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La música interpretada por instrumentos había existido desde la Edad Media, bien

como acompañantes (en ocasiones doblando algunas voces) de la música vocal, bien
como música autónoma muchas veces parcialmente improvisada. Sin embargo, no era
algo habitual describir estas prácticas en la partitura. Sólo a partir de 1450 comienza a
haber un repertorio propiamente instrumental.

La relación entre música vocal e instrumental era muy profunda a comienzos del s.
XVI. Muchas piezas sacras se interpretaban conjuntamente con órgano y coro, incluso
piezas para órgano basadas en cantus firmi se creaban con las mismas técnicas
contrapuntísticas que el motete. Otro ejemplo son los soggetti de los motetes imitativos
de los ss. XV y XVI, que se trasladan a las prácticas contrapuntísticas instrumentales.
Estos soggetti representan, según Kühn8, cómo las corrientes lineales penetran
impulsivamente la composición.

En Syntagma Musicum de 1618 Michael Praetorius (ca. 1571-1621) separa la música


instrumental de la vocal. En este tratado aparecen muchas descripciones de los
instrumentos. Este autor habla de preludios y danzas, y de piezas instrumentales
independientes o introductorias a obras vocales. Esto hace deducir a Kühn que la
música instrumental tiene su origen “por una parte en la danza, por otra parte, en la
música vocal”9.

A principios del s. XVII los estilos vocal e instrumental están muy diferenciados, lo que
hace que los recursos vocales e instrumentales se usaran en piezas instrumentales y
vocales, es decir, que se terminaran mezclando nuevamente.

Sin embargo, la técnica compositiva de la música instrumental es a menudo la misma


que la vocal. Formas instrumentales como el ricercare son hasta medidados del s. XVII
auténticos motetes instrumentales.

Nos dicen Grout y Palisca que “en la segunda mitad del s. XVIII las especulaciones
acerca de la instrumentación, más que la elección del género, desafiaban la imaginación
creativa de los compositores. Las posibilidades que ofrecen los órganos modernos, el
clave de dos teclados y, en particular, la familia del violín, inspiraron nuevos idiomas y
estructuras formales.”10

8KÜHN, Clemens. Historia de la composición musical en ejemplos comentados. Barcelona, Idea Books,
2003. Trad. al castellano de Francisco Fernández del Pozo. p. 44.
9KHÜN, Clemens. Historia de la composición musical en ejemplos comentados. Barcelona, Idea Books,
2003. Trad. al castellano de Francisco Fernández del Pozo. p. 32.

10GROUT, Donald J. & PALISCA, Claude V. Historia de la música occidental, 1. Madrid, Alianza, 2001.
Trad. al castellano de León Mamés. p. 469.

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