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PROTOCOLO DOJO:

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1. Entrando al Dojo. Debes tener puesto el Keikogi y el obi (cinturón) atado
correctamente. El aikidoka debe ser muy scrupuloso en cuanto a la limpieza e higiene de su
cuerpo y equipo se refiere. Las uñas de las manos y los pies muy cortas. Se despojarán de
anillos, medallas, pulseras, pendientes, etc. y cualquier otro objeto que pueda herir al
compañero o a sí mismo. Evitará masticar chicle en el tatami. Una vez en el interior del Dojo
realiza un saludo a la fotografía de O’Sensei.
Al entrar al tatami tanto el profesor como los alumnos se descalzarán de espaldas al
mismo para dejar las zapatillas bien alineadas y dispuestas para salir cómodamente.
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2. El Saludo. Quédate sentado sobre los talones, une las palmas de las manos frente a la
cara y luego sitúa las manos izquierda y derecha en el tatami frente a ti, formando con los
pulgares y los dedos índices un triángulo, e inclina la cabeza. La tradición invita a los alumnos a
que entren en el tatami antes que el profesor y lo esperen en postura Seiza, alineados de
izquierda a derecha por orden de grados. Durante el tiempo de espera, hasta que llegue el
profesor, permanecerán en silencio tratando de establecer la calma dentro de sí mismos.
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3. Empezando la clase. Todos saludarán con el profesor a la fotografía de
O’Sensei. Después, el profesor se vuelve y saluda a los alumnos diciendo Onegaishimas
(Gracias). Después se comienza el calentamiento.
4. Durante la clase. Cuando el profesor termina la explicación los alumnos, que asisten a
ella en seiza, le saludarán, luego buscan un compañero al que saludan también y se
incorporan para comenzar la práctica. Si el profesor te enseña a tí o a tu compañero
individualmente, debes saludar después de la misma. Asegúrate que tu keikogi continúa atado
correctamente durante la práctica. Durante las explicaciones, es apropiado atender en seiza sin
hablar ni hacer “monerías”. No permanezcas en pié ni apoyado en la pared. A la voz de yame,
vuelve sin perder tiempo a tu sitio y permanece sentado en seiza. Si el alumno necesita que el
profesor le haga alguna aclaración irá a buscarle, evitando llamarle de lejos o a gritos. Le
saludará y le expondrá su duda.Es conveniente guardar silencio durante la práctica y evitar
discutir sobre la técnica, así como corregir continuamente al compañero, o practicar otra cosa
que no sea la que se ha indicado. A la hora de buscar un compañero no se discrimina a nadie, y
se cambiará en cada técnica. Lo correcto es invitar al que está más próximo.
5. Llegando tarde o saliendo antes. Espera antes de entrar o salir a que el profesor no
esté haciendo ninguna demostración. Realiza el saludo apropiado. Cuando debas salir antes
pide permiso al profesor y saluda correctamente antes de abandonar el tatami.
6. Saliendo del Dojo. Cuando el profesor indica que se ha terminado la clase, todos
se situarán en línea recta sentados en seiza, se ajustará el keikogi y se predisponen para
el saludo. Todos saludan al profesor diciendo Domo Arigatou Gozaimashita (gracias por lo
que hemos compartido, aprendido). Permitir que el profesor salga primero de la sala y a
continuación saludar al compañero con quien trabajamos al final o a los compañeros.
Al salir del tatami realiza el saludo de la misma forma que al entrar pero en orden inverso
Mokuso
1607 2018
Sentarse en silencio y meditar unos minutos con los ojos cerrados tanto antes como después de la
práctica marcial. El Mokuso proviene de la tradición budista y hay escuelas en las que es casi tan
importante como el entrenamiento real.

