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Esta corriente filosófica se origina a mediados del siglo XIX y se ha extendido hasta hoy en día. Podemos afirmar que comienza
con la muerte de Hegel porque está en contraposición a su pensamiento, el cual buscaba las esencias abstractas y metafísicas.
Pero para poder describir en sí sus comienzos es necesario trasladarse a diferentes lugares y momentos de Europa:
En Gran Bretaña, el desarrollo del positivismo por Bentham y J.S. Mill se basa en los conocimientos del empirismo.
En Francia Comte plantea el positivismo “idealista”; el cual se preocupa por los asuntos sociales y por el estado ideológico del
mundo.
Ahora bien, los avances en la ciencia y sus frecuentes triunfos provocan el debilitamiento del pensamiento filosófico, que se hace
merecedor de fuertes críticas provenientes de las personas cuya ideología era más bien científica, pues estos personajes
encuentran en ella las verdaderas respuestas a sus preguntas.
Al finalizar el siglo XIX, se desarrolla el historicismo, con Dilthey y la fenomenología se desarrolla por medio de Husserl. Ya en el
siglo XX surgen personajes como Russell, Wittgenstein, Lévi-Strauss, Sartre, Horkheimer y Habermas promotores de la filosofía
Analítica.
Durante el final de este siglo, aparecen filósofos como Jacques Derrida defensores del posmodernismo y del posestructuralismo,
quienes buscan cambiar las críticas sufridas por la filosofía, partiendo desde un punto muy diferente al de la metafísica de Hegel.
De este modo la filosofía da un giro de 360 grados y hace frente a sus opositores cientificista[i], que la criticaron con la mayor
severidad.
La filosofía contemporánea propone una crítica al modelo platónico-cristiano que hasta ese tiempo era el vigente en la sociedad
occidental. Por eso critica ciertos pensamientos, tales como:
La moral: principalmente es criticada por Nietzsche, quién la veía como algo que le impide al hombre manifestar su
verdadera naturaleza; él defendía su punto de vista diciendo que todo lo que conocemos como moral no es más que un
montón de estatutos y leyes rígidas que cohíben al ser humano de su verdadera naturaleza. También considera que
normas de este tipo son una muestra clara de decadencia porque es algo que no va con nosotros sino contra nosotros
mismos, de manera que, no estamos capacitados para soportar una disciplina como esa.
Según él, no se le debería dar tanta importancia a lo que Dios hubiese estipulado, mas bien, lo que importa son las
decisiones que el ser humano tome por sí mismo.
La metafísica occidental: muy parecida a la moral, la metafísica dice que los mandatos impuestos por un Ser Supremo
provienen de una fuente externa a este mundo, por lo tanto cualquier cosa que Él nos imponga esta fuera de nuestro
alcance, en el sentido de que podamos cumplirla a cabalidad.
Ya que Dios está fuera de esta esfera, la verdad que pudiese hallarse en Él sería algo totalmente inaccesible; por eso
asegura que no hay algo más que este mundo. Que todos los temores que tenemos son cosas infundadas por nuestros
antepasados debido a la incertidumbre de cosas como la vida y la muerte.
Las ciencias: no se puede estandarizar las cosas igualándolas y quitándoles su particularidad, esto es lo que la filosofía
contemporánea alega. Es un error muy parecido al de la metafísica que subestima a todas las cosas por debajo de Dios.
El estudio de las ciencias solo da a conocer la monotonía de lo que observa en la naturaleza: un ciclo que se repite. Así
que, utilizar este método es un gran error a la hora de estudiar el hombre porque este tiene una personalidad compuesta
de deseos, sueños y sentimientos lo que lo convierte en un ser impredecible.
Es muy apropiado que la filosofía contemporánea critique las ciencias, pues desde un principio han sido rivales, por así decirlo.
POSITIVISMO Y SOCIALISMO
El empirismo es el antecedente más próximo al positivismo. Augusto Comte (1798-1857) ve en los hechos particulares
manifestaciones de los objetos físicos, la repetición regular de estas manifestaciones permiten una observación más precisa de
los fenómenos, uniformidad que permite explicar su comportamiento por medio de leyes o hechos generales: que es una
explicación universal de los hechos particulares. Los hechos positivos son aquellos que se pueden experimentar, verificar,
repetir y explicar por medio de una ley, según Comte.
Las ciencias se estructuran por hechos positivos, su progreso se fundamenta en las leyes científicas, que hacen posible una
representación más exacta del mundo. Para la filosofía positivista es de gran importancia la ciencia, por ello, Comte hace una
clasificación de las ciencias y la fundamenta en diferentes aspectos, a saber: a) en un orden cronológico de creación y de arribo
al estado positivo; b) en su simplicidad y universalidad; c) en la independencia que conserva una con respecto de otra en el
orden jerárquico, y d) reunidas por características similares, en tres grupos de dos ciencias. La clasificación comtiana de las
ciencias es la siguiente: matemáticas-astronomía—física-química—biología-sociología.
