular
complementario preferido para el seguimiento
longitudinal de estos pacientes (17). La estimación de
la presión en la AD es un factor clave para cuantificar
la mayoría de los parámetros hemodinámicos
derechos y, a su vez, es un indicador del estado de
congestión pulmonar. El diámetro de la VCI y de
su colapso inspiratorio(21), anteriormente utilizados
para estimar los rangos de presión de la AD han
quedado desplazados por la propuesta de Brennan
y col. (12) de considerar el diámetro de 20 mm de
la VCI como representación de una presión de AD
de 10 mmHg o menos, siendo la presión de la AD
uno de los parámetros que se estiman en pacientes
con insuficiencia cardíaca.
Se ha estimado que en los pacientes con ICC
el número de reingresos se asocia en su mayoría
con congestión venosa, aumento de las presiones
de llenado de cavidades derechas e hipertensión
pulmonar, siendo estos dos últimos factores de
mal pronóstico en tales pacientes. Nath y col. (22)
estimaron una supervivencia al año de 95 % en
pacientes ambulatorios estables con ICC y VCI de
diámetro normal, y 67 % cuando se encontraba la
VCI dilatada sin colapso, indicando que este último
resulta un predictor de mortalidad con un hazard
ratio (HR) de 1,64 (95 % intervalo de confianza:1,33-
2,00; P< 0,0001). Indican además que los pacientes
con VCI dilatada y sin colapso tienen 38 % de
posibilidad de recurrencia de ICC respecto a 11 %
de aquellos con VCI de diámetro normal.
Goonewardena y col. (8) indican que los
pacientes ingresados por ICC tienen mayor tasa de
reingreso cuando presentan VCI dilatada (21.% vs
61 %, P < 0,001), acotando además que un índice
de colapsabilidad < 50 % es más frecuente en
los individuos con mayores reingresos (47 % vs
71.%, P<0,01). Pellicori y col. (23) indican que los
individuos con ICC no ingresados (568 pacientes),
con o sin FEVI reducida, que tienen VCI dilatada
[> 16 mm, promedio 19 mm (16-23)], presentan
40 % más riesgo de eventos adversos (muerte,
reingresos), indicando que la dilatación de la VCI
 ARRIOJA A, ET AL

resulta un predictor independiente de mortalidad y producir efectos beneficiosos en los parámetros

(HR 1,17; 95 % intervalo de confianza: 1,13-1,20) hemodinámicos de tales pacientes (Figura 4).
y de resultados adversos.
Los criterios diagnósticos para EDVCI
propuestos por Herrera y col. (19) son 4: 1) formación
fibrótica que ocupe al menos 80 % del área de la
Insuficiencia cardíaca y estenosis dinámica de
VCI en la entrada a la aurícula derecha, 2) oclusión
la cava: Una nueva entidad
de 90 a 100 % del área de la VCI a la inspiración,
La precarga esta aumentada (hipervolemia) en 3) velocidad pico de flujo espiratorio mayor a 1 m/
el 90 % de los pacientes con ICC y la reducción de sg, y 4) cese del flujo en inspiración (Figuras 5 y 6).
precarga actualmente depende de la administración Herrera y col. (19) estudiaron el fenómeno de EDVCI
de diuréticos, nitratos, IECA, antagonistas de en individuos con ICC (n=35) comparándolo con
receptores de la arginina vasopresina, beta un grupo de individuos sanos (n=20), encontrando
bloqueadores, ultrafiltración y diálisis, sin que que el grupo con EDVCI asociada a ICC mostró que
hasta ahora se haya podido detener la progresión
de la IC. Cuando el colapso es mayor, menor es
la presión en la AD y se ha reportado el síndrome
Budd-Chiari, producido por obstrucción trombótica
en la vena hepática y en la VCI, pero nunca se
ha reportado la estenosis dinámica de la VCI
(EDVCI) la cual es producida por un formación
fibrótica en la unión cavo diafragmática derecha
en conjugación con el colapso inspiratorio de la
VCI, produciendo un corte del flujo de la VCI a
la AD durante la inspiración. Esta nueva entidad
ha sido observada con una prevalencia de 0,5 %
en la Unidad de Cardiología José Herrera, (Nueva
Esparta-Venezuela). La EDVCI es un fenómeno
regulador de precarga intermitente que ha sido
evaluado y presentado por el Herrera y col. (19) como Figura 4. Representación esquemática de la restricción dinámica de
la vena cava inferior.
una alternativa de tratamiento para dichos individuos
A. VCI EN ESPIRACIÓN B. VCI EN INSPIRACIÓN

VCI abierta en Formación VCI Formación Flujo de

Vena Flujo a
espiración fibrocálcica cerrada en fibrocálcica muy alta
supra- alta
oclusiva inspiración oclusiva velocidad:
hepática velocidad
subtotal severa hasta 2 m/s

Figura 5. Elementos que definen la estenosis dinámica de la vena cava inferior.

