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6INSITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

Escuela Superior de Medicina

“Caso Clínico: Fibrosis Quística.”

Bioética

García Pérez Salomón

2CM12
Primer departamental: Fibrosis Quística a partir de las materias de las materias de
genética, histología, psicología, farmacología, fisiología y salud
pública.

Materias:

 Salud Pública
 Fisiología
 Farmacología
 Histología
 Genética
 Bioquimica

Concepto General de Fibrosis Quística

La fibrosis quística (abreviatura FQ) es una enfermedad genética de herencia autosómica recesiva
de las glándulas exocrinas, que afecta fundamentalmente a los aparatos digestivo y respiratorio y
suele caracterizarse por Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), insuficiencia
pancreática y niveles muy elevados de los electrólitos del sudor. Afecta a las glándulas que
producen moco, sudor, saliva y sustancias (enzimas) que producen la digestión de los alimentos.

Estas secreciones que, normalmente son fluidas, en esta enfermedad se conviertes en viscosas y
pegajosas. Las secreciones que en determinados momentos deben actuar como lubricantes no
cumplen esta misión; Además, aunque las glándulas sudoríparas exocrinas son estructuralmente
normales (y lo siguen siendo durante toda la evolución de la enfermedad)

Es una de las enfermedades genéticas más frecuentes en la raza caucásica, con una incidencia en
dicha población de aproximadamente 1/5000 nacidos vivos. Se calcula que una de cada 25
personas de ascendencia europea, es portadora de un alelo no funcional.

Los enfermos presentan una alta concentración de sal (nacl) en el sudor, lo que permite llegar al
diagnóstico mediante su análisis, realizando el test del sudor. También mediante pruebas
genéticas prenatales o neonatales.
Aspectos Genéticos

A) Conceptos generales, el gen y la proteína CFTR:

El gen responsable de la FQ fue clonado en 1989 y codifica para la proteína denominada


reguladora de conductancia transmembrana de la FQ (CFTR), El producto normal del gen es una
proteína de membrana de 1 480 aminoácidos, que funciona como canal de cloruro regulado por
AMP cíclico y que se expresa casi exclusivamente en las células de los epitelios secretores. Su
estructura comprende dos dominios transmembrana (TM), dos regiones citoplasmáticas que unen
ATP (NBD) y un dominio con residuos susceptibles a fosforilación por la proteína quinasa
dependiente de ampc (R). Los dominios transmembrana contribuyen a la formación del poro del
canal, en tanto los dominios NBD y R regulan su actividad1. La FQ es una condición de herencia
autosómica recesiva. Esto implica que ambos padres de un niño con esta enfermedad son
portadores (aunque existen excepciones, como la disomía uniparental) y, por lo tanto, tienen un
riesgo de recurrencia de 25% para cada embarazo, y que cada hijo sano tiene 2/3 de
probabilidades de ser portador. Desde un punto de vista poblacional, dada una frecuencia de la
enfermedad de 1/4000 a 1/4500, 1 cada 32 personas sanas serían portadoras

B) Mutaciones causantes de FQ

Hasta la fecha se han descrito más de 900 mutaciones asociadas a FQ, que en su mayoría son
mutaciones puntuales o microdeleciones (1-84 pares de bases). Además, se han descrito alrededor
de 200 polimorfismos (variaciones en la secuencia que no causan enfermedad). De acuerdo al
consenso de 1998 de la Cystic Fibrosis Foundation, las mutaciones deben cumplir con los
siguientes criterios: (1) causar cambios en la secuencia aminoacídica que afecte severamente la
síntesis y/o función de la proteína, (2) introducir una señal de término prematura, (3) alterar los
nucleótidos de los sitios intrónicos de maduración del arnm o (4) generar una secuencia
aminoacídica nueva que no ocurra en los genes normales de al menos 100 portadores de
mutaciones para la FQ del mismo grupo étnico.

C) Usos del diagnóstico molecular en FQ

Conocidas las limitaciones, el análisis de mutaciones es recomendado en todo paciente con


fibrosis quística o sospecha de ella por:

 La alta especificidad descrita previamente

 La posibilidad de un diagnóstico precoz, como es el caso del recién nacido con íleo
meconial, prematurez extrema u otra situación en que sea necesario diferir el test de
sudor

 Su utilidad para el consejo genético, pues actualmente es el único modo de establecer si


otros miembros de la familia son portadores.
Bioquímica y Histología.