La postura básica durante esta pequeña meditación es sentarse en la postura llamada Seiza. El dorso de la
mano izquierda debe descansar sobre la palma de la mano derecha. Ambos dedos pulgares deben hacer
contacto en la punta formando una especie de ojo o cavidad frente al hara (bajo abdomen), como si fueran
una prolongación uno del otro. La mano izquierda simboliza el mundo espiritual y mental mientras la
derecha simboliza lo real y mundano, lo físico. Hay quien cambia las manos y coloca la derecha sobre la
izquierda, dependiendo de sus objetivos. Y también hay escuelas donde simplemente se dejan reposar las
manos sobre los muslos.

A continuación, cerrar los ojos ligeramente aunque no del todo (los ojos de Buda) y controlar la
respiración. Esta es la postura básica durante la meditación, pero no es necesariamente fija. Se puede
hacer Mokuso en cualquier postura pero esta es la más común y extendida en las escuelas marciales. La
parte más importante durante la meditación no es tu postura sino tu mente. A través de la meditación,
organizas tus pensamientos, concentras tu mente para buscar profundamente en tu corazón a fin de
obtener una nueva comprensión.

La respiración es importante también para realizar mokuso correctamente. Ha de realizarse en ciclos


lentos y pausados. La inspiración se realiza por la nariz manteniendo la boca cerrada. La punta de la
lengua toca la parte posterior de los incisivos. La inspiración ha de ser lenta, relativamente larga y
profunda, llegando a llenar el hara, pero no forzada. Justo entonces retenemos el aire un instante y lo
soltamos. La exhalación debe realizarse con la boca ligeramente abierta. La punta de la lengua sigue igual.
La exhalación ha de ser igualmente larga y profunda, sin forzarla, vaciándote hasta que tan solo te queda
dentro un último y minúsculo resto de aire, y entonces inicias el siguiente ciclo de inhalación.
Daibutsu. El Gran Buda de Kamakura

Durante la práctica marcial, en lugar de limitarte únicamente a hacer las técnicas o ejercicios que tocan,
puedes ver un cambio en tu propia práctica y en tus resultados si tienes objetivos mentales específicos
tales como “hoy me voy a enfocar en mejorar en esta área en particular”. Mokuso es un momento en el
que se forma una buena imagen de cómo uno quiere mejorar. Los jugadores deportivos profesionales o
los atletas olímpicos casi siempre incorporan este tipo de entrenamiento mental en el que imaginan hasta
donde quieren llegar. En Japón se llama “entrenamiento de imagen” donde imaginas los movimientos que
te gustaría hacer en tu cabeza, y luego planificas el camino para hacer que esa imagen se haga realidad.
La meditación Mokuso de antes del entrenamiento también es un tipo de este “entrenamiento de imagen”.

El Mokuso después de la práctica también está pensado para calmar tu corazón y tu mente que han estado
alterados durante la práctica y para reflexionar sobre ella. Es un momento para reflexionar no solo sobre
si trabajaste mejor o peor, sino también para reflexionar sobre tus propias acciones y actitudes. Empiezas
a comprender tu propia debilidad cuando reflexionas sobre por qué no puedes mantener la calma en tu
corazón o por qué tu mente es inestable. Luego, intentas aplicar esos reflejos en tu próximo
entrenamiento en el Mokuso de antes de la siguiente clase. De esta forma, avanzas paso a paso.
Hay quien confunde Mokuso con Meiso, aunque son prácticas diferentes. Y ambas pueden ser practicadas,
juntas o por separado o una a continuación de la otra. Mokuso implica pensar, mientras que Meiso intenta
alcanzar una mente única, sin pensar, o pensar sin pensar en nada. Mente en blanco. Muy parecido a
Mushin. Así pues, Mokuso y Meiso son similares, ya que ambos implican una sesión silenciosa de
meditación con los ojos cerrados, pero las características son diferentes. En Meiso vacías tu mente, la
dejas en blanco. En Mokuso no, en mokuso fijas un objetivo, una meta. Hay quien suele hacer Mokuso
antes de empezar la práctica marcial y Meiso al finalizar. Si se hacen las dos con la comprensión correcta
de sus diferentes propósitos, esto puede llevar a una práctica marcial de mejor calidad.

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