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I
EXAMEN CRITICO
DE LOS APOLOGISTAS
DEL CRISTIANISMO.
EXAMEN CRÍTICO

DE LOS APOLOGISTAS
DEL CRISTIANISMO,
Traducida por J. B. J. G. ;
BURDEOS,
EN LA IMPRENTA DE LAWALLE JOVEN,
1822.
PRÓLOGO
DEL TRADUCTOR.
DE LOS APOLOGISTAS
DE
LA RELIGION CRISTIANA.
CAPITULO PRIMERO.
#
Los apologistas del cristianismo no se han,
ocupado bastante en probar la auten-
ticidad de los evangelios , á pesar de que
se pueden oponer contra ella grandes
dificultades que exigen una aclaracion.
-
I
DE LA RELIG. CRIST. 5
aseguraban que un principio malo era el
autor de ella. No creian pues que J. C.
hubiese venido á cumplirla.
Marcion (i) enseñaba que nuestros evan
gelios estaban llenos de falsedades , y pre
tendía ser mas veraz que los que nos han de
jado escrita la historia de J. C. Semetipsum
esse veraciorem quam sunthi qui Iradide-
runt evangelium apostoli, suasit discipulis
suis ¡ non evangelium sed evangelii parti-
culam tradens eis. Así habla de él stin
Yreneo, tom. I, p. 3o6.
Los alogos (2), Teodoto y los teodocianos
rechazaban con desprecio el evangelio de
san Ju.m ; y hablaban de él como de una
obra fabulosa.
El evangelio de los valentinianos era del
todo diferente de los que tenemos al pre
sente. Ut nec evangelium quidem sit apud
eos sine blasj^emid , dice san Yreneo ,
1. 3 , p. 192,0. 11. En fin, estos cristianos
antiguos sostenian que esos evangelios de-
«
8 BE LOS APOLOGISTAS
con este texto de un evangelio, que Clemente
de Alexandria nos hace saber que es el de
los egipcios (i).
Preguntó una persona al Señor cuándo
yendria su reyno , y el Señor respondió :
« Cuando dos no compongan sino uno ;
cuando lo que estuviere fuera semeje á lo
que esté dentro ; cuando no haya hembra ni
váron. »
Julio Casiano, autor del siglo segundo,
cita estas mismas palabras , y nos hace saber
que fué Salomé la pecsona que hizo la pre
gunta (2).
San Ygnacio refiere (3), en su carta á los
de Esmirna , un discurso de J. C. de que
no hacen mencion nuestros evangelios. Al
legar á los que estarna con san Pedro, les
dice : Tocactme , y rereis que no soy un
espíritu. Tocáronle, y al punto creyeron ,
habiendolos convencido con su propia carne .
Eusebio (4) cita el lugar de las obras de
ww\vwvww\'uwmv'\wvw\w\\\\\vwv\\w\v\vivw\\v\*wv»v\wV'VW\v\\WS
capitulo n.
(1) L. r, c 16.
(2) Tillemon fc c. 2, p. 494-
(3) Hist. cedes. , 1. 1 , c. i3. .
26 DE LOS APOLOGISTAS
colocado por el papa Gdasío en el rango
de los libros apócrifos ? En cuanto al pre
tendido argumento deducido delos archivos
de Edesa , Dupin observa con razon que no
merecen una confianza entera historias
de esta especie.
La carta de la Virgen á los habitantes de
Mesina , que se enseña en esa ciudad, con
firma la obServacion de Dupin. Su fecha es
de Jerusalen año 42- Aunque esta sea una
de las ficciones mas insostenibles que se
hayan inventado jamas , ha habido no obs
tante un jesuíta , llamado Inchofer , que ha
compuesto una obra larga para probar que
la carta ha sido verdaderamente escrita por
la Virgen. Tambien hay otra de la misma
laya , escrita por la Virgen á los Florentinos,
ya no hay nadie que tome la defensa de la
que se pretendía (i) que ella habia escrito á
san Ygnacio , obispo de Antioquía y de la
respuesta del santo. Ha habido diversas ac
tos falsas de la pasion de J. C. Los paga
noslas fraguaban, para deshonrar al legislador
de los cristianos. Fué al principio del si-
-
3a , BE LOS APOLOGISTAS
cion . El número de ellos era tan grande, que
san Jerónimo se temía que la simple enu
meracion aumentase demasiado el prólogo
de sus comentarios sobre san Mateo (i) :
enumerare longíssimum est. Apenas han
llegado á nosotros sino los títulos de esas
obras apócrifas , y muchas sin duda se han
perdido con el transcurso del tiempo. Er^-
cuéntranse , sin embargo , como untís treinta
en los diferentes autores que han hablada
de esa materia.