El principal defecto en la FQ es el funcionamiento anómalo de una proteína del canal de cloro


epitelial codificada por el gen regulador de conductancia transmembrana de la FQ
(CFTR) en el cromosoma 7q31.2. Los cambios en el moco se consideran secundarios al trastorno
del transporte de iones cloro. En el epitelio normal, el transporte de iones cloro a través de la
membrana celular se produce por proteínas transmembrana como la CFTR que forman los canales
de cloro. Las mutaciones en el gen CFTR vuelven a las membranas epiteliales relativamente
impermeables a los iones cloro. Sin embargo, el impacto de este defecto en la función de
transporte es específico de tejido. La principal función de la proteína CFTR en los conductos de las
glándulas sudoríparas es reabsorber los iones cloro luminales y aumentar la reabsorción de sodio.
Por lo tanto, en los conductos sudoríparos, la pérdida de la función de CFTR produce la
disminución de la reabsorción de cloruro sódico y la producción de un sudor hipertónico. En
contraste con las glándulas sudoríparas, la CFTR del epitelio respiratorio e intestinal forma una de
las vías más importantes para la secreción luminal activa de cloro. En estos lugares, las mutaciones
CFTR producen una pérdida o reducción de la secreción de cloro hacia la luz. La absorción luminal
activa de sodio también está aumentada y estos cambios iónicos aumentan la reabsorción pasiva
de agua desde la luz, disminuyendo el contenido de agua de la capa superficial líquida que recubre
las células mucosas. Por lo tanto, contrariamente a lo que ocurre en los conductos sudoríparos, no
existe diferencia en la concentración de sal de las capas de líquido superficial que recubre las
células mucosas respiratorias e intestinales en sujetos con FQ en comparación con sujetos
normales. Sin embargo, la patogenia de las complicaciones respiratorias e intestinales observadas
en la FQ parecen deberse a una capa de líquido isotónico pero de poco volumen superficial. En los
pulmones, esta deshidratación produce una acción mucociliar defectuosa y la acumulación de
secreciones viscosas concentradas que obstruyen el paso de aire y predisponen a infecciones
pulmonares recurrentes.
Morfología

Los cambios anatómicos son muy variables y dependen de qué glándulas estén afectadas y de la
gravedad de su afectación. Las anomalías pancreáticas están presentes en el 85 al 90% de los
pacientes con FQ. En los casos más leves, puede haber únicamente acumulaciones de moco en los
pequeños conductos con alguna dilatación de las glándulas exocrinas. En casos más avanzados,
generalmente observados en niños mayores o adolescentes, los conductos están totalmente
taponados, provocando atrofia de las glándulas exocrinas y fibrosis progresiva. La pérdida total de
secreción exocrina pancreática altera la absorción de grasas y, de esta forma, la avitaminosis A
puede contribuir a una metaplasia escamosa del epitelio de revestimiento de los conductos en el
páncreas, ya dañados por las secreciones mucosas espesas. También pueden encontrarse tapones
espesos de moco viscoso en el intestino delgado de los bebés; algunas veces, esto produce una
obstrucción del intestino delgado conocida como íleomeconial.

Los cambios pulmonares son las complicaciones más graves de la enfermedad. Éstos se deben a
las secreciones de moco viscoso por las glándulas submucosas del árbol respiratorio, con
obstrucción secundaria e infección al paso de aire. Con frecuencia, los bronquiolos se encuentran
distendidos, con moco espeso, asociados a hiperplasia importante e hipertrofia de las células
secretoras de moco. Las sobreinfecciones dan lugar a bronquitis crónica y bronquiectasias.
En muchos casos, se desarrollan abscesos pulmonares. Los organismos responsables de las
infecciones pulmonares más frecuentes son Staphylococcus aureus, Haemophilus influenzae y
Pseudomonas aeruginosa. Mucho más peligrosa es la frecuencia creciente de infección por otra
seudomona, Burkholderia cepacia. Esta bacteria oportunista es especialmente dura, y la infección
causada por este microorganismo se ha asociado con enfermedad fulminante. La afectación
hepática sigue el mismo patrón básico. Los canalículos biliares se encuentran taponados por
material mucinoso, acompañado por una proliferación ductular e inflamación portal. La esteatosis
hepática es un hallazgo frecuente en las biopsias hepáticas. Con el tiempo, se desarrolla cirrosis,
que provoca modularidad hepática difusa. Este daño hepático grave sólo se encuentra en
aproximadamente el 5% de los pacientes. La azoospermia e infertilidad se encuentran en el 95%
de los varones que llegan a la edad adulta; un hallazgo frecuente en estos pacientes es la ausencia
bilateral de conductos deferentes. En algunos varones, ésta puede ser la única característica que
sugiera una mutación CFTR subyacente.