La clasificación positivista de las ciencias es también una pedagogía, su propuesta es una educación racional del hombre en todos
sus ámbitos; pero deja de lado disciplinas como la metafísica, la religión, la psicología, la poesía, el arte, y, en general, las ciencias
del espíritu.
La sociología es la ciencia positiva que observa y estudia estos aspectos humanos, transformándola en la principal ciencia de las
humanidades. La sociología proporcionará a los hombres las leyes de su conducta y felicidad.
La sociología estudia al hombre por medio de sus instituciones: la familia, el estado y la religión, que son una constante en todas
las sociedades, regularidad que le permite a los sociólogos establecer leyes invariables, constantes y verificables del desarrollo
de la humanidad, como la ley de los tres estados formulada por Comte. Dicha ley explica la evolución humana en tres estados
distintos, progresivos y estables, que son:
EL ESTADO TEOLÓGICO: el hombre busca explicar los fenómenos naturales recurriendo a los dioses, a la magia o cualquier otro
principio sobrenatural. La lucidez en las explicaciones subdivide a éste en tres fases: el fetichismo, se le atribuyen a las cosas
poderes mágicos o divinos; el politeísmo, los fenómenos naturales son divinizados y se rinde culto a una pluralidad de dioses; el
monoteísmo, todos los poderes divinos se concentran en un Dios. Este estado representa la infancia de la humanidad.
EL ESTADO METAFÍSICO: las explicaciones que se desarrollan son acerca de los seres, su esencia y sus causas y los
conceptos de principio, causa, sustancia y esencia no se corresponden con las cosas. Las explicaciones metafísicas como sus
conceptos se alejan de la experiencia humana. Este estado simboliza la pubertad de la humanidad. Para dejar esta fase, la
ciencia debe cancelar cualquier residuo metafísico en ella.
EL ESTADO POSITIVO: el conocimiento y el desarrollo de la ciencia se logra por medio de la observación de las cosas, la
experiencia de los fenómenos, la cuantificación de los hechos naturales, la experimentación controlada, la evidencia de los
datos, la traducción de los hechos naturales a matemáticos y la explicación de los fenómenos naturales por medio de leyes
científicas. Este estado caracteriza la madurez de la humanidad.
John Stuart Mill fue uno de los filósofos más influyentes en el pensamiento occidental y en posterior desarrollo de la
Psicología. Además de ser uno de los referentes de la última fase de la Ilustración, muchos de sus planteamientos éticos y
políticos sirvieron para dar forma a los propósitos de la ciencia de la conducta y a las ideas sobre la idea de la mente.
2. La idea de la libertad
Con la finalidad de conseguir el objetivo anterior, las personas deben tener la libertad para establecer qué es aquello que las hace
felices y les permite vivir bien. Solo de este modo es posible crear un sistema moral sin que exista una idea totalizadora e impuesta
(y por consiguiente contraria a los principios de la Ilustración) de lo bueno.
5. El fixismo
El fixismo es la idea de que los seres permanecen aislados del contexto. Se trata de un concepto muy utilizado en Psicología y en
filosofía de la mente, y que John Stuart Mill defendía a pesar de no utilizar esta palabra.
Básicamente, el hecho de considerar que cada persona es soberana sobre su cuerpo y mente es una manera de establecer un
marco conceptual en el que el punto de partida es siempre el individuo, algo que se relaciona con lo que hay más allá de sus
propiedades adueñándose de ello o negociando, ganando o perdiendo, pero no cambiando.
Esta idea se iopone totalmente, por ejemplo, con la manera conductista de entender al ser humano. Los conductistas,
especialmente desde las aportaciones de B. F. Skinner a este campo, creen que cada persona es fruto de las transacciones entre
estímulos (lo que perciben) y respuestas (lo que hacen). Dicho de otro modo, que no existen de un modo ajeno al contexto.
Filosofía sintética
La filosofía de Spencer es un reflejo de su individualismo y su optimismo. Los individuos libres de adaptarse a una sociedad
cambiante hacen que el progreso sea inevitable, frase que se encuentra en la obra de su vida, titulado el tratado de la filosofía
sintética, para 1850 sus opiniones eran bien conocidas. En 1855 publicó su obra Principios de la psicología en la cual afirma que
era posible adquirir un conocimiento del ser humano mediante el estudio de la forma de su cabeza. En 1862 Primeros principios,
para 1864 publica Los principios de la biología y en 1876 tenia la primera parte de los Principios de la sociología .
ntre 1869 y 1893 Principios de la ética en 2 volúmenes, la obra Educación apareció en 1861. La sociología descriptiva escrita con la
ayuda de varios colaboradores, constaba de estudios comparados de las razas de todo el mundo.