Orígenes (i) , san Ambrosio , san Jeró
nimo , Beda y Teofilacto, hacen mencion
de un evangelio atribuido á los doce após
toles reunidos. Apenas hay entre estos nin
guno cuyo nombre no haya servido de dis
fraz & algun falsario. El decreto de Gelasio
habla de los evangelios de san Andres (3) ,
de san Bernabé, de san Bartolomé , de san
'Tadeo , de san Matias , de san Pedro y de
\
BE LA BSMB. CRIST.
huyen una liturgia (i) que los occidentales
desprecian , porque no la creen de ese santo.
El mas profanado de los nombres ha sido
el de Clemente de Alexandría. Eusebio tiene
por dudosarsu carta segunda. San Jerónimo
y Focio la desechan enteramente. Hay otras
cinco cartas de ese padre aun menos auto
rizadas. Clemente noticia en la primera la
muerte de san Pedro á Santiago , obispo de
Jerusalen : aunque este habia muerto mu
chos años antes de san Pedro. Sin embargo,
Rufino ha juzgado que debia traducir esa
carta. Las recogniciones que llevan el nom
bre de san Clemente , contienen las accio
nes de san Pedro , sus conversaciones con
Simún niHgu, v de qué modo Clemente re
conoció á su padre y hermanos ; lo que ha
dado á ese libro el nombre de recognicion.
Llámasele tambien el viage ó el itinerario
de san Pedro ó de san Clemente. Al pre
sente son universalmente desechadas (2) , y
todos convienen en que es una obra entera
mente despreciable. Sin embargo , son muy
CAPITULO III.
(i) Carta 4.
4»E LA RELIG. CRIST. 6j
-I-eligíon ; y ella halla contradiccion en todas
partes desde su nacimiento (i) , ubique
ei contradicitur. Los autores mas ilustrados
de esos tiempos, que tienen que decir algo
de los cristianos , no hablan de ellos sino
como de una cuadrilla de fanáticos. Cuanto
mas estupendos y públicos se supongan lo»
milagros de J. C. , tanto mas fuerza se da á
la incredulidad ; pues, en fin, todos los que
no se declaran por la nueva religion , son
otros tantos testigos contra ella ; y, si Euse-
Lio (n) ha refutado con justicia la historia
de la resurreccion de una joven , hecha en
Roma por Apolonio Tianeo , fundándose
en que un hecho de esa especie no se hu
biera ocultado al emperador y á las per
sonas principales de esa ciudad; y, si la
fuerza de la verdad ha forzado á un autor
célebre (3) á negar el milagro de la mano
restituida por la Virgen á san Juan Damas-
ceno , por la razon de que si la ciudad de
Damasco le hubiera presenciado , habri*
«
CAPITULO IV.
(i) En Orígenes, p.
^4 DE LOS APOLOGISTAS
enviaron comisionados por todas partes cott
objeto de advertir se precaviesen de las re
laciones de sus discípulos ; por consiguiente,
aparentaban , á lo menos en e6e tiempo ,
que los miraban como embusteros.
DE LA RELIG. CRIST. 7^
tMmmunx\YMwuu\vuvmm\v»ut-.mimvtttu»tMv%iivnv«ivi*n
CAPITULO V.
4}
(a) ¡ Vean vmds para lo que sirven los incrédulos }
¡fara aguar las funciones mas divertidas.
DE LA RELIG. CRIST. 99
omitido por Lamonardaye , en su historia
de los diablos de Loudun.