Pulmones de un
paciente muerto
por FQ. Existen
amplios tapones
de moco y
dilatación del
árbol
traqueobronquial.
El parénquima
pulmonar se
encuentra
consolidado por
una combinación
de secreciones
y neumonía, el
color verde se
asocia con
infecciones por
Pseudomonas.
Cuadro Clínico

Las diferentes formas de presentación clínica se detallan a continuación , las que se han dividido
según el grupo etáreo de manifestación de los síntomas y signos clínicos. Si bien lo más
característico es el compromiso pulmonar asociado a diarrea crónica, es importante recordar las
otras formas de presentación, para evitar un subdiagnóstico. El compromiso de los diferentes
sistemas se puede dividir en:

1. Recién nacidos y lactantes menores

 Ileo meconial
 Ictericia neonatal prolongada (colestásica)
 Síndrome de edema, anemia, desnutrición
 Esteatorrea, síndrome de malabsorción
 Incremento ponderal inadecuado
 Vómitos recurrentes

2. Lactantes

 Tos y/o sibilancias recurrentes o crónicas que no mejora con tratamiento


 Neumonía recurrente o crónica
 Retardo del crecimiento
 Diarrea crónica
 Prolapso rectal
 Sabor salado de piel
 Hiponatremia e hipocloremia crónicas
 Historia familiar de FQ, o muerte en lactantes o hermanos vivos con síntomas sugerentes

3. Preescolares

 Tos crónica con o sin expectoración purulenta, sin respuesta a tratamiento


 Sibilancias crónicas recurrentes inexplicadas sin respuesta a tratamiento
 Incremento deficiente de peso y talla
 Dolor abdominal recurrente
 Prolapso rectal
 Invaginación intestinal
 Diarrea crónica
 Hipocratismo digital
 Hiponatremia e hipocloremia crónicas
 Hepatomegalia o enfermedad hepática inexplicada
 Pólipos nasales

4. Escolares

 Síntomas respiratorios crónicos inexplicados


 Pseudomona aeruginosa en secreción bronquial
 Sinusitis crónica, poliposis nasal
 Bronquiectasias
 Diarrea crónica
 Síndrome de obstrucción intestinal distal
 Pancreatitis
 Prolapso rectal, hepatomegalia

5. Adolescentes y adultos

 Enfermedad pulmonar supurativa crónica e inexplicada


 Hipocratismo digital
 Dolor abdominal recurrente
 Pancreatitis
 Síndrome de obstrucción intestinal distal
 Cirrosis hepática e hipertensión portal
 Retardo del crecimiento
 Esterilidad masculina con azoospermia
 Disminución de la fertilidad en mujeres

Criterios de sospecha diagnóstica en pacientes con fibrosis quística de acuerdo a su edad de


presentación (OMS, 1995)

a) Enfermedad respiratoria

Es la responsable de la mayor proporción de morbimortalidad en FQ, y junto con la


malabsorción, el modo más frecuente de presentación; la padece más del 95% de los pacientes,
aunque los grados de afectación son variables. En los niños menores de un año, es habitual la tos
seca y repetitiva y en el examen físico, taquipnea persistente, aumento leve del diámetro
anteroposterior del tórax, disminución de la expansión de este en su parte superior, persistencia
de retracción intercostal y obstrucción bronquial. Es relativamente frecuente el diagnóstico de
bronquiolitis u obstrucción bronquial recurrente con regular respuesta al tratamiento. Los niños
mayores pueden presentar obstrucción bronquial, tos como síntoma constante, con secreciones
mucosas purulentas. Hay grados variables de deformidad torácica, con aumento del diámetro
anteroposterior. La ausculatación del tórax es variable, en general sin ruidos agregados en los
períodos intercríticos y con crepitaciones en las exacerbaciones infecciosas o en niños con
compromiso severo.

