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PROFESOR EDUARDO RODRÍGUEZ KONG

UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE


DEPARTAMENTO DE TEOLOGÍA
CARRERA: PEDAGOGÍA EN FILOSOFÍA Y RELIGIÓN
EVALUACIÓN DE LA ENSEÑANZA DE LA FILOSOFÍA Y DE LA RELIGIÓN

APUNTE N° 3 UNIDAD 1:
“MODELOS Y TIPOLOGÍAS EVALUATIVAS”

A. MODELOS EVALUATIVOS

Durante muchos siglos, la educación se caracterizó por tener una función selectiva,
es decir, identificar aquellos alumnos que tendrían acceso al nivel superior. El creciente anhelo
de igualdad de oportunidades demandó desarrollar en los individuos capacidades que les
permitieran participar en la sociedad de la cual formaban parte. O sea, pasó a una función de
orientación y ubicación, para permitir a cada alumno alcanzar un nivel máximo de desarrollo
personal.
Como es natural, la evaluación también sufrió modificaciones. Desde una
evaluación orientada sólo a logros finales, amplió su campo de acción hasta llegar a ser
considerada como una base para la toma de decisiones acerca de la marcha del proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Asimismo, la forma de elaborar los instrumentos de medición y la interpretación de
los resultados pueden ser analizados desde dos enfoques diferentes: la psicometría y la
edumetría.

EVALUACIÓN NORMATIVA O PSICOMÉTRICA

Cuando un profesor compara el desempeño de un alumno con respecto a sus


compañeros y concluye que ha obtenido un alto, mediano o bajo rendimiento, entonces lo que
hace realmente es enfocar la evaluación bajo la perspectiva psicométrica o por normas. Lo
mismo ocurre cuando desea establecer diferenciación de aprendizajes entre los alumnos de un
curso. Finalmente, si sólo mide y aprecia el aprovechamiento general de un grupo con respecto
a un conjunto no bien definido de objetivos, entonces también estará evaluando bajo la
perspectiva psicométrica.
En síntesis, podemos inferir que bajo este enfoque el énfasis de la evaluación está
en establecer diferencias de aprendizaje entre los alumnos y, con ello, darles una ubicación
relativa dentro del grupo, en cuanto a desempeño.
Igualmente, en este enfoque lo que interesa es determinar lo que el alumno puede o
no puede hacer en relación a sus compañeros. No así, si se han logrado los objetivos de
aprendizaje específicos del subsector.

EVALUACIÓN CRITERIAL O EDUMÉTRICA

Cuando un profesor determina el grado en que cada alumno ha logrado los


objetivos pre-establecidos por el subsector, lo que hace es evaluar bajo la perspectiva
edumétrica.
Bajo esta perspectiva, los alumnos son sometidos a un criterio absoluto. Esto es,
existe un conjunto de objetivos claramente especificados y, en base a ellos, se determina el
avance de cada alumno.
Aquí no importa el resultado del grupo para efectos de contrastación, sino los
aprendizajes intraindividuales. O sea, una información del logro de los objetivos del subsector.
Una prueba elaborada bajo este enfoque deberá incluir ítemes relacionados con los
objetivos pre-establecidos. Además, requiere que el nivel de logro mínimo deseable sea
establecido con antelación; o sea, explicitar el nivel de exigencia mínimo, que es el punto en que
se considerará logrado o no logrado un determinado objetivo.
En resumen, el proceso de aprendizaje-enseñanza puede ser evaluado desde una
perspectiva psicométrica o edumétrica. El marco de referencia conceptual postulado por uno u
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otro modelo evaluativo implica la utilización de procedimientos diferentes para estructurar y
analizar situaciones de evaluación. Si los propósitos que orientan un proceso educativo son de
índole formativo y remedial, es conveniente el empleo de una evaluación referida a criterios o
edumétrica. Por el contrario, si el proceso educativo pretende indagar y establecer diferencias de
aprendizaje entre los alumnos, la evaluación psicométrica o por normas satisfará dicha
intencionalidad.

B. TIPOLOGÍAS EVALUATIVAS

Las evaluaciones que el profesor planifica pueden clasificarse de diversas maneras, de