Moncouis ha dado mucha celebridad ú
U visita que hizo á la superiora de las Ur
sulinas de Loudun. Se le hizo aguardar largo
tiempo en el locutorio ; y, cuando ella llegó,
le mostró, en la mano izquierda, escritas
en letras de sangre, las palabras , Jesus,
María, José, y Francisco de Sáles. Cuando
iba á salir , indicó el deseo de volver á ver
la mano de la religiosa , y ella se la alargó
al traves de la reja. « Entonces, dice, le hice
la observacion de que el color de las letras
no estaba tan subido como cuando ella vino
al locutorio ; y , pareciendome que las
letras se descostraban , y que toda la cutis
de la mano parecia levantarse , como si hu
biese sido una película de agua de engrudo
desecada , me llevé , con un ligero frota
miento , parte de la pierna de la letra M ,
«osa que la sorprehendió mucho, aunque esa
parte quedó tan hermosa , como las demas
partes de la mano : quedé satisfecho con,
tanto, y me despedí de ella. » -
El príncipe de Gondé experimentó por
sí mismo que hay mucha trapacería en ma
100 *>E LOS APOLOGISTAS
teria de obsesiones. Habiendo tenido la cu
riosidad de ver á las pretendidas obsesas de
Borgoña , y de examinar por sí mismo lo
' que se d¿cia de ellas , llegó precisamente
al tiempo (i) que una de las endemoniadas
hacia su papel, y se acercó a ella. Díxosele
que , cuando se le ponia sobre la cabeza
un relicario , nombraba todos los santos y
santas de que habia reliquias. El príncipe ,
que se acordó en aquel momento que su
relox estaba parado , le sacó del bolsillo ,
y le puso, como si fuera un relicario, sobre
la cabeza de la obsesa : esta comenzó á
recitar la leyenda , y á nombrar un grau
número de santos y de santas de que debia
de haber reliquias. El príncipe le dejó decir
cuanto ella quiso, y, concluida la letanía,
le enseñó el relicario . La endemoniada se
enfureció, declamó contra el príncipe, é
hizo un ademan de lanzarse sobre él ; y
entónces fué cuando el príncipe dijo esta,
agudeza : Señor don diablo , si vmd no se
está quieto, yo apalearé fuertemente- su
estuche (2).
(1) Cartas de Saint-Andró , p. 26£,
(-*) Si«graisiann , p. i5j.
DE LA RELIG. CRIST. 101
Este siglo se parece á los precedentes.
El ahogado Chaudon ha indicado que tenia
noticias de una impostura de esa especie,
pero nonos dalos pormenores. Solo nombra
al principal autor, que era el padre Dubois ,
jesuíta , y dice que el resultado de sus exor
cismos sobre la pretendida obsesa se re
dujo á una preñez (a). La escena pasó en
Nevers.
De algunos años acá , un prelado célebre
por su zelo en favor de la causa, y por su
credulidad , no ha podido menos de ex
clamar (i) : « ¿Cuál es el obispo que haya
regido con vigilancia durante muchos años
su diócesis , y no haya confundido y re
chazado mas obsesiones falsas , milagros du
dosos y visiones equívocas que cantas cosrs
de estas hayan sido criticadas por la malig
nidad de los hombres del siglo (b)1 »
Historias semejantes han hecho decir ni
juicioso cardenal Ossat (a) : « Que es lan
»»1»\»\1^rt«W\^W\1WVv\»V\Ul\V\W\*WVl\\V\W\W\WW\\W\»V\»V»
CAPITULO VI.
iawwv\ww.WAWWWWWWW\Awwwwwwwvww\ww>wwwwwwwW>1
CAPITULO VIL
CAPITULO VIII.
(n) Amen.
(i) Embaj. mem. de los Holandeses al Japon, p. aiSi
l48 DE LOS APOLOGISTAS
bran todos los aííosur.i gran fiesta en honor
de Su dios Amida, y asiste á ella un gentío
inmenso. La suerte de los que mueren so
focados es envidiada de los demas.
Así como los antiguos sacerdotes de
Baal , los habitantes de la India se sajaban
todo el cuerpo , cqaudo querian aplacará su
dios , y obtener de él una cosecha abuiu
dante (i).