b) Compromiso respiratorio infeccioso en FQ

Staphylococcus aureus: cuando se encuentre en el tracto respiratorio deberá tenderse a su


erradicación. En los primeros años de la vida es el patógeno predominante; a través de este
invasor primario, la P. aeruginosa ve facilitada su entrada y posterior colonización. Ambos pueden
coexistir, aunque el desarrollo abundante de esta última suele inhibir el crecimiento del S. aureus;
cada paciente debe ser considerado individualmente para el tratamiento de las exacerbaciones
por S. aureus. Deberá planificarse un uso racional de los antibióticos y por períodos de tiempo
limitados.
Pseudomonas aeruginosa: produce la infección pulmonar crónica más severa y se asocia a
un deterioro progresivo de la función respiratoria. Los convivientes suelen ser portadores sanos de
las mismas cepas. Su aparición por primera vez en las secreciones bronquiales es indicación de
antibioticoterapia aunque no se encuentren indicadores de exacerbación. Si no es posible
erradicarla, a los tres meses se deberá considerar al paciente colonizado. En la mayoría de los
pacientes, la infección es iniciada por cepas no mucoides y la transición a la variante mucoides se
relaciona con el incremento de anticuerpos antipseudomonas. La producción de alginatos –
exclusiva de la FQ– genera la presencia de formas mucoides de P. aeruginosa.

Burkholderia cepacia (ex Pseudomona cepacia): en general se asocia a un mayor y rápido


deterioro de la función respiratoria, especialmente en adolescentes y adultos. Su incidencia es
baja en Latinoamérica, tal vez por la corta edad de los afectados. Una vez aislada, debería
indicarse tratamiento con antibióticos en aerosol o endovenosos, según antibiograma. A menudo
es resistente a todos los antibióticos y fácilmente transmisible entre los contactos

Haemophilus influenzae: puede producir colonización crónica y deterioro significativo de


la función pulmonar. Es la bacteria más difícil de cultivar, tanto por sus altos requerimientos
nutritivos como por la presencia de P. aeruginosa.

Aspergilosis broncopulmonar (ABP): su incidencia varía entre el 0,6 y el 11%. Su detección


precoz depende de una alta sospecha clínica y de la búsqueda sistemática, siendo el más común el
Aspergillus fumigatum. Se investigará ante la presencia de: sibilancias, fiebre, secreciones
bronquiales espesas y oscuras, hemoptisis, eosinofilia, IgE elevada, con Rx tórax que demuestra
infiltrados pulmonares > 1 cm de diámetro y colapso segmentario. El diagnóstico se realiza con IgE
específica, anti-Aspergillus (RAST) elevadas (10-100 veces más) y Aspergillus fumigatus cultivado
en secreciones. Tratamiento de en la ABP alérgica: corticoides sistémicos. En la ABP sistémica: en
casos severos o recurrentes se puede emplear anfotericina B e itraconazol (si la función hepática
es normal), según la gravedad y tipo de ABP.
c)Manifestaciones nutricionales y gastrointestinales

El compromiso pancreático comienza en la vida prenatal. La insuficiencia pancreática exocrina está


presente en 80-85% de los pacientes con FQ. De aquellos con suficiencia pancreática, una
proporción variable evoluciona hacia la insuficiencia, en especial los individuos que tienen la
mutación DF 508. La actividad de lipasa es la más comprometida, pero también hay disminución
de colipasa, fosfolipasa A, tripsina, amilasa y de la secreción ductal de agua y bicarbonato, lo que
lleva a una maladigestión de grasas y en menor grado de proteínas. La mantención de un pH ácido
en segmentos altos del intestino facilita la inactivación de la lipasa y favorece la precipitación de
sales biliares, contribuyendo aún más a la maldigestión de grasas. Clínicamente puede
evidenciarse como esteatorrea (deposiciones voluminosas, aceitosas y de muy mal olor), pero en
ocasiones se presentan deposiciones semilíquidas, e incluso estas pueden tener aspecto normal.

