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Congregación Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús

Teología de los Votos


Prof. Sr. Roberto Pavez

PERFECTAE CARITATIS
SOBRE LA ADECUADA RENOVACIÓN DE LA VIDA RELIGIOSA

Este decreto del Sacrosanto Concilio Vaticano II manifiesta la constante


preocupación por la renovación de la vida religiosa en todas sus dimensiones de
manera íntegra, además se demuestra en este decreto que no busca ser un tratado
sobre la vida religiosa sino recordar los fundamentos de esta para volver a las fuentes
de la vida cristiana y el origen fundacional de los institutos, inspirados por el Espíritu
Santo.

Para tal renovación nos presenta unos principios generales: en primer lugar
cada instituto debe tener el Evangelio como regla suprema, segundo que cada
instituto tenga su carácter y fin propio y así conservar fielmente el carisma propio de
cada fundador, tercero que cada instituto participe en la vida de la Iglesia desde su
propia espiritualidad, cuarto mantener un conocimientos de las condiciones de los
hombres y de los tiempos y de las necesidades de la Iglesia para prestar un servicio
más eficiente a los hombres y por último el ordenamiento de los miembros al
seguimiento de Cristo por medio de la profesión de los consejos evangélicos.

La cooperación de todos los miembros de los institutos es fundamental en el


desarrollo de la renovación , manteniendo una exacta observancia de las reglas y
constituciones legítimas. Se espera que cada los superiores mayores de cada instituto
escuchen a sus súbditos para fijar las normas de renovación y adaptación
correspondientes.

Hay elementos comunes a todas las formas de vida religiosa, apostólica y


monástica, ante todo tener en cuenta que por la profesión de los consejos evangélicos,
han respondido cabalmente a la renuncia del mundo para vivir únicamente para Dios,
lo cual se pone de manifiesto en el servicio de la Iglesia, la fomentación de la humildad
y obediencia, la contemplación y el amor apostólico.

Siendo lo propio de cada miembro de institutos de vida religiosa la profesión


de los consejos evangélicos en comunidad, la vivencia de la castidad “por el Reino de
los Cielos”, tiene su fundamentación bíblica en Mt 19, 12 y 1 Cor 7, 32-35, de esto se
afirma en primer lugar que es un don de Dios y ha de ser estimado, segundo libera de
preocupaciones mundanas para preocuparse de las cosas del Señor y tercero es un
medio para que el religioso se entregue con alegría y de manera total al servicio de
Dios, de su Iglesia y del prójimo. Pone de manifiesto, además, que no se presenten
candidatos sin antes haber logrado una madurez afectiva y psicológica para vivir de
manera ordenada la castidad.
Congregación Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús
Teología de los Votos
Prof. Sr. Roberto Pavez

Se promueve nuevas formas de vivir la pobreza voluntaria por el seguimiento


de Cristo, considerando fundamental la participación en la pobreza de Cristo que
siendo rico se hizo pobre a fin de enriquecernos con su pobreza y esto lleva a tener no
los tesoros materiales en la tierra sino tesoros en el cielo. De forma práctica los
religiosos deben someterse a la ley común del trabajo para el sustento de las
comunidades, teniendo en cuenta un abandono a la Providencia del Padre. Se debe
evitar toda apariencia de lujo que no de testimonio del voto de la pobreza.

La profesión del voto de obediencia, el religioso se ofrece a Dios como sacrificio


mismo, por lo que movidos por el Espíritu Santo se someten por fe a los superiores-
que hace las veces de Cristo- para edificar el Cuerpo de Cristo. A la vez los superiores,
deberán dar cuenta a Dios por las almas a ellos encomendadas, por lo tanto, deben
servir a sus hermanos con real entrega y caridad. Así se forma la vida en comunidad,
inspirada en las primeras comunidades cristianas, una auténtica familia como única
ley el amor.

En los siguientes números trata sobre la clausura de las monjas, que “debe ser
estrictamente contemplativa, adaptándose a las condiciones de los tiempos y lugares,
suprimiendo los usos que hayan quedado anticuados” (PC, 16). El hábito religioso que
debe ser modificado si es que no es sencillo y modesto y si no se adecúa a las
circunstancias de tiempo y lugar o a las exigencias del mundo (PC, 17). La formación
es clave para la renovación de los institutos, instruyéndose “sobre las actuales
costumbres sociales y sobre el modo de sentir y pensar” (PC, 18).

Este texto me hace profundizar en todas las dimensiones de la vida religiosa,


saber lo que quiero abrazar para toda mi vida. Ir creciendo en la renovación de la vida
religiosa, en primer lugar renovarme para seguir en profundidad la vida de Cristo, ser
ejemplo y testimonio para mis hermanos.

Finalmente la vida de María Santísima debe ser una norma para todos.

Nicolás Matías Fuentes Valdebenito


Propedeuta Dehoniano

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