Avances Cardiol 127

 LOS SECRETOS DE LA VENA CAVA INFERIOR
Figura 6. Secuencia de restricción dinámica de la vena cava inferior.
no había diferencia estadísticamente significativa
en diámetro del ventrículo izquierdo (VI), aurícula
izquierda (AI), ventrículo derecho (VD) ni área de
la AI cuando se comparó con sanos, posiblemente
debido a menor presión de llenado del VI expresada
en una relación E/A menor en el grupo de EDVCI
(P=0,000002), ello podría explicarse por la
restricción de flujo en VCI por la EDVCI no presente
en el grupo de individuos sanos.
La regulación mecánica del flujo en la VCI
(RDFVCI) con placa no había sido descrita
anteriormente como alternativa de tratamiento de la
IC. Herrera y col. (20) compararon 15 pacientes con
RDFVCI contra 30 sujetos en ICC sin RDFVCI,
haciéndose evaluación ecocardiográfica y medición
del diámetro de la VCI a 1cm de la entrada en la AD,
posición supina y en eje largo. Encontraron que en
los pacientes con RDFVCI el diámetro medio de
la VCI en inspiración fue de 0,23±0,1 cm respecto
al grupo control (1,36±0,55 cm); con diferencia
estadística (P<0,0001). La RDFVCI produjo
disminución significativa (P<0,0001) del diámetro
del VI, disminución del área de AI (P<0,0001),
mayor fracción de eyección (P<0,0001), relación
E/A mitral menor (P<0,0003), indicando menores
presiones de llenado del VI.
128 Vol. 35, Nº 2, junio 2015
Estenosis dinámica de cava inferior artificial en
Venezuela con catéter balón:
Basados en las observaciones anteriores,
se realizó un protocolo para evaluar los efectos
hemodinámicos en pacientes con insuficiencia
cardíaca isquémica y no isquémica, al modificar
el flujo de la VCI de una manera percutánea con
balón restrictor. Este protocolo se desarrolla en
Ascardio Barquisimeto Estado Lara y del primer
caso realizado, sus resultados fueron aceptados
para presentación en el Congreso T.C.T./A.C.C.
en Washington, septiembre 2014, como método
innovador de gran impacto. Desde la fecha se ha
continuado la evaluación en humanos con un total
de 5 pacientes incluidos desde el 17/11/2013 hasta
el 29/11/2014, esperándose un total de 8 sujetos para
presentar estos resultados en escena internacional
y nacional, y continuar con nuevas fases de
experimentación(9)..Este método podría ser una
novedosa alternativa para reducción de la precarga
y cambios beneficiosos hemodinámicos con mejoría
decongestión pulmonar y clase funcional (Figura 7).
Motilidad irregular y actividad eléctrica en la
vena cava inferior
Clásicamente han sido descritas las venas
 ARRIOJA A, ET AL
Figura 7. Modelo artificial consistente en catéter balón para restricción de flujo en vena cava inferior. (Disminución de precarga intermitente).
pulmonares como parte del circuito de la fibrilación
auricular, no obstante, es poco lo que se conoce
sobre el papel de la VCI, su motilidad irregular y
la presencia de actividad eléctrica de sus paredes
en este circuito. Constituye un tópico cuyo análisis
se hace necesario ante la interrogante del posible
rol de la cava inferior en la FA, e inclusive, con el
potencial terapéutico que representaría la ablación
de la vena cava. Herrera y col. (24), en un estudio con
21 pacientes con FA, con y sin motilidad irregular
documentada en la cava, evaluaron la motilidad de
la cava desde 2 hasta 8 cm de la AD junto con la
actividad eléctrica registrada con catéter luminal
(Catéter Lazo). Encontraron que el 53 % de los
casos presentó motilidad irregular y un 18 %
actividad eléctrica caval durante la FA. La motilidad
irregular desapareció al retornar el paciente a ritmo
sinusal. Ello implica que la VCI podría ser parte
del circuito de FA en un número considerable de
pacientes, constituyendo una nueva alternativa de
enfoque para el estudio de tal arritmia con el objeto
de optimización terapéutica.
Síncope y vena cava: un nuevo actor invitado
El síncope vaso-vagal es común en adultos
jóvenes, afectando al 40 % de los sujetos en este