El retraso pondoestatural, la desnutrición y algunas carencias específicas son


manifestaciones clínicas frecuentes en los pacientes con FQ, e incluso pueden constituir la forma
de presentación en lactantes menores. Este es el caso de la tríada de anemia, hipoalbuminemia y
edema en niños con lactancia materna exclusiva, y también la presentación con alteraciones
cutáneas derivadas de la carencia de ácidos grasos escenciales que suele ser confundida
inicialmente con dermatitis seborreica. De acuerdo a datos recientes de la Fundación Internacional
de FQ, un 20% de los niños afectados presentan peso y/o talla por debajo del percentil 5 para la
edad. El estado nutricional es un importante marcador de sobrevida en pacientes con FQ, ya que
existe correlación entre el deterioro nutricional y el grado de compromiso de la función pulmonar.
La malnutrición tiene un efecto deletéreo en los mecanismos de defensa, en la estructura
pulmonar, en el control de la respiración y en la fuerza muscular, lo que se traduce en mayor
fatigabilidad y menor calidad de vida; de aquí la importancia de un manejo nutricional adecuado,
asociado a vigilancia nutricional periódica.

Los factores que intervienen en la patogenia del compromiso nutricional son múltiples, siendo los
principales:

Malabsorción: la insuficiencia pancreática es la causa más frecuente e importante de


malabsorción. La malabsorción de grasas se produce cuando la actividad de lipasa cae por debajo
de 10% de lo normal y se define como pérdida de grasa en heces mayor a un 15% en niños
menores de 6 meses, y superior a un 7% en niños mayores. A esto también contribuye la menor
disponibilidad de ácidos biliares por precipitación de estos debido al Ph ácido duodenal y por el
aumento de la proporción de ácidos biliares conjugados con glicina, lo que dificulta la formación
de miceles y empeora la digestión y absorción de grasas. La colestasia que puede presentarse
desde el período neonatal, la cirrosis biliar focal y la resección intestinal debida a íleo meconial o a
obstrucción de intestino distal pueden ser otros factores contribuyentes a la malabsorción.
Secundario a la malabsorción puede existir un déficit de ácidos grasos esenciales que altere la
composición de la membrana del enterocito comprometiendo los mecanismos de transporte.
Además, el moco intestinal presenta una composición química anormal, con aumento de la
consistencia aumentada por la alteración del flujo de agua, cloro y sodio desde las criptas, lo que
condiciona un obstáculo adicional a la absorción de nutrientes.

Menor ingestión de alimentos: solo al comienzo de la enfermedad se observa buen


apetito, lo que permite compensar las pérdidas con una mayor ingesta, pero posteriormente la
mayoría de los pacientes presentan disminución del apetito y del consumo de alimentos debido a
infecciones respiratorias, tos crónica y vómitos recurrentes. A esto también contribuye la
esofagitis presente en pacientes con RGE y factores psicológicos.

Compromiso hepático y del tracto biliar

El compromiso hepático no es considerado común, pero el aumento en las expectativas de


vida ha hecho aparecer esta complicación como más frecuente de lo esperado previamente. Una
hepatomegalia asintomática o elevación de enzimas hepáticas debe hacer sospechar compromiso
del hígado. La cirrosis biliar focal es altamente característica de FQ y la ictericia colestásica se
reporta como una manifestación de FQ, sin embargo los casos documentados son escasos. El
estudio debe estar enmarcado en el de la ictericia colestásica del lactante menor. La
hepatomegalia se puede deber a esteatosis, la que no es alarmante, pero sí debe ser una alerta
sobre el precario estado nutricional. En pacientes mayores se debe considerar la congestión
hepática secundaria a cor pulmonale en el diagnóstico diferencial. Por otro lado, la
hepatoesplenomegalia puede ser el primer indicio de un compromiso hepático avanzado. Dada la
ausencia de compromiso hepatocelular, las pruebas de función hepática pueden ser normales. Si
se encuentran alteradas debe obligar al estudio de otras entidades asociadas como hepatitis
crónica activa o déficit de alfa 1 antitripsina.

Frecuencias aproximadas de las manifestaciones hepatobiliares en FQ


ESTUDIOS DE LABORATORIO PARA EL DIAGNÓSTICO DE FQ

a) Test del sudor

Para la realización de este examen se requiere un adecuado entrenamiento del tecnólogo


a cargo de la ejecución de la técnica. Con el método de conductancia, los valores mayores a 60
mEq/l deben ser confirmados con el método cuantitativo, y en el diagnóstico de la enfermedad se
requieren 2 exámenes alterados. Debe efectuarse la técnica de Gibson y Cooke (1959) o por medio
de la medición a través de conductancia14-16.
Valores positivos: sodio y cloro: 60 o más mEq/l. Debe confirmarse con un segundo test de
sudor.

