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ESCUELA DE POSTGRADO
MAESTRIA EN ADMINISTRACION Y CIENCIAS CONTABLES
ARTICULO
PRESENTADA POR:
PUNO- PERU
2019
INTRODUCCION iii
¿Cuándo una rama del Derecho es autónoma respecto a las restantes? Este tema no es exclusivo
del Derecho comercial. Se plantea respecto a otras ramas del Derecho. Dentro del mismo Derecho
comercial, para ciertas regulaciones especiales como las relacionadas con la navegación marítima
y la aérea o la actividad bancaria, se ha pretendido también atribuirles autonomía.
En doctrina los autores que tratan el tema no siempre usan la terminología con el mismo sentido.
Hay distintos significados de autonomía: autonomía didáctica, autonomía legislativa y autonomía
jurídica, también denominada científica o dogmática. Existe autonomía didáctica cuando un
conjunto de normas es motivo de una enseñanza separada.
Se dice que una rama de Derecho tiene autonomía legislativa, cuando sus normas integran un
conjunto orgánico con independencia formal. Así, por ejemplo, tienen autonomía legislativa las
normas que integran un código. Tiene autonomía jurídica o científica, el conjunto de normas regido
por principios que le son propios. Con otras palabras, una rama del Derecho es autónoma cuando
sus normas deben ser integradas a la luz de principios jurídicos que le son exclusivos y sirven,
precisamente, para diferenciarla del resto de las ramas del Derecho que, o bien reconocen
principios generales comunes o bien reclaman para sí mismas, también, este carácter de autonomía
jurídica.
En segundo lugar, cuando no existe autonomía científica podrá haber o no, autonomía legislativa.
Ello dependerá de otro factor: de las necesidades de sistematización. De manera que la separación
en cuerpos formalmente separados puede obedecer simplemente a razones de sistematización. En
otras palabras, pueden existir principios generales comunes para ciertas ramas del Derecho y no
obstante convenir que se manejen como cuerpos separados por razones de orden y sistema.
Las exigencias económicas, que antes fueron peculiares del comercio y de los
comerciantes, se ha extendido a otros sectores de la sociedad, por lo mismo que las
operaciones tradicionalmente llamadas mercantiles se han hecho patrimonio común de
todos los ciudadanos
SITUACIÓN EN LATINOAMÉRICA
CONCLUSIONES.
El derecho comercial es autónomo porque tiene sus propias normas entre las cuales
podemos citar el Código de Comercio de 1902, la Ley General de Sociedades contenida en
la Ley 26887, la Ley de Títulos Valores contenida en la Ley 27287, la ley de bancos
contenida en la ley 26702, la ley de mercado de valores, la ley general del sistema
concursal, la ley de la empresa individual de responsabilidad limitada, entre otras, y
también goza de autonomía porque existen cátedras dedicadas al estudio del derecho
comercial.
No se puede dudar de la autonomía sustancial del derecho comercial. En primer lugar,
porque desde sus orígenes se presentó como una “categoría histórica” que apareció en la
Edad Media, que condujo a la aplicación de una ley especial, diferente a la ley ordinaria o
civil. En la actualidad, no hay dudas de que el fenómeno económico requiere
inevitablemente de una disciplina jurídica especial y diferenciada, con criterios y métodos
de investigación propios.
BIBLIOGRAFIA:
URIA, Rodrigo. “Derecho Mercantil”. Edit. Marcial Pons Ediciones Jurídicas S.A.,
Barcelona-España, 13va. Edición, 1992.