grupo etario con predominio en el sexo femenino.
Su patogenia no es del todo clara, sin embargo,
Avances Cardiol
la teoría principal sugiere un rol central del
ortostatismo venoso por debajo del tórax, que
lleva a una activación paradójica de los reflejos
inhibitorios cardioneurales. El síncope vaso-vagal
presenta pródromos por activación autonómica y
se asocia a estar de pie durante largo tiempo, hecho
que pudiera estar relacionado con fallas del retorno
venoso. Ocasionalmente se observa VCI dilatada
al ecocardiograma en adultos jóvenes con síncope
vaso-vagal que son referidos para evaluación
cardiológica.
Herrera y col. (2) con el objeto de evaluar la
VCI y su flujo en pacientes con síncope vaso-vagal
estudiaron parámetros ecocardiográficos en dos
grupos de pacientes. El Grupo 1 constituido por
12 sujetos sanos, 10 mujeres, edad media 39 ± 17
años y 2 hombres, edad media de 33 ± 11 años.
El grupo 2 lo representó 10 pacientes con síncope
vaso-vagal, 8 mujeres con edad media de 29 ± 8
años y 2 hombres con edad media de 23 ± 3 años.
Se obtuvo la medición de la cava inferior en posición
supina subcostal y en eje largo. Igualmente de
pie en vista subcostal con flexión cervical a 2 cm
de la entrada en AD. Los parámetros evaluados
fueron área, diámetro y velocidad del flujo pre
(sub) y posdiafragmáticos. Encontraron que el
grupo 2 mostró diámetro AP y área en espiración
significativamente mayor (P=0,0002 y P= 0,005;
respectivamente), sub diafragmática en posición
129
 LOS SECRETOS DE LA VENA CAVA INFERIOR
supina, hecho que explicaría velocidades de flujo
significativamente menores sub diafragmáticas
en posición supina (P=0,047) y de pie (P=0,005)
sugiriendo su asociación con el síncope.
Styczynski y col. (25) en un estudio con 53
sujetos con síncope vaso-vagal típico o historia
de pre-síncope (promedio de episodios: 5, rango:
1-23), excluyendo atletas e individuos con otra
condición cardiovascular o bajo medicación,
evaluaron el diámetro de la VCI con ecocardiograma
en posición supina en vista subcostal. Registraron
el diámetro máximo en fin de espiración con
respiración normal a 5 cm de la unión cavo atrial.
Encontraron que los sujetos con síncope tenían
VCI de mayor tamaño (P< 0,001) y un diámetro
de VCI ≥24 mm tuvo 72 % de sensibilidad y 82 %
de especificidad para predecir historia de síncope
vaso-vagal, concluyendo que la VCI juega un rol
importante en el síncope de origen vaso-vagal. La
VCI dilatada podría ser un marcador de disminución
del tono venoso abdominal y/o incremento de su
elasticidad lo cual conllevaría a exagerar el volumen
intravascular venoso en el reposo y posteriormente
en ortostatismo. Igualmente, indican que la VCI
dilatada no representa aumento de la PAD.
Atletas entrenados y vena cava inferior
Las características cardíacas estructurales de los
atletas altamente entrenados han sido definidas de
manera exhaustiva por ecocardiografía, sin embargo,
la información relativa a la VCI en tales sujetos es
escasa. Goldhammer y col. (7) encontraron que la VCI
dilatada es un hallazgo común en esa población de
individuos indicando que en 58 individuos altamente
entrenados, comparados con 30 controles, la VCI
fue de 2,31 ± 0,46 cm comparada con 1,14 ± 0,13
cm en los controles (P<0,001), encontrando VCI
dilatada (1,7-2,5 cm) en 70,7 % de los individuos
y muy dilatada (≥2,6 cm) en 24,1 %. El mayor
diámetro se encontró en los nadadores (2,66 ± 0,48
cm) comparado con 2,17 ± 0,41 cm en el resto de
atletas. El índice de colapsabilidad fue de 58± 6,4.%
en atletas, comparado con 70,2 ± 4,9 % en el grupo
control (P<0,001). Tales autores concluyen que
la dilatación de la VCI probablemente representa
130 Vol. 35, Nº 2, junio 2015
una adaptación de las estructuras extracardíacas al
ejercicio crónico extenuante en esos individuos.
Hipovolemia y vena cava inferior
En pacientes politraumatizados la pérdida
hemática suele ser un factor común en múltiples
