Está en la página 1de 4

Características del niño tirado

El “síndrome del emperador” aparece cuando un niño que debería ser feliz y hacer
feliz a sus padres se convierte en el símbolo de una falta de tolerancia de la frustración
que parece cada vez más dominante en nuestra sociedad. Este joven quiere hacer las cosas
como él quiere, y lo quiere ahora, y no le retiene (arredra) la conciencia a la hora de ser
violento; porque no quiere escuchar ni parece entender lo que sus padres traten de
enseñarle así lo señala Fernández, Cruz, Domínguez & Abelleira (2009).

Muchos de los que tienen el síndrome del emperador no son delincuentes


comunes, no proceden de la marginalidad o el desamparo; los delincuentes comunes no
suelen tiranizar a sus propios padres no tienen mayor interés o energía para soportarlos.
Es necesario distinguir el joven que padece el síndrome del emperador del joven violento
que, sin ser tampoco un delincuente habitual, ataca a su familia; se trata de jóvenes con
enfermedades mentales o trastornos adictivos.

El perfil del hijo tirano es un chico (chica) de clase no marginal que mientras vive
en su casa extorsiona a sus padres usa cualquier medio negativo para obtener cosas o
privilegio (amenazas explícitas, violencia verbal/física), si el menor consigue tener el
control de la situación su comportamiento puede estar más motivado por el mero hecho
de disfrutar del control y del dominio de la situación, este joven ejercita en el seno de su
familia lo que intentará hacer luego fuera de casa, con miras más amplias y con
desconocidos.

Garrido (2005), caracteriza principalmente a estos por su ausencia de conciencia,


lo que les lleva a presentarse como una tabula rasa en el plano emocional, dejando a un
lado cualquier tipo de vinculación afectiva con los demás, incluso sus padres. Estos niños
también presentan dificultades de motivación al realizar una acción por una distorsión en
el estriado ventral del cerebro que incluye en núcleo accumbens, lo que se relaciona
directamente con la inmediatez de los objetivos conseguidos.

Los apelativos tiranos y dictadores están relacionados con la personalidad y


conducta de aquellos niños que habiéndose convertido en reyes supremos del hogar,
maltratan y vejan a sus padres. Esta problemática está peligrosamente aumentando en los
hogares aunque muchos progenitores lo sigan ocultando para evitar ser perlados como
malos padres. El Síndrome del Emperador supone la violencia de hijos a padres debido a
una ausencia de conciencia y un comportamiento dirigido al abuso, extorsión,
manipulación, control y explotación del otro (Garrido, 2007). El hijo intenta subordinar
a sus padres a través de mandatos y ante las amenazas (físicas, emocionales, etc.) que éste
les impone. Esa ausencia de conciencia, es lo que les hace más temibles al no tener esa
capacidad de relación emocional con los demás y por tanto nadie ni nada que le haga
pensar en la maldad de sus acciones.

Este síndrome presenta además una serie de variables en función del nivel de ausencia de
conciencia, incapacidad de empatía y amor ajeno, como escaso juicio moral, aunque la
más común es la del “hijo psicópata integrado dentro de la familia” (Garrido, 2005, p.
92). Con respecto a las demás encontramos: el niño violento y explotador, el irresponsable
y vago, el delincuente y drogadicto, el niño o adolescente temerario, impulsivo o buscador
de riesgos, el encantador-seductor y el mentiroso y manipulador. Sobre esta última
característica Nazare (2006), diferencia varios tipos de personas manipuladores comunes
y personalidades dispares: (1) el manipulador simpático, el más común y que oculta una
doble cara; (2) el manipulador seductor, que con su atractivo aprovecha para acercarse y
abusar de sus presas; (3) el manipulador altruista, que con su falsa bondad espera la
recompensa encubierta a todo lo que ofrece, da y presta; (4) el manipulador culto, que
haciéndose pasar por inteligente deja en mal lugar a la gente de su alrededor ante su
aparente sabiduría; (5) el manipulador tímido, que haciéndose eco de una persona
cercana, juzga, critica y expande sus sospechas sobre los demás; y (6) el manipulador
dictador, que junto al seductor, son los más notables en el síndrome del emperador por
ser la violencia su principal arma de expresión.