acuerdo con algún criterio preestablecido. Antes de indicar las tipologías más importantes para el
quehacer docente actual, es importante diferenciar lo que es tipo de evaluación de lo que es tipo
de instrumento evaluativo.
El intento de responder preguntas tales como: ¿Con qué finalidad o para qué se evalúa?,
¿en qué momento se evalúa? o, ¿quién es el que evalúa?, determina formas de clasificar las
evaluaciones que puede proponerse un profesor en su programa o planificación. Una vez
respondidas estas interrogantes, que deben enunciarse al momento de planificar una unidad de
aprendizaje, el docente está en condiciones de preguntarse ¿qué instrumento evaluativo es
mejor utilizar para un determinado tipo de evaluación propuesta?
Por lo tanto, un tipo de evaluación puede concretarse con uno o más instrumentos
evaluativos seleccionado(s) de entre una variedad de instrumentos disponibles y adecuados para
ese tipo de evaluación. Al mismo tiempo, un mismo tipo de instrumento evaluativo puede servir
para cumplir con más de un tipo de evaluación.
En la planificación de una unidad, primero deben indicarse los tipos de evaluación a utilizar
y, enseguida, para cada uno de los tipos de evaluación seleccionados, debe elegirse el/los
instrumento(s) estimados por el profesor más adecuado(s) para cumplir con esa evaluación.
Enseguida, abordaremos tres tipologías evaluativas, que responden, precisamente, a las
tres preguntas enunciadas en el segundo párrafo. De esta forma, cada tipología que se
presentará a continuación se genera a partir de un criterio distinto: propósito de la evaluación,
momento de la evaluación o agente evaluativo.

Tipos de evaluación según su propósito o funcionalidad

a) Evaluación Diagnóstica: Se realiza al iniciar la acción educativa y su rol principal es,


precisamente, diagnosticar a partir de alguna información, con fines de ubicación, para establecer
el nivel real en que se encuentran en cuanto a los aprendizajes conceptuales, procedimentales
(habilidades) y comportamentales (actitudes) previos necesarios para enfrentar una nueva tarea
de aprendizaje. Se centra en los estudiantes y sus características, y permite orientar el proceso
de enseñanza-aprendizaje y adaptarlo a las necesidades específicas de los alumnos y alumnas.
Esto es fundamental, pues permite ubicarlos dentro de un “continuo de aprendizajes”,
encontrando los siguientes casos:

- Estudiantes ubicados en el “punto cero”. No dominan ninguno de los objetivos planteados


para la nueva unidad, pero sí poseen todos los aprendizajes necesarios e indispensables
para iniciar la nueva unidad (aprendizajes previos). Estos estudiantes se encuentran en
condiciones de iniciar la nueva tarea de aprendizaje.
- Estudiantes que están sobre el “punto cero”. Dominan o muestran aprendizaje de algunos
de los objetivos que se propone desarrollar la nueva unidad. Estos alumnos también están
en condiciones de iniciar la nueva tarea de aprendizaje.
- Estudiantes que están bajo el “punto cero”. No poseen o tienen sólo algunos de los
aprendizajes indispensables para enfrentar la nueva tarea de aprendizaje. Estos alumnos
requieren pasar por un proceso remedial, para alcanzar el “punto cero” e iniciar en buena
forma la nueva unidad.

b) Evaluación Formativa: Es la evaluación que ocurre durante la acción educativa. Se centra en


los procesos pedagógicos y las actividades de producción o construcción de los aprendizajes por
parte de los alumnos. Es fundamental para llevar a cabo la retroalimentación del proceso, ya que
informa tanto a alumnos como a docentes sobre el progreso alcanzado. Señalará las deficiencias
detectadas en los alumnos, con el propósito de entregarles los tratamientos remediales que les
permitan superarse. Además, permite la constante revisión del programa, indicando las áreas de
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mayor dificultad para los alumnos. Asimismo, permite regular la acción pedagógica, con el
propósito de facilitar los aprendizajes de los estudiantes. Se caracteriza por no tener calificación,
sino que es una apreciación de la calidad del trabajo académico realizado.
En suma, la evaluación formativa es como el “control de calidad” del proceso de E-A, ya
que periódicamente debiera ir verificando el logro o no logro de objetivos intermedios (de
proceso), indispensables para llegar al dominio de los aprendizajes esperados al final de la
unidad. Por lo tanto, en aquellas áreas que la evaluación formativa indique deficiencias
generales, el profesor debe implementar actividades y tareas de aprendizaje diferentes a las
realizadas en un primer momento.

c) Evaluación Sumativa: es la que ocurre generalmente al final de la acción educativa – aunque


también puede evaluarse sumativamente durante el proceso - y permite la visión global de los
aprendizajes alcanzados a través de una parte importante o de todo el proceso de E-A. Se centra
en las capacidades de interrelación e integración de aprendizajes que muestran los estudiantes.
Intenta determinar cómo integran y otorgan significado a los conocimientos, cómo explican sus
formas de aprender. Esta evaluación califica los resultados de los alumnos y puede contribuir al
proceso de certificación, que es uno de los conductos oficiales para informar a los padres, pero
no debe olvidarse que es un referente más que se suma a la evaluación diagnóstica y formativa.