Valores límites: sodio y cloro entre 40 y 60 mEq/l. En estos casos se debe repetir el test del
sudor y si persiste elevado, está indicado el estudio genético. Si no se dispone de estudio genético,
frente a una alta sospecha clínica, el paciente debe tratarse como FQ, para evitar su deterioro en
la condición clínica16-18.

Valores falsos negativos: las principales causas son falla técnica, primer mes de vida,
edema e hipoproteinemia, se debe repetir en caso de sospecha clínica. Hay que recordar que se
han descrito mutaciones con test de sudor normal. La presencia de falsos positivos del test de
sudor se puede deber a diversos cuadros clínicos, dentro de los que destacan: SIDA, insuficiencia
adrenal, displasia ectodérmica, hipotiroidismo, hipoparatiroidismo, desnutrición severa,
mucopolisacaridosis, entre otros16-18.

b) Estudio genético

De estar disponible debe efectuarse en todos los casos. Tiene utilidad pronóstica y permite
proporcionar consejo genético a la familia. Se presentó en forma más completa en otra sección de
este Consenso.

c) Tamizaje neonatal

Se basa en la determinación de niveles de tripsina inmunorreactiva en sangre, la cual está


elevada cinco a diez veces el valor normal. Puede dar falsos positivos y falsos negativos, ayuda a
un diagnóstico precoz, evitando el riesgo de compromiso nutricional de los primeros meses de
vida. No se ha implementado en nuestro país13.

d) Medición de diferencia de potencial nasal transepitelial, que aún no se hace en nuestro


medio

El diagnóstico se plantea frente a un paciente con un cuadro clínico compatible


(enfermedad sinusal, pulmonar, gastrointestinal, azoospermia, síndrome de pérdida de sal, etc.),
alteración de dos exámenes de electrolitos en sudor (> 60 mEq/l), e idealmente con certificación
de estudio genético.

TRATAMIENTO

1. Tratamiento de las manifestaciones respiratorias


a) Medidas de prevención: Pese a que los pacientes con FQ no son más susceptibles a las
infecciones que los niños normales de igual edad debido a la mayor repercusión clínica, son
importantes las siguientes medidas preventivas:

Administrar todas las inmunizaciones: plan de vacunación habitual más antigripal cada año,
antihaemophilus, antihepatitis A. Según disponibilidad, administrar vacuna antineumocócica.

 Evitar la infección cruzada (salas de espera).

 Control ambiental.

 Educación del paciente y su familia.

b) Kinesiterapia respiratoria

Es uno de los pilares del manejo terapéutico de la Fibrosis Quística. El tratamiento kinésico
respiratorio debe ser iniciado inmediatamente hecho el diagnóstico y realizado por kinesiólogos
capacitados. En el último tiempo se han desarrollado nuevas herramientas terapéuticas que
facilitan la independencia y la autonomía de la familia y del paciente escolar, adolescente y adulto,
permitiéndole desarrollar una vida lo más normal posible. Las técnicas a utilizar dependerán de la
edad del paciente y grado de compromiso del aparato respiratorio. En cuanto a la frecuencia, esta
también variará de acuerdo a las características de cada paciente, sin embargo, se postula que
esta debe ser una o dos veces por día y en aumentar en los periodos de crisis o sobreinfección.

Objetivos propuestos en la realización de KNT respiratoria

Existen diversas técnicas que aumentan la depuración mucociliar así como ventilación pulmonar,
dentro de las que se destacan:

Kinesiterapia convencional: El kinesiólogo aplica una serie de técnicas entre las cuales
incluimos: drenaje postural, vibración manual, percusiones torácicas o clapping (la percusión es
una técnica contraindicada en pacientes pediátricos con obstrucción bronquial), presiones y
bloqueos, tos asistida, ejercicios respiratorios y generales