Criticó las escuelas de su tiempo, pero su adhesión al liberalismo económico y a la no ingerencia del estado le impidió propugnar el
establecimiento de servicios sociales adecuados para las clases perjudicadas por el desarrollo incontrolado de la industria y el
comercio. Vivió una era de disconformidad, optando por el individualismo cooperativo, con preferencia al socialismo y estaba en
contra de las ideas socialistas, por ejemplo a las bibliotecas gratuitas y a la educación del estado. Fue en realidad un conservador,
pero sin embargo supo hablar en nombre de la creciente clase media.
la Ley de la Evolución
La obra de Herbert Spencer ha jugado un rol importante en el desarrollo de las ideas evolutivas, este constituye un fuerte intento de
considerar la continuidad entre los procesos naturales y la vida social. En este sentido, el punto más remarcable del pensamiento
de Spencer reside en su esfuerzo por extender la idea de evolución a todas las esferas de desarrollo. Conformando así, un mismo
plano que va desde el sistema solar a la evolución de las especies y el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, como puntualiza
Capek, hemos enfrentado por mucho tiempo la extraña situación por la cual mucho de las ideas de Spencer han caído en el olvido
mientras que algunas de sus ideas más retardarias todavía habitan secretamente las ciencias sociales. En su Principios de
Sociología, naturaliza a la sociedad al considerarla como un organismo social que posee las mismas funciones y estructura que los
organismos vivos. Así, se considera que la evolución de la sociedad posee las mismas propiedades que la evolución de los
organismos y por lo tanto se encuentra atada a procesos naturales tales como el crecimiento y los procesos de envejecimiento del
organismo. Para este enfoque, no existía ninguna diferencia entre el desarrollo de la sociedad y las leyes que gobiernan la
evolución de la naturaleza. Para Spencer, literalmente una sociedad es un organismo. Esta analogía establecía el progresivo
proceso de diferenciación y crecimiento en complejidad de las sociedades, desde lo más general a lo más especial, en una serie
sucesiva y pre-determinada de etapas las cuales solamente podían ser aceptadas pasivamente por el hombre. Este evolucionismo
queda reflejado del paso de lo "natural" y "biológico" a lo "social" y "moral". De esta manera considera que primero aparece la
especie humana y su constitución como organismo social para, una vez superado ese proceso, pasar a ser una civilización que
incorpora una calidad interna o moral a su propia esencia. Según Spencer la sociedad del siglo XIX ha cortado esa cadena
evolutiva, limitándose a quedarse en un estadio intermedio. Para el autor la evolución pasa por la consecución del Estado liberal y
la economía monetaria ya que esta fue la manera de pasar de la familia a la tribu y de la tribu a la sociedad. Llegados a este punto
Spencer se separa de la teoría darwinista ya que no condiciona esta evolución a la factores biológicos. Para él el instinto de
agresividad primitivo se ve sustituido por otras prácticas sociales. Por tanto se trataría de un darwinista social que considera que el
desarrollo moral de la humanidad puede cambiar ese determinismo biológico.
El Darwinismo social
Spencer siguió, tras las teorías de Charles Darwin, analizando la sociedad y estudiando la fluencia de la teoría de la evolución en el
mundo de la época, en Ensayos científicos, políticos y especulativos (1891). Sostenía que los grupos sociales humanos tienen
diferente capacidad para dominar la naturaleza y establecer su dominio en la sociedad. Así, las clases pudientes son capaces o
más aptas que las clases bajas.
Aplicó las leyes naturales a la sociología, llegando a estudiar la sociedad como si fuera un ser biológico. Acuñó el concepto de
darwinismo social (también denominado organicismo social por relacionar la sociedad con un organismo vivo), tomando de Darwin
el concepto de supervivencia del más fuerte.
Al trasladarlo a la sociedad, se justificó el dominio de pueblo sobre otro y la desaparición de los pueblos más débiles (o menos
aptos); de este modo, el imperialismo hallaba un sustento ideológico científico. Los representantes del darwinismo social afirmaban
que el estado de la sociedad de su época se debía a la evolución y a la selección entre las clases sociales: los que estaban arriba
en la escala socioeconómica eran los más adaptados y estaba en contra de las leyes de la evolución obstaculizar su progreso
económico.
Los más fuertes (los más aptos o paces) debían imponerse en la lucha por la supervivencia fin de evitar que la sociedad se
degenere. La guerra jugaba como un factor de eliminación de los más débiles. El racismo, que era anterior a la teoría de Darwin,
tuvo con el darwinismo social un fundamento pseudo científico.