En síntesis, según la intencionalidad, si lo que se desea es explorar, verificar el estado de


los alumnos en cuanto a conocimientos previos, actitudes, expectativas, al momento de iniciar
una experiencia educativa, debe aplicarse una evaluación diagnóstica. En cambio, si lo que se
necesita es disponer de evidencias continuas que permitan regular, orientar y corregir el proceso
educativo, y, por ende, mejorarlo para tener mayores posibilidades de éxito, entonces la actividad
prioritaria de la evaluación es formativa, ya que esta permite detectar logros, avances y
dificultades para retroalimentar la práctica y es beneficiosa para el nuevo proceso de aprendizaje,
ya que posibilita prevenir obstáculos y señalar progresos. Finalmente, la evaluación con
intencionalidad sumativa se aplica a procesos y productos terminados, enfatiza el determinar el
valor de estos especialmente como resultados en determinados momentos, pudiendo realizarse
al término de la experiencia de aprendizaje o en una etapa importante del mismo.

Nota 1: En el concepto de “dominio”, el criterio absoluto representa lo que, a juicio del


profesor, debe aprender el alumno. A este “saber” se le llama dominio y se refiere tanto al tipo de
tarea que ha de lograrse, como al contenido o materia incluida en ella. Sirve de referencia para
comparar y determinar qué es lo que puede hacer el alumno y si su actuación es igual o inferior
al dominio.
Nota 2: Relacionados estrechamente con los tipos de evaluación mencionados, encontramos en
otros textos los conceptos de Pretest y Post-test. Utilizados en la investigación científica
tradicional, han pasado al campo de la evaluación educacional con las siguientes acepciones.

Pretest: Evaluación que se aplica al comienzo del proceso pero referida a los aprendizajes
esperados al final del mismo.
Post-test: Evaluación de aprendizajes esperados que se aplica al finalizar el proceso.

Tipos de evaluación según temporalidad

a) Evaluación Inicial: se efectúa al inicio y posibilita el conocimiento de la situación de


partida; ésta es importante para decidir sobre el punto de partida y también para establecer, más
adelante, los verdaderos logros y progresos de los alumnos atribuibles a su participación en una
experiencia de enseñanza-aprendizaje formal.

b) Evaluación Procesual: se establece cuando el enjuiciamiento o valoración se realiza


sobre la base de un proceso continuo y sistemático del funcionamiento y progreso de lo que se
va a juzgar, en esta ocasión, los aprendizajes de los alumnos en un periodo determinado.

c) Evaluación Final: se utiliza para determinar los aprendizajes al término del periodo que
se tenía previsto para desarrollar un curso o unidad, con el cual los alumnos deberían lograr
determinados objetivos.

Nota 3: Existe también bajo el criterio de temporalidad la Evaluación Diferida, prácticamente no


utilizada en la práctica. Esta se efectúa transcurrido algún tiempo desde que finalizó la
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experiencia educativa, y su propósito es conocer la permanencia de aprendizajes o transferencia
de estos a otro momento o ambiente.

** Nuestra atención como docentes debe centrarse en la Funcionalidad y la Temporalización, que


no son excluyentes entre sí, sino que se complementan y se potencian. **

Tipos de evaluación según el agente evaluativo

Hay Evaluaciones Internas que son realizadas por las personas que participan
directamente de la experiencia educativa, y Externas, en que quienes las preparan y desarrollan
son personas que no pertenecen al centro educacional.
Dentro de las evaluaciones internas existen los siguientes tipos:

a) Heteroevaluación: el profesor es el que delinea, planifica, implementa y aplica el proceso


evaluativo, el estudiante sólo responde a lo que se le solicita.

b) Autoevaluación: al estudiante le corresponde un rol fundamental y es él quien debe llevar a


cabo el proceso. La autoevaluación más genuina sería aquella en que el alumno determina qué
aprendizaje desea valorar en sí mismo, cómo hacerlo y lleva a cabo las acciones necesarias.

Las fortalezas de la autoevaluación van encaminadas al desarrollo de autonomía en el


aprendiz y la capacidad metacognitiva. Sin embargo, por falta de costumbre, el alumnado suele
aprovechar la autoevaluación para sobrevalorarse o, en algunos casos, subestimar sus
habilidades. Nuevamente, es una ocasión para presentar la evaluación como una oportunidad de
aprendizaje y no simplemente para ganar una nota. Las autoevaluaciones deberán ser aplicadas
no sólo por los estudiantes, sino también por el maestro sobre su práctica educativa. Se podrán
tomar en cuenta aspectos cognoscitivos, procedimentales y actitudinales. Los resultados de la
autoevaluación son muy formativos y aportarán a la toma de decisiones en el aula.

c) Coevaluación: es la evaluación que permite, a los alumnos en conjunto, participar en el


establecimiento y valoración de los aprendizajes logrados, ya sea por algunos de sus miembros o
del grupo en su conjunto. Es esta una evaluación entre pares.

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