Gaspar Vitela (2) asegura que ha visto in
dios que se abogaban con la esperanza do
ir al cielo ; y otros que se encerraban en un
tonel , y se morian allí de hambre volun
taria.
• No han podido destruir todavía los turcos
en el Mogol la antiquísima y bárbara cos
tumbre de quemarse las mugeres con los
cadáveres de sus esposos. Consecuencia de
esas ideas extr; » jantes en órden á la divi
nidad ha sido la abstinencia religiosa de
ciertos manjares en muchos pueblos. Sexto
Empírico recogió las nociones extrañas de
las naciones de su tiempo sobre esta materia ;
(i) Hist. del Calvin, y del Pap. ,p. n.,c. l4,P- »94-
BE LA RELIG. CniST. l6l
Las dos columnas mas firmes del partido
católico , los dos enemigos mayores del
calvinismo , el duque de Guisa y su hermano
el cardenal, fueron asesinados en Blois.
Brantome afirma haber oido decir a un prín
cipe, que el mariscal Tavánes , primer ver
dugo de la san Bartolomé , murió rabioso ;
y el autor de los suplementos á las obras
de Cnstelnau dice que los autores princi
pales y mas ardientes perseguidores del
dia cruel de san Bartolomé, perecieron todos *
de muerte violenta.
El ministro Leger , en cuyos escritos se
hallan muchos hechos semejantes , detalla
uno , sobre todo , que merece ser referido
por su singularidad, y le apoya con la auto
ridad de un acta pública (i).
« Tampoco debo olvidar aquí, dice, el
ejemplo de un capuchino , misionero del
Perrier en el valle de san Martin : he aquí
lo que deponen seis de los ancianos prin
cipales y cónsules de ese valle , en un tes
timonio cuyo original conservo , y es de
CAPITULO IX.
r
DE LA RELIG. CRIST. 1 87
toiorir á un criminal en una orgia, con el ob
jeto de complacer á una muger perdida : negó
el hecho; pero, luego que quisieron referirse
á su juramento -propio , este hombre , que
no habia temido mentir, no osó perjurar.
Marco Aurelio daba gracias á los dioses
de haber guardado castidad en su juventud.
Aun los poetas mas licenciosos han cele
brado esta virtud. Hállanse en Tíbulo estos
dos versos :
Casta placent superis , pura cum veste venite 3
Et manibus puris sumitc fonlis aquam.
m»\mvww\wvpw»\*wwwmwvw»viímvwwvwwwwwwiv\wwww»V
CAPITULO X.
CAPITULO XI.
i
(i) Vease á Laclando , 1. 8 , c. a5 , p. 726.
(¿r) V se renovó con fuerza acia e] siglo décimo , fun-
dándpse en aquellas expresiones del cap. 20 del Apo
calipsis. « Y, cuando se haran cumplido los mil años,
saldrá de su cárcel Satanas , y seducirá á las naciones
que naja en los cuatro ángulos de la tierra.......
DE LA RELI6. CRIST. 267
que la composicion del Alcoran (a). Es
tan perfecto que se le debe mirar como
una obra increada (i). »
A la verdad, los cristianos dicen que su»
libros fundamentales han sido inspirados por
el Espíritu Santo; pero ¿cómo pueden con
ciliar esa opinion con las imperfecciones
que les atribuyen? En toda la Italia y en los
demas paises en que la autoridad papal es.
ilimitada , la escritura es considerada como
un libro peligroso para el mayor número de
fieles , y de que es facil hacer un abuso;
en consecuencia de esa opinion , no es per
mitido el vender la biblia traducida á len
gua vulgar, sino á personas que tengan per
miso de leerla ; lo cual está expresado en
la regla quinta del índice, cuya traduccion
vnui.ivnMinvuunvHuvuiwuiíiuoiuuuuMimuv.Hiiuinm
CAPITULO XII.