oportunidades, ameritando la reposición de la
volemia a la brevedad cuando la hemorragia se
hace evidente. Lyon y col. (26) indican en un estudio
procedente de 31 voluntarios sanos que hicieron
donación de 450 cm3 de sangre, que la diferencia
en el diámetro de la VCI pre y posdonación, tanto
en inspiración como en espiración, medido por
ecografía, resulta un parámetro útil y con diferencia
estadísticamente significativa (P<0,0001) como
predictor de perdida volémica. Indican que existe
correlación entre el diámetro de la VCI en inspiración
y espiración posperdida hemática (r=0,83) y entre el
diámetro inspiratorio y espiratorio (r=0,74 y r=0,75;
respectivamente) pre y pospérdida. Chen y col. (27)
en un estudio prospectivo observacional con 36
pacientes entre 6 meses y 16 años con evidencia de
deshidratación, indicaron que la relación entre la
VCI y la aorta es una medida útil al compararla pre
y poshidratación. Encontraron que el radio VCI/
Aorta en los sujetos fue más bajo al compararse
con los controles (media de 0,75 vs 1,01), con una
diferencia en la media de 0,26 (95.% intervalo de
confianza = 0,18 – 0,35). En los sujetos el VCI/
Aorta fue significativamente más bajo antes de
la hidratación (media de 0,75 vs 1,09), con una
diferencia de medias de 0,34 (95 % intervalo
de confianza = 0,29 – 0,39). Concluyen que la
medida por ultrasonido del radio VCI/Aorta es un
parámetro útil y más bajo en los niños clínicamente
deshidratados, incrementando con la hidratación.
Efecto de las drogas sobre la vena cava inferior
Herrera y col. (9,2) han encontrado que algunas
drogas modifican el reflejo antigravitacional así
como el retorno venoso a través de la VCI, siendo
susceptibles de empeorar o mejorar la disfunción
caval antes mencionada. En ese sentido han
encontrado:
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-Drogas que mejoran el reflejo
antigravitacionaly retorno venoso caval: Ginseng.
-Drogas que inhiben reflejoantigravitacional
y retorno venoso caval: Alcohol, bloqueadores
alfa (tamsulosina), nitratos.
CONCLUSIONES
Con el paso del tiempo es cada vez mayor
el conocimiento que se tiene sobre la vena cava
inferior, no solo de su anatomía sino también de su
funcionamiento normal y patológico y asociación
con entidades clínicas de alta prevalencia y morbi-
mortalidad. En la actualidad se encuentra en el
camino de ocupar un lugar importante en la esfera
cardiovascular, convirtiéndose en un foco de
atención cada vez mayor. La cava inferior ha sido
estudiada más intensamente en nuestro país desde
hace aproximadamente 9 años encontrándose un rol
importante dentro de la fisiopatología no solo de
la insuficiencia cardíaca, sino de entidades como
el síncope, hipertensión pulmonar y fibrilación
auricular. Tal asociación con dichas patologías
podría representar un futuro promisorio para las
mismas modificando las situaciones de carga
cardíaca, como disminuir la precarga para mejorar
la clínica congestiva de la insuficiencia cardíaca, o
aumentarla para compensar el retorno venoso caval
en el síncope y mejorar la clínica por bajo flujo caval.
Por otra parte, se ha comenzado a estudiar el efecto
de algunas drogas de uso habitual sobre la cava,
observándose alteraciones en su funcionamiento,
principalmente en el reflejo antigravitacional y
retorno venoso caval, así, drogas como el gingeng
tienen un efecto positivo mientras que otras como
el alcohol, bloqueadores alfa y nitratos tienen un
efecto negativo promoviendo la clínica de disfunción
caval (incapacidad para cumplir con el retorno
venoso) expresada en pre-síncope o síncope. Tales
conocimientos sobre la cava resultan fundamentales,
por la asociación con síndromes cardiovasculares
comunes y el efecto de algunas drogas sobre la
dinámica caval lo que permitiría establecer su
rol como nueva diana predictiva, pronóstica y
Avances Cardiol
terapéutica.
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