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¿Cómo evaluar?

Métodos de evaluación en el aula y estrategias para realizar una evaluación


formativa
La importancia de la alineación entre propósitos, objetos y métodos de evaluación

Es fundamental que los propósitos, objetos y métodos de evaluación se encuentren alineados. En


virtud de que existen algunas consideraciones para cada relación entre estos tres elementos, se
abordan en primer lugar algunas reflexiones sobre la relación que guarda por qué evaluar y cómo
evaluar y, posteriormente, algunas consideraciones respecto a la relación entre qué se evalúa y
cómo se evalúa.

Consideraciones en torno a la relación entre por qué evaluar y cómo evaluar.


La manera como se lleve a cabo la evaluación debe tener presente para qué se evalúa y los usos de la
información resultante de la evaluación: para valorar el aprendizaje (evaluación sumativa) o para
apoyar el aprendizaje (evaluación formativa).
Desde la perspectiva sumativa, cuando la evaluación tiene el propósito de valorar qué tanto ha
conseguido el alumno los objetivos de logro hasta un momento dado en el tiempo (evaluación del
aprendizaje).
Desde la perspectiva formativa, si se evalúa para apoyar el aprendizaje, la intención es detectar áreas de
oportunidad y luego generar acciones de mejora.

Como ya se ha señalado, para utilizar la evaluación en la mejora del aprendizaje, el profesor y el


alumno deberán responder tres preguntas clave: ¿hacia dónde vamos o cuáles son los objetivos de
aprendizaje?, ¿dónde estamos ahora?, y ¿cómo podemos cerrar la distancia entre la situación actual
y la deseable? Las dos últimas preguntas relacionan los propósitos (formativos) con los métodos
(cómo evaluar); no obstante, para contestarlas, es imprescindible responder también a la primera.

Para dar respuesta de forma adecuada a las tres preguntas anteriores, hay siete estrategias
recomendadas:
Preguntas clave Estrategias para favorecer el aprendizaje

1ª Proveer una clara y entendible visión de los


¿Hacia dónde vamos o
objetivos de aprendizaje
cuáles son objetivos?
2ª Uso de ejemplos y modelos de buenos y malos
trabajos

3ª Ofrecer retroalimentación descriptiva de manera


regular
¿Dónde estamos ahora?
4ª Enseñar a los alumnos a autoevaluarse y establecer
metas

5ª Diseñar clases enfocadas en un as- pecto de la


¿Cómo podemos cerrar
calidad a la vez
esa distancia entre la
situación actual y la 6ª Enseñar a los alumnos a enfocar su revisión
deseable?
7ª Involucrar a los alumnos en la autorreflexión, y
permitirles monitorear y compartir su aprendizaje
1. La primera estrategia consiste en proveer una visión clara y entendible de los objetivos de
aprendizaje. Esto permitirá que los alumnos tengan una idea de hacia dónde se dirigen
sus actividades y, en ese sentido, tengan un mayor entendimiento cuando el profesor o sus
compañeros los retroalimenten y le señalen sus fortalezas y debilida- des, lo que a su vez,
les brindará elementos para autoevaluarse.
2. La segunda estrategia radica en el uso de ejemplos y modelos de buenos y ma- los
trabajos. Esta actividad está recomendada ampliamente porque los buenos trabajos
permiten a los alumnos visualizar de manera concreta lo que se espera que realicen;
mientras que los malos trabajos, muestran el tipo de trabajo no aceptable. Para hacerlo
adecuadamente es preciso cuidar el anonimato de los autores.
3. La tercera estrategia es ofrecer retroalimentación descriptiva de manera regular. Desde el
enfoque formativo de la evaluación, la retroalimentación juega un papel funda- mental
porque ayuda a que los alumnos respondan a la segunda pregunta: ¿dónde estamos
ahora? Para que la retroalimentación favorezca el aprendizaje debe reunir por lo menos cuatro
características: ser descriptiva, individualizada, regular y orientadora.
4. La cuarta estrategia radica en enseñar a los alumnos a autoevaluarse y establecer me- tas. La
autoevaluación es una estrategia que, si se realiza para encontrar áreas de mejora,
favorece el aprendizaje, sobre todo para los alumnos con más debilidades.
5. La quinta estrategia consiste en diseñar clases enfocadas en un aspecto de la calidad a la vez.
Cuando se pretende conseguir algunas competencias o habilidades en concreto (por
ejemplo, la comunicación escrita), se vuelve complicado para los alumnos y para el profesor
atender al mismo tiempo los diferentes aspectos de la competencia a desarrollar.
6. La sexta estrategia reside en enseñar a los alumnos a enfocar su revisión. El involucramiento de
éstos en su propio proceso de aprendizaje y, en específico, en la evaluación, es una acción
presente en todas las anteriores estrategias, y en ésta tiene vital importancia. Aquí se sugiere que
el profesor enseñe a sus alumnos a focalizar la revisión cuando se autoevalúen o coevalúen.
7. La séptima estrategia radica en involucrar a los alumnos en la autorreflexión, y permitirles
monitorear y compartir su aprendizaje. El profesor debería generar espacios donde los
alumnos trabajaran de forma activa en la reflexión sobre su propio proceso de aprendizaje,
sobre aquellos objetivos de aprendizajes que ya dominan (¿cómo lo consiguieron?), así
como sobre aquellos que aún no dominan y el tipo de acciones necesarias para
alcanzarlos.

Consideraciones en torno a la relación entre qué evaluar y cómo evaluar

Independientemente de los propósitos y usos de la evaluación, la forma en cómo se evalúe


debe ser precisa (válida y confiable), y para ello el docente debe tomar en cuenta tres
consideraciones: el tipo de objetivo de aprendizaje a evaluar (qué evaluar), el método de
evaluación a utilizar (cómo evaluar) y, por último, que el método de evaluación considere el
tipo de objetivo a evaluar y su nivel de complejidad (la relación entre qué y cómo evaluar).

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