Cuando el paciente puede cooperar en forma activa, a la kinesiterapia convencional


podemos agregar la técnica del ciclo activo de la respiración, el cual consta de tres fases: fase de
control respiratorio, fase de ejercicios de expansión torácica, técnica de espiración forzada.
Además de la kinesiterapia convencional y del ciclo activo de la respiración se han
desarrollado una serie de dispositivos mecánicos de presión positiva espiratoria: por ejemplo PEP
mask que es una mascarilla con una válvula inspiratoria y otra espiratoria que ofrecen resistencias
espiratorias variables. El nivel de presión espiratoria positiva es monitorizado a través de un
manómetro. Tanto la resistencia, frecuencia y duración de su utilización se adaptan a las
necesidades y condiciones de cada paciente; Flutter VRP1: El Flutter es un pequeño dispositivo en
forma de pipa; el mecanismo de acción se produce al espirar a través del Flutter lo que genera
impulsos de presión positiva oscilatoria en la vía aérea; vibradores manuales y chalecos
vibradores. Se utilizan principalmente en niños mayores y adolescentes, en quienes permite una
independencia con la KTR.

Deportes y recreación: el niño deberá realizar actividad física y deporte tan pronto como le
sea posible. Idealmente el niño debe realizar la práctica deportiva que le agrade, preparándolo
físicamente para que pueda integrarse a cualquier grupo sin inconvenientes. Deberá preferirse
deportes aeróbicos con el objeto de mejorar la capacidad cardiorrespiratoria, mejorar la
resistencia al esfuerzo físico, mejorar la postura y lograr un desarrollo armónico del cuerpo,
mejorar la calidad de vida y la integración al medio. El equipo multidisciplinario evaluará las
necesidades de cada paciente así como también las indicaciones y contraindicaciones del ejercicio
físico y deporte.

c)Tratamiento antibiótico

Recientemente ha existido un marcado énfasis en la importancia del tratamiento precoz y agresivo


de la infección bacteriana en los pacientes con FQ, en especial en los con diagnóstico reciente. La
infección bacteriana crónica de la vía aérea ha sido reconocida como crítica en la patogenia de la
enfermedad pulmonar en la FQ, y el tratamiento de la infección fue el componente clave en los
regímenes terapéuticos iniciales. La emergencia de agentes más efectivos y de amplio espectro ha
contribuido al aumento de la sobrevida de pacientes con FQ. La iniciación del tratamiento
antibiótico para la exacerbación de la enfermedad pulmonar en los pacientes con FQ está
usualmente basada en la presencia de síntomas y signos clínicos poco específicos. Típicamente la
presentación clínica de exacerbación respiratoria está caracterizada por aumento de la tos, disnea
y anorexia frecuentemente asociada con deterioro de la función pulmonar. La fiebre y la
leucocitosis son relativamente poco frecuentes.

Indicaciones clínicas y de laboratorio de


tratamiento antibiótico en fibrosis quística
El tratamiento antibiótico se basa en la identificación y el patrón de sensibilidad del patógeno
aislado. Cuando no es posible identificar el germen causal el tratamiento antibiótico debe ser
dirigido contra los patógenos característicos de la FQ según su sensibilidad. La vía de
administración del antibiótico dependerá del patógeno bacteriano y su patrón de sensibilidad, del
estado funcional del paciente y del curso clínico previo. En la gran mayoría de los casos el
tratamiento puede comenzar por vía oral, y si no hay una respuesta adecuada, utilizar la
hospitalización y la vía parenteral. Las diferentes opciones de tratamiento incluyen:

Tratamiento antibiótico oral:

En las etapas iniciales de la enfermedad se puede iniciar tratamiento con la asociación de


trimetropin/sulfametoxazol y amoxicilina/ácido clavulánico. Las fluoroquinolonas han probado ser
útiles como tratamiento antibiótico oral en los pacientes con FQ. Las ventajas de estas son que
están disponibles en forma oral, se concentran en las secreciones bronquiales y son activas contra
la Pseudomona aeruginosa. El ciprofloxacino ha sido la fluoroquinolona más estudiada en el
tratamiento de la exacerbación pulmonar en FQ y se ha sugerido que sería equivalente al
tratamiento antipseudomona parenteral, su principal indicación serían las exacerbaciones
pulmonares leves. En cuanto a las infecciones por Staphylococcus aureus, el tratamiento
ambulatorio de elección ha sido el uso de flucloxacilina.
Tratamiento antibiótico parenteral en la exacerbación pulmonar de la FQ
Bibliografía

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Paginas Web

Ignacio Sánchez D.1, M. Angélica Pérez H “Consenso nacional de fibrosis quística”,


http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0370-41062001000400013&script=sci_arttext, última
consulta 16/04/2015 Mexico

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