-
2Cf9 DE LOS APOLOGISTAS .
b
Si no se tratara sino de establecer los
primeros principios de la moral , no nos
sorprendeiiamos de oir íkcir que llevan
consigo una evidencia tan grande , que no
necesitan de pruebas extrañas ; pero, como
se trata de hechos arbitrarlos, de cosas
que chocan absolutamente cotí la razon-,
del pecado original, de un Dios en tres
personas , de un Dios crucificado , es de
lirar el sostener que el entendimiento
sienta naturalmente la verdad de estos
misterios , mientras nuestra razon clama
que son desatinos. No se ha separado Pas
cal (i) del fanatismo de Jurieu (a) , cuando
dice que los que creen , sin haber exami
nado las pruebas de la religion , tienen una
disposicion interior enteramente santa , y
que lo que oyen decir de la religion es
enteramente conforme á ella. No se trata
aquí de la moral, que es casi semejante en
todas las religiones. Luego este hombre
CAPITULO XIII.
TRIMERA PARTE.
»
El Pentateuco no es obra de 3Ioiscs.
SEGUNDA PARTE.
PROPOSICION SEGUNDA.
El libro de los Jueces es obra de muchos
autores desconocidos, parecida á las cró
nicas de nuestros monges de la edad, me
dia, y posterior al reynado de David.
Un examen atento hará ver que esa com
pilacion es un conjunto incoherente de cua
tro trozos enteramente distintos , formado
sin auxilio de archivos regulares , estable
cimiento de una nacion civilizada , no de
326 APÉNDICE.
una poblacion feroz, supersticiosa y guerrera,
El primero se extiende desde el cap. i°.
l^nsta el 16°. inclusive , y es propiamente
la historia de los Jueces. Hay en él repeti
ciones , y aun de sucesos que no pertenecen
á ese tiempo sino al de Josué. El segundo
es la historia de Sansón. El tercero empieza
así : « Por ese tiempo hubo un hombre de
Efraim llamado Michas etc. , » y wimpre-
hende los cap. 17 y 18. Y el cuarto es la
anécdota del levita de Efraim , y su ultraje
por los habitantes de Gabaa. Todos estos
trozos , redactados sin duda sobre tradi
ciones populares , fueron verosímilmente
recogidos y reunidos en un solo libro por
algun compilador tambien desconocido.
Una nota inserta en la historia del sacerdote
Michas indica que la compilacion fué hecha
despues que el pueblo de Israel llegó á
tener reyes.
« En ese tiempo pues , dícese tres reces
(cap. xvn, v. 6, y cap. xvin, v. iy3i)»
no habia reyes en Israel. » Luego hubo
reyes en Israel para cuando el autor eserj-
bia , luego la compilacion no es anterior á
Saul , pero puede ser muy posterior. En.
APÉNDICE.
efecto hay una prueba de que esa nota haya
podido ser inserta en el libro de los reyes
despues del rey nado de Salomon.
En el cap. i°. del lib. de los Jueces ,
v. ai , se dice : «Los hijos dqp Benjamín
no mataron á los Jebuseos que habitaban
en Jerusalen, y los Jebuseos han permane
cido en Jerusalen hasta hoy dia. » Ahora
bien : no solo en tiempo de David se hace
mencion de los Jebuseos como habitantes
de Jerusalen , Sam. lib. 1 (vulgó Reg. lib.
3 ) cap. xxiv , v. 1 8 y sig. , sino que , aun"
despues de citarlos como tributarios de
Salomon el escritor de la vida de ese rey,
añade » y han continuado siendo tributarios
hasta el dia de hoy » Lib. i°. de los Reyes
( vulgo Reg. lib i. ) Cap. ix , v. ao y 2 1 -
Luego continuaron siendo tributarios aun
despues de SalSmon. Luego la nota mencio
nada ha podido ser inserta despues del rey-
nado de Salomon. — Y, resumiendo en una
sola consecuencia el resultado de las obser
vaciones que hemos hecho acerca del libra
de los Jueces, diremos :
Luego el libro de los Jueces es obra de
muchos autores desconocidos , parecida &
3i8 APÉNDICE.
las cl ónicas de nuestros mongcs de la edad
media , posterior ála judicatura de Samuel,
y, tal vez, al reynado de Salomon.
PREPOSICION TERCIA.
PROPOSICION CUARTA.
PROPOSICION CUINTA.
DE LAS MATERIAS.