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La ética y la axilogía1
La ética está entrañablemente unida a otra disciplina filosófica denominada axiología o teoría de los
valores.
La axiología (de axios, valor y logos, estudio o tratado) se ocupa de estudiar los valores.
A la ética le interesa analizar los “valores morales” (justicia, honestidad, fidelidad, bondad, entre otros) y
para ello encuentra sustento teórico en la axiología o ciencia filosófica de los valores que estudia dichos
valores en su carácter general, tratando de llegar a su sentido o esencia.
La ética no puede prescindir de la noción de “valor”, toda vez que las normas que conforman el mundo
moral implican valoraciones o apreciaciones que nos permiten formular el concepto de lo que es bueno o
malo. La ética es, pues, una disciplina axiológica.
El hombre es un ser axiológico. No sólo se enfrenta al mundo para conocerlo o transformarlo, sino que
también lo hace objeto de una valoración.
La importancia de los valores en la ética y, en general, en la vida humana, es decisiva. Los valores, en
cuanto directrices para la conducta, son los que dan a la vida humana, tanto individual como social, su
sentido e individualidad. No puede concebirse una vida humana, realmente humana, sin ideales, sin una
tabla de valores que la apoye. Explicar, justificar la vida implica siempre recurrir a una valoración. Se vive
constantemente haciendo, formulando valores.
Valor es el término que designa, según las diferentes escuelas filosóficas, la condición de ser estimables o
apreciadas las cosas, o una propiedad, carácter o esencia de éstas, por la cual son estimadas.
Si bien es difícil definir los valores, pueden caracterizarse a partir de los siguientes rasgos: dependencia,
polaridad y jerarquía.
–Dependencia: los valores no existen por sí mismos, necesitan depositario en quien descansar; son como
las cualidades de esos depositarios llamados bienes: la belleza de un cuadro, la elegancia de un vestido,
la utilidad de una herramienta.
Estas cualidades no son esenciales para la existencia del objeto... el valor no agrega ni confiere ser una
cosa, es una especie de cualidad irreal.
“Los valores no son cosas ni elementos de las cosas, sino propiedades, cualidades sui generis, que
poseen ciertos objetos llamados bienes” (Risieri Frondizi).
–Polaridad: el valor oscila siempre dentro de una polaridad. Toda polaridad encierra los dos valores límites:
bueno–malo (moral); verdadero–falso (ciencia); bello–feo (arte).
Al primer término de toda valoración se le llama valor positivo y al segundo, valor negativo; a estos últimos
también se les llama disvalores o contravalores.
–Jerarquía: los valores se presentan de acuerdo a una gradación; hay valores inferiores y valores
superiores; es necesario distinguir entre una clasificación y una jerarquía: una clasificación no implica un
orden jerárquico (orden que va de lo inferior a lo superior), en cambio, los valores plantean una jerarquía o
tabla de valores.
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Profesora Amelia Guadalupe Fiel Rivera
ameliafiel@gmail.com
“La existencia de un orden jerárquico es una incitación permanente a la acción creadora y a la elevación
moral. El sentido creador y ascendente de la vida se basa fundamentalmente, en la afirmación del valor
positivo frente al negativo y el valor superior frente al inferior” (Risieri Frondizi).