Según Garrido (2005), otras particularidades propias del ámbito psicológico-personal de


estas personas son: el temperamento, la inexistencia de miedo o repulsión hacia el castigo
y la ausencia de empatía y culpa que les hace sentir libres en sus acciones sin ningún tipo
de remordimiento intrínseco posterior. Muestran también distorsiones perceptivas que les
hacen interpretar erróneamente las situaciones y tomar decisiones coherentes, dejándose
llevar por su impulsividad y escaso autocontrol.

En este caso concreto del Síndrome del Emperador, el maltrato o violencia se


produce de forma directa y repetitiva como forma de relación y comunicación lo parental.

El síndrome del emperador es definido, de esta manera, como una profunda


ausencia de conciencia y un comportamiento orientado a explotar y abusar de sus
progenitores. El perfil característico de un joven que es denominado con el síndrome del
emperador, pues, es aquel varón (aunque a veces también mujer), de clase no marginal
(aunque esto no significa que no puedan proceder de familia humilde), que abusa de sus
padres para obtener metas que él ansía, ya sea mediante amenazas explícitas u ocultas, o
también puede hacer caso de una violencia verbal explícita como insultos y
humillaciones, o una violencia física para lograr su objetivo.

Un esquema de las características del síndrome del emperador, características que


parten de una base central inicial. Esta base, de la cual partirán los demás rasgos, es la
falta de conciencia y la escasez de juicio moral, junto con la incapacidad de establecer
vínculos afectivos. Según sea su intensidad variará el grado en que se manifiesten los
demás. Estas características son: violencia y explotación; irresponsabilidad y vagancia;
delincuencia y drogadicción; temeridad, impulsividad y búsqueda de riesgos; encanto y
seducción; mentiras y manipulación

Así Bezares (2016) señala estas características del niño tirano lo cual señala que detrás
de este comportamiento se esconden algunos problemas:

1. Profundo hedonismo: El niño busca constantemente el placer, no ha desarrollado el


sentido del deber y no comprende que en ocasiones tiene que hacer sacrificios por los
demás.

2. Gran egocentrismo: Todos los niños, cuando son pequeños, son egocéntricos. Sin
embargo, a medida que crecen desarrollan la empatía y aprenden a ponerse en el lugar del
otro. Los niños con Síndrome del Emperador muestran pocas manifestaciones de empatía
y sentimientos hacia los demás.

3. Escasa tolerancia a la frustración: Este niño tiene problemas para regular sus
sentimientos y emociones, por lo que cuando no satisfacen sus deseos, suele experimentar
una enorme frustración que termina dando lugar a un estallido emocional.

4. Gran capacidad de manipulación: Los niños con Síndrome del Emperador no siempre
se imponen a la fuerza, a menudo recurren a sofisticadas tácticas de manipulación
emocional ya que conocen perfectamente las debilidades de sus padres y no tienen reparos
en usarlas a su favor.

5. Poca responsabilidad: Este niño nunca está dispuesto a reconocer sus errores, siempre
le echará la culpa a los demás, buscan un tercero en quien depositar la culpa.
El principal problema es que estos niños enfrentarán numerosos problemas en su
vida futura ya que el mundo no se pondrá a sus pies, como han hecho sus padres. Por
tanto, ese egocentrismo, baja tolerancia a la frustración y escasas habilidades sociales
terminarán pasándole una factura muy alta. Los niños mimados y autoritarios no son niños
felices y tampoco serán adultos felices.

Referencias

Garrido, V. (2014). Educarlas emociones. Revista critica, 964, pp, 98-101. Recuperado
de: http://www.revista-critica.com/archivo/33?view=revista

Bezares, S. (2016). Síndrome del emperador. Fecha de publicación 22 de junio del 2016.
Criminipedia. Recuperado de: http://crimina.es/crimipedia/topics/sindrome-del-
emperador/.

Fernández, M; Cruz, V; Domínguez, M & Abelleira, M. (2009). El síndrome del


emperador: ¿un problema social o un problema educativo? Actas del X congreso
internacional Galeco-Portugues de psicopedagogía. Universidad de Minho.

También podría gustarte